CHARLARTE

ÍNDICE

Página 05 Argentina, 1985: Un simbolo de Justicia Fui a la primera semana de la moda en el metaverso De la abogacía a las letras

Página

Presentacion de Sofia Sharon Schäffer

Página

Una tarde en el museo.

La nueva era del arte

Un Domingo teatral.

El viaje hacia la vida del famoso icono del rock

Desde su estreno, Argentina 1985, no para de acercar la temática de la dictadura argentina de 1976, más conocida en el gobierno como el “Proceso de Reorganización Militar” a la mesa, un tema poco recurrente debido al dolor que provoca, aún hoy, en cada uno de los argentinos

La “justicia” es una de las palabras más nombradas respecto a este tema, junto a “verdad”, y no es casualidad que la película esté inspirada en todo el proceso judicial Ésta se basa en la historia real del fiscal Julio Strassera (Ricardo Darín), Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) y su equipo jurídico conformado por jóvenes profesionales, ante el único juicio que se produjo en la historia a una dictadura. Contra todo pronóstico, y bajo una amenaza constante del poder judicial y entorno, los héroes menos esperados se atreven a acusar a la junta militar que produjo, a partir de 1976, la mayor violación de derechos humanos, de la historia argentina

ARGENTINA, 1985

Se trata de un drama judicial, con relato lineal, sin ningún tipo de flashbacks, que busca contar lo sucedido en aquel momento, sumado a narraciones parciales que aportan verosimilitud Entre ellas, se encuentran los destacados testimonios de las víctimas, relatando su propia historia dentro de esta gran historia.

El largometraje que debutó en la plataforma de Amazon Prime Video el pasado 29 de septiembre logra recrear a la perfección la época, en varios de los aspectos, principalmente escenografía y vestuario que, sumado a un gran casting, consigue sumergir al espectador en la historia por completo La construcción de los personajes, tanto en el diálogo como en lo físico, no es un dato menor. En la mayoría se destaca el parecido a la realidad, excepto en casos como el de Jorge Rafael Videla, ex presidente de la Nación y líder de la junta militar Respecto a la música, se podría haber sacado mayor provecho, ya que el

rock nacional sonaba en cada rincón del país en la década del 80. Contrariamente, sólo se utilizan dos canciones de Charly García y Los Abuelos de la Nada en momentos claves del relato, dentro de un total de 20 existentes en el sountrack producido por Pedro Osuna. Dentro de lo más destacado y emotivo de la producción, se encuentra, entre otros, aquel momento en el que Moreno Ocampo (Peter Lanzani), proveniente de una familia de militares, tiene una conversación telefónica con su madre, conversación telefónica con su madre, luego de que los testigos se presenten en el juicio a contar lo vivido durante la dictadura militar.

hay una tendencia de los propios argentinos a despreciar a las producciones argentinas por el simple hecho de ser nuestras, cuando la mayoría de las veces se trata de excelentes films, como este caso, que abren al debate y emocionan a cada uno de los espectadores El cierre del alegato Strassera “( ) Señores jueces, Nunca más” sintetiza todo lo que la película quiso representar desde un principio: Exponer lo sucedido y hacer hincapié en la importancia de la verdad y la justicia. En conclusión, es una película emocionante, altamente recomendada, que vale la pena ver y disfrutar en familia.

Calificación: 8

Director: Santiago Mitre

Año: 2022 País: Argentina

Como se puede observar en la escena recién mencionada, la colorimetría y edición complementan el relato Se trata de un tono sepia, que busca recrear cómo se veían los videos de los 80. Lamentablemente,

Elenco: Ricardo Darín como Julio Strassera, Peter Lanzani como Luis Moreno Ocampo, Alejandra Flechner como Silvia Strassera, Gina Mastronicola como Verónica Strassera, Santiago Armas como Javier Strassera, Laura Paredes como Adriana Calvo, entre otros.

