A lo largo de la historia se ha considerado que todo deseo sexual es lujurioso, independientemente de que sea o no incontrolable, esté o no dentro de los márgenes de la adicción o la obsesión. La lujuria afecta la vida de quien la padece y el entorno que lo rodea.
COMBATIR LA LUJURIA
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano. Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 20012005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista internacional basando los temas en sus propios libros. Propende por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido con los problemas de la cotidianidad».
Es un flagelo público y por lo tanto hay que buscar los medios para controlarlo y prevenirlo porque destruye las relaciones afectivas, e incluso puede conducir a una prisión o a la muerte.
Se pierde la autoestima, y lo que inicia con una simple mirada puede convertirse en infidelidad, acabando con los hogares y dejando consecuencias funestas, eso hace que seamos más vulnerables a otras tentaciones o vicios. El lujurioso no tiene sentimientos auténticos de amor sino de deseo, y pasión desenfrenada, haciéndolo esclavo de la carne, con esa práctica egoísta que destruyen su vida interior. En el libro se presentan algunas tipologías y una encuesta de hogares llegando a conclusiones interesantes.
DAVID FRANCISCO CAMARGO HERNÁNDEZ
La lujuria sexual induce a los individuos a consumirse en el sexo desordenado e indiscriminado con cualquier persona, en cualquier momento y no interesan los riesgos que se corran.