Revista nº 178

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Editorial

Como fue el Pacto de La Moncloa...

Especialistas españoles explican lo que significó el acuerdo, a raíz del interés de peronistas y radicales para recrear un convenio similar en nuestro país.

La vida democrática de la España moderna abunda en aciertos, sacrificios y contratiempos, pero sólo un hito parece explicar la clave del éxito actual, de un sistema partidos que logró funcionar a pleno luego de cuatro décadas de hibernación franquista. El Pacto de la Moncloa, hoy un mojón insoslayable en el camino hacia la recuperación del Estado de Derecho, consistió en la firma de dos documentos históricos en el que los representantes de los principales partidos políticos, sindicatos y otros actores sociales se comprometieron, en octubre de 1977, a seguir un programa político y económico con medidas tendientes a estabilizar la administración de un país acechado por la pobreza y el fantasma latente del regreso de la dictadura militar. "La clave de ese acuerdo fue la muy trabajada y trabajosa predisposición al consenso entre los sectores más moderados de centro derecha, al que pertenecía el designado presidente Adolfo Suárez, y los de centro izquierda... e incluso del Partido Comunista Español, que recién había sido legalizado a principios de ese año. No fue un acuerdo para nada sencillo, porque todos tuvieron que hacer concesiones a regañadientes, pero los frutos se ven hoy en día". No obstante, por las grandes dificultades que vivía la península en el otoño boreal de 1977 resultó la primera gran coincidencia de todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales que, convocadas por Suárez, decidieron reunirse en el palacio gubernamental de Moncloa para acordar lo que el tiempo transformaría en algo más que una simple declaración de principios. Para la periodista gaditana Violeta Flores García, una de las claves para que el documento no quedara "en letra muerta"

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fue el "cuello de botella" en el que se encontraban las flamantes y algo desorientadas autoridades nacionales.

"El pacto fue hijo de la necesidad”. El gobierno de entonces había ganado las elecciones cuatro meses atrás con poco más del 35% de los votos. Con el electorado fragmentado y las calles llenas de manifestaciones, se vio obligado a llegar a algún tipo de acuerdo con la oposición. De alguna manera, se trataba de pensar más allá de la identidad de un gobierno: se trataba de encontrar una nueva identidad de país, aceptada también por el mundo exterior". Las bases del pacto en materia económica, que fue el aspecto más elaborado y trascendente del acuerdo general, fueron sentadas por el propio ministro de Hacienda, Enrique Fuentes Quintana, a través de un célebre discurso televisado que conmovió a los analistas de la época por su sinceridad, franqueza y estilo directo. En su mensaje, el ministro reconoció abiertamente, después de muchos años en los que se disimulaban o tergiversaban las noticias sobre el verdadero estado de la economía, que la situación no podía "seguir así". Las razones de su diagnóstico se hacían sentir en la vida cotidiana: 40% de inflación, desempleo en aumento y paralización de la actividad, sumado a una balanza comercial cada vez más desfavorable para España, con exportaciones que sólo cubrían el 45% de las importaciones. Sin embargo, y contrariamente a lo que pregonaban algunos políticos y economistas, la solución no se encontraba en el triunfo de una política basada en una ideología en particular, sino en la voluntad de saber resignar algunos principios en pos del bien común. Es decir todos tuvieron que ceder algo, todos TUVIERON QUE PONER EL DIRECTOR

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FUSION DE MINISTERIOS Ciencia y Tecnología pasa a ser “Secretaría”

