Lectura 1 la economia (parte 1) numerada ok

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Lectura 1 La economĂ­a a partir del 2001: terrorismo y seguridad nacional (Parte 1) Elaborado por: Lic. Jacob Fernando Bracamontes Espinoza CatedrĂĄtico del IPN ESCA Tepepan


Contenido temático

1.1 Tendencias actuales de la economía mundial 1.1.4 Economía mundial después de 2001


1.1.4 Economía mundial después de 2001

“… en este reino de la democracia se tiene la libertad de estar de acuerdo, pero no la de estar en desacuerdo...” Slavoj Zizek. A partir del lóbrego 11 de septiembre de 2001 se hace claro un cambio en la política internacional. El cambio en la orientación, mecanismos, tónica y estilo en el juego del poder que se despliega desde ese momento es mucho más profundo, sobre todo más agresivo, impulsado y sostenido George W. Bush, que va mucho más allá de ser una simple respuesta al ataque de las torres gemelas de Nueva York, el World Trade Center más importante del mundo.1 En este sentido los análisis, la mayoría de ellos, con respecto a la política estadounidense y sus impactos mundiales ponen en el centro el debate de la hegemonía, en el gozne entre el siglo XX y el siglo XXI. “En algunos casos se argumenta que las invasiones a Afganistán e Irak, así como el carácter belicista de la administración Bush, constituyen una acción desesperada de Estados Unidos ante la pérdida de su posición hegemónica. En otros casos, la invasión, la manera en que ésta se efectuó, y su visible articulación con movimientos de rediseño del control territorial en todo el planeta, son indicativas de la renovada concentración de poder alcanzado por Estados Unidos después de un periodo de ajuste en el que la caída del Muro de Berlín y la ampliación de la economía de mercado, tal como ocurrió, potenciaron su capacidad hegemónica”.2 En este trabajo parte de los siguientes cuestionamientos: históricamente Estados Unidos ha recurrido a una política de ofensiva y defensiva militar que le ha servido para colocarse como una economía-mundo ¿Qué relación guarda la hegemonía y la militarización? ¿Qué implicaciones tiene que, en el actual contexto de colapso mundial, se consideren las tecnologías modernas para la defensa ante la amenaza terrorista? ¿Existe acaso una agudización de la tendencia autoritaria de Estados Unidos? ¿Qué papel juega América Latina? ¿Cuál es la importancia de Colombia en el marco del proyecto estadounidense de Dominio de Espectro Completo en América Latina en el siglo XXI en un contexto de supuesta crisis hegemónica? Giovanni Arrighi, considerado uno de los principales intelectuales en el debate internacional del siglo XX, sostiene que la hegemonía estadounidense se encuentra ya en una fase de declive, tal como sucedió previamente a las hegemonías holandesa y británica.

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Ceceña, Ana Esther, “Estrategias para la construcción de una hegemonía sin límites” en Ana Esther Ceceña (comp.), Hegemonía y emancipaciones en el siglo XXI, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2004, p. 224. 2

Ibíd., p 224.

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Su propuesta se sustenta en gran medida en las dificultades financieras de Estados Unidos y en su incapacidad de mantener claramente el liderazgo del sistema financiero internacional.3 En su obra más importante, El largo siglo XX. Dinero y poder en los orígenes de nuestra época, concluyó que la crisis inicial de la hegemonía norteamericana comenzó en la década de los 70’s, del siglo pasado, y que su crisis terminal está en curso en este arranque de nuevo siglo, con el nuevo ciclo de acumulación capitalista encabezado por uno o varios países asiáticos, China e India principalmente. Para Arrighi, el concepto de hegemonía mundial se refiere a la capacidad de un Estado de liderar, más que dominar, el sistema político y económico mundial formado por los Estados soberanos y sus economías nacionales. Y las crisis de hegemonía que se sucederán a través de la historia, son rupturas y cambios de rumbo en el liderazgo, anunciadas por las expansiones financieras, pero también, por la intensificación de la competencia estatal; por la escalada de los conflictos sociales y coloniales o civilizatorios; y por la emergencia de nuevas configuraciones de poder capaces de desafiar y superar al antiguo Estado hegemónico. Son crisis que no ocurren de repente, ni de una sola vez (…) aparecen separadas en el tiempo, primero en la forma de una crisis inicial, y después de algunas décadas en la forma de una gran crisis terminal, cuando entonces ya existiría el nuevo bloque de poder y capital, capaz de reorganizar el sistema y liderar a su nuevo ciclo productivo. Entre estas dos crisis, es cuando la expansión material da lugar a momentos maravillosos de acumulación de la riqueza financiera, como ocurrió al finalizar el siglo XIX, y ahora nuevamente, en el final del siglo XX. 4 Wallerstein sostiene que Estados Unidos ahora no es más que uno de los poderes importantes en el mundo, pero que está muy lejos de ser el poder hegemónico que fue entre 1945 y 1970. En dicho periodo, el soporte de su poder mundial fue su enorme eficiencia económica, que le permitía organizar al mundo como quería. Después pasó al segundo periodo, comprendido entre 1970 y 2000, fase de un lento declive que los presidentes norteamericanos han tratado de retardar lo más posible. Tres acontecimientos dan cuenta del declive de la hegemonía estadounidense: 1) El colapso de la Unión Soviética, que fue un desastre para Estados Unidos por dos razones. Primero de había sido el fantasma del comunismo que unía a Occidente, y segundo, la Unión Soviética jugaba un rol de freno para sus aliados en sus conflictos con Estados Unidos, bajo la amenaza de una guerra nuclear.

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Ceceña, Ana Esther. “La batalla de Afganistán”, en Ana Esther Ceceña y Emir Sader, La Guerra Infinita: Hegemonía y terror mundial, CLACSO, 2002. 4 Fiori, José Luis, “La muerte del gran economista italiano, Giovanni Arrighi”, en Rebelión, 2009. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88566

