Manuscritos del agua

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Manuscritos del Agua Jaime RodrĂ­guez Pantoja

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© Jaime Rodríguez Pantoja © Editorial Zetaz ISBN 978-958-8751-93-3 Primera edición 2015 Editorial Zetaz

Dirección: David Ramírez Rodríguez Diseño: David Ramírez Rodríguez Fotografía: Jaime Rodríguez Pantoja Editorial Zetaz Impreso en Colombia Impresiones Active Plotter Manizales - Colombia Ningua parte de esta publicación puede ser reproducida sin previa autorización del autor y editor.

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Presentacion Desde pequeño me inculcó el arte, desde la buena música hasta dar pinceladas sobre un lienzo, él comprendiendo mis pequeños trazos, magnificando cada cosa que hacía, instruyéndome para lo mejor. Él con sus muchas habilidades logró transmitirme mucho, aquí en este libro solo está una fracción de todo lo que es él en esencia, un artista completo, no solo por lo que hace sino también por lo que es y por lo mucho que nos enseña. Para el pintor, escritor, fotógrafo, escultor, cantante y odontólogo. Mi abuelo, su arte y el legado.

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ÍN DI CE 7

Atardecer Las manos Incitación al agua Maravilla Los cóndores Sur paraiso Corrí por tu trigo Los trineos El bolero Evocatorio Estampas de la memoria Clave de sol Juglar Sumatoria Madrigal y madera Y todos los días Neruda Val-paraiso

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Atardecer

Yo subĂ­ hasta tu fuente donde se originĂł el beso la vida y el color del universo allĂ­ en CharandĂş donde en las tardes el agua asciende por los rayos dorados del sol mayor de los venados sobre las alas acompasadas del Miranchuro que navega alegre entre la chagra picoteando el fruto anunciando la cosecha del grano maduro.

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Las manos Las manos escrituraron por siempre

la pintura, la mĂşsica y la poesĂ­a. 10


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Incitación al agua En las noches hablan en su antiguo lenguaje que les prodigó el viento sobre sus copos se estremecen. Al amanecer, el rocío diluye su canción en el tallo de una flor o en su propio río!

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Maravilla En la laguna del fundo Panamal-recta de Guachucal-sonidos atávicos imperceptibles al oido humano reciben en su plumaje a la velocidad de la luz ordenes y coordenadas para emprender una travesía, una búsqueda de alimentos, un vuelo de protección, una mirada fugaz de inspección. Participan en la acrobacia: migratorias Canadienses, chorlitos, areneros, halcones, curiquingas, garzas blancas, gallaretas, aguilillas de

pantano y ánades barcinos maiceros estacionarios de la región, que después de equilibrar contra el viento, se miran en el espejo en el cual acuatizan emitiendo cantos de alegría y agradecimiento a la naturaleza por tan grande acontecimiento, desplegando acompasadamente sus ágiles alas ya sobre el agua, ajenos también al acecho y a todas las incognitas de su propia supervivencia !

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Los condores

Aún surcan majestuosos sobre sus milenarios escudos naturales el Chiles y el Cumbal. En grupos de cinco o de seis ejemplares, pasan raudos, como burlándose de la inmensidad del viento; y los hay también solitarios y arrogantes en su altura inalcanzable, dueños de su propio mando, de su fuerza y su destino, ascienden hasta perderse en el infinito, a lo lejos, en la inmensidad del más bello paisaje, dejándonos atónitos y perplejos !

