La otra REDES DE SERVICIOS EN LA AGRICULTURA URBANA
LA OTRA HABANA
CAPACITACIÓN PARTICIPATIVA
¡LLEGÓ LA LUZ!
VIVIR CON LA TIERRA
POSTURAS A PEDIDO
MÁS ALLÁ DE LA HABANA
La capital de la Cuba del siglo XX creció, como tantas ciudades del mundo, en población y también en infraestructura, pensada sobre todo hacia el desarrollo industrial. Más de dos millones de habitantes, nacidos en ella o procedentes de todos los sitios de la isla caribeña, se acostumbraron a vivir rodeados de chimeneas, en un entorno donde los árboles eran fácilmente sustituidos por bloques de concreto y la alimentación llegaba puntual desde otras provincias del país. Olvidada de la tradición de la agricultura urbana traída por la inmigración china, la población cubana vivió momentos en que si algo estaba claro era la división exacta de funciones económicas entre las zonas rurales y urbanas. Pero la vida, con aquella lógica que con el tiempo deja de verse lógica, cambió de repente a inicios de los años 90, cuando la desaparición de la antigua Unión Soviética y el campo socialista europeo trajeron consigo la peor crisis económica que había vivido el país en más de medio siglo. La ausencia de los principales socios económicos que, durante décadas, habían garantizado recursos e insumos en condiciones justas de intercambio, colocó al país – y, por ende, a su mayor urbe- en una difícil situación alimentaria. Los camiones y trenes dejaron de llegar repletos y puntuales de otras provincias, los barcos de insumos agrícolas y alimentos –desde harina de trigo hasta latas de leche condensada-, fueron desapareciendo del puerto; y la libreta de distribución empezó a perder el valor real que había tenido como garantía de la canasta básica.
Antecedentes, desarrollo, buenas prácticas y perspectivas de un proyecto conjunto de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF).
Entonces, llegó el momento de mirar a la tierra, la que permanecía bajo los escombros de un edificio, hospedando un basurero, en el patio trasero o jardín de una casa y hasta en las macetas de plantas ornamentales de balcones y azoteas citadinas. Así, de manera totalmente espontánea y con una fuerte iniciativa femenina, las familias empezaron a buscar opciones para complementar con un vegetal cultivado en casa, o el jugo de una fruta, lo que se llevaba cada día a la mesa. “La gente aprovechaba cualquier pedacito. Se criaban pollos en los balcones y cerdos en las bañaderas”, recuerda tantos años después Aurelia Castellanos, presidenta de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) en la capital cubana y una de las tantas personas, que desde diferentes espacios, apostó por lo que hoy se conoce como el movimiento de la agricultura urbana habanera. Mirando atrás y con esa pasión que pone en todo lo que hace, Castellanos ve, como si fuera una película, los cambios vividos desde aquellos primeros momentos de espontaneidad; el impulso de diferentes 2
organizaciones, instituciones del Estado e institutos de investigación a lo que se vislumbraba como una verdadera opción para la urbe; la irrupción de la cooperación al desarrollo con el aporte de varias organizaciones, como fue el caso de Agro Acción Alemana e Hivos; y su compromiso personal y profesional con el trabajo conjunto de actores no gubernamentales como ACPA y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF). La iniciativa apuntaba a la promoción de la agroecología, la diversificación productiva, los cultivos a pequeña escala y cerca del consumidor, la convergencia de la producción estatal, cooperativa y privada, la estimulación económica y la armonía con el entorno urbano. Poco a poco el proceso fue teniendo su impacto en materia de seguridad alimentaria. Si para 1997 la capital ya producía 20.000 toneladas de hortalizas y condimentos frescos, diez años más tarde, en 2007, los estimados ascendían a 280.000 toneladas. Ya a mediados de la primera década del siglo XX, el escenario se mostraba diverso, tanto en cultivos como en producciones, incluidas casas de producción de posturas en cepellón, centros de producción de alimento animal y de plantas medicinales, pero las mismas personas involucradas en los procesos notaban que algo faltaba. “Entonces se identificó la necesidad de apoyar el fomento de una red de servicios”, cuenta la especialista de ACPA. La hipótesis de la iniciativa de ACPA y ACTAF, apoyada por Agro Acción Alemana e Hivos para el período 2006-2010, era sencilla: para lograr mayores impactos en cuanto a la seguridad alimentaria de la población y, consecuentemente, en la elevación de su calidad de vida, el proyecto debía colocar el énfasis fundamental en el fortalecimiento de un grupo de centros o productores que pudieran integrarse en una red de servicios. Y, con este soporte, lograr relaciones horizontales de intercambio que beneficiaran a un mayor número de personas, aumentaran la eficiencia y mejoraran las condiciones de vida y trabajo. Así, y con la misma lógica de las redes que se forman en el mundo virtual del siglo XXI, el proyecto “Apoyo al fortalecimiento de las redes de servicios y diferentes formas productivas del sector agropecuario en Ciudad de La Habana” promovió la creación de una red donde cada unidad ofrece y recibe de otra en su misma posición, elige con quien relacionarse en dependencia de sus necesidades, intercambia y adquiere conocimientos y tecnologías, y en esa dinámica multiplica su producción, sus ingresos y, de alguna manera, el de los más diversos productores que demandan sus servicios.
