6º ENCUENTRO INTERNACIONAL
EN
ACTUALIDAD MUSEOGRAFÍA BILBAO del 17 al 20 de junio de 2010
ICOM - España
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ORGANIZA:
COLABORA:
GOBIERNO DE ESPAÑA
MINISTERIO DE CULTURA
Programas específicos de conservación y difusión en el Departamento de Conservación y Restauración del Museo de Bellas Artes de Bilbao José Luis Merino
Dentro de todo el engranaje humano y técnico que hace funcionar el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el equipo de Conservación y Restauración, se ve implicado en casi todas las actividades, desde el montaje de exposiciones hasta el préstamo de obra, y ello referido siempre a una colección muy variada, tanto desde el punto de vista cronológico como material. Las áreas más fuertes dentro los fondos del museo pueden definirse por las colecciones de pintura española antigua, la de pintura flamenca de los siglos XVI y XVII, la pintura vasca, el arte contemporáneo y la obra sobre papel de los siglos XIX y XX. Sin embargo, cronológicamente, los objetos más antiguos se remontan al siglo VII a de C. (bronce celta y romano, actualmente en estudio), aunque el hilo de la colección se retoma en el siglo XIII con el arte románico catalán. Desde el punto de vista material, encontramos pintura, escultura y obra gráfica de cualquier técnica sobre una gran variedad de soportes, pero también mobiliario, porcelana, cristal, miniaturas, bronce y marfil, así como lacas y estampas pertenecientes a una importante colección de arte oriental. En algunos casos se trata de colecciones poco conocidas, salvo por un público muy especializado, dado que no han estado nunca expuestas o no lo están permanentemente. Nuestro plan de trabajo posiblemente tenga muchos aspectos en común con el de los departamentos análogos de otros museos, pero, dada la diversidad de objetos a nuestro cuidado, nos encontramos con una problemática asimismo variada. Es por esto que dentro de nuestros programas específicos, como son los
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relativos a la conservación preventiva y curativa, a la restauración propiamente dicha, a la investigación técnica, al préstamo de obras, a la asistencia al montaje de exposiciones y al de prácticas o docencia, hemos ido poniendo en práctica una serie de actuaciones, en cierto modo originales, cuya puesta en común va a ser nuestra aportación en este encuentro. Formación de la colección La variedad de objetos a que se ha aludido tiene mucho que ver con el modo en que se ha formado la colección. Ya a comienzos de siglo, debido al gran interés por el arte contemporáneo, se adquirieron en la Primera Exposición Internacional de Pintura y Escultura, celebrada en Bilbao en septiembre de 1919, obras tan importantes como, Mujer sentada con un niño en brazos de Mary Cassatt (Pittsburgh, Pensilvania [EE.UU.], 1844-Le Mesnil-Théribus, Oise [Francia], 1926) o Laveuses à Arles (Lavanderas en Arlés) de Paul Gauguin (París, 1848-Atuona [Islas Marquesas], 1903). En los años 20 se compraron algunas obras mediante suscripción pública, como por ejemplo, el Retrato de doña Rosita Gutiérrez de Ignacio Zuloaga (Eibar 1870-Madrid, 1945) o el Retrato de don Miguel de Unamuno de Daniel Vázquez Díaz (Nerva, 1882-Madrid, 1969). Hasta mediados del siglo XX tienen lugar las entradas de obras más variadas en lo que a técnicas o materia se refiere, y lo hicieron, además, a través de legados o donaciones. Por ejemplo, en 1919 Horacio Echevarrieta donó El rapto de Europa de Martin de Vos (Amberes, 1532-1603), mientras que Laureano de Jado, que en 1914 había donado ya 16 piezas, legó, en 1927, una importante colección con 337 obras de muy diversas técnicas, incluyendo mobiliario y artes decorativas en general. Destacan El Descendimiento de la Cruz de Colyn de Coter (Bruselas, hacia 1450-Bruselas, hacia 1539/1540) y el Festín burlesco de Jan Mandijn (Haarlem, 1592-Amberes, 1560), obras sobre tabla que formarían parte de la colección de pintura flamenca. También sobre tabla, pero de escuela aragonesa de la primera mitad del siglo XV son La Ascensión y Noli me tangere de Nicolás Solana (Zaragoza, documentado entre 1401 y 1441). Siguiendo con la pintura española, destacan La Adoración de los pastores de Vicente Castelló (Valencia, hacia 1580-hacia 1636) o La comunión de Eugenio Lucas Velázquez (Madrid, 1817-Madrid, 1870). Este legado lo componen también esculturas como la Dolorosa de Juan Pascual de Mena (Toledo 17071784), o la Inmaculada Concepción de Giacomo Colombo (Padua, 1663-Nápoles, 1731). Junto con estas pinturas y esculturas entraron diversas piezas de mobiliario, entre las