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2) El fracaso del neoliberalismo, forma que prometía al Sur global el paraíso, el cual nunca llegó, lo que generó reacciones frente a esta política económica mundial, por ejemplo Chiapas en 1994, aunque ésta no fue la única reacción. 3) Un período especifico que empezó en 2001 y se consolidó con la llegada de George W. Bush al poder junto a los neoconservadores, periodo que se caracterizó por tratar de imponer un poder incontestable sobre la base imponer el miedo, como mecanismo para revertir la fragilidad política y moral asumida por los anteriores líderes de Estados Unidos. Por lo tanto, y en primer lugar, invadir Irak, que lejos de generar intimidación planetaria, provocó exactamente lo contrario, pues ni los europeos, ni Japón, ni nadie fueron intimidados, inclusive países, como Corea del Norte e Irán, no sólo, no dejaron de crear y utilizar armamento nuclear, sino que además, han acelerado sus programas. El impacto no sólo ha sido político y económico, sino social además, la misma población estadounidense cree que la invasión en Medio Oriente fue un error político, moral y hasta militar. “De modo que George W. Bush transformó un declive lento del poder estadounidense en un declive precipitado y sin retorno posible”.5 Otro factor que da cuenta del declive de la hegemonía estadounidense, según Wallerstein, es la posibilidad de los éxitos electorales de la izquierda en toda América Latina. “Estados Unidos, en el pasado habría falseado los resultados de las elecciones, o habría llevado a cabo una intervención militar de derecha, o algo similar (…) pero ahora ya no tiene ni tiempo, ni puede realizar los esfuerzos políticos o militares que antes, ni dispone del mismo dinero para preocuparse de América Latina como antaño”.6 Noam Chomsky7, por su parte sostiene que Estados Unidos tiene la capacidad y la intención de hacer valer su dominio en todo el mundo, a través de su poderío militar. Con lo que fue el anuncio de la doctrina de Seguridad Nacional, con George W. Bush en la Administración, Estados Unidos anunciaba la intención de dominar el mundo de forma permanente, con la pretensión de eliminar a todo desafío potencial a su dominio utilizando la fuerza de ser necesario. Una doctrina que no es nueva que, desde la segunda Guerra Mundial aún antes, los líderes norteamericanos sabían que la guerra terminaría con Estados Unidos en una posición dominante en el plano internacional, para que se convirtiera en la potencia indiscutida de la posguerra para limitar la soberanía de cualquier Estado que pudiera interferir en su supremacía económica y militar.

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Wallerstein, Immanuel, “Estados Unidos, América Latina y el futuro de los movimientos anti sistémicos”, en Contrahistorias. La otra mirada de Clío, no. 10, marzo-agosto de 2008, p. 37-40. 6 Ibíd., p. 39. 7 Chomsky, Noam, “Los dilemas de la dominación”, en Atilio A. Boron, Nueva hegemonía mundial. Alternativas de cambio y movimientos sociales, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2004.

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Pero la declaración de septiembre de 20028, sostiene Chomsky, es su descaro y su extremismo, advirtiéndole al mundo que tuviera cuidado. Inmediatamente, la declaración fue seguida por una serie de acciones regidas por planes militares muy especializados y medidas para socavar cualquier acuerdo internacional que pudiera impedir la realización de los proyectos anunciados, la invasión de Irak sería una de las denominadas acciones ejemplares cuya finalidad era demostrar que la doctrina de Seguridad Nacional no sólo se trataba del discurso y que era considerada muy seriamente.9 En Latinoamérica Theotonio dos Santos, sostiene que Estados Unidos perderá su hegemonía mundial en los próximos años. De acuerdo a su mirador, según los ciclos de Kondratiév, el capitalismo en el siglo XX tiene un periodo de descenso que empieza en los años 1914-1918, y que va hasta 1945. Después de la segunda Guerra Mundial viene un periodo de ascenso que se conoce como el periodo de oro que llega hasta 1967, y de allí comienza otra vez una ola negativa con una gran caída de crecimiento capitalista. En este sentido afirma que la decadencia de Estados Unidos comienza en 1967, donde la guerra de Vietnam tiene mucho que ver, y con ello la hegemonía norteamericana tiene el ciclo de ascenso más corto en comparación con las hegemonías anteriores. Hoy Estados Unidos tiene una crisis colosal de endeudamiento que concluirá en el 2015, calcula Theotonio dos Santos, crisis que arrastrará a todo el sistema mundial. Según Theotonio dos Santos “vamos a tener una salida a la crisis, pero con tres costos importantes: las tasas de crecimiento ya no van a poder ser tan altas como en períodos anteriores porque todo el financiamiento está ya comprometido con el sector financiero. Segundo, este sector financiero va a seguir siendo muy grande y significativo y quien debe sostenerlo es el Estado, pero este sostenimiento, como se está viendo ahora, será muy dramático. Y tercero, el dólar cae como moneda porque no puede sostenerse (…)

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Al respecto: “Estados Unidos disfruta de una posición de fuerza militar sin paralelo y de gran influencia económica y política (…) En un mundo a salvo de peligros, la gente estará en condiciones de mejorar sus propias vidas. Defenderemos la paz al luchar contra los terroristas y los tiranos (…) Para derrotar esta amenaza debemos utilizar cada herramienta de nuestro arsenal: el poderío militar, la defensa mejorada de nuestro territorio nacional, la aplicación de la ley, la recopilación de inteligencia, y gestiones vigorosas para cortarles el financiamiento a los terroristas. La guerra contra el terrorismo de alcance global es una empresa mundial de duración incierta. Estados Unidos ayudará a aquellos países que necesitan de nuestra ayuda para combatir el terrorismo (…) Lo acaecido el 11 de septiembre de 2001 nos enseñó que estados débiles (…) pueden representar un peligro tan grande para nuestros intereses nacionales como los estados poderosos (…) la pobreza, las instituciones débiles y la corrupción pueden hacer que los estados débiles sean vulnerables a las redes de terroristas y a los carteles narcotraficantes dentro de sus fronteras (…) Las alianzas y las instituciones multilaterales pueden multiplicar la fuerza de las naciones amantes de la libertad. Estados Unidos está comprometido con instituciones perdurables como las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio, la Organización de los Estados Americanos, la OTAN, así como con otras alianzas de larga data. Las coaliciones de naciones dispuestas a participar pueden aumentar estas instituciones permanentes”. George W. Bush en la Declaración de Estratégia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Washington, 17 de septiembre de 2002. Traducción al español: http://merln.ndu.edu/whitepapers/USNSS-Spanish.pdf 9

“Estados Unidos tienen el derecho soberano de usar la fuerza militar. Y, cuando estemos convencidos acerca de algo procederemos en consecuencia, aun cuando nadie nos apoye, como en este caso”. Colin Powell, el moderado de la administración Bush en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, 2002.

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Difícilmente los Estados Unidos van a poder mantenerse como país hegemónico. Los centros hegemónicos van a moverse hacia China, Brasil, Rusia e India. Se prevé seriamente que estos cuatro serán los países más importantes en veinte años”.10 Ornelas por su parte sostiene que Estados Unidos sigue siendo la hegemonía mundial, esto se nota en dos aspectos, el primero que tiene que ver con una renovación económica de Estados Unidos; y segundo, en que las incursiones militares no son como respuesta a un debilitamiento, sino al contrario, son mecanismos de contención para quien atente contra su hegemonía. En primer lugar, la renovación del liderazgo económico mundial de Estados Unidos se constata al ver que el comportamiento de las empresas transnacionales estadounidenses más importantes han alcanzado: 1) La recuperación de las cuotas de mercado en las actividades más dinámicas y rentables (informática, electrónica, telecomunicaciones, industria petrolera, banca comercial). 2) El control mayoritario de las ganancias empresariales. Las incursiones militares son reflejo de la posición líder de las empresas estadounidenses, es decir, que la guerra contra el terrorismo constituye un posicionamiento estratégico, de contención, debilitamiento y ventaja, en contra de China, principal amenaza económica y militar.11 Después del “martes negro”, Estados Unidos ha adoptado un papel de primer orden en la construcción de la hegemonía mundial. “Entramos pues, a una nueva etapa de construcción y disputa por la hegemonía mundial, en la cual sólo el poder concentrado del capital puede diseñar y ejecutar las acciones requeridas para sostener una lucha en los niveles que exige el capitalismo contemporáneo”.12 Borón, por su parte, afirma que la hegemonía y dominación están francamente en las manos de Estados Unidos, ya que es el único garante del sistema capitalista a nivel mundial en términos económico-sociales y militares. Si Estados Unidos cayera desencadenaría un efecto dominó que provocaría el derrumbe de la mayoría de los capitales metropolitanos e inevitablemente la periferia sufriría el peor de los estragos, por eso el centro imperialista cuenta con el imprescindible apoyo de sus socios imperiales, o con sus competidores económicos e inclusive con la gran mayoría de los países del Tercer Mundo, quienes acumulan sus reservas en moneda estadounidense.

