Universidad Peruana Unión EP ARQUITECTURA Daniel Orostegui Melendrez CASO DE ESTUDIO MAS QUE UN EJEMPLO (Título) El caso a tratar se encuentra en el capítulo 3 del libro de Daniel. El problema pricipal el orgullo pagano fue castigado. Ya en babilonia Sadrac, Mesac y Abed- nego se enfrenta a un problema, Nabucodonosor envia construir una estatua de oro. Ordeno que lo adoraren los amigos de Daniel estan en aprientos, tras ser acusados por algunos caldeos. Ellos se encuentran en Babilonia, ya pasada la interpretacion de Daniel, Nabucodonosor reusa el mandato de Dios, construyendo una estatua de oro. Nabucodonosor con su orgullo pagano ordena que todo se inclinen y lo adoracen. Podría haber sucedido de otra manera, si Nabucodonosor aceptara la designacion de Dios para su reino, pero su orgullo le aparto de las verdad y de la voluntad que Dios le tenia. Endurecio su corazon, decidio que toda honra deberia ser suya. ……… Los amigos de Daniel se vieron en afectados con el edicto que el rey ordeno, el rey para que todos puedad acatar dicho edicto agrego: el que no obedeciera seria lanzado al horno de fuego ardiente, el caso es que si se haya mandado construir un horno especificamente para hechar a cualquiera que se negare, no se sabe. Pero babilonia es reconocida por sus hornos imensos y de mayor cantidad ya que la demanda de construir era grandicima. Ya decretado el edicto y con instrumentos resonando por toda las naciones, el pueblo se inclino a una sola obediencia. Sin embargo al rey Nabucodonosor se acercaron unos caldeos quienes dieron testimoonio en contra de Sadrac, Mesac y Abed- nego. El rey al oir esta noticia se lleno de enojo. Asi que ordeno que lo trajecen a los presuntos desobedientes. La descripción que en el versículo 13 se hizo de la reacción del rey nos indica que aquel hombre tenía un verdadero problema psicológico. Probablemente sufría de histeria o de algún tipo de psicosis maníaco depresiva: en un momento se encontraba extremadamente airado y quizás al instante siguiente se encontraría desternillándose de risa. Al interrogarles personalmente, el rey les preguntó si la acusación que se había dirigido contra ellos era cierta. ¿Se habían atrevido a negarse a adorar a aquel dios pagano y la estatua que él había hecho construir?. La respuesta de Sadrac, Mesac y Abed- nego fue el silencio asi que Nabucodonosor quizo dar una oportunidad otorgandoles una nueva oportunidad. Su sumisión en ese momento habría sido una deshonra peor y una mayor vergüenza de lo que habría sido al principio. Entonces el rey recitó nuevamente el castigo por negarse a ese acto, y el error de mantener esa actitud. El rey había escuchado hablar de Dios antes, y les aseguró que Él no sería capaz de librarlos. Los tres jóvenes respondieron al rey pero no se dirigieron a él diciéndole "¡Rey, para siempre vive!". Veamos la respuesta que ofrecieron al rey: "No es necesario que te respondamos sobre este asunto". Esta respuesta significaba que ellos ya habían sopesado cuidadosamente las consecuencias de negarse a obedecer al rey. Habían calculado el coste y no estaban siendo cautelosos al dar su respuesta; en otras palabras, no se estaban preocupando por su propio bienestar en la respuesta que le dieron al rey.
Universidad Peruana Unión EP ARQUITECTURA Daniel Orostegui Melendrez Me imagino algunos sabios aconsejando a estos jovenes que solo lo adoracen. Pero Dios le habia dicho en "No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos". (Éxodo 20:3-6). En los versículos 17 y 18 del capitulo presente: dice "Nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tus manos, rey, nos librará. Y si no, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado." Estos jóvenes expusieron muy claramente su decisión y afrontaron las consecuencias de la misma. Y dijeron: "Si es la voluntad de Dios, Él nos librará de tu mano". No importaba el resultado, porque estos tres se habían propuesto servir a Dios y no al ídolo de Nabucodonosor. Dice aquí que el rey "se llenó de ira". Nabucodonosor tenía un temperamento incontrolable. En un arranque extremo de emocionalismo, el rey descargó su ira sobre estos hombres a quienes el previamente había favorecido. El fuego del horno se calentó siete veces más de lo normal. Esto último no era necesario, pero revela lo que había en el corazón de aquel hombre. La precipitación con que los soldados actuaron y la alta temperatura mató a aquellos que habían arrojado a los cautivos para que perecieran en las llamas. Este horno era aparentemente un horno abierto, y Nabucodonosor, que había esperado ver que estos hombres expiraran inmediatamente, estaba muy sorprendido al verlos vivos y caminando en el fuego. Otro hecho sorprendente para el rey fue poder ver a una cuarta persona a quien Nabucodonosor describió como a "uno semejante a un hijo de los dioses". En ese tiempo, Nabucodonosor aún no tenía un conocimiento del Dios vivo y verdadero, aunque Daniel le había hablado de Él. No teniendo ninguna percepción espiritual, Nabucodonosor sólo podía dar testimonio de esa aparición tan fuera de lo común, que al rey le parecía un personaje divino, uno hijo de los dioses. Sin embargo, creemos que el cuarto Hombre era el Hijo de Dios, el Cristo pre-encarnado. Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey para mirar a estos hombres, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos y ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas, intactas, ni siquiera olor de fuego tenían. Aquí destacamos las palabras de Nabucodonosor, reconociendo que aquellos tres jóvenes eran "siervos del Dios Altísimo". Creemos que esta expresión reveló que este hombre se estaba acercando a un conocimiento de Dios. El relato resalta el estado de estos jóvenes, sin un solo cabello chamuscado ni olor a humo en sus ropas. Éste fue un milagro claro. No había nada personal en esta forma de expresarse de Nabucodonosor, pero aún así, él reconoció la omnipotencia del Dios viviente, y Su poder al librar a estos tres jóvenes. Él admitió que el Dios de ellos era superior al suyo. Asi como Sadrac, Mesac y Abed- nego horraron a Dios por todo sobre las cosas. Como jovenes devemos pedir esa conviccion que tuvieron estos tres jovenes.
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