parque san antonio

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PROYECTO DE AULA ESPACIOS PÚBLICOS PARQUE SAN ANTONIO

SANTIAGO MEJÍA RIVERA DAVID MUNERA SILVA

NATALIA ROCIÓ GRISALES RAMÍREZ DOCENTE ESPACIOS PÚBLICOS

UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN FACULTAD DE COMUNICACIONES COMUNICACIÓN GRÁFICA PUBLICITARIA MEDELLÍN 2014


FORMULACIÓN DE PROBLEMA ¿De qué manera los elementos gráficos y publicitarios que se presentan en el Parque San Antonio reflejan la apropiación de la comunidad afrodescendiente en Medellín?

JUSTIFICACIÓN El Parque San Antonio es un lugar de gran importancia dentro del espacio público del centro de Medellín y es un referente obligatorio para los afrodescendientes de la ciudad. La apropiación del parque por parte de dicha comunidad ha hecho que se reestructure el tejido social del sector debido a la confluencia de la cultura del pacífico colombiano con la cultura de Medellín. Este fenómeno es apreciable en las expresiones gráficas y publicitarias que tienen algunos de los negocios que rodean el parque, su estética y formas gráficas brindan información sobre los imaginarios y las costumbres de sus visitantes. Esta investigación se centra en el análisis de estas expresiones producidas por la cultura afrodecendiente en el Parque San Antonio, cultura que paulatinamente se ha impuesto en este sector de la ciudad.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL: Analizar el papel que cumplen las piezas gráficas y publicitarias que se emplazan dentro del Parque San Antonio en la configuración de la memoria cultural urbana de sus habitantes.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS: • Investigar qué acontecimientos históricos fueron clave para la configuración del Parque San Antonio como lugar de encuentro de la cultura afrodescendiente. • Reconstruir el imaginario histórico del Parque San Antonio en base a relatos y declaraciones de los habitantes que se apropian de su espacio.


CARTOGRAFÍAS DEL ESPACIO PÚBLICO CARTOGRAFÍAS INSTITUCIONALES: Ubicación del parque en la ciudad de Medellín: •

1847:


1908:

1968:


CartografĂ­as del Parque San Antonio:


Distribuci贸n de los lotes antes de la construcci贸n del parque:


Proyectos de dise単o propuestos:


CARTOGRAFÍA GRÁFICO-PUBLICITARIA:



CARTOGRAFÍAS DE LA MEMORIA:


Padre de la Iglesia San Antonio: “Aquí había unas casas de prostitución al frente de la iglesia, donde hoy es la Alianza Francesa, yo no sé la época exacta de eso pero sí sé que a los padres aquí les tocó vivir momentos muy duros y muy difíciles con este vecindario, después tumbaron todas esas casas y esto aquí donde hay muchos árboles se convirtió en un cementerio de carros, y ya vino la remodelación de este parque que no se en que año fue. Toda esta iglesia era una manzana pero lo que pasa es que a nosotros nos quitó esto el municipio, porque la valorización era muy costosa entonces nos tocó entregarla. Nosotros éramos una iglesia de barrio. El santo de los afrodescendientes se llama San Francisco (San Pacho), y lo que pasa es que aquí se asentaron todos los negros y ya se tomaron el parque como la zona de ellos, la zona rosa de ellos es el parque, usted aquí viene y se encuentra este parque lleno de negros, totalmente. Este espacio esta apropiado por ellos porque viven por aquí cerca, y vienen ya de los otros barrios, igual que la gente de alta de Medellín cogió el Parque Lleras para hacer su zona rosa, ellos tienen su propia zona rosa, el Parque San Antonio y si usted viene un viernes aquí a las 8:00 de la noche usted ve a todos los negros tomando cerveza, todos, y usted va por esta calle Junín, todos esos restaurantes dicen Quibdó dicen Baudó, todo es del Chocó y las pinturas y la pescadería todo lo que hay ahí son de negros, usted si encuentra blancos pero son muy poquitos. Cuando hay partidos, esto es impresionante, los viernes a las 7:00 de la noche esto es llenó de negros, y se sientan y se sirven esos vasos grandes de cervezas tomando ahí. La relación de los afros con la iglesia es muy buena, ellos normalmente vienen mucho a misa y a la mayoría de los negritos los bautizan acá, con sus nombres raros. No son groseros ni se les excluyen, participan de la eucaristía normal, el 4 de octubre que es el día de San Francisco, vienen vestidos con sus vestidos de colores, bailan, traen la estatua de San Francisco, y cantan unos cantos que ellos tienen en su cultura que se llaman alabados que son como unos lamentos, ellos tienen su propia cultura en ese sentido”. Gilma Marín - Líder Artesana : Doce años trabajando como artesana en el Parque San Antonio. “Yo comencé en La Playa donde duramos 35 o 40 años, de ahí para el Pasaje de la Bastilla en el segundo piso. Esto por aquí ha sido un atracadero terrible, no hay que decir más, uno aquí no puede sacar plata por miedo a que lo atraquen. Otro inconveniente que hay aquí es la cultura afro del pacifico. Cómo se les ocurre meter a un grupo que promueve la cultura paisa, que nos debemos de sentir orgullosos de ser paisas, de tener una cultura paisa y que personas ya de la tercera edad como soy yo todavía


