Separata Medellín Vive la Música edición 3

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EDICIÓN 3 JUNIO 2015

¿Cómo se reconfigura el mercado de la música en Medellín?


ED.03

E D I TORIAL

Alcaldía de Medellín Aníbal Gaviria Correa Alcalde de Medellín Alexandra Peláez Botero Vicealcaldesa de Educación, Cultura, Participación, Recreación y Deporte Luis Fernando Suárez Vélez Vicealcalde de Gobernabilidad, Seguridad y Servicio a la Ciudadanía Juan Carlos Giraldo Salinas Vicealcalde de Salud, Inclusión y Familia Jesús Arturo Aristizábal Guevara Vicealcalde de Hábitat, Movilidad, Infraestructura y Sostenibilidad

Hacia la sostenibilidad del sector musical

Wilson Enrique López Bedoya Vicealcalde de Gestión Territorial Luis Felipe Hoyos Vieira Vicealcalde de CTi, Desarrollo Económico, Internacionalización y APP

Secretaría de Cultura Ciudadana María del Rosario Escobar Pareja Secretaria de Cultura Ciudadana Ana Cecilia Restrepo Espinosa Directora Red de Escuelas de Medellín Alejandro Escobedo Forero Gerente Medellín Vive la Música Ronal Castañeda Tabares Comunicaciones Medellín Vive la Música Luz Enidia Largo Arteaga Comunicaciones Subsecretaría Arte y Cultura Interventora

Revista Arcadia Director Juan David Correa Directora del proyecto Juliana Restrepo Dirección de Arte Phllip Scholz Correción Tatiana Andrade Fotografía y textos Esteban Duperly Podcast Juan Pablo Trujillo Director Comercial María Alejandra Navia / anavia@semana.com

Entender el arte y la cultura como una dimensión del desarrollo humano, significa generar capacidades y oportunidades para los territorios y sus pobladores. Medellín ha recorrido un camino muy importante en la construcción de tejido social desde estos campos, lo que explica en buena medida la transformación que hemos vivido. Ahora enfrentamos el reto de fortalecer los sectores artísticos para crear un escenario sostenible que le aporte a la economía de la ciudad. En 2014 presentamos el mapeo de tres subsectores culturales: teatro, música y danza, un ejercicio de caracterización que nos permitió identificar necesidades de fortalecimiento en diversas dimensiones, como la planeación, producción, proyección, comunicación, formalización y agremiación de las entidades y proyectos culturales de las artes escénicas. Esto explica por qué el programa Medellín Vive la Música le apuesta a consolidar el sector en la ciudad. Hemos iniciado una apuesta para recoger la experiencia acumulada en procesos formativos y escenarios para la circulación musical, sobre este conocimiento y trayectoria tenemos el propósito de generar nuevas oportunidades para el desarrollo personal y profesional de quienes hacen parte de los diferentes eslabones de la cadena musical. Para que Medellín viva la música es necesario que empecemos a sumar socios y aliados. A través de la formación y el acompañamiento queremos que los emprendimientos creativos y culturales crezcan y se desarrollen, que encuentren plataformas públicas y privadas, para contribuir al desarrollo económico de la ciudad, un factor fundamental para el encuentro entre los creadores y sus públicos.

María del Rosario Escobar Pareja Secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín

Publicaciones Semana SAS Gerente General Elena Mesa Zuleta Gerente Comercial Isabel Cristina Calle Gerente de Mercadeo Liliana Sotomonte Gerente de Circulación Natalia Peinado Gerente de Innovación Iván Jaramillo Price Gerente Financiero y Administrativo Felipe Albán Daza Sede: Carrera 11 n.º 77A - 65 Bogotá, Colombia PBX 6468400 ©Publicaciones Semana S. A. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización de Publicaciones Semana S.A. ISSN: 1900-589X Printed in Colombia

Foto de portada: Cortesía Locomotora Producción Audiovisual / Alejandro Arango. Programa de televisión Registro Sonoro


Foto: Medellín Vive La Música

LAS CIFRAS DE LA MÚ $ ICA

REPORTAJE. L as c i fras d e la música

¿De qué tamaño es e l mercado mus ical en la ciudad? ¿Cuánto dinero mueve es a economía? Reconf iguraciones en el f uncionamiento de l mercado, legis lación mercantil y el f enóme n o pirata hacen dif ícil medirlo.

Por Es teban Dupe rly

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Foto: Archivo Codiscos

En los años cincuenta hubo una época dorada para la producción discográfica en la ciudad. Empresas como Codiscos (foto), y después Codiscos y Sonolux, mandaban la parada en América Latina en cuanto a música popular se refiere.

