LAS MOTOCICLETAS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Las motocicletas fueron ampliamente utilizadas en la Guerra Civil Española, empleadas por Nacionales y Republicanos para misiones en el frente, y de las más variadas firmas, ejemplo de la industrialización de Europa y su preparación para la guerra mundial venidera, y un sueño del motociclismo español que la Guerra Civil también se llevó consigo.
La motocicleta como vehículo militar tuvo su primer ensayo en la Gran Guerra de 1914 y de aquella contienda mundial se extrajeron lecciones prácticas importantes y la conclusión de que era un vehículo apto para determinadas misiones y cometidos en el frente. De hecho, la mayoría de los países participantes en la I Guerra Mundial desarrollaron partir de entonces motocicletas con especificaciones militares. La Guerra Civil Española fue para la motocicleta bélica, como en muchos otros aspectos, un campo ensayo para las posteriores y definitivas motocicletas militares fabricadas de cara a la Segunda Guerra Mundial, desarrolladas por las
marcas en colaboración con los departamentos de guerra de las potencias en conflicto. Puede decirse que España no realizó un uso de motocicletas militares profesionales hasta la llegada en marzo de 1937 del contingente alemán, la Legión Cóndor, quién facilitó las conocidas BMW, Zündapp y DKW al ejército rebelde, y de la ayuda italiana con Moto Guzzi, Benelli y Gilera. Las Harley-Davidson Flathead, motocicleta oficial de los cuerpos de seguridad estatales, fueron también utilizadas con normalidad. El ejército popular, por su parte, tuvo en sus manos varios modelos de BSA, Norton, Royal Enfield, Saroléa,
Velocette, Automoto, etc., la mayoría modelos civiles mínimamente adaptados y propiedad del Gobierno de la República, algunas otras compradas directamente a los países suministradores de material bélico; si bien muchas fueron unidades de uso civil requisadas por soldados de ambos bandos.
Las compras armamentísticas realizadas por los dos bandos a otras potencias fueron de gran envergadura, pero la motocicleta representó una mínima parte del material de guerra adquirido, por no decir una parte apenas significativa. Aún existiendo algunos datos fehacientes sobre las compras realizadas una vez estallado el conflicto (mayormente los datos del ejercito vencedor), apenas hay indicación en ellos de los modelos y marcas de las unidades adquiridas, denotando un muy significante desinterés sobre el vehículo en cuestión. Las demás adquisiciones realizadas algunos años antes al levantamiento militar, como compras normales del Ejército de la República derivadas de la Reforma de Azaña, tampoco se detallan. Sin embargo, por medio de las valiosas fotografías del frente que aquí presentamos, muchas de nuestras primeras dudas se disipan.
LA INDUSTRIA MOTOCICLISTA EN LA ESPAÑA DE PREGUERRA España mantuvo desde los albores del pasado siglo XX un interés por seguir el pulso creativo de la industria motociclista
europea, aunque con productos más artesanales que industriosos y medios más modestos que los de los gigantes europeos. Recordemos que en 1905 nació en España la primera motocicleta de producción nacional como tal, la barcelonesa Villabí, a la que siguieron otras como la Montserrat, Iberia, Landa o España; todas ellas casos aislados de producción propia, ya que desde los años 10 hasta bien entrados los 30, resultaba más rentable la importación con ventas bajo la marca original, o adaptada y rebautizada para el mercado español. Esta tendencia trajo a España DKW, NSU, Griffon, entre otras; pero también aportó grandes marcas nacionales como SIMÓ, Salvador, JFC, Gimson o Patria que con su modelo de cuatro cilindros y 1000 cc con motor americano Henderson/ACE, fue la motocicleta mas “yankee” fabricada e nuestro país, y algunas otras firmas con motores propios o basados en los Villiers ingleses. SIMÓ, por ejemplo, ofrecía una 250 de gran calidad y prestaciones, con motor propio basado en el DKW alemán, y de la que el ejército compro 25 unidades hacia 1928. A pesar de todo, la mayoría de las motocicletas que en la España anterior a 1936 rodaban por nuestras carreteras eran importadas, de fábricas como la BSA, Matchless, Ariel, Rudge, Norton, Triumph, FN, Automoto, Harley-Davidson, Indian, etc., ya que, como se ha dicho, resultaba más rentable importar que fabricar y además la práctica totalidad de las marcas internacionales veían en España un país por climatología y orografía ideal para la moto y para su negocio. Esta proliferación de variadas firmas extranjeras y algunas nacionales quedaba patente en las pruebas deportivas que ya desde 1906 reunían a los motoristas aficionados en las provincias del país. La primera de aquellas, la Copa Sportmen de
1906, fue solo el comienzo de una gran afición que llega a nuestros días. La multitud de pruebas realizadas y su diversa índole sería materia de otro artículo, pero resulta obligado mencionar que antes del estallido de la Guerra Civil, España contaba ya con grandes premios de velocidad, competiciones de resistencia, dirt track e incluso tres Tourist Trophy nacionales a imagen del TT inglés: el de Bilbao desde 1932, Madrid en 1935 y Barcelona en el mismo 1936. El estallido de la Guerra Civil, que acabó con el ideal de una España más libre, igualitaria y moderna, dio al traste también con las aspiraciones motociclistas de emprendedores de nuestro país que tendrían que esperar a los años cuarenta para poner en marcha sus proyectos.
