El CUARTO Después de mucho, a una distancia que atraviesa lugares ignorados y desconocidos, lejos de lo que en un principio fue, encontrando en átomos desordenados la memoria de un espacio que guarda toda una serie de sucesos a evocar, es necesario internarse en el inframundo del alma, en la cárcel de recuerdos que el ser aferra dentro de sí como un valioso tesoro personal, esto por ser un contexto dotado de corazón singular, sueños fascinantes y funestos, invisibles acciones y albergue de pequeñas o grandes cosas que tienen toda una leyenda. Aquel lugar tiene infinidad de interpretaciones, sumergiéndome en la fosa de los recuerdos para encontrar una de ellas, aparece un pequeño e infantil personaje viviendo un universo paralelo equipado de sueños, diversión y fantasía que pareciese inexistente, pero ciertamente más grande que la realidad. Este pequeño habitando el espacio y reviviendo miles de ensoñaciones que vuelan por todos lados y que son traídas de
otro mundo, el empieza a darle un valor personal, allí configura campos de batalla traídos de la edad media, carreteras invisibles en el aire posibles en un futuro próximo, una jungla traída del amazonas y otros sitios que con el transcurso de los días el espacio seria testigo de su creación. Además de esto en un principio lo más complicado del asunto para el infantil personaje fue mezclar durante un largo tiempo todo este tipo de creaciones en aquel lugar con otras que quizás no eran de su gusto pero que con el tiempo se volverían complementarias y familiares. Dicho entorno seria también testigo y resguardo como el más fiel de los amigos, de desdichas ocasionadas por pequeños errores propios en el aprendizaje pueril. Al hablar de las cosas dentro del entono espacial aparece una de las más importantes, la cual fue mecedora de cantidad de sueños y pesadillas, la única capaz de resguardar como los brazos de una madre cuando aparecían espejismos nocturnos que hacían temblar hasta el más valiente
héroe de ficción, ella fue calor y frio días y noches. En principio estaba más cerca del techo, quizás eso hacía de los sueños una aventura mágica, como si estuviese más cerca del cielo y Morfeo trajera de otro mundo las cosas allí; Al estar sobre el suelo no perdió ese encanto, siguió siendo placentera a la hora de ir a el universo creado durante el sueño. Recuerdo que sirvió de protección y escondite para el pequeño imaginativo, en ese entonces también sufrió descontextualizaciones, tanto que alcanzo a llegar a convertirse en un bunker o quizás en un barco. Todo esto le permitió llegar a convertirse en el corazón del espacio tantas veces mencionado. Otra de las cosas que alcanzo un valor personal, que involucraba miembros familiares de la edad de la pubertad, porque con ella había una comunicación verbal en un tono desorbitado con temas que se hacían públicos, fue ese injerto dentro de la pared encubierto por una corredera la cual dejaba pequeños espacios por donde cada mañana
traspasaba la luz del sol, como el pulmón de el espacio que le permitía respirar. Pasado el tiempo ese entorno sufrió transformaciones, como el momento en que una oruga que se convierte en mariposa, pasó a ser un lugar sublime, quizás por el alcance de una mayor intimidad. Entonces aquel lugar callo y entendió otro tipo de situaciones, albergo emociones que querían salir volando por doquier o en algunos momentos se desahogaban en notas menores, presencio el cambio físico y el surgimiento de ideas que posiblemente siguen flotando en el mismo entorno como también las primeras frases escritas a la joven que dejo esa primera marca en el corazón, esto acompañado por esas primeras picaduras producidas a el alma.
Ahora ese espacio que ha cambiado fĂsicamente de una manera constante, pero que sigue teniendo el alma de lo que fue principalmente, seguirĂĄ siendo testigo de sucesos que en otro momento serĂĄn recordados.