Las razones de Lino Barañao para continuar en el Gobierno: “Sigo para garantizar la transición y el presupuesto” El ex ministro de Ciencia justificó su permanencia. Evitan precisar plazos, pese al rechazo de los investigadores y garantizan que no habrá despidos. El sábado por la tarde, cuando Lino Barañao y otros ministros que acabarían siendo degradados a secretarios de Estado, ignoraban la profundidad de la cirugía (¿cosmética?) en el organigrama oficial, el todavía titular de la Cartera de Ciencia y Tecnología no quería aceptar los rumores. “El gesto de destruir algo que ha sido tomado como modelo internacionalmente sería muy alto. Habría una gran reacción de la comunidad no sólo científica”, le escucharon decir algunos de sus laderos. Para el único ministro que Mauricio Macri decidió heredar de Cristina Kirchner la fusión bajo el ala de Educación era un límite que no estaba dispuesto a tolerar. En su fuero íntimo, Barañao no quería creer la noticia. “La elevación a rango de ministerio fue celebrada por todos los medios internacionales y fue tomada como ejemplo por Chile para crear su ministerio. España acaba de restaurar el ministerio de 05 Ciencia”, razonaban.

El ministro, al igual que el ministro de Ambiente Sergio Bergman y que el titular de Cultura Pablo Avelluto, entre otros, ignoraba cuál sería su suerte. A diferencia del ex editor de libros, con quien ahora comparte Cartera, que por su cercanía al Jefe de Gabinete acabó enterándose más temprano de su destino común bajo la supervisión de Alejandro Finocchiaro, Barañao se aferraba a la esperanza de que el Presidente no avanzara en la reestructuración de su área.. El flamante secretario de Ciencia terminó enterándose de la confirmación de la noticia por la prensa. No fue el único. Sin embargo, no renunció como había previsto. “Sigo para garantizar la transición y preservar la estructura, presupuesto y ejecutividad”, le dijo a Clarín. Son, palabras más-palabras menos los mismos argumentos que utilizó en privado para justificar su permanencia en el cargo después de 2015 y con las posteriores crisis con los investigadores en 2016 y 2017. “Hemos logrado mantener el financiamiento, políticas y demás, es porque sigo en este cargo. En otras condiciones era mas factible que hubiera cambios más drásticos en el ministerio. Y por eso acepté continuar en su momento”. Algunos de sus allegados plantearon ahora que diciembre sería el límite de su tolerancia, aun-

que finalmente se desdijeron. “No hay plazos”, insistieron. Defendieron, sin embargo, la decisión del ex ministro de continuar “temporariamente” en el Ejecutivo para recuperar el rango ministerial. “Es para garantizar la continuidad de un equipo humano altamente comprometido con el objetivo de poner la ciencia y la tecnología al servicio del país”, precisaron. El Conicet expresó su preocupación y rechazo por la fusión con Educación. “La ciencia y la tecnología no deben entenderse como un gasto, sino como una inversión estratégica, transversal a todas las áreas de la gestión del Estado”, expresó en un comunicado el organismo. El secretario de Ciencia, en tanto, ya se puso a disposición de su nuevo jefe, el ministro Finocchiaro, que deberá destrabar el conflicto con los docentes universitarios, que atraviesa la gestión de ambos, y con el flamante vicejefe de Gabinete: Andrés Ibarra. "No va a haber despidos", garantizaron cerca del ministro que se encuentra en Mendoza para la cumbre del G20. Tras la reunión con los gremios docentes universitarios, en la fortalecida Cartera de Educación están esperanzados de que con la nueva oferta salarial, que plantea un incremento de entre el 24% y el 26%, puedan destrabar definitivamente el conflicto.