trabajamos honestamente para mantener nuestras familias, cómo es que van metiendo un grupo de cultura en medio de cantinas, vengase usted un viernes de 6:00 a 7:00 de la noche y un sábado para que vea cómo es esto, de este módulo para abajo sacan neveras con cerveza, con aguardiente, con ron, y entonces todo el que compra se “arrecuesta” en los puestos, tapan la entrada del publico comprador, los orinan, entonces yo opino esto, a nosotros el estado no nos ha valorado como lo que somos, debería sentirse orgulloso que persona de la tercera edad somos ejemplo de convivencia, paz, cultura, amor, tolerancia, dando ejemplo.. La paz la manejamos cada uno en el interior. No me gusta que las negritudes tengan su espacio aquí en el sentido de que sacan sus neveras y se creen propietarios del parque, para que las vendan al lado de nosotros y nos llenen el espacio de borrachos, nosotros nos merecemos un parque donde sea mera cultura, todo debería ser aparte, las cantinas aparte y no nos digamos mentiras que el borracho es altanero y nos espanta la clientela. Aquí me ha pasado que los vigilantes del Parque Berrío le dicen a los turistas que no suban aquí que por peligroso, lo mismo los vigilantes del metro cuando despiertan a todos los gamines y les dicen que se vengan más arribita, para este parque, no nos tienen un baño decentes sabiendo que somos unas personas pobres pero decentes y aseadas, y tenemos que habitar letrinas de habitantes de calle”. Danilo - Barbero: Cinco meses trabajando como barbero en el Parque San Antonio. “Lo que yo he visto en esta zona es que está muy dominada por la delincuencia, muchos robos se ven a cada rato por aquí, yo no me siento seguro. Pero no he denunciado nunca a las autoridades. Solo utilizo únicamente el parque para trabajar, me gustaría que no se tomara el parque para tomarlo de “rumbeadero” los fines de semana. Prefiero viajar a mi tierra Istmina para visitar la familia y amigos”.