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Dos Santos, Theotonio, “Estados Unidos perderá su hegemonía mundial en los próximos años”, en La República (entrevista a Theotonio dos Santos), Lima, Perú, 4 de noviembre de 2008. http://www.urbanoperu.com/node/437 11 Ornelas, Raúl, “Las empresas transnacionales y el liderazgo económico mundial. Balance y perspectivas”, en Ana Esther Ceceña y Emir Sader, La guerra infinita: Hegemonía y terron mundial, CLACSO, 2002. 12

Ibíd.

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Menciona que ni China, Japón, Corea o Rusia, a pesar de ser los mayores tenedores de dólares en el planeta, podrían liquidar su stock en esa moneda porque sería una movida suicida. Además, sostiene el intelectual que, no hay la suficiente fuerza social en los países metropolitanos que pueda hacer caer la hegemonía estadounidense, haciendo referencia a Lenin, y de presentarse tal fuerza los capitales metropolitanos acudirían a socorrerlo. Otra dimensión que resalta Borón para demostrar que Estados Unidos en un actor irremplazable y centro indiscutido del sistema capitalista, es la militar: ya que dispone de más de 700 misiones, enclaves y bases militares en unos 120 países, despliega sus tropas y su arsenal de guerra para mantener el orden a nivel planetario y demostrar una fuerza de enorme esplendor.13 Según Ceceña, la hegemonía mundial está en función de la capacidad para determinar las normas generales de funcionamiento de la reproducción mundial, lo que implica el mantenimiento de un liderazgo planetario, para tal fin tienen que considerarse los siguientes elementos: 1) lo económico en sus aspectos de masa y tasa; 2) lo económico y cultural reproductivo; 3) lo militar y 4) lo geográfico, o geopolítico y geoeconómico. 14 Celestino comparte en que la hegemonía está construida desde la dimensión económica, la dimensión m ilitar y la dimensión política-ideológica-cultural, y que cada una de estas dimensiones generales está conformada por dimensiones particulares:15 DIMENSIONES DE LA HEGEMONÍA

ECONÓMICA

MILITAR

POLITICA-IDEOLÓGICA-CULTURAL

7. Dominio de los mass media a nivel planetario 8. Hegemonía en la normatividad universal

O M SU

PR OD

6. Supremacía en tecnología militar y fuerzas armadas

N CO

1. Hegemonía en la innovación tecnológica y estratégica 2. Control del mercado mundial de la fuerza de trtabajo

UC CI ÓN

CAPITAL INDUSTRIAL

3. Control de los recursos estratégicos CAPITAL COMERCIAL 4. Control del funcionamiento del mercado mundial CAPITAL FINANCIERO

CIRCULACIÓN

5. Control del capital financiero internacional

DISEÑO E INVESTIGACIÓN: ERIKA CELESTINO

Figura 1

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Borón, Atilio A., “De la guerra infinita a la crisis infinita”, en Mundo Siglo XXI, no. 16, CIECAS, México, primavera 2009, p. 29-37. Ceceña, Ana Esther y Barreda, Andrés, (coord.), “Producción estratégica y hegemonía mindial”, Siglo XXI, México, 1995, p. 15-51. 15 Celestino, Erika, “Estructura y desarrollo tecno-económico y tecno-militar de la hegemonía estadounidense en los siglos XX y XXI”, Tesis 14

de Maestría en estudios en Relaciones Internacionales, UNAM, México, junio 2006, p. 240.

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De acuerdo con Ceceña y Celestino en que la hegemonía es una multidimensionalidad, y que es importante atender cada una de ellas, sin embargo, consideramos que es la interrelación de la dimensión económica y la dimensión militar, sobre la base de la innovación tecnológica, lo que sostiene el poderío hegemónico, lo que no podía dejar de ser para la hegemonía estadounidense.16 La dimensión económica tiene como eje la dimensión tecnológica, el control del mercado mundial de la fuerza de trabajo y el control de los recursos naturales estratégicos, el control de estas dimensiones proporcionan la hegemonía en el capital industrial; pero la hegemonía económica no sólo incluye la producción, requiere también el control de la esfera circulatoria, ejercer la supremacía en el mercado mundial, lo que le proporciona liderazgo en el capital comercial; también necesita de la supremacía en el capital financiero internacional para potenciar la marcha de la acumulación capitalista. Es decir, que la hegemonía en la dimensión económica no sólo exige generar dirección en las líneas de innovación tecnológica, sino también el control de los organismos internacionales de interacción económica, como la OMC por ejemplo. 17

Sin embargo (…) “el estudio de la competencia económica y del proceso de concentración del capital es por sí mismo incapaz de dar cuenta de la complejidad del proceso de dominación y de la construcción de la hegemonía mundial, a pesar de su esencialidad. La dominación económica no puede desentenderse de la violencia que le es inmanente y que se evidencia en la dimensión militar de organización del poder”.18 En la dimensión militar la producción de tecnología cumple en primer orden la función estratégica para el apuntalamiento del capitalismo. Cuando la tasa de ganancia cae y estallan las crisis económicas, la industria militar cumple con una función primordial porque el capitalismo necesita de fuerzas destructivas para eliminar fuerzas productivas, abriendo así canales de acumulación y redimensionar la acumulación. Las guerras son el resultado de este proceso.19 Al mismo tiempo, el brazo militar es fundamental para proteger el territorio nacional y acaparar el territorio de otros, o para apropiarse de sus recursos estratégicos (petróleo, gas, minerales, agua o biodiversidad), lo cual se puede hacer mediante las guerras o la ubicación de bases militares en espacios estratégicos: también es funcional para protegerse de la agresión de otros Estados-Nación y coadyuva a asegurar el control de los mercados decisivos.