ESPAÑA, 1936 Resulta curioso ver cómo la motocicleta tuvo desde un principio una anecdótica pero letal importancia en los acontecimientos que generaron el clima de preguerra que se apoderaría de nuestro país. Por ejemplo, el asesinato de Eduardo Dato a manos de los anarquistas catalanes Casanellas, Nicolau y Mateu (como respuesta al asesinato anterior a mano del Sindicato Libre del abogado catalán Francesc Layret) fue perpetrado en Madrid a lomos de una Indian color gris con sidecar adquirida en el concesionario de calle Trafalgar de Barcelona. Años después, Casanellas sufría un accidente mortal cuando se dirigía a Madrid en moto junto con Francisco del Barrio para asistir a un pleno del PCE, barajándose la posibilidad en el seno del PCC de que ambos hubieran sido asesinados a causa de una conspiración interna. Esta atmósfera prebélica heredada desde comienzos de los años treinta a causa de
una muy polarizada clase política, dramáticas diferencias sociales y en general un clima social muy tenso, con una inseguridad ciudadana muy alta y atentados de carácter político y levantamientos populares casi cotidianos, culminó en los asesinatos de Sáez de Tejada y Calvo Sotelo a manos de extremistas de ambos bandos, puniendo fecha a una guerra civil ya anunciada con la revolución de 1934. Las dramáticas consecuencias demográficas, estructurales y económicas, intelectuales y políticas causadas por la Guerra Civil acompañaron a nuestro país durante treinta y seis largos y penosos años. Sirva todo lo comentado anteriormente sobre la moto en nuestro país para ofrecerle una sucinta idea al lector del panorama motorista en la España previa a la contienda de 1936, de las motocicletas que rodaban por las calles y avenidas de las ciudades más desarrolladas desde finales de los años veinte y de todo lo que, también en el ámbito de la motocicleta y el motociclismo de este país, se llevó consigo la Guerra Civil.
EL BANDO REPUBLICANO La República, desde un primer momento, estuvo mejor equipada que los insurgentes e hizo grandes compras de material de guerra, sobre todo a la URSS, quién abusó por precios y calidad del material ofrecido (junto a armas y material muy novedoso y válido, al bando del Gobierno Legítimo le endilgaron piezas de museo y material inservible). México ofreció desde las primeras horas del levantamiento su apoyo a la República, facilitando material bélico propio y haciendo de tapadera para las compras a países no intervencionistas (USA, Gran Bretaña, Francia a petición de los ingleses). Las motocicletas utilizadas tuvieron procedencia inglesa, belga, italiana, alemana y norteamericana, y muy posiblemente también francesa y soviética, aunque los datos sobre estas son escasos o nulos. Es complicado analizar la procedencia del material Republicano: la mayoría de las motocicletas usadas por el frente leal eran ya propiedad anterior del Gobierno y otras se adquirieron libremente como compras civiles o, directamente, fueron requisadas a la población. El Grupo de Autoametralladoras, dependiente del Arma de Caballería del Ejército de la República, contaba con 22 motocicletas y tenía su acuartelamiento en Aranjuez. La Agrupación de Cañones Contracarro del Ejército Rojo disponía de 36 motocicletas.
BSA M22
La gran protagonista de las motos del bando republicano. Estuvo a los mandos de la Brigada Motorizada y del Frente de Aragón. Fue llamada `la naranjera' en referencia al intercambio que colaron los ingleses a los dirigentes republicanos. Fabricada como motocicleta civil pero obligada a la guerra, su veloz motor de 500 cc y válvulas en cabeza sólo será montado durante dos años, siendo una moto de alta gama y precio elevado. En su época los motores de válvulas en cabeza (más caros y complejos) no eran los preferidos por los motoristas, y su precio la dejaba un paso por detrás de máquinas más potentes (Norton, Velocette), o cercana al de la
superbike de la época, la Triumph Speed Twin. Fue importada por la República en número escaso y desconocido de unidades. De ella puede decirse que fue la moto de la Guerra Civil. Su alter ego con válvulas laterales, la BSA M20, sería una máquina muy reconocida y diseñada expresamente para la Segunda Guerra Mundial.
