David Francisco Camargo Hernández
La extracción de arena crece cada día más en el mundo, y se constituye en un problema de índole ambiental que puede llevar a la extinción de muchos hábitats del planeta. No se trata solamente de instaurar políticas restrictivas para impedir la explotación irracional de arena, que muchas veces es ilegal, sino de acabar con las mafias que se lucran con ella. El aprovechamiento de la arena se lleva a cabo en todo el mundo, tratándose de la materia prima más consumida después del agua. Los recursos de arena procedente de los ríos y los lagos no son suficientes para satisfacer la demanda, por lo que los ecosistemas están en peligro. La arena del desierto y del mar no son idóneas para elaborar hormigón, fundamental para la construcción y el uso en industrias tecnológicas, porque la primera por sus granos redondeados como consecuencia del accionar del viento no se mezcla bien y la segunda porque contiene demasiado sodio que corroe el metal. La tarea que tienen que realizar los Estados es, su uso racional preservando las reservas y efectuando un abastecimiento más sostenible, desestimulando el consumo y la demanda, y optando por sustitutos apoyados en la investigación científica. Las mafias de la arena están progresando por la falta de controles y regulación de los gobiernos, haciendo que activistas que luchan contra esa actividad depredadora, sean amenazados y muchas veces asesinados. La arena es un componente imprescindible para la construcción y fabricación de aparatos electrónicos, o de vidrio, lo que ha incrementado su consumo. El rápido crecimiento y desarrollo de las ciudades la han convertido en un bien escaso y, alrededor de su comercialización, ha germinado un negocio multimillonario. El hurto de arena es un atentado contra el medio ambiente y los ecosistemas, y es motivado por muchas naciones que la importan de forma legal e ilegal pagando elevados precios por ella. A nivel internacional se consume el doble de arena de la que los ríos y playas pueden albergar haciendo que se cree un mercado negro entorno a ella, incrementándose los saqueos. Algunos ríos en diferentes lugares han visto cómo desaparece la arena poniendo en grave peligro los cultivos y la subsistencia de la vida humana. La carencia de estadísticas globales sobre la extracción de arena dificulta conocer con precisión el impacto medioambiental, permitiendo que proliferen grupos de individuos que sacan arena de lugares donde no está permitido. En la medida que se acaba la extracción fácil de arena, se da inicio a un proceso de excavación que destruye grandes territorios, reservas naturales y, la extinción de una gran cantidad de especies animales, vegetales y minerales. Aunque la arena del desierto puede ser tratada térmicamente para producir material de construcción, requiere un elevado consumo energético, por lo que se descarta su utilización. El presente código busca despertar consciencia social, para que se proteja y preserve ese recurso natural que es limitado, y no ilimitado como anteriormente se creía.
CÓDIGO MORAL APLICABLE A LA DEPREDACIÓN DE LA ARENA EN EL MUNDO
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano. Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 20012005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista internacional basando los temas en sus propios libros. Propende por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido con los problemas de la cotidianidad».