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Sur paraiso Vamos caminantes por esta tierra amanecida sobre los ojos de los volcanes con escudos amurallados entre canteras y abismos, paso alto de follaje con espigas colgantes donde esculpe el viento el cereal y las tormentas

sobre tus mantas cargadas de legumbres vienen gritos parcelados de esperanzas y mis tambores acuden alegres a tus cantos de pequeños diluvios que murmuran en los ventanales cuitas remanentes de las viejas casonas, pueblos de altas colinas y aún de cartelones en las esquinas de transeúntes a la inmemorial sombra del olvido unos más de la muchedumbre insomne del mudo lenguaje de los crucifijos,

ttierra cetrina, pie de océano soles, neblina y canto crestas abiertas nichos de Cóndores y Quilílies partituras de ocarinas y colibríes verdes lagunas azufradas lagunas altas nocturnas con enjambres de estrellas el Quetzal de Ñambí tras su huella

vamos por el caudal de nimbos que bordean el paisaje de la sabana charcas que ondulan azules eucaliptos, vamos sobre la ignominiosa huella de las barcas acorazadas con espejos tras el oro saqueado de nuestra América, tantas veces disfrazadas entre cruces y santas marías

pueblos inmensos de trigales párpados de hielo viento silencioso y fresco

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vamos todos por la amanecida a balsamar los dolientes hombros de rasos contrabandistas, del acumulo de rocío en las chilcas de la frontera, vamos por la captura del Agua para no bebernos mañana el Mar en medio de la guerra

erizados gatos pendencieros relamiendo el filo de una lacustre pecera, mordiendo la luna en sus propios ojos arañando aldabones vencidos merodeando el parque saltando entre bandas de murciélagos pedazos de corcheas y hojarasca !

vamos a invocar un canto matinal para conciliar con la fragancia floral de girasoles, hiedras y jazmines para entretejer la hermandad sobre las rocas de la altiplanicie, vamos con las alas libres a surcar el eco de la alegría para no sucumbir a la indiferencia de la piel desplazada en los semáforos de las esquinas, levanten los brazos enloquecidos duendes de Rumichaca de un lado a otro deambulantes de su miseria y de su historia, autómatas de las sombras cargadores de fardos con la piel descalza empecinados en detener la noche atrapados en la guerra del centavo,

Pueblos altos de tapiales con castillos de fuego serpentinas, color y fiestas incrustados como rayos en estas cordilleras, a tu alrededor persisten los monos en las piedras y en tu huella cósmica una fumarola que evoca el primigenio fuego inicio de las manos fulgor de la sangre y de la historia, asciendes entre la niebla sugiriendo altares con frailejones y tempranos amaneceres, tu brújula al Sur al sur de altas montañas que cubren con sus sombras

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el afán de los labriegos con telones de arco iris y lluvia de plantaciones, asciendes por tus enigmáticos nimbos hasta alcanzar tus “nubes verdes” donde el sol rastrea la alborada donde juegan tiernas manos entre la tulpa y la leña fuego y humo que despiden fantasmas chispeantes que saltan de piedra en piedra,

Vamos entonces mujeres, hombres y niños en nuestro elocuente silencio a escudriñar los mil santos embadurnados y alumbrados por cirios de llanto y bostezos de las abuelas, vamos por otro señuelo que estos ángeles no tienen salvación, canto ni cielo, vamos, vamos todos los militantes de esta esfera estandarte al viento fragua, Mar y cielo invocando el renuevo acariciado por el viento con pardos trigales al infinito y sus cosecheros,

caballos bermejos, blancos y negros corcovean al filo de los trigales y en las ventanas solitarias del Churuyaco bayos con ojos de manantiales danzan, danzan sobre sus cascos de bronce y mármol, estrellas fundidas en barro y cielo sobre sus ancas terciopelo como lunas fraguadas en el estero es “Selaipi” en el tiempo con parcelas verdes y doradas sobre el mesón de planada donde se amasa la reserva antes que en enero y febrero el trigal cerca al fuego invoque el pan y el vino!

jilgueros en las cuerdas de Yupanqui anuncian, que la savia maduró el fruto por su delgado junco, cuando el espantapájaros haya muerto al vaivén del Sol y las espigas !