“Cuando no tienes recursos para todos, concentras los mayores esfuerzos en aquellos que pueden constituir unidades de servicios, para que irradien y los beneficios lleguen a muchas más personas”, explica Diógenes Labrada, presidente de ACTAF en la capital cubana, quien trabaja en los proyectos conjuntos con ACPA. Y en su propia lógica, cuando los servicios empezaron a consolidarse, avanzaron en la creación de centros de diversificación, basados en la producción de todo lo que determinado productor puede lograr: plantas ornamentales, hortalizas, frutales, maderables, ceba de toros, cría de aves, cabras, conejos, siempre teniendo como telón de fondo el fomento de una cultura agroecológica.
Lógica de la propuesta
APOYO A CENTROS DE SERVICIOS
MEJORES SERVICIOS
MAYOR PRODUCCIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
Aunque no todos los centros de servicios, identificados inicialmente y apoyados por el proyecto, se integraron con igual éxito, la idea inicial proponía una red formada por: - Consultorios Tiendas Agropecuarias - Aulas de capacitación - Casas de posturas en cepellón - Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE) - Clínicas veterinarias - Fincas de plantas medicinales - Fincas de semillas - Centros multiplicadores para el mejoramiento animal - Centros de producción de abonos orgánicos - Fincas de producción de alimento animal - Centros de producción de bio-fertilizantes A estas unidades productivas, se sumaban los vínculos con los centros de investigación, científicos y académicos, de la ciudad. 3
No importa qué preguntes en “La Victoria” sobre el trabajo con ACPA pues la respuesta siempre va a ser la misma: “llegó la luz”. Tener electricidad, después de años sin poder contar con ese recurso, tuvo un impacto directo en la vida de quienes se vinculan a esta Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), situada en la periferia habanera. La asociación simbólica no borra otros impactos, entre ellos la diversificación productiva, el ordeño mecánico y los cambios de mentalidad a partir de la gestión de los servicios con la concepción horizontal y colaborativa de una red. Los ejemplos se han vuelto cotidianos para Juan Carlos Chirolde, un vecino de Nuevo Vedado –barrio residencial habanero– que en los años 90 dejó un puesto académico para criar cabras con su familia. “Nuestras cabras son productoras de leche y vienen muchos productores buscando sementales. A veces se lo vendemos o se lo prestamos y él nos lo devuelve. O le damos dos pequeños para que críe uno para él y otra para nosotros. Y, paralelamente, nos vinculamos con centros científicos y transmitimos a los productores cómo ordeñar, cómo ir haciendo los cruces para obtener más leche o cómo garantizar la alimentación del rebaño a través de la siembra de plantas como la morera, que se da en tierras no aptas para la agricultura como la nuestra, y es muy rica en proteínas”, explicó Chirolde. Todo empezó en los tiempos del “período especial”. Chirolde, ingeniero electrónico y entonces profesor universitario, tenía unas cabras criollas y andaba dando tumbos de un lado a otro buscando alimentos por toda la ciudad. En su peregrinar, consiguió que en 1999 el Estado, a través de la Agricultura Urbana, le entregara unas tierras ociosas para llevar sus animales y empezar a producir leche de cabra. Trabajar con los centros científicos y llevar los avances tecnológicos hasta el productor, es una de las máximas de Juan Carlos Chirolde.
¡Llegó la luz! El recorrido ha sido intenso. Aunque la cabra sigue siendo el fuerte de “La Victoria”, el colectivo cría aves, conejos y cerdos, mantiene su propio banco de alimentos, tiene un huerto para el autoconsumo y trabaja en la reforestación.
“Esto era un vertedero donde no había nada. Para acá vine con mi mamá, mi papá, toda la familia, a limpiar y empezar a levantar lo que se ve ahora. Coincidió que en ese momento había diez niños aquí, en el municipio de Marianao, que le hacían falta leche de cabra porque eran intolerantes a la de vaca. Nosotros mismos se la llevábamos y la entregábamos gratis. Otras veces venían los padres aquí. Así fue como empezamos hasta un día en que nos dijeron que para darnos la tierra formalmente, había que constituir una UBPC y así lo hicimos. Era la familia y un grupo de amigos”. Además de vender o prestar sementales, la UBPC “La Victoria” estuvo dando servicios de inseminación de cabras, actividad muy demandada, pero que se encuentra paralizada por la carencia de los termos necesarios para el transporte del semen. “La cabra no es como el cerdo o la vaca, es difícil de inseminar. Es un servicio más especializado. Por ejemplo, para el cerdo vendemos el semen con la varilla y todo y cualquiera puede hacerlo. Pero en el caso de la cabra se necesita espéculo y tener conocimientos para detectar si está o no en condiciones de ser inseminada. Para poder brindar este servicio, la UBPC recibió capacitación en el Centro de Investigación para el Mejoramiento Animal”, explica Chirolde con la esperanza de recuperar esta opción y llegar a un día a hacer transferencia de embriones. “Cuba tiene el nivel científico requerido para avanzar en esta línea, pero los productos necesarios son de importación y muy caros”, lamenta el presidente de la UBPC. Considerada una buena práctica entre los centros multiplicadores y reproductores de aves, conejos y rumiantes, que integran la red de servicios apoyada por el proyecto, “La Victoria” se especializa en la mejora genética de la especie caprina y exhibe logros importantes en materia de crecimiento productivo de su principal rubro. El salto, recogido por Nancy Felicia Riesgo en varios trabajos para eventos e intercambios, va del inicio con unas 45 cabras criollas y mestizas que apenas dejaban medio litro de leche a 70 cabras que, en 2011, tenían 77,3 por ciento de raza Saanen, de las cuales 34 estaban en ordeño y dejaban 1.21 litros de leche diaria cada una, para un total de 14.889 litros al año.