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Celestino, Erika, Op cit., p. 246. Op cit., p. 249-251 18 Ceceña, Ana Esther, “Estrategias de dominación y planos de la construcción de la hegemonía”, en Julio Gambina (coord.), La globalización económica-financiera y el impacto en América Latina, estrategias de regulación y respuestas sociales y políticas del movimiento popular, CLACSO, Buenos Aires, 2002. 19 Después de la Segunda Guerra Mundial casi todos los Estados que participaron en la guerra vieron destruida su industria –a excepción 17

de Estados Unidos pues su industria quedo casi intacta- y en la posguerra el capitalismo vivió un auge impresionante. .

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La dimensión militar, no sólo incluye la supremacía en las fuerzas militares, con ello el dominio del territorio, y el desarrollo tecnológico sino también de la intervención directa en los organismos internacionales militares, como la OTAN.20 Por lo tanto la dimensión militar tiene un lazo esencial en la construcción de la hegemonía dado su papel en la supremacía económica, en el desarrollo de las fuerzas productivas que impulsan no sólo la dinámica belicista del control planetario, sino de la actividad productiva. Con la tecnología de uso dual, tecnología militar y civil, es posible construir una situación de superioridad, dado que tiene como principal característica el surgimiento de los descubrimientos científicos y los desarrollos tecnológicos de los laboratorios del Departamento de Defensa estadounidenses (DoD), en colaboración con las empresas y las universidades.21 La dimensión militar no sólo es fundamental para el control del territorio o por el gran negocio que representa, su carácter estratégico ha adquirido nuevas dimensiones porque impulsa las grandes innovaciones tecnológicas que generan paradigmas globales en la producción. Se puede decir entonces que la construcción de la hegemonía no se podría entender sin la dimensión militar, sus funciones son muy complejas, por ello el DoD busca emplear la tecnología de uso dual intentando apuntalar simultáneamente la superioridad militar y la superioridad económica de Estados Unidos. La dimensión militar también adquiere fundamental importancia porque contribuye al control ideológico y político, otra dimensión de la hegemonía, mediante sus doctrinas, ya que desde aquí diseña la visión estratégica del Estado relacionada con la garantía promoción y defensa de sus intereses vitales en total correspondencia con los intereses que le competen a la gran burguesía.22 En el contexto mundial moderno la dinámica de la disputa por la hegemonía ésta perfeccionando el poder capitalista, en la medida que crece la producción también crece la necesidad de recursos estratégicos, sobre todo, petróleo, gas, agua y biodiversidad. Recursos que son no renovables, en su mayoría, factor que recrudece el escenario mundial tratando de obtener acceso a ellos. Y la dimensión militar es fundamental en este proceso. El estudio de la hegemonía, entonces, no se puede hacer sólo desde alguna de las dimensiones, sino más bien de la interrelación que existe entre ellas, no basta con mirar unidimensionalmente el avance o retroceso de cada una por separado, porque ante la debilidad de alguna se intensifica la aplicación de otra para compensar dicho desequilibrio. La hegemonía contemporánea ante un desequilibrio en su dimensión económica ha hecho de su dimensión militar el brazo que le permitirá no sólo mantener su posición hegemónica, sino que apuntalará dicho estrato, de una

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Celestino, Erika, Op cit., p. 440-442.

21

Ceceña, Ana Esther., Op cit. Op cit.

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manera muy violenta, con el peligro de vivir una reconfiguración del fascismo 23 del siglo pasado. Celestino señala que Estados Unidos al igual que el capitalismo en general, entró en una crisis en la dimensión económica pero no en una crisis de hegemonía, ha tenido problemas sólo en una de las dimensiones, eso no significa que su hegemonía este en decadencia y “mucho menos nos encontramos en una crisis sistémica por la supuesta debilidad hegemónica estadounidense. Porque (…) no es lo mismo una crisis sistémica, que una crisis económica cíclica capitalista, y una crisis de hegemonía y una crisis en la hegemonía económica”24. Estados Unidos deja claro el planteamiento de la construcción hegemónica en los documentos oficiales del DoD y particularmente en los que se ocupan del diseño de las estrategias de defensa de la Seguridad Nacional. El DoD debe garantizar dentro de esta estrategia de liderazgo para el siglo XXI tres objetivos generales: 1) asegurar la creación de un ambiente internacional favorable a los intereses de Estados Unidos; 2) tener la preparación y destreza necesarias para responder al amplio espectro de crisis que amenaza los intereses de Estados Unidos; y 3) tener la previsión necesaria para estar preparados ante la incertidumbre del futuro cercano.25 Dicho proyecto de la construcción hegemónica le ha dado siempre un papel decisivo a la dimensión militar, doctrina que la clase dirigente de Estados Unidos concibe después de 1945, es decir, que la iniciativa de extender “la doctrina Monroe” no nace con George W. Bush o se extiende con Obama, es una doctrina de la cual nunca se ha separado, más aún, este proyecto se consolidó sobre el monopolio nuclear, y con ello se adjudicó Estados Unidos el derecho exclusivo sobre el mundo conforme a lo que definió como intereses nacionales.26 Estados Unidos ha asumido una postura “defensiva” desde sus inicios, evidente con la doctrina Monroe (1823), donde hace clara una supuesta postura de defensor a terceros considerándolos como “sus hermanos menores”, deja clara sus capacidades de respuesta belicosa, también desde aquel momento la “seguridad” empezó a ser palabra clave en los discursos y políticas de relaciones exteriores. 27

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“El capitalismo planetario del siglo XXI está levantando como premisas que no sólo abren camino hacia una re-edición ulterior del fascismo como forma global del sistema de convivencia, sino que lo hacen justo porque reactualizan (…) su programa totalitario y sus formas de aterrorizamiento y , desde ahí, de control y complicidad del sujeto social. Especialmente en estos tiempos de guerra es decisivo no olvidar que la clave política para la existencia del Estado fascista, esto es, del Estado que hace del terror el principio sistemático del ejercicio de su poder, reside justo en la existencia de una sociedad aterrada, que, asfixiada por el temor y hasta el pánico, busca y exige una (pseudo)protección que se convierte, más bien, en cobertura del terrorismo de Estado, al mismo tiempo que la lleva a convertirse crecientemente en su cómplice.” Ver en, Arizmendi, Luis, “La globalización como mito y simulacro histórico (segunda parte)”, en Eseconomía Nueva Epóca, no. 3, IPN, México, primavera 2003, p. 36. 24 Celestino, Erika, Op cit., 237-246 25 Ceceña, Ana Esther, Op cit. 26 Amir, Samin, “Geopolítica del imperialismo contemporáneo, en Atilio A. Boron (compilador), Nueva hegemonía mundial. Alternativas de cambio y movimientos sociales, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2004. 27