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que destacan algunos escritorios y bargueños. Entre 1914 y 1919 Antonio Plasencia donó 38 pinturas entre las que sobresale la Piedad al pie de la Cruz de Ambrosius Benson (Lombardía, antes de 1500-Brujas, 1550). La siguiente aportación importante, esta vez por donación en 1943 y en 1949, con un total de 120 piezas, fue la de Mercedes Basabe, Vda. de Taramona, de la cual proceden, por ejemplo, la escultura en barro, madera y yeso policromados, Piedad al pie de la cruz de Luisa Roldán (Sevilla, 1652-Madrid, 1704) y las tres tablas del Maestro de San Nicolás (activo en Burgos entre 1465 y 1500) representando escenas de la vida de San Juan Bautista: La predicación del Apóstol San Juan, La resurrección de Drusiana y El Apóstol San Juan y la copa envenenada. Pero también una interesante colección de 96 figuras romanas y celtas en bronce que constituyen las piezas más antiguas de la colección. En 1952, Sofía Gil Iturriaga, legó 18 obras, entre ellas un
Anónimo alemán, segunda mitad del siglo XVI, Escritorio, madera. Alabastro y hierro, 56,3 x 89,1 x 38,6 cm. Legado de Sofía Gil Iturriaga (1952).
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magnífico escritorio alemán restaurado precisamente el año pasado dentro de un programa específico sobre el que se hablará más adelante, y dos cruces procesionales en cobre dorado y esmalte y en plata respectivamente. Al año siguiente tiene lugar el legado Taramona-Basabe, que consta de 25 obras, entre las que sobresale una pintura anónima flamenca o italiana sobre tabla del tercer cuarto del siglo XVI, el Busto de mujer con velo y dos magníficos tapices, León a la orilla de un río y Leopardo matando a un ciervo, realizados en el primer tercio del siglo XVII en el taller de François Tons en Pastrana. Entre 1952 y 1954 seprodujo, por donación y legado, la entrada de obra cuantitativamente más importante, la de la Colección Palacio por María de Arechavaleta. Consta de 521 piezas de todo tipo, especialmente de artes decorativas, con porcelana europea y china, aunque lo verdaderamente relevante es la colección de arte japonés, con objetos lacados (cajas de diversos tipos, inros), netsukes, estampas y tsubas principalmente1. Desde mediados del siglo XX hasta nuestros días tienen lugar numerosas compras. Así, en 1959 se adquieren 25 obras de estilo gótico de la Colección de Mariano Espinal de Barcelona entre las que se puede destacar el Cristo de Piedad de Diego de la Cruz (Burgos, activo entre 1480 y 1500), un anónimo italiano de mediados del s. XIV, Cristo atado a la Columna, y cinco pinturas sobre tabla, originalmente de un retablo con escenas sobre la vida de la Virgen, del taller de Blasco de Grañén (Aragón, documentado entre 1422 y 1459), adquiriéndose más recientemente, en 1999, una sexta pieza del mismo retablo, en el mercado anticuario. En 1962 se compró La flagelación de Santa Engracia de Bartolomé Bermejo (activo en España entre 1468 y 1501). Otras adquisiciones serían hoy difícilmente abordables por la escasez de obra de su autor susceptible de llegar al mercado así como por su elevada cotización actual. Por ejemplo Lying Figure in Mirror (Figura tumbada en espejo) de Francis Bacon (Dublín, 1909-Madrid, 1992), comprada en 1982, Lamentación sobre Cristo muerto de Anton van Dyck (Amberes, 1599-Londres, 1641), en 1985, y el Retrato de Felipe II de Antonio Moro (Utrecht, hacia 1519-Amberes, 1576), en 1992. 1
Sobre esta colección véase el catálogo e la exposición La Colección Palacio. Arte japonés en el Museo de Bellas
Artes de Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1998. Sobre los tsubas véase el estudio más reciente en Fernando García Gutiérrez, “Tsuba: un signo de los caballeros de Japón” en Boletín´07. Bilbao: Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008, pp. 101-159.