La tierra recuperada y a lo lejos, el vertedero cubriendo el horizonte.
su eficacia porque cada ejemplar llega a producir hasta dos litros de leche diarios, son dóciles y fáciles de ordeñar. Chirolde, por su parte, explica que se necesitan varios cruzamientos para ir mejorando la calidad del rebaño: “el problema no es que dé dos litros diarios en un mes, sino en to d o e l p e r í o d o d e l a c t a n c i a q u e , s e g ú n l o e s t i p u l a d o internacionalmente, es de 210 días. Entonces, la cabra debe tener leche suficiente para alimentar a las crías y dejarnos poco más de un litro de leche diaria”
Para la maestra de profesión, que ha sido reconocida con el Premio a la Mujer Creadora de ACPA, el Programa de Absorción de la raza Saanen – procedente de Suiza, pero presente en todo el mundo-, ha demostrado 5
Buena práctica en equidad de género: Sociedad de Criadores de Conejos y Cuyes PROCESO DE SENSIBILIZACIÓN Y CAPACITACIÓN A REFERENTES DE GÉNERO. LEVANTAMIENTO DE LA LÍNEA BASE.
Selección de la referente de la Sociedad.
2008: 383 hombres y 62 mujeres, ninguna en cargo de dirección a ningún nivel. 2009: Inicia el trabajo con la selección de las referentes de género.
Selección de mujeres para eventos provinciales, nacionales e internacionales.
Selección de las referentes de género por órganos de base y municipios y su capacitación.
Se negocia el horario y días de las actividades con las mujeres.
Estímulo a las buenas prácticas y a la mujer productora provincial.
ACCIONES AFIRMATIVAS DE GÉNERO. Convocatorias de capacitación para mujeres y hombres.
Convocatorias y participación en eventos culturales en teatros, exposiciones, entre otras. Se define el 8 de abril como el Día de la Equidad de Género en Ciudad de la Habana. (Momento en el que se discuten trabajos de referencia sobre este tema).
Selección del 40% de mujeres beneficiarias del proyecto. 2009-2010: Jornada por la No violencia contra la mujer. Participan más de 150 mujeres y hombres.
Divulgación de las buenas prácticas en los medios de comunicación nacionales y en la revista de ACPA.
Mujeres en acción En “La Victoria” conoció a su esposo, tuvo a su hijo que ya tiene siete años y formó su hogar. Cuando le preguntas a qué se dedica, Delvis Nieves Martínez dice que hace “de todo un poco”, pero no oculta su pasión por los conejos. Ella se ocupa de alimentarlos, cuidarlos y garantizar la rotación de los cuatro sementales por las jaulas en los mejores momentos para la reproducción. Justo el papel femenino en la cría de co n e j o s e n to d a l a d i ve r s i d a d estructural de la agricultura urbana “Aquí he hecho mi vida”, afirma habanera, fue una de las oportunidades Delvis Nieves Martínez, responsable aprovechadas por ACPA y ACTAF para de garantizar la reproducción de los conejos. impulsar sus acciones a favor de la equidad de género. No sólo aumentó la presencia de las mujeres en la asociación y en la producción, sino también su papel en los procesos de toma de decisiones, potenciado por los talleres y acciones diversas de la Sociedad de Criadores de Conejos y Cuyes (SCCC), con una presencia en aumento. Si en 2005, la sociedad estaba integrada por 246 hombres y 44 mujeres; esa cifra se elevó a 408 hombres y 110 mujeres en 2010. Seleccionada como una buena práctica, la SCCC formó parte de una línea de trabajo mucho más amplia, encaminada a minimizar las inequidades de género identificadas en un estudio realizado por la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana. A partir de la gran diferencia en oportunidades y participación de la mujer detectadas en la investigación, el proyecto impulsó diversas acciones afirmativas de género: selección de beneficiarias; planificación de las actividades en días, horarios y locales que faciliten una mayor participación femenina; selección de mujeres para eventos, congresos e intercambios; y, por último, divulgación de buenas prácticas protagonizadas por mujeres. Para Yanet Machado, responsable del área de género en la dirección habanera de ACTAF, aunque todavía queda por hacer un trabajo fuerte por la equidad entre hombres y mujeres, la dimensión de género está presente en todo el quehacer de ambas organizaciones. Y las mujeres, destaca, no solo tienen una fuerte presencia en la producción sino también como fuerza calificada en los Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE). “No se trata de pensar que somos iguales, somos diferentes, y tenemos necesidades diferentes que la sociedad debe atender: desde que el azadón no puede tener el mismo tamaño y peso que el que usa el hombre, hasta que las reuniones no deben planificarse después de las seis de la tarde, porque, queramos o no, la mujer sigue teniendo el peso fundamental de las labores del hogar. De lo que se trata es, de crear las condiciones para que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades de desarrollo”, afirma Machado.
