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LA ÚLTIMA CENA
Uno de los momentos más emblemáticos y conocidos, no solo por el cuadro de Leonardo da Vinci, es el relato de la última cena de Jesús, realizada momentos previos de su pasión y muerte.
Una cena a la que nos sentimos tan cercanos por el memorial cotidiano que hacemos de ella en la eucaristía, pero tan desconocida e incierta para la crítica histórica
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La diferencia entre los sinópticos y Juan aquí incrementa la inseguridad, ante la cual lo único que podemos afirmar con certeza es su carácter pascual y de despedida
La doble corriente sobre las palabras y gestos de la eucaristía, por un lado Pablo (1 Cor 11,24-25) y Lucas, y por tro Marcos y Mateo, empeoran el asunto Ante estas breves pinceladas dejamos al lector que se interese por profundizar en este asunto y se deje interpelar por la riqueza que los exegetas nos han dejado a lo largo de la historia
Conviene sí hacer hincapié en la famosa fórmula que hace pocos años se cambió en la última versión del misal: por muchos.
La fórmula griega hyper (en favor de) empleada por la tradición marcano-mateana en las palabras sobre el vino (esta es mi sangre de la alianza que se derrama por muchos), y sobre el pan en la tradición paulino-lucana (esto es mi cuerpo por vosotros) cambiando muchos por vosotros, coinciden en su intención. La primera es un semitismo referido a la totalidad, mientras que la segunda se refiere a los apóstoles, símbolo de toda la humanidad, representada en las nuevas doce tribus que representan