UNIVERSIDAD DE PANAMÁ FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ESCUELA DE RELACIONES INTERNACIONALES
EL PRESIDENTE DE LA DIGNIDAD ROBERTO F. CHIARI (1960-1964) POR: MILAGROS FRANCO MIGUEL A. BERMÚDEZ ISAÍAS BATISTA DANIEL BARRÍA YORINS
PROFA. ROSALÍA CASTILLO PRIMER SEMESTRE 2015
CONTENIDO Introducción Capítulo 1 Roberto F. Chiari “El Presidente de la Dignidad” Capítulo 2 Población, Economía y Sociedad Capítulo 3 La obra de gobierno de Roberto F. Chiari Capítulo 4 El movimiento de los trabajadores de banano en Bocas del Toro y Puerto Armuelles Capítulo 5 Otros movimientos de disconformidad Capítulo 6 Antecedentes y consecuencias de los hechos de enero de 1964 Capítulo 7 Roberto F. Chiari y Jhon F. Kennedy Capítulo 8 El incidente con la bandera Capítulo 9 ¡Heroísmo! Capítulo 10 Roberto F. Chiari y Lyndon Johnson Capítulo 11 Las elecciones de 1964 Conclusión Bibliografía
INTRODUCCIÓN Algunos artículos relacionados con el 9 de Enero de 1964, insinúan que el Frente Patriótico forzó que Panamá rompiera relaciones con los Estados Unidos de América; sin embargo, nada o muy poco se dice de la actitud valiente y patriótica del presidente Roberto Francisco Chiari. Por ello, nos sentimos obligados, como ciudadanos que toda la vida la hemos puesto al servicio de la patria, a relatar hechos, obras, y datos históricos de la administración de Roberto F. Chiari. Realizando un análisis exhaustivo del Panamá de 1960 a 1964. Nacido en la ciudad de Panamá, República de Panamá, Era el tercero de hijos del matrimonio del ex presidente liberal, Rodolfo Chiari y Ofelina Remón. Desgajada del antiguo Partido Liberal, que surgió a partir del golpe de Estado protagonizado por Acción Comunal, participó por primera vez en política como miembro fundador del Club Liberal en 1936. Apoyó decididamente el golpe de Estado contra el presidente Arnulfo Arias el 9 de octubre de 1941 Durante su administración se inauguró el Puente de las Américas (1962), el Hospital General del Seguro Social, se puso en acción el programa de censos nacionales, de censos agropecuarios, comenzó a funcionr el aeropuerto Enrique Malek de Paitilla, fue modernizado el aeropuerto de Tocumen y de Bocas del Toro. Intentó combatir la recesión económica existente. Para ello puso en práctica un programa del gasto público, financiado en parte con préstamos. Pudo solucionar también una huelga bananera en 1961. Ante las reclamaciones populares y gremiales sobre la Zona del Canal, inició negociaciones con el presidente John F. Kennedy. Pero por encima de todo, Roberto Francisco Chiari ha quedado en la Historia como el Presidente que, en 1964, enfrentó con dignidad los sucesos del 9 de enero de 1964. Las organizaciones populares, democráticas y patrióticas le exigieron romper
relaciones con los Estados Unidos, y así sucedió, en efecto. La noche del 9 y 10 de enero de aquel año, las manifestaciones de hombres que solicitaban armas llegaron una tras otra a las puertas del Palacio Presidencial, y la palabra del Presidente Chiari logró contener la furia: les anunciaba los graves pasos que, con dignidad, estaba dando su gobierno. Tenemos por objetivos resaltar la imagen de Don Roberto F. Chiari y sus obras como presidente del país durante el periodo de 1969 a 1964, mostrar el lado social y humanitario que caracterizo ese periodo de gobierno, analizar el papel que jugó la administración de Chiari en el nuevo despertar de las negociaciones de los tratados sobre el canal. A lo largo de la obra se tocaran temas, sociales, económicos y sobre todo históricos para procurar un concepto más general del contexto de la época. Esta obra consta de once capítulos elaborados con una amplia gama de información de fuentes fidedignas y hemos tratado de que guarden un orden y relación para la mejor comprensión del lector. Esta es una obra cargada de detalles históricos que a cualquier panameño le removerá sus entrañas al ponerse en contacto con los principios del desarrollo del nacionalismo panameño la identidad nacional y el fervor patriótico que nos caracteriza.
CAPÍTULO 1 ROBERTO F. CHIARI “EL PRESIDENTE DE LA DIGNIDAD” Roberto Francisco Chiari, fue un Político y empresario industrial. Nacido en la ciudad de Panamá el 2 de marzo de 1905 y Fallece en esta ciudad el 1 de marzo de 1981. Hijo de Rodolfo Chiari y Ofelina Remón. Estudia en el Colegio La Salle de esta ciudad, egresando de Perito Mercantil y Bachiller. Continuó estudios superiores en los Estados Unidos. Inicia como escribiente en un juzgado municipal (1924-1928), Edecán de su padre. Funda el Club Liberal (1936), Diputado a la Asamblea Nacional (1940-44), Ministro de Salubridad y Obras Públicas (1944-1945), Candidato a presidente provisional en la Segunda Asamblea Nacional Constituyente (1945), Segundo Vicepresidente del Partido Liberal Nacional en las elecciones de 1948. Ejerce la Presidencia de la República del 20 al 24 de noviembre de 1949 ante una grave crisis de gobernabilidad. Candidato de la Alianza Civilista en las elecciones de 1952.
Campaña Electoral Electo Presidente de la República, cargo que ejerce del 1 de octubre de 1960 al 30 septiembre de 1964. Fue quien inaugura el Puente de las Américas (1962), el Hospital General del Seguro Social, el programa de censos nacionales, agropecuario, el aeropuerto Enrique Malek, moderniza el de Tocúmen y el de Bocas del Toro. Enfrentó los sucesos del 9 de enero de 1964 y por ende considerado el Presidente de
la Dignidad, al ser nuestro país el primer en el hemisferio en romper relaciones con los Estados Unidos, ante la presión de los patriotas, además fue el primer presidente nacido en la República mientras los anteriores han nacido durante nuestro período de unión a Colombia. Miembro de la Cámara de Comercio de Panamá, Presidente del Directorio del Partido Liberal, fue condecorado con la Orden Vasco Nuñez de Balboa y Manuel Amador Guerrero. Roberto Francisco Chiari Remón fue Presidente de Panamá durante dos períodos: en noviembre de 1949 y desde el 1 de octubre de 1960 hasta el 1 de octubre de 1964. Trabajó en la producción de azúcar, pero fue el único de sus hermanos que se interesó en la política.
Roberto Francisco Chiari (1905-1981)
CAPÍTULO 2 POBLACIÓN, ECONOMÍA Y SOCIEDAD A pesar de las vicisitudes del gobierno de Ernesto e la Guardia éste presidió una de las elecciones más honestas que se hayan realizado en el país. El 8 de mayo de 1960, se efectuaron las elecciones para Presidente, en las que participaron Roberto F. Chiari, por la Unión Nacional de Oposición (UNO); Ricardo Arias Espinosa, por la Coalición Patriótica Nacional (CPN) y Víctor F. Góytía, por la Alianza Popular (AP). El 21 de mayo se le entregaron las credenciales a Roberto F. Chiari, virtual triunfador, quien obtuvo un total de 100,042 votos, contra 85,981 de Arias Espinosa y 55,455 de Goytía. Roberto F. Chiari, miembro de uno de los grupos industriales más poderosos del país e hijo del expresidente Rodolfo F. Chiari y primo hermano de José A. Remón, es el segundo de la trilogía de presidentes que apoyaron resueltamente el proceso de sustitución de importaciones. Durante la administración Chiari se impulsaron las actividades industriales y se brindó asesoramiento técnico a la ganadería y a la pesca. Mediante el decreto ley No. 6 el gobierno inició la reforma agraria y facilitó el traspaso de tierras incultas a los agricultores, lo que provocó graves conflictos entre los agricultores y los grandes terratenientes como fue el caso del Carrizal de Soná, provincia de Veraguas. El mismo modo, el departamento de Trabajo se encargó de la supervisión de la Comisión de Salario Mínimo y adelantó los estudios necesarios para la fijación del salario mínimo en la industria y el comercio. Salvo raras excepciones, el gobierno puso en vigor las recomendaciones presentadas por la Comisión que benefició a miles de trabajadores con el aumento de ingresos no sólo en la capital sino en varios distritos del interior. El gobierno de Chiari fundó, además, el Banco de Crédito Popular en 1962 que al cabo de dos años realizó más de 40 mil operaciones de préstamo a corto plazo, por un monto superior a 5 millones de balboas . También creó el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE) con miras a planificar la producción y distribución de energía eléctrica. El IRHE eligió ocho plantas nuevas y
extendió la integración del sistema central a 1 1 poblaciones. Asimismo se iniciaron los trabajos hidroeléctricos en La Yeguada y se proyectaron las de Bayano y Chiriquí. Otra gran empresa creada durante estos años fue el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (I AAN) destinada a instalar sistemas de agua y mejorar las condiciones de las existentes. La Administración Chiari logró llevar a cabo el Programa de Censos Nacionales que comprendió el Sexto Censo de Población y Segundo de Vivienda, el Segundo Censo Agropecuario y el Primer Censo Nacional de Industria, Comercio y Servicios.
Campaña Política El movimiento en el que militaban, como vimos, los anarquistas españoles José María y Martín Blázquez de Pedro, la polaca Sara Gratz, los socialistas, Luis Francisco Bustamante y Nicolas Terrero, fue reprimido por la intervención del ejército norteamericano y algunos de sus dirigentes fueron expulsados del país . Pues bien, todas estas manifestaciones de la clase obrera que se llevan a cabo durante el período del estilo de economía "hacia afuera" o "modelo de economía abierta", así como las organizaciones sindicales que le sirven de base, no son más que expresiones fortuitas, casuales y aisladas de lo que posteriormente será una constante, o sea un fenómeno orgánico, inexorable e inmanente al modelo o estilo de desarrollo "hacia adentro", es decir, al proceso de sustitución de importaciones o industrialización panameña .
"Para los primeros años de los cuarenta -subraya orindo J Cortez, reafirmando esta posición-, se crean las condiciones que permiten la apertura de un ciclo organizativo de los sectores medios y de la 'clase obrera’. La clase obrera se presenta con clara perspectiva del significado de la organización sindical. Entre 1944 y 1945 aparecen tres sindicatos: Sindicato Nacional de Trabajado- res de la Industria de la Confección de Ropa y Anexos de Panamá ; el Sindicato de Trabajadores del Muelle de Panamá ; y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria . En ese año, 1945, es fundada además la Federación Sindical de Trabajadores de la República de Panamá. Frente a este ascenso de la organización sindical,.. . , el gobierno da apertura al sindicalismo legal con la promulgación del Código de Trabajo en el año de 1948. Con esta acción estatal queda establecido el derecho de los obreros de funcionar, en el marco de la legalidad del sistema imperante. Se abre así un nuevo periodo que bien puede establecerse entre los años 1848-1972, cuando aparecen el nuevo Código de Trabajo bajo la dirección militar del tomismo" (Orindo J Cortez, Ob . cit., p. 17).
CAPÍTULO 3 LA OBRA DE GOBIERNO DE ROBERTO F. CHIARI Cuando el 1 de octubre de 1960 tomó posesión de la Presidencia de la República el nuevo mandatario Roberto F. Chiari, pintó un panorama devastador sobre el estado financiero del país. En efecto, en el discurso pronunciado en esta ocasión, el Presidente afirmó que tan sólo el déficit del año 1959 había sido de B/ .8, 400 000 y hasta el 31 de agosto del año en curso era de B/.5, 600 000. Por otra parte, señaló que la deuda pública que en 1955 era de 44 millones, alcanzaba al momento la exorbitante cantidad de 82 millones de los cuales 30 correspondían a la deuda externa. Para enderezar esta situación, el Primer Mandatario propuso una reestructuración profunda de la administración del Estado. A fin de llevar adelante tan gigantesca e impopular tarea, el Presidente conformó su Gabinete de la siguiente manera: Obras Públicas, Pablo Barés; Relaciones Exteriores, Galileo Solís; Gobierno y Justicia, Marco A. Robles ; Trabajo, Previsión Social y Salud Pública, Sergio González Ruíz, quien también era el Primer Vicepresidente ; Educación, Alfredo Ramírez; Hacienda y Tesoro, Gilberto Arias; Agricultura, Comercio e Industrias, Felipe Juan Escobar, y Ministro de la Presidencia, Gonzalo Tapia C . Como Segundo Vicepresidente figuró en la nómina de Chiari, José Dominador Bazán, y como su Edecán, el Presidente nombró a Fred Boyd. Lo cierto es que poco se pudo hacer durante el primer año de gobierno para enmendar el desorden económico-fiscal. En efecto, una vez más y como ya era habitual, el presupuesto no alcanzó a cubrir los egresos del Estado y así, el 31 de agosto de 1961, el déficit alcanzó los 13/. 5,400 000 que unido a las acreencias anteriores, superó los B/ .9, 000 000. De esta manera, el gobierno se vio obligado a gestionar un empréstito por 5 millones de balboas para atender parte de la deuda. Asimismo, dio término a las negociaciones avanzadas por el ex-Presidente De la Guardia por B/. 12,000 000, para la ejecución del Plan Vial. En el Mensaje de Gobierno presentado por Roberto Chiari a la Asamblea Nacional el 1° de octubre de 1961, el Primer Mandatario confesó con
evidente desánimo: "Con sinceridad expreso mi honda preocupación por el estado financiero que he presentado a la Honorable Asamblea, toda vez que era mi más ferviente anhelo mantener un nivel rígido entre las entradas y salidas fiscales.”. No obstante, durante los cuatro años de gobierno, la administración Chiari realizó obras tales como el Centro de Rehabilitación de Mujeres, se acondicionaron los cuarteles de la Guardia Nacional y los del Cuerpo de Bomberos, se modernizó el Aeropuerto Internacional de Tocumen, se construyó el edificio principal del Aeropuerto Enrique Malek de David, y se extendió la pista de Bocas del Toro. En la capital, se cubrió con carpeta asfáltica una superficie de calles equivalente a casi doce kilómetros de largo y que incluyó la Avenida Central En gran número de poblaciones interioranas se acondicionaron las vías con más de 60 kilómetros de pavimento. Se terminó la construcción de 147 kilómetros de hormigón en la Interamericana. Más de 300 kilómetros de camino de asfalto se destinaron al servicio público en el interior y en proceso de construcción otros 200 kilómetros adicionales. Los cortes de caminos veraniegos alcanzaron más de 3,500 kilómetros, llegando a comunidades que jamás habían gozado de este beneficio. Se construyeron 67 puentes, entre los que cabe destacar los del río Camarón, el río Martín Chiquito, en el Proyecto Santiago-Puerto Martín el del río Purio, sobre el río San Francisco y el del río Sábalo. También se construyó el edificio de Aduanas e Inmigración en la frontera con Costa Rica. En lo tocante a la Carretera Interamericana, con los tramos ya construidos y con el Santiago- Pajal. Se alcanzó el 90% de la obra totalmente pavimentada. Las actividades del Ministerio de Agricultura, Comercio e Industrias tuvieron como principales objetivos lograr "la superación del campesino panameño, incrementar las actividades industriales. Velar por el desarrollo comercial del país, y dar asesoramiento técnico tendiente a impulsar la ganadería y la pesca." La Comisión Agraria pudo realizar una labor importante gracias a la intervención de los comisionados que resolvieron graves problemas de ocupación de tierras en Chiriquí, Veraguas y Panamá. "Mediante el decreto ley No. 6 el gobierno inició la reforma agraria en el país y se facilitó el traspaso de tierras incultas a los agricultores
humildes, al tiempo que se trató de ponerle coto al acaparamiento de tierras. El Ministerio de Hacienda y Tesoro estableció oficinas en los distritos de Pacora, Antón, Arraiján, Tonosi, Santiago, San Lorenzo (San Juan), Barú (Progreso) y Bugaba (altos del Volcán). Tal medida ocasiono fricciones entre los agricultores y los propietarios de tierras, como fue el caso del Carrizal en Soná, Provincia de Veraguas, donde los campesinos se enfrentaron a los latifundistas. El diario Critica hablo de una "Subversión comunista en Veraguas "azuzada por elementos infiltrados entre los agricultores, por lo que la Federación Sindical de Trabajadores de la República de Panamá emitió un comunicado de apoyo a los agricultores veragüenses, denunciando a la vez a "los explotadores del pueblo y en particular a los terratenientes y ganaderos que atropellan a los campesinos, despojándolos de sus tierras, pagándoles salarios de hambre. . . El Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública poseía al término del mandato de Chiari 5,500 empleados, entre los que se contaban médicos, enfermeras, ingenieros sanitarios, odontólogos, farmaceutas y laboratoristas. Una de las reformas más notables introducidas durante este período fue la integración de los servicios médico-sanitarios que antes se prestaban por separado de los hospitales y centros de salud. Esta política se complementó con el impulso a la consulta externa, con la creación de anexos materno-infantiles y pediátricos que se incorporaron a diversos Centros de Salud en el interior. Se establecieron las áreas sanitarias, como unidades de trabajo alrededor de un centro médico integrado. Como en efecto afirmó el Presidente en octubre de 1964 : "Esto revela el esfuerzo desplegado en el interior para llevar a las masas campesinas los beneficios de una atención médica sanitaria que pueda reducir drásticamente los porcentajes de mortalidad y morbilidad que eran características de los sectores rurales ." Es indudable que uno de los mayores logros en el área de la Salud Pública lo constituyó el éxito alcanzado contra la poliomielitis, gracias a la campaña de vacunación masiva. También se llevó a cabo una activa cruzada antituberculosa. En este sentido, se instalaron dispensarios con equipos y servicios completos en
Penonomé, Aguadulce, Chitré, Santiago, Las Tablas. Asimismo se dio la campaña anti-malárica. Para ello, se contó con la ayuda de organizaciones de salud nacionales e internacionales entre las que hay que mencionar a la Organización Panameña Antituberculosa, a la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación, a la Organización Mundial de la Salud, al Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas, al Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá. Con la cooperación del programa «Alianza para el Progreso» se terminó la construcción de la consulta externa del Centro Médico Integrado de Penonomé, así como los planos arquitectónicos para los centros médicos rurales y centros de salud con anexos maternales y estaciones pediátricas para Natá, Santa María, Pesé, La Mesa, Ocú, Cañazas y Guararé . Por su parte, la Sección de Ingeniería Sanitaria logró la perforación de 894 pozos, entre rurales y para acueductos. El Departamento de Trabajo tuvo a su cargo la supervisión de la Comisión de Salario Mínimo que adelantó los estudios necesarios "para fijar con equidad el salario mínimo en la respectiva actividad industrial o comercial. Fue así como –al decir del primer mandatario- pudo sentar el criterio básico para la determinación del salario mínimo, indicar la metodología aplicable en los trabajos de investigación. . . "Salvo raras excepciones, el gobierno puso en vigor las recomendaciones presentadas por la Comisión lográndose positivo beneficio en los ingresos de miles de obreros, no sólo de la capital sino en varios distritos del interior, que tienen una alta densidad de ocupación.”