Romano, Silvina M., “América Latina y la política de seguridad norteamericana: continuidades”, Centro Argentino de Estudios I nternacionales, disponible

en: www.caei.com.ar

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La Doctrina Monroe consolidó el stablishment norteamericano. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Truman planteó una serie de medidas con el propósito de disminuir la influencia política y los presupuestos militares, esta situación prevaleció hasta marzo de 1947, cuando el presidente elaboró una serie de propuestas y programas respondiendo a la crisis de Grecia y Turquía que dieron como resultado la universalización de la Doctrina Monroe, esta actitud es conocida como la Doctrina Truman, que sentó las bases del intervencionismo norteamericano de la posguerra y revitalizó los procesos de militarización.28 La doctrina Truman, a la vez que mantenía la postura defensiva de la Doctrina Monroe, se planteaba francamente a la “ofensiva” en oposición a la subversión y el militarismo. Explícitamente el enfoque de esta doctrina es la Seguridad Nacional de Estados Unidos y depende de la defensa a todos y cualquier gobierno democrático.29 Con la Doctrina Truman, Estados Unidos “ha autogenerado un compromiso de protector mundial” se ha asumido como el mesías que pondrá orden al mundo y mantendrá la paz, de ser necesario utilizará las armas para tal fin. Con la Doctrina Monroe la zona a defender de intervenciones Europeas fue, con la Doctrina Truman no sólo fue esta región a defender sino “cualquier país democrático que necesite asistencia” ante amenazas no de una región especifica, sino del comunismo, con la peculiaridad de que en este contexto se puede lanzar una ofensiva a cualquier país que atente contra la seguridad internacional. Salta a la vista que cada vez el radio de ocupación se va incrementando. En 1823 la zona amenazante se reducía al continente europeo, en 1947 la zona geográfica se desdibuja, tiene su centro potencial en Rusia y su cinturón geoestratégico, pero un “comunista” puede estar en cualquier parte del mundo. En la vuelta de siglo, del XX al XXI, se ha consolidado la intervención militar estadounidense no sólo en tierra, mar y aire, además espacialmente sobre la base de la actual revolución tecnológica. Desde antes del atentado del 11 de septiembre, Estados Unidos había diseñado estrategias de Seguridad Nacional, tres años antes, en 1998 el Secretario de Defensa William Cohen, rendía su informe al Congreso, en su Annual report to the President and the Congress. National security strategy for a new century, dio cuenta de cuatro partes principales:   

Modernización tecnológica que incorpore innovaciones de frontera. Desarrollo y multiplicación de las habilidades militares dentro del marco de la Revolución de los asuntos militares (…). Revolución en la ingeniería de infraestructura y apoyo.

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Saxe-Fernández, John, “Proyecciones Hemisféricas de la Pax Americana”, Amorrortu editores, Argentina, 1971, p. 16.

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Romano, Ibíd

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Protegerse de futuras amenazas para ser capaces de manejar los riesgos en un ambiente de recursos restringidos. Para ello, es necesario mantener un amplio esfuerzo en investigación y desarrollo; vincularse con industrias especializadas en nuevas tecnologías; y desarrollar programas de R & D que posibiliten la adopción o adaptación de las tecnologías comerciales a las necesidades militares. Una iniciativa de gran amplitud contra las amenazas futuras requiere garantizar que las fuerzas estadounidenses tienen la capacidad de inteligencia necesaria. 30 “Los pretextos cambian, pero las políticas siguen siendo las mismas”. 31 Los poseedores de poder aprovechan cada oportunidad para presionar y llevar su agenda hacia adelante: el 11 de septiembre fue un catalizador. La Estrategia de Seguridad Nacional32 de los Estados Unidos, aprobada un año después del ataque a las Torres Gemelas tiene como lineamientos, tras reconocer la amenaza que países como Afganistán representan, “estados débiles, como Afganistán, pueden representar un peligro tan grande para nuestros intereses nacionales como los estados poderosos”33, entre otros específicamente:     

Fortalecer las alianzas para derrotar el terrorismo mundial y actuar para prevenir los ataques en contra y de amigos; Colaborar para resolver conflictos regionales; Impedir que los enemigos amenacen, a aliados y a amigos con armas de destrucción en masa; Expandir el círculo del desarrollo al abrir las sociedades y crear la infraestructura de la democracia; y Transformar las instituciones de seguridad nacional de Estados Unidos para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades del siglo XXI.

Esta Estrategia de Seguridad Nacional plantea el fortalecimiento y consolidación de las alianzas para combatir el terrorismo; potenciamiento del crecimiento económico a través del libre mercado; desarrollo de ataques preventivos para evitar o disuadir a posibles adversarios de efectuar ataques a los Estados Unidos o a los intereses norteamericanos en cualquier parte del mundo.34 En esencia las políticas de dominio militar son las mismas, pero las formas cada vez son más agresivas: “El oscuro martes negro (…) que, cubriéndose bajo el simulacro de Seguridad Nacional e Internacional, ha instalado una reconfiguración tendencialmente fascista 30

Cohen, William, “Annual report to the President and the Congress National security strategy for a new century”, DoD, Estados Unidos, 1998. Citado por Ana Esther Ceceña, en Julio Gambina (coord.), La globalización económico-financieray el impacto en América Latina, estrategias de regulacióny respuestas sociales y políticas del movimiento popular, CLACSO, Buenos Aires, 2002. 31 Chomsky, Noam, “¿Un mundo sin guerra? Reflexiones sobre la globalización y la antiglobalización”, en Eseconomía Nueva Epóca, no. 4, IPN, México, Verano de 2003, p. 6-16. 32 Declaración de Estratégia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Washington, 17 de septiembre de 2002, Traducción al español: http://merln.ndu.edu/whitepapers/USNSS-Spanish.pdf 33 34

Op cit., p. 2. Blanchet, Raúl, “Para qué se arma Chile”, en http://www.rebelion.org/hemeroteca/chile/040407rb.htm, abril de 2004.

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del Estado americano, con el objetivo de utilizarla para posicionar geoestratégicamente a Estados Unidos en Euroasia y el mundo para apuntalar su hegemonía y mantenerla todo el siglo XXI”.35 Estados Unidos ha llamado a sustituir el derecho internacional por el recurso de las guerras permanentes o preventivas, proceso que ha comenzado en Medio Oriente, pero que apunta ya hacia Rusia y Asia, deslizándose por la pendiente fascista.36 Los ataques del 11 de septiembre constituyen el pretexto para emprender una guerra que amenaza el futuro de la humanidad.37 En este sentido la guerra de Irak representa la punta del iceberg, como segundo capítulo ya que el primero fue Afganistán, de un programa mucho mayor de subordinación, ante todo tecnológica, del planeta. Esta guerra se articula como momento táctico dentro de una estrategia geopolítica pero ante todo tecnológica de mucho mayor alcance, desarrollo de tecnología nuclear por ejemplo, donde el capitalismo estadounidense busca garantizar su control de las fuentes energéticas que nutren su actual patrón tecnológico, pero, al mismo tiempo, pretende avanzar en el control de lo que podría ser la fuente del siguiente patrón energético (petróleo a corto plazo, gas a mediano plazo e hidrógeno a largo plazo)38. Más aún extendiendo su dominio militar en el mundo para garantizar el acceso, no sólo, a fuentes energéticas, sino, también al agua, a minerales y a la biodiversidad, recursos que estarán altamente disputados en el siglo XXI. Con el fin de la Guerra Fría, la derrota de la URSS y de la caída del Muro de Berlín se viene abajo la amenaza comunista y el peligro de una guerra nuclear, por lo tanto ya no hay que justifique el poderío y las invasiones militares norteamericanas para garantizar el control estratégico de los recursos mundiales. Estados Unidos necesitaba un tipo de enemigo nuevo, feroz e invisible, redimensionado al tamaño del mundo, que pudiera asustar a los estadounidenses, que estuviera en todos y en ningún lugar. Ahora el enemigo, el pretexto, es el terrorismo y el desarrollo de armas de destrucción masiva, en Medio Oriente, sur y sureste de Asia, no sólo sino también en América Latina. Con ese fantasma y bajo el simulacro de Seguridad Nacional, las instancias de planeación estratégica de Estados Unidos, atendiendo a la variabilidad de posibilidades o situaciones de riesgo, han construido condiciones para enfrentar toda la gama de amenazas mediante una estrategia de “dominación de espectro completo” (full spectrum dominance) sustentada en todos los cuerpos de seguridad.39