Desde 2007 comenzó una migración de artistas puertorriqueños hacia Medellín. Se les conoce como paisaricas y, hoy en día, en la ciudad residen estrellas como Nicky Jam, quien cobra hasta 100 millones de pesos por presentación y es el único extranjero en todo su staff. Álvaro Picón, representante artístico que trabaja para Codiscos, expresa que ese fenómeno puede resultar bastante representativo para la economía antioqueña: además de los recaudos por impuestos, constantemente hay alquiler de estudios de grabación, existen 5 emisoras dedicadas por completo al reggaetón y, cada semana, hay conciertos en discotecas y centros de eventos. Eso, sin duda, significa dinero que circula por cuenta de la música. Por su parte, Adriana Restrepo, presidente de la Cámara Fonográfica Colombiana, explica que el año pasado, en Colombia, se vendieron 32 mil millones de pesos en formatos de música digital –el 57% del mercado musical– incluídas descargas y suscripciones a servicios de streaming. Sin embargo, estimar el tamaño de esas transacciones a nivel local es cada vez más complicado. “Si habláramos de Medellín no podría decir una cifra porque un artista ya no vende solo en un territorio. Las grandes ventas de Radio MC [un rapero de la ciudad] pueden hacerse, con tranquilidad, en Holanda”, 04

explica Adriana, quien también es la presidente de Codiscos, cuyas oficinas son uno de los últimos vestigios de una época dorada, cuando compañías fonográficas como Sonolux y Discos Fuentes prosperaron en la ciudad. Allí no sólo se movía mucho dinero sino grandes artistas que hoy engrosan nuestro patrimonio sonoro, como El Binomio de Oro, Grupo Niche y el mismísimo Joe Arroyo. Codiscos, incluso, llegó a tener una planta con una litografía propia y un departamento dedicado solo a la producción de las carátulas. Eran los tiempos del reinado del LP, que duró 5 décadas. Pero hoy, explica Adriana, los discos deben mandarlos a traer de Noruega. Cuenta que alrededor de los acetatos se creó una suerte de nicho integrado por puristas del sonido análogo y disc jockeys vieja guardia que pagan hasta 90 mil pesos por los vinilos de siempre, un fenómeno que ha revitalizado el mercado. Sobre una larga mesa de juntas, a la que se llega por un corredor donde cuelgan ejemplos de la evolución del disco, Adriana me muestra el histórico de las tajadas del mercado que se ha llevado el LP: 58% en los años ochenta; 1% en los noventa, y 0.20% en el nuevo siglo. Pero, a partir de 2014, la cifra repuntó a 5%, que corresponde a los nuevos compradores. La caída del LP, y la transformación dura del negocio musical, comenzó a mediados de los ochenta cuando se introdujo con más fuerza el casete, un formato mucho más pequeño y simple, que no demandaba esos estuches magníficos de los discos, en cartón de buen gramaje y fotos en policromía. Ahí empezó el ocaso. El golpe de gracia lo dio la piratería: la cinta trajo consigo que una persona pudiera sacar infinitas copias de un álbum. Y entonces, grabar casetes piratas se volvió un negocio que siguió transformándose y llegó a su punto más alto cuan-


PRIMAVERA FEST

REPORTAJE. L as c i fras d e la música

Feria de entretenimiento sostenible que tiene un componente musical donde se invierten alrededor de

Foto: Me dellín Vive la Música

250 millones.

do se popularizaron los quemadores de cedés y, finalmente, cuando se masificó la música descargable de manera digital. Desde entonces, mayor consumo no necesariamente significa mayores ventas. La prueba es plausible hoy: nunca antes la gente había consumido tanta música. Un joven en Medellín –o en cualquier lugar del mundo– puede guardar en su mochila una tableta de 64Gb que contiene 14 mil canciones. Sin embargo, surge una pregunta: ¿cuánta de esa música es legal? La piratería dificulta la medición de la economía que mueve el sector musical. Bajo la corriente legal de transacciones corre un caudal de compras y ventas informales imposibles de estimar. Adriana Restrepo cuenta que, durante el 2014, se vendieron 15 mil millones de pesos en formatos musicales físicos, pero rastrear cuánto se escapó por debajo resulta muy complejo. Por eso, se estima que si el concepto se amplía más allá de lo fonográfico, la cifra que mueve la música en la ciudad puede resultar bastante interesante. Juan Felipe Arango es productor ejecutivo de Merlín Producciones, una empresa que hace dirección artística de eventos, produce discos y a la vez es estudio de grabación. Mientras se encontraba en Brasil conversamos vía Skype sobre el Primavera Fest, que él define como “una gran feria de entretenimiento sostenible” que tiene un componente musical donde se invierten alrededor de 250 millones de pesos. Juan Felipe también es productor del Parque Cultural Nocturno y de los escenarios artísticos de la Feria de las Flores de la Alcaldía de Medellín que cuesta cerca de 460 millones de pesos y cuya inversión total para el evento es cercana a los 5 mil millones de pesos. Si tenemos en cuenta

