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Angélica López
Angélica López
El Doctor Bimbi nos atendió toda la vida, siempre fue mi médico de familia, cuando éramos chicos y después cuando me casé y al poco tiempo me quedé embarazada. Primero lo fui a consultar porque yo no podía tener hijos y él me dijo bien directo: “Bueno hija, no vas a tener hijos”… y tuve 5, le gané. Entonces él me hizo el seguimiento de los embarazos, por ejemplo los dos primeros embarazos, el de Walter y el de Antonella eran muy complicados entonces fueron en otras localidades, pero los otros partos sí. De hecho mi cuarto hijo Laureano Alberto, se llama Alberto por el Doctor. Ese fue parto natural y lo tuve acá en Perito, porque no alcancé a llegar a ningún lado. Sarita y el Doctor me dicen “Rapidito, rapidito porqué tengo que ir a un acto”. Con el nombre yo no sabía qué hacer, entonces doña Elena dice “Si es varón le vamos a poner Reynaldo”… Yo le decía: ¿No tiene otro nombre el Doctor? Y bueno era Alberto, entonces le pusimos Laureano Alberto por el Doctor.
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Incluso siempre en su consultorio tenia la foto de mis hijos, que una de las enfermeras me sacó esa foto y eso quedó en el recuerdo, porque estaban todos mis hijos chiquitos los 3, y él con Laureano en brazos. Si bien con Valentina mucho no me pudo atender el Doctor, fue gracias a él que pude tener a mi hija porque yo estaba de 5 meses y él me dijo: “Esto no lo veo bien, te tenes que ir”. Y menos mal que fue en Comodoro y no acá porque si no, no la hubiera tenido. Ya teníamos trato cuando nosotros llegamos a Perito, mi Papá les llevaba verduras al Doctor y a la Señora Elena y después hemos compartido varios asados, para algún cumpleaños de mi papá. Yo nunca dejé de tener contacto con el Doctor, incluso sin estar enferma a veces iba al consultorio solamente para verlo, no tanto para que me diga que si estoy bien o mal, sino a charlar.
Si bien ahora no lo veo mucho, me emociona ver que tiene Facebook y también comenta esto y el otro. Si yo pudiera hacerle consultas ahora, lo seguiría haciendo con él, por el tema familiar y por salud. Para mí el Doctor Bimbi fue fundamental en todo lo que fue salud para nosotros, con solo verlo nos sanábamos, sin necesitar un remedio. El Doctor Bimbi siempre ha sido una persona muy humilde, gentil, solidaria. Una persona muy justa para decirte las cosas, que no andaba nunca con vueltas.
Y con la Señora Elena también tengo un gran recuerdo. Se sintió mucho
cuando dejó de estar en el hospital, la verdad que se sintió. Yo tengo una hija que trabaja ahora en el hospital y nosotros le pusimos “Doña Elena”, porque ella ama a su hospital, porque comenzó a trabajar a los 18 años y se desvive por su Hospital. Hay días que no tiene que ir a trabajar y que igual se pega una vuelta a ver como está todo. Aparte Elena era muy solidaria con nosotros, con la familia siempre estuvo pendiente de todos y sobre todo de mí y los chicos, y como eran varios entonces siempre preguntaba ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? Siempre me preguntaba eso. Por ejemplo a Walter, aunque no nació acá, los primeros escarpines se los regaló ella, esos quedaron guardados. Pensar en la Señora Elena siempre me emociona porque a pesar que era muy estricta, fue tanto, tanto lo que hizo…
Siempre se me viene el recuerdo que tengo de ella cuando yo era chica… de llegar al hospital y ver a esa persona toda con delantal blanco, con su pelo amarillo. Y hoy voy al hospital y ya no la encuentro, eso se extraña. Que ella ya no esté en el hospital marca mucha diferencia, mucha. A pesar que antes no teníamos casi nada, con poco se hacía mucho. Vos te internabas y ella era la primera que estaba y te preguntaba como estabas. Ella no sé cómo hacia, pero ella tenía esas habilidades de estar en todos lados y también uno sentía que si no pasaba Elena, era como que no estabas internado.