Ojalá me Pueda Ir Pronto - Anónimo

Page 1

Ojalรก me pueda ir pronto. M. Alejandra Guzmรกn.

1


CERTIFICADO DE REGISTRO OBRA LITERARIA INEDITA Libro - Tomo – Partida 10-626-36.

2


TĂ­tulo inspirado en la pelĂ­cula Hombre mirando al sudeste de Eliseo Subiela. *** Para Jessika, con profundo cariĂąo. Por las noches largas sin dormir, por todo lo que hubiera podido haber sido.

3


Morir es un arte, como todo. Yo lo hago extraordinariamente bien. - Sylvia Plath. ¿Es el mar lo que escuchas en mi interior, sus insatisfacciones? ¿O fue la voz de la nada lo que te enloqueció? - Sylvia Plath. Sintió una especie de ternura rencorosa, algo tan contradictorio que debía ser la verdad misma. - Julio Cortázar. Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado... - Julio Cortázar.

4


Introducción: Esta obra no está hecha para ser entendida, Con que el lector la sienta basta. Sin embargo, para facilitar la digestión de esta lectura, es importante saber que las casi-quizá-pasajeras-palabras, deben leerse de la siguiente manera: Casi palabras, quizá palabras, pasajeras palabras. Además, para poder intentar-lograrcomprender este libro, se deben tener ciertos conocimientos en varias áreas de las ciencias humanas y de las ciencias exactas; se recomienda tener material adicional de consulta para comprender los términos que pudieran no-ser reconocidos por el lector, y se pide encarecidamente que no se apliquen las leyes de lógica formal en esta lectura… Es obvio que no se han de cumplir. También sería conveniente conocer primero la obra de Bob Dylan, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y además escritores con obras llenas de tintes surrealistas.

5


Andy, el narrador omnisciente. Hora: 3:33 a.m. Lugar: El sanatorio. Situaciones: Oníricas y nocturnas. Ella y su otro yo. ¡Estás aquí! La emoción pudo con Ella. No, tú estás aquí. Dijo su igual sin expresión alguna en su rostro. ¿Estoy viva a o muerta? Anonadada responde. Eso ya nadie nunca lo sabrá. Mírame, mírame y dime: ¿Qué has estado haciendo en mi ausencia? Sus manos se reencontraron luego de una distancia prematura. Muriendo en vida, viviendo la muerte. ¡Cómo quisiera vivir! ¡Cómo quisiera huir! La impotencia se posa en sus ojos como la lápida en la tumba de su igual. Huye, huye de todos entonces querida... Silencio hay, silencio no hay. Pero espera, debo entregarte algo. Su igual saca del bolsillo una servilleta con un mensaje encriptado. “The string is always ready.” Un abrazo para que el frío se vaya. Un beso para que el frío se quede. Una mirada para recordar cada noche por el resto de la No-medio-tal-vez-vida. Un cálido te amo que sale de la boca de un muerto. Una vida para dos, una muerte para dos. Espera, yo también debo entregarte algo. Melancólica su voz, habla. El día que moriste dejaste tu collar de

Lapislázuli encima de mi cama. Tiernamente se lo coloca y ruega a su igual no quitárselo jamás. Bang, bang. Ahora debes despertar, debes volver al mundo donde el tiempo existe y yo solo he muerto; al mundo donde yo solo vivo el tiempo, muerto. Te amo. Paralelamente, en algún lugar de la ciudad: Dadá y su otro yo, corriendo. Sí, es de noche, la calle está vacía y estoy corriendo. Me quieren matar. Me quieren encerrar de nuevo, me quieren dormir con un electrochoque. Y… ¡Me ahogaría, me dejaría caer, dejaría de pensar en todo, dejaría de recordar su rostro…! ¡Caer! ¡Caer! Pero si caigo me dispararán, me dispararán porque ellos son verdes y yo soy tan pálido, tan opaco, tan casi-transparente… Me matarán. Ese será mi final. ¿Quién quiere matarme? Además, si me disparan y muero… ¡Perdería mis recuerdos! perdería cada instante almacenado en mi memoria, cada beso, cada abrazo, cada mirada, cada color que he visto, cada canción que he oído... Cada parte del yo, de este yo, de mis tantos Yo. ¿Morir? No parece buena idea, es un final muy sencillo para alguien tan enredado y confundido como yo. ¿Morir? No, mejor correr. No es la primera vez que me persiguen los policías anti-arruinadores, no es la primera vez que las cosas malas enterradas en el olvido toman forma 6