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Como en “La Victoria”, el área de la UBPC “5 Palmas” fue una vez un basurero de la zona de Villa María, en el municipio habanero de Guanabacoa. Su rescate pasó por una intensa labor de limpieza y recuperación del terreno, la siembra de frutales y plantas ornamentales, y la creación de condiciones mínimas para el trabajo y la vida. A inicios de la segunda década del siglo XX, la casa de la cooperativa es también la de la comunidad: allí acuden las personas mayores a hacer sus ejercicios en la mañana, los sábados sesiona una peña cultural, se organizan ferias e intercambios de mujeres creadoras y los productores de la zona reciben información o capacitación sobre diversas técnicas o para la introducción de nuevos cultivos. Incluida en la red de servicios como una Casa de Posturas, “5 Palmas” ha llegado a producir más de dos millones de plántulas en cepellón y, si no fuera por las limitaciones que impone la necesidad de importar las bandejas necesarias para este trabajo, la cantidad podría seguir multiplicándose. A juicio de Aurelia Castellanos, se trata de una tecnología eficiente que, a pesar de la resistencia inicial, ha ido imponiéndose y es hoy muy demandada por los productores agrícolas. “En un inicio tuvimos una actitud reacia de los productores a la utilización de las posturas, casi no vendíamos, pero después que comprobaron sus ventajas hemos tenido mucha demanda. Ellos mismos se encargaron de correr la voz y aumentarnos los clientes. Hoy tenemos usuarios no solo de nuestro municipio sino de varias provincias y trabajamos por encargo. Le entregamos a cada cual lo que necesita, en el momento que lo necesita y aprovechamos para introducir nuevas variedades”, cuenta la ingeniera agrónoma Anna Mairilys Darias, presidenta de la UBPC hace más de diez años.
La diversificación productiva ha caracterizado el quehacer de la cooperativa.
Posturas a pedido Casas de Posturas en Cepellón, como la de “5 Palmas”, se valoran entre las mejores buenas prácticas en el proyecto de redes de servicios para la agricultura urbana habanera.
redes de servicios”, explica la presidenta de ACPA en Ciudad de La Habana. Como parte de la misma red, “5 palmas” fortaleció sus vínculos con instituciones científicas como el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, con el cual trabajó hace unos años en un experimento para la introducción de tres tipos de habichuelas de invierno que se habían dejado de producir. La práctica se ha ido haciendo cotidiana y la UBPC, como otras Casas de Posturas, ha contribuido a la introducción de variedades que garantizan la presencia en el mercado durante más tiempo de determinadas hortalizas y vegetales. Para Castellanos, las Casas de Posturas podrían ser la mejor práctica fomentada por el proyecto en el área de los servicios: “poco a poco, aquellas casitas de 600.000 posturas al año, ya son de un millón, dos millones... Los mismos productores han inventado cualquier cosa para aprovechar más el espacio –desde los pasillos hasta el techo-, responder a la demanda y aumentar los ingresos. Y, con sus características propias, la cooperativa aprovecha cada momento para promover la información y el conocimiento sobre nuevas especies que se quieran introducir en la agricultura o determinadas técnicas. “Es muy difícil lograr que la gente se siente en un aula, entonces, aprovechamos la asamblea mensual y hasta los horarios de almuerzo. Colocamos la información de forma sencilla en las paredes y las personas, casi sin darse cuenta, van ampliando sus conocimientos y respondiendo también a las demandas del país”, cuenta su presidenta.
La producción de posturas en cepellón aparece como una oportunidad de empleo importante para las mujeres.
La producción a pedido garantiza las ganancias de la Casa de Posturas que siempre va a vender lo que produce y, por otro lado, las plántulas en cepellón le evitan perdidas al productor. La diferencia pasa porque cuando un productor compra semillas no conoce cuánto tiempo lleva almacenada, en qué condiciones y cuántas perderá con la germinación. Las plántulas, sin embargo, sobreviven en más de 95 por ciento y garantizan una postura de calidad. “Cuando el productor se lleva esas posturas, que se entregan con ese suelo, tiene un por ciento de efectividad tremenda y logra acortar el ciclo: siembra cuando quiere y la planta no sufre estrés porque viene con su mismo sustrato. Eso ha sido un logro importante y una de las experiencias más positivas del proyecto que muestra la efectividad de las
Sumar a los hombres en las acciones a favor de la equidad de género sigue siendo un reto para Anna Mairilys Darias, presidenta de la UBPC, y Aurelia Castellanos, presidenta de ACPA en Ciudad de La Habana.