que la cartelera anual de eventos involucra otros festivales, tendremos un flujo de dinero importante que circula en el mercado y, de rebote, oxigena economías de agentes complementarios: los prestadores de logística, los alquileres de sonido, los diseñadores de iluminación, entre otros. La Cámara de Comercio de Medellín registra 308 establecimientos dedicados a temas musicales de diversa índole: desde grabación y edición de sonido hasta comercialización de instrumentos. Eso da una idea del tamaño del sector, pero ellos mismos no se atreven a especular sobre el tema; explican que no existen estudios completos que puedan agregarle más valor a las cifras de registros mercantiles. Esperanza Gómez, de la dirección económica de Fenalco Antioquia, ofrece una respuesta bastante similar: aunque intuye que el mercado de estudios, productoras y músicos es dinámico, no figuran como gremio, así que los números de ese negocio se registran, sin discriminación, entre los genéricos catalogados como prestación de servicios y venta de productos. ¿De quién, entonces, es la labor de monitorear qué pasa con la música? Puede que se trate de un asunto compartido. Sara Melguizo, directora de la Unión del Sector de la Música (USM), dice: “Estamos precisamente en acercamientos para demostrar que hay una economía real ahí”. Esos acercamientos comienzan con un trabajo duro de Medellín Vive la Música programa promovido por el municipio de Medellín para consolidar empresarialmente a los músicos. Alejandro Escobedo, gerente del programa, expresa: “Estamos realizando un convenio con Interactuar, una corporación que promueve programas de desarrollo social, para crear y fortalecer unidades productivas. Vamos a enfocar el conocimiento de 05


Interactuar en contribuir al crecimiento y desarrollo de las empresas musicales del sector cultural y artístico del Municipio. Queremos que tengan mejores herramientas administrativas, financieras y comerciales que les permita consolidar un plan de mejoramiento en sus modelos de negocio”. La USM se creó hace 6 años y congrega a los distintos eslabones de la cadena productiva. Desde su oficina en el barrio Carlos E. Restrepo, en la antigua sede del Museo de Arte Moderno, Sara también dirige la revista Música. Las portadas de las últimas ediciones cuelgan de las paredes. Explica que la USM no solo reúne músicos sino proveedores de servicios y productos. Tiene interlocución con aproximadamente 3.000 agentes musicales en 8 regiones del país y representa a cerca de 1.500 agremiados, entre ellos artistas como Maite Hontelé, Puerto Candelaria, Pala, Mandrágora hip-hop, Coffee Makers, la rapera Mary Hellen, la bolerista y tanguera Carmen Úsuga, Estación Caribe y el sello Música Corriente, que agrupa a 7 bandas de Medellín. ¿Cuánto capital mueve la actividad artística de estas agrupaciones? Juan Felipe Arango explica que el costo aproximado de una producción discográfica de estudio es de 50 millones de pesos. Luego de la grabación y los arreglos viene un proceso de diseño gráfico y de distribución, que también suma costos y nuevas personas en la cadena. Y la promoción del disco casi siempre involucra el rodaje de un videoclip. Marcela Cano es la directora de producción de Locomotora, una productora audiovisual que lleva 10 años en el medio. En su oficina de transición, ubicada en el barrio Simón Bolívar –están terminando de adecuar la sede habitual donde cuentan con un estudio de grabación— y entre maletas con luces, trípodes, cinta gaffer y un par de equipos de edición de video no lineal, conversamos sobre el avance del videoclip en la ciudad, un formato en auge que ha despegado de la mano del mercado musical. Cuando Locomotora comenzó, hace una década, parecía muy lejano pensar que sus productos iban a llegar a un canal internacional. Pero desde el primer año, con una banda llamada Pop Corn, rompieron esa barrera y a la fecha van 25 videos emitidos por el canal musical MTV. Marcela explica que un videoclip para una banda local puede costar 40 millones de pesos o más, aunque a menudo el presupuesto de los rodajes está entre 7 y 10 millones. En promedio, ruedan uno al mes, pero también graban a los artistas tocando en vivo, en un formato de concierto de 8 o 10 canciones que se comercializa en formato DVD. Esas producciones cuestan entre 11 y 15 millones de pesos. Donde la pista del dinero se pierde es en la venta. Y si el músico es autogestor o independiente, resulta aún más difícil rastrear números.

El mercado musical ha tenido que explorar e ingeniar modelos diferentes. Para empezar, los derechos de autor hoy en día son un tema. Mientras que en las décadas de los ochenta y los noventa representaban el 2% del mercado, hoy son el 11% y la tendencia va en aumento. John Jairo Arias es el di-

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EL PARQUE CULTURAL NOCTURNO es uno de los

eventos más representativos de la escena musical en la capital de Antioquia por la diversidad de géneros y la cuidadosa curaduría. Se realiza en el Parque de los Pies Descalzos.


Foto: Medellín Vive La Música

REPORTAJE. L as c i fras d e la música

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Foto: Locomotora Producción Audiovisual

RE PO RTA J E. L a s c i f ra s d e l a mú s i c a

LOCOMOTORA

Productora audiovisual con 10 años de trayectoria. A la fecha lleva 25 videos emitidios por el canal internacional de música MTV.