NORTON ES2
La Norton ES2 se lanzo en 1927 y venía a ser una CS1 mejorada estéticamente y mecánicamente. Fue utilizada por la 21 Brigada Mixta Republicana y por la Brigada
Motorizada. Su motor de un cilindro y 500 cc era, como en toda buena Norton, de marcado carácter deportivo y a pesar de que la "Cammy" por árbol de levas ya había sido presentada, el monocilíndrico por varillas y balancines de Norton era toda una institución que no se dejaría de fabricar hasta 1964. Ofrecía una velocidad máxima de más de 120 km/h y montaba una precisa caja de cambios AMC. Fue muy popular debido a su fácil mantenimiento, fiabilidad y diseño tradicional. La denominación ES2 le viene por "Endosad Springs", en referencia a los muelles de válvulas ocultos.
VELOCETTE MAC 350/MSS 500
Los modelos de Velocette utilizados fueron monocilíndricos ligeros de 350cc, posiblemente modelos MAC de cuatro velocidades y válvulas en cabeza que ofrecían unos 15 cv; Utilizadas principalmente por brigadas de ametralladoras. Estos modelos se presentaron hacia 1933 como alternativa a los costosos modelos K de Velocette con árbol de levas en cabeza, tan exitosos en los Tourist Trophy de los años 20. Concretamente, el modelo MSS de 500 cc supuso todo un éxito de ventas y popularidad para Velocette. Para 1940 la familia M contaría con dos modelos de especificaciones militares. Su producción cesó en 1960.
ROYAL ENFIELD JF 500 y J 500 `BULLEI"
Las Royal Enfield participantes en la contienda fueron de los primeros modelos Bullet de la firma de Redditch, de gran robustez y calidad. La JF era considerada una magnífica máquina, con un moderno y suave motor de cuatro válvulas y 19 cv, si bien en años posteriores se ofreció ya solamente con dos válvulas para reducir costes (modelo J). Su cilindro vertical y detalles de diseño la presentaban como una moto de aspecto muy moderno para la época. Formó parte de las unidades dispuestas por la Brigada Motorizada y por el Cuerpo de Seguridad y Asalto de la República. Terminada la guerra, siguieron utilizándose durante cuarenta años en las zonas del norte de Cataluña como motocicleta para el día a día. SAROLEA 23M 500 y 36M 600
Esta motocicleta Belga es una de las grandes desconocidas y sin embargo hay fotografías que la demuestran usada en nuestra Guerra Civil. Los modelos utilizados pudieron ser de doble lumbrera y hasta 600 cc. Saroléa (Bélgica 1896-1963) fue uno de los grandes fabricantes europeos y rival directo de la FN, siendo como ella (y BSA, Royal Enfield y muchas
otras) en su origen un fabricante de material bélico. Podrían haber sido facilitadas por tos franceses antes de la no intervención. Posteriormente se comercializarían en España.
HARLEY-DAVIDSON FLATHEAD
monocilíndricos de 350/500 de los años veinte. Unas motocicletas muy longevas, de motor sencillo y fiable, el cual seguiría en producción desde 1929 hasta 1951, pero pesadas y lentas, ya que con 750 cc ofrecían tan sólo 20 caballos de potencia de cuyas primeras series salieron demasiadas unidades defectuosas. Aquellas RL y VL serían la base de las famosas WLA de especificación militar para la Segunda Guerra Mundial. Hoy día aún se puede ver como pieza de museo una de las adaptadas a molino de trigo por la resistencia del Alcázar del Toledo.
Utilizadas con ametralladoras Hotchkins en la Escuela Central de Tiro y por las secciones motorizadas de los dieciséis Grupos de Asalto. Eran las motos oficiales del Ejército de la República y, al igual que las Royal Enfield, también de algunos otros cuerpos de seguridad del Estado (por lo que fueron usadas por ambos bandos, entre otros motivos, dependiendo de la zona de España en dónde se localizaran). En Alicante, por ejemplo, era la motocicleta de uso cotidiano de la Guardia Municipal antes de la guerra. En fecha de 1935 los cuerpos oficiales que usaban Harley-Davidson eran el Ministerio de Guerra, la Guardia Civil, Carabineros, Dirección General de Seguridad, el Cuerpo de Vigilantes de Caminos, Cuerpo de Seguridad y Asalto, Correos y Telégrafos, la Diputación de Guipúzcoa y Navarra y los Ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Bilbao y Alicante, como se ha comentado. Los modelos que se utilizaron en la Guerra Civil fueron básicamente RL 45 y alguna VLD 74 de válvulas laterales (Flathead) de comienzos de los años treinta, y modelos
EL BANDO NACIONAL Alemania e Italia fueron los dos países que básicamente suministraron material bélico al ejército sublevado, aunque Irlanda y Portugal también lo hicieron en menor medida. Las unidades facilitadas por los germanos y los fascistas italianos son las que cuentan con mejor inventario de las relacionadas aquí. Sin embargo, generan ciertas dudas los datos anotados por la Legión Cóndor respecto a las Zündapp y DKW.