La importancia de las integraciones regionales. Del Mercosur a la UMA

Por: Carlos Mariscal

Así como en el sur del continente americano, el Mercosur con sus idas y vueltas por diferencias económicas, cambiarias o político-ideológicas, ha perdido mucho tiempo y por lo tanto dinero que podría redundar en mayor bienestar para sus pueblos, desde el norte del continente africano nos llega información de una problemática similar, aunque por motivos diferentes, reflexionó en su programa radial el periodista Carlos Mariscal. De acuerdo a una ONG, por la inexistencia de la UMA, se pierden 10.000 millones de dólares por año. Argelia congela su participación financiera en la Unión del Magreb Árabe (UMA) debido a la cercanía de su secretario general a Marruecos. El jefe de la diplomacia argelina, abdelkader messahel ordenó recientemente que la contribución asignada por su país a la Unión del Magreb Árabe (UMA) fuera congelada, considerando que el tunecino Taieb Baccouche, Secretario General de la misma agrupación regional, está haciendo el juego de Marruecos, país que alberga esta institución. Cabe recordar que la UMA fue creada el 17 de febrero de 1989 por Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia con el objetivo inicial de promover la libre circulación de personas, mercancías y capital, además de consolidar los vínculos de fraternidad entre sus miembros. No obstante, la organización, cuya Secretaría General tiene su sede en Rabat está prácticamente congelada desde los años 90 debido a las divergencias entre Marruecos y Argelia sobre el conflicto del Sáhara. Y Desde su for 7

mación, la organización celebró seis cumbres, la última de ellas en 1994. El rey Mohammed VI de Marruecos en su discurso de noviembre pasado, durante la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana en Abiyán, dijo: "Si la UMA hubiese existido seríamos más fuertes frente al reto migratorio actual". Y añadió, tajante: "Desafortunadamente la UMA no existe". La falta de integración regional del Magreb tiene un costo económico muy elevado. Cada año, esta región del norte de África pierde entre el 2% y el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). Esta es la estimación que hace la ONG Oxfam France en un estudio llevado a cabo con motivo del 20 aniversario del cierre de las fronteras terrestres entre Marruecos y Argelia. Los dos países son una pieza clave del Magreb y sus malas relaciones políticas constituyen un freno a la construcción de la Unión del Magreb Árabe (UMA) y a otros proyectos de integración regional. El mismo estudio de Oxfam France subraya que "la existencia efectiva de una unión magrebí habría hecho ganar a los cinco países un valor añadido del orden de los 10.000 millones de dólares cada año". Este es el dinero que pierden cada año los cinco países magrebíes. O mejor dicho: este es el dinero que Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania no pueden invertir anualmente en mejorar las infraestructuras, la sanidad, la educación, el aparato productivo y el nivel de vida de la población. La ONG, que cita a diversos analistas, asegura que cada año el Magreb pierde unos 8.000

millones de dólares en capitales. En parte, esta huida de capitales se explica "por la no integración de la región, que se convierte así en menos atractiva para las inversiones". Además, los problemas políticos que mantienen la construcción del Magreb paralizada también tienen repercusiones negativas en materia comercial. Según un estudio de la Comisión Económica de la ONU sobre África, la UMA mantiene una actividad comercial inferior al 56% de su capacidad real. Si el comercio estuviera más desarrollado y no sufriera tantas trabas, "tendría repercusiones positivas para el desarrollo de la región". Uno de los principales obstáculos para la integración del Magreb es el conflicto del Sáhara occidental. Marruecos defiende hace casi 40 años la marroquinidad del territorio. Por el contrario, el Frente Polisario, apoyado por Argelia desde el primer día de su fundación, a principios de la década de los 70 del siglo pasado, plantea la independencia. La solución de un referéndum ha sido descartada por la ONU y Marruecos propone la opción de una autonomía amplia de este territorio, pero bajo su soberanía; iniciativa que fue saludada por la Comunidad Internacional y reiterada cada año en las Resoluciones del Consejo de Seguridad como única vía de solución de este diferendo regional. Conseguir una resolución del conflicto del Sáhara podría contribuir a un apaciguamiento diplomático, y crearía una dinámica presupuestaria y de desarrollo ventajosa para el conjunto del Magreb, que podría beneficiar a las poblaciones más vulnerables", destaca el estudio de la ONG.






