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Guaid\u00F3 apuesta por larga huelga para forzar la salida de Maduro.
Guaidó apuesta por larga huelga para forzar la salida de Maduro
La división se acentúa el 1 de mayo en Venezuela
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Militares venezolanos: ¿Por qué apoyan a Maduro?
Los militares han jugado un rol clave en la era chavista, que ya suma dos décadas. De hecho, el propio Hugo Chávez era un exteniente coronel que saltó a la fama cuando se alzó en armas contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en 1992, un fracaso que luego él mismo mitificó como el origen de la Revolución Bolivariana. Tanto en la actual crisis, como en otros momentos en que la oposición venezolana ha intentado una salida anticipada de Nicolás Maduro, la cúpula militar se ha manifestado a favor del Ejecutivo chavista y se ha consolidado como un actor crucial en el laberinto venezolano. Desde que en enero pasado se autoproclamó como presidente encargado de Venezuela, el líder opositor Juan Guaidó ha intentado,
en varias ocasiones, disputarle el respaldo de las Fuerzas Armadas al gobierno. Esto, porque el Ejecutivo de Nicolás Maduro no se sostiene sin el respaldo de los militares. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está conformada por al menos 300 mil efectivos y su cabeza es el ministro de Defensa y general de Ejército, Vladimir Padrino López. Fue este alto oficial, que durante el mandato de Chávez ejerció como jefe del Estado Mayor, quien apareció el martes en un video reiterando su apoyo a Maduro tras el llamado de Guaidó y de Leopoldo López a un levantamiento civil y militar. Padrino López no solo se ha visto enfrentado a una enorme presión política, sino que también de miembros de su propia familia, incluida su madre, que a través de un video le pidieron
la noche del martes ponerse “del lado del pueblo” y que finalice la “masacre”. Hasta ahora, 411 militares venezolanos han desertado y cruzado hacia Colombia. Otros se han refugiado en embajadas, como lo que ocurrió el martes, cuando Brasil concedió asilo a 25 uniformados desertores. Sin embargo, hasta ahora se trata de soldados de rangos medios y bajos. “Solo los jefes están en las buenas con Maduro”, dijo un soldado que desertó el martes a favor de Guaidó. Pero otros uniformados han denunciado que un comandante de la Guardia Nacional les mintió para que participaran del levantamiento contra Maduro. “Nos engañaron”, repitieron. Luis Vicente León, analista político venezolano, tiene una visión distinta del mundo militar venezolano.
“Ellos no están defendiendo a Maduro. Se están defendiendo a ellos mismos. El llamado de Guaidó no llena sus expectativas ni reduce sus miedos. Viven entre dos temores: que los destruya un futuro gobierno que no puede garantizarles su poder o que los destruya el propio Maduro. Entonces, la oferta de amnistía es inútil”, dijo a La Tercera.
Pero hay más razones. Varios de los altos oficiales venezolanos tienen cargos en la petrolera estatal Pdvsa, controlan también la distribución de alimentos y tendrían vínculos con carteles. A juicio de Heinz Dieterich, intelectual alemán y antiguo colaborador de Chávez, “la estructura no es monolítica, como demuestra el hecho de que unos 150 militares democráticos están detenidos en las mazmorras del SEBIN”.b
“Leopoldo está mucho más operativo para ayudar en el proceso de liberación de Venezuela”
Desde Washington, el representante designado por Juan Guaidó en Estados Unidos y coordinador de Voluntad Popular (VP), Carlos Vecchio, no solo ha seguido de cerca los últimos acontecimientos de la crisis en Venezuela, sino que también ha participado de una serie de encuentros con altos representantes de la Casa Blanca para comprometer y coordinar el respaldo de ese país a la ruta opositora que busca forzar la salida de Nicolás Maduro del poder. “Una acción militar es posible, si eso es lo requerido. Eso será lo que Estados Unidos hará”, dijo el jefe de la diplomacia norteamericana, Mike Pompeo. Sin embargo, en conversación telefónica con La Tercera, Vecchio, exiliado desde 2014 -el mismo año en que Leopoldo López fue apresado-, es enfático en aclarar que “es cuestión de tiempo” para conseguir el respaldo de las Fuerzas Armadas venezolanas. “Nosotros no esperábamos que el martes se diera el cese a la usurpación. Esto es parte de un proceso definitivo que comenzó el martes”, señaló. ¿En qué posición quedan Juan Guaidó y Leopoldo López tras su llamado a la población civil y a los militares a rebelarse contra el gobierno, algo que finalmente no ocurrió?