rector jurídico de Acinpro, una sociedad que representa y gestiona los derechos por el uso de piezas fonograbadas. Desde su oficina, en el centro de Medellín, explica: “La música es un bien ajeno y hay que respetarlo”. Cuánto se recauda por cada canción depende de asuntos como su popularidad, qué medio la reprodujo y cuántas veces, pero por lo regular, la valoración de los derechos la hacen los mismos artistas. El dueño del fonograma recibe aproximadamente el 70% del recaudo. Durante el 2014 se distribuyeron cerca de 17 mil millones de pesos por derechos derivados de la comunicación pública pero, una vez más, no es posible determinar la cifra exacta para la ciudad. “Es muy difícil segmentar. Acinpro, en este momento, tiene cerca de 4.000 artistas y 53 sellos fonográficos afiliados en toda la geografía del país. No tenemos forma de individualizar cuánto pueden ganar los artistas antioqueños o los de Bogotá. Es una labor muy compleja”, explica Arias. Por su parte, Sayco es la sociedad colectiva que representa, a nivel nacional e internacional, los derechos patrimoniales de autor de 7.000 afiliados. Recauda por conceptos de comunicación pública: eventos, radio, televisión y medios digitales. Para Antioquia, las cifras de recaudación por espectáculos públicos asciende a 3 mil millones de pesos anuales. Para radio y televisión se eleva a 800 millones de pesos. “Los medios digitales no se cobran por región sino por plataforma”, explica Ricardo Roldán, director de recaudo de Sayco, quien expresa la urgente necesidad de desarrollar una cultura en torno a los derechos de autor. Las regalías por ‘sonadas’ incluyen, además, todas las plataformas digitales, donde la piratería comenzó a 08

controlarse y se instaló un modelo de pago. Al principio se trató de descarga por demanda, donde el usuario podía almacenar canciones en su equipo, pero hoy en día se impone el streaming, que consiste en suscripciones pagas –un esquema de alquiler opuesto a uno de compra– donde se accede a galerías de millones de canciones. Daniel Santamaría, manager para la región Andina de la plataforma Deezer, expresa: “De nuestros ingresos, más del 70% se le paga a las disqueras, editoras y artistas”. En Colombia se han registrado 4 millones de personas en esta plataforma, de las cuales 20% corresponden a Antioquia, pero no es posible revelar las cifras en dinero. Sin embargo, artistas como Maluma y J Balvin han alcanzado records de 16 y 18 millones de streamings. Las audiencias se han desplazado hacia las plataformas virtuales, tendencia que trajo consigo la aparición de nuevos actores, como los community manager y los agentes de prensa. Juan Sebastián Vélez es el manager general de Estados Alterados, uno de los grupos pioneros del pop electro en Medellín. Vélez es psicólogo y, luego de haberlos visto tocar en vivo en el 2010, se “enamoró” de la banda. Trabaja con ellos desde 2012. Durante los ochenta, Estados Alterados eran 3, pero hoy en día agrupan alrededor de 15 personas, donde 2 están a cargo de las redes sociales y un sitio web que incluye una tienda virtual de discos, manillas, camisetas y otras piezas de merchandising. “Constantemente estamos produciendo contenidos. Vos hacés una presentación donde asiste un público y ellos cuentan. Pero con las redes se expande la onda en todo el mundo”, dice Sebastián. Cuando tocan en vivo, además de


Foto: Estados Alterados

REPORTAJE. L as c i fras d e la mĂşsica

ESTADOS ALTERADOS

Banda de electro pop que agrupa alrededor de 15 personas, donde 2 estĂĄn a cargo de las redes sociales y un sitio web que incluye una tienda virtual de discos, manillas, camisetas y otras piezas de merchandising. 09


Foto: Merlín Producciones

RE PO RTA J E. L a s c i f ra s d e l a mú s i c a

MERLÍN PRODUCCIONES

es una empresa de dirección artística de eventos, que también opera como productora de discos y cuenta con estudios de grabación.

los músicos y el ingeniero de sonido, también tienen un VJ encargado de proyecciones audiovisuales. Una banda como esta es un grupo de rock, pero también es una empresa donde la figura del manager hace las veces de gerente y coordina todo un equipo que trabaja para que, de cierta forma, el show continúe aún cuando los músicos se bajan del escenario. Son una sociedad jurídica y Sebastián opina que agrupaciones de ese mismo nivel deberían constituirse legalmente para superar un cierto umbral y hacer parte de una industria más sólida. Puede que esa figura funcione para las banda top pero, ¿qué sucede con grupos más pequeños? Desde la USM expresan dudas. Sara Melguizo explica: “No lo sé, no estoy segura. Una banda podría tener un modelo empresarial pero seguir existiendo como personas naturales y les podría ir muy bien. En estos momentos, con los modelos que ofrece la Cámara de Comercio, ¿sería lo más adecuado estar registrado? No sé, habría que explorar modelos más compatibles”. Melguizo se refiere a esquemas de registro mercantil que necesariamente no son compatibles con la naturaleza de los músicos. Este es un sector con muchas aristas, diverso, y es difícil que lo modulen los mismos parámetros que aplicarían para una línea de producción serializada o para un almacén de mercancías. De todos modos, a nivel perceptual se tiene la certeza de que la economía de la música es bastante viva: se graban discos, se venden instrumentos, los estudios legalizan su software, se hacen conciertos, se organizan festivales, la radio programa, la gente se suscribe a servicios de streaming, se ruedan videos, las productoras compran cámaras y ópticas y contratan operadores de luces, y todas esas actividades traen consigo dinero que comienza a dinamizar un 10