ESTADO DEL ARTE La historia de la ciudad es la de su espacio público. Las relaciones entre los habitantes y entre el poder y la ciudadanía se materializan, se expresan en la conformación de las calles, las plazas, los parques, los lugares de encuentro ciudadano, en los monumentos. La ciudad entendida como sistema, de redes o de conjunto de elementos - tanto si son calles y plazas como si son infraestructuras de comunicación (estaciones de trenes y autobuses), áreas comerciales, equipamientos culturales es decir espacios de uso colectivos debido a la apropiación progresiva de la gente – que permiten el paseo y el encuentro, que ordenan cada zona de la ciudad y le dan sentido, que son el ámbito físico de la expresión colectiva y de la diversidad social y cultural. Es decir que el espacio público es a un tiempo el espacio principal del urbanismo, de la cultura urbana y de la ciudadanía. Es un espacio físico, simbólico y político”. El Parque San Antonio del centro de Medellín es un espacio que permite la expresión de sus habitantes. Al ser un lugar céntrico posibilitó a los afrodescendientes la creación es su propia estructura de redes articuladas dentro de otra gran estructura como lo es Medellín. En el parque confluyen medios de transporte, restaurantes, peluquerías, bares y otras zonas de entretenimiento que permitieron a la larga la territorialización colectiva por parte de la gente y garantiza la libre expresión cultural. “En una ciudad, en efecto, vemos estructuras, articulaciones, instituciones, familias, iglesias, monumentos, centros, estaciones, palacios, mercados. En cambio, ninguna de esas cosas corresponde propiamente a lo urbano, como lo demuestra el hecho de que todo ello haya estado antes en otros sitios. Al mismo tiempo, y en sentido contrario, la ciudad siempre está en la ciudad, mientras que lo urbano trasciende sus fronteras físicas, se ha generalizado y lo encuentra uno por doquier. De lo urbano cabría decir más bien que su ser otra cosa consiste en reconocerse como una labor, un trabajo de lo social sobre sí, como la sociedad urbana “manos a la obra”, haciéndose y luego deshaciéndose una y otra vez, hilvanándose con materiales que son instantes, momentos, circunstancias (...) Podría decirse, en otras palabras, que lo urbano está constituido por todo lo que se opone a no importa qué estructura solidificada, puesto que es fluctuante, aleatorio, fortuito, escenario de metamorfosis constantes, es decir por todo lo que hace posible la vida social, pero antes de que haya cerrado del todo tal tarea, justo cuando está ejecutándola, como si hubiéramos sorprendido a la materia prima de lo social en estado todavía crudo y desorganizado, en un proceso, que nunca nos sería dado ver concluido, de cristalización”. Este sector que en los años 90 fue renovado por la administración municipal y se concibió en su estructura inicial como lugar de encuentro para toda la ciudadanía del centro de Medellín, nunca se pensó que sería apropiado por las negritudes de otras regiones del departamento y del país. Actualmente aunque el parque sigue cumpliendo con la estructura para la que fue diseñado, guarda unas especificaciones particulares otorgadas por el grupo social que lo habita. Sus imaginarios se volcaron a otras latitudes. De esta manera se identifica al espacio


urbano como portador de historia “formando parte de la identidad de cada uno de sus pobladores. Entendemos a ese espacio público como el lugar en donde generar la pregunta y la interrogación desde lo cotidiano, un espacio que es de todos, y con el objetivo, para nada inconsciente, de construir colectivamente valores. Concebimos lo público como ese espacio al que todos tenemos acceso, por el que todos podemos transitar, del que todos podemos “apropiarnos” al menos por un rato del espacio urbano. Sostenemos entonces que las intervenciones en el espacio público dan lugar a hablar de la materialización de la memoria, entendiendo por tal representaciones arquitectónicas y artísticas de historias compartidas en espacios públicos, sometidas a la mirada social y con el objetivo del uso público y la convivencia de los transeúntes con la dicha representación. Son espacios físicos que se transforman en lugares de la memoria”. Es importante resaltar que el Parque San Antonio en su pasado, en su forma actual y con sus futuras intervenciones han creado en la mente de sus transeúntes huellas imborrables que les permiten crear un imaginario propio del parque a partir de la forma como se apropiaron los demás ciudadanos del espacio y las prácticas que en se realizan en un tiempo determinado. Concretamente, el parque ha mutado de varias formas, para los más longevos era un sector de clase alta; para las generaciones de los 60, 70 y 80 era un terreno abrupto con problemas sociales y mala estructuración; y en la actualidad se ha ido consolidando como punto de encuentro para distintas negritudes de varias regiones costeras de Colombia, tanto del pacífico como del caribe. Pero se debe reconocer que el parque no siempre fue punto central de los afrodescendientes, lo que hoy se conoce como el Parque San Antonio ha tenido una historia afín con el crecimiento de la ciudad de Medellín, en un principio eran ejidos del gobierno municipal que se encontraban deshabitados y contenían grandes extensiones de humedales y barrancos. El gobierno dictaminó que la ciudad debía extenderse hasta dichos territorios, por lo cual se erigió un modesto templo católico (que más tarde sería la Iglesia de San Antonio) para marcar hasta donde debería ser la expansión. En los primeros años de crecimiento en la Villa, este sector era una zona netamente residencial con un comercio básico y sin zonas industriales. Sus pobladores eran familias de buena reputación que formaron un barrio en uno de los lugares más tranquilo del centro de la ciudad. En 1902 la comunidad pudo inaugurar la Iglesia de San Antonio (con la misma estructura que todavía se mantiene en pie). “El centro histórico de Medellín y el barrio San Antonio se conservaron más o menos intactos y con cierta coherencia urbana, paisajística y social hasta los años cincuenta, cuando Paul Lester Wiener y José Luis Sert presentaron su Plan Piloto para la ciudad en 1954. La tradición de esta villa había sido mirar los modelos de ciudades europeas, con centros históricos protegidos y desarrollos industriales en los suburbios para defender la habitabilidad de los espacios de memoria. El nuevo Plan Piloto, sin embargo, parecía más inspirado en el modelo norteamericano. Su apuesta apuntaba a la concentración de usos del suelo y a la expansión territorial, a partir de la construcción de avenidas de tránsito rápido para el transporte público y el creciente transporte privado, entre los sitios de habitación en los barrios periféricos y los lugares de trabajo, comercio, servicios bancarios y oficinas estatales del Centro”. Lester y


