Poemas al viento Calixto Torres
Tierra de Poetas
Calixto T orres Fernán Núñez, 1967.
Ideólogo y Miembro Fundador de la Revista Cultural Caños Dorados. Actualmente dirige la Editorial Detorres Editores.
Obras Publicadas Suspiros de vida (Fernán Núñez, 1995).
Desde el corazón de un poema (Fernán Núñez, 2000).
Sendas de amor y luna llena. Regadío de sonetos. Romance de las voces negras (Editorial Camino, 2003).
Ecos de taberna. Poemas al viento (Colección Tierra de Poetas, 2007).
Notas en clave de amor. Cosecha pasada. Dedicatorias.
ASOCIACIÓNónCULTURAL A sociaci Cultur al tiene el placer de invitarle al acto de presentación del libro:
Poemas al viento de
Calixto Torres. Presentado por
Miguel Ángel Toledano. Interviene
Isabel Niñoles Ferrández. Será amenizado por Francisco Javier Navarro Miranda (clarinete). María Dolores Casco Sol (piano).
Tendrá lugar el próximo día 22 de septiembre a las 20’30 horas, en la Casa de la Cultura. Colabora
Organiza
A sociación Cu ltur al
Fernán Núñez, septiembre de 2007.
INVITACIÓN
Notas de autor
E l vuelo que emprende un poema tras ver la luz es imprevisible. Nadie sabe ni se imagina en qué manos caerá o qué mente se adentrará entre sus confines. Es simplemente una incógnita pues son innumerables las maneras de resucitar cualquier composición poética. Mas, debemos saber que ese cúmulo de frases, a veces sin sentido a ojos del lector, se ha podido ir forjando a lo largo de años de dedicaciones, inquietudes y pasiones íntimas que rondan por el firmamento de una mente creadora volcada por lo que a opinión personal es un manantial de sensaciones placenteras que elevan por momentos a otra dimensión, donde lo que algunos llamamos musa te lleva a pasear desde los sorprendentes pasadizos de la creatividad a los lugares más insólitos e insospechados del universo imaginativo.
La poesía no es un camino hacia la razón, no busca verdades ni pretende descubrir mundos ocultos, es algo tan simple, tan sencillo que basta con vivir para involucrarse en ella, es algo que está en cada amanecer, en cada puesta de sol cuando el crepúsculo de la tarde se despide de las ramas de los olivos y las farolas comienzan su alumbramiento. Es cada suspiro, cada beso de una madre, cada mirada resplandeciente de una pareja enamorada, es cada canto de un pajarillo revoloteando por los tejados o entre las ramas de un limonero… La poesía no hay que buscarla, a veces, se sienta a nuestro lado y adorna los sentimientos mientras la soledad nos acompaña. Esa soledad tan asida y por desgracia colmada de penas que en la mayoría de los casos son debidas a la pasión que sentimos por lo que nos rodea, pasión que surge de la nada como la incomprensión que azota sin miramientos el compromiso quebrado de un amor no correspondido. Todo amor se lleva a escondidas en el alma, y ese alma que no sabe de puertas ni de llaves, a menudo nos arrastra al tormento cuando el dolor ocasionado por un querer irrumpe presionando el pecho buscando desesperadamente una salida para abalanzarse al precipicio de la indiferencia. Si alguna vez has sentido en tus adentros una pizca de cariño o sentimiento afectivo hacia alguien o hacia algo,
sin intereses fingidos motivados por algún adeudo, estás preparado para poder descifrar los matices de cualquier poema amoroso, pudiendo incluso identificarte como protagonista, por muy enrevesado que te parezca. Aunque la poesía aparentemente no sea para algunos algo habitual en su vivir cotidiano, pues raramente te tropiezas a alguien por la calle y se forja algún comentario sobre un verso... Os quiero confesar que el árbol de mi vida ha enraizado, brotado y dado fruto en el terreno de la lírica. Mas, aunque mi composición poética no sea de hoja perenne y aparezcan ciertos periodos de hibernación, no sé porque extraño motivo me veo plantado entre las lindes que cercan los campos del arte dominante de la inspiración. Creo que no existe plaga ni herbicida que seque la savia que corre por mis ramas. Escribir versos es de lo más gratificante que cualquiera pueda experimentar, es un refugio, una salida de la rutina, es algo indescriptible que ayuda a caminar por este mundo de infortunios donde bien sabemos que la felicidad tiene las horas contadas.
Del arroyo bebiste agua fresquita siendo tú de las niñas, la más bonita… y el arroyo, sin tiento, se desbordó cuando sintió tus labios y su dulzor. Del arroyo bebiste desconociendo que el corazón a sorbos le ibas partiendo. Ahora arrastra su pena buscando un río que empuje al mar la angustia de su amorío. No bebas del arroyo si estás sedienta que tus labios conquistan sin darte cuenta.
Vente a nadar, que yo sé de una playa donde la sal no escuece las heridas que en esta vida te hacen sangrar. Vente, deprisa, que sabrás de mis sueños y mis caricias, y al regresar la noche cuando te arrope te sabrás viva. ¡Decídete!, que a besos esa herida te he de coser.
A José Torres Serrano.
La distancia no impide que los sueños se crezcan, no hay mares ni montañas que el corazón no pueda atravesar airoso si busca amor de veras. La distancia no existe si una mirada tierna, un beso y un te quiero, tú, sabes que te esperan. Y vuelves deseoso por mucho que te alejas… sientes una caricia, el aliento de cerca de un latir impaciente que al verte se acelera. La distancia no es nada si comparas la pena que aturde al sentimiento si busca una respuesta que sólo puede darle el camino de vuelta. La distancia no impide ni hay un dios que se atreva a romper eslabones que el amor encadena.
La noche será larga, larga la espera… mientras el mundo duerme, yo, centinela. Va siendo hora de desterrar al sueño que hasta la aurora se queda al lado para robarme lo que he soñado. C.T.