flujo de capital que, aunque aún indeterminado, se estima que hace un aporte significativo a la Hacienda de la ciudad. En 1994, en Colombia, la cadena de valor del disco congregaba alrededor de 25.000 personas y representaba un renglón importante en el PIB. Hoy puede haberse contraído cerca del 90% y la piratería hace difícil estimar el tamaño real de las transacciones. Pero si tenemos en cuenta que 80 millones de enlaces ilegales han sido removidos de los motores de búsqueda y plataformas que privilegiaban la ilegalidad, como Grooveshark, comenzaron a desparecer, y en cambio se fortalecen aquellas que prometen pagos de regalías y reconocimientos a los derechos de autor, es posible que estemos ante una nueva reconfiguración del negocio. La industria de la música hoy es una suma de tres cosas: talento, propiedad intelectual y tecnología. Y nada de eso puede ser gratis. El sector musical ha comenzado a crear y a cobijar nuevos agentes, como los CM, los VJ y los desarrolladores de apps, plazas laborales que hace dos décadas ni siquiera existían. Además, están los realizadores audiovisuales y su tropa de asociados. Si durante la época dorada del LP y las grandes casas disqueras el diseño gráfico y la litografía de la ciudad prosperaron de la mano de las carátulas y los estuches, hoy en día la grabación de video, la edición y hasta la animación digital vienen muy ligadas a la música. De vuelta en Locomotora, Marcela me explica que detrás de una cámara trabaja un grupo de agentes externos que se ganan la vida como técnicos eléctricos, operadores de iluminación, directores de arte, vestuaristas, maquilladores e, incluso, servicios de catering. La música genera trabajo, aunque los trabajadores no sepan tocar instrumentos.


OPINIÓN. E se herm o so herv i d ero d e música

Ese hermoso hervidero de música Por Javier Rodríguez, Director de la Emisora Cámara Fm

C

uando la tecnología hace posible la duplicación de cedés con la misma calidad de los originales. Cuando el mp3 y la internet comienzan a ser parte integral del negocio de circulación e intercambio de música, las primeras víctimas declaradas son las disqueras y los artistas mismos quienes centran sus expectativas de ingresos en la venta de sus obras. Y aunque el mercado de canciones que propuso Apple a través de su plataforma iTunes entregó un pequeño respiro, el mal ya estaba hecho. La piratería y una cierta actitud irresponsable de usuarios, creó la malvada percepción de que toda la música era propiedad del universo. Pero esos cambios tecnológicos también entregaron una visión nueva de lo que significa estar inserto en la dinámica musical. Las grandes disqueras, esos pulpos herméticos que solo iban a la fija con artistas que les garantizaran el retorno de la inversión; esas compañías percibidas como desalmadas unidades de negocios incapaces de tomar riesgos con creadores nuevos y diferentes, terminaron por aterrizar ante la aplastante contundencia de las nuevas realidades. Software gratuito y hardware de especificaciones cercanamente caseras, ayudaron a desmitificar los estudios de grabación. Por vez primera es posible pensar en un futuro sin ellos. Obvio. Descubrieron que una grabadora de ocho pistas era una herramienta poderosa en manos del talento y la creatividad. Y que internet, ese enemigo del pasado, iba a ser aliado confiable. El músico: algo más que un compositor e intérprete. El verdadero trabajo comienza cuando las canciones están listas. Hay vida más allá de perfumados y soberbios ejecutivos que te ordenaban crear temas que se ajustaran a los lineamientos del mercado actual. Ya no tienes que sonar a la moda, ni crear un sencillo para la emisoras. Ya no es obligación vender 10 mil copias, incluso, no hay necesidad de imprimir un cedé físico. Nace, entonces, otro tipo de artista. Uno guiado no solo por su capacidad de imaginar y plasmar canciones.

Una nueva generación de músicos movidos por el amor legítimo al arte. Pequeños estudios, con sus dueños, también productores, quienes ayudan a hacer posibles los sueños de ilusos soñadores. Y detrás hay diseñadores, ingeniosos realizadores de videos con ganas de probarse. Community managers que apuestan porque una idea llegue lejos y vuele alto. Fotógrafos amigos capaces de captar su esencia. Emisoras virtuales o estaciones radiales convencionales dispuestas a programarlos al lado de Arcade Fire o The New Pornographers. Blogs especializados, periodistas que les dan prelación por encima del artificio. Medellín es un hermoso hervidero de esa clase de artistas que han aprendido que no necesitan a nadie para echar a rodar su poder creativo. Es una construcción aun no finalizada. El reto último es interpelar (y educar) a un público aun escéptico y prejuicioso; una enorme masa en ocasiones idiotizada por sonidos efímeros, por figuras fabricadas artificialmente. No tenemos aun una escena sólida, real. No somos, y creo que nunca fuimos, la capital del rock o de cualquier otro sonido contemporáneo. No hay circuito de bares, paso obligado de todos los grandes músicos y bandas del mundo entero. No hay una exposición frecuente, ni tampoco una cultura de pagar por ver. Tenemos un público inmaduro, inculto, perezoso y conformista. Quizá los músicos y sus propuestas están más preparados y avanzados que sus destinatarios finales. Mientras haya esa desconexión entre artistas que aprendieron a vivir ajustados a una nueva realidad que los convirtió en dueños absolutos de su arte, y un público ausente y distraído de la contemporaneidad, parece improbable que florezca un movimiento que fije parámetros, que construya presente-futuro. Sin embargo, como ya lo sabemos quienes hemos vivido, padecido y gozado esta Medellín que no se rinde ante la desesperanza, todo aquí es posible, incluso lo imposible. Crew Peligrosos es un bello ejemplo. 11