Zona libre de Colón
El Instituto de Vivienda y Urbanismo (I .U.) llevó adelante una campaña constructora muy agresiva, al punto que se entregaron más de 5,000 unidades de vivienda en cuatro años. Según el Presidente, el ritmo de construcción alcanzó un promedio de cinco unidades por día laborable. Este Instituto extendió su campo de acción a Colón, David, Santiago, Natá y otros lugares del interior. La administración Chiari fundó el Banco de Crédito Popular en 1962, que al cabo de dos años realizó más de 40 mil operaciones de préstamo a corto plazo, por un monto superior a 5 millones de balboas. También se creó el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE), con miras a planificar técnicamente el desarrollo de las posibilidades de irrigación y de producción de energía eléctrica. El IRHE erigió ocho plantas nuevas y extendió la integración del sistema central a 11 poblaciones. Asimismo, se iniciaron los trabajos hidroeléctricos en La Yeguada y se proyectaron los de Bayano y Chiriquí. Otra gran empresa creada durante estos años fue el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) que se dedicó a instalar sistemas de agua y mejorar las condiciones de los existentes. En el caso de Bocas del Toro, estos trabajos representaron un costo de un cuarto de millón de balboas y fueron los primeros de esta índole que se realizaron desde que se creó el distrito. En David, las obras programadas se elevaron a un millón y medio de balboas y las de La Chorrera, de B/ .750, 000. En la capital, el IDAAN construyó la estación de aguas negras en la Vía Brasil, el colector en el sector occidental del río Matasnillo, instaló una tubería en la Avenida Nacional y ensanchó una red de cañerías que permitía un adecuado abastecimiento de agua . Durante los cuatro años de gestión del Presidente Chiari, la Zona Libre de Colón registró un total de entradas y salidas de 203 .076 toneladas métricas, de mercancías con un valor de B/. 629,509 559. En los terrenos de la Zona Libre se levantaron construcciones por la suma de un millón de balboas y se hicieron mejoras, se abrieron calles y se perforaron instalaciones de agua por más de B/. 250,000. En 1964, operaban 123 contratos con una representación de 401 firmas entre nacionales y extranjeras. Por su parte, el Banco Nacional incrementó sus recursos a 13 .6 millones
y el balance de sus depósitos arrojó un incremento de 9.7 millones de balboas. También, la Lotería Nacional de Beneficencia hizo grandes aportes al Fisco e incluso costeó el valor total de la construcción del Instituto Panameño de Rehabilitación. Chiari logró llevar a cabo el Programa de Censos Nacionales que comprendió el Sexto Censo de Población y Segundo de Vivienda; el Segundo Censo Agropecuario y el Primer Censo Nacional de Industria, Comercio y Servicios. El crecimiento vertiginoso de la matrícula escolar en todo el país motivó la famosa "siembra de escuelas" en toda la República. Se construyeron centenares de locales que arrojaron más de 1,300 aulas, tanto para la primaria como para la secundaria. En 1964, había unos 8,000 educadores prestando servicios a más de 200,000 estudiantes. Según el primer mandatario, en 1964, "cada día escolar significó una erogación aproximada de B/. 100,000." Sin embargo, a pesar de ello, en la Memoria del Ministerio de Educación de este mismo año, el titular del ramo expresaba que existía un déficit de más de 3,000 aulas y cada año este número se incrementaba en 700. Existían 35,000 panameños en edad escolar que no habían podido asistir a la escuela, al tiempo que señalaba que el Ministerio sólo disponía de 14 centésimos por año para dar respuestas a las necesidades de material didáctico de cada alumno de la escuela primaria. Y agregaba: "La escuela panameña carece de los símbolos patrios y ni siquiera ha llegado a la etapa libresca, sino que predomina en ella la anticuada copia fiel de los resúmenes del maestro.” Respecto a la crisis fiscal que atravesaba el país en 1964, y que muchos insistían en achacar a los desafortunados sucesos de enero, el Ministro de Hacienda y Tesoro consideraba que obedecía a lo desbalanceado de los presupuestos de la Nación. En su opinión, se evidenciaba "demasiado optimismo al calcular los ingresos estimados. . .”. Para enmendar la situación, el Ministro proponía adoptar una serie de medidas tales como: "a) Debe ponerse fin a las jubilaciones especiales, creadas por numerosas leyes ; b) Eliminación inmediata de puestos innecesarios ; c) Supresión de un número plural de pensiones que paga el Estado a determinadas personas sin ninguna justificación ;
d) Refundición de Departamentos y Secciones que impliquen duplicación de funciones ; c) Realización de las obras públicas por medio de licitaciones ; f) Responsabilizar a los funcionarios encargados de custodiar los bienes muebles del Estado ." Asimismo, el Ministro Julio E. Linares destacaba el incremento creciente de la ola de contrabando, defraudaciones aduaneras y falsificaciones de timbres que, naturalmente, afectaban los ingresos del Fisco, en virtud de que el Ministerio no contaba con las medidas necesarias para evitarlos. Para ello era necesario, entre otras cosas, que los funcionarios públicos a cargo de evitar el contrabando percibieran un salario adecuado. A su vez, defendía el establecimiento de la carrera administrativa para evitar que la política dominara la correcta marcha de los negocios públicos en perjuicio de los mismos.
Inauguro el Puente de las américas en 1962.
CAPÍTULO 4 EL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES DE BANANO EN BOCAS DEL TORO Y PUERTO ARMUELLES Recién comenzaba la gestión presidencial de Roberto F. Chiari, cuando a principios de noviembre de 1960 los trabajadores de las fincas bananeras de la Chiriquí Land Company en Bocas del Toro, se declararon en huelga reclamando un aumento salarial de B/ .0 .40 por hora y mejores condiciones de alimentación, vivienda y trabajo. Como se recordará, la presencia de las compañías extranjeras dedicadas a la explotación del banano en la costa atlántica del Istmo de Panamá se remonta a finales del siglo XIX, encabezadas por Minor C. Keith. En el transcurso de la actual centuria, la United Fruit Company consolidó su dominio en este negocio no sólo en nuestro país, sino también en Santo Domingo, Cuba, Jamaica, Colombia y Centroamérica. A finales de los años veinte, una filial de esta empresa, la Tonosi Fruit Company, se estableció en el Pacífico panameño y poco después lo haría la Chiriquí Land Company, en virtud de una serie de contratos con los gobiernos que se sucedieron en el poder desde inicios de la República. Más no sólo la "Chirilanco" tenía plantaciones de banano, sino también explotaba cacao y otros productos agrícolas, además de poseer haciendas de ganado. Para la década de los cincuenta, la mano de obra indígena, sobre todo guaymí y cuna, constituía el principal sostén de estas actividades que se desarrollaban en condiciones laborales deprimentes. En efecto, se trabajaba en jornadas de "oscuro a oscuro" con salarios de B/ .0.20 la hora y, para peor, en septiembre de 1960, la Chiriquí Land Company anunció un nuevo sistema aumentando las tareas diarias de los que laboraban en el campo. Los guaymíes se empleaban en la fumigación de los bananales con gran riesgo para su salud. En Bocas del Toro se determinó que había cuatro tipos de viviendas obreras y que en la última de éstas vivían apiñados en cuarenta galeras un gran número de trabajadores.
Tras el intento infructuoso de los obreros indígenas, que a finales de septiembre y octubre le solicitaron al Inspector Provincial de Trabajo que intercediera ante la Chiriquí Land Company para que modificara el procedimiento en el pago de las horas extraordinarias, recurrieron entonces a las medidas de fuerza, bajo la dirección de José M. Serracín y Virgilio Schuverer . En primer término, se sustituyó el Sindicato Amarillo pro-empresa por otro integrado por una directiva que se convirtió en el Comité Central del Movimiento, cuya sede era Changuinola. Se trató de un movimiento muy bien organizado para asegurar el éxito del mismo y contó con un amplio respaldo de los otros sindicatos obreros de la República. Incluso, la Asamblea Nacional designó, el 18 de noviembre, a los diputados Jorge Rubén Rosas, Rodrigo Sánchez, Rogelio Corro y Julio Harris para que investigaran el problema en Bocas del Toro, en tanto que el gobierno designó al Ministro de Agricultura, Comercio e Industrias, Felipe Juan Escobar y al Ingeniero David Samudio. Director del Departamento de Planificación de la Presidencia de la República, para que buscasen solución al conflicto que amenazaba con extenderse a otros puntos del país, particularmente a Puerto Armuelles. Pese a estas gestiones, no se logró llegar a un acuerdo, toda vez que la Chiriquí Land Company sostenía que había invertido más de un millón de balboas en el pago de prestaciones sociales a los trabajadores en el año de 1959 y otros tres millones en la siembra de una nueva planta mucho más resistente a la enfermedad "Panama Disease" que atacaba al banano, por lo que no podría haber aumentos salariales hasta junio de 1961. Mientras tanto, los obreros se mantenían firmes en su posición e indicaron que la empresa podría irse y llevarse "los bananos, comeremos justicia”.
El 17 de noviembre, el propio Presidente de la República, Roberto F. Chiari, acompañado por los Ministros de Educación. Alfredo Ramírez: de Agricultura, Felipe Juan Escobar y de la Presidencia, Gonzalo Tapia, viajó a Bocas del Toro donde celebró conversaciones con los altos ejecutivos de la Chiriquí Land Company y los dirigentes obreros, acordándose que la empresa pagaría B/ .0 .35 por hora, brindaría servicios hospitalarios gratuitos . Agua, vivienda, energía eléctrica y transporte, así como el 10% de rebaja en los alimentos. Se convino suscribir un documento en el que ambas partes se comprometieron a concertar una Convención Colectiva que se firmó finalmente el 20 de noviembre en la Presidencia de la República. Entre tanto, el 13 de noviembre se declaró una huelga general en la zona bananera de Puerto Armuelles, en la que participaron más de 8,000 obreros. Pero contrario a lo ocurrido en Bocas del Toro, donde el conflicto se solucionó sin derramamiento de sangre, por órdenes del Ministro de Gobierno y Justicia, Marco A. Robles, y del Tercer Comandante de la Guardia Nacional, Mayor Bolívar Urrutia, se reabrieron los comisariatos y se restableció el tránsito en la línea del ferrocarril, utilizando bombas lacrimógenas y disparos, en tanto que se desalojaba a los trabajadores del Comité de
Huelga. El saldo trágico fue de un muerto y varios heridos. La Guardia Nacional mandó refuerzos desde la capital y se intentó sitiar por hambre a los huelguistas. El Sindicato de Periodistas protestó por el atropello de dos de sus miembros en Puerto Armuelles, mientras que más de 25 Sindicatos Obreros en la ciudad de Panamá, emitieron una resolución condenando los métodos violentos del Instituto Armado empleados en Puerto Armuelles, declarando enemigos número uno de los trabajadores al Ministro de Gobierno y Justicia Marco A . Robles y al Comandante de la Guardia Nacional Bolívar Vallarino, solicitando su destitución. Los obreros de Puerto Armuelles demandaban un aumento de B/ .0.35 por hora de inmediato y B/ .0.40 después de agosto de 1961, lo que fue rechazado en un principio por la empresa, proponiendo el gobierno encabezado por Gonzalo Tapia, que el asunto se llevara a arbitraje. Tras un estancamiento y con la mediación del emisario del Presidente, Fabián Velarde, se reanudaron las negociaciones que concluyeron el 4 de diciembre, cuando los trabajadores regresaron a sus labores a cambio de B/. 0.36 la hora y otras reivindicaciones que habían originado el movimiento. Aunque se negociaron convenciones colectivas entre la Chiriquí Land Company con la dirigencia sindical de las bananeras, ello no disminuyó la tensión reinante. Así, a comienzos de 1962, en vísperas de las elecciones para escoger a la nueva dirigencia sindical los líderes de Bocas del Toro, Virgilio Schuverer y Jose del C. Serracín, fueron detenidos y trasladados a Panamá. Poco después, el abogado de los trabajadores, Carlos Iván Zúñiga denunciaba la provocación por parte de la Guardia Nacional, al tiempo que 10,000 trabajadores, sus esposas e hijos desfilaban por las calles de Puerto Armuelles en señal de protesta. Por su parte, el 3 de mayo, Monseñor Clavel, Arzobispo de Chiriquí y Bocas del Toro, censuró a aquellos sectores "que tratan de hacer aparecer a todos los líderes obreros sin excepción como comunistas." A pesar de ello, la "Chirilanco" despidió a Dimas Chávez, Presidente de la nómina verde que había ganado las elecciones de la dirigencia obrera. Este hecho, como es natural, provocó una nueva amenaza de paro. Así, el 13 de noviembre de 1962, al celebrarse el Segundo Aniversario de la huelga decretada contra la compañía
bananera, ocurrieron serios incidentes en Puerto Armuelles, cuando un grupo de cincuenta trabajadores impidió a los agricultores independientes que fueran a laborar. La Guardia Nacional, en consecuencia, detuvo a algunos trabajadores que habían maltratado a un indígena.
A finales del mes de marzo de 1964, se decretó un nuevo paro en Puerto Armuelles que duró 35 días. El mismo recién terminó el 4 de mayo, cuando el propio Presidente Chiari viajó junto con el Comandante Bolívar Vallarino, de Santiago a Puerto Armuelles, con el propósito de mediar. El acuerdo entre ambas partes se firmó en la Finca Blanco, frente a una concentración de 4,000 obreros. Entre los puntos acordados se encontraba el aumento salarial en las secciones de corte de fruta y transporte de 7 a 8 .5 centavos por racimo; facilidades de transporte a miembros del sindicato, investigación sobre la producción de las plantas empacado- ras y el hecho de que el 1 de agosto se iniciaría la negociación de un nuevo contrato colectivo.