Duración: 140 minutos (2h 20m)

Moreno Ocampo (Peter Lanzani) hablando telefónicamente con su madre, proveniente de familia militar, acerca de los testimonios.

Fui a la primera semana de la moda en el metaverso

Decentraland acoge la cita en la que participan firmas como Dolce & Gabbana, Etro, Tommy Hilfiger o Elie Saab. ¿Qué se lleva en el street style de este universo? ¿Qué tal está el catering de una fiesta virtual?

La primera vez que asistí a un desfile me tuve que colar porque no estaba invitada. Aquello fue en el mundo físico en 2018, y entonces ni imaginaba que para mi estreno en el metaverso tampoco recibiría entrada. Pero parece que las similitudes entre un cosmos y otro acaban ahí, en mi falta de invitación, porque casi todo es diferente en este universo virtual que se ha convertido en palabra de moda en los últimos meses. Para acceder al metaverso, donde todos son bienvenidos, hacen falta unas coordenadas. Una dirección dentro de Decentraland (donde se celebra la fashion week, uno de los varios mundos virtuales que quieren convertirse en hegemónicos) que indica en qué parcela se celebran los saraos.

La primera vez que asistí a un desfile me tuve que colar porque no estaba invitada. Aquello fue en el mundo físico en 2018, y entonces ni imaginaba que para mi estreno en el metaverso tampoco recibiría entrada. Pero parece que las similitudes entre un cosmos y otro acaban ahí, en mi falta de invitación, porque casi todo es diferente en este universo virtual que se ha convertido en palabra de moda en los últimos meses. Para acceder al metaverso, donde todos son bienvenidos, hacen falta unas coordenadas. Una dirección dentro de Decentraland (donde se celebra la fashion week, uno de los varios mundos virtuales que quieren convertirse en hegemónicos) que indica en qué parcela se celebran los saraos.

Ya adentro…

No encuentro las coordenadas, no sé cómo usarlas para ‘teletransportarme’, me pierdo con los cursores y cuando por fin consigo aterrizar en la pasarela, el desfile ha terminado. Buenísimo, porque así aprendo un par de cosas: que se me da bien llegar tarde en cualquier dimensión y que en el metaverso las cosas no se ‘guardan’ para verlas después, como sucedía con los desfiles digitales que se pusieron de moda en la pandemia. Uno de los ganchos aquí es precisamente que tienes que estar en el momento en el que sucede la acción.

Alrededor de la pasarela, quedan muchos asistentes y yo me centro en observar el street style. Resumiendo podría decirse que se lleva el look futbolista, pero futbolista dentro del campo, la equipación deportiva: camiseta y pantalón de colores entre todos los que, como yo, van de gratis con lo que podría ser la camiseta que te regalan con los puntos del supermercado.

Como en Nueva York, Londres y París, la acción en Decentraland sucede en varios barrios Busco el calendario y me centro en mis preferencias. Pero no todas las firmas desfilan, varias han puesto tiendas exponiendo sus diseños. Visitó las de Elie Saab o Guo Pei y llegó a una en la que jóvenes diseñadores venden sus creaciones. Recorro una exposición con una instalación de Nick Knight que sin tarjeta gráfica no transmite nada y ‘escucho’ (se pueden leer los mensajes que los usuarios cercanos se envían en abierto) una conversación entre otros dos avatares que se cuentan que está a punto de empezar la afterparty de Philipp Plein: “¡Philipp ha dicho en su Instagram que va a venir!”. La fiesta se celebra en un estadio inmenso presidido por una pantera metálica que abre la boca y expulsa modelos. Esta es una de las ventajas aquí, que la imaginación no tiene restricciones. El límite lo marca la resolución de Decentraland.

