El pecio de Punta Restelos. Un buque de la Armada de 1596 José Luis Casabán PhD Candidate. Texas A&M University jlcasaban@tamu.edu
Miguel San Claudio Arqueólogo. Archeonauta, S.L. miguel.sanclaudio@archeonauta.com
Raúl González Arqueólogo. Archeonauta, S.L. raul.gonzalez@archeonauta.com
Filipe Castro Professor. Texas A&M University fvcastro@tamu.edu
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Resumen: El estudio del pecio de Punta Restelos se engloba dentro del proyecto «Finisterre», cuya finalidad es la prospección y documentación de los pecios localizados principalmente en el área de Finisterre. Las prospecciones realizadas desde el año 2007 por parte de la firma Archeonauta S. L., con el apoyo de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, el Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Subacuático y el Institute of Nautical Archaeology (Texas A&M University), han documentado diversos materiales cuyo estudio ha permitido datar el pecio a finales del siglo XVI. Esta fecha coincide con los naufragios, en 1596, de 25 buques entre Corcubión y Finisterre pertenecientes a la flota del Adelantando de Castilla, Martín de Padilla, que se dirigía a Irlanda transportando un ejército expedicionario. Por todo ello, los restos del pecio de Punta Restelos corresponden a un buque de Armada de finales del siglo XVI. Palabras Clave: Pecio, Siglo
XVI,
Armada, Lingotes, Jeringuillas.
Abstract: The study of the Punta Restelos shipwreck is included within the Finisterre Project, whose main objective is the surveying and recording of all the shipwrecks located mainly in the area of Cape Finisterre. The underwater surveys conducted since 2007 by the CRM firm Archeonauta S. L., with the support of the Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Subacuático, and the Institute of Nautical Archaeology (Texas A&M University), have documented different materials whose study has allowed to date the shipwreck at the end of the 16th century. This date matches with the sinking in 1596 of 25 ships between Corcubión and Finisterre which were part of the Adelantado de Castilla fleet, Martín de Padilla, when it was Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
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heading to Ireland carrying an expeditionary army. Therefore, the remains of the Punta Restelos shipwreck correspond to an Armada ship of late XVI century. Key words: Shipwreck, 16th century, Armada, Ingots, Syringes.
Introducción El pecio de Punta Restelos se localiza en la ensenada de Sardiñeiro, dentro del seno de Corcubión, en las inmediaciones del cabo Finisterre, Galicia (fig. 1). Esta zona se caracteriza por una línea de costa rocosa con bahías profundas y resguardadas, pero también peligrosos arrecifes que suponen un peligro para la navegación. Su situación en pleno Atlántico norte, sus duros temporales en invierno, peligrosas corrientes y espesas nieblas, son otros de los factores que han contribuido al elevado número de naufragios ocurridos en esta zona conocida como la Costa de la Muerte (fig. 1).
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Figura 1. Localización del pecio de Punta Restelos.
A finales del siglo pasado, pescadores en apnea descubrieron los restos del pecio de Punta Restelos mientras recolectaban bivalvos. En el año 2007 se documentó el expolio de varios objetos pertenecientes al pecio. Este hecho delictivo fue puesto inmediatamente en conocimiento de las autoridades competentes. A raíz de dicho expolio, la Direccion Xeral do Patrimonio de la Xunta de Galicia encargó ese mismo año la prospección de la zona al equipo de arqueólogos de la empresa Archeonauta, S. L., dirigido por Miguel San Claudio. Durante dicha campaña se localizaron diferentes materiales que fueron debidamente posicionados y documentados, recuperándose aquellos artefactos que estaban en riesgo de expolio. Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
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Desde entonces, la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Cultura, ha continuado los trabajos de catalogación e inventario de los yacimientos arqueológicos del área del cabo Finisterre. Dichos trabajos han sido realizados por la empresa Archeonauta, S.L. En el año 2011, el Ministerio de Cultura, a través del Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, aportó fondos para dichos trabajos. Ese mismo año se inició la colaboración entre Archeonauta, S. L.1 y el Ship Reconstruction Laboratory2 del Programa de Arqueología Náutica del Departamento de Antropología de la Texas A&M University (EE. UU.). Finalmente, en el año 2012, el Institute of Nautical Archaeology (INA) de la Texas A&M University se unió al proyecto arqueológico, pasando a denominarse el proyecto Finisterre. La finalidad del proyecto es la prospección y documentación de los diferentes pecios localizados principalmente en el área de Finisterre, aunque también incluye el recientemente descubierto pecio de Ribadeo, en la costa norte de Galicia.