CAPÍTULO 5 OTROS MOVIMIENTOS DE DISCONFORMIDAD a) La represión del contrabando en San Blas A comienzos de noviembre de 1960, se informaba que un destacamento de la Guardia Nacional había capturado y hundido cerca de El Porvenir, en San Blas, a la nave colombiana Olivia o Ivone con un cargamento de café procedente de Cartagena. Según el diario La Hora, por muchos años la Comarca de San Blas era el centro del contrabando con Colombia y el mismo lo respaldaban "influyentes personajes políticos”. Agregaba que "es fácil de advertir en casi la mayoría de las tiendas de Aligandí y otras del Archipiélago de San Blas, azúcar, café y otras mercancías colombianas que se venden ante la vista de los funcionarios de ese lugar." No obstante, observaba que "con el ascenso al poder del Presidente Roberto F. Chiari, otra es la política que se está adoptando en la Comarca de San Blas y es la de reprimir por todos los medios posibles este contrabando que hacen las canoas colombianas en el Archipiélago de San Blas, siendo una de las medidas el hundimiento de toda nave contrabandista que sea capturada." Se calculaba que este comercio ilícito alcalizaba cifras millonarias e incluía no solamente artículos de primera necesidad, sino también ganado vacuno y de cerda, que no solamente dejaban de pagar impuestos de importación al fisco, sino que constituían una amenaza de contagio de enfermedades que podrían afectar la industria ganadera nacional. No obstante, los cunas protestaron porque la medida del gobierno trajo consigo escasez de los productos esenciales para su subsistencia e incluso amenazaron con resistir la disposición. Así se puso en evidencia en una reunión de los sahilas quienes expresaron su total desacuerdo con la posición del gobierno y amenazaron al Administrador de Aduanas Luis Sáenz, si insistía en continuar la política de represión contra el comercio ilícito en San Blas. Así las cosas, el 9 de enero de 1962, se suscitó un violento encuentro entre los indígenas con miembros de la Guardia Nacional, cuando estos intentaron evitar
por la fuerza el tráfico con la lancha colombiana Mara G en la isla de Río Tigre, con el resultado de varios heridos por ambas partes . Los indígenas se alzaron en armas y el gobierno se vio obligado a enviar destacamentos de la Guardia Nacional a Narganá, al mando del Mayor Omar Torrijos, toda vez que se temía la repetición de los sangrientos sucesos de la rebelión de Tule, de febrero de 1925. El propio Ministro de Gobierno y Justicia Marco A. Robles se trasladó a Narganá y el Instituto Armado logró reestablecer el orden decomisando armas y puso en libertad a diez guardias que los indios tenían cautivos. Igualmente, en la represión del contrabando en San Blas, se dieron otros hechos lamentables como los que acontecieron en Río Tigre, en diciembre de 1962, cuando dos lanchas de la Guardia Nacional, al perseguir a embarcaciones contrabandistas colombianas, dispararon dando muerte a un indígena e hiriendo a otro, además de lanzar bombas lacrimógenas en el pueblo lo que produjo indignación entre los habitantes que consideraron que era una represalia de la Guardia Nacional por los sucesos acaecidos a principios de ese año . Con razón el diario Crítica sostenía el 21 de diciembre de ese mismo año que: "el problema del contrabando entre los indígenas debe tratarse más bien con un criterio educacional, que con uno político de represión violenta. Simultáneamente el gobierno nacional debe, de una vez por todas, buscar los medios necesarios para sustituir los tradicionales medios de aprovisionamiento de los indios del Archipiélago”. b) El alzamiento del ex-Mayor Manuel José Hurtado A finales de agosto de 1962, un comunicado oficial de la Oficina de Información de la Presidencia de la República, daba cuenta de un brote subversivo encabezado por el ex-Mayor Manuel José Hurtado, recientemente destituido del Instituto Armado. Hurtado, en compañía de 15 hombres, todos miembros de la Guardia Nacional, luego de extraer armas del Cuartel de Panamá La Vieja, se encaminó hacia el área de Pacora. Hizo circular, asimismo, un manifiesto en el que
mencionó una serie de irregularidades y acusó al Comandante Bolívar Vallarino como responsable de la situación. Pidió a los miembros de la Guardia Nacional que se sumaran al movimiento. De inmediato, la Guardia Nacional tomó un buen número de medidas destinadas a sofocar el alzamiento como fue el desplazamiento de 60 hombres al mando del Capitán Boris Martínez en Cerro Azul, el registro de todos los automóviles que circulaban en este lugar, Chepo y Pacora, el cierre del Aeropuerto de Paitilla a los vuelos comerciales y la movilización de otro contingente en Mandinga para evitar un posible escape de los alzados. Por su parte, el Ministro de Gobierno y Justicia Marco A. Robles, dijo que lo que había hecho Hurtado era "una perfecta locura" y añadió que el gobierno tenía "absoluto control sobre la situación y antes de 48 horas el movimiento será liquidado." Mientras tanto, el Comandante Vallarino se presentó al Cuartel de Panamá La Vieja donde obtuvo el respaldo de la tropa. Al día siguiente, es decir, el 28 de agosto, se informaba en los diarios locales que había sido "liquidada la revolución de opereta", después que Hurtado y sus seguidores se entregaron sin ofrecer resistencia a las unidades jefaturadas por el Mayor Omar Torrijos Herrera y el Capitán Boris Martínez. Se comprobó que el segundo jefe de los sublevados era el Sargento Demetrio Porras. Los otros alzados eran los cabos Rogelio Olarte, Alfonso Ramos, Francisco Salamanca e Hilarlo Rodríguez y los guardias Moisés García Jr., Enrique Aguilar, Claudio Sturcat, José Hurtado y Rolando Aparicio. Los insurgentes fueron encontrados en Utivé, cerca de Pacora. Uno de los prisioneros indicó que el movimiento fracasó pues esperaban "gran respaldo de la juventud y la masa popular", lo cual obviamente no se produjo, toda vez que según un diario local, "más bien pudo palparse una glacial indiferencia de parte de los sectores progresistas y de los grupos pensantes del país, hacia un movimiento sin ningún contenido constructivo ni patriótico.” En forma extraña, el ex-Mayor Hurtado resultó herido en una pierna y en los documentos que hizo circular ante la opinión pública, al igual que en las
declaraciones posteriores a su captura afirmó que había sido objeto de persecución, lo cual le hizo sentirse "acorralado”. Por eso, decidió irse a las montañas con un grupo de compañeros para desde allí "iniciar un movimiento simbólico, enviando mensajes al gobierno, a la ciudadanía anticomunista y a la Guardia Nacional sobre la infiltración comunista dentro del gobierno, de los sindicatos, las ligas de campesinos y el estudiantado y la falta de acción o inanición (sic) que sobre estas actividades se mantiene en general en el país." Igualmente, Hurtado implicó al Comandante Bolívar Vallarino en el contrabando de armas y drogas con Colombia, por lo que adujo que el movimiento subversivo que encabezó estaba dirigido a obtener su renuncia. El diario El Espectador de Bogotá, por su parte, indicó que altos militares panameños, entre los que estaba Vallarino, enviaban armas a Colombia, razón por la cual el día 29 de agosto, el Comandante Jefe de la Guardia Nacional emitió un comunicado de prensa desmintiendo tales acusaciones y declarando que los cargos del ex-Mayor Hurtado constituían una "vil e infame calumnia, por la cual le exigiría la debida responsabilidad ante los tribunales de justicia." Vallarino aclaró, asimismo, que en realidad Hurtado era quien estaba involucrado en el tráfico ilícito de armas, desde los tiempos en que éste era Jefe del destacamento en el Aeropuerto de Paitilla. c) La huelga de estudiantes universitarios Durante la administración de Roberto F. Chiari y la Rectoría de Narciso Garay, se llevó a cabo una larga huelga de los estudiantes universitarios que duró 22 días, la cual recibió también el respaldo de los alumnos del Instituto Nacional. En efecto, el 14 de agosto de 1962, las altas autoridades universitarias decidieron celebrar un acto en el Paraninfo para investir como miembro de la Academia Panameña de la Lengua al ex Presidente Ernesto De la Guardia Jr. , pero un grupo de la directiva de la Unión de Estudiantes Universitarios levantó barricadas impidiendo el paso de vehículos y gritó consignas contra el ex-mandatario y el Rector Garay, al tiempo que exaltó la memoria de Octavio Méndez Pereira y censuró la denominada "rosca universitaria". De resultas de ello, se suspendió el evento, así
como todas las actividades de la semana cultural dedicada al primer Rector de la Universidad de Panamá. La Junta Directiva de la Universidad, en consecuencia, decidió investigar a los responsables para aplicar las medidas correctivas, pero en una asamblea general celebrada en el Paraninfo, los estudiantes acordaron declararse en huelga. Acto seguido, un grupo realizó una manifestación ante el edificio de la administración de la ciudad universitaria exigiendo la dimisión del Rector Garay. El 23 de agosto hubo choques violentos en los predios de la Universidad. Se registraron disparos de revólver y golpes con piedras y palos, al impedir los huelguistas que otros alumnos asistieran a clases, particularmente en la Facultad de Derecho. Según el diario Crítica, los promotores del altercado habían sido estudiantes del Instituto Nacional. Por su parte, la Guardia Nacional detuvo un automóvil cerca del Hotel El Panamá Hilton, en el que estudiantes de la Facultad de Arquitectura portaban armas. Al día siguiente, según este mismo periódico, se vislumbró una solución al conflicto cuando se propuso que el Rector Garay se acogiera a una licencia indefinida y asumiera la Rectoría el Vicerrector Bernardo Lombardo, el Decano Ricardo J. Bermúdez o el Ingeniero Alberto de Saint Malo. Mientras tanto, aumentaba el estado de tensión en la Ciudad universitaria que se encontraba fuertemente vigilada por los estudiantes allí atrincherados. Sin embargo, la reunión que éstos mantuvieron con los Decanos no produjo resultados positivos porque los huelguistas insistían en la renuncia del Rector Garay. Así las cosas, para finales de mes, la huelga continuaba y los disparos con armas de fuego en la Ciudad universitaria se habían generalizado, pese a la mediación del Viceministro de Educación Licenciado Manuel Solís Palma y el Secretario de Información de la Presidencia Fabián Velarde. El 4 de septiembre, el Primer Mandatario decidió mediar en el conflicto universitario y al día siguiente, se puso fin a la huelga que, como dijimos, duró 22 días. Se acordó que los exámenes no podrían ser puestos antes de 15 días después del cese de la huelga, se derogó el artículo 89 del Estatuto Universitario sobre la adjudicación de cátedras; se propuso la reforma del
Estatuto Universitario; se aumentó la representación estudiantil en la Junta de Facultad y el Consejo General; se incrementó el presupuesto para la Universidad, que no debía ser inferior al 2 .5% del nacional y se redujo la matrícula a B/ .10.00, a partir de mayo de 1963. Durante el movimiento huelguístico, la Cámara de Comercio y los empresarios panameños decidieron ofrecer su apoyo al Presidente de la República, al Ministro de Gobierno y Justicia y al Rector para que solucionaran "en forma patriótica" el problema planteado en la Primera Casa de Estudios, e igualmente pidieron que se cumpliera con la ley 43 de 1953, "con el fin de extirpar de toda posición oficial a los desenmascarados comunistas que traicionan a su patria a una potencia extraña y que son pagados por gobiernos extranjeros ." En respuesta a este comunicado, la Federación de Estudiantes de Panamá condenó 1a campaña de incitación al Gobierno Nacional para que éste reprima y aplaste por la violencia al movimiento estudiantil. Los poderosos intereses económicos y políticos del país se han puesto de parte del Rector y la Rosca Universitaria.” A pesar del acuerdo que finalizó la huelga, a mediados de septiembre, el periódico Crítica denunció la presencia de algunos Pie de Guerra en la Universidad y se registraron nuevamente tiros, por lo que la Unión de Estudiantes Universitarios protestó enérgicamente, en tanto que el diario pedía que la Junta Administrativa de la Universidad realizara las investigaciones del caso, "por el bien de la paz que necesita la comunidad panameña." No obstante, el Rector Garay se mantuvo en el cargo hasta su sorpresiva renuncia a principios de 1964.
CAPÍTULO 6 ANTECEDENTES Y CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS DE ENERO DE 1964 Tras los graves incidentes del 3 de noviembre de 1959, y ante las reclamaciones diplomáticas del gobierno de Panamá, en septiembre del año siguiente, como ya indicamos en el capítulo anterior, el Presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, autorizó que la bandera panameña fuese izada conjuntamente con la norteamericana en el Triángulo Shaler. Pero esto apenas representó un primer paso en la lucha reivindicatoria de la República de Panamá. Así, el 7 de enero de 1963, la Comisión negociadora, compuesta por el Ministro de Relaciones Exteriores Galileo Solís, el ex-Canciller Octavio Fábrega, el Embajador de Estados Unidos en Panamá Joseph Farland y el Gobernador de la Zona del Canal Robert Fleming, anunció que había llegado al acuerdo de izar la bandera panameña en todos los sitios de la Zona del Canal en donde se hiciera lo mismo con el pabellón estadounidense. No obstante, conviene advertir que no se contempló el enarbolamiento de la bandera de Panamá en las bases militares y en barcos que cruzaban por el Canal interoceánico.
Pese al acuerdo existente, las autoridades de la Zona del Canal, sin dar explicaciones, dilataron el cumplimiento del mismo durante aproximadamente un año. Incluso, removieron varias astas donde se izaba la bandera norteamericana a fin de que la enseña de Panamá no fuese enarbolada. El Gobernador Fleming ordenó que el asta situada en la plaza de Balboa se quitara, pero en abierto desacato, el sargento zoneíta Carlton Bell, el 3 de enero de 1964, procedió a izar exclusivamente la bandera estadounidense en este sitio. Su actitud recibió amplio respaldo de la población civil y militar de la Zona del Canal, al punto que los estudiantes de algunos colegios y escuelas en este territorio también desobedecieron las órdenes del Gobernador Fleming, ante el cual se manifestaron para que el pabellón norteamericano no fuese arriado, mientras se desconocía el acuerdo con la República de Panamá. Aunque Fleming pidió en un comunicado a la población zoneíta que cumpliera viaje hacia aquel país empeoró más aún la tensa situación imperante. En efecto, en la tarde del 9 de enero, alrededor de doscientos estudiantes del Instituto Nacional portando la bandera nacional se encaminaron, en forma pacífica, a la Escuela Superior de Balboa con el propósito de que se acatara el convenio con Estados Unidos. Aunque la Policía de la Zona del Canal en un principio los detuvo y luego permitió que seis institutores fuesen a izar el pabellón panameño en el asta frente al edificio de la mencionada escuela, poco después se sumó a la actitud hostil y agresiva de los estudiantes zoneítas y sus padres. La delegación de institutores no sólo fue insultada, golpeada y obligada a retroceder, sino que la bandera panameña fue destrozada por un policía norteamericano. Reprimidos por las fuerzas policíacas zoneítas, los institutores se vieron forzados a retornar a la ciudad de Panamá. Fue entonces cuando otros ciudadanos se unieron a los estudiantes con el objetivo de que la bandera panameña se izara en la Zona del Canal, pero fueron rechazados por la Policía y algunos civiles estadounidenses armados con revólveres y escopetas. El trágico saldo de esta violenta e injustificada agresión durante las primeras horas de la noche del 9 de enero, fue de más de cien heridos y seis muertos.
Este estado de cosas se agravó más aún cuando aproximadamente a las ocho de la noche de ese mismo día, el ejército estadounidense con arreos de combate y tanques ocupó las Avenidas Kennedy y 4 de Julio, abriendo fuego contra los panameños que insistían en introducirse a la Zona del Canal para enarbolar la bandera nacional. De este modo, durante el resto de la noche del 9 de enero y al día siguiente, aumentó el número de muertos y heridos de la indefensa población civil panameña, toda vez que la agresión norteamericana no se circunscribió al límite de la Zona del Canal, sino que las descargas de fusilería y las ráfagas de ametralladoras alcanzaron puntos comprendidos dentro de la jurisdicción de la República. Es más, también se suscitaron sangrientos incidentes en Colón, los días 9, 10 y 11 de enero. En total, las víctimas panameñas de la represión norteamericana en las ciudades de Panamá y Colón sumaron 21 muertos y más de 400 heridos. A esta injustificada agresión armada de las tropas estadounidenses acantonadas en la Zona del Canal, contra la población panameña. Debemos añadir la violación de la integridad territorial de la República, toda vez que el ejército norteamericano ocupó el Corredor de Colón cerrando la Carretera Transístmica y lo mismo hizo con el Puente de las Américas. Todo ello, además, iba contra lo establecido en el artículo 6 de la Convención del Canal ístmico de 1903. Ante esta brutal represión el pueblo panameño reaccionó lanzando piedras y destruyendo las oficinas de la U.S.I.S ., la Goodyear, la Tropical Radio y ALL American Cable, mientras que el establecimiento de la Casa América, que se dedicaba a la venta de armas de fuego, fue saqueado . Asimismo, se incendió el edificio de la Pan American World Airways en el que se encontraron cuatro cadáveres calcinados. Más de cuatrocientos metros de la cerca de alambre que separaba a la Zona del Canal de la Avenida Kennedy fueron destruidos por la multitud enfurecida y lo mismo ocurrió con varios automóviles pertenecientes a norteamericanos.
Importa destacar que el 10 de enero de 1964, cuando aún se llevaba a cabo el ataque de las fuerzas armadas norteamericanas contra el pueblo panameño, el Ministro de Relaciones Exteriores Galileo Solís elevó una nota de protesta al Secretario de Estado Dean Rusk y en la que a la vez le comunicaba que el gobierno de la República de Panamá rompía sus relaciones diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos y, en consecuencia, había impartido instrucciones al Embajador en Washington, Augusto C. Arango, para que regresara cuanto antes a la patria. Horas después de iniciarse la brutal agresión de las fuerzas armadas de Estados Unidos acantonadas en la Zona del Canal contra el pueblo panameño, el 9 de enero el canciller Galileo Solís envió un cablegrama al Presidente del Consejo de la OEA, Juan Bautista Lavalle para que en vista de la gravedad y emergencia de la situación se sirviera reunir de inmediato al órgano Consultivo. No obstante, mientras la Comisión Interamericana de Paz -formada por Argentina, Colombia, República Dominicana y Venezuela- actuó como mediadora en el conflicto, la solicitud del gobierno de Panamá al Consejo de la OEA se mantuvo en suspenso. Pero al no tener éxito las gestiones de dicha Comisión, por conducto del Embajador Representante en el Organismo Regional, Miguel J. Moreno Jr., Panamá, el 29 de enero, reiteró su
petición de convocatoria para una reunión urgente de los Ministros de Relaciones Exteriores del Hemisferio. En esta ocasión, el gobierno de Roberto F. Chiari, no sólo pidió que se adoptaran medidas para asegurar el mantenimiento de la paz y garantizar que no se repitieran los actos de agresión, sino también lograr que el gobierno estadounidense pagara indemnizaciones por los daños y perjuicios ocasionados a la República. A raíz de la solicitud presentada por Panamá, el Consejo de la OEA, celebró dos sesiones extraordinarias, el 31 de enero y el 4 de febrero. En la primera fecha indicada, Miguel J. Moreno Jr. efectuó un detallado recuento de los actos de agresión del ejército norteamericano, cuyo saldo trágico, como ya indicamos, ascendía a 21 muertos y más de 400 heridos. A ello se añadió el cierre del Puente de las Américas y la Carretera Transístmica, lo que implicó una flagrante violación a la soberanía territorial de la República. Nada justificaba semejante proceder. Más aún, señaló: "Panamá ha demostrado a través de 60 años de relaciones con losEstados Unidos, por razón del Canal, su buena fe, su lealtad para con el aliado continental. Ningún país del mundo, ningún país de América, puede tener mejores pruebas de nuestra lealtad a ese principio, que los Estados Unidos. A pesar de nuestras diferencias en el campo de nuestras relaciones no ha podido señalarse de parte de un panameño un acto de sabotaje en la Zona del Canal. No hemos vacilado nunca en la defensa de nuestros derechos, pero lo hemos hecho dignamente y sin posiciones mezquinas. Ya comprenderá la América entera lo que significa para Panamá que a su conducta de aliada y amiga se le haya correspondido con una agresión sin justificación alguna; que la reclamación de sus derechos haya encontrado como respuesta la voz de la metralla. Los pueblos de América no pueden dejar de considerar el pago que Panamá ha recibido por su lealtad y por su amistad sincera para los Estados Unidos de América”. Que ocupa esa franja de su territorio que se denomina Zona del Canal. Panamá ha defendido sus derechos, respetando siempre el principio superior de la solidaridad continental. Ningún país del mundo, ningún país de América, puede tener mejores pruebas de nuestra lealtad a ese principio, que los Estados Unidos. A pesar de
nuestras diferencias en el campo de nuestras relaciones no ha podido señalarse de parte de un panameño un acto de sabotaje en la Zona del Canal. No hemos vacilado nunca en la defensa de nuestros derechos, pero lo hemos hecho dignamente y sin posiciones mezquinas. Ya comprenderá la América entera lo que significa para Panamá que a su conducta de aliada y amiga se le haya correspondido con una agresión sin justificación alguna; que la reclamación de sus derechos haya encontrado como respuesta la voz de la metralla. Los pueblos de América no pueden dejar de considerar el pago que Panamá ha recibido por su lealtad y por su amistad sincera para los Estados Unidos de América”. Observó Moreno que lo que pudo haberse solucionado por medios policiales había dado origen "a un exagerado despliegue de poderío militar por parte de una Gran Potencia, que hizo alarde de su fuerza ante un pueblo inerme”. Los estudiantes panameños sólo pretendían que el pabellón nacional ondeara en un territorio perteneciente a la República. Su movimiento había sido de reacción espontánea ante la noticia de que los estudiantes del Colegio Superior de Balboa izaron la bandera de Estados Unidos y no hicieron lo mismo con el emblema de Panamá. Al intentar los estudiantes panameños que en dicho colegio se cumpliera con lo acordado por los dos gobiernos, en enero de 1963, se encontraron con la soberbia de la población de emigrados, a la que llamaban zoneítas, la cual se creía superior a los panameños oscuros de piel y que, en casa ajena, querían tener más derechos de los que ya le habían sido concedidos. Peor aún, tal soberbia fue respaldada por el ejército con el uso de la fuerza. Moreno advirtió que la agresión armada no podía considerarse como un acto irreflexivo o precipitado el cual debía imputársele a la soldadesca irresponsable. De haber sido así, no se habría llegado a los extremos denunciados ni podía haber causado las víctimas que causó. Estaba claro que los policías y soldados obedecieron órdenes superiores para continuar la represión, una vez ésta se inició. De allí que los daños y las muertes que resultaron durante los luctuosos sucesos del 9, 10 y 11 de enero, eran responsabilidad del gobierno de Estados Unidos.