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Corrí por tu trigo

caía el polen vivificante de tu vientre tus manos tomaban mis sienes apartándome suavemente como colibríes en mágico aleteo frente al néctar de tus pechos

todas las tardes corrí por tu camino pulido en arcilla con el brillo del gotear de la brisa que de tu ceño caía, como galaxias en titilar de alegría tamborileando la cuerda en el diapasón de Yupanqui de Van-Gogh de Picasso y de Rivera, tantos cantos dibujaron tu cantera tantos vinos salieron de tu vid en primavera,

el mundo era una balanza de sueños y esperanzas que pendía del tálamo cromático de tu lienzo, siempre volví a tu néctar y a tu encrucijada agonía como se vuelve cada día al nido que impulsó nuestro primer vuelo como fusa con el viento en armonía !

los contornos de tus hemisferios fructificaron el sendero andado de tu trigo corrí jadeante por el horizonte ocre y carnal y por tus reverentes corpiños mis besos solían bajar hasta encontrar tus helechos colgados de tus continentes; y de tus delicados pétalos al Sol,

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Los trineos 24

Hoy reciclando el sueño Encontré que los fantasmas Bailaban en el aire Arrullados al silbido de los vientos Pasaban como duendes Y alcatraces nocturnos Búhos vigilantes capitaneaban Cometas en papel de seda Haciéndole coqueteos a la luna Pidiéndole que atenúe su luz Para emprender su vuelo lucenico En busca del manjar Que los dioses olvidaron En la constelación verde del universo, Bajan los cerros nebulosos En trineos de madera Que pulieron los pantanos con la yerba, Rompían sombreros gigantescos Que proyectaban sombras en cabalgadura, Alados mágicos hacían prolongación de la vida De nuevos transeúntes; Hoy han vuelto los nietos a jugar En aquellos prados empinados A correr con el corazón entre el viento Entre viejos campanarios Y un girón de colores en las manos Entre libélulas transparentes Y helicópteros imaginarios Entre húmedos tréboles, bostezos de sueño Y migajas en los bolsillos.


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El bolero

El bolero como otros aperos, no es sino parte

del equipaje que llevamos en el alma! 26


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Evocatorio De ti emergen todos los trigales y vuelven a mi memoria Los portales de la vieja casona que daban paso al azul de la cordillera las parcelas multicolores arrancadas de los peñascos con el cincel del tiempo, tus paisajes en vespertino asomaban como ángeles en vuelo a doblar en el campanario del barrio alto junto a la escuelita de la profe Inés, la llave de tubo que era nuestra alerta en la puerta principal. oh !, el tiempo tan fugaz que ahora se asoma rasgando tu piel saltando los escollos de los años en un viejo embarcadero de ilusiones, esa edad temprana y reluciente que tus mayores no entendieron que el amor es milenario y pasajero, que los recuerdos se quedaron amarrados en atadijos de trigales, lejos del pueblo,

solo se oía el murmullo de tus ángeles nocturnos solo el paso del viento que traía el perfume desnudo de tus flores, solo un haz de luna que franqueaba los aldabones, fui el labriego de tu cuerpo de niña donde aprendí a descifrar los sonidos errantes de tu boca frágil y primera, tocar con mi fibra musical el pétalo de tu piel dominical de tersura cetrina de colegiala de campo, tu tibia corola violeta que precipitaba mis ojos, alados nocturnos venían acicalando tu vientre tu pecho palpitante en desbocado torrente tu orillo carmín que en delirio partía de tu boca dulce, amada mía, ave viajera ave mía, que picoteabas mi alma al despunte del nuevo día !.

Yo era tu viajante hasta la penumbra de tus trojes, un reflejo tenue de luz venía del patio dibujando nuestros rostros,

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Estampas de la memoria sobre almácigos tornasol más allá, donde las manos parvan el trigo abrezando los sueños de jornaleros bailantes entre cascabeles y espejos almanaques, piel y viento