El pecio de Punta Restelos El pecio de Punta Restelos ha sido datado a finales del siglo XVI en función de los materiales documentados durante las diferentes campañas de prospección llevadas a cabo en el yacimiento. Los materiales indican que se trata muy probablemente de los restos de uno de los barcos que formaban parte de la flota del Adelantado de Castilla, Martín de Padilla, que en 1596 se dirigía a Irlanda transportando un ejército expedicionario. La Armada había sido organizada por el propio Martín de Padilla siguiendo las órdenes de Felipe II, con el fin de ejecutar un ataque en represalia por el asedio y toma de Cádiz por parte de una escuadra anglo-holandesa ese mismo año. El ejército expedicionario debía de desembarcar en Cork, Irlanda, con el fin de apoyar al conde de Tyrone en su insurrección contra la tropas de la reina Isabel I de Inglaterra (Kamen, 1997: 308). Una flota compuesta por 81 grandes barcos junto a otras embarcaciones menores partió en octubre de 1596 desde Lisboa. La flota estaba compuesta por galeones españoles y de Ragusa, urcas del mar del Norte, naos cantábricas, galizabras y otros tipos de barcos. Sin embargo, la proximidad del invierno no auguraba una navegación segura. El 28 de octubre, después de un par de días de navegación, la flota fue sorprendida por una tormenta hundiéndose alrededor de 25 barcos entre Corcubión y Finisterre. En los naufragios perecieron más de 2.000 hombres, mientras los barcos supervivientes se dispersaron por diversos puertos del Cantábrico (Fernández Duro, 1972: 130). Los restos de uno de estos barcos se localizan en Punta Restelos.
Los materiales del pecio de Punta Restelos Entre los materiales documentados durante las prospecciones arqueológicas desarrolladas en el pecio de Punta Restelos destacan dos ruedas de un tren de artillería terrestre, un
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El equipo de arqueólogos y restauradores de Archeonauta S. L. está compuesto por Miguel San Claudio, Raúl González y Victoria Folgueira.
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Filipe Castro (Professor) y José Luis Casabán (PhD Candidate).
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cañón de hierro fundido, un botafuego de bronce, un cañón pedrero de bronce, jeringuillas médicas de latón, lingotes de plomo naviformes, platos de peltre, un almirez de bronce, una estructura de madera y tablas del casco, así como otros materiales diversos. Estos materiales, una vez documentados planimétricamente mediante fotogrametría y técnicas de dibujo tradicional, fueron recuperados, conservados y depositados en el Museo do Mar de Vigo. Ruedas de tren de artillería terrestre
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Durante los trabajos de prospección del año 2007 se localizaron, documentaron y recuperaron los restos de dos ruedas pertenecientes a un tren de artillería terrestre. La rueda R01 se encontraba prácticamente completa mientras la rueda R02 solo conservaba la parte exterior de la llanta de madera. Ambas ruedas presentaban un diámetro aproximado de 1,60 m. La rueda R01 se conservaba completa con sus 12 radios de madera todavía conectados desde el eje a la llanta y era posible observar las concreciones producidas por las planchas metálicas que reforzaban la llanta de madera (fig. 2). Estas ruedas son prácticamente idénticas a la que se documentaron durante la excavación de los restos de la nave veneciana La Trinidad Valencera, unos de los buques del Escuadrón de Levante de la Gran Armada de 1588. Durante la excavación de dicho pecio, Colin Martin documentó los restos de tres cureñas de cañones de asedio (Martin, 1988: 88) que incluían cinco ruedas de 12 radios con un diámetro de 1,5 m (Martin, 1988: 65). Estos trenes de artillería terrestre iban a ser utilizados por el ejército expedicionario tras su desembarco en Inglaterra. La presencia de ruedas del mismo tipo en el pecio de Punta Restelos indica que este buque transportaba el mismo tipo de trenes de artillería con la misma finalidad que en caso de los barcos de la Gran Armada. Este tipo de rueda aparece documentado en un dibujo de una cureña de cañón de asedio conservado en el Archivo General de Simancas datado en 1594.