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2015 $156.215.952 2014 $400.000.000 2013 $519.374.060 2012 $200.000.000 Total $ 1.275.590.012

MILLONES

de pesos en cuatro años. Estas son las cifras de la inversión que hace la Secretaría de Cultura Ciudadana, por medio de la Subsecretaria de Arte y Cultura, en la música.

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2015 $1.263.671.514 2014 $958.457.040 2013 $1.792.999.999 2012 $301.400.000 Total $4.316.528.553

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2015 $500.000.000* 2014 $400.000.000 2013 $410.624.000 2012 $395.071.934 Total $ 1.705.695.934

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2015 $470.000.000* 2014 $460.000.000 2013 $795.690.008 2012 $853.115.158 Total $930.000.000

2015 EN PRESUPUESTO 2014 $856.680.000 2013 $805.831.000 2012 $496.250.000 Total $2.158.761.000


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2015 $2.000.000.000* 2014 $2.000.000.000 2013 $2.384.516.187 2012 $1.659.978.230 Total $ 8.044.494.417

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2015 $1.539.580.707 2014 $1.482.274.000 2013 $75.564.324 2012 $177.000.000 Total $ 3.274.419.031

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2015 $ 1.653.740.738 2014 $2.520.205.000 2013 $3.552.326.334 2012 $2.044.376.340 Total $ 9.770.648.412

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2015 $5.960.000.000* 2014 $8.749.063.258 2013 $6.205.630.382 2012 $6.110.972.142 Total $ 27.025.665.782

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2015 $2.150.000.000* 2014 $1.849.481.043 Total $ 3.999.481.043

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Foto: Medellín Vive La Música

C RÓN I C A . ¡ Q ue c i rc u l e l a mú s i c a !

¡Que circule la música!

Por Manuela Lopera

Músicos, productores, programadores, managers, gestores y periodistas se reúnen cada año en Medellín en Circulart, la plataforma exportadora para la industria musical más posicionada de Latinoamérica, que cuenta con el apoyo de la Alcaldía de Medellín.

C

on casi 20 años de experiencia en el fortalecimiento de los mercados musicales en la región, Octavio Arbeláez pronuncia esta frase sin temor: “Colombia está liderando hoy la industria musical de América Latina”. Arbeláez es el director de Circulart, la plataforma más sólida de mercados musicales en América Latina y que este año celebra la sexta versión. Se trata de una maratón de 4 días que incluye jornadas académicas, ruedas de negocios y presentaciones artísticas –showcases– que sirven como termómetro del panorama y como espacio para hacer negocios que, en 5 años, han generado cerca de 3 millones de dólares. Esta estrategia nació en 2010, en el marco del III Congreso Iberoamericano de Cultura, y gracias a la gestión de la organización RedLat (Red de Promotores Culturales Latinoamericanos, también dirigida por Octavio Arbeláez) hoy es considerado uno de los mercados insignia de la industria musical del continente. “Su consolidación se debe a dos factores: Medellín como clúster –o centro donde convergen varios eslabones de la cadena productiva, en este caso la música– y el impacto que tuvo el Congreso”. Circulart tiene como base a Medellín porque históricamente ha sido referente musical. Los sonidos del caribe tuvieron aquí su esplendor: “La ciudad ha sido una especie de clúster —antes de que el concepto existiera— de la música, sobre todo de la industria discográfica”, refuerza Arbeláez. Y se refiere al florecimiento de la industria con la consolidación de Discos Fuentes, a partir de la década de los sesenta. El año pasado, Circulart contó con la participación de 22 países: 30 artistas nacionales y 21 internacionales se presentaron en vivo, se realizaron 5 conciertos internacionales de gran formato en escenarios como el Parque de Los Pies Descalzos, el Parque de los deseos y el Orquideorama. Además, se reunieron 89 profesionales internacionales en ruedas de negocios, 20.000 espectadores, 135 periodistas, 15 conferencias y se realizaron 2.543 citas donde se plantearon contratos de giras, acuerdos de participaciones en portales, promociones, encuentros con editores, disqueras y otros intercambios estratégicos para la industria. De esas relaciones “no todas pueden cuantificarse en dinero de forma inmediata, pero sí marcan prospectos de negocios que se materializarán en el futuro”, asegura Arbeláez. En cuanto a la escena musical colombiana, Circulart ha sido protagonista. Agrupaciones como Puerto Candelaria, Crew Peligrosos o La Toma se han beneficiado de la plataforma y han abierto puertas gracias a la visibilización de las ruedas de negocios y los showcases. Andrés Martínez, líder de la agrupación bogotana Monareta, dice que Circulart ha sido el aliado perfecto para potenciar redes con otros países. Antes habían logrado establecer contactos con Estados Unidos y Bélgica pero desde la plataforma lograron