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Taller de, François Tons en Pastrana (Guadalajara), primer tercio del siglo XVII, León a la orilla de un río, tapiz en lana, 420,5 x 450,5 cm. Legado Taramona-Basabe (1953).
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Anónimo japonés, Fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, Suzuribako, madera lacada, 23 x 21,5 x 4,5 cm. Colección de José Palacio, donación de María Arechavaleta (1953).
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Utagawa Toyokuni II, La poetisa Ono-no-Komachi bajo la lluvia, grabado en madera, obán, 39 x 25 cm. Colección de José Palacio, donación de María Arechavaleta (1953).
Conservación preventiva El Departamento de Conservación y Restauración de este museo se creó en 1975 y desde entonces ha ido evolucionando de forma pareja a la colección y a la de las nuevas necesidades museológicas. Partiendo de unos medios muy precarios, una de las actuaciones prioritarias en aquella época era la desinsección de las obras que, dado nuestro clima especialmente propicio para la vida de los insectos xilófagos, estaban, en muchos casos, seriamente afectadas. Esto fue ya un primer acto de conservación curativa, pero también precursor o avance muy precoz de lo que hoy consideramos esencial, la conservación preventiva. Sin embargo puede decirse que hasta la década de los 90 nuestro trabajo se identificaba con la restauración propiamente dicha, es decir con todas aquellas técnicas, tan vistosas para el profano, como la limpieza y la reintegración, que, implicando un cambio en el aspecto de la obra,
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ayudan a recuperar su lectura sin alterar su significado. Una parte importante de nuestro trabajo tiene que ver con esto también hoy, pero, de unos años a esta parte, se han venido reforzando las actuaciones de conservación, y más en concreto de conservación preventiva y de investigación científica. En el programa de conservación preventiva, además de las actuaciones habituales, como pueden ser el control ambiental (humedad, temperatura e iluminación), la supervisión del correcto almacenamiento y embalaje o protección de las obras en las zonas de reserva, o el control de plagas, venimos realizando sistemáticamente un trabajo de revisión o control del estado de conservación, mantenimiento y, en su caso, puesta a punto, de todas las obras expuestas al público que, a fecha de hoy, sin contar las obras foráneas que participan en exposiciones temporales, hacen un total de 696 piezas2. Dicha tarea se realiza semanalmente, cada lunes por ser el día de cierre al público, con una revisión complementaria todos los jueves entre las 8.00h y las 10.00h, igualmente fuera del horario de apertura al público, para detectar cualquier posible incidencia tras la gran afluencia de público los miércoles (de 1.500 hasta 3.000 visitantes), día en que el acceso es gratuito. En relación con esto es importante también nuestra coordinación con el Departamento de Seguridad, desde el que se nos indica al momento cualquier posible incidencia recogida a través de las cámaras de videovigilancia o comunicada por los asistentes y vigilantes de sala. El programa de mantenimiento afecta también a la obra ubicada en el exterior en las inmediaciones del museo, donde actualmente están instaladas diez esculturas a las que hay que añadir otras tres propiedad del Ayuntamiento de Bilbao, entre las que destaca, por su impacto en el conjunto arquitectónico el Monumento a Juan Crisóstomo de Arriaga de Francisco Durrio (Valladolid, 1868-París, 1940). La conservación de estas obras a la intemperie implica una problemática muy específica que incluye, además de la acumulación de suciedad y de la proliferación de diversos tipos de líquenes y algas, dependiendo del material de la obra y de su orientación, el depósito de excrementos de aves y otros animales, así como los daños por vandalismo. En cuanto a esto último el público viene siendo respetuoso
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pinturas, 209 esculturas, 44 objetos de artes decorativas y 18 obras sobre papel.