Los Pactos de la Moncloa,

El acuerdo que cambió a España hace 40 años

Todas las fuerzas políticas y territoriales se concertaron para establecer unas bases sobre las que modernizar el país La radiografía de aquella España de 1977 presentaba, en el terreno económico, un cuadro clínico explosivo que revelaba unas cifras que se parecían poco a las que había manejado la oficialidad franquista. Era una economía muy intervenida que llegaba duramente lacerada por la crisis económica mundial causada por el encarecimiento de los precios del petróleo tras la guerra del Yom Kippur entre árabes e israelíes de 1973. El PIB era de 9,1 billones de pesetas, con un PIB por habitante equivalente a 3.000 dólares (hoy supera los 28.000 dólares); un crecimiento en términos reales del 2,8% que parecía sólido, pero con un consumo privado más débil, en torno al 1,5%. El déficit público (en torno al 2%) no era alarmante, pero no incluía muchos organismos autónomos o empresas públicas e industrias que luego tendrían que pasar por la reconversión. La inflación estaba oculta por la Junta Superior de Precios (JSP) y aquel año se disparó hasta un escalofriante 26,4%, aunque en algún momento del año llegó a rebasar el 30%, y los tipos de interés para créditos personales superaban el 10%, aunque no tardarían en sobrepasar el 20%. También apareció entonces otro de los graves problemas estructurales de la economía española, que se ha instalado a lo largo de los 40 años, el desempleo, que se vio alimentado por la vuelta de muchos emigrantes, en parte atraídos por la apertura, pero también porque la crisis del petróleo había hecho mella en los países en los que se encontraban. En 1973, los parados rondaban los 325.000, según la Encuesta de Población Activa (EPA). En diciembre de 1976 había pasado a 627.990 y a 760.060 un año después, para superar el millón a finales de

1978. La tasa de paro sobre la población activa era a finales de 1977 de 5,69%. Desde entonces se desbocó hasta superar el 25% y los cinco millones de desempleados de los últimos años. Además, el peso del sector primario era todavía alto. De los 12,5 millones de trabajadores ocupados que había en 1977 (casi 19 millones en la actualidad), 2,5 millones lo estaban en agricultura (ahora hay menos de un millón) y más de 5,3 millones ya estaban en el sector servicios, cifra que en la actualidad ha crecido hasta los 14 millones.

El turismo, la primera industria nacional, trajo a España 34 millones de visitantes, bastante menos de la mitad de los más de 80 millones que se esperan para este año si no se tuercen las previsiones por la crisis catalana. El sector empresarial era una mezcla de monopolios y oligopolios, controlados en su mayor parte por el Estado, que había acogido en su seno a empresas quebradas de todo signo y condición como solución alternativa al cierre antes de tener que enfrentarse a problemas sociales. Era una economía intervencionista y rígida que no tenía capacidad competitiva, en la que la JSP fijaba el valor de compra de los artículos básicos mediante los escandallos de costes. Una antigualla franquista. Todo estaba roto o descosido. La decisión del Gobierno de Suárez (UCD), recién salido de las urnas el 15-J, de devaluar la peseta casi un 20% era un síntoma claro de la crítica situación que vivía el país. Con los precios desbocados y la estructura social maltrecha no cabía otra salida que buscar un gran acuerdo nacional con la participación de todas las fuerzas políticas y sociales. Suárez encargó a Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente al frente del áre

económica, y a Fernando Abril Martorell, vicepresidente encargado del área política, que pusieran en marcha la maquinaria para corregir las grandes lacras que lastraban la economía española: la inflación, el desempleo y el fuerte déficit exterior, que superaba los 11.000 millones de dólares. Estaban en marcha los Pactos de la Moncloa. Se trataba de involucrar a todos. “O los demócratas acaban con la crisis económica o la crisis acaba con la democracia”, afirmó Fuentes Quintana recuperando una frase de un político republicano Y allí estaban invitados los políticos que venían del franquismo con ánimos de cambio y los partidos de izquierda; los sindicatos, recién salidos de las catacumbas, y los empresarios, que acababan de constituir la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). “La idea era un ajuste general para luego abordar una Constitución para todos y no que estuviera partida, ése era el sentido profundo de aquellos pactos”, sostiene José Luis Leal, entonces director general de Política Económica. Leal, que luego sería ministro de Economía con UCD, formó el equipo que redactó el documento técnico base para los pactos. 12