"Lo que Panamá presenta ante ustedes es la causa de la justicia", señaló Moreno. Y a renglón seguido apuntó: "Esperamos que el veredicto de América le haga honor a su condición de Continente de la libertad y la justicia. El Continente Americano es una fuerza de balance en la política internacional; pero para mantener esa condición enaltecedora es necesario que se haga justicia en su propio suelo. La agresión (. . .) no puede ser instituida como medio de silenciar las justas reclamaciones de los pueblos. El pueblo de Panamá ha demostrado que no está dispuesto a resignarse con la injusticia, y que no aceptará que se acalle su voz con el fuego de las metrallas. Para que esto suceda, sería necesario que desapareciera la Nación panameña”. Sostenía Moreno que el caso de Panamá era el caso de América. No era concebible que el Panamericanismo, cuya cuna era el Istmo, pereciera para darle paso a la institución de la fuerza como instrumento de política internacional. Era preocupante para Panamá que las relaciones con Estados Unidos tuviesen como fundamento las medidas coercitivas. Esto no sería tolerable para América y el Mundo. Por eso, la experiencia dolorosa sufrida por Panamá en los primeros días de enero de 1964, constituía una advertencia para la OEA. En consecuencia, si a esta República no se le hacía justicia, era de temer que la fe y la esperanza de los pueblos latinoamericanos se derrumbaran totalmente perjudicando la convivencia pacífica en América. Añadía, con mucha lógica: "Lo ocurrido en Panamá debe incitar a la mediación sobre el futuro de la solidaridad continental. Si es la fuerza la que va a regir en lo futuro, las soluciones de los conflictos que puedan surgir en nuestros países y los Estados Unidos, habremos sepultado para siempre el sistema jurídico americano que representa un patrimonio valioso para la comunidad continental. Pensemos que las instituciones del Derecho Internacional Americano constituyen la defensa de la América débil. Su justa aplicación en el caso de Panamá ha de robustecerlas”. Con el uso de la fuerza -dijo Moreno- Estados Unidos contravino el Tratado de Asistencia Recíproca. Peor aún, las fuerzas armadas norteamericanas permanecían en actitud de alerta para reprimir al pueblo de Panamá en el ejercicio de sus derechos. Por tanto, la agresión no había cesado, sino que estaba latente y saldría a la superficie
tan pronto como los panameños exigieran el cumplimiento de las obligaciones contraídas por Estados Unidos con la República. ¿Podían los países latinoamericanos abandonar a Panamá en esta situación? Moreno reiteraba su llamado de solidaridad a los países hermanos de América para que condenaran el ataque perpetrado por las fuerzas armadas estadounidenses contra Panamá. De su actitud dependería la suerte que correría el principio de la igualdad soberana de los Estados grandes y pequeños, débiles y poderosos. Por último, hizo la advertencia sobre la posible tergiversación de los hechos, esto es, que el ejército norteamericano apareciera como el agredido o que actuó en legítima defensa. Lo cierto era que nadie en el mundo lo creería. Bastaba con tener presente que Panamá ni siquiera tenía ejército y, por consiguiente, no estaba en capacidad de agredir militarmente a Estados Unidos, ni a ningún otro país grande o pequeño. Tampoco era posible que los estudiantes, "con piedras recogidas en el momento, al borde del camino, lograran atemorizar a la mayor potencia del mundo, hasta obligarla a tomar medida alguna más allá de las normales de Policía para reestablecer el orden público y mantener la tranquilidad social" . No obstante, no había "nada más peligroso que un pueblo chico acorralado, sobre todo cuando ese pueblo es noble y es patriota y cuando su acción está movida por la voluntad heroica de defender sus derechos”. En verdad, nos detuvimos extensamente en esta participación del Embajador Moreno en la OEA, porque demuestra a plenitud la posición patriótica asumida por el Gobierno de Roberto F. Chiari ante las medidas de fuerza empleadas por Estados Unidos. Es necesario reiterar que, tras los trágicos sucesos de enero de 1964, por primera vez en su historia, Panamá rompió relaciones diplomáticas con la poderosa Nación del Norte. Por otra parte, se elevaron denuncias ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por el Embajador representante permanente de Panamá Aquilino Boyd. En virtud de un Proyecto de Resolución presentado por el Embajador Moreno, la OEA acordó convocar, constituirse y actuar provisionalmente como órgano de Consulta, de acuerdo con lo dispuesto en el TIAR, al igual que informar al
Consejo de Seguridad de la ONU el texto de la decisión adoptada. En tal condición, el Consejo de la OEA, en la sesión formal del 7 de febrero, aprobó por 15 votos a favor, ninguno en contra y las abstenciones de Colombia y Chile, una Resolución, con base en el Artículo 4 de la Carta de la Organización, los principios enumerados en el TIAR y el Acta de Chapultepec, así como las manifestaciones de los representantes de Panamá y Estados Unidos, para que los trágicos sucesos del 9, 10 y 11 de enero fuesen objeto de amplia investigación. En dicho documento se exhortaba a ambos gobiernos a abstenerse de ejecutar ningún acto que pudiera tener como consecuencia el quebrantamiento de la paz en Panamá. Se creaba, al mismo tiempo, una Comisión General integrada por todos los miembros del Consejo actuando provisionalmente como órgano de Consulta, con excepción de los representantes de las partes en conflicto. Respecto a las atribuciones de la citada Comisión General, éstas serían las siguientes: investigar plenamente y de inmediato los hechos ocurridos en Panamá los días 9, 10 y siguientes de enero, a la que vez que rendiría al órgano de Consulta el informe pertinente y sobre los esfuerzos desplegados por los Gobiernos de Estados Unidos y Panamá durante los días subsiguientes para encontrarle solución al conflicto. Del mismo modo, propondría a las partes en disputa procedimientos destinados a garantizar que no se quebrantaría la paz, mientras se estuviera tratando de hallar la salida adecuada. Igualmente, la Comisión, teniendo en cuenta las causas de la controversia, debería auxiliar a los países involucrados en su búsqueda de una solución justa. Sobre el particular, también elevaría el correspondiente informe al órgano de Consulta. Tenía, además, facultades para crear las comisiones especiales que estimara necesarias para el cumplimiento de su cometido. Finalmente, el Consejo de la OEA pedía a los Gobiernos americanos y al Secretario General de la Organización que brindaran amplia cooperación a fin de facilitar los trabajos de la Comisión General. Para dar cumplimiento a los tres primeros objetivos de la anterior Resolución, la Comisión General, el 8 de febrero, designó una Comisión que debía trasladarse a
Panamá. La misma estuvo integrada por los Embajadores Juan Plate, del Paraguay, quien la presidió; Ilmar Penna Marinho, de Brasil; Vicente Sánchez Gavito, de México; Emilio N. Oribe, de Uruguay y Gonzalo J. Facio, de Costa Rica. Dos días después, la mencionada Comisión arribó a Panamá y de inmediato celebró una conferencia de prensa dando a conocer los propósitos de su misión. Ciertamente, la Comisión aludida realizó un trabajo minucioso y, para tal efecto, se reunió tanto con altos funcionarios del Gobierno de Roberto F. Chiari como con autoridades civiles y militares de la Zona del Canal, entre éstas, el General Andrew P. O'Meara, Jefe del Ejército en el Área del Caribe y quien dirigió las operaciones militares los días 9, 10 y 11 de enero; el General Robert J. Fleming Jr., Gobernador de la Zona del Canal, y el Coronel David S. Parker, Vice-Gobernador de este territorio. A su vez, los miembros de la Comisión, en tanto que se ocupaban de la investigación de los hechos denunciados por Panamá, efectuaron gestiones con el propósito de encontrar alguna fórmula conciliadora que posibilitara el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de negociaciones para resolver los problemas pendientes entre Panamá y Estados Unidos. Pero en esta tarea, la Comisión tropezó con un escollo entonces insalvable y que había hecho fracasar a la anterior Comisión Interamericana de Paz, a saber: mientras Panamá insistía en abrir negociaciones con el objetivo de encontrar las soluciones factibles, Estados Unidos se aferraba a admitir únicamente discusiones. Debemos recordar que el Gobierno de Panamá, el 4 de febrero de 1964, presentó a la Delegación de la Comisión General del Consejo de la OEA una narración exhaustiva de los sucesos del 9, 10 y 11 de enero. A pesar de haberse compenetrado en detalle de los hechos, la labor de la citada Comisión no pasó de las buenas intenciones, ante todo por el obstáculo arriba señalado. En vista de este fracaso, decidió trasladarse a Washington para proseguir su labor conciliadora. Tras una serie de conversaciones, la Delegación Especial, entonces representada por el Presidente de la Comisión General del Consejo de la OEA, encontró una luz en el
camino, cuando el 12 de marzo de 1964, los representantes de los gobiernos de Panamá y Estados Unidos dieron a conocer su aceptación al texto de una Declaración Conjunta en español e inglés. En la misma, se indicaba que las partes en discordia convenían en "restablecer relaciones diplomáticas a la brevedad posible para procurar la pronta eliminación de las causas de conflicto relativas al Canal de Panamá y para tratar de resolver otros problemas existentes entre ellos, sin limitaciones o precondiciones de ninguna especie”. Dicho documento también señalaba que, dentro de los 30 días siguientes al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, ambos gobiernos nombrarían "Embajadores Especiales con poderes suficientes para llevar a cabo discusiones y negociaciones con el objeto de llegar a un Convenio justo y equitativo que elimine las antedichas causas de conflicto y resuelva los demás problemas referidos”. Estaba claro que cualesquiera convenios que resultaran estarían sujetos a los procedimientos constitucionales de cada país. A pesar de este documento, pronto surgieron problemas con motivo de la redacción de sendas declaraciones que habrían de hacer los Presidentes de Panamá y Estados Unidos respecto al Convenio acordado. En efecto, el 16 de marzo. El Presidente Lyndon B. Johnson, en un discurso que pronunció en la sesión especial de la OEA. Convocada para inaugurar la Comisión Interamericana de la Alianza para el Progreso, afirmó que en las diferencias con Panamá, la posición de Estados Unidos, "es clara y lo ha sido desde el primer momento en que nos enteramos de los disturbios (de enero de 1964). Los Representantes de los Estados Unidos se reunirán con los de Panamá en cualquier momento, en cualquier lugar, para discutir cualquier punto, para trabajar juntos, para cooperar mutuamente, para someter a análisis las cuestiones, para estudiar y considerar todos los problemas comunes, para un recíproco intercambio de opiniones, anhelos y preocupaciones, y para encaminarnos a soluciones que sean justas y equitativas, sin tener en cuenta la magnitud, la fuerza o la riqueza de las dos naciones" .
Pero, acto seguido, Johnson aclaró que Estados Unidos no pedía a Panamá que aceptara condiciones previas antes de reunirse. Tampoco el gobierno norteamericano intentaba aceptar ninguna. Tal tarea no podía iniciarse, hasta tanto no se reanudaran las relaciones diplomáticas. Pero Estados Unidos estaba dispuesto a ello, si tal era la posición de Panamá. Y advirtió: "Hasta este momento, no creo que haya habido un verdadero entendimiento entre los Presidentes de los dos países”. Es más, sostuvo que en los informes de prensa se indicaba que el gobierno de Panamá entendía que el texto en estudio obligaba a Estados Unidos "a revisar y redactar de nuevo el Tratado de 1903”. Sobre este punto, Johnson enfáticamente expresó: "No nos hemos comprometido a tal cosa y no pensaríamos hacerlo hasta que se reanuden las relaciones diplomáticas y a menos que se llegue a un arreglo justo y satisfactorio”. Tales declaraciones del Mandatario norteamericano produjeron consternación en las altas esferas de la OEA y el mismo día en que aparecieron, el Presidente Roberto F. Chiari comunicó al Embajador Manuel J. Moreno Jr. que el gobierno consideraba que el texto de la Declaración Conjunta era claro y preciso. Manifestaba, asimismo, su disposición a cumplir lo convenido en dicho documento, tan pronto como el gobierno de Estados Unidos manifestara, a su vez, que estaba dispuesto a cumplirlo. En vista de que las palabras del Presidente Johnson implicaban una desautorización a su Representante en la OEA, el Presidente de Panamá, por su parte, daba su consentimiento al texto de la aludida Declaración Conjunta. Se dio inicio así a una nueva ronda de negociaciones en la que participaron el Embajador Juan Bautista Lavalle, Presidente del Consejo de la OEA, y los Embajadores de Estados Unidos y Panamá ante esa organización, Ellsworth Bunker y Miguel J . Moreno Jr. respectivamente. Se alcanzó el éxito esperado cuando, el 23 de marzo, en otras declaraciones, el Presidente Johnson resaltó las estrechas relaciones históricas entre Panamá y Estados Unidos por razón del Canal interoceánico. Destacó, igualmente, la colaboración prestada por Panamá durante la Segunda Guerra Mundial. Puntualizó, además: "Estamos plenamente conscientes de que las demandas que hace el Gobierno de Panamá y la mayoría del pueblo panameño no surgen de malicia o del
odio hacia los Estados Unidos de América. Es, por lo tanto, nuestra obligación, como aliados y compañeros, la de reexaminar estas demandas y satisfacerlas, cuando el satisfacerlas sea tanto justo como posible”. Esta vez, Johnson se mostró dispuesto a negociar a nivel de Embajadores y representantes especiales. A estos se les encomendaría la responsabilidad de buscar una solución que reconociera "las demandas razonables de Panamá y proteja los intereses de todas las naciones americanas en el Canal. Aún no podía determinarse, antes de las reuniones, la mejor manera de arribar a dicho arreglo. Sin embargo, las instrucciones que recibirían los representantes del gobierno norteamericano, no impedirían ninguna solución que fuese "justa y se sujete a los procesos constitucionales pertinentes" de los dos gobiernos. Johnson abrigaba la esperanza que sobre esta base se podía comenzar a resolver los problemas mutuos para así avanzar "al encuentro de los verdaderos enemigos de este hemisferio: el hambre y la ignorancia, la enfermedad y la injusticia”. Tenía la certeza de que el Presidente Chiari compartía estos puntos de vista, porque a pesar de los desacuerdos de criterios, "los valores e intereses comunes que nos unen son muchos más fuertes y más duraderos que las diferencias que hoy nos dividen" Si bien el Presidente de Panamá, el 29 de marzo, expresó que en muchos aspectos las apreciaciones de su homólogo norteamericano eran constructivas y ambos países se encontraban vinculados "muy de cerca por el común interés de la vía interoceánica", tal como había quedado en evidencia durante las dos grandes guerras mundiales, no era menos cierto que ambas Naciones habían tenido "serias dificultades debido a las cláusulas contractuales existentes desde 1903 que lesionan la dignidad de Panamá”. Anotó que si el Canal exigía la convivencia sincera de panameños y norteamericanos, y si para las dos naciones implicaba derechos y deberes, no alcanzaba a comprender porque se eludía "la necesidad de ir al fondo de la cuestión para erradicar las causas del conflicto, sin precondiciones ni limitaciones, animados ambos Gobiernos por el deseo de solucionar, una vez por todas, las diferencias y los problemas que afectan las
relaciones amistosas y sinceras que deben y tienen que prevalecer entre ambos pueblos, precisamente por la existencia del Canal . . ." . Chiari reconocía el acierto de las declaraciones de Johnson, en el sentido de que no había malicia ni odio en los reclamos de Panamá, porque eran justos y sinceros. Si el mandatario estadounidense se mostraba dispuesto a restablecer las relaciones diplomáticas y designar representantes especiales para solucionar las divergencias, el Presidente de Panamá se adhería a ello, si tal iniciativa conducía a un convenio justo y equitativo. De allí que reiterara su apoyo a la fórmula anunciada por la OEA. Se llegaría así "a una solución clara, a una definición precisa de las obligaciones y de los derechos de las dos Naciones, para resolver de esta forma todos sus problemas y diferencias", lo cual traería consigo "un clima de sincera y estrecha convivencia, indispensable para la seguridad continental y la estabilidad del sistema democrático”. Mientras esto ocurría y se llenaban los respectivos trámites constitucionales, resultaba obvio que cada parte cumpliría sus deberes y obligaciones destinadas a no entorpecer las operaciones del Canal interoceánico. Ambas declaraciones, sin duda, allanaron el camino para el entendimiento entre los dos gobiernos. Fue así como el Presidente de la Comisión General del Consejo de la OEA, en su condición de órgano de Consulta Provisional, anunció en Washington, el 3 de abril de 1964, el texto de una Declaración Conjunta firmada por los representantes de los gobiernos de Panamá y Estados Unidos, Miguel J. Moreno Jr. Y Ellsworth Bunker, respectivamente. En este histórico y trascendental documento se indicaba que, de conformidad con las amistosas declaraciones adjuntas de los Presidentes de Panamá y Estados Unidos del 21 y 24 de marzo, que coincidían "en un sincero deseo de resolver favorablemente todas las diferencias de los dos países" y reunidos bajo la Presidencia del Consejo, luego de reconocer la valiosa cooperación prestada por la Organización de los Estados Americanos a través de la Comisión Interamericana de Paz, así como de la Delegación de la Comisión General del órgano de Consulta, los representantes de ambos Gobiernos habían acordado:
1. Reestablecer relaciones diplomáticas; 2. Designar sin demora Embajadores Especiales con poderes suficientes para procurar la pronta eliminación de las causas de conflicto entre los dos países, sin limitaciones ni precondiciones de ninguna clase; 3. En consecuencia, los Embajadores designados iniciarían de inmediato los procedimientos necesarios con el objeto de llegar a un convenio justo y equitativo que estaría sujeto a los procedimientos constitucionales de cada país”. Esta Declaración, escrita en español e inglés, constituyó el punto culminante de la participación de la OEA en el conflicto que se suscitó entre Panamá y Estados Unidos a raíz de los sangrientos sucesos de enero de 1964. No obstante, todavía quedó pendiente ante el Consejo de la OEA, la denuncia de agresión presentada por Panamá ante el Organismo Regional, así como la solicitud de convocatoria del Órgano de Consulta en aplicación del TIAR. De todos modos, la Declaración Moreno-Bunker marcó un hito en el devenir de las relaciones de Panamá con Estados Unidos por razón del Canal interoceánico. En adelante, la República estaría en capacidad de exigir la abrogación del nefasto Tratado Hay-Bunau Varilla y dar inicio a las negociaciones de otro pacto bajo condiciones más justas y equitativas, cuya ratificación dependería de los procedimientos constitucionales de cada parte. Nunca más, el gobierno estadounidense podía invocar la lesiva Convención del Canal ístmico de 1903 para llegar a un entendimiento con la pequeña República istmeña. Desafortunadamente, objetivos básicos de la mencionada Declaración no se lograron plenamente en los posteriores arreglos con el poderoso imperio del Norte.