Los hilos del tiempo han hecho trama en la memoria en la distancia el eco desgrana canto y lluvia sobre los pastos se renuevan híbridos que cabalgan sobre el lomo de la historia sayos blancos cruzan fuegos y pantanos con sus yelmos de frailejón y su corazón de acero

las musas guindan en malabares sobre las cuerdas del arpa un cuatro, una bandola; y una guitarra que llora en jirones de luna llena tras las siluetas de las parejas amantes del “Pichul” y el “Voladero”

más allá, el arco iris ondea su bandera sobre el salto del Chiguaco y los riscos de Santa Victoria donde el Cóndor marcó la audiencia de Charcas conciliábulo de la libertad sobre calizas y moradas de cristal, más allá donde los ríos dora el sol más allá donde el sol danza

del socavón de los días se escuchan sonidos de agua sonidos perplejos en la quimérica fábrica de botones,

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Mi piel más Austral curtida en piedra alta de planadas entre barrotes de ausencias y boleros entre el rezo desahuciado de una plañidera de pañolón negro entre naufragios de serpentina oleo y trementina, en la esquina de las cuitas y el quejido lejano de un tranvía en el paso y el rumor de los fantasmas de la “casa de los cilindros”

el oro de Miraflores la arcilla, el petróleo y de la cimina la cal, el raspado de hielo que fue el beso paterno del gran Cumbal; y el rito de ver la esmeralda entre la niebla del Azufral aquí estamos tus hijos del Chambú talladores de Frontales y el Gualcalá navegantes del humedal y de la jungla del fuego chamicero que deletrea la mochila del pescador buhonero, los braceros tasadores de su propia fuerza ensambladores de ruecas y monarcas conciertos de los vientos saeta del Cóndor sobre nuestras abismales comarcas !

y el festín de Ingüeza, entre los besos de las amadas que se quedaron impresos en nuestra piel más Austral y en tus manos al viento que encierran todos los misterios !

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Clave de sol En el retoño y en la floración en la añadidura de los sueños al amanecer en la última luz apacible del atardecer, veré tus manos y las mías que han tejido los años en mantos de corcheas con insondables hilos de aliento

su círculo primigenio engalanada de perlas y arrecifes de coral sus brazos circundantes entre herméticos caparazones, sus monumentales cantores que copulan en conciertos

el tiempo nos deja olvidados espejos que nos miran levantándonos la piel, hojarascas al vuelo sobre los ventanales acercan los caminos vividos en la recordación y en los silencios

las manos siguen su curso delineando la puesta del sol oh!, el mimo azul de la luna yo miro en la sonrisa de un niño la caligrafía en su cometa y el renuevo de la piel en un haz, generacional aguamarina!

los surcos recogen los primeros cantos de la mañana sobre los manuscritos del agua mil hilos de arco iris bajan por la cascada pintando minifundios y sabanas la Mar abre tibia y luminosa

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Juglar

interminable andar desafiando malezas en el alma y azarosos amaneceres, si por casa tuvo cualquier parte no le faltó la acera o la mano protectora de la estatua de la Pola, o por amigo de amanecida porque no un perro callejero que le cuidaba su lumbre a la espera del nuevo día

Salía o entraba como el viento unas veces apacible otras veces en medio de la tormenta de voz entonada con anís y rebeldía nada minó su convicción de andariego e iconoclasta bufón de parques y púlpitos santos solo fueron sus caminos que le ensañaron los aromas de sus jardines espinosos y solitarios un bálsamo para sus pies vertiginosos heridos en su loco trote por ganarle alguna razón a la vida, gloria olvidada de otros tiempos

no tuvo tal vez por vocación el amor hecho de ceniza y fuego porque el amor se le diluía en el asombro de cualquier cosa, en el rojo escarlata de una amapola en la picaresca de una mirada fugaz en el gozo de un torrente locuaz en el rostro cetrino de una mujer tantas veces amada o requerida su soledad solo fue un reproche permanente y reservado que asignaron sus “amigos y camaradas” una mirada de demanda al deber cumplido