Sert propusieron articular el centro de la ciudad única y exclusivamente para el comercio y las instituciones. La inseguridad y el abandono que vendría con la materialización del plan no estaban en la mente de los urbanistas, pues seguían la consigna medieval de que después de las 9:00 de la noche no debería quedar nadie por las calles. Como se mencionó anteriormente, el sector ha tenido constantes cambios urbanísticos, al estar en una zona céntrica de gran importancia para Medellín, es por ello que siempre ha estado presente en los Planes de Ordenamiento Territorial. “La construcción de la Oriental, concebida desde el Plan Piloto e iniciada en 1973, le dio el golpe de gracia al sector. A todo lo largo y ancho de la avenida se dieron transformaciones que dejaron prosperidad para algunos y escombros para otros. Ese rompimiento de la estructura urbana y los tejidos sociales tuvo gran repercusión en la seguridad y habitabilidad del Centro, proceso que se repetiría años después con la desaparición de la Plaza de Cisneros debido a las sucesivas ampliaciones de la calle San Juan y a las proyecciones del plan de 1954. La intención de los planificadores con la Avenida Oriental era promover el desarrollo urbanístico de los sectores de San Antonio y Estación Villa, “que han permanecido hasta ahora en un lamentable estado de atraso, y valorizará comercialmente todas las propiedades ubicadas dentro de su zona de influencia, en mayor o menor proporción según su proximidad al lugar de ejecución del plan”, como lo señala un folleto publicado en 1974 que daba cuenta de la importancia de la obra”. Esta reconocida avenida ha sido un eje vial de gran importancia para la ciudad. En el tiempo de su planeación prometía progreso y desarrollo urbanístico en los sectores donde estaba trazada pero en el momento de su ejecución el área donde se emplaza hoy en día el Parque San Antonio comenzó una degradación general, atrayendo habitantes de la calle, ventas de drogas y prostitución. Fue la construcción de esta vía el principal causante de que el parque fuera abandonado y sirviera por muchos años como cementerio de autos. La construcción de la Avenida Oriental fue el desencadenamiento de 30 años de discusión entre arquitectos y urbanistas con el gobierno municipal, al ser muestra del nulo aprovechamiento que la administración le daba al espacio público. “En el Acuerdo número 5 de 1989 volvió a hablarse de renovación, pero esta vez le asignaron el uso de parque, y entre acuerdos, autorizaciones y compras pasaron varios años. En 1992 el municipio terminó de comprar los terrenos y se inició el tire y afloje para definir qué figura jurídica se debía utilizar para sacar los pliegos a licitación, pues tampoco había plata. Se resolvió entonces abrir una licitación donde se entregaban los terrenos y se pagaba cierta cantidad de dinero. Según declaró Gabriel Arango, el diseñador de la obra, en una entrevista concedida en 1996, las únicas exigencias eran “diseñar un parque, utilizar el subsuelo con unos parqueaderos, algunos locales comerciales, que se conservara Amador como vía vehicular y que se conservara la iglesia y el convento. A partir de ahí, todo era libre”. De hecho, el diseño que ganó fue el que ofreció la mayor posibilidad comercial y la menor complicación en el mantenimiento, lo que incluía no hacer otro Parque Bolívar y mucho menos una especie de Central Park, porque en estos andurriales las zonas verdes y los árboles son sinónimos de inseguridad y guarida de malhechores”. De la misma manera la elección del diseño actual fue


