NO COMERCIAL
En una planta del bosque vivían dos gusanitas muy amigas, la más pequeña se llamaba Monsy y la más grande, Laly. Ellas siempre hablaban de lo que harían y de qué harían cuando, por fin, se transformaran en mariposas. ~5~
Monsy siempre soĂąaba con ese dĂa, ansiaba tener sus alas llenas de colores y junto con las flores bailar. Siempre las miraba y nunca dejaba de impresionarse por aquellos bellos colores.
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Pasaron los días y ya estaban listas para ser unas pupas. Ocultas entre las hojas, dormían profundamente, mientras un árbol amigo las protegía de la lluvia y del viento. ~7~
Las semanas pasaron y era el momento de la metamorfosis. Laly había salido de su capullo y sus alas eran hermosas. Emocionada, llamó a su amiga, pero ella aún no salía de su capullo. ~8~
La pupa de Monsy se rompió, abrió sus alas y quedó muy apenada al ver que era una polilla y no una mariposa. Monsy lloraba sin consuelo; Laly le decía que aún podía cumplir su sueño de bailar con las flores. Pero eso no la calmaba; ella soñaba con ser una mariposa llena de colores. ~9~
Su amiga entonces dijo: “No importa los colores de tus alas, sino lo que sientes en tu corazón” Entonces Monsy se alegró. Sabía que era una mariposa y que solamente debía buscar sus colores que estaban perdidos. Entonces hizo una bolsita para guardarlos cuando los consiguiera, y comenzó su viaje. ~10~
Monsy se acercó a unos girasoles para pedirles un poco de amarillo. Las flores quedaron sorprendidas de que una polilla quisiera colores. Monsy les explicó que era una mariposa sin colores y que los estaba buscando. El sol escuchaba curioso y conmovido, asi que decidió ayudarla y le dijo: “Tendrás que encontrar los colores por orden, porque cada color tiene su magia”
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“Deberás encontrar primero el azul, que no está en el mar, ni en el cielo; después continuarás con el rojo, que no lo hallarás en la rosas o en otra flor, y por último, el verde, que no está en los árboles, ni en el césped” Monsy procuró no olvidar estas palabras y fue a buscar el azul.
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Buscaron en las piedritas, en el musgo, en las hojas, y no había azul por ningún lado. De pronto Monsy y Laly escuchan un ruido entre los arbustos, pasaba lentamente por ahí un caracol, se acercaron a él para saludarlo y pedirle ayuda. “Discúlpenme, pero como verán soy un bichito de tierra y
no soy muy buen observador”,dijo el caracol.
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Entonces encontraron flores de pensamiento y a ellas Monsy preguntó. Recordaba ahora que estas siempre tenían una respuesta para todo. Las flores respondieron: “Entre las copas de los árboles existe un pajarito con bellas plumas, más azules que los cielos y el mar”
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Monsy y Laly encontraron al pajarito y le explicaron toda su aventura por el bosque. Él escuchaba atento toda la historia. Conmovido por la ilusión de Monsy, le regaló una de sus plumas.
Agradeciéndole al pajarito, emprendieron vuelo nuevamente. Esta vez iba en busca del rojo. Monsy sentía que cada vez estaba más cerca de cumplir su sueño; no se rendiría por nada del mundo.
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Después de volar todo el día, las amigas decidieron descansar. Mientras tanto meditaban en donde podían encontrar el rojo que no sea en las rosas o en otras flores. Creían que quizás algun insecto podría entregarles el rojo. “Las chinitas tienen alas rojas”-dijo Laly. “Pero sería terrible que una chinita me diera su alita”-exclamó Monsy. Y sin darse cuenta se quedaron dormidas por el cansancio ~16~
Al día siguiente, Monsy y Laly volaron por el Este. Recorrieron todo un bosque, sobrevolaron montañas, árboles y pantanos...
...cruzaron ríos y lagos pero no había rojo.
Entonces, Monsy lloró. “No te rindas”,le decía Laly “Tienes que seguir luchando por tu sueño; ya verás que pronto encontraremos tu color”.
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Al adentrarse más en el bosque, encuentran a toda una familia de chanchitos de tierra. Ellas le piden ayuda, y la familia escucha muy atenta la historia de aquella polilla que quiere ser mariposa. “Mira detrás de aquel arbusto y encontrarás lo que buscas”,dijo el papá chanchito.
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¡Era un campo de frutillas! Este era el rojo que buscaban. Monsy se llenó de alegría; ahora sólo bastaba un color para cumplir su sueño.
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Su rumbo era hacia el Oeste, un lugar frío y tenebroso. Ahí el viento soplaba fuerte y malhumorado. Pocos bichitos se atrevían ir a aquel bosque.
Monsy y Laly ya no podían seguir volando contra el viento. Fueron arrastradas hasta chocar con un árbol viejo y cascarrabias.
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Las amigas se disculpan con él y piden su ayuda para encontrar el verde. “¡Yo no conozco un verde que no esté en los árboles o en el césped!,contesta el roble gruñón.
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“Yo puedo ayudarlas”,dice un búho mientras se posa sobre su viejo amigo, el roble.
“Escuché tu historia pequeña amiga, conozco muy bien este bosque y sé donde encontrarás el verde que necesitas. Es un lugar muy peligroso, así que yo las llevaré”
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“En una cueva junto a un viejo sauce llorón existe una piedra de color verde intenso, más verde que el césped”,dijo el búho. Él sabía que no podían volar por el mal tiempo asi que se las llevó en su lomo. Monsy le agradeció con todo el corazón.
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Desde lejos se podía ver la cueva junto al sauce. Monsy y Laly estaban muy asustadas,la cueva era fría y tenebrosa, además estaba llena de muerciélagos y todo el mundo sabe que ellos comen mariposas. Por lo tanto, hacían el menor ruido posible.
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Cada vez se iban adentrando más en la cueva hasta que dieron con la bella piedra verde. Monsy no podía aguantar su felicidad y se le escapó un grito de alegría. ~25~
En ese momento los murciĂŠlagos despiertan y comienzan a perseguir a las mariposas. Vuelan a toda velocidad hacia la salida...
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Lamentablemente, en medio de la persecución, Laly cae...
...Monsy no lo piensa dos veces y sabiendo que era peligroso, va al rescate de su amiga.
Su bolsito se rompía, pero no lo podía tomar, tenía que salvar a Laly y eligió a su amiga ante todo. ~27~
El bĂşho fue en su ayuda y lograron salir a salvo de la cueva. Los murciĂŠlagos no soportan la luz del sol, es por esto que no se atrevieron a salir y regresaron a dormir. ~28~
Monsy lloraba; y lloraba, hab铆a perdido los colores que tanto trabajo le cost贸 reunir. Laly se echaba toda la culpa, pero Monsy no la acusaba.
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“No llores más, pequeña Monsy, te he visto en tu viaje y también vi cómo salvaste a tu amiga. Los verdaderos colores siempre los tuviste en tu corazón. Ahora yo haré el resto”,dijo el sol. ~30~
El sol era el único con el poder de otorgar colores, ya que su luz los contiene todos.
“¡Tengo colores! ¡Tengo colores!”,gritaba Monsy emocionada. ~31~
“Al final son los corazones bondadosos los que pueden cumplir sus sueños. Nunca dejen de creer en ellos”,dijo el sol.
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