Al principio, era un día fijo y casi por mandato. Con el tiempo, la capacitación se fue acercando más a la gente, respondiendo a sus necesidades a partir de diagnósticos participativos, volviéndose más creativa y ágil, e intercalando, incluso, el aula con el área productiva; dejó de ser un punto más para el cumplimiento del “plan de trabajo” y se convirtió en una verdadera manera para elevar la producción, ser más eficiente y aumentar los ingresos. Así recuerdan el proceso en ACPA y ACTAF, pero también en una de las cooperativas beneficiadas por el proyecto de redes de servicios con un aula de capacitación. “La mayoría de las personas que producen en la ciudad no son, realmente, campesinas. Son personas que se han vinculado al campo por necesidad, no sienten arraigo por la tierra, ni tienen el dominio de determinadas técnicas que sí se tiene en las zonas rurales. Por otra parte, una gran mayoría posee un nivel cultural que le permite apropiarse de la ciencia y la técnica y desarrollarla. Y, al final, la necesidad y el interés de las personas es lo que se impone y hace este proceso más factible", explica Ramón García, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios Orlando López González del municipio La Lisa. Esta visión, fortalecida por las condiciones y el equipamiento aportado por el proyecto de apoyo a las redes de servicios en el sector agropecuario habanero, ha contado con el apoyo de facilitadores vinculados a la cooperativa, especialistas de diferentes áreas y un grupo de más de 40 promotores voluntarios que, algunos mejor preparados que otros pero siempre dispuestos, juegan un papel imprescindible para llevar los conocimientos sobre las nuevas técnicas, o cualquier otro tema de interés, hasta el mismo sitio donde se encuentra el productor. Desarrollado en la propia cooperativa por el especialista en abonos orgánicos, René Ramos La Rosa, el Fertirén es un fertilizante en formulación líquida que se obtiene a partir del humus de lombriz.
Capacitación participativa La capacitación ha ido acercándose cada vez más a las necesidades de la gente y ha servido como un canal para la introducción de prácticas agroecológicas, respetuosas del ambiente y la salud humana.
Ramos La Rosa trabaja con centros de investigación para la constatación de la validez de un nuevo biopreparado.
Así, pueden extender el conocimiento sobre el uso de las bioenergías, el trabajo de un injerto o el reconocimiento de las plantas por el estado de sus raíces, el desarrollo de los frutales, la introducción del cultivo del café ante una demanda nacional, la cría de conejos y cuyes o cómo aplicar de forma efectiva el Fertirén, un fertilizante en formulación líquida que se obtiene a partir del humus de lombriz. Desarrollado en la propia cooperativa por el especialista en abonos orgánicos, René Ramos La Rosa, el Fertirén es un buen ejemplo de la vinculación entre la ciencia, el aula de capacitación, unidades de la red de servicios como pueden ser los consultorios y el beneficiario final, el productor. “Ya nos invitan de otras cooperativas para dar conferencias sobre este producto. Algunas solicitan hasta 200 litros para aplicar a sus cultivos. Y, además, están los Consultorios Técnicos Agropecuarios que no sólo reciben el abono orgánico sino que orientan a las personas y, además, recogen opiniones. Es una perspectiva bien amplia, en la que todo el mundo aporta y de todo el mundo se puede aprender algo”, asegura Los mensajes de sensibilización encuentran su espacio en cada pared y rincón de la CCS Orlando López.
Para Ramón García, presidente de la CCS Orlando López, el aula de capacitación tiene que responder a las necesidades de los productores y a las prioridades de la política del país en materia económica.
Ramos, quien se encuentra ahora enfrascado en introducir un nuevo biopreparado para combatir la mosca blanca, “una de las plagas que acaba con el frijol”. A su juicio, “las necesidades van a ser cada vez superiores” y, no solo porque ya no existen los recursos de décadas atrás para importar productos químicos para la agricultura, sino porque el entorno y la salud humana así lo exige. “Yo he visto una persona echarle urea a una lechuga, le he explicado las consecuencias de ese acto y me ha dicho: más nunca. En respuesta, les envío mi producto gratis. Porque aquí el problema no es comercial sino de comprensión y conocimiento, de protección del medio ambiente y de la salud humana”, afirma. 10
En estos canteros, las hileras que muestran mayor desarrollo fueron energizadas
Las energías de Pedro
A la derecha: acelga regada con agua tratada con imanes
Los ejemplos, siempre con efectos positivos para el entorno y la salud, fluyen uno tras otro: “El agua que pasó por el campo magnético de un imán penetra más en el suelo, disminuye su por ciento de evaporación y la planta tiene mejores condiciones para desarrollarse. Si usamos una semilla tratada con energía piramidal, tendré una planta más sana, que no necesitará tratamiento fitosanitario y que dará mejores frutos, tanto en calidad como en sabor. Como el arcoiris, hay colores energizantes, relajantes y otros que tienen efectos bactericidas y pueden aplicarse de diferentes maneras en las semillas y también en el reino animal”. Más conocido como Pedro Energía, Figueras es referencia constante entre cooperativas y productores, vinculados a la red de servicios promovida por ACPA y ACTAF. Las capacitaciones sobre la energía piramidal o el uso del magnetismo en el tratamiento del agua, aparecen entre las más populares y demandadas por quienes han pasado por las aulas de capacitación creadas por el proyecto. A ellas, Figueras ha ido sumando otras como el rescate del conocimiento ancestral de la vinculación entre las fases de la luna y los cultivos, la valoración en su justa medida de la luz solar y, más recientemente, el uso de los colores para el tratamiento de las semillas o el diagnóstico y control de plagas. Muchas de estas ideas ya se están aplicando. La UBPC “Vivero de Alamar” es para Figueras un ejemplo paradigmático de cómo hacer coincidir todas estas técnicas en un sistema integrado agroecológico. “Si pudiéramos lograr un proyecto sobre técnicas ecológicas-bioenergéticas, estaríamos sentando un precedente importante, no solo para Cuba. Porque puede que en algún lugar encuentres una u otra de estas técnicas aplicada a la agricultura, pero no tengo antecedentes de un sitio donde se realice de forma holística como lo estamos pensando, como lo estamos haciendo”. Pedro Figueras promueve el uso de las bioenergías en la agroecología cubana.