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saltar a Francia, Inglaterra y China, lugares en los que han encontrado un recibimiento sólido. “Estuvimos en la FIM (Feria Internacional de Música de Guadalajara) y desarrollamos un proyecto muy bonito de intercambio entre el Festival Générique de Francia y Colombia en 2012, y en 2013 participamos en el Womex. Estas experiencias han fortalecido también la relación de la banda con otras bandas colombianas y con el medio de la industria de la música independiente”. Como complemento al fortalecimiento de la plataforma, Circulart lleva cada año un grupo de emprendedores musicales del país, a los mercados musicales más importantes. La selección se hace por medio de convocatoria pública, y se exigen ciertos requisitos con el fin de garantizar un modelo empresarial con proyección internacional. En este proceso, un jurado extranjero se encarga de seleccionar a los mejores emprendedores (cerca de 15) y los escogidos van a las ferias principales. “Este año, por ejemplo, van a ir a la feria Womex (World Music Expo), en Budapest, y a la feria MaMa (Music Festival and Convention), en París”. De hecho, alianzas importantes como Womex permiten seguir consolidando el mercado a una escala global. Allí se reúnen los mercados musicales más relevantes del mundo y ha posibilitado articulaciones con economías distantes como China y Cabo Verde. Christine Semba, directora de proyectos especiales de Piranha Arts, entidad que organiza el mercado Womex, dice sobre Circulart: “Se trata de un evento que ya conocemos bien y apreciamos el profesionalismo de su organización, así como las fuertes oportunidades de networking que ofrece a América Latina, una región extremadamente dinámica en el mapa musical mundial. Junto con RedLat trabajamos para ampliar el alcance transcontinental del evento, ayudar a crear nuevas oportunidades en el extranjero para los artistas latinoamericanos y vincular a la comunidad mundial de la música con nuevos caminos en esta fascinante escena”. Para esta sexta versión, el evento seleccionó 116 artistas provenientes de diferentes ciudades colombianas y de países como Argentina, Brasil, México, Ecuador, Uruguay, Estados Unidos y Bélgica, entre otros. Se hará énfasis en el networking musical y la idea es reunir a las redes estratégicas de la música: “periodistas, gestores, managers, agentes, festivales”, con el fin de consolidar una industria que depende de la innovación y el trabajo articulado para su sostenibilidad. Este año, la sexta versión contará con la presencia de Axel Krygier, un músico argentino que representa lo más sicodélico de la escena latinoamericana actual; Víctor Araújo, músico brasilero dueño de unos sonidos sofisticados que provienen de su virtuosismo en los teclados con mezclas pop muy interesantes; Puerto Candelaria y Maite Hontelé, dos apuestas nacionales.


Foto: Esteban Duperley

C RÓNIC A. Ai re d e tango

Aire de tango Por Manuela Lopera

El argentino Leonardo Nieto impulsó el tango con dos esfuerzos que trascendieron en el tiempo: el Festival Internacional de Tango de Medellín y La Casa Gardeliana.

U

na mañana de octubre de 1968 Leonardo Nieto recibió una llamada del Aeropuerto Internacional Ezeiza, de Buenos Aires. El motivo era el vuelo chárter que traía a la delegación argentina al Primer Festival Internacional de Tango de Medellín. En él venían figuras como Aníbal Troilo, Susana Rinaldi, Tito Reyes, el Cuarteto del Centenario, Alberto Podestá, entre otros. En resumen, venía lo más selecto del tango y la cultura de la época. Se trataba de un cartel de más de 70 artistas y necesitaban que alguien se responsabilizara por la delegación, que ya estaba lista para viajar a la ciudad donde había muerto Carlos Gardel.

más grandes del tango. “Se convirtió en un sitio reconocido de la vida bohemia de Medellín”, recuerda Jaramillo Panesso. El profesor y tanguero recuerda que en la parte trasera del lugar, ubicado en Manrique, había unas habitaciones en las que se hospedaban los artistas argentinos. Incluso estuvo Isabelita del Valle, la novia más reconocida de Gardel. La casa, que parece incrustada en una colina, está separada de la calle por unas escaleras empinadas y una reja. La fachada está pintada de azul y amarillo, a la manera de los viejos conventillos del barrio porteño de La Boca. Por allí pasaron diversas figuras de la cultura como Ernesto Sábato, Libertad Lamarque, Osvaldo Pugliese y Jorge Luis Borges.

Esa locura había comenzado a gestarse años atrás cuando Nieto, ya establecido en Medellín, no encontró respuesta ante la ausencia de un monumento al ‘Morocho del Abasto’. Entonces habló con algunos amigos y luego fue a la embajada. A partir de ahí, empezó un intercambio cultural que lo llevó a Buenos Aires. Luego se las arregló para que, entre el apoyo de la Embajada Argentina y el de la Federación de Cafeteros, el festival lograra ser una realidad. Sufrió de insomnios y la adrenalina llegó a su momento más intenso cuando recibió esa llamada en la que le exigían que se hiciera responsable de los pasajeros notables de ese avión. El embajador le explicó que, como diplomático, él no podía asumirla. “Entonces lo tuve que hacer yo. ¿Te imaginás donde se hubiera caído ese avión?”.