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con las obras si exceptuamos el caso particular de New Union de Serra, localizada frente a la fachada del edificio antiguo. Pocas semanas después de su instalación, en junio de 2006, recibió en ambas caras graffittis de diversos tipos, a spray y rotulador, que resultaron sumamente difíciles de eliminar, incluso con quitapinturas específicamente pensados para la limpieza de pintadas en fachadas. Llegamos a realizar análisis químicos de muestras tomadas de diversas zonas y comprobamos que las pinturas empleadas penetran en la capa superficial de óxido impregnándola hasta el punto de hacer necesario retirar parte de dicha pátina para eliminar las pintadas. Durante las obras de ampliación de la plaza de Euskadi, en septiembre de 2008, se amplió el parterre adyacente a la escultura, con lo que ésta quedó rodeada de hierba, algo que, curiosamente, ha supuesto la barrera más efectiva, ya que desde entonces no ha vuelto a repetirse este problema. En cuanto a Five Plates del mismo autor, ubicada junto a la actual entrada para el público en el edificio moderno, hemos constatado en alguna ocasión que posee cierto atractivo como pizarra para los niños, aunque este tipo de «intervenciones» son tan poco frecuentes como fáciles de eliminar. Como ya hemos adelantado, otra cuestión que afecta a este conjunto de obras es, además de la suciedad y de la polución, las manchas ocasionadas por excrementos de animales, lo que se incremente en algunos momentos del año, sobre todo en primavera y, más aún, en otoño, coincidiendo con el paso de aves migratorias. Dos de estas esculturas Estela de Gernika y Sin título de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-San Sebastián, 2002), son, además, persistentemente visitadas por los perros. Pensando en esto tuvimos la idea de instalar, en un lugar discreto de la fachada, un ahuyentador de animales por ultrasonidos, que se activa mediante un sensor de movimiento. Es inofensivo para los animales, respetuoso con el medio ambiente y no interfiere en los sistemas de seguridad y en equipos electrónicos. Por el momento sólo estas dos esculturas quedan dentro de su radio de acción, pero hemos podido constatar una buena efectividad incluso con respecto a los pájaros, por lo que estamos estudiando los lugares más adecuados para instalar nuevos equipos de este tipo abarcando el mayor número de esculturas. En cualquier caso se realizan limpiezas periódicas mediante agua a presión, para lo cual se cuenta con el soporte del Departamento de Servicios Internos, mientras que la información puntual sobre cualquier suceso de este tipo por parte del Servicio de
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Seguridad nos permite actuar de forma inmediata. Pero lo cierto es que todas estas incidencias relacionadas con la obra ubicada en el exterior han dado lugar a un verdadero problema tanto de índole estético como de conservación, y la búsqueda de soluciones ha supuesto todo un reto. La atención que prestamos a la obra propia se hace extensiva a la obra foránea que, por cualquier motivo, queda albergada o depositada temporalmente en las instalaciones del museo, como es el caso de las que participan en las exposiciones temporales. Para ello, a su llegada, en primer lugar, se supervisa la apertura de los embalajes y su instalación, registrando su estado de conservación en el correspondiente informe. Este documento sirve para comprobar en todo momento el estado de cada pieza y, en caso de que una persona acompañe a la obra como correo en representación del prestador, se contrasta con su documentación análoga, algo especialmente importante al finalizar la exposición, ya que sólo así es posible determinar si cualquier posible daño ha tenido lugar antes o durante el préstamo. En 2008 recibimos aproximadamente 600 obras, número que ha descendido prácticamente a la mitad en 2009 significando, con todo, un importante volumen de movimiento de obras. En el otro extremo estarían las piezas de nuestra colección que se nos solicitan en préstamo, para lo cual reciben una «puesta a punto» y, en su caso, se las acompaña hasta la sede de la exposición supervisando todos los movimientos hasta su instalación. En 2008 y 2009 se han prestado aproximadamente 40 obras por año. De un tiempo a esta parte venimos instalando cajas climáticas a las piezas más delicadas para amortiguar al máximo cualquier cambio en las condiciones ambientales durante el tránsito, así como para protegerlas de la radiación ultravioleta y de cualquier tipo de agresión externa. Hemos desarrollado un tipo de montaje que consta de un cristal orgánico o plexyglass como protección delantera, una protección trasera (generalmente de policarbonato celular) y un material en el interior del montaje (art-sorb) que asegura un equilibrio en la humedad relativa interna. La obra se separa de dichas protecciones mediante unas varillas perimetrales, quedando así alojada en una cámara semiestanca. Para verificar las condiciones ambientales durante el transporte de estas obras así como durante su estancia en la sede de la exposición, venimos incorporando data-loggers que recogen las mediciones de humedad y temperatura durante el periodo programado.