Hace unos 15 años que escuchó, por primera vez, de las bondades de la energía piramidal. Se fue a su casa, hizo una pirámide y descongeló dentro de ella un pedazo de hígado. Para probar, cocinó el hígado de la pirámide y, por separado, otro poco que había dejado fuera de ella. “Sabían totalmente distinto y el mejor era el de la pirámide”, cuenta Pedro Figueras, entonces responsable de proteína animal en la dirección de Agricultura Urbana del Ministerio de la Agricultura. “Comencé a incursionar en este tema y siempre me daba buen resultado. Si energizaba semillas, estas germinaban más rápido, en mayor por ciento y las plantas crecían más sanas. Después conocí de los efectos de los imanes, de la radiología, de la radioestasia, de cómo hay puntos de energía negativa que inciden no sólo en los cultivos sino en la salud y reproducción animal”, añade Figueras, verdadero impulsor de una cultura que ha ido penetrando, a fuerza de “ver para creer”, en la agricultura urbana de la capital de Cuba.
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“Vivir con la tierra y no de la tierra”, es la máxima de Medardo Naranjo, un ingeniero agrónomo enfrascado en reinventar la agricultura del siglo XXI. “Como único se puede vivir con la tierra es conjugando la ciencia y la técnica actuales con los saberes acumulados desde la época de los aborígenes, para el desarrollo de sistemas agroecológicos. Porque la agroecología no solamente debe de ser una ciencia sino una forma de vida. Hay que pensar y soñar de forma agroecológica. A veces pienso que quizás esta sea de las últimas utopías del mundo: el regreso a los sistemas orgánicos no dañinos al ambiente y a la vida humana”, amplia el subdirector técnico de una sui-géneris UBPC habanera. Conocida como “Vivero Alamar”, porque en sus inicios fue apenas un espacio de 800 metros cuadrados atendido por cinco personas en la barriada de Alamar, la UBPC recibe cada año varios miles de turistas y satisface las más variadas necesidades de unos 50.000 consumidores de esa zona de la periferia capitalina. Lo que en algún momento fue un vertedero de escombros generados por la construcción de edificios, es hoy el escenario de una experiencia paradigmática para la isla pero también para muchos países. Aquí, en un área que ya se extiende a 10,4 hectáreas, el visitante puede sentarse a leer en un banco de madera dentro de una pirámide o seguir paso a paso los eslabones de una bien pensada cadena ecológica. Con la misión original de producir hortalizas y plantas de condimentos para la venta a la población, el “Vivero de Alamar” alcanza más de 230 especies vegetales cultivadas y diversifica sus actividades para garantizar el desarrollo de un sistema agroecológico. A partir de la ceba de toros, la cría de conejos y de cabra, obtienen el estiércol necesario Desde el año 2000, la producción del “Vivero Alamar” está libre de productos químicos.
Vivir con la tierra Una gestión económica pensada para los hombres y mujeres que trabajan en el “Vivero Alamar”, ha estado tras el éxito de una experiencia paradigmática de la agricultura urbana en la capital de Cuba.
