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Torre antena Santiago Santiago de Chile
Solano Benitez 2014
obras
Torre antena. Santiago
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Un ladrillo romano. Las infraestructuras cortan la geografía, las construcciones de carácter público se yerguen en contraste por sobre las de lo cotidiano, templos, puentes, murallas de defensa, tribunas, viviendas y sitios de guardado, se erigen con materiales de uso común, en apariencia la escala sustancia la diferencia, finalmente la casa hecha del tamaño del DIOS o del tamaño del TODOS, compiten adolescentemente solo por dimensión.
Todo adquiere sentido en defensa y conciencia de una forma de vida. El entendimiento de que lo que perdura se hace eterno y lo eterno sustancia lo sagrado, compromete la totalidad de los haceres en una sempiterna ROMA, las construcciones perfilan una geografía humana insistente en su pretendida rivalidad contra la de los Dioses. Lo que mata es la humedad. Lo saben y lo enseñan las colinas que sitian y emplazan. Año a año y por temporada, la blanda lluvia tangencia las rocas; líquidas e insistentes porciones se infiltran por fisuras como arterias colmando sus galerías, el invierno y sus fríos las congelan, el agua en hielo como ariete, con su expandir inexorable las demuelen desde dentro. Un presente griego. Si todos los caminos conducen a Roma, todas las calles nos llevan al Pantheon, pasear en torno al magnifico templo de todos los dioses, nos deleita y desafía, …todo esto y de ladrillos!, exclaman sucesivamente quienes insistentemente centrifugan su contorno. Humildes y rojos prismas cerámicos deslizan franjas de sombras rítmicas, la exaltación evocativa nos invade, nuestra memoria emocionada juguetea con el registro en imagen y voz de un iluminado y sensible Louis Kahn de 1971, en clase, en la Pensilvania State University , rodeado de alumnos el maestro y con Itálica nostalgia en su decir recuerda y les recuerda… si alguna vez les falta inspiración, pídanle consejo a sus materiales. Uno pregunta, ‘¿Ladrillo qué quieres ser ?’ y el ladrillo responde: ‘Quiero ser un arco.’ Entonces uno dice: ‘Yo también ladrillo, pero los arcos son caros. Puedo usar otros materiales y hasta concreto armado sobre ti. ¿Qué te parece esto, ladrillo?’ y el ladrillo responde: ‘Quiero ser un arco.’… porque solamente se debe hacer honrando lo que el material quiere y glorificando su sustancia.
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El centro del laberinto. La sabiduría, Sofía, y en su nombre el transcurrir por lo sofisticado, nos revela por conciencia sus designios, Le Corbusier repite sin descanso en su manifiesto “Hacia una Arquitectura” de 1923, en el capítulo “La lección de Roma”, …Roma es la perdición de los que saben poco, llevar a los estudiantes a Roma es lisiarlos de por vida, la lección de Roma es para los Sabios, para los que pueden resistir. Paulo Mendes da Rocha, Asunción Paraguay 2001, en portuñol registro de decires de entre casa … el material no desea nada, el ladrillo es burro, a un ladrillo le decís ladrillo quédate aquí y lo sueltas y el ladrillo cae, el ladrillo cae porque es tonto porque no logra sostenerse, sin embargo es la acción del hombre la que puede transformar la materia en monumento, es el hacer humano el que se quiere monumental.