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Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828), Retrato de Mart铆n Zapater, 贸leo sobre lienzo, 83 x 65 cm. Donaci贸n de Ram贸n de la Sota (1980).
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Experimentalmente estamos instalando dos medidores de este tipo, uno externo y otro interno, con el fin de verificar la eficacia de este sistema. Hay que indicar que el plexyglass que empleamos, además de filtrar hasta un 98% de la radiación ultravioleta, es antirreflectante, por lo que pasa prácticamente desapercibido permitiendo una limpia percepción de la obra. Colaboración interdisciplinar, programas de prácticas y becas Centrándonos ahora en los recursos humanos del Departamento de Conservación y Restauración, la plantilla actual consta de dos especialistas en arte antiguo, una especialista en arte contemporáneo y una especialista en obra sobre papel. Desde 1998 hemos contado además con la colaboración de alumnos en prácticas provenientes de centros de enseñanza de España, Francia, Italia y Portugal3, quienes realizan prácticas bajo la supervisión de los técnicos del departamento para completar sus estudios de licenciatura o de posgrado. Lo que supuso en los primeros años acoger a grupos de dos a cuatro alumnos anualmente ha ido tomando mayor relevancia debido al gran número de solicitudes, por lo que en los últimos periodos venimos acogiendo un total de diez alumnos por año con estancias de entre tres y seis meses. A esta modalidad hay que añadir la concesión de una beca de nueve meses de duración que se convoca anualmente, y cuya acogida, con más de setenta solicitudes por edición, es excelente4. Complementariamente se organizan, periódicamente y bajo petición, visitas al departamento y a las salas de exposiciones específicamente dirigidas y pensadas para formadores y alumnos de estudios en conservación y restauración de bienes culturales. La aproximación al medio universitario ha hecho que se solicite nuestra participación directa como formadores en el Máster en Conservación, Investigación y Gestión de Arte Contemporáneo 3
Al amparo de los correspondientes convenios de prácticas han pasado alumnos de la Universidad del
País Vasco, Escuela Superior de Arte de Asturias, Escuela Superior de Conservación y restauración de Bienes Culturales de Galicia, Escuela Superior de Conservación y Restauración de Madrid, Bilbao Lan Ekintza S.A, Universidad de Paris I Panthéon-Sorbona, Academia de Bellas Artes de Brera (Milán) Instituto Politécnico de Tomar (Portugal) y Universidad Católica de Oporto (Portugal). 4
Este programa, que incluye ocho becas para diferentes áreas de actividad, está patrocinado por
Manterola, empresa de producción y transporte de exposiciones.