Figura 2. Rueda R01.
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Cañones En el yacimiento de Punta Restelos también se han documentado dos cañones de hierro fundido, un pedrero de bronce y un botafuego del mismo material. Además, la forma de una concreción metálica de gran tamaño documentada mediante fotogrametría durante la prospección arqueológica del año 2012 parece indicar la presencia de otro cañón de hierro en yacimiento. Uno de los cañones de fierro fundido sería probablemente de manufactura inglesa con una datación de finales del siglo XVI (G. Ridella, com. pers.). En Inglaterra se fabricaban los mejores cañones de hierro durante el siglo XVI aunque estos no podían competir con la calidad de las piezas de bronce, mucho más costosas económicamente (Cipolla, 1985: 42). Por otra parte, también se ha podido documentar en el yacimiento un cañón pedrero de bronce similar al cañón siciliano encontrado durante la excavación del pecio La Juliana, otro de los buques italianos que formaban parte de la Armada de 1588 (Martin/Parker, 1988: 218). Los pedreros eran cañones de corto alcance que se disparaban contra los barcos enemigos poco antes del abordaje. Estos cañones se cargaban con balas de piedra o tarros de metralla que barrían las cubiertas enemigas antes del abordaje. Finalmente, durante la campaña de 2007 también fue posible documentar, recuperar y conservar un botafuego de bronce utilizado para disparar los cañones antes de la invención de la llave de artillería en el siglo XVIII. El botafuego de metal se colocaba en el extremo de una vara de madera con una mecha encendida enroscada en el mismo. La mecha se aplicaba sobre el oído del cañón encendiendo la pólvora fina que servía para detonar la carga y disparar el proyectil. Sin embargo, se trataba de un sistema poco fiable ya que la mecha podía apagarse y el método de disparo dificultaba la precisión del tiro debido al intervalo que se producía mientras se apuntaba el cañón y el momento del disparo al aplicar el botafuego. Jeringuillas médicas Las prospecciones arqueológicas también han permitido documentar, extraer y conservar tres ejemplares de dos tipos jeringuillas médicas de latón utilizadas a bordo de los barcos de la Armada de 1596 (fig. 3). Las dos jeringuillas de mayor tamaño se utilizaban para la aplicación de enemas con el fin de tratar el estreñimiento o diarreas que solían producir la dieta a bordo de los buques. En el caso de la jeringuilla más pequeña, esta se utilizaba para la irrigación de heridas o el tratamiento de enfermedades venéreas. Las jeringuillas eran una parte muy importante del equipo médico del barbero o cirujano del buque e incluso aparecen en la lista de equipamiento médico que transportaban las urcas de la Gran Armada de 1588 (Gracia Rivas, 1988: 170-172). Jeringuillas similares se han encontrado en otros pecios como el pecio de Oranjemund (ca. 1530) (Chirikure et alii, 2010: 48), Mary Rose (1545) (Gardiner/Allen, 2005: 205) o el Sea Venture (1609) (Wingood, 1982: 158). Sin embargo, no se ha documentado ninguna jeringuilla en los pecios de la Gran Armada de 1588 (Martin, 1972; Martin/Parker, 1988). El estudio de las jeringuillas puede proporcionar importantes datos acerca de la sanidad a bordo de los barcos españoles de finales del siglo XVI.
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Figura 3. Jeringuillas médicas.