BMW R12 y BMW R35
La R12 fue concebida hacia 1935 como moto civil turística, incorporando por vez primera horquilla telescópica hidráulica, pero pronto se la adaptó para el combate, ya que Alemania había comenzado a prepararse para una segunda guerra mundial. La R35 monocilíndrica producida en 1937 es una de las motos de BMW más apreciadas y singulares, posiblemente la cima de sus motores de un cilindro. Adoptó la horquilla de su hermana mayor, la R12. Fueron utilizadas por grupos de la Legión Cóndor en un total de 76 unidades con sidecares para misiones de enlace del contingente aéreo. Las conocidas BMW R75 quedarían fuera de la contienda, ya que llegaron a España en 1943 con el Plan Bär junto a otros modelos de NSU y Püch. A su marcha del país, la Legión Cóndor dejaría en España 111 motos y 58 sidecares de las unidades traídas consigo.
ZÜNDAPP KS-600 y DKW NZ-350
Fueron utilizadas por el contingente terrestre de la Legión Cóndor, el Grupo Imker, a finales de la Guerra Civil. Disponían de 72 unidades totales de ambos modelos. Estas motocicletas pudieron no actuar en la contienda, pero sí con seguridad en años posteriores como parte de las unidades de la guardia del régimen. Serían un remanente de las compras a Alemania durante la Guerra Civil. La Zündapp KS-600 fue una motocicleta longeva, producida desde 1937 a 1950, y de una robustez excepcional. Uno de los pilares básicos de la marca alemana tras la Gran Depresión, tanto en su modelo civil como militar, de suave embrague y fácil de manejar con sus más de 200 kilos. Su chasis de chapa estampada y cola rígida es de gran similitud al de la BMW R12, pero las líneas de la KS son menos estilizadas, más rudas. Como curiosidad decir que montaba carburador inglés Amal M76 (el cual compartía con la DKW). La posterior versión denominada KS-600W fue la utilizada por la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial y también por los ejércitos marroquíes, griegos y argelinos.
La DKW NZ-350, por su parte, construida también sobre la base de un bastidor de chapa estampada, supuso para la marca su modelo de mayor éxito comercial. La serie NZ aportó a las motocicletas DKW de dos tiempos de calle todo lo conseguido con las de carreras de 250 cc en las TT de Man de comienzos de los años treinta. En un primer momento se dispuso fabricarla con suspensión trasera Benelli, pero problemas de patentes y costes la terminaron por ofrecer en formato rígido. Se presentó al mercado alemán en marzo de 1938 y pronto fue elegida por los departamentos de guerra para misiones de enlace y correo militar, sin apenas cambios sobre el modelo civil. Esta moto fue utilizada, al igual que la BMW, por la escolta de Franco en los años cuarenta.
GILERA LTE 500
Con su monocilíndrico de válvulas laterales de 490 cc, la LTE era la respuesta italiana a la Norton 16H. Disponía de una exclusiva y novedosa suspensión Gilera a la rueda trasera. Se fabricó entre 1936 y 1944.
BENELLI 500 VLM 40 TE
MOTO GUZZI GT-17
Esta motocicleta pudo verse en nuestro país por primera vez a mediados de los años 30. Llegó desde Italia con el resto del material bélico utilizado en España durante la Guerra Civil. Utilizada por compañías italianas integradas en el Ejército Nacional, más concretamente, Commando Repparti Specializzati, estaba equipada con ametralladoras Breda M30 manejadas por el propio piloto de la moto. Su motor monocilíndrico horizontal de cuatro válvulas es típico de las primeras Moto Guzzi. Dispusieron de 27 unidades de ellas. También participó en la Guerra de África y en otras contiendas internacionales. El mototriciclo TriAlce fue igualmente de uso común en la contienda. Compartían el mismo motor en términos generales.
Producida entre 1933 y 1939 como alternativa a la Moto Guzzi GT17 y Alce. También se usó el mototriciclo M36. En la Guerra Civil los mototriciclos Benelli 500 M36 fueron empleados como tractor para los cañones de tiro rápido Breda de 20/65 mm, aunque se vieron sustituidos rápidamente por los Moto Guzzi TriAlce. Posteriormente y junto a la 250 M37 de Benelli, estas máquinas participarían también en la Segunda Guerra Mundial. El total de motos facilitadas por la Italia fascista fue de 1189 unidades entre las tres marcas aquí señaladas.