El libro lo escribí con el propósito de señalar cómo la mente humana es capaz realizar grandes prodigios, y la aspiración es que los médicos aprendan técnicas para realizar cirugías de órganos humanos, que la misma ciencia considera irracionales y que no darán resultados positivos. En la medida que los galenos aprendan sobre la sugestión positiva, estarán en condiciones de ser más efectivos en la obtención de resultados. No se pierde nada con intentarlo y por el contrario se gana mucho al tener la posibilidad de salvar vidas.
No se trata de volverlos curanderos o chamanes pero, si es importante que se abran a un abanico de posibilidades, con el propósito de tener un acercamiento a los pacientes terminales con una medicina más humana. El ser humano tiene poderes curativos alojados en su mente, la claves es saber utilizarlos adecuadamente.
Cuando por circunstancias de la vida alguien de la familia se enferma de algo grave y que clínicamente ha sido desahuciado, se acaba la tranquilidad,