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cansados sus hombros de cargar fardos de indiferencias y silencios su pesadilla cotidiana hecha carne y hueso desnudos a la incertidumbre y al sol canicular que afanaron de su mochila un poco de Chapil o de Guarapo al lado de su amigo Pedro Garrido, pequeñas cosas de su sencillez innata

con cruces de agua bendita ni con plañideros discursos, se fue una mañana con su propia voz con su propia alma se fue tras el vuelo de algún soñador de una Patria nueva dimensionado para cruzar el sueño mental del inmenso regalo legado por Alfonso Alexander, el Pacífico y la Guayacana!

silbaba como un jilguero montuno bailaba con la gracia de burlar una cuerda de la Vía Láctea riéndose de su propio cosmos y de su propio destino

Se fue con su propia mano se fue simplemente desbrozando el alba !

se fue también como los hombres que no esperan vanaglorias ni paraísos arrebatados en la yesca ni retos disfrazados de miseria se fue una mañana de su propia voluntad sin pedir nada solo un papel de sencillo cuaderno exigiendo que no manchen su nombre

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Sumatoria Mi pueblo duerme sobre los cristales rotos de la luna cuando la luna juega entre abismos y las sombras proyectan paraísos perdidos

sonidos cifrados en las montañas de todos los universos, la desnudez es la mejor postura tapada con las alas de una libélula o el contraluz de algún fantasma

algunos viajeros descalzos aún quieren embarcarse en la nave solitaria del diluvio la especie se ha resistido a los frutos del Edén y a la lluvia permanente de las mentiras la memoria de una costilla es un estrafalario concepto de la nada la trilogía, en una farsa encadenada !

el Búho en el campanario permanece absorto interpelando la noche, es el ojo eterno del tiempo y de las letras profanas, es un vuelo en blanco y negro sumado a la huella del hombre tras la sombra desbocada en un incierto amanecer !

Las manos han moldeado el viento y los

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Madrigal

y madera

Soy el cantor del pétalo de una flor y también del raudal que habla entre los acantilados y los ríos que me vieron resucitar, soy el trovero del agua del color y la tempestad del manantial y del caudal, de la ínsula ecuatorial luminosos dimanan colosos seres de su Mar

con pingullos ahumados sobre la leña fresca, con la parcela en las manos la siembra y la niebla percibo los gritos desesperados de los habitantes de Miraflores que se perdieron en la selva de los transeúntes de la esperanza el azar y la guerra, de la rebelión que dejó el ciclón la más grande ofrenda sus brazos libertarios en las montañas, barrios y cordilleras rompiendo holocaustos y barreras en los silencios de nuestra América,

oigo los disparos en el piano de Bach como también el lamento de zampoñas que en las parcelas son más sonoras, rasgo en el lienzo el sonido solitario del páramo el sajeo musical del viento en el aleteo de los Cóndores y la danza develante de los arrecifes de coral tatuados en el lenguaje de los Océanos con su infinito reflejo celestial

la esencia de sus pieles maceradas entre gritos tortuosos sobre los inmortales ecos de los sesentas !

nací con la acústica de tambores sobre la tulpa

Tengo mis manos que moldean el yeso y la arcilla,

Voy al encuentro con la muerte cada día porque es la condición de vivirla todavía, arranqué las primeras notas de mi guitarra que aún gimen en las cuerdas el primer amor de adolescencia !

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que hoy crecen en la ternura tocando violines de hojalata y virtuales deshechos, por el filo de un cuchillo que es la vida y por el domo de un cincel.

mis colores calamar de la niñez rasgando la Guajira ceñida al Atlántico y las mantas multicolores que rebosan de las Wayúu sus senos turgentes de cobre y miel míticas raptoras de la sal, el sol y el viento; y hasta de la temporal estancia de Papillón en Cabo de la Vela puliendo su libertad en una perla !