Un buen constructor romano, conoce muy bien con lo que trabaja, cuando usa ladrillos sabe de su modesta condición de resistencia, y de su incapacidad de someterse sin quebrarse a los esfuerzos que la mitología arquitectónica en religioso ritual le ceremonia. La lección de Roma se revela rodeando el Pantheon hasta medir la sección resistente de sus muros, y finalmente entender que la roja y prismática geometría perimetral, le ayuda al sabio constructor como cimbreante protocolo auxiliar, a confinar como encofrado perdido, la puzolana que es colada en sus adentros, la misma a la que se adhiere y suplementa superficialmente, haciéndose con ella una, conformándose como árido ordenado y grueso, en este concreto romano; materia y estructura construida se vuelven capaces de resistir los enormes esfuerzos que la voluntad del hacer de un templo, en cada una de sus partes requiere. La epitelial condición del ladrillo romano, facilitadora esencial de la construcción del núcleo resistente, es al mismo tiempo por porosidad, un talón de Aquiles en la exigencia de eternidad que la construcción demanda; su émula capacidad de infiltrar a su interior agua, pone en riesgo la inalterabilidad del concreto que se encuentra tras su custodio. El constructor con ingenio y arte, imagina que la compacidad de ciertas piedras en panel y como revestido, ofrecen la oportunidad de hacer de aislante por la capacidad que demuestran de resbalar el agua y hacen de esta razón, cobertura para la estanqueidad de la estructura. Le encargan finalmente a la geometría del muro de ladrillos su constitución de carácter auxiliar como puente de adherencia y de fusión de disimiles sectores de materia en estructura, el de la puzolana resistente interior y el del terso revestimiento exterior. La caída del imperio deja a la propia Roma de testigo de su devenir, tras el robo y destrucción que traen las sucesivas hordas, se hacen aparentes, las superficies de las que se descolgaron sus refinadas razones, desde entonces y como en un lienzo que enceguece de tanto verlo, se exhiben en la superficie saqueada del muro, las líneas y gradientes destinadas a fijar mejor la granítica y marmórea cobertura. … y está junto a los cerros y al cielo.
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Desde Uruguay el ingeniero Eladio Dieste, conversa con el intendente de Montevideo Mariano Arana en octubre de 1990, registrando el momento en video, reflexiona sobre las razones que la crítica exhibe bajo la condición de síntesis en el trabajo de Oscar Niemeyer, recuerdan que al costado de la iglesia de Pampulha coloca este una pértiga que sostiene unas campanas, pero que esta caligráfica y curvilínea forma de ninguna manera puede considerarse como un diseño en síntesis de un campanario, por lejos es una reducción, la percha que sustituye la torre, olvida que esta, es una forma que se resuelve como escenario de múltiples acciones que la apropian y humanizan, hacer de un campanario sólo una columna que cuelga campanas, es limitar y en consecuencia empobrecer las condiciones de vida de las personas, reduciéndola a una inaprensible infraestructura.
Pensar infraestructuras, infra (por debajo… de fondo… fundamental) estructura (orden de las partes dentro de un todo), dista en extremo de la reducción con la que se construye toda obra que se persigue monofuncional. La infraestructura, el fundamental orden de las partes dentro de un todo, no puede deshacer su mandato constitutivo, reduciéndose eficientemente a la manera excluyente con que se acarrean las aguas, se transportan las personas, se provisiona energía o se transmite información. Toda obra y con más razón de infraestructura, se yergue en defensa y mejoramiento de la vida de los seres en cuanto humanos, y en amparo de la amplitud de su imprevisibilidad trascendental. El ser humano, como todo ser vivo, tiene una dependencia absoluta con su entorno, y en su incapacidad de adaptarse a él, necesita producir las acciones que lo modifiquen anhelando su mejor vivir. Si las transformaciones que realiza sobre su medio ambiente son buenas, la vida crece y se expande, si la resultante es mala, enferma y hasta muere. A la volatilidad de la realidad cambiante, el ser humano necesita conjeturarle forma, informarse como razón fundamental para imaginar las acciones con que trascienda su vida y adapte su entorno, la información como razón estructural que le permita observar el devenir. De base. Las bases del presente concurso configuran la posibilidad de transformar el Cerro San Cristóbal, y el parque metropolitano de Santiago, en el sitio trascendente desde donde la población de la capital de Chile, de forma a las relaciones consigo misma y el mundo.
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La dimensión del apilamiento sucesivo en secuencia vertical de distintos tipos de antenas, da como resultado en el caso de resolverse como torre única, una altura máxima necesaria de 176 m de alto o distantes 50 metros en horizontal una torre y un mástil de dimensiones menores. Nuestra propuesta aprende de ambas, dos líneas horizontales a 50 metros de distancia una de la otra colocadas como coronamiento de 2 muros de ladrillo romano, de 176 metros en su altura y 70 metros en su largo, que colaboran entre sí, como en forma solidaria de afirmarse. Muros para abrir. Con el ladrillo se prefabrican paneles a suelo en panderete, y con ellos casetones de figuras prismáticas, los casetones permiten colar entre caja y caja la suficiente cantidad de concreto armado de alta resistencia reforzado con fibras, fijando y reduciendo el volumen necesario de este concreto contemporáneo de alta solicitación, a la mínima cantidad útil en respuesta a los esfuerzos necesarios para mantenerse erguido.
