Los Viajes de Gulliver

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INTRODUCCIÓN Al conversar con los niños, noto ese comportamiento, tan familiar, que añoro, que ya solo tengo de vez en cuando. Esa curiosidad sin límite, sin barreras y tan real. Ese comportamiento tan particular en los niños, del que a veces me siento avergonzado de sentir con menos intensidad que antes. El interés por saber los procesos de las cosas alrededor nuestro y de cómo las cosas se hacen solo por exploración, sin miedo de las consecuencias. Es algo que siempre es agradable de percibir, pues al final, es esta curiosidad sin límite, la que nos ha hecho entender los hechos y eventos a nuestro inmenso alrededor. Daniel Cruz


Gulliver y una tripulación de astronautas emprendieron un largo viaje interplanetario desde la tierra a bordo del Antílope 1, para conocer mejor las lunas de planetas dentro del sistema solar, un viaje que tenía como plan principal descender en una de las lunas del planeta más grande en nuestro sistema solar, Júpiter. Después de un largo sueño sobrevolando marte, la tripulación se alistaba para programar el descenso de la capsula sobre Europa, una de las lunas de júpiter, y en donde se creía que existían los ingredientes primordiales para el desarrollo de la vida.


Al sobrevolar la gigante luna, Gulliver y parte de la tripulación se alistaron en la capsula para descender. Gulliver fue el primero en abordar pero de repente la nave sufrió un brusco movimiento a causa de un pequeño asteroide que lo impactó, obligando a la tripulación a virar pero sin contar con que Gulliver seguía dentro de la capsula, enviándolo violentamente a la deriva. El Antílope 1 y su tripulación no pudo hacer más que usar la gravedad de la luna para volver a tierra.



Gulliver fue expulsado hacia el espacio, y en su preocupación no notó que se dirigía hacia una grieta, una especie de corte en el espacio, tan fuerte, que las distancias se torcían para alcanzarse, creando un puente entre dos lugares muy distantes, lo que llevo a Gulliver a otro sistema solar, en otro punto del universo. Gulliver se precipitó con fuerza a un planeta similar a la tierra, tenía extensos mares que rodeaban continentes de vegetación y clima variado, aunque al parecer era tres veces más pequeño. La capsula cayó en el mar estrepitosamente y comenzó a hundirse. Gulliver hizo un gran esfuerzo para escapar y nadar hasta una playa cercana, al llegar a ésta, cayó rendido por el cansancio.



Pensando en que todo era un sueño y que no podía estar en otro planeta, pues todo a su alrededor parecía la tierra, Gulliver sintió pequeños insectos subiendo por su pierna, al tratar de verlos se dio cuenta que eran pequeños hombrecitos no más grandes que sus dedos, con cascos y maquinaria pesada, luego se vio el cuerpo y vio como lo tenían sujetado por cuerdas. Sin poder librarse, Gulliver fue llevado a un laboratorio donde apenas cabía, donde fue presentado a hombrecitos con trajes blancos e instrumentos ópticos, que le hablaban en una lengua que Gulliver no entendía. Despojándose de su casco y coraza espacial, Gulliver se dirigió a los hombrecitos con señas, que asombrados le miraban mientras él les explicaba su origen y la preocupación que su tripulación debía sentir por él.



El gigante no parecía ser violento, así que lo soltaron de sus ataduras y ordenaron que le llevaran comida, el líder parecía tener una idea para usar a Gulliver, quien ya entendía un poco sus palabras. —En dónde estoy?- pregunto Gulliver. —Estás en la ciudad de Lilliput, bestia— respondió uno de ellos. —Mi nombre es Gulliver y necesito volver con mi tripulación— les dijo. Un grupo de hombrecitos se reunieron con el líder, y después de murmurar se volvieron a Gulliver y le dijeron: —Te ayudaremos a embarcarte de vuelta al espacio si decides cooperar con nosotros— dijo el líder. Pronto le explicaron a Gulliver que en la isla más cercana estaba la ciudad de Blefuscu, eterna enemiga de los liliputienses, pues competían constantemente para saber quién llegaría primero a alguna de las dos lunas de ese planeta.



Gulliver accedió al trato y caminó hacia Blefuscu, donde sus ciudadanos corrieron espantados al ver al gigante astronauta que se dirigió al puerto espacial de la ciudad. Rebasando las barreras y obstáculos, Gulliver se llegó a lo que parecía ser la zona de despegue, tomó todas sus naves y cohetes, y emprendió el camino de regreso a Lilliput. —Aquí tienen todos los avances espaciales de Blefuscu— dijo Gulliver a los hombrecitos de trajes blancos. —¿Podrían ayudarme a regresar?— preguntó. —Necesitamos tu ayuda para entender mejor como podemos visitar otros mundos, solo así será posible que vuelvas a tu hogar— respondieron. Gulliver compartió su conocimiento con los liliputienses, pero descubrió descorazonado que cada nuevo avance que les presentaba se dedicaba a fines diferentes a la vuelta a su mundo, alimentando la malicia y deseos de revancha de los liliputienses contra Blefuscu. Esto hizo que Gulliver se entristeciera, pues creía que jamás regresaría, pues habían pasado ya varios años y él seguía atascado en ese pequeño planeta.



Un día, Lilliput fue atacada por Blefuscu, y los hombrecitos de trajes blancos ordenaron a Gulliver usar su tamaño y fuerza para defender la ciudad. Sintiéndose utilizado, y consciente de la naturaleza pérfida de los liliputienses, Gulliver se dirigió al líder de Blefuscu, a quien convenció de desistir, relatándole las interminables guerras y conflictos de su planeta natal, y convenciéndole de usar sus esfuerzos y conocimiento en descubrir los misterios del universo.

Los hombrecitos de trajes blancos, sintiéndose traicionados por Gulliver, ordenaron su muerte, pero él logró escapar y con el consentimiento del líder de Blefuscu, se refugió en dicha ciudad. —Nos has enseñado a ser un pueblo pacífico y curioso de descubrir los secretos de nuestro planeta, ayúdanos a entender como enviarte de vuelta a casa— Compartiendo su conocimiento con los habitantes de Blefuscu, Gulliver trabajó durante siete años, hasta construir por fin la nave que podría llevarlo de vuelta a su mundo.



Nostálgico, Gulliver se despidió de los ciudadanos de Blefuscu, y despegó en una estrecha capsula hacia el espacio, encaminándose hacia la ruptura en el espacio-tiempo que le había conducido un día a aquel extraño planeta, tan similar al suyo. Al adentrarse en la grieta Gulliver experimentó como todo su cuerpo se expandía y se encogía. Al cruzar por ésta, fue visto por los tripulantes del Antílope 1, quienes no podían creer lo que veían, al pasar tan solo un par de minutos a la nave había vuelto un Gulliver más viejo, con un traje distinto, a bordo de una capsula espacial distinta. En la cara de Gulliver se adivinaba una mirada madura y reflexiva. La larga travesía de Gulliver en otro sistema solar, había tardado solo unos minutos en el plano del nuestro, Gulliver los había alcanzado en su viaje de regreso a la tierra.



Su extraño y largo viaje solo existía ya en su memoria, y Gulliver pensó en lo pequeña que es la tierra en el espacio, y la ambición y violencia que en ella abundan, inconsecuentes frente a las dimensiones del universo. Pero más que todo, sentía ahora una profunda humildad, pues aunque entendía que su existencia era diminuta en la inmensidad del espacio, se sentía conectado con el cosmos.






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