Almirez de bronce
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Un pequeño almirez de bronce se documentó y recuperó para su conservación en la primera campaña de prospección en el pecio de Punta Restelos. Este tipo de morteros también aparecen en los listados de materiales médicos de la Gran Armada de 1588 (Gracia Rivas, 1988: 170-172). Ejemplos similares también se han documentado en otros pecios como el Mary Rose (Gardiner/Allen, 2005: 433) y el pecio Emanuel Point 2 (ca. 1559) (Smith/Burns, 1998: 100). En el caso del almirez de Punta Restelos, este ha sido asociado al equipo del barbero/cirujano del barco en base a los paralelos arqueológicos y las fuentes escritas mencionados anteriormente. Estos morteros de metal, pequeños y portátiles, se utilizaban para preparar medicinas. El almirez de Punta Restelos presenta además dos asas laterales rectangulares. Platos de peltre Entre los artefactos recuperados en el pecio de Punta Restelos, destacan dos platos de peltre documentados en la campaña de 2011. Los platos fueron extraídos una vez posicionados y fotografiados debido al alto riesgo de expolio. El peltre es una aleación de cinc, plomo y estaño que se usaba en el siglo XVI para fabricar platos, jarras, copas y otros objetos como jeringuillas. Los platos de peltre a bordo de los barcos se asocian normalmente con los oficiales del mismo, ya que los objetos de peltre eran prácticamente de uso exclusivo por parte de las clases altas (Gardiner/Allen, 2005: 201). Los marineros de la tripulación solían usar platos y vasos de madera. Durante la excavación del pecio Santa María de la Rosa, otro de los buques de la Gran Armada de 1588, y la nau de Indias Pepper Wreck, naufragado en la boca del río Tajo en 1606, también se documentaros varios platos de peltre (Castro, 2005: 92). En ambos casos, los platos presentaban marcas de propiedad en el labio con las iniciales de los propietarios. En el caso de uno Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
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de los platos encontrados en el pecio de Santa María de la Rosa, las iniciales correspondían al Capitan Matute, un oficial de las tropas de infantería que iban a bordo de dicho barco (Martin, 1975: 114-115). Diferentes juegos de platos y fuentes con marcas de propiedad también han aparecido también durante la excavación del Mary Rose. Uno de los juegos era probablemente propiedad del cirujano del barco mientras que otro de los juegos estaba probablemente reservado a los oficiales. En ambos casos, los platos y fuentes mostraban marcas de propiedad en forma de sellos. Platos, jarras y tazas de peltre también se han documentado en el pecio de Oranjemund (Chirikure et alii, 2010: 48). Los platos de peltre del pecio de Punta Restelos no muestran ninguna marca de propiedad o sello aunque debería ser propiedad de los oficiales del buque o personas de alto rango a bordo del mismo en base a los paralelos arqueológicos. Lingotes de plomo naviformes Siete lingotes de plomo naviformes se documentaron y recuperaron en el pecio de Punta Restelos (fig. 4). Estos lingotes son similares a los aparecidos durante las excavaciones de los pecios Santa María de la Rosa, El Gran Grifón y La Girona, pertenecientes a la Gran Armada de 1588 (Martin, 1972: 66), y que se hundieron en las costas irlandesas a causa de las tormentas durante el viaje de regreso a España. Los lingotes de Punta Restelos tienen un peso total de 440 kg. Estos lingotes los usaban los soldados del ejército expedicionario para fundir la munición de sus mosquetes y arcabuces. La particular forma de los lingotes es consecuencia del método de fundición usado durante su producción. El método consistía en verter el metal fundido en agujeros excavados en el suelo o moldes que les proporcionaban el aspecto naviforme (fig. 4). Dicho método de fundición puede observarse en las láminas del libro de Agricola De Re Metalica (Agricola, 1950: 418, 499).
Figura 4. Lingote de plomo naviforme.