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CIGAC, proyecto que se prevé pasará a la práctica el próximo curso 2010-2011 en la Universidad del País Vasco5. Si tenemos en cuenta las exigencias actuales, no sólo en cuanto a criterios de restauración sino en cuanto a actuaciones de conservación preventiva y de investigación, junto con la amplitud de técnicas y de tipos de objetos artísticos que componen la colección, se deduce la necesidad de un trabajo interdisciplinar en el que ha sido imprescindible la colaboración con otros especialistas. En este sentido una de las colaboraciones más fructíferas tuvo lugar en 2005, con la intervención sobre La Sagrada Familia con Santa Isabel, San Juan Bautista y dos ángeles, copia del original de Rafael atribuida hasta ese momento a su seguidor Giulio Romano, obra que, por cierto, entró como aportación del Ayuntamiento de Bilbao en 1914. Tratándose de una pintura sobre tabla de grandes dimensiones (197 x 143,7 cm), los paneles que forman el soporte (seis en total, unidos en sentido vertical) se encontraban limpiamente separados y combados de forma independiente. Dada la complejidad del tratamiento requerido para devolver la cohesión y continuidad al soporte decidimos contar con la colaboración de José de la Fuente, especialista en conservación de soportes de madera del Museo del Prado. Realizó el trabajo en las instalaciones de nuestro museo con la asistencia de los técnicos del Departamento de Conservación y Restauración. Para el radiografiado y para el análisis químico de materiales se contó con la colaboración de empresas privadas6, mientras que la reflectografía infrarroja (estudio de dibujo subyacente) corrió a cargo de Araceli Gabaldón y Tomás Antelo, del Departamento de Estudios Físicos del Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE)7. Pascale Fraiture, especialista del Institut Royal du Patrimoine Artistique (IRPA) de Bruselas, realizó
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Este máster, cuya responsable es Mª Pilar Bustinduy, profesora titular de la Facultad de Bellas Artes de
Bilbao, viene a reemplazar a los cursos de doctorado. En el momento de presentar esta comunicación se halla pendiente de la última verificación de ANECA. 6
El radiografiado fue efectuado por SGS Tecnos con equipo e instalaciones del museo y con la supervi-
sión del personal técnico del Departamento de Conservación y Restauración. Los análisis de la materia pictórica fueron realizados por Arte-Lab S.L, bajo la dirección de Andrés Sánchez Ledesma y María Jesús Gómez García. 7
Actualmente Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).
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el estudio dendrocronológico de la madera del soporte, completando la investigación en el laboratorio de dicho centro tras la toma de datos in situ. A partir de estos estudios técnicos y tras la restauración de la obra, se llegó a la conclusión de que, lejos de tratarse de una obra italiana, su autor, cuya identificación exacta desconocemos por el momento, fue un pintor flamenco del siglo XVI. Este trabajo es una muestra ejemplar en la que restauración, investigación técnica y estudios históricos se aúnan para el mejor conocimiento de un bien cultural8. El siguiente trabajo relevante llevado a cabo en colaboración con otro centro fue, en 2008, la restauración del óleo sobre lienzo ¡Cristiano! de Anselmo Guinea (Bilbao, 1855-1906), obra de notables dimensiones (264 x 395 cm) que se encontraba en depósito desde 1967 en el vestíbulo del Palacio Foral en Bilbao. En esta ocasión el tratamiento se llevó a cabo en el ámbito del Curso teórico-práctico de restauración de pintura del XIX celebrado en el Centro de Formación de Santa María la Real de Nájera (La Rioja), a su vez creado por el Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE), y en cuyo patronato participan la Diputación Foral de Bizkaia, la de Araba y la de Gipuzkoa. Pintada para la Exposición Nacional de 1897 en Madrid, se trata de una de las obras más ambiciosas de Guinea, que, sin embargo, a lo largo de su historia ha sufrido diversos daños y restauraciones poco afortunadas, algo que, unido a su gran tamaño, hizo particularmente compleja esta última intervención. Para este proyecto, dirigido conjuntamente con Rocío Salas Almela, técnico del IPHE, se contó también con la colaboración de alumnos de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao y del Instituto Politécnico de Tomar en Portugal. Volviendo al comienzo, es decir, a la formación de la colección a partir de donaciones y legados con bienes de muy variada índole, existe un buen número de esas obras ubicadas en las zonas de reserva, que, aún habiendo estado expuestas en algún periodo de la historia del museo, se retiraron bien por no encajar en el discurso museográfico o bien por no presentar un estado de conservación o un aspecto adecuados al nivel de calidad exigido en el momento. Éste es el caso de la colección de artes decorativas, donde venimos redescubriendo una serie de objetos de 8
Todo lo referido se publicó en José de la Fuente… [et al.], “La Sagrada Familia con Santa Isabel, San Juan
Bautista niño y dos ángeles, copia de Rafael : Estudio técnico, restauración y nuevas aportaciones sobre su historia y atribución” en Boletín´06. Bilbao: Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2007, pp. 17-64.