Soy el portador del color de mis mentores Impresionistas hechos de nenúfares y agua que no morirán jamas, asisto a la gravedad de sus manos a sus principios, a sus abismos y a su maestría informal

Tengo ante mis ojos la luz de los faroles que en un ritual de velas encadenan las sombras de los abuelos amarrados a los telares de viejos Guayacanes

dudo de la justicia divina y terrenal no hay código ni salmo que a cada uno en los laberintos del alma le pueda curar su mal !

acudí a la plástica humana la asistencia Oral y me quedé con el color y la alegría que es lo más bello del planeta y no se ufana, pasan por mi memoria todos los espacios en películas, mis fotos andando por el Mundo dando a conocer el Sur que más amamos los más bellos paisajes de nuestro terruño

Fe y templanza en la Poesía como bálsamo universal, desde el Jagüey y Manáure a vuelo de flamencos y plegarias hasta la altiva vigilancia del Choique en su Patagonia virginal y esteparia......! con el lenguaje de las espigas y los vientos, ésta : arista para todos los tiempos !

todo y lo más esencial nos ha otorgado la vida axones, profesiones y nietos

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Y todos los días

El País de nuestros sueños el que añoramos, no lo hemos merecido todavía, éste Paraíso de flamencos, yubartas, petróleo, oro y alpargatas, agoniza entre la innúmera hipoteca y el despilfarro y lo cruzan por sus costados: lázaros y bayonetas, lo sangran, lo entregan, lo hurtan, lo secuestran, lo desplazan, lo atan, lo acallan, lo desprecian, lo matan; y todos los días lo matan !

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Neruda Val-paraiso En parral nace el poema universal y el lagar del vino amargo se vuelve sangre sangre de estandarte, torrente arterial en las vertientes que bajan de Maíhue a formar el manantial de la libertad, los trenes en su último silbido lejano y de congoja cruzan la esquina milenaria y el eco en danza con la lluvia alcanza a Temuco que en albaceo trajinar de rieles ven pasar el hijo del ferroviario saltando piedras entre chapatales con olor a limo, traídos con el maná balsámico de los bosques,

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en maquis, manzanos silvestres, encinos, almendros y cóigues, son saltos altos que serán saltos de continentes, Gabriela, es ya su primer fantasma hecho devoción y carne, y el poeta escucha con atención la voz, la guía y mirando al infinito crece la fuerza que se hará verbo sonidos de guitarra y quenas manos, viento, trincheras y “aromas de lilas conventuales allí estarán presentes todos sus pueblos su “corazón de alcachofa” que en sus envolturas guarda a los próximos, los de su alma: su María Antonieta, su Delia Hormiguita, Olivares, Insunza, Varas, Couffón, Pei, Cuevas, Solimano, Burner y Pepe Rodríguez, Ayudantes en cruces de ríos y caminos de libertad; y luego los tres Juanes baquianos acompañantes por bosques y cordilleras hasta hacerse a San Martin de los Andes territorio Argentino escultores de la pampa y el tiempo!. El espectro cruza la frontera dejando entre sus nieblas Temuco y Chile

y un jirón de letras con su pendón al viento ¡ Capitán de navíos sin temor al naufragio en complot de sol y de secreto de cielo y de trigo; y de lágrimas cruza Santa Ana de Chena, Río Mapocho, los Llolles, Baños de Chihuío, Río Currible y el paso de Lilpela, Publio Agrícola su nombre clandestino a su baquiano Juvenal Flórez Noche tal vez le diría: Volveré a mi Chile por la escabrosa piel de esta tierra han sido pocas mis risas y mis deleites el tiempo ha sido también efímero, volátil, angustiante esa tenue luz sutil del exilio ya has visto como están al acecho no solamente por mí sino por todos los pueblos y sus fuentes los murciélagos con charreteras de rostros inorgánicos, Old! Pluscuamperfectos! Estos los coadyuvantes del imperio erigidos en la sangre y el saqueo mutilantes de hombres y naciones de oraciones, de ideas, de indios; y de yacimientos del cobre, del acero, del carbón y de la sal y también del paraíso terrenal! Mi Chile recogerá sus colores y sus aromas de almendros,