Empiezan a aparecer avatares con looks extraordinarios: cabezas de dragón, faldas que brillan o túnicas que lanzan un haz de luz. Veo unas alas fluorescentes que me gustaría tener. “Aquí no pasa nada”, “Eres imbécil”, “¿Hola?”, dicen algunos en el cuadro de mensajes que retrotrae a la época de los chats de MundoGaturro. Empiezan las proyecciones, pero no se aprecian desde mi pantalla. Evidentemente no hay cócteles ni catering, así que, como cualquier fiesta tradicional que no cuente con estos básicos, la alegría se viene abajo muy rápido.

Al desfile de Etro llegó con suficiente antelación para elegir el mejor sitio. No hay sitting, así que me coloco en primera fila porque aún llevo muy dentro la jerarquización de las sillas junto a una pasarela. Esto también hay que revisarlo, porque el metaverso no funciona así y todo se ve mejor con la distancia. Los diseños en baja resolución sobre la pasarela son lo de menos, aquí importa la experiencia. que las alas fluorescentes se han puesto de moda entre los invitados y que la rueda de las tendencias también gira en el mundo virtual.

NOVELA ROMÁNTICA

De la abogacía a las letras

Camila Iacono pasó de denunciar a Donald Trump por delitos de lesa humanidad cometidos durante la pandemia, a escribir su primera novela de amor.

Según Más prensa, la autora declaró que la novela nació como un sueño que a través de la pluma se hizo realidad”. La ópera prima de Iacono está ambientada en el siglo XVIII, un contexto de arraigadas connotaciones morales y sociales. Allí la autora logra crear un universo preciso mediante descripciones y detalles. A través de sus páginas, la talentosa escritora une el pasado y el presente, que decanta en una óptica de lo atemporal de la lealtad, el compromiso y de la fuerza del amor. En la pasada Feria del Libro, Camila, lanza esta segunda edición, mientras termina la segunda parte de esta historia titulada “Faustine, la marquesa de las perlas”.

Camila Iacono 27 años, Bernal, Quilmes.

Camila Iacono es una abogada penalista argentina de 27 años que desde su niñez tiene una fuerte pasión por la literatura. Por esta razón, durante la pandemia, escribió su primera novela, “Faustine, cambios de otoño'', demostrando una nueva arista de su carrera profesional.

Faustine es la segunda edición de una novela romántica que forma parte de una trilogía que cuenta las vivencias fortuitas de una joven apasionada y muy avanzada para su época.

Belen Barrionuevo Bbarrionuevo@uade.edu.com

PRESENTACIÓN DE SOFIA SHARON SCHÄFFER

El viaje literario de la estudiante de Diseño y Gestión de Estéticas para la Moda.

Es en el Marco de la finalización de las tres últimas materias de la carrera de Diseño y Gestión de estéticas para la Moda, dictada en UADE, que la alumna Sofia Sharon Schäeffer, con veintidós años de edad, recuerda su trayecto literario desde sus comienzos académicos.

Apasionada por la lectura, Sharon, colecciona libros y admite leer toda la bibliografía obligatoria, además de la que es sugerida por los profesores de las diversas materias. Tanto es así que encuentra cautivadora la literatura social, aquella que trasciende la ficción. Se interesa por autores tales como Byung Chul Han y Roland Barthes, siendo este último uno de sus personajes favoritos, quién desarrolla hipótesis sobre las relaciones entre seres humanos, como lo es el vínculo del amor. Sharon dijo que tenía una agradable relación con la lectura. “Me gusta leer los textos que nos dan en la facultad, utilizo autores de los que consumimos para luego comprar libros y ejercitar la lectura”, declaro. Además se encuentra fascinada por los textos históricos de arte y diseño. Entre risas, Schäeffer afirmo: “Si tuviera más plata, me compraría muchos libros en el mes”.

Pero la otra cara de la moneda no queda afuera y la próxima graduada, cuenta que la escritura le propone un desafío más complejo.

No lo efectúa de manera continua y prefiere leer antes que redactar algunas líneas. “No escribo tanto”dijo Sofia - “Pero al leer más, desempeño la teoría y no tanto la practica”.