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indudable calidad. Por ejemplo, un singular escritorio alemán, legado, como ya hemos indicado, por Sofía Gil Iturriaga en 1952, que destaca de entre la pequeña colección de bargueños y muebles de este tipo, algunos de los cuales se expusieron en las salas del museo hasta finales de los años 90. Su estilo y factura coincide con el de los elaborados en el sur de Alemania a mediados del siglo XVI, y su excepcional calidad lo convierte en una obra singular dentro de la colección de nuestro museo, más aún si tenemos en cuenta que son muy escasos los muebles de estas características en España. Como ejemplo relacionado estilísticamente puede citarse la puerta del Salón de Embajadores del Monasterio de El Escorial. Para el trabajo de conservación y restauración, que fue de gran complejidad debido a la variedad de materiales y técnicas decorativas presentes en la pieza (alabastro, bronce dorado, hierro y marqueterías de numerosas maderas), se contó con la colaboración del equipo de especialistas en conservación de mobiliario de ARCAZ9, y para el estudio histórico y de materiales, con yécnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)10. Continuando con el apartado de las colaboraciones para la recuperación de obras de la reserva tenemos los referidos tapices pertenecientes al legado Taramona-Basabe de 1953. Estuvieron expuestos en las paredes del Hall Mogrobejo, es decir, del vestíbulo del edificio antiguo, también hasta finales del siglo XX, cuando se retiraron a los almacenes, tanto por su deficiente estado como para evitar mayores degradaciones por una excesiva exposición a la luz. En 2005 volvimos a fijar nuestra atención sobre estas piezas encargando su estudio a Margarita García Calvo11. Dadas sus características técnicas y dimensiones 9
Ubicado en Madrid, ARCAZ trabaja especialmente para organismos como, por ejemplo, el Instituto de
Patrimonio Cultural de España y SEACEX, y para colecciones como las del Museo Nacional de Artes Decorativas, Patrimonio Nacional, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la Fundación Lázaro Galdiano. 10
Para la analítica, además de Arte Lab S.L., se ha contado con Ignacio Montero Ruiz, investigador del
CSIC. En nuestro próximo Boletín´09, aún en preparación, se publicará bajo el título “En busca de la sabiduría. Un programa iconográfico en un mueble alemán de marquetería del siglo XVI” el estudio sobre esta obra realizado por la Dra. Mª Paz Aguiló Alonso, científica titular del CSIC. 11
Véase Margarita García Calvo. “Tapices del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Nuevas piezas del taller
de Francisco Tons en Pastrana” en Boletín´05. Bilbao: Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2006, pp. 67-90.
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(16,5 x 21 m2 respectivamente, decidimos encargar su tratamiento a la Fundación Real Fábrica de Tapices12. Éste es el único centro en España que, desde 2004, dispone de una piscina o cuba de lavado de alrededor de setenta metros cuadrados de superficie para aplicar el sistema de limpieza por inmersión controlada13 que es el más adecuado para el tratamiento de estas obras. Este trabajo se ha coordinado conjuntamente con Ana Schoebel, responsable del Departamento de Conservación Textil. Programa para personas discapacitadas visuales Otro proyecto resuelto de forma innovadora y preparado conjuntamente con el Departamento de Educación es el Programa para personas discapacitadas visuales, que se puso en marcha en 2008 con el Patrocinio de Iberdrola y con la colaboración de la ONCE. El Departamento de Conservación y Restauración preparó una serie de propuestas táctiles en un espacio y con un montaje específicamente pensados para esto. Se creó un muestrario de texturas con diferentes acabados pictóricos y plásticos, pero se propuso también un acercamiento táctil a una serie de obras reales de modo que la experiencia fuera un acercamiento real a las obras de la colección. Para ello se seleccionó un grupo de esculturas teniendo en cuenta principalmente los siguientes criterios: tamaño abarcable, valor patrimonial no demasiado elevado, buen estado de conservación y escaso o nulo riesgo para su conservación, obras de materiales resistentes sin superficies delicadas ni acabados agresivos o peligrosos, obras representativas de diversos periodos y estilos, y realizadas con una cierta variedad de materiales. Se aprovechó además para sacar a la luz piezas de la reserva con escasas probabilidades de ser expuestas al público general, motivo por el que debieron ser puestas a punto ya que, como es lógico, no se destinan exclusivamente para este tipo de experiencia. Conseguimos encontrar parejas de obras de similares características, de modo 12
Este centro ha restaurado numerosas piezas para, entre otros organismos, Patrimonio Nacional, para
la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y para numerosos ayuntamientos, entre los que está el de Bilbao. 13
Este equipamiento fue el resultado de un proyecto de innovación tecnológica que contó con la aseso-
ría del Instituto de Automática Industrial perteneciente al CSIC.