motivo de críticas porque era poco atractivo y no satisfacía las necesidades de la época pues, según planeación municipal, el espacio ocupado hoy por el parque y el Éxito habría permitido construir 1.250 viviendas en altura para una población de 6.500 personas; 30.000 metros cuadrados de comercio; 40.000 de oficinas; 18.000 de parqueadero cubierto; y 15.000 de áreas complementarias para diversión, asistencia, seguridad, guarderías infantiles, entre otros. Actualmente la opinión pública que se tiene del parque no es muy acogedora y difiere mucho de la intención inicial de sus creadores, esta es la percepción que tienen los transeúntes sobre el parque según una entrevista realizada: “1. Obras de Botero; 2. Esculturas; 3. Una bomba. Muchas cosas voluminosas. Amplio; 4. El nuevo parque; 5. Desechables; 6. Indigentes; 7. Mole cemento. Peligro; 8. Delincuencia. El espacio público y su incidencia en él; 9. Bailadero de negros el fin de semana; 10. Diversión; 11. Negritos; 12. Sol; 13. Punto de encuentro; 14. Mucha gente; 15. Gente; 16. No gente; 17. El centro; 18. El Éxito; 19. Carretera mala; 20. No conoce”. La realidad del parque está ligada en un crisol de imaginarios, algunas personas le dan mayor importancia a las obras de Botero, otra cantidad importante puntualiza en la mala condición social y la inseguridad (indigentes, desechables, peligro), pero es apreciable la gran cantidad de referencias que se le da a la apropiación de la raza negra. Fue con la creación definitiva de este parque que las negritudes encontraron un lugar de encuentro para echar raíces y expandir la cultura. “Los negros del Parque San Antonio llegan de varios lugares, pero la mayoría provienen de una esfera geográfica cercana: la subregión de Urabá y el departamento del Chocó. Muchos negros de Apartadó y de Turbo, al igual que de Condoto e Itsmina, migran a Medellín, los más en búsqueda de trabajo, un porcentaje menor tras la quimera de la educación. También acuden allí negros nacidos y criados en Medellín, en barrios populares como Minuto de Dios, El Limonar, La Iguaná, donde los asentamientos de población negra han tenido raigambre. En Belén hay un barrio donde abunda la gente prieta, con un nombre aromático y musical que es a la vez todo un tratado de sociología: Zafra. Vienen de más cerca, de los costados del Banco de la República y del Parque Berrío, punto de reunión de la negramenta antes de que se construyera el Parque San Antonio. Algunos todavía se congregan allí. Entre estos dos corrales la exclusión abre caminos, vasos comunicantes. Sobre todo los sábados y los domingos se los ve transitar de un punto al otro, siempre en respuesta al instinto tribal donde están implícitos, por ejemplo, códigos tácitos de hermandad, autoprotección, defensa, combatividad, rebeldía”. Con dicha apropiación los negros integran sus costumbres e imprimen su memoria e idiosincrasia en el lugar. “Un lugar de la memoria tiende a sacralizar los vínculos que una persona o grupo tienen con un espacio específico, el cual es apreciado más allá de su valor de uso, pues concentra sentidos vinculados a la emotividad, a la historia o a ciertos elementos que se consideran propios y fundamentales para la representación de valores y visiones que se tienen de la realidad. Hay ahí una referencia tanto al pasado, como al futuro, una evaluación de lo que se ha sido y de lo que se desea proyectar”. La relación de la memoria con el espacio es lo que se denomina como la territorialidad, definida como “el conjunto de relaciones tejidas por el individuo en tanto que miembro de una