Ella decide emplear el recurso de la escritura a modo de catarsis. Para los momentos de incomodidad emocional, recurre al lápiz y papel, donde deposita sus pensamientos y sentimientos. Es entonces que cuando los textos se alejan de la zona íntima y deben ser publicados en algún medio de comunicación, la sensación de ansiedad la invade. Asimismo, entiende que su mayor debilidad es poder darle sentido a los diferentes conceptos que habitan en su mente. Sharon comenta: “El momento que me resulta más problemático es atar ideas, generar relaciones entre una oración y otra”. En su reflexión entiende que son los conectores, las herramientas que imposibilitan la fluidez en su narración, pues, los repite sin saber como sustituirlos por sinónimos.

La ilustre alumna se reconoce amante del mundo de las palabras y consciente de sus fortalezas y debilidades referentes al tópico en cuestión.

Daniela Rocca Drocca@uade.edu.com

UNA TARDE EN EL MUSEO

Remera con brillos, ADRIAN BROWN. Falda, LACOSTE. Cartera, FAHOMA. Pendientes, SWEROVSKI. Busa y shorts, JT. Sandalia CHER. Collar, SWAROVSKI. Vestido, DELGE. Cartera, FAHOMA. Collar, SWAROVSKI. Camisa, CARBONES. Bermudas, JT.

top ZITO. Falda RAMIREZ. Botas SANTESTEBAN. Cartera DELGE.

Trench, CHER. Top, ADRIAN BROWN. Flada, LACOSTE. Cartera, FAHOMA. Pendientes, SWAROSKI. Blusa y shorts, JT.

Chaqueta, DOMA. Pendientes, SWAROSKI.

Buzo y Pantalon LACOSTE. Chaqueta FERRAGAMO.

Vestido, DELGE. Pendientes, SWAROSKI.

ARTE Y CULTURA

La nueva era del arte

Un bien adquirible y único. Los NFT invaden la realidad.

El ser contemporáneo significa adaptarse a la realidad. Aquello implica, asumir las formas del entretenimiento en sus nuevos formatos. Los amantes del arte serán sacudidos por este cambio paradigmático que comprende, no solo la democratización del consumo artístico, sino también de su creación. Los NFT facilitaron estas cuestiones. Estos son un activo digital específico, que no se puede copiar, sustituir ni subdividir, que se registra en una cadena de bloques y que se utiliza para certificar la autenticidad y la propiedad. En general, los NFT representan un elemento único e irrepetible y pueden ser un archivo digital que contenga texto original, audio, imágenes o un video. Del mismo modo, los NFT pueden ser representaciones de objetos físicos, como bienes raíces o automóviles de lujo que se pueden encriptar u objetos digitales, por ejemplo, obras de arte, cromos, música o libros. Es así, como autores no reconocidos florecen otorgándole valor a sus obras y posibilitan su comercialización. Lo característico de la imagen es que su precio está signado por el propio mercado.

Son las crypto monedas las que plasman el valor económico en este bien intangible. Gracias a ellas, es que estas creaciones encarnan la tendencia latente. Ethereum, y la creación de su sistema en cadena, revivieron aquello que se creó en 2014 por Kevin MCcoy, artista digital. Y más tarde, se fundieron con diferentes metaversos y plataformas. Es así como en la actualidad, abundan los coleccionistas de arte. Se ha liberado un lujo de pocos a las masas electrónicas. Abonan un producto con título de originalidad sin nunca poder tocarlo físicamente.

Los poseedores disfrutan de la obtención de un objeto incorpóreo más de lo que aquel representa. Son productos donde se revisa la noción de obsolescencia programada, pues permanecerá eterno entre los códigos y ahonda la posibilidad de ser revendido a un costo mayor o menor, así el mercado lo decida. En 2021 se negociaron más de US $ 25 mil millones en activos estampados digitalmente, que incluyen música, fotografía, videos, coleccionables deportivos y memes. Esto significa que hay un mercado creciente e interés en estos activos.

