MUNDO FORENSE
La intervención en la escena del hecho y el rol del perito: Claves en la investigación criminal Pto. Gabriela Soledad Lizio Perito Auxiliar de Justicia en Papiloscopía y Esp. en Investigación Criminal. Docente Adjunta en la Tecnicatura en Criminalística de Campo y Scopometría en el Instituto Superior de Seguridad Pública. Provincia/País: Buenos Aires, Argentina
En el presente artículo, abordaremos la importancia de las figuras y procesos que intervienen en un hecho criminal, para el adecuado desarrollo y resolución de la causa. La observación, la indagación y la comprensión de los distintos fenómenos que rodean la escena del hecho han llevado a la humanidad, aunque de forma paulatina y no sin numerosos tropiezos, a pasar del pensamiento divino al pensamiento científico en lo que a medios de prueba se refiere; lo que le ha permitido, entre otras cosas, saber que el mal radica en el interior del hombre mismo.
cional) siguen siendo hoy disparadores base en la conducta criminal, llevándolos a ser reincidentes en los tipos de rastros dejados en el lugar. Podemos decir entonces que, aún con el correr de los años, los diferentes contextos históricos, la evolución tecnológica y las nuevas modalidades delictivas; podemos seguir construyendo hechos, partiendo del Principio de Intercambio2 descrito por E. Locard en 1934.
Desde entonces, éste ha buscado alcanzar en las ciencias, aquello que le permita erradicarlo, en pos de un equilibrio social que fluctúa constantemente, dentro de un mundo en evolución. En este campo, la Criminalística es una de las grandes herramientas con las que cuenta, ya que gracias a ella no solamente se puede esclarecer un hecho criminal o determinar un patrón delictivo, sino además y fundamentalmente, contribuir a que se imparta su obra, resguardando de este modo, los bienes y valores más preciados que toda sociedad lucha por proteger. Se busca, asimismo, analizar el objeto y el sujeto que lo desarrolla.
Entonces, ¿qué está pasando?
Para la Criminalística, la escena o lugar de los hechos es toda aquella donde las características y acontecimientos sucedidos permitan sospechar sobre la comisión de un delito, cumpliendo un rol fundamental todo lo referido a su intervención, dentro del marco de una investigación criminal. Y aunque esto parezca bastante lógico y de sentido común, no siempre parece serlo. Son numerosas las causas que no llegan a cerrarse o que simplemente se caen en el proceso. Y esto, lejos está de tratarse de una evolución “profesional” en el ámbito delictivo o del uso de tecnología superior para su comisión. Según estudios sobre la etiología criminológica a lo largo de los años, distintos precursores como Thorsten Sellin, Donald Taft y Émile Durkheim, sostienen al fenómeno criminal como algo íntimamente asociado al factor social y, si bien hasta el momento la sociología no pudo ofrecer una teoría general acerca del comportamiento desviado de las personas1; los diferentes puntos sociológicos y sus efectos en el individuo (psicológico-emo1 Manual Básico de Criminología, Quinta Edición 2012. Carlos Alberto Elbert.
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Llegado este punto, es necesario plantearse por qué cometemos tantos errores en nuestra labor, colaborando indirectamente con los criminales y alejando las pruebas de nosotros mismos. Y ante este interrogante, me atrevo a enumerar como parte del problema: la carencia de conocimiento en los procedimientos, la falta de profesionalismo y la escasa vocación de servicio. Lamentablemente, durante el correr de los años y hasta el presente, es común encontrar trabajos de preservación, inspecciones oculares, recolección de evidencias y dictámenes periciales deficientemente realizados, parciales o inconclusos. Contar hoy con todas las herramientas para trabajar un caso, se ha vuelto un desafío. Aún en eras digitales, no hay software, dispositivo o elemento que pueda reemplazar la observación, la metodología y la actuación de un perito, como tampoco puede suplir su error o saldar su omisión. Con motivo de ello, considero necesaria realizar una crítica constructiva al respecto, que motive y promueva las buenas prácticas dentro de la profesión, así como también fomente el trabajo en equipo de todas las fuerzas de seguridad, profesionales y organismos que intervengan. Personalmente, considero fundamental tener siempre presente qué conlleva mi trabajo, qué implicancias tiene y qué consecuencias puede dejar. Como docente en Criminalística de Campo, me encuentro ante muchos aspirantes que, si bien han elegido la 2 “(…)es imposible que un criminal actúe, especialmente en la tensión de la acción criminal, sin dejar rastros de su presencia”