humana y me siguen, me siguen como queriendo moler mis huesos a golpes, a balazos, a patadas… Disforia. Mi vida, mi vida eso es. ¿Paranoia? Deja-vú, Deja-vú constante. Se acaba el aire, caigo fulminantemente, ful-minan-te muero, muero ahogado, disparado, golpeado, destrozado. Por dentro y por fuera. Me alcanzan. Futuros Anales: Una carta en un baúl, en un ático, en una casa inglesa. Dadá escarba en sus recuerdos. 29 de marzo de 1990. Hoy es mi cumpleaños y presiento que la muerte me rozará muy pronto, me hará caer y me abrazará mientras tendido lloro. Odio he de sentir por lo que conoceré, odio he de sentir por lo que sabré. Sé que intentaré encontrar al menos una pizca de este Yo en mis ojos, pero no veré nada. A nadie podré ver, a nadie veré. ¿Qué sucederá dentro de mí? ¿Por qué no podré reconocerme? ¿Acaso el espejo me engañará? Todo una vez más. Muerte, espero por ti. Muerte. Me distraigo, me asusto. Suenan los tablones de madera Noruega. ¿Quién está ahí? Digo con voz algo impaciente. Miro sigilosamente hacia los lados, pero no logro ver mucho. Giro mi cabeza lentamente y sin darme cuenta… Alguien me golpea, alguien me tumba al suelo. ¿Quién eres tú? Digo asustado

y confundido… trato de encontrar su rostro, su yo, pero tiene un antifaz. Solo sonríe, me mira con desdén y sin mediar palabra se acerca lentamente para quitarme la carta de la mano. ¿Quién eres y qué quieres? Grito enojado, grito asustado, grito… Él me mira de nuevo, pero esta vez lo hace con aún más desdén que antes. ¡Calla! Dice alterado, paranoico mira hacia atrás, como si alguien lo persiguiera y mis gritos delataran su tan-siniestrapresencia. Bota la carta al suelo y la pisotea con mucha rabia. ¡Quema eso, quémalo! Dice él, mientras me lanza unos cerillos que saca de su bolsillo y lanza. Yo los agarro con dificultad, siempre he sido torpe atrapando cosas, tomando cosas, encendiendo cosas, quemando cosas. Al ver que obedezco sus órdenes y empiezo a quemar la carta, el chico del antifaz se calma y su expresión se torna amable. Me mira de arriba abajo y se acerca, se acerca lentamente. Toma mi mentón y con la calidez de una madre, empieza a hablarme. Escucha Dadá, nadie puede saber quién soy yo, ni que dice ahí, ni lo que pasó. Su dulzura de repente desaparece y se torna siniestro de nuevo. ¡Nadie, nadie! ¡Ni siquiera tú! Grita bailando y saltando un poco por el ático. Me alegra que no me recuerdes y que no recuerdes nada, querido Dadá… Así sufres menos, así sufres menos. Espero que nunca anheles recordar, ¡Porque qué nocivo es aquello para ti! Y Él sopla, sopla y sopla el fuego en la 7


