Lo que no se nombra, no existe. Y a quienes no se nombran, no se le pueden garantizar sus Derechos.
Quizá en un futuro, cuando todas las personas gocemos de todos nuestros Derechos Humanos, Sociales, Políticos, Económicos, Culturales, Sexuales y Reproductivos, entonces las etiquetas sean inservibles.
Necesitamos nombrarnos para identificarnos, agruparnos, reconocernos, pero nunca para discriminarnos.