Museos Digitales

Es entonces que se entiende que las generaciones actuales y futuras optan por un modo de apreciación del arte alternativo. Abandonan los lugares físicos para invadir los universos crípticos no solo con el fin de la contemplación, sino con la función de llenar el carrito de compra. La satisfacción no solo está en poder entender el arte, en caso contrario está en adquirirlo y ser el único posesor de la creación. Pero para alcanzarle el paso a estos nuevos consumidores, los museos tradicionales buscan readaptar la experiencia intangible para el usuario en cuestión. Pues es así como el MoMa ha creado el primer museo digital de NFT. Asi es como invita no solo a abrir el repertorio artístico a una nueva ola de revolucionarios actores que preponderan el arte como bien apropiable.

E Además, los museos han logrado fusionar el arte, desde una mirada clásica, tangible, con estos nuevos fenómenos, de manera que proponen un viaje por los pasillos de sus instalaciones, a través de la realidad aumentada, por lo que los administradores acceden al mundo creativo desde las sillas de sus casas. Resulta fascinante entender este suceso temporal como consecuencia del interés generado por los activos no intercambiables. Esta manifestación del futuro infiere en cómo vemos las expresiones del pasado.

Los artistas.

El rol de artista conocido se desarma para poder reconstruirse en nuevos terrenos inexplorados. Debido a que se transita un periodo de transformación, los creadores plásticos deben reinventarse para poder gestar la semilla de sus trabajos en estos novedosos campos y poder convivir con creadores digitales, anónimos o no reconocidos. El artista no es una estrella, puesto que en la actualidad cualquiera con un dispositivo móvil puede acceder a este nuevo mundo y encarnar el papel de obrador. De hecho, este movimiento del soporte físico al impalpable, llega a modo de disyuntiva para los previamente consagrados artistas ya que deben readaptar no solo sus futuras obras sino las preexistentes Eso se debe a que para encriptar una creación ya resuelta deben desmantelar la tangible, por el hecho de que solo puede existir un producto como NFT. Tal es así, que Damien Hirst, artista plástico, se encuentra en el debate interno de si debe o no quemar 4.000 obras que ha hecho, para venderlas como activos digitales. De hecho, tuvo que hacer elegir a sus compradores virtuales, una vez comprados sus cuadros, si lo querían en los soportes tradicionales o cómo NFT. El consumidor elige el modo de exportar los archivos tangibles. Resulta ser un trabajo en equipo, supuesto que una vez adquirida la imagen virtual, el artista sigue obteniendo regalías cada vez que se vende por ser la cabeza creadora. Lo que habilita a fomentar el trabajo del artista desde un lugar comunitario a diferencia de cómo debía hacerlo en tiempos anteriores.

La fusión de la realidad con el universo tecnológico es inminente, y en vez de resistirse los usuarios fomentan su uso. Desechan las estéticas corporales para adentrarse en las experiencias virtuales, estimulando y enseñando a sus cerebros maneras intelectuales de acceder a niveles superiores de las cosas que admiramos a diario. Es una reestructuración de la realidad El arte no muere, sino que se transforma.

Rocca Drocca@uade.edu.com

Julieta Slimmens Jslimmens@uade edu com

Personaje virtual, creado para su comercialización. Lemmy.

Daniela

TEATRO EL GRITO. UNA SUMERGIDA EN DIARIOS INTIMOS

Era el primer domingo del mes de octubre y estaba muy ansiosa. Hacía dos semanas atrás mi mejor amiga, Violeta, había sacado entradas para ir a ver una obra de teatro. Una tarde de septiembre vimos un póster en la calle con el nombre del espectáculo y nos generó mucha intriga; “Todos los dias estoy aburrida y lloro” (escrita por Natali Aboud, Josefina Botto, Daniela Korovsky).El diseño gráfico del cartel era una especie de collage con letras de diferentes revistas en tonalidades rosadas. No dudamos un segundo en querer asistir.