35

Arizmendi, Luis, “La globalización como mito y simulacro histórico (segunda parte)”, en Eseconomía Nueva Epóca, no. 3, IPN, México, primavera 2003, p. 32-47. 36 Amin, Samir, op cit. 37 Chossudovsky, Michel, “La aventura geopolítico-militar de Bush: amenaza para el futuro de la humanidad”, en Eseconomía Nueva Época, no. 3, IPN, México, primavera 2003, p. 20-26. 38 39

Arizmendi. Luis, op cit., 33-37. Ibid.

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Es decir, “un dominio militar sobre la totalidad del planeta que lo dote de la capacidad para enfrentar teatros de guerra mayores múltiples y simultáneos, y de una inédita fuerza ofensiva que pueda atacar y destruir de forma inmediata cualquier objetivo sobre cualquier zona o localidad, especialmente sobre regiones críticas” 40. Para tal objetivo ha diseñado dos proyectos rigurosamente estratégicos directamente encaminados a potenciar la dimensión militar de la hegemonía: Vision for 2020 y el Project for de New American Century (PNAC). Los neocon41 desarrollaron la llamada “Doctrina Wolfowitz”, que se basaba en el derecho de los Estados Unidos de empezar una guerra de prevención, donde quiera en el mundo, para evitar que otras naciones volvieran a poner en duda su supremacía global. Así es como nace un detallado plan estratégico de alcance global, el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC por sus siglas en inglés) fundado en 199742, su objetivo esencial es transformar a Estados Unidos en un imperio planetario por la fuerza de las armas.43 El grupo de teóricos conservadores elaboró la propuesta cuya base es garantizar la superioridad militar y ejercer el dominio económico, político y estratégico en el mundo.44 En su “Declaración de Principios” y sobre todo en su documento clave “Reconstruyendo las Defensas de América: Estrategia, Fuerzas y Recursos para un Nuevo Siglo” expone sus ideas, partiendo de la premisa de una supremacía estadounidense incontestada en el mundo. Señala que es imperativo, primero, aumentar considerablemente el presupuesto militar para poder enfrentar tanto las responsabilidades de la actualidad como los retos del futuro; segundo, estrechar los lazos con sus aliados democráticos y retar a regímenes que son hostiles a los intereses y valores americanos; tercero, promover la causa de la libertad política y económica en el exterior; cuarto, mantener la paz y la seguridad en Europa, Asia y Medio Oriente así preservar y extender un orden internacional propicio y reforzador de la seguridad, prosperidad y de los principios americanos.

40

Arizmendi, Luis, op cit., p. 44. Polk, William, “Peligros y virtudes del sistema político estadounidense”, en Estados Unidos. Imperio o poder hegemónico. Vanguardia Dossier, no. 7, julio-septiembre 2003. Hay “cinco categorías de halcones: a) el partido republicano (…); b) el núcleo duro del partido republicano (…); c) los fundamentalistas cristianos (…); d) los sionistas cristianos (…); y e) los neocon, un grupo muy reducido entre políticos y académicos que has evolucionado desde el trotskismo hasta la derecha radical.” 42 Los miembros fundadores del PNAC, conocidos como los neocon, neoconservadores, son: Elliott Abrams, Gary Bauer, William J. Bennett, Jeb Bush, Dick Cheney, Eliot A. Cohen, Midge Decter, Paula Dobriansky, Steve Forbes, Aaron Friedberg, Francis Fukuyama, Frank Gaffney, Fred C. Ikle, Donald Kagan, Zalmay Khalilzad, I. Lewis Libby, Norman Podhoretz, Dan Quayle, Peter W. Rodman, Stephen P. Rosen, Henry S. Rowen, Donald Rumsfeld, Vin Weber, George Weigel, Paul Wolfowitz., PNAC, “Estatement of principles”, en http://www.newamericancentury.org/statementofprinciples.htm 43 Rivers Pitt, William, “Dinero sangriento: EEUU y su Proyecto para un Nuevo Siglo Americano”, en http://www.choike.org/nuevo/informes/1266.html 44 Se ubica en el mismo edificio donde tiene sus oficinas el Instituto de Empresa Americano (American Enterprise Institute, AEI), grupo de expertos neoconservadores. No sólo comparte la dirección, sino a algunos de sus miembros Richard Perle, Thomas Donelly, Jeane 41

Kirkpatrick, William Schneider, Lynne Cheney e Irving Kristol (padre de William Kristol, quien aparece como director del PNAC).

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Aprendiendo la historia del siglo pasado, la de reconocer la importancia de modelar las circunstancias antes de que surjan las crisis y contrarrestar amenazas antes de que estas se agudicen, con lo cual quedan sentadas las bases para la posterior doctrina de las guerras preventivas, evitar un nuevo Pearl Harbor.45 Partiendo de la premisa principal, de que sus capacidades militares son las decisivas para poder asegurar a Estados Unidos su actual dominio global y también futuro, establece cuatro misiones centrales para las Fuerzas Armadas, para lo cual otorga un presupuesto militar lo más amplio posible y lo menos restrictivo. Estas cuatro dimensiones son:    

Defender la Nación Americana; Luchar y ganar decisivamente múltiples y simultáneas guerras en escenarios importantes; Realizar misiones policiacas y de vigilancia en función de moldear el entorno de seguridad en regiones críticas del mundo; y Transformar las Fuerzas Armadas Estadounidenses aprovechando la revolución tecnológica.46

Específicamente el documento Reconstruyendo las defensas de América, Rebuilding America’s Defenses, propone que para llevar a cabo estas misiones fundamentales, se necesita proveer de suficiente fuerza y designaciones presupuestales47. En su capítulo Creating tomorrow’s dominant force, la creación de una futura fuerza dominante, deja claro la especificidad de la dimensión militar: Estados Unidos, sin rival en el mundo, debe mantener su posición de ventaja en el futuro el mayor tiempo posible; debe mantener un ejército que pueda ser desplegado rápidamente para ganar más guerras en gran escala al mismo tiempo; reposicionar las fuerzas para adaptarlas a las realidades estratégicas del siglo XXI, colocando en bases permanentes las tropas en el Sudeste de Europa y en Medio Oriente; aumentar el presupuesto anual del ejercito hasta 90 o 95 billones de dólares al año; transformar al ejercito como objetivo urgente para preparase para el escenario de la guerra moderna.48

45

Schmitt, Jutta, “El proyecto para un Nuevo Siglo Americano y sus incidencias sobre América Latina”, en Jornada de discución política: Emancipación versus Globo-Fascismo, Faculñtad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, del 6 al 7 de noviembre de 2003. 46 Rebuilding America’s Defenses. Strategy, Forces and Resources for a New Century, en the Project for the New American Century, Washington, septiembre 2000, p. 11. 47 Aquí es donde el presupuesto militar se convierte en la gran baraja hegemónica de cara al siglo XXI 48

Rebuilding America’s Defenses, op cit.