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Todos los lingotes excepto uno de ellos pesan entre 1-1,13 quintales (47-61 kg), mientras que el más pesado tiene un peso de 2,3 quintales (109 kg). Además, cinco de los lingotes presentan diferentes marcas y sellos en sus superficies planas. Las marcas incluyen numerales romanos relacionados con el peso de los lingotes aunque dicha correlación está siendo analizada. Los sellos de los lingotes han sido interpretados como las marcas de propiedad de la familia Welser, una de las familias de banqueros más importantes del siglo XVI en Europa. La marca de los Welser consistía en la letra «W», que también ha podido documentarse en los lingotes de plomo y cobre aparecidos en el pecio de Oranjemund (Chirikure et alii, 2010: 44). Sin embargo, no hay referencias acerca de si los mismos sellos aparecen en los lingotes procedentes de los pecios de la Gran Armada de 1588 (Martin, 1972: 67). Finalmente, se va a proceder al análisis isotópico de los lingotes del pecio de Punta Restelos con el fin de terminar la procedencia del plomo y correlacionar esta información con los datos históricos proporcionados por el estudio del peso de los lingotes, marcas y sellos. Tablas del casco
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Durante las diferentes de campañas de prospección también fue posible localizar y documentar varias de las posibles tablas del casco del pecio de Punta Restelos. Las tablas presentan un grosor de 5 cm. Sin embargo, no se observaron restos de la clavazón metálica. Por otra parte, las diferentes tablas presentaban cabillas de madera o los agujeros donde estas se introducían. El diámetro de las cabillas es de 3,5 cm aunque no se ha identificado ningún patrón de distribución de las mismas. Todas las tablas están muy deterioradas por la acción del mar y los organismos marinos. Estructura de madera Una estructura de madera de gran tamaño fue localizada y documentada mediante fotogrametría durante las prospecciones arqueológicas de la campaña de 2011. Dicha estructura presenta una longitud máxima de 4,25 m, una anchura máxima de 1,25 m y un grosor de 0,28 m (fig. 5). La inspección visual de la pieza también ha permitido identificar dos pernos de metal que unen forma transversal las piezas que la componen. De la misma forma, se han documentado siete cabillas de madera, con un diámetro de 3,5 cm, en la parte superior de la estructura. La estructura ha sido interpretada de forma preliminar como un posible timón si bien se trata de una hipótesis de trabajo que tiene que ser confirmada a partir de un análisis y estudio exhaustivo de la pieza con el fin de determinar la función exacta de la misma, y a qué parte del buque corresponde (fig. 5). Materiales varios Finalmente, durante los trabajos de prospección arqueológica realizados desde el año 2007, también ha sido posible documentar una variedad importante de materiales del pecio de Punta Restelos. Dichos materiales incluyen concreciones metálicas que corresponden a espadas y arcabuces de las tropas que viajaban a bordo del buque. También se ha podido documentar restos de la cabuyería y jarcia del buque que aparecen, sobre todo, en los alrededores de la estructura de madera. Finalmente, también Navegación y comercio en épocas medieval y moderna
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se documentaron numerosos corchetes que formarĂan parte de alguna prenda de vestir perteneciente posiblemente a alguno de los oficiales a bordo del buque.
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Figura 5. Estructuras de madera.
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Conclusiones Una vez analizados los diversos materiales localizados en el pecio de Punta Restelos, es posible datar el pecio a finales del siglo XVI a partir de paralelos arqueológicos con los materiales encontrados en otros pecios del mismo periodo. Dicha datación coincide además con la fecha de los naufragios de la flota de Padilla que tuvieron lugar entre Corcubión y Finisterre durante la noche del 28 de octubre de 1596 según las fuentes escritas. Por ello, nos encontramos ante los restos de un buque de Armada de finales del siglo XVI. El pecio de Punta Restelos representa además una oportunidad única para avanzar en el conocimiento científico de los buques que componían las Armadas de la corona española a finales del siglo XVI. La información proporcionada por el estudio arqueológico de este pecio, junto a la de los otros pecios localizados en la zona, pueden ayudarnos a entender mejor las técnicas de construcción naval, equipamiento y vida a bordo de estos buques. De la misma forma, estos datos arqueológicos servirán de complemento a los resultados de las excavaciones de los pecios de la Gran Armada de 1588. De ese modo, será posible adquirir un conocimiento más objetivo de los buques de este periodo y superar, de una vez por todas, algunas de las interpretaciones de tinte nacionalista que todavía prevalecen en publicaciones, especialmente en el ámbito anglosajón, acerca los buques del siglo XVI.
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