Metodología de la Investigación con Perspectiva de Género

Page 1

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

ASIGNATURA: METODOLOGÍA II. EL MÉTODO CIENTÍFICO Y LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA. TUTOR: Mtro. Mario Fausto Gómez Lamont. ACTIVIDAD: Trabajo Final PRESENTA: Susana Angélica Amador Montejo No. CUENTA: 414122242 GRUPO: 9613 FECHA: 8 de Diciembre del 2016.


Marco teórico El interés por estudiar las diferencias entre sexos y el descubrimiento de la falta de información llevaron a que los primeros estudio sobre ello tuviera que hacer sus propias investigaciones, éstas se basaron en estudiar las condiciones de vida de diferentes mujeres y las características de las relaciones que establecían con los varones y con otras mujeres, que a su vez observó necesario estudiar el sexo social para explicar los hallazgos de una sociedad dividida en sexos, es por ello que surgen nuevos conceptos. Como lo menciona Barbieri (1992), el de género surge en esta búsqueda y construcción de información y se entiende como el sexo socialmente construido. Rubin (1986, en Barbieri, 1992 ) lo define cómo: el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas.


Las implicaciones sociales que conlleva pertenecer a un sexo u otro, las conductas, pensamientos, necesidades, inclusive, la manera en que éstas son satisfechas pueden englobarse en el concepto de género, es decir, a diferencia del sexo masculino o femenino, con el que se nace, el género se forma, se enseña, se aprende, según la sociedad o la cultura (en la que éste se observe) dictamine como propio para cada sexo. El género debe entenderse, pues, de manera indisociable con la construcción social, pero las demandas de género no son estáticas ya que se observa cierta movilidad según la etapa y circunstancias en las que éste se encuentre


JUSTIFICACIÓN Las diferencias por sexo siempre han estado presentes, a lo largo de la historia, y en casi todos los ámbitos en los que se desenvuelve el ser humano. Estas diferencias no fisiológicas, pero si sexuales se han vuelto tan comunes, que en ocasiones se dejan de reconocer o percibir como tales. Éste estudio analiza, en su contexto real, como estas diferencias se encuentran intrincadas en una relación de pareja y cómo determinan su convivencia y dinámica, así como la manea en que cada miembro de la pareja asume, tanto su propio rol sexual y el de su pareja.


METODOLOGÍA FASE 1 El estudio en su primera fase se realizó a través de una observación naturalista en tres familias tomando en cuenta tres unidades conductuales de análisis de tipo morfológicas que eran: limpiar, lavar y acomodar/guardar; que a su vez se calificaron con un sistema de categorías nominal: lo realiza/no lo realiza, ninguna vez/algunas veces/todas las veces, por petición de otros/por voluntad propia, de manera parcial/completamente.


FASE 2 La segunda fase del proyecto fue seleccionar a una de las tres parejas y se aplicó una observación controlada dentro del hogar aplicándose lo siguiente: 1.

Entrevista. En primer lugar se aplicó a ambos, de manera conjunta, una entrevista en donde se registraron sus respuestas.

2.

Observación de la conducta. En segundo lugar se aplicó el cuestionario sobre participación cuyas respuestas se registraron en el formato de observaciones destinado para ello y se registraron las conductas enfocadas a la Comunicación y Estilos de Negociación de la pareja


PROCEDIMIENTO En la Fase 1, la observación tenía como fin observar la participación que hombres y mujeres tienen en las labores domésticas de limpieza. Se observaron tres familias durante 2 días, en un periodo de 2 horas diarias a cada una. Dichos datos se registraron en una Tabla de registro para cada una de las familias para su posterior análisis. En la Fase 2, se aplicó una entrevista a ambos miembros de la pareja de manera conjunta. La entrevista estaba constituida por 7 preguntas, que eran las mismas, tanto para el hombre como para la mujer. Se fue tomando nota de las respuestas que cada uno dio. Posterior a la entrevista se dio a la pareja un formato en el que debían de ponerse de acuerdo para llenarlo. El formato estaba constituido por 10 ítems sobre las principales labores que se realizan en un hogar, así como quién las realiza y con qué frecuencia. Mientras la pareja llenaba los formatos, se procedió a observar y registrar la conducta de ambos y el papel que cada uno desempeñaba.


INSTRUMENTOS Los instrumento empleados para la primera fase fue un formato de registro que contenía ocho actividades domésticas que eran calificadas con un sistema de categoría nominal. Para la segunda fase se empleó una entrevista simultánea de 7 preguntas que evalúa la percepción de cada miembro de la pareja sobre percepción de roles sexuales y un poco de su historia familiar relacionada con el tema . Se empleó también un formato de registro que debía ser llenado por ambos miembros de la pareja de manera conjunta, en común acuerdo. Y otro más en donde se registraba la conducta de ambos durante el ejercicio.