Luego de pasarla a buscar nos dirigimos a El Grito, un teatro ubicado en la calle Costa Rica del barrio de Palermo. Ya lo conocíamos, habíamos ido a ver otra obra en junio y nos había encantado. El lugar es sencillo; una planta baja con mesas y sillas para sentarte a tomar algo, un cuarto con obras de arte y una ventanilla para pedir algún trago si así lo deseás. La carta es acotada; vino, cerveza, coca o agua. No mucho más. Por otro lado, hay una escalera que se dirige hacia un primer piso en donde se encuentra la sala principal. na vez arribadas al destino que marcaba Google Maps buscamos lugar para estacionar. Podría decir que Palermo está en el top 3 de barrios más difíciles para conseguir donde dejar el auto fácil y rápido. Pero lo logramos. Faltaban treinta minutos para que arrancara y siendo las 20:30 de la noche nos rugía la panza del hambre. Encaramos al primer kiosco que vimos y compramos un paquete de batatas fritas y una coca zero bien fría.

Miré el reloj y ya eran las 21, estaba por arrancar la obra. Al entrar por la puerta una señora amablemente nos pidió que nos formáramos en fila para ir ingresando. Todos los presentes se pusieron uno tras otro y así subimos las escaleras hacía la sala principal donde se iba a desarrollar el show. Entramos a un cuarto oscuro muy pequeño; con pocas sillas y un escenario acotado. La escenografía está al mando de Mariu Fermani, así como tambien el vestuario, y se construye a través de dos elementos claves: una pantalla blanca para reproducir videos y una “isla” de pasto sintético que simula ser una especie de cuarto, con una cama, una tele, juguetes, cuadernos y un teléfono, entre otros objetos que remiten a una pieza adolescente femenina. No fuimos las únicas en sorprendernos al ver que las dos actrices que protagonizan la obra ya estaban en escena. Ellas son Josefina Botto y Daniela Korovsky, dos mujeres de 30 años que llevan a cabo esta obra todos los domingos hace siete meses y lo harán por otros cinco más. El vestuario fue el mismo durante los 50 minutos: Josefina llevaba un jean nevado tiro bajo con una remera violeta y Daniela un jean acampanado abajo con un buzo verde manzana.

La obra trata sobre un dúo de treintañeras que encuentran sus diarios íntimos de la adolescencia y los comparten con el público. La misma combina momentos de lectura de aquellos registros escritos, videoblogs de sus vidas, segmentos de programas y publicidades de los 2000, y bailes de cuando ellas eran chicas. Nos reíamos a carcajadas, como todos los que presenciaron la obra. Sin embargo, hubo momentos más tristes y melancólicos, donde lograron que el público empatizara con las vivencias más oscuras o banales de ambas intérpretes. Los momentos más alegres, de risas y baile despertaron muchos recuerdos en la mayoría de los espectadores, ya que se manejaba un código especial que solo aquellos de determinado rango etario podían entender al cien por ciento. A nosotras, en cambio, nos costó sentirnos interpeladas con algunos signos y símbolos de aquellos momentos, en los que se desarrolla gran parte del guion por el simple hecho de ser de otra época. Al terminar la obra, se escuchó un largo y tendido aplauso. Las señoras a mi derecha no habían parado de hablar en todo el espectáculo, sin embargo, las notaba felices. Los de atrás exclamaron que les había gustado y Violeta me susurro al oído: “me encanto, tenemos que volver”. Con las expectativas cumplidas encaramos hacia la puerta y de allí directo al auto. Nos esperaba una vuelta de Palermo a Vicente López con música del 2006 a todo volumen para no perder la costumbre de hacer karaoke en el auto. Al dejar a mi amiga en su casa prometimos repetir el plan y nos deseamos una buena semana.