sociedad, con su entorno. Algunos autores como Malmberg (1984) consideran importante tener en cuenta que la territorialidad no sólo habla del vínculo de los grupos sociales con su entorno, sino que además expresa que este vínculo también incluye un componente de tipo emocional entre los individuos y su espacio.” En el Parque San Antonio es apreciable el vínculo que ha forjado la comunidad afrodescendiente con este espacio, en el que han entretejido una estructura que satisface todas sus necesidades llevando consigo elementos típicos y una estética gráfica propia de sus regiones ocasionando que el espacio sea valorado con un sentimiento afectivo y permita la territorialidad de este grupo social, es decir, abren negocios que suplen sus necesidades básicas y los adornan con los coloridos y los estilos propios del caribe para reforzar su identidad. De la misma manera el parque no es ajeno a todas las manifestaciones culinarias típicas de los afrocolombianos, los diferentes restaurantes que se encuentran emplazados allí son fiel reflejo de las costumbres y prácticas que provienen del pacífico y se han trasladado allí, los avisos, los nombres de los restaurantes y platos ofrecidos, gracias a los restaurantes de San Antonio sus habitantes tienen una conexión con sus tradiciones. Es importante resaltar que la publicidad de la mayoría de negocios del parque tienen una temática popular y ha sido recreada de manera informal, es necesario aclarar que con el transcurso del tiempo, los bares del parque han cambiado su imagen propia por las de un mismo patrocinador sea de Cerveza Águila o Cerveza Pilsen. Por el contrario los restaurantes, en su mayoría, mantienen sus diseños propios, sus nombres e imágenes por lo general hacen referencia a lugares o situaciones propias de la cultura del pacífico, pero sobre todo lo anterior, siempre lo popular triunfa sobre todo lo demás, pues “la publicidad informal pertenece a los dominios del arte gráfico popular. Con este nombre se pueden agrupar todas las manifestaciones gráficas hechas por cualquier ciudadano o un grupo de ellos, guiados por las más disímiles y controversiales sensibilidades estéticas nacidas de la cultura popular y de las necesidades aleatorias de la cotidianidad. La publicidad informal puede entenderse con los mismos principios y también se puede decir que, a grandes rasgos, reúne imágenes, objetos y situaciones para promocionar y acompañar, comercial y estéticamente, un lugar, un evento o una fecha (...) la publicidad informal también promociona y muestra la influencia visual que ejercen fechas importantes como la navidad, la semana santa o el día del trabajo. Es así como el arte gráfico popular y la publicidad informal están íntima y directamente relacionados y son un ejemplo claro de las expresiones gráficas urbanas contemporáneas”. Los negocios emplazados en el Parque San Antonio, principalmente los restaurantes de dueños negros, tienden a utilizar colores vivos altamente llamativos que atraen la atención de los transeúntes y del mismo modo recuerda a los afrodescendientes su tradicional arte colorido. Dentro del Parque San Antonio es común el empleo de frases célebres, bromas y demás ejemplos curiosos en algunos de los nombres de los negocios, adornos con imágenes que evocan lugares o fiestas tradicionales. Para teóricos de la publicidad podrían ser casos atípicos pero de igual forma fueron pensados y funcionan para su público objetivo. “Las imágenes le dan un sentido gráfico al espacio público. Como ya se dijo, la publicidad más despampanante


de las grandes marcas bancarias, de ropa o licores, acapara mucho de la escena, pero no lo suficiente para dejar sin espacio a la publicidad informal que se ha venido describiendo. En espacios de mirada más reducidos, y más numerosos, está la creatividad popular, lo cual habla mucho sobre las maneras en que nos apropiamos y marcamos la ciudad. Se trata, en conclusión, de expresiones de mucho valor cultural que evidencian nuestro modo de ser ciudadanos”. “En numerosos casos, la gráfica trasciende su sentido funcional para ir más allá e introducir aspectos como son: el humor y la ironía, señalando un valor agregado del recurso, insistimos muy enraizado en la cultura popular de la sociedad que lo genera. A nivel estético, la gráfica se nos revela como una fuente inagotable de soluciones tipográficas, y de elementos decorativos: dibujos, logotipos, caricaturas, representación real de objetos. Muchas de esas soluciones son creadas, ya sea a iniciativa del artista que las realiza, ya sea como copia de modelos foráneos adoptados de la cultura globalizada”. Siendo así, el diseño gráfico popular en el espacio urbano crea una alternativa independiente de comunicación. El parque San Antonio al ser un sitio donde convergen varias problemáticas sociales no es ajeno a este fenómeno del diseño popular, los intereses de muchos comerciantes del sector se centra en solo vender y cumplir con sus gastos diarios, muy pocos se interesan en expandir sus negocios debido a que son personas del rebusque, por lo tanto simplemente les importa comunicar los servicios que prestan y el precio de estos. La publicidad es más persuasiva si se apoya en imágenes, por eso todos los dueños de locales comerciales la aplican, aunque en diferente calidad y conceptualización. La publicidad gráfica popular es el tipo de publicidad más abundante en Medellín y el de acceso más genérico, por lo tanto cada persona puede desarrollar su propio anuncio lo que posibilita miles y millones de soluciones publicitarias para todo tipo de negocios. Gracias al uso de este imaginario los afrodescendientes que llegan al Parque San Antonio, encuentran una estructura ya formalizada en la que se encuentra con los “suyos” busca la manera de acoplarse y pertenecer a ese sector y de la misma forma contribuir a enriquecer el imaginario de este para el resto de la ciudad.


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