CAPÍTULO 7 ROBERTO F. CHIARI Y JHON F. KENNEDY Una de las preocupaciones centrales del gobierno de Don Roberto F. Chiari fue la revisión de los Tratados del Canal. Con este propósito, el 8 de septiembre de 1961, envió una Carta al Presidente de los Estados Unidos de América John F. Kennedy, sugiriéndole la necesidad y conveniencia de proceder a la revisión de los tratados existentes entre ambos países por razón del Canal de Panamá. La proposición del Presidente Chiari obtuvo acogida favorable por parte del Presidente Kennedy que le expresaba, el 2 de noviembre de 1961, entre otras cosas, lo siguiente: "He impartido instrucciones a los distintos departamentos y agencias pertinentes del Gobierno de los Estados Unidos a fin de que lleven a cabo una revisión completa de nuestras necesidades actuales y futuras en relación con las facilidades del Canal Istmico. Espero que este estudio estará terminado dentro de pocos meses, y en esa oportunidad mi gobierno se comunicará prontamente con el Gobierno de Panamá. Abrigo la confianza de que los representantes de nuestros dos Gobiernos, después de un franco intercambio de puntos de vista y una cuidadosa consideración de nuestra mutuas necesidades e intereses, lograrán conclusiones fructíferas que habrán de promover el bienestar de ambos países" (Carta del Presidente John F Kennedy a su Excelencia Roberto F Chiari el 2 de noviembre de 1961; en Manuel B. Moreno C., Status jurídico de los Tratados del Canal de Panamá 1903-1963; p. 246, Panamá, 1964).
En efecto, seis meses después, el 30 de abril de 1962, en su segunda carta, el Presidente Kennedy le manifestaba a Don Roberto F. Chiari lo siguiente: "La revisión de las presentes y futuras necesidades acaba de ser terminada, y me apresuro a informar a usted de sus resultados. La cuestión central ha consistido en la posibilidad de construir en el futuro un Canal interoceánico a nivel de la región del Istmo. No dudo de que usted estará de acuerdo en que la repuesta a esta importante cuestión tiene una trascendental importancia tanto para Panamá como para los Estados Unidos, así como para todos los demás países del hemisferio. Debido a esta realidad, sólo después de un exhaustivo estudio del problema es posible tomar una decisión. Para arribar a una solución, es necesario considerar las siguientes circunstancias: 1) La función del Canal de Panamá en el tráfico del comercio universal y el desarrollo económico mundial y el posible impacto que en él, futuro podrían tener las limitaciones del actual canal de exclusas 2) Los adelantos tecnológicos en los transportes que podrían tener repercusiones en el transporte marítimo de productos; 3) Los medios más factibles de construir y financiar el canal a nivel, localización de las rutas y costos; y, 4) Los efectos que el proyecto en sí habrá de tener en los países directamente interesados, particularmente en Panamá. El estudio recientemente terminado por el gobierno de los Estados Unidos ha demostrado la necesidad de un mayor acopio de informaciones sobre las cuestiones antes mencionadas, antes de adoptar una decisión, y los estudios para obtener dichas informaciones serán iniciados de inmediato. Según nuestros cálculos es necesario efectuar investigaciones sobre cuestiones científicas y de ingeniería por varios años a fin de completar esta evaluación. Entre tanto, que existe un número de medidas transitorias que podrían ser discutidas provechosamente por representantes de
nuestros dos Gobiernos, con miras a mantener y estrechar las relaciones con fundamento en el respeto mutuo y la sincera amistad Me sentiría en alto grado complacido y honrado si usted aceptara, una invitación para visitar los Estados Unidos durante los primeros días del mes de junio, Me permito sugerirle, si es conveniente para usted, del 12 al 18 de junio. En esa oportunidad, podremos personalmente exponer nuestros puntos de vistas sobre los programas para obtener las informaciones necesarias para un posible futuro canal a nivel, así como sobre otras áreas de discusión que podrán ser consideradas por los representantes con miras a obtener mutuos beneficios para nuestros dos países" (Carta del Presidente John F. Kennedy a don Roberto F. Chiari el 30 de abril de 1962; en Manuel B. Moreno, Ob . cit ., pp. 248-249).
Es evidente, a juzgar por estas cartas, que los Presidentes hablaban de cosas distintas. Mientras Don Roberto F. Chiari se refería a la necesidad y conveniencia de proceder a la revisión de los tratados existentes entre ambos países por razón del Canal de Panamá; el Presidente Kennedy subrayaba la posibilidad de construir en el futuro un Canal interoceánico a nivel de la región del Istmo como la cuestión central. Fue por ello que en su carta del 17 de mayo de 1962, el Presidente Chiari le expresara: "Desde luego, sería para mi muy grato y honroso aceptar la invitación que su Excelencia me hiciera para visitar los Estados Unidos, lo que me proporcionaría la singular oportunidad de reunirme con su Excelencia y de tratar cuestiones y problemas que para Panamá son de vital y fundamental importancia, derivados de la existencia del Canal de Panamá dentro del territorio panameño, construido, operado
y mantenido por el Gobierno de los Estados Unidos, cuestiones y problemas que constituyen las causas que determinan la falta de un completo y cordial entendimiento entre Panamá y los Estados Unidos, y que sólo podrán solucionarse mediante una revisión integral de los Tratados existentes. En lo que respecta a un posible canal a nivel, ni Gobierno considera que cualquier pronunciamiento de su parte sobre esta cuestión sería prematuro, porque la iniciativa en cuanto a su posibilidad, necesidad y conveniencia de construir ese nuevo canal corresponde al Gobierno de los Estados Unidos de América. Sólo cuando ese Gobierno haya llegado a conclusiones al respecto, se justificaría que Panamá estuviera anuente a discutir y negociar el convenio o convenios necesarios para la ejecución de esa nueva obra, y sin duda alguna, lo haría con el mismo espíritu de cooperación franca, leal y sincera, para con los Estados Unidos, que invariablemente ha demostrado desde que se inició la construcción del presente canal de exclusas hasta ahora ; pero sin las estipulaciones lesivas al prestigio y a la dignidad de la República de Panamá que aparecen todavía en los Tratados que hoy rigen entre nuestros dos países. Estoy plenamente de acuerdo con su Excelencia en que, independientemente de la cuestión de un posible canal a nivel, hay un número de cuestiones que pueden ser discutidas por representantes de nuestros dos Gobiernos en busca de soluciones que mantengan y fortalezcan sus relaciones a base de mutuo respeto y de sincera amistad, pero esto implicaría, como ya le he expresado, la revisión de los Tratados existentes entre nuestras dos naciones" Manuel B. Moreno, Ob. cit . p, 251. Consecuente con esta posición, los principales puntos planteados en su visita a Washington, donde permaneció desde el 12 al 16 de junio de 1962, fueron los siguientes: 1) La restricción de todos los derechos otorgados a los Estados Unidos en la Zona del Canal, a los fines específicamente estipulados de mantenimiento, fraccionamiento, saneamiento y protección del Canal. 2) Respecto de la soberanía de Panamá sobre la Zona del Canal y reconocimiento de la misma por medio de manifestaciones objetivas, tales como el
enarbolamiento de la bandera panameña en los puestos civiles y militares y en las naves que cruzan el Canal; el reconocimiento en la Zona del Canal de los exequátur extendidos por el Gobierno de Panamá a los Cónsules extranjeros; el uso de estampillas postales panameñas en la Zona del Canal; el reconocimiento del español como idioma oficial en dicha Zona ; y el juzgamiento de panameños por tribunales panameños en la misma Zona . 3) La devolución a Panamá de todas las tierras y aguas ocupada por el Gobierno de los Estados Unidos en territorio panameño, que no sean necesarios para los fines específicamente definidos en los Tratados. 4) La eliminación de la cláusula de perpetuidad. 5) El aumento sustancial de los beneficios pecuniarios que Panamá recibe por la concesión del Canal. 6) La terminación de actividades comerciales e industriales en la Zona del Canal por el Gobierno de los Estados Unidos. 7) Las cuestiones laborales referentes a discriminaciones en contra de los trabajadores panameños en cuanto a igualdad de oportunidades, igualdad de salarios e igualdad de prestaciones de seguridad social. 8) Necesidad de restablecer en jurisdicción panameña facilidades portuarias que fueron desmanteladas cuando fueron abiertos los Puertos de Balboa y Cristóbal en la Zona del Canal. 9) El cobro, en la fuente, del impuesto sobre la renta que grava a los trabajadores y empleados panameños en la Zona del Canal" , El Presidente Kennedy prestó atención a estos planteamientos y ambos mandatarios convinieron integrar una comisión que se encargaría de las discusiones de los puntos de insatisfacción presentados por Panamá. El Presidente Kennedy designó como representantes al Embajador de los Estados Unidos en Panamá, Joseph F. Farland, y al Gobernador de la Zona del Canal, General Robert Flemming; y el Presidente Chiari designó al Ministro de Relaciones Exteriores Galileo Solís y al doctor Octavio Fábrega. Producto de aquella visita fue la " declaración Conjunta de los Presidentes
Chiari y Kennedy, de 13 de junio de 1962", que aparece incorporada en la sección de documentos. Bajo este entendimiento la Comisión de Representantes comenzó a trabajar. Los representantes del Presidente de Panamá sometieron a discusión los siguientes puntos: 1) Enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal; 2) el uso de sellos postales panameños en la Zona del Canal; 3) reconocimiento, en la Zona del Canal, de los exequáturs expedidos por el Gobierno de Panamá a cónsules extranjeros; 4) corredores bajo plena jurisdicción panameña, a través de la Zona del Canal; 5) trato justo a los trabajadores panameños en la Zona del Canal; 6) apertura del mercado de la Zona de Canal al comercio panameño; 7) deducción del impuesto sobre la renta a empleados panameños en la Zona del Canal; y, 8) facilidades portuarias en Panamá y Colón . De la discusión de los ochos puntos, se llegó al convencimiento de que los puntos 4, 6 y 8 debían aplazarse porque requerían la reforma de los Tratados existentes. En lo relativo al punto 1 se le logró un entendimiento parcial. Los representantes norteamericanos accedieron al enarbolamiento de la bandera de Panamá en todos los puestos de la Zona del Canal donde era izada la bandera norteamericana por las autoridades civiles, aunque se negaron a izarla en los puestos militares de la Zona del Canal y en los buques que pasan por el Canal . Con respecto al uso de sellos postales panameños en la Zona del Canal, se llegó a un acuerdo, en principio, para tal uso; pero los representantes norteamericanos manifestaron que no podían, de acuerdo con la legislación de los Estados Unidos, vigente en dicha Zona, obligarse simultáneamente a no usar con sellos postales panameños, sellos de los Estados Unidos, aun cuando en la práctica solamente se usaran sellos panameños. En este punto, pues, se llegó a un impasse que no logró ser salvado. La admisión del uso conjunto de sellos postales panameños con sellos norteamericanos aunque sólo fuera una mera posibilidad, era contrario al principio, sostenido por Panamá, de respeto a su soberanía y reconocimiento de la misma. En cuanto al reconocimiento en
la Zona del Canal de los exequáturs expedidos por Panamá a cónsules extranjeros, se llegó a un entendimiento satisfactorio y el Gobierno de los Estados Unidos se obligó a honrar en la Zona del Canal tales exequáturs expedidos por Panamá y a no expedir exequáturs norteamericanos para tales cónsules. Finalmente, respecto al trato de los trabajadores panameños en la Zona del Canal, los representantes panameños sostuvieron que éste no responde al cumplimiento de los acuerdos contenidos en los Tratados de 1936 y 1955, que garantizan al trabajador panameño igualdad de oportunidades e igualdad de salario con los trabajadores norteamericanos. Los representantes norteamericanos hicieron amplias explicaciones sobre las medidas que ellos estaban tomando para satisfacer las aspiraciones panameñas, aunque las mismas eran de resultados lentos que no permitían prever soluciones finales definitivas en un futuro cercano. Así, por ejemplo, si bien es cierto que en 1962 se concedió un aumento del salario mínimo que pasó de B/.0.60 a B/.0 .70 por hora, efectivo el 1 de octubre de 1963, y se prometió otro aumento de B/ .0 .80 para el 1 de julio de 1964; estos aumentos no eran satisfactorios para los trabajadores panameños en la Zona del Canal, que aspiraban a que se les pagara el mismo salario mínimo que de acuerdo a las leyes federales debían pagar en la Zona del Canal las empresas particulares (B/ .1 .00 primero, B/.1 .15 después y, B/ .1 .25 por hora, en 1963) . Una síntesis de la evolución de los salarios en la Zona del Canal aparece en la sección de documentos anexa. Conviene subrayar, que aparte de estos cincos puntos en los que se logró algún entendimiento pleno o parcial de los 8 puntos que habían sido propuestos a discusión por los representantes panameños; los puntos principales planteados por el Presidente Chiari en su visita a Washington (salvo el punto 7, 9 y parte del 2) también quedaron pendientes hasta tanto se autorizara a los representantes norteamericanos entrar a considerar la revisión de los Tratados vigentes. Ante esta situación, los representantes de los Presidentes cesaron sus labores el 23 de julio de 1963, y así lo hicieron
constar en el Comunicado conjunto que expidieron en esa fecha El cese de la Comisión no implicaba un rompimiento o estancamiento en las negociaciones con miras a resolver las justas reclamaciones de Panamá con respecto al presente Canal y a los Tratados vigentes, sino que, en adelante, los asuntos pendientes serian discutidos directamente de gobierno a gobierno por los canales diplomáticos ordinarios, es decir, a través de la Cancillería Panameña de la Embajada de Panamá en Washingtón, por parte de Panamá, y del departamento de Estado y la Embajada de los Estados Unidos en Panamá, por parte de los Estados Unidos . Este era, pues, el estado de las relaciones y de las negociaciones entre ambos países en víspera de los acontecimientos de enero de 1964.
"Los orígenes inmediatos de los lamentables sucesos ocurridos durante los días 9, 10 y 11 de enero -se subraya en la narración oficial de los sucesos- se encuentran en la actitud de no acatamiento de la órdenes del Gobernador de la Zona del Canal, que adoptaron los residentes de dicha Zona y miembros del cuerpo de policía, cuando en los últimos días del mes de diciembre de 1963 este funcionario trató de dar cumplimiento al acuerdo concertado entre los Gobiernos de Panamá y los Estados Unidos, un año antes, el 7 de enero de 1963, relativo al enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal .
CAPÍTULO 8 EL INCIDENTE CON LA BANDERA "Los orígenes inmediatos de los lamentables sucesos ocurridos durante los días 9, 10 y 11 de enero -se subraya en la narración oficial de los sucesos- se encuentran en la actitud de no acatamiento de la órdenes del Gobernador de la Zona del Canal, que adoptaron los residentes de dicha Zona y miembros del cuerpo de policía, cuando en los últimos días del mes de diciembre de 1963 este funcionario trató de dar cumplimiento al acuerdo concertado entre los Gobiernos de Panamá y los Estados Unidos, un año antes, el 7 de enero de 1963, relativo al enarbolamiento de la bandera panameña en la Zona del Canal . Según dicho acuerdo, la enseña de Panamá, debe ser enarbolada conjuntamente con la norteamericana, en todos los sitios de la Zona del Canal, donde es izada la bandera de los Estados Unidos por las autoridades civiles. Por razones que desconocemos, las autoridades de la Zona del Canal demoraron cerca de un año en intentar dar pleno cumplimiento al acuerdo sobre las banderas. Más aún, con el fin de desplegar el menor número posible de banderas panameñas en la zona, procedieron, en violación del acuerdo, a remover arbitrariamente varias astas de sitios donde tradicionalmente había sido izada la bandera norteamericana ; tales como frente de la residencia del Gobernador y frente al edificio de la Capitanía del Puerto . Siguiendo esta política, en los primeros días del mes de enero del presente año, el Gobernador de la Zona del Canal ordenó la remoción de las astas en que es izada la bandera de los Estados Unidos frente a las escuelas públicas y otros lugares. El asta situada en la Plaza de Gamboa, en la región central de la Zona del Canal, era una de las que debían ser removidas. Sin embargo, en dicho lugar el sargento Carlton Bell al mando de las fuerzas locales de policía, se negó a cumplir la orden del Gobernador. Este policía continuó por varios días izando exclusivamente la bandera norteamericana en Gamboa, con el aplauso de los zoneítas, y la abierta complicidad de sus superiores quienes no tomaron ninguna medida para obligar a este miembro de un instituto armado de los Estados Unidos a cumplir las órdenes superiores recibidas . La prensa de los primeros días de enero le dio amplia publicidad al desacato del
sargento de policía de Gamboa. Siguiendo su ejemplo, los estudiantes hijos y nietos de norteamericanos de ocho colegios y escuelas de la Zona del Canal se negaron también a acatar las órdenes del Gobernador. Azuzados por sus padres y amparados por los policías, hicieron guardia permanente ante las astas .situadas frente a los planteles de enseñanza, e impidieron que las banderas norteamericanas fueran arriadas por las autoridades. Durante los días 7 y 8 de enero los estudiantes y adultos zoneitas llevaron a cabo manifestaciones ante la residencia del Gobernador para exigirle el enarbolamiento de la bandera norteamericana en violación al convenio suscrito con Panamá. La actitud asumida por la policía y los estudiantes zoneitas fue ampliamente difundida por la prensa local, lo cual causó gran descontento entre los sectores estudiantiles y ciertos grupos de ciudadanos panameños . . . Tal era el estado de exaltación en que se encontraban los zoneitas, que el propio Gobernador Flemming se vio precisado a hacerles un llamado público pidiéndoles que no continuaran oponiéndose al cumplimiento de los convenios internacionales celebrados con Panamá por el Gobierno de los Estados Unidos, icho comunicado fue entregado a la prensa en la mañana del día 9, algunas horas antes de que se iniciaran los sangrientos sucesos que hoy lamentamos “Creo que es innecesario que me refiera extensamente a las responsabilidades que recaen sobre los ciudadanos de Estados Unidos de sujetarse a los compromisos oficiales de su Gobierno. . . Solicito la cooperación de todos los ciudadanos de Estados Unidos en estos momentos para honrarlos compromisos de nuestro país, demostrando nuestra buena fe mediante nuestras propias acciones. Debemos dar el ejemplo y algunas de nuestras acciones recientes no han sido ejemplares a la luz de compromisos Internacionales de Estados Unidos’. . . después de expedir el comunicado de prensa, el Gobernador Flemming partió para los Estados Unidos. . . Salió del aeropuerto en los precisos. Momentos en que se iniciaban los primeros incidentes entre estudiantes zoneitas y panameños, dejando al Gobierno de la Zona del Canal en manos de elementos identificados con los grupos zoneítas insubordinados. La ausencia del Gobernador Flemming. . . se hizo sentir aún más
debido a la circunstancia de que desde el mes de agosto no existe Embajador de los Estados Unidos acreditado ante el Gobierno de Panamá", ("Narración Oficial de los sucesos del 9 de enero de 1964 ") Fueron estos actos de insubordinación de la policía de la Zona del Canal, de desacato de los estudiantes zoneítas y sus padres, de complacencia de las autoridades norteamericanas, los que más que "causas inmediatas" de los sucesos de los días 9, 10 y 11 de enero como señala la Narración oficial de los sucesos. .. Crearon las condiciones propicias en las cuales surgen y se desarrollan los sucesos de enero de 1964. La causa inmediata, como veremos, fue la agresión física a que procedieron los zoneítas después de abuchear y silbar a la comisión de seis jóvenes estudiantes panameños que sosteniendo la bandera desplegada y el gallardete del Instituto Nacional y un cartelón con la leyenda "Panamá es soberana en la Zona del Canal", se separaron del resto del grupo y en cumplimiento del acuerdo a que se llegó con el jefe de los policías, se dirigieron al lugar en que se encuentran el asta frente al edificio de la Escuela de Balboa, e intentaron cantar el Himno Nacional. Veamos como se desarrollaron los hechos: El día 9 de enero de 1964 -señala la Narración oficial- al terminar sus clases a las 4 de la tarde, unos doscientos (200) estudiantes del Instituto Nacional, entre jóvenes varones y señoritas, se dirigieron a las oficinas del director del Plantel para solicitarle la bandera panameña perteneciente al Colegio con el fin de izarla en el asta de la Escuela de Balboa para dar así cumplimiento simbólico al Convenio existente entre los Estados Unidos y Panamá. Cabe advertir que ya, el día anterior, una delegación de estos estudiantes se había acercado a la Escuela de Balboa para informar de sus deseos a la autoridades de dicha escuela las que se manifestaron anuentes a que se realizara el acto. El director del Instituto Nacional, una vez cerciorado de que los estudiantes contaban con la anuencia de las autoridades del Colegio de Balboa, y de que se trataba de un acto pacífico de reafirmación de la soberanía de Panamá en la Zona del Canal, les hizo entrega de la bandera del plantel cabe observar que los estudiantes, antes de partir para la Zona del Canal, tomaron la precaución de informar
al doctor Arturo Morgan Morales, Jefe de la Sección de Relaciones con los Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la manifestación pacífica que iban a llevar a la Escuela de Balboa... Luego de bajar las escalinatas del edificio de la Administración de la Zona del Canal, fueron detenidos por un piquete de policía que les cercó el paso hacia la Escuela de Balboa ... El jefe de pelotón de policías . . . accedió a que un grupo de seis estudiantes panameños se acercaran con la bandera nacional hasta el lugar en que se encuentran el asta frente al edificio de la escuela . El oficial de la policía había dado plenas seguridades a los seis estudiantes de que si se separaban del resto del grupo, la policía los protegería para que izaran la bandera panameña y cantaran el Himno Nacional, sin ser molestados por los estudiantes zoneitas y sus padres, quienes, en número creciente, se venían congregando en el edificio de la escuela Superior de Balboa y en el sitio en que se encuentra el asta de la Escuela... Al intentar los seis jóvenes panameños cantar el Himno, fueron abucheados y silbados por los zoneitas, quienes procedieron luego a rodearlos y agredirlos físicamente. Al intentar los miembros del grupo de estudiantes panameños socorrer a sus seis compañeros, fueron agredidos con toletes por las fuerzas policíacas y obligados a retirarse... Al llegar los estudiantes a la ciudad de Panamá aproximadamente a la seis y treinta de la tarde (6.30 p.m.), acosados por los zoneitas y con la Enseña de su Patria, rota por la policía extranjera, se formaron espontáneamente grupos de ciudadanos que, sin portar armas de ninguna naturaleza, trataron de introducirse a la Zona del Canal con el único propósito de izar banderas panameñas en esa faja del territorio nacional. Los grupos de ciudadanos panameños fueron de inmediato rechazados por él, fuego combinado de las fuerzas de policía armadas de revólver calibre 38 y de civiles zoneitas armados de escopetas de cacería. En esta acción cayeron los primeros heridos panameños de bala. La noticia de los sucesos se esparció rápidamente por toda la ciudad capital y al poco tiempo, nuevos grupos de ciudadanos sin armas fueron acercándose por diversos sectores a la avenida que sirve de límite entre la ciudad de Panamá y la Zona del Canal, en un vano intento de introducirse a la Zona, con el fin único de izar la bandera panameña.
CAPÍTULO 9 ¡HEROÍSMO! Esos grupos fueron de inmediato agredidos por la policía y civiles zoneítas armados, causándoles, en las primeras horas de la noche del día 9, más de cien heridos y seis muertos de bala. El primero en caer fue el estudiante Ascanio Arosemena de veinte años (20) de edad, quien recibió, de un policía zoneíta, un balazo calibre 38 especial, que le atravesó el pulmón derecho y la aorta, mientras se encontraba con la bandera panameña en el sector de la estación del ferrocarril . . Es de importancia recalcar que un número apreciable de las bajas ocurridas durante las primeras horas de la noche del 9, fueron jóvenes que portaban banderas. Ello demuestra que el fuego de la policía y de los civiles zoneítas estaba particularmente dirigido contra quienes pretendían hacer flamear la bandera panameña y que el verdadero objetivo de la acción armada era impedir que el emblema nacional fuera enarbolado en la Zona del Canal. . . Aproximadamente a las ocho de la noche (8 :00 p. m .) del 9 de enero el General O'Meara asumió el mando supremo del territorio de la Zona del Canal; y poco después el ejército de los Estados Unidos de América, en arreo de combate y tanques entró en acción a lo largo de las avenidas Kennedy y 4 de julio . . . El fuego de armas automáticas y fusilería de las unidades del ejército a todo lo largo del límite jurisdiccional fue tan cerrado que los grupos de ciudadanos se retiraron al sector panameño . . . Al entrar el Ejército en acción, helicópteros de la Fuerza Aérea Norteamericana, en flagrante violación del espacio aéreo panameño, volaban a baja altura sobre sitios escogidos de la ciudad capital, contribuyendo con ello a aumentar la confusión y el desasosiego entre la población . urante las horas de la mañana del día 10, aviones a reacción de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos volaron repetidas veces a baja altura, sobre la ciudad de Panamá con el evidente propósito de crear pánico . . . En la ciudad de Colón, los disturbios se iniciaron en la noche del 9 de enero, una vez que las noticias del agravio infringido a la bandera y los ataques de que habían sido víctimas los estudiantes del Instituto Nacional, se difundieron entre la población . . . Al igual que en la capital, la reacción de la policía y de las
unidades del Ejército de los Estados Unidos fue violenta . . ., atacaron a los panameños con el fuego de revólveres, armas automáticas y fusilería . . . Es de notar que la mayoría de los muertos y heridos de la ciudad de Colón, recibieron impactos de proyectiles calibre 30, disparados por rifles 'Gerard' o 'M-1, que son usados por el ejército norteamericano . . . La acción de los norteamericanos contra la población colonense tuvo como consecuencia, 141 heridos y tres muertos ; la niña Maritza Alabarca de seis meses de edad; un estudiante, Carlos Renato Lara, 18 años y el Sargento Celestino Villarreta de 45 años de edad, la Guardia Nacional, quien fue muerto de bala cuando trataba apaciguar los ánimos de los civiles panameños exaltados por la masacre de que eran víctimas . . . Con las bajas ocurridas en la ciudad de Colón, el número de la víctimas panameñas de la agresión norteamericana alcanzó a 21 muertos y más de 400 heridos" . ("Narración Oficial de los sucesos del 9 de enero de 1964 “; Panamá, 4 de febrero de 1964; en Manuel B. Moreno, Ob. cit., Anexo No. 9; pp. 343-347).
La crisis que provocó la agresión armada contra el pueblo panameño por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos fue de tal magnitud que el 10 de enero de 1964 el Gobierno panameño rompió relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y solicitó una reunión de emergencia al Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, a fin de examinar la agresión de que estaba siendo víctima la República de Panamá por parte de los Estados Unidos.
CAPÍTULO 10 ROBERTO F. CHIARI Y LYNDON JOHNSON En los últimos meses de gestión del presidente Roberto Chiari, entre abril y septiembre de 1964, se dan los primeros pasos en las difíciles negociaciones entre la República de Panamá y los Estados Unidos de América, en busca de un convenio justo y equitativo que elimine las causas de conflicto relativas al Canal de Panamá. Esta negociación tuvo en su contra la tan cercana finalización del período presidencial del presidente Chiari lo cual conllevaría un cambio significativo la perspectiva del nuevo presidente y su política exterior, y por otro lado, las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Se inician las conversaciones Los primeros pasos de las negociaciones incluyen la designación de Robert B. Anderson para representar a los Estados Unidos, el 3 de abril de 1964, y el nombramiento de Jorge Illueca para dirigir el equipo negociador panameño, el 23 de abril del mismo año. La primera reunión de negociaciones se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York el 12 de junio, en la que participó el embajador especial panameño, Jorge Illueca, con el equipo americano completo, con Robert B. Anderson y otros dos negociadores con autoridad y fuerza para negociar, Robert Newbegin y Sterling J. Cottrell. La representación panameña parecía en desventaja por el período de transición presidencial y su escasa preparación estratégica. En Panamá se había eligido a Marco Robles Méndez como nuevo presidente de la República, el 10 de mayo de 1964, lo cual traería un clima de incertidumbre a las negociaciones. Es bien conocido que en Panamá, durante el período comprendido entre la elección y la toma de posesión, resulta imprudente tomar decisiones importantes, por parte del jefe del Ejecutivo, que no tenga el pleno consentimiento del presidente electo. Por otro lado, el equipo de trabajo panameño enfrentaba a un equipo norteamericano, que además de tener
mayoría numérica, contaba con elementos que tenían la capacidad de negociar todo tipo de cuestiones que tuvieran que ver con la posición de los Estados Unidos frente a Panamá. Este equipo de negociación del gobierno norteamericano se había preparado en: Los asuntos de procedimiento en las últimas negociaciones con Panamá, las de 1953 a 1955 que culminaron con el Tratado Remón-Eisenhower, y, Los planteamientos fundamentales del Panama Review Group, presidido por el secretario del Ejército, Stephen Ailes, los cuales fueron institucionalizados en la Acción de Seguridad No. 296, adoptada por el presidente Johnson el 25 de abril de 1964 donde sostiene la eliminación de la imagen colonialista de los Estados Unidos, la negociación de los derechos de las bases militares, además de las negociaciones de un nuevo canal y el "desengancharse" en fechas futuras de la entonces existente Zona del Canal. Por la parte panameña, antes de partir a Washington y Nueva York a sus primeras reuniones de negociación, el embajador Illueca se encontró con los empresarios reunidos en el centro del capitalismo panameño, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, bajo la presidencia de Roberto Eisenmann, para ampliar el ámbito de su representación y de su base política nacional. Pero le hará falta contar con una posición más institucional del gobierno panameño. En esta primera reunión, más bien de tanteo, solamente se acuerdan asuntos de procedimiento: que cada parte sometería a consideración de la otra cuanto tuviera a bien para eliminar las causas del conflicto entre ellas y llegar a un convenio justo y equitativo; que los embajadores especiales se reunirían con la frecuencia que fuera necesario; que a medida que se acordaran algo lo someterían a sus respectivos jefes de Estado, para su aprobación; y que celebrarían reuniones formales para tratar el conjunto de acuerdos concertados en las reuniones informales y redactarlos para someterlos a los trámites constitucionales pertinentes.