La denominada Operación Libertad, que busca poner fin definitivo a la usurpación de Nicolás Maduro, consiste en aumentar la presión para lograr su salida y el balance es positivo. Hay un avance. El presidente Guaidó sigue libre y más fuerte en las calles. Lo vimos con manifestaciones en todo el país. Leopoldo López, siendo el preso más prominente del régimen, fue liberado por el presidente Guaidó junto con los servicios de inteligencia que supuestamente apoyaban a Maduro, y también hay altos funcionarios, incluyendo al ministro de Defensa y al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, que están negociando su salida. El régimen está colapsando y es cuestión de tiempo para que finalmente las Fuerzas Armadas nos acompañen en este cambio. Usted señala que “es cuestión de tiempo”. ¿Es realmente posible conseguir ese “cese de usurpación” a través de la presión y el desgaste? No es un solo evento. Nosotros no esperábamos que el martes se diera el cese definitivo de la usurpación, esto es parte de un proceso definitivo que comenzó el martes y todo el balance nos hace reafirmar
que vamos en el camino correcto. Maduro no puede confiar en nadie, ni siquiera en su círculo más cercano civil y militar. El proceso requiere de nosotros esa determinación a continuar con la presión y con el llamado a las Fuerzas Armadas para que faciliten el cambio lo antes posible. No es fácil enfrentar a una dictadura, pero hemos escalado una montaña con Maduro siempre debilitándose. Estamos cerca de la cima. ¿Cómo juega en ese camino la liberación de Leopoldo López, quien de todas formas se vio obligado a refugiarse en la embajada de Chile primero y de España después? Leopoldo sigue viendo, ahora con mucha más protección, toda la coordinación de las fuerzas políticas y apoyando mucho más a Guaidó para sacar adelante todas las actividades
que vienen ahora. Lo relevante aquí es que el preso que tenía la mayor seguridad por parte de Maduro fue liberado, y que su propia gente facilitó el escape. Leopoldo está mucho más operativo para poder ayudar en el proceso de liberación de Venezuela. ¿Fue el escape de Leopoldo López lo que adelantó el inicio de la Operación Libertad, que estaba pronosticada para el 1 de mayo? Son elementos que teníamos planificados y muchas de estas cosas requieren sorpresa, audacia y riesgos como los que se asumieron, pero que al final del día hacen subir el nivel de presión y avanzar. Mencionaba una supuesta deslealtad de algunos miembros de la alta cúpula en cuanto a su apoyo a Maduro. No obstante, ¿será necesario para ustedes activar eventualmente
el Artículo 187 para autorizar una intervención extranjera en Venezuela?
Las Fuerzas Armadas van a estar con nosotros, es cuestión de tiempo y el camino es claro. No es poca cosa que el ministro de Defensa de Maduro y otros estén negociando su salida. ¿Qué viene ahora? Toda la presión es necesaria y hay elementos que tenemos en la mano. Les hemos pedido a los países que incrementen la presión que han venido ejerciendo. El presidente Guaidó anunció que a la Operación Libertad se le suma la presión de los empleados públicos y sindicales, para poner en marcha una huelga general y, en el camino, construir la movilización que sume a toda nuestra Fuerza Armada para conseguir el cambio político en Venezuela y el restablecimiento de la democracia.b
“Me siento muy responsable de cómo suena Dark Side of the Moon”
Gloria Bell y Gloria : diferencias y semejanzas
Hoy llega a cartelera la nueva película de Sebastián Lelio, remake de su filme de 2013. El protagonismo, que antes recaía en Paulina García, hoy lo lleva la oscarizada Julianne Moore.