carta para avivarlo, pero se apaga. Su rostro ríe, su rostro no ríe, su rostro ríe y su rostro está enojado… Y todo al tiempo. ¡Quémalo ahora mismo! ¡Quémalo ahora mismo! Grita melodiosamente, como si de repente quisiera cantar… Saca tres cerillos y quema la carta del todo. Se consume, se consume rápido, rápido se consume el papel que este personaje de antifaz tanto detesta… Ahora sonríe, él sonríe. Y yo sonrío, yo sonrío. Son-reí-mos. Voilà!, ¡quemé mi pasado, quemaste mi pasado, quemaste mi pasado! Grita alegre, alegre grita este sujeto. Y yo también grito. Y corro. Me asusta, me asusta tanto que simplemente huyo. Narcolepsia. De día en el sanatorio. Fecha: 21 de mayo de 1993. Andy, el narrador, en su primera aparición reconocida por el autor. Ahora, si observan detenidamente aquél jardín lleno de hermosas y exóticas flores, podrán ustedes ver a Dahlia. Ella se sienta todas las mañanas a tomar el té en soledad al lado de los arbustos. Ella tiene los ojos grandes. Ella se ríe a veces, a veces se ríe sola. Ella también viste de blanco, ella también está encerrada en este gris-blancoa-veces-negro-lugar. Ella también sabe escribir y escribe a veces. Ella llora. Ella entre-vive y medio-respira. Ella asombra a Dadá, ella hipnotiza a Dadá. ¡Oh miren todos! ¡Ha aparecido Dadá!

*** Ella y Dadá. Por: Dadá Velocidad: 45R/M. Sabe que vivo en Checoslovaquia y que la magia viene del 33, del 3, del 111. Sabe que tengo 88 vidas, pero no puedo competir: ella tiene 100. Ella lo sabe, sabe el secreto, ella sabe, sabe, sabe. Ella vive dentro de un sótano y tiene un gato gordo y peludo que saca a pasear a la madrugada, mientras yo miro por la ventana como todo se desvanece. Y la veo a ella, con sus bigotes y sus lentes de aumento, paseando a su gato sin desvanecerse. A la madrugada. A las 3:33am. Me gusta salir para encontrarla, solo a esa hora la encuentro, me encuentra, nos enc… Ella no tiene historias que contar, pero yo la sigo. Ella no tiene nada que decir, pero yo la escucho. Y entre su tansilenciosa-compañía, se crea otro universo paralelo que se adhiere a los otros 368 que tengo. Y a pesar de que conmigo no habla, cada vez se torna más interesante la conversación imaginaria. Por momentos dejo de hablar y todo se detiene. ¿Acaso he muerto y no me oye? Pienso yo. La respuesta no la tengo, y al percatarme de esto, sigo hablando y vuelve a correr el tiempo, escaso tiempo, extraño tiempo…

8


Me emociona su facilidad para atraparme sin si quiera hacer un ruido. Podría mirarla todo el día y podría seguirla todas las noches. Me tiene. Me absorbe. Me destroza. Y parece que nunca está cerca. ¿Cómo puede? Pero si lo está, está a mi lado, sonriendo. Siniestra, sonríe. Adorable. Siempre he sido un ser desdichado, desaliñado y destrozado, pero parece que a ella no le importa. No molestas, pero debo irme. Dice Ella con voz dulce y tímida, alejándose lentamente. Me hace sentir como un niño, me hace sentir como en casa, en mi verdadera casa, tan lejos de aquí… Se acaba el momento, se acaba la ansiedad, se acaba el delirio, se acaban las palabras. Se va, ella se va. ¿Por qué? Volverá… O eso quiero creer. Volverá lentamente, buscando las lágrimas que se le cayeron en la cama, buscando el tiempo, el viejo reloj de la abuela, la única herencia que ganó, lo único que merecía. Su tiempo. Camina como si quisiera llegar a algún sitio, camina alejándose de mí. Camina despacio, como si prisa tuviera, camina despacio, como si esperara escuchar algo. ¿Volverás? Pregunto intrigado, muy. No dice nada, solo voltea su cabeza y me mira, me mira sagazmente como si me temiera, como si mis juegos de palabras la hicieran temblar.