El planteamiento de Anderson era el de resolver los asuntos por vía de órdenes ejecutivas, arreglos administrativos y acción legislativa, dando preferencia a las dos primeras. Por otro lado, Illueca observa que los asuntos sustanciales deben ser resueltos por acción legislativa. El canal a nivel del mar era un tema de mayor importancia para los Estados Unidos. Para estas fechas se contaba con el planteamiento básico de los representantes norteamericanos que sostenía que al resolverse el tema del canal a nivel del mar se resolvía lo del Tratado de 1903 porque no necesitarían la Zona del Canal y la defensa sería menor, a causa de un canal menos vulnerable, y que el Senado aprobaría así más fácilmente perder los derechos del pacto original. Esta fue la posición básica de Washington a todo lo largo de la negociación. Sin embargo, este punto de vista fue rechazado por el ministro Solís desde su planteamiento ya que era inadmisible vincular indisolublemente la opción para construir un canal a nivel y resolver los problemas relativos a la operación del presente canal de esclusas. El planteamiento de Illueca, por su parte, solo incluyó el asunto colonial de la Zona del Canal. Por lo que el 26 de junio, el ministro Galileo Solís, después de una reunión en la Presidencia de la República, envía instrucciones sobre la negociación a Jorge Illueca, distinguiendo entre asuntos de método y de fondo, indicando que las cuestiones de alto nivel se tratarían entre Illueca y Anderson y se dejarían las de detalle y de redacción a Eloy Benedetti y Gustavo Tejada Mora quienes trabajarían con los embajadores Newbegin y Cottrell. El ministro de Relaciones Exteriores reclamó al embajador especial que debía añadir otros temas como: La restricción de las actividades de Estados Unidos únicamente al funcionamiento, mantenimiento, saneamiento y protección del Canal, El goce pleno de beneficios para Panamá, La participación de Panamá en la administración conjunta del Canal, y,
La duración del Tratado de 1903. Además, el ministro Solís le autoriza al embajador Illueca para hablar simultáneamente del canal existente y del canal a nivel del mar. Las negociaciones continuarían en la segunda mitad del mes de junio donde los representantes norteamericanos plantearon que la solución de los asuntos fuera al margen del tratado o mediante revisiones a la Convención del Canal Ístmico de 1903. A lo que Jorge Illueca contesta que la fase de enmiendas había terminado, sentando de esa forma la posición panameña de abrogación. Sin duda alguna este sería un punto fundamental de la reivindicación panameña, el alma de toda esta etapa de la negociación, que se mantendrá firme hasta el final. El 23 de junio el negociador Anderson se refiere los siguientes puntos que podrían servir de base para formular el temario general: Soberanía, Tierras, Preparativos para un canal, Requerimientos de seguridad para el Canal, Empleo, Bandera, y, Facilidades portuarias en ambos lados de la vía interoceánica. A lo que el embajador Illueca añadió otro punto sobre: Las relaciones económicas y políticas. Otras reuniones se llevaron a cabo en Nueva York y en Washington hasta que el 3 de julio de 1964, el embajador Illueca informa al ministro Solís acerca de la posición de Estados Unidos, la cual mostraba una actitud reservada sobre la terminación del Tratado de 1903, deseaba una opción para construir un canal a nivel del mar por Panamá, y que las negociaciones trataran sobre el canal a esclusas y uno nuevo a nivel del mar. Acuerdo del temario general de seis puntos El proceso de negociaciones continuó en la ciudad de Nueva York el 7 de julio de 1964. El negociador Illueca junto con el asesor Eloy Benedetti se reunieron en dos ocasiones, primero con Robert Anderson, y en segundo lugar, con el secretario del Ejército Ailes y sus asistentes. Los representantes panameños presentaron la agenda de negociación con seis puntos básicos:
La eliminación de prácticas y modalidades que hacen de la Zona del Canal un enclave colonial, El reconocimiento de la soberanía panameña en la Zona del Canal, La desaparición de la jurisdicción americana en la Zona del Canal, sin incluir lo relacionado a la operación del canal, El goce pleno de Panamá de beneficios económicos por su posición geográfica, La participación panameña en la administración del Canal, y, La duración del Tratado de 1903. El equipo norteamericano, además de resistirse a que esto se levantara en el acta formal, habló del proyecto del canal a nivel del mar, y de la insuficiencia del actual canal y su vulnerabilidad. Igualmente, manifestó su preocupación por la búsqueda de autorización legislativa para los estudios técnicos de las tres rutas: la del canal existente (ruta 14); la de Sasardí-Mortí (ruta 17) en el centro del Darién; y la del Atrato-Truandó (ruta 25) en Colombia. Más tarde, el 10 de julio, Jorge Illueca envía al ministro Solís un resumen de las negociaciones, el cual fue presentado el 15 de ese mes en el Consejo Nacional de Relaciones Exteriores, y sintetizó lo cubierto hasta entonces: El planteamiento de Estados Unidos: el cual se basaba en encontrar una solución sin intervención del Congreso, lo cual excluye la renegociación de los tratados vigentes. El canal existente tiene una vida limitada por lo que conviene construir un canal a nivel del mar. La decisión americana de construir la nueva zanja con explosivos nucleares, y la preferencia de la ruta de Panamá. El planteamiento de Panamá: el cual sostenía que la solución de asuntos principales debía hacerse con la intervención de los Órganos Legislativos mediante tratados internacionales. Y que la solución de los problemas derivados del canal existente es independiente del tema del canal a nivel y exigía un tratado separado y distinto.
El temario: donde se manifestó la disposición de los embajadores especiales a tratar cualquier tema. Además, se reiteró el requerimiento formal de Panamá de una agenda con sus 6 puntos y se reconoce la disposición de los Estados Unidos de tratar cuestiones fundamentales de Panamá en los 6 puntos. Y se recibió la propuesta norteamericana para traer a la mesa temas generales y específicos. La confirmación de la posición de los Estados Unidos: en la cual el secretario Ailes comunica el empeño personal del presidente Jonson por el canal a nivel del mar. Igualmente se comunica de la autorización senatorial de hacer estudios técnicos con un costo de 17.5 millones de dólares y la búsqueda de la aprobación de la Cámara de Representantes. Además, se informó de los estudios de las rutas 17 y 25 y el propósito de negociar una opción con Panamá y con Colombia. Finalmente, se mencionó la propuesta de un tratado sobre bases militares para la defensa continental. El 20 de julio Fernando Eleta Almarán, ministro designado de Relaciones Exteriores, se interesa por este informe y envía un memorando al presidente Chiari, donde sugiere solicitar a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) un estudio sobre el impacto económico en Panamá de una futura vía interoceánica marina. Además, recomienda pedir a la Cancillería compilar información sobre el arriendo de bases militares de Estados Unidos en países extranjeros, para enfrentar un tema inevitable con la mayor información disponible sobre precedentes internacionales. Con el fin de dejar un camino bien pavimentado para el gobierno entrante, el presidente Roberto Chiari, de manera muy responsable, crea la Oficina de la Junta de Consultores Técnicos de la Misión Especial Negociadora en Panamá el 30 de junio de 1964, la cual operó bajo la dirección del economista Herman Rodríguez al mes siguiente. Más tarde, el 21 de julio, se nombraron los miembros de la Junta de Consultores Técnicos con un grupo selecto de profesionales, todos honorarios, el cual se organizó en cuatro grupos de trabajo según la naturaleza de su función: económico, jurídico, tecnológico y geológico.
La necesidad de un grupo técnico de este tipo se pudo ver el 22 de septiembre de 1964, cuando el Congreso de los Estados Unidos creó la "Atlantic Pacific Interoceanic Canl Study Commision" la cual haría los estudios sobre el canal a nivel del mar, con Robert B. Anderson como presidente. Esto justificaba adelantar los estudios, por parte de los panameños, en las implicaciones sobre la economía y la sociedad de su país y en las negociaciones sobre el futuro del canal. El canal a nivel del mar se convirtió en un tema de mucho estudio y discusión. Se plantearon inventarios de tópicos y problemas sobre el canal a nivel del mar con veinte puntos muy detallados y uno final relativo a algunos problemas por estudiar, asumiendo que se iniciara la construcción del nuevo canal en el territorio nacional de Panamá. La gran cantidad de investigaciones trajo luces a tantos asuntos desconocidos o semi-ignorados por los panameños. Al temer las autoridades panameñas de estar en desventaja frente al enorme poderío de información que tenía Estados Unidos y que se puso al servicio de sus negociadores, Panamá participó en la Tercera Conferencia de Las Naciones Unidas sobre el Uso Pacífico de la Energía Atómica, inaugurada en Ginebra, Suiza, el 31 de agosto, en donde Estados Unidos anunció que presentaría algo sobre los procedimientos económicos para la excavación por medios nucleares de canales interoceánicos. Juan Antonio Tack fue nombrado representante permanente en la oficina de Las Naciones Unidas en Ginebra, estaría acompañado en esas reuniones de Bernardo Lombardo, Manuel Zárate y Simón Quirós Guardia, estos tres últimos expertos en temas nucleares. El trabajo de los grupos técnicos era revisado por los embajadores especiales de ambas partes en sus reuniones de negociación en Nueva York y Washington por espacios de cada diez días. Sin embargo, para los norteamericanos Las cordiales conversaciones Illueca-Anderson no eran sustanciales. En cuanto a las negociaciones se refiere, el 28 de julio de 1964 la cancillería panameña da instrucciones a los negociadores de manera que Jorge Illueca y Robert
B. Anderson acuerdan en Washington el temario en 6 puntos entre Panamá y Estados Unidos para cumplir la Declaración Conjunta del 3 de abril. Estos son: Cuestiones relativas a las prácticas y modalidades aplicadas por Estados Unidos en la Zona del Canal. Cuestiones de Soberanía en el Territorio de la Zona del Canal. Cuestiones relativas a los derechos, jurisdicción y autoridad que en la actualidad ejercen Estados Unidos en la Zona del Canal. Cuestiones relativas a los beneficios económicos y comerciales que por su posición geográfica el Canal debe proporcionar a la República de Panamá. Cuestiones relativas a la participación de Panamá en la administración del Canal. Duración de las concesiones hechas por Panamá a Estados Unidos en la Convención de 1903. Además, se acordaron que ambas partes se encontrarían en entera libertad de presentar nuevas cuestiones para ser consideradas, en cualquier momento de las deliberaciones. Por otro lado, se levanta un acta firmada por los embajadores Illueca y Anderson en ceremonia solemne en Washington presidida por el ministro Solís, con el embajador panameño ante la Casa Blanca Miguel Moreno, además de Eloy Benedetty y Arturo Morgan Morales, representante alterno ante la OEA. Por Estados Unidos estuvieron presentes Robert B. Anderson, Stepehn Ailes, Thomas C. Mann, Robert Newbegin y Setling Cottrell. En este acto, Thomas Mann reiteró el interés de Estados Unidos de construir un canal a nivel del mar por el istmo centroamericano. Habló de la ruta Sasardí-Mortí, según los expertos, era la ruta más conveniente empleando explosivos nucleares, pero que también estudiaban la ruta alternativa Atrato-Truandó insinuando que le podría hacer la competencia a Panamá. Por su parte, Stephen Ailes manifestó interés de que, aún revertido el canal a Panamá, quedaran bases militares en el istmo para la defensa
continental, cosa que Galileo Solís inquirió sobre el peligro de la radioactividad y manifestó que antes de acordar algo sobre el canal a nivel del mar se debía resolver la cuestión del canal a esclusas. A lo que Anderson insistió en que la actual vía interoceánica tiene vida limitada y le otorga más importancia a la construcción del canal a nivel del mar. Con esto Jorge Illueca reiteró la necesidad de informar a la opinión pública sobre el progreso de las negociaciones, lo cual era una de sus preocupaciones permanentes. El 31 de julio el ministro Solís envía una nota fechada en Panamá sobre la reuniónalmuerzo en Washington con sus propios comentarios y sus dudas sobre el carácter inofensivo de la construcción de un canal a nivel del mar con explosivos atómicos. Destacó que lo más importante para Panamá era lo relativo a la soberanía sobre la Zona del Canal. Además, agregó que no le temía a la competencia de la ruta de Colombia y que los americanos construirían un canal a nivel del mar por donde fuese más factible y económico, y no por amor a la República. Finalmente, que Anderson proponía crear dos comisiones conjuntas para estudiar el asunto del canal existente y del canal a nivel del mar. Hasta este entonces, el negociador Anderson insistía repetidamente en el tema del canal a nivel del mar y hablaba de que había que resolver los asuntos de soberanía y de perpetuidad, sin comprometerse a abrogar el Tratado de 1903. Proponía que Estados Unidos reconocería la "soberanía residual" de Panamá, como derechos de reversión de Panamá. Sostenía que la "soberanía residual" se reduciría al derecho de Panamá de readquirir el territorio de la Zona del Canal para el caso de que por construirse un nuevo canal por otra ruta dicha zona volviera a la jurisdicción panameña. En cuanto a la perpetuidad, Anderson propone un mecanismo que asegure la revisión periódica de las relaciones contractuales, de forma tal que no saliéramos nunca de la etapa revisionista. A todo esto, la respuesta de Illueca sostuvo que la perpetuidad es espada de dos filos: si se cerraba el canal existente, por razones de obsolescencia o apertura del canal a
nivel del mar, Estados Unidos estaría obligado a mantener abierto perpetuamente el canal actual. Lo cual visto de otra forma, cómo podía aplicarse la perpetuidad a un canal a esclusas, el cual no es perpetuo. O, si se destruyese por acción del tiempo, tendría Estados Unidos que mantenerlo de toda manera abierta, puesta que la obligación de operarlo es por la eternidad, lo cual sería imposible. Durante este tiempo, la administración de Lyndon Jonson discutía toda clase de medidas y transitorias para hacer bajar la tensión. El embajador Vaughn y el gobernador Fleming tenían la sensación de estar literalmente sentados en una bomba de tiempo. El secretario de Defensa, Robert McNamara, le informaba al presidente Johnson sobre las medidas que se habían tomado en la Zona del Canal desde enero de 1964 para mejorar las relaciones con Panamá. Sobresale la Orden Ejecutiva de 20 de agosto de 1964 que permitía emplear a panameños en posiciones de seguridad en la Zona del Canal. Altos funcionarios norteamericanos advierten la gravedad de los problemas sociales de Panamá como el desempleo, las barriadas de emergencia, la falta de reforma agraria y otros asuntos que se han agudizado y contemplan un gesto dramático para ayudar al próximo gobierno a salir de la crisis. Por su parte el presidente electo de Panamá, Marco Robles, declara la normalización de las relaciones con Estados Unidos, distanciándose más del gobierno saliente de Roberto Chiari y preparando la transición en el tema de la política exterior. Un paréntesis entre dos administraciones presidenciales El 1 de septiembre de 1964, Jorge Illueca propone de manera insólita algo prácticamente imposible: generar un criterio unificado y completo y decidir sobre cosas de fondo en poco más de un mes con la perspectiva cercana de un gobierno saliente en Panamá y elecciones en Estados Unidos. Además de concertar tres convenios por parte de ambos países. Un nuevo tratado sobre el presente canal a esclusas, un tratado de un canal a nivel del mar, y un estatuto de las fuerzas armadas norteamericanas en el Istmo de Panamá.
Illueca creía que a causa de la urgencia de Estado Unidos por el canal a nivel del mar y las próximas elecciones americanas para el mes de noviembre de ese mismo año, los dos países podrían estar en posición de llegar a acuerdos fundamentales. Recomendaba que las demandas panameñas en cuanto al canal existente y sus condiciones respecto al proyectado canal a nivel, se encontraba en manos de la representación estadounidense antes del viernes 9 de octubre de 1964. Además, recomendaba gestionar la declaración de terminado al Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 y se adoptara un nuevo régimen para el presente canal de esclusas y como alternativa el señalar un término fijo a la Convención de 1903, el cual no debía ser mayor de 15 años, y de 25 años para el canal a nivel del mar. La propuesta de Illueca fue estudiada en la presidencia de la República de Panamá el 1 y el 3 de septiembre por el jefe de Estado y por Roberto Alemán, presidente del Consejo Nacional de Relaciones Exteriores, Ernesto de la Guardia, ex presidente de la República, Fernando Eleta Almarán, miembro del Consejo y ministro designado de la cartera sobre asuntos internacionales, Eloy Benedetti, asesor jurídico de la Chancillería y Gustavo Tejada Mora, asesor económico de la Misión Especial. De lo cual se le instruye a Illueca para: Adelantar negociaciones conjuntas pero separadas sobre el canal actual y el canal a nivel del mar. Se otorgaría la opción sobre el canal a nivel si previamente se concertaban convenios justos y equitativos sobre el actual canal, que el convenio sobre el canal a nivel no causara conflictos de los tratados sobre el canal, y que el acuerdo sobre el futuro canal implicara compensaciones para lograr un incremento del PBN per cápita. No llegar a ningún acuerdo definitivo en tema de compensación antes de acordar lo relativo al canal a nivel. El ministro Galileo Solís opinó que era precipitado adoptar decisiones de cerrar el canal existente o abrir uno nuevo, a falta de información ni proyecciones económicas sobre el impacto en el futuro de nuestra nación, sobre todo en un plazo tan angustioso
como el que se vivía. Por lo tanto, se le prohibió al negociador Illueca continuar presentando a los americanos cuestiones relativas al ejercicio del comercio y de la industria en la Zona del Canal. Además, se le instruye a no entregar posiciones escritas a los americanos sin antes ser consultadas con el Canciller y se le ordena cooperar para centralizar en la Cancillería toda solicitud de la Misión Especial a cualquier ente estatal. En adelante y hasta el 1 de septiembre, ocuparon el escenario las nuevas autoridades de Panamá. El ministro designado Fernando Eleta Almarán realizó una visita a Washington durante la cual sostuvo reuniones del 14 al 21 de septiembre con el secretario de Estado Dean Rusk, el subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos Thomas C. Mann, un alto funcionario de la Casa Blanca Walt W. Rostow y el director de USIA Carl Rowan. Con esto Eleta condicionó la aceptación del puesto de canciller de la República a las posibilidades que advirtieron en la capital norteamericana de adelantar negociaciones exitosas sobre el canal interoceánico. La reunión más provechosa fue la que Fernando Eleta y Arturo Morgan Morales, ministro consejero en Washington y su futuro vicecanciller, sostuvieron con Thomas Mann. Parte de lo expresado allí sigue a continuación: Mann planteó el interés de Estados Unidos en el canal a nivel del mar. Eleta dijo que primero había que resolver las causas de conflicto de la vía interoceánica existente antes de negociar un tratado sobre el canal a nivel del mar. Que el nuevo canal debía construirse en la ruta más apropiada, con métodos seguros, sin contaminación y que sería relevante la compensación por el impacto económico en Panamá al dejar de funcionar el canal a esclusas. Además, planteó que para compensar el impacto económico del canal a nivel del mar, Estados Unidos abriera su mercado a Panamá. Luego, que el canal a nivel del mar fuese panameño desde el principio y el actual revirtiese a Panamá libre de costos en ese momento y que el tratamiento de bases militares fuera independiente de la vía interoceánica. Finalmente, de la designación de dos embajadores negociadores suplementarios.
Mann aceptó lo de los embajadores suplementarios y convino en que la negociación sobre bases militares fuese independiente de la del canal y que aceptase como precedentes el arrendamiento de bases en España. Además, habló de un documento de base de negociación que preparó con Stephen Ailes para presentárselo al presidente Jonson. Agregó la necesidad de un canal a nivel del mar con libre acceso a todas las naves y un monto de peajes razonable. Finamente, menciona que Estados Unidos necesitaba, por razones de protección contra sabotajes, una zona alrededor del canal actual mientras existiese. Dejó Roberto Chiari la presidencia de la República con la satisfacción de haber enfrentado los trágicos sucesos de enero con gran dignidad; de haber hecho escuchar la voz en el concierto de las naciones de un pequeño país agredido por una gran potencia; y de haber logrado sentar al gobierno de Estados Unidos a una mesa de negociación para considerar la revisión del Tratado de 1903 y sus enmiendas. A pesar de la inexperiencia del gobierno panameño, el nombramiento precipitado del representante especial, la falta de un equipo negociador, las deficiencias internas de las autoridades panameñas responsables por la negociación y la actitud poco receptiva de las norteamericanas en Washington, deja Roberto Chiari preparada, por parte de Panamá, la mesa de negociación. CONVERSACIÓN DEL 10 DE ENERO PRESIDENTE JOHNSON: Hola, señor presidente. Señor presidente, lamentamos profundamente la situación de violencia que se ha desarrollado en su país. Apreciamos mucho su llamada al pueblo panameño a mantener la calma. Somos conscientes de que usted y yo deberíamos hacer todo lo necesario para restablecer la calma y espero que usted hará todo lo posible para calmar la situación y voy a hacer lo mismo.