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los vinos de Parral y el grito fantasmal del “Chucao” mi Chile larga y metálica filo sur abrazo de mares mañana estará vital ancestral y abierta con el sol de todos los que somos los más la vida es solo una estación temporal

faro referencial de un Mar de poemas la raya virtuosa de la naturaleza Pisagua, Valparaíso, Temuco, Parral, Piedras de Boroa, Punta Arenas y todos los rincones del planeta! Frente al mar quedo su exilio junto al cuerpo de su Matilde amada entrelazados al hierro mineral de Copiapó y de las manos de la Unidad Popular todos habitando tu planeta y tú sueño de justicia social tierra ávida de cosechas y de vino ancestral donde edificaste el viento el viento terso de los amantes de pampas aromadas de ritos y de halcones acompañantes a Birmania, Capri, Estocolmo y a la piel de los desnudos de América!

Y los ancianos Sam, empezaron a caer desde sus torres de cristal, los uniformados muertos vivientes posan aún paralíticos, lacerados, amaestrados y amordazados por los verdes cómics de watergate y de la casa blanca. Las generaciones esperan entonces que vuelvas nuevamente, en tiempo libre y en silencios de espera a ver volar libres Cóndores por los cañones vertiginosos y sus parcelas por los cuatro puntos cardinales del mundo libre y de Latinoamérica, así es tu vastedad de poeta hégira pluma, mano gloriosa lagos de tinta y letras amasados a golpes de olas en los Ónices gigantes de Isla Negra

Bebemos el vino febril de tus cosmos con las notas de Jara a la izquierda y desde los ventanales de la Chascona veremos otra vez tu mar reciclador de vida y de sonetos, vas al paraíso con tus barcos de papel llamando a los labriegos tripulantes del níquel y la niebla!

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BiografíaJaime Rodríguez Pantoja NACIONAL ATMA-Exposición Museo la Merced-Santiago de Cali 2001. -Antología de Poetas y Narradores de Nariño-poemas escogidos-Publicación de JAVIER RODRIZALES-Talleres Visión Creativa- San Juan de Pasto- marzo 2004. -Correo del Sur-XXXI Premiación – Pintor más Destacado en el 2005-Teatro Imperial-San Juan de Pasto 2005. -National Geographic-Kodak-Televisa de México-Premio Internacional de Fotografía- Santuario de Las Lajas Nocturno, publicado en Revista National Geographic en Diciembre de 2008. -Imagen Regional 7-Convocatoria Bienal Nacional de Artes Visuales-BANCO DE LA REPUBLICA-Sedes Ipiales-Bogotá-Casa Republicana-Biblioteca Luis Ángel Arango- Octubre 2011-Diciembre 2014-Exposición Itinerante en las 28 sedes Culturales del Banco de la República en todo el País. Curador para la zona Sur Occidental- Jim Fannkugen.

- Diplomado en Gestión Cultural - IPIALES - Fotógrafo, Pintor y Odontólogo - Autor de los libros: Los Libertadores de la Oración y la Palabra-Agua, Cal y Canto - Encuentro de la palabra-Convocatoria Nacional-Exposición Fotográfica y Recital Poético con Flobert Zapata y María Luisa Olaya. Invitada especial Vicky Hernández-Riosucio y BonafontCaldas 1994-1995. - Fotografía Nacional e Internacional – Cámaras Junior- PRIMER PUESTO-centro convenciones Yanaconas-Cali-1993. -Casa de Poesía Silva- invitación especial conmemoración centenario del poeta José ´Asunción Silva-. Directora: María Mercedes Carranza-Bogotá 1996. -Metaforizaciones e Imágenes Ensoñadoras-Convocatoria Nacional de Fotografía-Premio Nacional –PREMIO

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Los que vienen tras la huella Crupskaya Consuelo Jr. Alehyda Cristina Hernán David Laura Cristina Darío Jr. Paula Sofía Gabriel David Arturo

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Manuscritos del agua de Jaime Rodr铆guez Pantoja Editorial Zetaz se termin贸 de imprimir en noviembre de 2015 en los talleres de Active Plotter Manizales - Colombia

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