Desde que existen las historias, las que han dejado alguna huella se vuelven a contar. Así pasa hoy con Gloria, dirigida y coescrita por Sebastián Lelio, que arrancó su recorrido hace 6 años en la Berlinale. Eso sí, dado que las películas pueden y deben ser mucho más que una historia, para el cineasta no hay dudas, ahora que llega a salas chilenas Gloria Bell (2018), respecto de las distancias entre ambas. Antes siquiera de considerar que hay dos ciudades, dos películas y dos idiomas distintos entre uno y otro filme, plantea Lelio que cuando se trabaja con otra actriz, “si bien no cambia la historia, el ADN de la película cambia. Y así como la película era una carta de amor a Paulina García, la segunda versión tiene mucho de carta de amor a Julianne Moore”. El director, en declaraciones a La Tercera, deja claro que el tema va mucho más allá de andar comparando. Y si bien entiende que habrá en el público quienes quieran jugar a las siete diferencias, el ejercicio no tiene para él gran interés. Agrega que no hubo siquiera un día en que llegara al set en Los Ángeles, California, con la idea de “rehacer” cosa alguna. Iba a rodar, más bien, con el propósito de “hacer que las escenas funcionaran. A ordenar todo ese caos e intentar salir de ahí con escenas que tuvieran vida, que fueran vibrantes. Yo había visitado esa historia, pero eso solo me daba mayor conocimiento de ella y de los personajes: no garantizaba en nada que la película fuese a estar viva. Cuando cambias los actores, los lugares, la paleta de colores, ya no estás rehaciendo. Es la idea de que no puedes bañarte dos veces en el mismo río”. Distintas e iguales según qué se les vea, hay acá dos películas hechas y derechas.
La una y la otra El Oso de Plata a Paulina García como mejor actriz en 2013, fusionó el acuerdo del jurado con el favor entusiasta que el público berlinés manifestó por la actriz chilena: Gloria fue la primera cinta de la competencia oficial en ofrecer, para decirlo en chileno, un final tira p’arriba (al compás del hit homónimo de Umberto Tozzi); también, la primera en mucho tiempo en ver una
ovación de la envergadura que allí se constató. Así fue como Gloria Cumplido -58 años, oficinista separada, madre de dos adultos, deseosa de bailar y de vivir- fue generando identificaciones y empatías de modo transversal, cuando no universal. Tanto así, que hizo posible un remake en inglés: una práctica hollywoodense tradicional respecto de filmes en “lengua extranjera”, pero poco común cuando el director del original queda a cargo de la reversión. Y ese fue el caso de Lelio, a quien Julianne Moore, siempre atenta a correr el cerco cuando se trata de sus roles, esperó pacientemente hasta que se dio la ocasión de ser la protagonista (además de la productora ejecutiva). Cual cover de canción chilena por una banda extranjera, para usar un símil del propio Lelio, Gloria Bell tiene a una protagonista que en lo esencial sigue los pasos de su tocaya chilena: es empleada en una aseguradora, su hijo (Michael Cera)
es padre de una guagua cuya madre anda buscándose a sí misma, y su hija (Caren Pistorius) enseña yoga y está emparejada con un deportista europeo. Igualmente, conoce en un club senior al dueño de un parque de entretención con paintball (John Turturro en vez de Sergio Hernández), quien se revelará como un pusilánime, tal como en la cinta original. Pero hay múltiples diferencias, algunas más significativas que otras. Entre las primeras, el propio Lelio destaca la inclusión de la banda sonora original, a cargo de Matthew Herbert, cuando Gloria solo incluía canciones preexistentes.
GLORIA BELL DIR.: SEBASTIAN LELIO Con Julianne Moore, Joh n Turturro, Michael Cera, Jeanne Tripplehorn. Drama. EEUU, 2018. 102 minutos. Mayores de 14.
Y hablando de canciones, se repite en los créditos la consultoría musical de Marisol García y varía la oferta de títulos: si la película de 2013 arrancaba en un salón de baile con Duele, duele, en las voces de Frecuencia Mod, la de 2018 lo hace en una locación análoga, pero con Never can say goodbye, de Gloria Gaynor; si Gloria Cumplido canta Eres, de Massiel, en el auto camino al trabajo, Gloria Bell hace lo propio con All out of love, el clásico ochentero de Air Supply. Y la Gloria que se escucha al final no es la de Tozzi, sino la versión de Laura Branigan, mucho más familiar en EEUU.
No menos visible, asimismo, es el factor geográfico: si el carácter precordillerano de Santiago hacía atendible que el novio de la hija de Gloria Cumplido fuese un montañista, a su equivalente en Gloria Bell le viene bien andar surfeando. Y si la “arrancada” de los personajes de García y Hernández tuvo como destino la turística Viña del Mar, Arnold
no puede ahora menos que reconquistar a Gloria –o intentarlo- con los placeres lúdicos de Las Vegas. Finalmente, si los ecos del crispado 2011 se colaban en el almuerzo de Gloria con sus amigos, en la situación equivalente de Gloria Bell el gran tema es el de las armas de fuego y cómo controlar su tenencia.