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Desde su origen, el PNAC, el grupo concluyó que Irak podía convertirse en la clave del proyecto y de otros más: “Debemos establecer una fuerte presencia militar en la región, Oriente Próximo, y estar dispuestos a usar esa fuerza para proteger nuestros intereses en el Golfo y, si es necesario, para apartar del poder a Sadam Husein”49. Dentro de este programa, que ya proponía desde hace años la guerra contra Irak, ésta aparece sólo como el punto de partida de un conjunto de ofensivas bélicas. Desde la guerra contra Afganistán Estados Unidos logró avanzar para abrirse terreno y posicionarse militarmente en Pakistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kazajstán, Kyrgistan, Taikistán y Georgia, además de Afganistán. Con la guerra de Irak está avanzando geoestratégicamente aún más.50 Project for the New American Century sustenta completamente el desarrollo y supremacía en las fuerzas armadas y justifica el desarrollo de tecnología militar; pero termina de complementarse con el proyecto Joint Vision 2020, Visión Conjunta 2020, para terminar de cerrar la pinza en la dimensión militar de la hegemonía. En la introducción no más lejos del segundo párrafo, ante la necesidad de prepararse para un futuro incierto, Joint Vision 2020 deja claro: “Visión Conjunta 2020 desarrolla y amplia el modelo conceptual, establecido por la Visión Conjunta 2010 para guiar la transformación continua de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. El propósito principal de estas fuerzas ha sido y será para luchar y ganar las guerras de la Nación”.51 Plantea como objetivo general la creación de una fuerza dominante en todo el espectro de las operaciones militares, persuasivo en la paz decisivo en la guerra, preeminente en cualquier forma de conflicto. Debido a que en el 2020, según el documento, Estados Unidos enfrentará una amplia gama de intereses, oportunidades y desafíos, y requiere una fuerza militar que pueda tanto ganar las guerras y contribuir a la paz. Y justifica un presupuesto militar sin restricciones, “si las Fuerzas Armadas tiene que ser más rápidas, más letales y más precisas en 2020, hay que seguir invirtiendo y desarrollar nuevas capacidades militares. Esta visión describe la transformación en curso a las nuevas capacidades (…) y depende de la realización del potencial de la revolución de la información (informática principalmente), las capacidades actuales de maniobra, ataque,ogística, protección y maniobra se convertirán en dominantes, la participación de precisión, logística enfocada y protección dimensional completa”.52 49

Correa Burrows, María Paulina, “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano y la ideologización de la diplomacía estadounidense”, en Revista Historia y Comunicación Social, no. 10, España, 2005, p. 73-90. 50 Arizmendi, Luis, op cit., p. 45. “Estados Unidos viene, desde hace varios años, desarrollando la creación de un nuevo tipo de bombas tácticas micronucleares o mininukes para esenarios bélicos convencionales que podrián utilizarse no sólo contra los rouge states, Irak, Irán y Corea del Norte, sino en guerras asimétricas contra países “tercermundistas” e incluso en posibles confrontaciones con China, Rusia, Siria y Libia. Se trata de armas nucleares de “bajo rendimiento”, debastadoras pero que no afectan el mismo radio de acción que la clásica bomba de Hiroshima”. 51 Joint Vision 2020, Impresión del Gobierno de los Estados Unidos, Washington DC, junio 2000. 52

Op cit.

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Las guerras del siglo XXI requieren de la conducción de operaciones conjuntas, es decir, apoyo internacional, incluidos socios internacionales, fuerzas multinacionales, organismos gubernamentales y organizaciones internacionales; además, mantenimiento o intensificación del desarrollo tecnológico, aumento de satélites comerciales, comunicaciones dirigidas e internet; y desarrollar las habilidades para enfrentar guerras asimétricas, es decir, con diferentes escenarios, diferentes enemigos, diferentes capacidades y habilidades. Dicha conducción la realizarán las Fuerzas Armadas, así lo señala el documento en el Contexto Estratégico. 53 Para enfrentar los desafíos del entorno estratégico del 2020, “la fuerza conjunta debe ser capaz de lograr la dominación de espectro completo”. El dominio de espectro completo implica: “que las Fuerzas Armadas estén en condiciones de conducción rápida, sostenida y sincronizada en las combinaciones de las operaciones de las fuerzas, de adaptarse a las situaciones específicas y con el acceso y la libertad para operar en todos los ámbitos –el espacio, mar, tierra, aire y la información (electroinformática). Además, dada la naturaleza global de los intereses y obligaciones (…) mantener la presencia en el exterior a través de las fuerzas armadas garantizando la energía (…) a fin de lograr el dominio de espectro completo”.54 “La amplia gama de operaciones incluye el mantenimiento de una postura de disuasión estratégica. Incluye el compromiso de teatro y actividades de presencia. Incluye el conflicto que involucra el empleo de las fuerzas estratégicas y armas de destrucción en masa, las guerras en escenarios importantes, los conflictos regionales y las contingencias de menor escala. También, incluye las situaciones ambiguas que residen entre la paz y la guerra, como el mantenimiento de la paz y las operaciones de imposición de la paz, así como, operaciones no combatientes de socorro humanitario y de apoyo a las autoridades nacionales”. 55 Uno de los puntos más sobresalientes, que resalta el documento, es la superioridad en la información clave de la capacidad de innovación, que permitirá a la fuerza conjunta alcanzar el dominio de espectro completo. La informática, la red satelital, la biotecnología, la nanotecnología, el sistema de espionaje echelon y el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP por sus sigla en inglés), con instituciones como la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa (DARPA56 por sus siglas en inglés), “el capitalismo está integrando un poder en una escala sin paragón sobre el sistema micro y macro-material, que desquicia la trayectoria de la actual 53

Strategic Context, Joint Vision 2020, op cit. Full Spectrum Dominance, Joint Vision 2020, op cit. 55 Op cit. 56 Su misión es mantener la superioridad tecnológica del sistema militar estadounidense, por la forma en que trabaja y por la estrecha relación entre las empresas y los cuerpos de seguridad, produce una tecnología de uso dual que nutre también la guerra económica de las empresas estadounidenses en el planeta, al tiempo que garantiza el dominio militar completo que abre las puertas a las inversiones. Checar: Ceceña, Ana Esther (coord.), “Los desafíos de las emancipaciones en un contexto militarizado”, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 54

2006, p. 13-43.