“Todos los días estoy aburrida y lloro”, la obra que revive la adolescencia de los 2000.

Las protagonistas en escena

Elvis El viaje hacia la vida del famoso ícono del Rock

En esta nueva oportunidad, luego de haber sido el creador de películas como Romeo + Julieta (1996), Moulin Rouge (2001), Australia (2008), El Gran Gatsby (2013), entre otras, Baz Luhmann produce y dirige Elvis. Luego de su debut en el Festival de Cannes, la biopic se estrenó en los cines de casi todo el mundo el 24 de junio.

De más está decir, que se identifica el estilo del director australiano más exitoso comercialmente, generando una fusión de lo clásico y moderno causando una constante espectacularidad visual. No hay duda de que en la película, desde el minuto que comienza, se nota la intensidad y energía que va a preponderar, hasta que finaliza.

El film es una pieza que sobresale con respecto a las biografías de otros íconos musicales. En este caso, Baz Luhmann le da un mayor peso al contexto social, político y cultural junto a la relación un tanto tóxica de Elvis junto a su mánager. Teniendo un resultado triunfal, Luhmann logra una película que provoca una experiencia inmersiva 360° que reúne un alto nivel musical, actoral y visual.

Austin Butler en una escena de la película Elvis enloqueciendo a las mujeres con su icónico baile.

Es una película fascinante y emocionante, interpela al espectador provocando emoción y lágrimas. A veces puede tornarse un tanto abrumadora, situando al público en un estado de shock y psicodelia por la aglomeración de incesantes estímulos visuales y musicales.

Está protagonizada por Austin Butler, quién se preparó durante tres años para poder desempeñar el rol de la leyenda musical Elvis Presley. Con respecto a éste, hay que reconocer que, aunque no tiene un físico similar al cantante, se notan los años que tuvo de preparación ya que interpreta a la perfección el rol de Elvis logrando una expresividad y energía incesante. Sin embargo no está narrada por éste, sino por Tom Parker (su representante)

Austin Butler junto a su esposa y su bebé..

protagonizado por el famoso actor Tom Hanks, que es casi irreconocible por el tipo de maquillaje y caracterización que lo diferencia de otras películas que protagonizó. “Elvis” es un relato no lineal, es decir, mezcla todo tipo de temporalidades. Utiliza recursos como; la pantalla partida, montaje paralelo, movimientos de cámara, música diegética y extradiegética, entre otros. El film se destaca con la alucinante recreación de los trajes, las chaquetas y pantalones de cuero negro reales de 1968.

En conclusión, Elvis es una película altamente recomendable si sos un apasionado de las biografías y los musicales. Recomiendo conocer la historia de este ícono musical ya que interpela a la emoción y es para todo tipo de público.

Calificación: Excelente

Director: Baz Luhrmann.

Fecha de estreno: 23 de junio de 2022 (Estados Unidos Australia)

País: Argentina

Elenco: Austin Butler como Elvis Presley; Tom Hanks como Tom Parker; Olivia DeJonge como Priscilla Presley; Yola como la hermana Rosetta Tharpe; Luke Bracey como Jerry Schilling; Kelvin Harrison Jr. como B.B King; Dacre Montgomery como Steve Binder; Helen Thomson como Gladys Presley, madre de Elvis; Richard Roxburgh como Vernon Presley, padre de Elvis; David Wenham como Hank Snow; Natasha Basset como Dixie Locke; Xavier Samuel como Scotty Moore; Kodi SmitMcPhee como Jimmie Rodgers Snow: Leon Ford como Tom Diskin, un portavoz del coronel Tom Parker; Kate Mulvany como Marion Keisker; David Gannon como Charlie Hodge; Adam Dunn como Bill Black; Alex Radu como George Klein; Gareth Davies; Charles Grounds; Josh McConville.

Duración: 2h 39m.

Por Micaela Furno.

Austin Butler.

Moda y metaverso