El fulgor de esos festivales se apagó en 1973, y 34 años después, el Festival Internacional de Tango fue retomado por la Secretaría de Cultura Ciudadana. Este mes acaba de celebrarse la novena versión, que, como todos los años, recoge lo más representativo de la escena tanguera actual. La Casa Gardeliana, por su parte, cerró sus puertas en 1992, con el golpe que la violencia del narcotráfico le dio a la vida nocturna de la ciudad. Sin embargo, En 2002, fue oficialmente nombrada Monumento Histórico y Patrimonio Cultural de Medellín y luego pasó a manos del Municipio. En la actualidad, se llama Fundación Cultural Casa Gardeliana y funciona como museo y centro cultural dedicado a preservar el patrimonio del tango y el legado de Gardel.

Un argentino muy antioqueño Leonardo había llegado a Medellín en 1960 para disfrutar de unas vacaciones. Su regreso a Argentina se fue posponiendo y, con los años, echó raíces. Su esposa creó un jardín infantil y él abrió el Café Versalles, un lugar que 54 años después aún es un emblema del centro de la ciudad. En su negocio, ubicado en la calle peatonal Junín, popularizó las empanadas argentinas y consolidó un lugar de culto para tangueros y bohemios como Manuel Mejía Vallejo, quien escribió allí la novela Aire de tango. “Los nadaístas estaban en la esquina del parque Bolívar en el bar Miami y nosotros, los tangueros, nos reuníamos en el Versalles”, recuerda Jaime Jaramillo Panesso, quien trabó amistad con Nieto en el año 64, en la Asociación Gardeliana, junto al crítico de cine Orlando Mora y el escritor Darío Ruiz Gómez. Luego de esa primera versión en 1968, a cuya apertura en la Plaza de Toros de La Macarena asistieron 12.000 personas y en la que se presentó Tito Lusiardo, un actor y bailarín que había sido gran amigo de Gardel, Leonardo volvió a estar al frente del Festival en los años 70 y 71. Pero en su cabeza otra idea seguía dando vueltas: La Casa Gardeliana. El 14 de febrero de 1972 por fin pudo concretar la idea: un lugar que acogiera a los artistas

Ahora Leonardo tiene 90 años y dice que se da por bien servido. Recuerda la inauguración del monumento a Gardel, ‘el Zorzal Criollo’, acompañado por personalidades como el embajador argentino y el alcalde de Medellín. De esa tarde lluviosa quedan fotografías y el testimonio de Tito Reyes, cantor de Troilo: “fuimos invitados por el gobierno y componíamos una delegación argentina con las más importantes figuras del tango de la época. Cuando descubrieron la estatua, con el gordo nos dimos un abrazo y se nos pintaron algunas lagrimitas, fue emocionante”. Jaramillo Panesso resume el aporte de Leonardo con estas palabras: “Él fue el puntal para promover la estatua de Gardel, organizar el primer Festival y para la creación de La Casa Gardeliana, a él se le debe todo eso”. Nieto nunca fue bebedor, ha sido madrugador y es dueño de una obstinación que le permitió ser precursor de una movida cultural sin precedentes en la década del setenta. Apadrinó a los futbolistas argentinos, compartió con figuras renombradas como Horacio Ferrer, Astor Piazzolla y Roberto ‘El Polaco’ Goyeneche, entre muchos otros. En su finca en La Estrella –municipio al sur del Valle de Aburrá– guardó tiempo y espacio para una vieja pasión: los caballos. “Para todo lo que hice, hacía falta un loquito, y entonces me quedé. Esa época la recuerdo como la más linda y gloriosa”, concluye.

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Foto: Circo España, de Gonzalo Escovar (sin fecha). Archivo Biblioteca Pública Piloto de Medellín.

MEMO RI A . Circo -Te a t ro Es p a ñ a

Memoria El Circo España tal vez no fue el primer escenario para espectáculos que hubo en Medellín, pero hasta su aparición no había otro que pudiera acoger a tantos espectadores. Llamado Circo-Teatro España, en él se ofrecía desde tauromaquia hasta funciones de zarzuela, pasando por proyecciones nocturnas del cinematógrafo, cobradas a cuarenta centavos. Lo construyeron en 1909 y abrió las puertas un año después. Si fungía como plaza de toros recibía hasta 3.000 personas, pero el aforo podía extenderse a 6.000 cuando habilitan la arena para espectáculos de teatro, música y cine. Ocupaba una manzana entera de la parte baja del barrio Boston, entre las carreras Girardot y Córdova y las calles Perú y Caracas. Todo aquel que pagara la boleta podía entrar, pero los ricos de los palcos y luneta entraban por Caracas, mientras los pobres por Perú, a locación general. Una guía turística de Medellín, en 1923, dice que tenía “un magnífico escenario para compañías de ópera y zarzuela”. Sobre esas tablas se paró a cantar Carlos Gardel tres noches, en junio de 1935, diez antes de morir.

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