CONTEXTO El primera fase, al tratarse de 3 familias distintas, los contextos fueron variados. El matrimonio 1 estaba constituido por una pareja madura, su dinámica familiar incluía actividades domesticas bien definidas para cado uno, aunque la mujer era quien realizaba más. El matrimonio 2 estaba compuesto por una pareja joven que tenía una dinámica de participación y colaboración familiar. El contexto era de más equidad. El matrimonio 3, un matrimonio joven también, se desenvuelven en un contexto de bastante disparidad en la participación de las labores de la casa, habiendo una fuerte carga hacia la mujer.


RESULTADOS FASE 1.

Según los datos recabados y el análisis de los mismos, encontramos que existe entre las familias una variación importante en la participación, como se observa en la

Grafica 1. PARTICIPACIÓN POR FAMILIA RELACIÓN HOMBRE/MUJER 8

8

8

7

4

1 Familia 1

Familia 2 Hombres Columna1

Gráfica 1.

Familia 3


La familia 1 muestra un participaciรณn masculina en las labores del hogar del 50%, la Familia 2 del 88% , mientras que la familia 3 cuenta con una participaciรณn masculina del 12.% (Grafica 2).

Grafica 2. Participaciรณn de hombres por familia

8% 33%

58%

Familia 1

Familia 2

Familia 3


Por otra parte las 3 familias mostraron una participación femenina en las labores del hogar del 100%.

Esto nos habla de que la participación en las labores domesticas se encuentra fuertemente condicionada por el sexo, aunque en una familia está más presente la colaboración masculina que en las otras dos, no puede considerarse que exista una equidad de género dentro de estas familias.


FASE 2. En ésta fase del estudio, como ya se ha dicho, se eligió a una sola pareja, el criterio que se utilizó para seleccionar al matrimonio 3 fue el resultado que se obtuvo de la fase, al ser el matrimonio con más disparidad para la participación en las labores domésticas. Siendo así y una vez que se aplicó la entrevista, se pudo conocer más de la historia familiar y de las opiniones acerca del tema de cada uno. De esta manera se encontró que el hombre creció con una educción sumamente machista, en la que el padre, como máxima figura de autoridad abusaba físicamente de la madre y de los hijos. El participante refirió que él nunca quiso ser como su papá y por ello trata bien a su esposa. Por su parte, la mujer vivió en un hogar un poco más equitativo y aunque el padre no era una figura muy presente de autoridad, él estaba presente y apoyaba tanto a las hijas como a la madre.


Se encontró también que prevalece en el hombre las creencias de que hay labores que son propias de hombres y otras propias de mujeres, por lo que se abstiene de participar en las labores domésticas aún cuando se lo soliciten. Por su parte la mujer no tiene estereotipos de rol tan marcados, aunque se ha acostumbrado a que la dinámica familiar sea así, no se encuentra conforme con la situación y lo expresa de forma molesta cada vez que puede, tratando de persuadir a su pareja para que cambie.


En la observación de la conducta, los resultados obtenidos arrojan que la mujer tomó de inmediato el control de la actividad, las respuestas que se les solicitó fueran de común acuerdo fueron dadas por la mujer y simplemente aprobadas por el hombre. Con base a ello se puede concluir que no existe diálogo entre ellos, el hombre toma una actitud muy pasiva y rara vez emite alguna opinión. Cuando no está de acuerdo se limita a mostrar su desacuerdo con un gesto pero no lo externa de manera verbal. Se observa que la función de la comunicación en la pareja es Informativa, es decir sólo hay una transmisión de información sin diálogo, retroalimentación o impacto emocional. El estilo de negociación está entre la Imposición y la Evitación.


CONCLUSIONES En la primer actividad de enfoque naturalista, pudimos observar lo que los participantes hacían, su conducta, respecto a la realización de los quehaceres domésticos. Con la segunda fase pudimos conocer de manera más profunda las razones por las que cada uno actúa de esa manera. En este sentido observamos como la historia familiar tiene mucho que ver en la forma en cómo se relacionan las personas, su ideología y su conducta en sí, en éste caso en particular, aunque el hombre era consciente del machismo bajo el que había crecido e intentaba romper con dicho patrón, lo lograba en algunos aspectos pero en otros, como el que se estudió aquí, permanecen muy arraigados en él. Éste estudio ha brindado información importante, que podría servir como una pre evaluación y ayudar al diseño de una intervención conductual posterior con los participantes.


BIBLIOGRAFÍA Alvarez, L. M. (1992). Pero...¿Puede haber sexismo en las ciencias experimentales?. Revista Interuniversitaria de formación del profesorado, N° 14, pp 27-36 Barbieri, T. (1992). Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-metodológica. Revista Interamericana de Sociología, VI (2-3). pp. 147-178 Bernstein, D. & Nietzel, M. (1991). Introducción a la psicología clínica. México: Mc Graw Hill. Cap. 7 Fernández, J. (1997). La entrevista. En G.Buela y J. Sierra (dirs). Manual de evaluación psicológica. Madrid: Siglo XXI. Cáp. 13. Jíménez, M. y Morante, E. (2013). Guía para incorporar la perspectiva de género a la investigación en salud. España: Escuela andaluza de Salud Pública. Cap. 4


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.