para la producción de los abonos orgánicos; elaboran humus de lombriz, compost, humus líquido, té de compost y suelo mejorado, como base para la nutrición vegetal; preparan bioplaguicidas, crían coccinélidos – popularmente conocidas como cotorritas – o ponen trampas de colores para el manejo agroecológico de las plagas. “Desde el año 2000, no empleamos ni un gramo de productos químicos, ni para la nutrición vegetal, ni para el control de las plagas”, dice Naranjo con orgullo. Sin desaprovechar ni un metro cuadrado ni una buena idea, la cooperativa produce unos tres millones de plántulas en cepellón al año, la mayoría para consumo propio-; tiene un vivero con más de 32 especies de frutales destinado a la producción de yemas para la reproducción; cuenta con una pequeña agroindustria donde se elaboran más de 30 variedades de conservas, incluidos encurtidos y condimento seco; siembra caña, zacate, moringa para garantizar el alimento animal; impulsa la producción de leche de cabra; tiene más de 120 especies de plantas ornamentales, 32 de plantas medicinales y 15 de plantas espirituales. A decir del subdirector técnico, “aquí se puede ver a una persona salir con una lechuga en una mano y, en la otra, un 'abre caminos' o 'espanta muertos'”. Pero la fórmula del éxito no ha estado solo en la cultura agroecológica, la diversificación productiva o el vínculo que han sabido establecer con 17 centros de investigación. Para el presidente y principal impulsor de esta iniciativa, Miguel Salcines, la clave hay que buscarla en cómo se pensó y desarrolló la gestión empresarial.
“Hay que pensar y soñar de forma agroecológica”, asegura Medardo Naranjo.
Para Miguel Salcines, presidente de la UBPC “Vivero Alamar”, la clave hay que buscarla en cómo se pensó y desarrolló la gestión empresarial.
“Al inicio, éramos cinco personas sin posibilidad de sumar recursos humanos de calidad por la visión negativa que rodeaba todo lo que tuviera que ver con la agricultura. Para enfrentar esa barrera, impulsamos un grupo de transformaciones sociales como reducir el horario laboral, dar gratuidades, establecer un sistema de estimulación que incluía la antigüedad, fomentar la capacitación e incorporar a un número importante de profesionales, que permitieron introducir la tecnología y hacer un estudio de factibilidad, un plan estratégico de desarrollo y una cartera de proyectos”, afirma este holguinero que dejó su oficina cómoda de funcionario del Ministerio de la Agricultura para promover una verdadera revolución en un pedazo de tierra “urbana”. A su juicio, la socialización de la producción como “un proyecto económico de vida factible” ha sido el elemento fundamental que ha colocado al “Vivero Alamar” en la posición de una empresa “triunfadora”. “Los que estamos aquí ganamos bien, tenemos posibilidades de ganar más, además de contar con un proyecto de desarrollo para garantizar nuestro nivel de vida. En lo que hemos hecho prima la calidad de los recursos humanos, la gestión del conocimiento y la gestión empresarial. Aquí no se promueve la visión del campesino abnegado que trabaja 12 horas, de sol a sol: trabajamos siete horas y en verano seis; tenemos servicio de desayuno y almuerzo gratuitos; recibimos préstamos sin intereses, y se siente la preocupación por el desarrollo social de la gente. Además, no todo el mundo es igual: la persona que lleva 10 años aquí ha acumulado un capital de trabajo que la cooperativa se lo debe regresar y eso también lo estamos haciendo”, explica Salcines. 13
Cadena productiva: humus de lombriz Capacitación técnica
Lixiviado
Fertilización de áreas productivas, plantas ornamentales y posturas de frutales
PRODUCCIÓN DE POSTURAS EN CEPELLÓN
Capacitación general
Casa de posturas
HUMUS DE LOMBRIZ
Bandejas con su sustrato
Se comercializa en CTA
Posturas hortalizas
Se importan la bandeja, la cascarilla de arroz y la semilla
Se importan algunos productos biológicos para la lucha integrada de plagas que aun no se producen en la UBPC
Las posturas para áreas de la UBPC
Comercialización a otros productores
Hortalizas
Las hortalizas se comercializan en el punto de venta
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La horizontalidad, que empieza a marcar las formas de relacionarse en este siglo XXI, aparece también como una opción para el movimiento de la agricultura urbana de la capital de Cuba, tras la culminación de un proyecto de cooperación que apostó por la formación de redes de servicios. Aunque quizás algunas personas ya no recuerden el título exacto del proyecto, la realidad es que el impacto de la iniciativa se palpa en los resultados y también en lo que podría llamarse una cultura colaboracionista para beneficio de cada uno de los eslabones que probaron su eficiencia en el camino. Según informes del propio proyecto, los productores beneficiados comprobaron la necesidad de trabajar en redes de cooperación, aunque todavía predomina la relación “de productor a productor”. Al mismo tiempo, un impacto importante en los resultados se debe al efecto multiplicador de diversas cadenas productivas; a la relación con institutos de investigación, universidades y productores destacados como facilitadores en el intercambio de conocimiento y en la validación de determinadas aplicaciones de la ciencia y la técnica; y, por último, a la prioridad otorgada a “los temas de la equidad y el acceso de oportunidades para hombres y mujeres con sentido de justicia social y enfoque de género”. En cualquier caso, los datos demostraron la hipótesis inicial. A finales del 2010 los beneficiarios directos de la acción - asociados a cooperativas y productores pecuarios familiares – habían aumentado su producción en 107 por ciento y los centros de servicios, en 104 por ciento. Además de diversificar sus producciones, algunos rubros como el alimento animal reportaron crecimientos del 283 por ciento, mientras las ganancias por servicios brindados crecieron en 154 por ciento, con un peso importante de la venta de pies de cría, semillas, plántulas y materia orgánica.