Esta condición de construcción revela un potencial que libera a la mampostería de ladrillos cerámicos de su sucedánea condición de estructura laminar en evolución aligerada, para convertirse en una estructura de barras que en su lógica se aleja de las formas con que opera y se construye como un muro romano actual, capaz de vincularse por asociación, al mundo de las barras recíprocas de madera o de las barras de hierro de Eiffel. La materia justa pretendida en el invento mexicano de la Tridilosa, patente elaborada por el ingeniero mexicano Heberto Castillo, nos aproxima a la resolución de la estructura de este proyecto, haciendo que el ladrillo integre con concreto armado, una estero-estructura; la mampostería cerámica hace de encofrado perdido y suplemento para las barras que trabajan a compresión, y recubrimiento y protección contra el óxido y el fuego, para las que trabajan bajo otros presupuestos de solicitaciones.
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Urdimbre. El entramado espacial de la estéreo estructura cerámica que constituye los muros y la galería, produce visualmente con el desplazamiento, el efecto visual trepidante que acompaña los paseos por cultivos de reforestación. Este efecto denominado Moiré, podrá percibirse por el traslado de la posición del observador, o por el desplazamiento de las manifestaciones atmosféricas y estelares. El sitio en coronamiento en que se colocan las antenas, nos permiten elevar la altura de los lugares para observar el paisaje sin riesgo para los visitantes de exposición a distancias peligrosas de incidencia de las micro-ondas, la torre habitable en su altura, se convierte en el sitio para ver y desde donde ser visto desde todo Santiago. Los elementos que alojarán a los visitantes deberán constituirse en jaulas de Faraday, que promuevan el aislamiento de las ondas emitidas por las antenas.
Norte. Las paredes se orientan y trazan en línea con la imagen de la virgen, de manera a que se alineen e integren ambas en la distancia. La muros sostenes en voluntad vertical, se encuentran con el suelo del polígono asignado, en un ensanche horizontal a modo de galería, este espacio intermedio, se pretende como vinculo entre el parque y las funciones que la torre de antenas y mirador requieren, abarcando este una condición de cobertura desde donde se nombran e interactúan direccionando las distintas acciones de quienes transcurren en relación.
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Este galería integra y restringe, de forma tal que la propiedad donde se instala no cierre su perímetro, permitiendo al parque y sus usos fluir sin mayores limitaciones; por ende el tratamiento de paisajismo de este sector del cerro, solo se reafirma en tratar de construir la continuidad de este sitio con su entorno originario, funcionando apenas como filtro que declare estos intereses, haciendo de puente entre los espacios interiores y exteriores que arbitra. Nada mas ajeno a este paramo, que la instalación de el estanque nivelado de agua de 5.000 m3, que queda sustituido por 5 volúmenes huecos de concreto armado de 1000 m3 cada uno como tanques de reserva, de forma irregular que se instalan en el mismo sector asignado y que conforma parte del paisaje orográfico que pretendemos reforzar, borrando la noción de escala al negarse a configurarse como una forma que se muestre en relación con las habituales dimensiones de los usos humanos, ligándola a la geografía y al paisaje. Por último los estacionamientos, accesos y circulaciones se sectorizan según la función de uso, zonificando claramente los sectores, y secuencias de traslado. Geografía Humana. Una construcción de entorno y paisaje, una obra como huella que permita otear los actos de los hombres y sus razones, un ladrillo ordinario en pretensiones extraordinarias, un artificio que en su trepidar juega con la gente y con el que la gente juega, una torre y un bastión que como San Cristóbal, proteja la vida de Santiago.
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Obra: Torre antena EQUIPO Plural - Gabriel Wajnerman, - Sebastian Roldan, - Luis Avila - Pilar Navarro, - Carlos Sarcay, - Augusto Montes de Oca - Perrine Viot, - Paulo Vera Acoople - Guillermina Borgognona, - German Rodríguez - Julieta Loubiere, - Joel Pérez, - Manuel Cucurell Gabinete de Arquitectura - Adolfo Garcia-Huidobro, - Manuel Riesco Matías Ortiz - María Paz Chamorro Leoz, - Jesús Pereira, - Alvaro Giménez - Nicole Jaquet, - Sergei Jermolieff, - Sebastian Blanco - Gloria Cabral, Solano Benítez Año: 20014 Emplazamiento:: Santiago de Chile