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modernización tecnológica haciendo que ésta (…) sirva prioritaria y hasta ominosamente al desarrollo depredatorio del domino capitalista global abriendo así peligros muy hondos para el futuro del mundo en este siglo”.57 Se analizan seis conceptos operacionales, operational concepts, en los cuales se especifican las formas de operación específica de las fuerzas armadas: 1) Maniobra dominante; 2) Combate de precisión; 3) Logística focalizada; 4) Protección de dimensión total; 5) Operaciones informales; y 6) Comando y Control conjuntos. El documento finaliza afirmando que el ejército de los Estados Unidos “debe ser una fuerza conjunta capaz de lograr la dominación del espectro total (…) basado en cuatro pilares principalmente: 1) los intereses globales de los Estados Unidos y la continuación de la existencia de un amplio espectro de amenazas potenciales a esos intereses; 2) la centralidad de las tecnologías de evolución no sólo del propio ejército, sino para la de otros actores en todo el mundo; 3) el énfasis que un continuado amplio espectro de operaciones militares pondrá sobre la integración exitosa de los socios multinacionales; 4) la confianza en la fuerza conjunta como la base de las futuras operaciones militares de Estados Unidos (…) Si las fuerzas armadas van a ser más rápidas, más letales y más precisas en el 2020 de lo que son hoy en día, se debe continuar invirtiendo en el desarrollo de nuevas capacidades militares (…) Las capacidades de hoy en cuanto a maniobra, ataque, logística y protección se convertirán en maniobra dominante, combate de precisión, logística focalizada y protección de dimensión total”.58 En el caso del Departamento de Defensa estadounidense, el énfasis está puesto en el trazado de una estrategia general de desarticulación, no sólo de los enemigos reales sino de los potenciales, englobada en la concepción preventiva que supone que la más mínima disidencia es signo de peligro y guerra futura.59 “Lo mismo debe tener capacidad de responder a una guerra convencional que enfrentar a un enemigo difuso, atendiendo simultáneamente todas las áreas geográficas del planeta”60 Según Washington hay en el mundo una franja activa de conflicto que llama “el arco de inestabilidad”, desde la región Andina, Norte de África, Medio Oriente, Centro de Asia y Filipinas e Indonesia.61

57

Arizmendi, Luis, op cit., p. 40. Quagliotti de Bellis, Bernardo, citado por Beba Carmen Balvé en El objetivo es la ciencia cuando es mero conociemiento y el arte es la habilidad práctica, Buenos Aires, Argentina, 15 de enero de 2008, disponible en http://www.diario7.com.ar/nota_completa.php?id=5793 59 Ceceña, Ana Esther, “Estrategias de construcción de una hegemonía sin límites”, en Ana Esther Ceceña, Hegemonías y emancipaciones en el siglo XXI, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2004. 60 Cohen, William S, “Anual report to the President and the Congress”, citado por Ana Esther Ceceña en Estratégias de construcción de una hegemonía sin límites, op cit. 61 Balvé, Beba Carmen “El objetivo es la ciencia cuando es mero conociemiento y el arte es la habilidad práctica”, Buenos Aires, Argentina, 58

15 de enero de 2008, disponible en http://www.diario7.com.ar/nota_completa.php?id=5793

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En el “Nuevo Mapa del Pentágono” presentado por Barnett, se hace una subdivisión del mundo en tres regiones: the core que abarca todos los países desarrollados, con estructuras estatales sólidas y normatividades legitimadas; los países seam states, juegan el papel de zonas de amortiguamiento y de mediadores para el disciplinamiento de los que se encuentran en la tercera región, llamada the gap, en la que se ubican las zonas de peligro sobre la que Estados Unidos debe tener una política agresiva de vigilancia, control y de imposición de normas de funcionamiento, tanto de los Estados como de los ejércitos y cuerpos de seguridad, del comercio y las inversiones, adecuadas para el establecimiento real de un sistema globalizado. En está zona se incluyen países que ni están en guerra ni están cercanos a tenerla, pero que son blancos estratégicos en otro sentido: Haití; Colombia; Brasil y Argentina; Ex-Yugoslavia; Congo y Ruanda; Angola; Sur de África; Israel-Palestina; Arabia Saudí; Irak; Somalia; Irán; Afganistán; Pakistán; Corea del Norte; Indonesia (ver Mapa 1).62

Mapa 1

La zona delineada “la brecha” o “el arco de inestabilidad”, es la franja más rica en recursos naturales estratégicos que hay en el planeta (ver mapa 2 y 3), también es en la que, curiosamente, se justifica la intervención de Estados Unidos por la supuesta ingobernabilidad y la incapacidad de los propios Estados de la región para hacer respetar las reglas de la democracia.63

62

Ceceña, Ana Esther, op cit. Op cit. “Casi en su totalidad las áreas intensivas en biodiversidad, los yaciminetos de agua, petróleo y gas, y los metales para usos esenciales quedan comprendidos en la brecha, aunque también se trata de regiones no doblegadas, donde las raíces culturales y organizativas ni fueron completamente arrasadas ni se mantuvieron como reliquia. Es decir, en su mayoria zonas de resistencia y 63

alternativa”.

20


Mapa 2

La llamada área central del planeta, una de las regiones de mayor interés geoestratégico y con enorme cantidad de materias primas, está atendida por el Comando Central, USCENTCOM, situado directamente en el centro del área conflictiva, orientado a dirigir el poder sobre Medio Oriente, su área de responsabilidad incluye 25 países, desde el cuerno de África, zona norte del Mar Rojo, Península Arábiga, Irak y parte de Asia Central.64

Mapa 3

Unilateralmente, Estados Unidos ha dividido el planeta en regiones militares, que corresponden a Comandos Militares a cargo de sendos Comandantes de Combate, 64

Balvé, Beba Carmen, op cit.

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cada uno de los cuales responde directamente al Secretario de Defensa que a su vez responde al Comandante en Jefe, que es el presidente.65 Cada uno constituye una estructura de coordinación y comunicación potencialmente lista para ser activada y actuar como centro de control de operaciones en cuanto se sucite un conflicto que requiera del envío, despliegue y concentración masiva de las fuerzas de combate de Estados Unidos.

Mapa 4

65

op cit., Estados Unidos tiene nueve Comandos de Combate; cuatro de ellos están deslocalizados geográficamente y tienen responsabilidades funcionales, son los comandos de Fuerzas Conjuntas, Estratégico, de Transporte y el de Operaciones Especiales. Los cinco restantes tienen una posición y una región geográfica definida en el mundo sobre la que vigilan.

22


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