Me quedo solo y veo como su figura se aleja. Grito como el niño tonto que soy, sabiendo que ya nadie me puede escuchar. ¡Ya lo sé, ya lo sé! ¡Ni hables! ¡Solo volverás si pongo ese disco de Johnny Cash! ¡Volverás de negro, asustándome y haciéndome sonreír de nuevo! ¿Volverá? Solo se oye el ruido que deja el viento al correr, solo se oye mi eco, mi novoz, mi azul-voz. Mi gris-fugaz-voz. Mi mano encuentra en mi bolsillo… el arma. ¡He encontrado el arma! Grito emocionado, corro emocionado, la sigo emocionado. ¡Hey, espera! Grito y grito. Ella se detiene y da la vuelta, estamos frente a frente. Ven, ven acá, debes acercarte para que puedas escuchar el disco, sigilosa debes quedarte detrás de algún árbol, mirándome a través de tus gruesos anteojos que tu abuela le regaló cuando eras un pedazo de criatura. Tal vez así podrían encontrarse nuestras miradas, y quizá también nuestras traslucidas almas… Hasta sonaría la orquesta que traigo en mi interior… La emoción me invade. Pero no responde, a pesar de que insisto. No responde, da media vuelta indiferente y sigue caminando sin mirarme, sin mirar atrás. ¿Cuándo volverás? Le grito alterado. Ella se detiene y voltea a ver, sonríe, ella sonríe. ¡Pero no dice nada! ¡Responde ahora, no pregunto tres veces lo mismo! Digo mirando sus grandes ojos, mortales ojos, vivos ojos. 9


Su sonrisa se pierde, su expresión se hace tensa, rígida, como si escondiera muchos… malos recuerdos. ¡De noche, mañana, más tarde, nunca! Responde cortante. ¡No me retes! Añade enojada, añade orgullosa, añade soberbia. ¡No, nunca no! Debes volver… ¡Por el amor que no me tienes, debes volver! ¿Amor? Amor… Está bien. Responde con altivez. Mañana a la misma hora, en Checoslovaquia. Perfecto, 1993. 3:33 a.m. Huye. Sus botas suenan, sus botas corren, sus lentes guarda y su cabello arregla. Huye de mí, huye. Pero mañana la veré. Mañana. Día: Mañana Hora: 3:33 a.m. Salgo a caminar, a disfrutar de la fría brisa de la madrugada. No hay humanos en mi camino, ni pisos negros ensangrentados, ni diabólicos seres, solo estoy yo. Y a veces, ella. Mucho frío, mucho, mucho frío. ¿6 grados? Parecen 3. ¡Y son 3 porque yo lo digo! Doblando la esquina verde, cerca al gran bosque, encuentro sorpresivamente mi vieja libreta perdida que fue titulada en 1979 como: “La vieja libreta perdida llena de frases sin sentido esperando a ser escritas fuera de mi mente.”

Hola libreta, duraste mucho tiempo perdida dentro del núcleo estriado en mi cerebro, dentro de mis tics y mis temblores… pero ya eres libre, ven acá. Es hora de que tú y yo escribamos algo moderadamente-surreal-ymoderadamente-inentendible. Quisiera escribir, pero me da miedo. En alguna ocasión escribí un cuento, y su final trágico se hizo real en este universo. Me da miedo escribir, me da miedo. Tic uno. Tic dos. Tic tres. ¡Flashbacks! Me da miedo recordar, cada vez que lo hago me da un tic en el cuello y en el ojo. Tic. Molesto Tic. Cesan mis tics y guardo mi libreta en el bolsillo más pequeño de mi blanca ropa, de camino a casa veo que ella va corriendo muy rápido, como si huyera de ella misma. Pero no, no huye de ella misma, huye de mí. Me vio a lo lejos y se asustó porque yo llevo un arma. ¡No huyas, que no lastimo! Grita mi voz fuertemente. ¡El arma es falsa, está llena de palabras, agua… y fuego! ¡Y nada! ¡No huyas, que al fin sale Dadá, que al fin salgo yo también…! ¡Soy Sø...! No, no. Eso se queda en mis adentros, eso es un secreto. De repente se detiene, lo piensa un poco y se devuelve. Se acerca a mí pero cuenta los pasos: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¿Cómo es que tienes palabras en un arma?