Cuenta Lelio que en un principio, cuando se presentó la opción cierta de hacer una película basada en Gloria, tuvo la idea de “cambiar muchas cosas”. Sin embargo, advirtió luego que “no tenía sentido deformar la historia original para intentar contar otra historia, sino que se trataba de honrar los hallazgos de la primera historia, tratando de encontrar en esta versión nuevos destellos. Una vibración distinta”. Después de todo, remata, “el misterio de Paulina García es muy distinto al misterio de Julianne Moore. Y la película se trata, en buena parte, de ese misterio. De dos realidades históricas, políticas, que se impregnan en la piel”. b
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¿Hoy es el final del gobierno de Nicolás Maduro?”, se pregunta Judith, de 45 años y habitante del barrio de Altamira. Es 1 de mayo y Caracas se viste, como cada año, de grandes marchas, organizadas por la oposición y por el gobierno chavista. Pero este día llega en un contexto muy complejo para ambos bandos. El martes, el líder de la oposición, Juan Guaidó, convocó a un levantamiento civil y militar, acción que no tuvo ninguna repercusión entre las Fuerzas Armadas que siguen siendo leales al presidente venezolano.
Como Judith, una simpatizante de la oposición, varias personas creían que podían ver el final del chavismo en estos días. Pero nada más lejos de la realidad por el momento: Maduro sigue en el poder y su marcha del 1 de mayo convocó a miles de personas, todas de rojo o con uniformes militares. “¡Están huyendo
entre embajada y embajada!”, afirmó el mandatario, quien advirtió que la justicia está “buscando” a los responsables de los hechos del martes. “Este cajón es para la oposición”, afirma un manifestante que junto a otros cuatro llevan a cuestas un ataúd envuelto en la bandera de Estados Unidos y con las fotos de Guaidó y de Leopoldo López, el otro hombre fuerte de la oposición que fue liberado de su arresto domiciliario por militares rebeldes. “Que pidan asilo, pero de este país se van solo dentro de un cajón”, gritó el manifestante que llevaba una camiseta en apoyo a Maduro.
“Yo, Nicolás Maduro, hijo de Chávez, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, jamás abandonaré al pueblo, jamás me rendiré ante el imperialismo”, les dijo Maduro a sus adherentes. A solo nueve kilómetros de ahí, en el barrio de clase media de Altamira, miles se manifestaron para escribir una historia ya sin el chavismo. “Basta de tiranía”, grita una joven mientras caminaba desde la Plaza Francia, donde la gente se reunió pacíficamente, hacia el sur, por la avenida Luis Roche, que lleva directo hacia la base militar La Carlota. La misma base desde la que Guaidó había llamado a un levantamiento. Pero si el martes no habían logrado entrar, este 1 de mayo varios jóvenes lograron romper dos partes de las vallas e ingresaron unos metros en la base antes de ser reprimidos violentamente. “¡Eso es plomo! ¡Están disparando con plomo!”, gritaba un joven mostrando un impacto en una pared. Minutos después caía herido otro muchacho, atravesado en la pierna por una bala. Durante horas, como el día anterior,
esa zona de Caracas fue una batalla campal. Piedras, morteros y molotovs volaban desde los manifestantes hacia las fuerzas del orden, que respondían con balas de goma y gases lacrimógenos disparados al horizontal, lastimando a los manifestantes. En algunas ocasiones se escucharon ráfagas de plomo que habían dejado al menos un muerto y dos heridos. Más arriba en la plaza, mientras esperaban la llegada de Guaidó, la gente comentaba la posible orden de captura que el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo, iba a dictar contra Guaidó, quien ya no cuenta con inmunidad parlamentaria a pesar de ser diputado de la Asamblea Nacional. La orden de captura no llegó, pero tampoco Guaidó arribó a Altamira. Eso sí, el líder opositor habló desde otro punto de la capital y llamó a una protesta permanente para derrocar a Maduro. “Vamos a acompañar la propuesta que nos hicieron de paros escalonados, hasta lograr la huelga general”, prometió. “Mientras mantengamos la presión en las calles, estaremos más cerca”, agregó desde la urbanización de El Marqués. La noche iba cayendo y el humo de los gases lacrimógenos seguía llenando el cielo de esa parte de Caracas. Un 1 de mayo que dejó al descubierto la división de la sociedad venezolana, una herida que no para de sangrar.b
En las afueras del Palacio Presidencial de Miraflores, otro hombre sostenía un cartel que decía: “Mi voto por Maduro se respeta. ¡No joda!”, repitiendo casi el mismo sentimiento de varios manifestantes sobre la oposición y el levantamiento militar.