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que organizamos dos grupos para ser utilizados en alternancia a lo largo del año, limitando así aún más su exposición en estas condiciones. Por otra parte se diseñó un montaje adecuado para la estabilidad y seguridad de las obras pero que permite el fácil acercamiento por parte de las personas. Este programa se ha puesto en práctica entre octubre y diciembre de los dos últimos años, con una participación de 43 y 79 personas en cada edición.
Espacio dedicado al Programa para personas discapacitadas visuales
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Zaindu-El Museo Restaura Para concluir, queda presentar un programa específico de conservación y restauración que hemos dado en llamar Zaindu-El Museo Restaura, y cuya particularidad es la de contar con patrocinio privado. Se puso en marcha en 2001 y se renueva cada cinco años, por lo que al terminar 2010 se completarán dos ciclos. Su objetivo principal es la recuperación o puesta en valor de obras pertenecientes a diferentes ámbitos de la colección, por lo que en cada proyecto se seleccionan piezas representativas de diferentes colecciones: arte antiguo, contemporáneo, arte vasco y obra sobre papel. Se incluye además, una obra maestra o destacada, así como una obra del «fondo oculto», es decir, una pieza nunca expuesta por no presentar un adecuado estado de conservación. Cada año Zaindu arranca con una rueda de prensa ofrecida, generalmente en el mes de mayo, a diferentes medios de comunicación locales y nacionales (prensa, radio y televisión) en la que se muestra el grupo de obras seleccionadas, las características del trabajo a realizar y los posibles colaboradores. Como conclusión o presentación de resultados, se convoca una nueva rueda de prensa a mediados de diciembre. En esta ocasión, se ofrece una breve charla a cargo del responsable del Departamento de Conservación y Restauración en la que se detallan los tratamientos recibidos por cada una de las obras así como las conclusiones de las investigaciones realizadas tanto desde el punto de vista técnico como artístico. Se cuenta con la presencia del director del museo, del patrocinador y de miembros del patronato, destacando la asistencia de representantes de los socios fundadores: Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao. A la vez se realiza una pequeña exposición de las obras que han recibido tratamientos con la celebración de un cóctel al que se invita a Amigos del Museo. Hasta el momento se han incluido en este programa un total de 84 piezas, a las que hay que añadir las 17 que están en proceso en el año en curso. Pero la originalidad de Zaindu-El Museo Restaura no está en la propia restauración de obras de arte, actividad que, en cualquier caso, se llevaría a cabo en un centro como el nuestro, sino en aglutinar, al amparo de un programa de patrocinio privado y de forma interdisciplinar, nuestras principales actividades y programas específicos como los
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que se han ido señalando: la conservación y restauración propiamente dichas, la investigación científica, la colaboración interinstitucional e interprofesional y la función docente. Pero, más allá de esto, supone un impulso para la difusión de nuestras actividades en la comunidad científica, a través de conferencias y de la publicación de estudios como los que se presentan en el Boletín que anualmente publica el Museo. Gracias a las presentaciones y actos que se realizan, pero especialmente por la repercusión que este programa tiene en los medios de comunicación, sirve además de especial soporte para la divulgación entre el público general de los criterios actuales para la conservación y restauración de bienes culturales, y contribuye también a acercarle nuestra colección en su dimensión más completa, lo que es, en definitiva, la misión principal de nuestro museo.
Presentación de resultados en rueda de prensa del programa Zaindu-El Museo Restaura
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