porque los sindicatos nos negamos a hacer el pacto social que nos proponía Suárez”, recuerda Nicolás Sartorius, dirigente entonces de Comisiones Obreras y del PCE; “le sugerimos que lo importante era alcanzar un acuerdo económico y político. Si hubiera alcanzado un pacto social con nosotros, probablemente habría pasado de buscar acuerdos tan amplios con los partidos como los que dieron lugar a los Pactos de la Moncloa”. Con los precios desbocados y la sociedad maltrecha no cabía otra salida “SITUACIÓN INSOSTENIBLE” El documento técnico tenía que pasar la aprobación política. Abril negoció primero con Carrillo, lo que no agradó mucho al PSOE, que había salido de las elecciones generales con una clara perspectiva de llegar al poder. Quizá por ello mostró bastantes reticencias a dar su respaldo, cuando la propia UGT (su sindicato hermano) no los veía mal. Sin embargo, Felipe González accedió a firmar. “Había un evidente riesgo de descarrilamiento, los ingresos no iban bien, la balanza exterior presentaba un enorme déficit, empezaba a aflorar el desempleo..., la situación era insostenible”, afirma Carlos Solchaga, que unos años después sería ministro de Industria con el PSOE y, después, de Economía. La ausencia de los sindicatos y la patronal de la histórica foto de la firma en la Moncloa se debió, según recuerdan algunos de los protagonistas, a que los pactos tuvieran más la rúbrica política de las fuerzas representadas en el Parlamento. 13

“Los Pactos de la Moncloa se hicieron

Por ello, además de un acuerdo de ajuste salarial, se abordó la implantación de un sistema fiscal moderno, del que se encargó especialmente Francisco Fernández Ordóñez como ministro de Hacienda (años más tarde sería ministro de Asuntos Exteriores con Felipe González). Junto a Fuentes Quintana, creó el modelo actual de IRPF. Para Sartorius fue una de las claves, “porque permitió invertir en campos en los que el país estaba profundamente retrasado, como la educación y la sanidad y permitía comenzar a implantar el Estado de bienestar”. Con el sistema franquista de impuestos indirectos, la presión fiscal apenas suponía el 22% del PIB (frente al 37% actual), por lo que no había ingresos suficientes para hacer frente a los compromisos de gasto a los que el Gobierno de Suárez estaba llegando con los sindicatos. Pero, además de introducir un impuesto progresivo sobre la renta, se sentaron las bases del sistema financiero moderno, se reformó una Seguridad Social que estaba dispersa en innumerables montepíos, muchos de ellos quebrados, se construyeron escuelas que permitieron que todos

los niños tuvieran acceso a la educación. También se puso en marcha un programa, presupuestario y monetario, que permitió, en un año, rebajar al 16,5% la tasa de inflación sin que por ello se produjeran pérdidas de poder adquisitivo para los asalariados; el déficit del sector exterior se transformó en excedente, pero no pudo evitarse el aumento del paro. Ello fue así, en parte, porque cuando el programa comenzaba a dar sus frutos tuvo lugar un nuevo episodio de alza de los precios del petróleo que los llevó en muy poco tiempo a superar los 100 dólares por barril, lo cual, para una economía como la española, muy dependiente del petróleo, fue una auténtica catástrofe. En materia política, el acuerdo permitió modificar las restricciones de la libertad de prensa, quedando prohibida la censura previa, y un cambio de la legislación sobre secretos oficiales. Asimismo, se aprobaron los derechos de asociación política, de reunión y la libertad de expresión, tipificando los delitos correspondientes por la violación de los mismos. Se creó el delito de tortura; se reconoció la asistencia letrada a los detenidos; se despenalizó el adulterio y el amancebamiento; se derogó la estructura del Movimiento Nacional, así como otras medidas sobre la restricción de la jurisdicción penal militar…

POR UNA ARGENTINA

MEJOR !!!