Usted y yo debemos ser conscientes de la posibilidad y la probabilidad de que existan elementos hostiles que deseen explotar esta situación. Estoy enviando de inmediato, a mi representante de confianza, el secretario Thomas Mann, y otros vinculados con él y la Casa Blanca a Panamá para ayudar a encontrar una solución a la situación actual y precisar la búsqueda de los hechos. Creo que es importante que mantengamos un estrecho contacto personal con los demás, y voy a estar listo para hacer eso. Espero que el Secretario Mann pueda dar alguna sugerencia que podría resultar de provecho para buscar una solución al problema. PRESIDENTE CHIARI: ¿Me permite, por favor, un momento, señor presidente? Tengo la intención de decirle al señor Thomas Mann cuando llegue, ya sea más tarde, hoy o mañana. Me siento, señor Presidente, que lo que necesitamos es una revisión completa de todos los tratados que afectan a las relaciones Panamá-Estados Unidos porque lo que tenemos en el momento actual no es más que una fuente de insatisfacción que ahora ha estallado recientemente o simplemente en la violencia de la que estamos siendo testigos. PRESIDENTE JOHNSON: Primero debemos averiguar qué causó el motín, obtener todos los hechos en esta situación. El Sr. Mann estará allí para ese propósito. Tenemos que ver lo que generó todo esto, y esperamos recibir del señor Mann cualquier sugerencia que tenga. PRESIDENTE CHIARI (A TRAVÉS DEL INTÉRPRETE):
El Presidente quiere decir, señor, que él quiere que el presidente Johnson a tomar en cuenta el hecho de que el presidente Chiari vino a Washington en 1961 y en ese momento él habló con el presidente Kennedy y que, desde 1961. Esas conversaciones, no es una cosa que se ha hecho para aliviar la situación que ha provocado esta violencia, y Panamá ahora tiene 8 a 10 muertos y más de 200 heridos en los hospitales. PRESIDENTE JOHNSON: Dile que no hay nada que podamos hacer que justifique la violencia, y queremos mirar hacia adelante y no hacia atrás, y lo que debemos hacer es revisar con los funcionarios responsables, capaces y confiables de este gobierno, la situación que repasó con el presidente Eisenhower en 1960 y con el presidente Kennedy en 1961, y el Sr. Mann puede hacer eso con él en el terreno, y luego vamos a ver los hechos y tratar de resolver el problema en este país. Tenemos un problema aquí tal como él lo tiene allá. Dile que la violencia nunca es cualquier forma de arreglar nada, y sé que él y el secretario Mann pueden reunirse, y le puede dar un punto de vista de su país, y vamos a darle el punto de vista de nuestro país y lo haremos con cuidado y prudencia y considerar sabiamente ambos puntos de vista y llegar a un terreno de entendimiento. PRESIDENTE CHIARI (A TRAVÉS DE INTÉRPRETE): El Presidente está totalmente de acuerdo con usted, señor Presidente, que la violencia no conduce a nada, no obstante, siente que él debe tomar conocimiento de nuestra intransigencia y nuestra indiferencia a los problemas de Panamá durante los últimos dos años, especialmente en los últimos meses en que las cosas han estado en un punto muerto, y es urgente que los hombres de buena voluntad, que en los
Estados Unidos y el presidente Chiari en Panamá, deben intentar una solución urgente a estos problemas. PRESIDENTE JOHNSON: Dígale a su gente que en 30 minutos estará saliendo el avión, pero tengo que hablar con él sobre algunos detalles. Mientras tanto, voy a contar con él para preservar el orden allí, porque yo lo mantendré acá. PRESIDENTE CHIARI: ¿A qué hora el avión llegará a Panamá? PRESIDENTE JOHNSON: Aproximadamente en cinco horas. PRESIDENTE CHIARI (A TRAVÉS DEL INTÉRPRETE): Él está muy agradecido por su cooperación. PRESIDENTE JOHNSON: Dile que no sé cómo actuar más rápidamente que eso. PRESIDENTE CHIARI (INTÉRPRETE): Dicen que está muy agradecido. PRESIDENTE JOHNSON: Pero decimos al presidente que estamos teniendo un problema grave, ya que sabemos que va a tener la sabiduría y la fuerza de todos nosotros para resolverlo. PRESIDENTE CHIARI (INTÉRPRETE):
Dijo que una de las cosas que el presidente Chiari admira en el presidente Johnson es el hecho de que él es un hombre de acción y de pocas palabras, por lo tanto, tienen gran confianza en que esta situación finalmente se resolverá. PRESIDENTE JOHNSON: Le agradecemos mucho. Adiós. La primera de las conversaciones se da el 10 de enero de 1964, a las 11:40 a.m., día en que el presidente panameño decide romper relaciones con Estados Unidos; la segunda conversación se registró el 3 de abril de 1964, a las 3:35 de la tarde. Ese mismo día ambas naciones deciden restablecer sus relaciones internacionales.
Jhonson conversa con Chiari por teléfono en el Despacho Oval
CAPÍTULO 11 LAS ELECCIONES DE 1964 El 10 de mayo de 1964, se realizaron las elecciones para escoger al nuevo Presidente que habría de gobernar hasta 1968. En las mismas participaron siete candidatos y 19 partidos políticos, algunos de ellos coaligados entre sí. Entre los primeros se destacaron: Norberto Navarro, Juan de Arco Galindo, José Antonio Molino, Marco A. Robles, Arnulfo Arias, José De la Rosa Castillo y Florencio Harris. Por su parte, los partidos políticos eran: Acción Democrática, Acción Radical, Cívico Nacional, Coalición Patriótica Nacional, Demócrata Cristiano, Dipal, Istmeño Revolucionario, Laborista Agrario, Nacionalista, Panameñista, Progresista Nacional, Reformista Nacional, Renovador, Republicano, Resistencia Civil Liberal, Socialista y Tercer Partido Nacionalista . Debemos recordar que una de las primeras medidas adoptadas por la Asamblea Nacional al inicio de la administración Chiari, fue devolverle los derechos políticos a Arnulfo Arias, el 3 de octubre de 1960. Después de un encendido debate de más de tres horas, 38 diputados contra 13 decidieron reformar la sentencia del 25 de mayo de 1951, dictada por la Asamblea Nacional en funciones judiciales. De inmediato, se organizó un desfile a lo largo de la Avenida Central y poco después, el 20 de noviembre, se inscribió el Partido Panameñista. Incluso, días antes de la inscripción, un grupo de viejos panameñistas entre los que figuraban Enrique Linares Jr., Carlos Isaza y Alessandro Russo Berguido, publicaron un manifiesto en el que expresaban su agradecimiento al Presidente Chiari, en los siguientes términos : "Queremos reconocer, porque es justo hacerlo así, que la exaltación al Poder de la Nación de don Roberto F . Chiari, por mayoría de votos, ha venido en momentos en que el pueblo panameño necesitaba a una persona que empuñara el mando de la Nación con ecuanimidad y comprensión alejado de influencias pasionarias y tácticas mediocres, dando muestras él de sus buenas intenciones al intervenir en forma saliente en favor de la restitución de los derechos políticos del doctor Arnulfo Arias M ., devolviéndole
así al pueblo la fe y la confianza que éste había perdido en sus gobernantes e indicando en esto que estamos entrando en un clima de respeto y de garantías para beneficio de la República ." En este sentido, el partido más votado en las elecciones de 1964 fue el Panameñista, a la cabeza del cual figuraba su líder Arnulfo Arias, que obtuvo 1 9,201 sufragios. No obstante, gracias a la coalición UNO que lo respaldó, resultó electo Presidente de la República el candidato oficial Marco A. Robles, ex-Ministro de Gobierno y Justicia de Chiari, que tuvo, según el recuento oficial, 130,154 votos. Como Vicepresidentes quedaron Max Del Valle y Raúl Arango N. quienes al igual que el nuevo mandatario, fueron proclamados el 28 de mayo a las once de la no che en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional, por la Junta Nacional de Escrutinios, presidida por Henrique De Obarrio. En dicho acto, éste destacó que: "había terminado la revisión y cómputo de votos consignados en las actas que habían llegado a la Junta Nacional procedentes de las Juntas de Votación que funcionaron en la República”; que en esos cómputos no se incluyen los votos de aquellas mesas cuyas actas, a pesar de los esfuerzos desplegados en cumplimiento del artículo 199 del Código Electoral, no habían podido obtenerse. Destacó el hecho de que aún en el caso de que todas las actas faltantes hubieran sido computadas, el resultado final de la cuenta no habría hecho variar el orden de petición de los candidatos que habían obtenido la mayoría en los sufragios recibidos respectivamente por cada uno de ellos." Esta situación constituía a todas luces una irregularidad que la oposición no ignoró, como tendremos oportunidad de ver. Aunque el gobierno sostuvo hasta el cansancio que las elecciones habían transcurrido en la calma más absoluta y que los comicios fueron un ejemplo de pureza, la oposición Panameñista realizó acusaciones de fraude y solicitó a sus copartidarios que se abstuvieran de votar en el torneo municipal del 17 de mayo. Por su parte, la Democracia Cristiana también manifestó su disconformidad. Incluso, el periódico La Hora llegó a denunciar que "elementos pertenecientes a la oligarquía han reunido un fondo de cincuenta mil balboas" con el fin de asesinar a Arnulfo Arias. Según los
datos oficiales del Tribunal Electoral, no se celebraron elecciones para concejales en los distritos de Bastimentos, Chiriquí Grande, Olá, Los Pozos, Calobre, Las Palmas, Santa Fe y Soná, y hubo proclamación incompleta de candidatos a concejales en Remedios, San Lorenzo, Chepigana, Las Minas, Ocú, Parita y San Francisco. Según José Antonio Sossa, en estas elecciones: "El doctor Arias fue despojado una vez más del triunfo electoral mediante el fraude. La ligera diferencia a su favor fue transformada en su contra por el andamiaje oficialista con la colaboración de los medios de comunicación. . . Los dos principales bastiones electorales del doctor Arias fueron recortados y justificados en el papel que ofreció la información del resultado de las elecciones de 1964. En Chiriquí, se le reconoció sólo una ventaja de 65 votos sobre el candidato oficialista, para luego atribuirle una `sorpresiva' ventaja de 1,780 votos en Colón sobre el candidato oficial", quien "triunfó en todas las demás provincias. . .”. Pasadas las elecciones, se produjo un clima de intranquilidad, toda vez que elementos disconformes con los resultados tiraron bombas de fabricación casera. La acción de la Guardia Nacional puso término a esta situación y en este sentido, el Primer Comandante Bolívar Vallarino manifestó que la Guardia descubrió una fábrica de bombas en una residencia de la Zona del Canal perteneciente al ciudadano norteamericano Gilbert Markum, empleado civil del Ejército. Durante el registro, la policía zoneíta detuvo a cuatro panameños que pertenecían a las filas del Partido Panameñista: Jesús D. y Publio Arjona, Clemente Céspedes y Roberto Samudio. A pesar de ello, los atentados continuaron y adquirieron, al decir del Coronel Vallarino, "las características de una campaña terrorista, perfectamente organizada." Después del descubrimiento de otra fábrica de explosivos en la capital, la Guardia Nacional logró apresar a "una persona que había recibido entrenamiento de sabotaje y terrorismo en Cuba comunista.”
CONCLUSIÓN Para la gran mayoría de los que habitamos esta tierra istmeña, el nombre de don Nino Chiari no es desconocido; se le recuerda como el Presidente de la Dignidad, por los sucesos de enero de 1964 y su valiente posición en dicho conflicto mientras era presidente de la República, pero tendríamos que conocer un poquito de su historia como empresario, como político, como patriota que antepuso los intereses de la nación por encima de sus intereses personales y políticos, para darnos cuenta de que siempre fue ejemplo de dignidad, de honestidad, de sencillez y de una extraordinaria calidez humana. La manera como Roberto Francisco Chiari Remón actuó cuando fue presidente de la República, a él le llegó la hora de jugarse el todo por el todo, es digna de aplauso. La figura que hoy nos ocupa fue dos veces primer mandatario, la primera del 20 de noviembre al 24 del mismo mes de 1949. El sucesor lo habría sido el señor Chiari, pero la Asamblea Nacional no aceptó lo sucedido y este último renunció a la Presidencia. Chiari fue candidato presidencial, ganó por votos las elecciones y entonces sí, a partir del 1 de octubre de 1954 hasta el 30 de septiembre de 1964, ocupó el tan ansiado sillón de los presidentes. Tuvo el gesto ya mencionado de romper relaciones diplomáticas con el gigante estadounidense, que no perdía la ocasión de pisotearnos más y más con los pies que nos había colocado encima. Panamá pedía algo tan justo, como que la bandera nacional debía ondear en todo el territorio patrio, incluyendo a la llamada Zona del Canal; pero las autoridades zoneítas desconocieron lo anterior, y hasta permitieron que los estudiantes del Colegio de Balboa desgarraran el pabellón patrio. Esa fue la gota que derramó el vaso con agua.
Chiari, al romper relaciones con Estados Unidos, se jugó hasta el origen de su fortuna material, pero acrecentó la espiritual, mucho más valiosa. Nació el señor Chiari el 2 de marzo de 1905 en esta capital, y murió el día antes de cumplir los 76 años, o sea, el 1 del mismo mes, pero de 1981. Cuando llegó a la Presidencia, tenía 55 años. La mayoría de sus estudios los efectuó en esta capital. Viajó a Estados Unidos para completar sus conocimientos del inglés. Cecilia Orillac fue su esposa y con la cual tuvo una hija que bautizó como Carmen Cecilia, casada con Raúl Arango Jr. Su primer cargo público fue el de escribiente en el Juzgado de Trabajo. Después fue diputado en la Asamblea Nacional, secretario (hoy ministro) en Salubridad y Obras Públicas durante el gobierno de Ricardo Adolfo de la Guardia. Fue condecorado por variados países. Recordemos que el general Dennis McAuliffe había ordenado la suspensión de la construcción de un monolito, que en honor a Chiari se iba a levantar en la Avenida del Prado en Balboa, Zona del Canal. Pero tanto el Concejo como el Alcalde capitalino continuaron los trabajos, los cuales fueron inaugurados días después de la muerte de Don Roberto. Recordemos también que cuando Chiari inició sus labores presidenciales, la deuda exterior del país era tan solo de 83 millones de dólares. ¡Qué tiempos, señor don Simón! ¿Para qué sufrir recordando cuánto debemos hoy, y cuánto iremos pronto a deber? Volviendo al señor Chiari, su vida se distinguió por ocupar casi su mayor tiempo en el campo empresarial. Durante sus cuatro años de mandato, fueron sus ministros: Marco Robles, en Gobierno; Gilberto Arias, en Hacienda; Galileo Solís, en Relaciones Exteriores;
Felipe Juan Escobar, en Economía; Alfredo Ramírez, en Educación; Pablo Barés, en Obras Públicas y Sergio González Ruiz, en Trabajo, Previsión Social y Salud Pública. Fueron sus vicepresidentes: Sergio González Ruiz y José Dominador Bazán. Y volviendo a Roberto F. Chiari, también se le ha conocido como el presidente de la dignidad.
BIBLIOGRAFÍA Libros: Panamá y sus relaciones internacionales; Araúz, Celestino Andrés, Primer Volumen 1994. Estudios sobre el Panamá republicano: 1903-1989; Araúz Monfante, Celestino Andrés; Pizzurno Gelós, Patricia.1996 La Historia de Panamá en sus textos. Tomo II; Gasteazoro, Carlos Manuel; Muñoz Pinzón, Armando; Araúz, Celestino Andrés; 1980. Población, economía y sociedad en Panamá, Torres Ábrego, José Eulogio; 2000 Experiencia y significación del movimiento de los trabajadores bananeros de Bocas del Toro. Pereira Burgos, César; 1960. Memorias: Memorias del Ministerio de Agricultura Comercio e Industrias. 1962, 1964 Memorias del Ministerio de Educación. 1963, 1964. Memorias del Ministerio de Hacienda y Tesoro. 1963, 1964. Memorias del Ministerio de Obras Públicas. 1963, 1964. Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores. 1962, 1964. Memorias del Ministerio de Trabajo, Previsión Social y Salud Pública. 1962, 1964. Discursos: Dos años de Gobierno: mensaje del excelentísimo señor Presidente de la Republica, Don Roberto F. Chiari, a la honorable Asamblea Nacional, el 1 de octubre de 1962.
Periódicos: Critica, 11, 12 y 18 de enero de 1962. 1 y 24 de febrero de 1962 .15, 17, 22, 23, 25, 27 y 29 de agosto de 1962. 5, 17 y 18 de septiembre de 1962. 13 y 14 de noviembre de 1962. 22 de diciembre de 1962. La Hora, 9, 11, 14, 15, 16, 25 y 28 de mayo de 1964. Páginas Web: Roberto Francisco Chiari. bdigital.binal.ac.pa/BIOVIC/Captura/upload/RobertoFranciscoChiari.doc
Roberto_F._Chiari http://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_F._Chiari
Roberto F. Chiari R., el ‘Presidente de la Dignidad’ http://laestrella.com.pa/opinion/roberto-chiari-presidente-dignidad/23457636
Audios de la conversación entre el Presidente Chiari y el Presidente Johnson 10 de enero de 1964 https://www.youtube.com/watch?v=heS2HFntZS4
Dramáticas conversaciones entre Chiari y Johnson http://laestrella.com.pa/panama/nacional/dramaticas-conversaciones-entre-chiarijohnson/23457399