Más allá de La Habana
Más de 17.000 personas, 40 por ciento de ellas mujeres, fueron capacitadas en un número importante de temas, en su mayoría propuestos a partir de diagnósticos participativos. En síntesis, la experiencia benefició con alimentos provenientes de la producción local a 105 Consejos Populares de 13 municipios de la capital de Cuba. Ahora, con la mirada siempre un poco más allá del presente y la experiencia acumulada, ACPA y ACTAF inician un nuevo recorrido: llevar la iniciativa de las redes de servicios a las vecinas provincias de Artemisa y Mayabeque. La extensión de esta buena práctica, que contará con el apoyo de Agro Acción Alemana, Hivos y la Unión Europea, mantendrá las palabras claves que de alguna manera definen su esencia: equidad de género, cultura agroecológica, horizontalidad y soberanía alimentaria.
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ASOCIACIÓN CUBANA DE PRODUCCIÓN ANIMAL (ACPA)
Anexos
Presidenta de la ACPA
María Teresa Planas Pérez
Dirección de la sede nacional
Calle 10 N° 351 e/15 y 17, Vedado, Plaza de la Revolución, Código Postal 12300 Ciudad de La Habana, Cuba
Teléfonos
53 (7) 833 7802 / 8338159 / 8301464
Telefax
53 (7) 836 5366
Correo electrónico
acpa@acpa.co.cu
Estatus legal
Asociación con personalidad jurídica propia, inscripta en el Registro General de Asociaciones del Ministerio de Justicia de la República de Cuba por Resolución Nº 26 del 31 de enero de 1981.
Fundación
En 1974, un reducido grupo de investigadores, profesores y productores, a título personal y procedentes de diversas instituciones del país, promueven la fundación de ACPA con el primer objetivo de que la Asociación sirviera de punto de confluencia para profesionales y trabajadores de todas las ramas de la producción e industria pecuaria cubana, reuniendo y coordinando los esfuerzos de quienes pertenecen tanto al sector estatal, como al privado y cooperativo. El segundo objetivo fue el de formar parte de la Asociación Latinoamericana de Producción Animal (ALPA) como vía de integración a la esfera Latinoamericana e Internacional.
Objetivo
Desarrollo humano y técnico productivo sostenible en la esfera de la producción e industria animal.
Sectores de actividad
- Medio ambiente y desarrollo sostenible, capacitación de recursos humanos en función al desarrollo económico sostenible - Asistencia técnica, capacitación y formación técnica para productores del sector - Organización de los productores, hasta el nivel primario
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ASOCIACIÓN CUBANA DE TÉCNICOS AGRÍCOLAS Y FORESTALES (ACTAF)
Presidente de ACTAF
Idalmis Nazco Chaviano
Dirección de la sede nacional
Calle 98 No. 702 entre 7ma y 7ma A. Playa Ciudad de La Habana, Cuba
Teléfonos Telefax Correo electrónico Estatus legal
53 (7) 206 81 67, 53 (7) 206 8168, 53 (7) 2068165 53 (7) 206 8167 actaf@actaf.co.cu Asociación con personalidad jurídica propia, inscripta en el Registro General de Asociaciones del Ministerio de Justicia de la República de Cuba por Resolución con el folio 139 del Libro Primero, con expediente No. 131-00-3065 con fecha 2 de febrero de 1987 en conformidad con lo previsto en la Ley No. 54/85, Ley de Asociaciones.
Fundación
En 1987, un reducido grupo de investigadores, profesores, directivos, profesionales, a título personal y procedentes de diversas instituciones del país, promueven la fundación de ACTAF con el primer objetivo de que la Asociación sirviera de punto de confluencia para profesionales del sector agrario, tanto estatal como cooperativo.
Objetivos
- Integración armónica y flexible de los tributarios del sector agrario - Integración eficiente con los Organismos e Instituciones del Estado relacionados con el sector agrario. - Vías estables de capacitación y extensionismo en temas de sostenibilidad de los sistemas agrarios - Promoción y difusión del movimiento agroecológico y del desarrollo agrario sostenible en Cuba.
Sectores de actividad
- Prevención y mitigación de los efectos de los desastres naturales inducidos por el ser humano. - Apoyo a la creación y mejoramiento de las infraestructuras productivas y a la integración de actores. - Desarrollo de programas de capacitación y extensionismo. - Diagnóstico, capacitación, generalización, transferencia de tecnologías y difusión de resultados. - Apoyo a acciones de protección de los recursos naturales en correspondencia con la de Medio Ambiente. - Apoyo a la mitigación de la fragilidad de los agroecosistemas.
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Texto: Dalia Acosta Investigación: Dalia Acosta y Nadia Sánchez Coordinación: Nadia Sánchez Fotos: Karel Pérez Alejo Diseño: Danilo Pérez Pérez La Habana, 2013 Esta obra puede ser citada o reproducida, siempre y cuando se cite la fuente original.
ASOCIACIÓN CUBANA DE PRODUCCIÓN ANIMAL
ACTAF