Hoy el mercado quiere ver primero y pagar después

Claudio Zuchovicki: “Antes el mercado pagaba para ver que pasaba, ahora es al reves” El economista analizó en la 99.9 lo que representa para el mercado la coyuntura que se está viviendo y advirtió “la macro para el año que viene estará más ordenada y eso puede despertar las mezquindades políticas”. El momento económico requiere de serenidad para el análisis y de tener las cosas claras para que los argentinos no entren en confusiones innecesarias. “Si miramos la cantidad de pesos que hay en el Banco Central, alcanza con los dólares que tiene. Pero el problema es la confianza de los que tienen plazos fijos o venden activos para comprar dólares. Creo que el cambio sustancial de fondo es que durante bastante tiempo, ni bien asumió el gobierno, el mercado pagó para ver que pasaba, había mucha confianza.

Claudio Zuchovicki

Ahora dada la circunstancia, viendo que no hay una madurez en la discusión, el mercado decidió primero ver y después pagar”, dijo primeramente en su análisis.

La recesión de la cuál se habla para los próximos meses, tendrá un efecto positivo para acomodar las cuentas y por eso, destacó el especialista que es importante tener la mirada social muy presente por las consecuencias que puede traer: “en las variables de largo plazo, Argentina corrige mucho su cuenta fiscal. La macro para el año que viene estará muy ordenada y aparecerán las avaricias políticas porque será mucho más fácil administrar fines de 2019 que lo que queda el 2018. Hay que tener en cuenta la conflictividad social porque es donde más pegan todas las correcciones del mercado y el gobierno lo hace”, aclaró. Regir todo tipo de políticas, sólo por el valor del dólar o del riesgo país, puede ser un grave error en el que incluso se focalizan los medios generando una especie de psicosis colectiva. “Así como el rating minuto a minuto desvela y hace cometer errores a los periodistas, el mark

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to market arruinó mi mercado. Para el gobierno ese rating, es el valor del dólar o el riesgo país que son las variables económicas pero injustamente pone de juicio de valor la capacidad de ejecución del gobierno”, opinó Zuchovicki.

También dejó en claro que para algunas economías regionales, este tipo de cambio es mucho más competitivo: “como marplatense, este tipo de cambio desde el punto de vista turístico e incluso textil y pesquero, es mejor un dólar cercano a 30 más que a 20. Con este tipo de cambio hay muchas economías regionales que pueden salir a flote, más allá de que no fue programada, sino que la hizo el mercado”, finalizó.






Anularán los celulares robados Al fin se dieron cuenta. Habrá una "lista negra" de aparatos denunciados y el sistema lo bloqueará. Nunca se entendió por qué tardaron tanto en implementar una medida elemental contra el delito más habitual Todos los celulares que sean denunciados como perdidos, robados o falsificados serán bloqueados y no podrán funcionar con ninguna red del país. Será a través de una lista negra. Cuando alguien con un celular que forme parte de esa nómina tenga la intención de cambiarle el SIM, la compañía lo detectará y lo bloqueará de manera automática. De esta manera, se darán de baja todos los celulares con un IMEI (el número de serie único de cada aparato) que sea "inválido". La medida forma parte de un plan integral

para "desmantelar a las mafias del robo de celulares que generalmente conviven con los motochorros", de acuerdo con el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo. Además, se harán inspecciones en galerías comerciales, se recuperarán equipos e incluso se controlarán aparatos personales en la vía pública en zonas "problemáticas" de la ciudad, a cargo de brigadas especializadas. Se trata de una iniciativa que articula al Enacom, la Agencia Gubernamental de

Control (AGC), la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) porteñas y la Dirección Nacional de Migraciones. En la Argentina, 23,34 millones de personas usan smartphones y en 2017 fueron robados casi 4000 dispositivos por día. Recientemente se recuperaron 460 durante los operativos realizados en galerías de Constitución, Liniers, Once, Pompeya, Retiro y Microcentro. Para sacar el IMEI llamar a: asterisco, numeral, 61, numeral.

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