10


Dice intrigada y mirando fijamente mis ojos grises-verdes que jamás he visto yo.

No te mueves. ¿Tienes frío? ¿Tienes miedo? Pregunta mientras toma mis brazos.

Está asombrada. Palabras como balas… ¿Acaso no has escrito nunca? ¿Acaso no has disparado nunca? Guardo silencio y la miro apenado, no sé qué decir, no salen las palabras… Ella me mira, me mira sin parpadear. ¡Ya sé! Dice rompiendo tempestivamente el silencio. Temes escribir, escribir temes, Dadá. Da-dá.

No, es que… Él está acá. Le digo en voz baja, para que él no me oiga.

Ella sabe mi secreto, efectivamente lo sabe. La miro asustado y luego aparto mis ojos de los suyos. Para disimular mi miedo, sigo hablando como si no supiera de qué habla ella, como si no supiera que ella sabe que tengo miedo. No, no le temo realmente. Respondo con una voz más-o-menos-tranquila. Me gusta, pero… Me falta algo para empezar a escribir. Y no, no es mi libreta lo que me hace falta, acá la traigo. Se la muestro orgulloso. Es… un esfero, eso sí que me hace falta. Falta, mucha falta. Y tranquila responde sonriendo: Acá tengo uno, es azul. Azul es, del país del sol naciente es. Toma, te lo regalo. ¿Qué más te hace falta? Quizá yo me hago falta. Respondo algo triste. Pero creo que ya me encontré. Entonces te presionaba tu ausencia y ahora tu repentina presencia, dice como si hubiera descifrado un acertijo. Me mira por un rato y nota que me he petrificado, que no parpadeo y que quizá tengo miedo.

¡Santos suelos! Dice alarmada y saca de su cartera de travesti una pistola en forma de corazón. ¡Alto, manos arriba! Dice apuntando al pecho de él. ¡Eres un ladrón de conciencias! ¡Y lo sabes! Dice Él sonriendo. ¡Pero no soy solo “el secreto”, yo soy Søren! Pero tranquila, tranquila… dice mientras baja la guardia. No soy tan malo, puedes dejar de apuntarme. ¿De dónde has salido? Nadie sabe lo que soy yo, quien soy yo o como soy yo… Dice confundido. Ella Guarda silencio y Señala el cielo. El Gris cielo, el negro cielo. Y me mira a los ojos, algo confundida y bajando el arma. Froto mis manos. Agacho la cabeza por un instante y luego la levanto de nuevo para mirarla a los ojos también. Solo quédate, le digo. La verdad no me interesa saber de dónde vienes, porque al parecer venimos del mismo lugar y yo vengo de ningún lado. Vengo de 1993, a las 3:33 del 23. Algo pensativa se acerca a mí, como queriendo descubrirme. Su rostro está justo en frente del mío y hasta puedo sentir su respiración.

11


Un, dos, tres segundos de silencio. De repente toma mi mano y empieza a hablar en voz baja, muy baja, como si quisiera que Søren no nos escuchara… No me atrevo a fabular una manera de irme. No me atrevo a inventar, como en otras ocasiones, una escala para huir al cielo. Dice algo entusiasmada. ¿Qué tienes ahora, Señor muy formal, almas o armas? Rozo mi nariz con la de ella. Si hubiera un narrador en esta historia, diría que esto es un beso esquimal. Almas, almas tengo señorita… Digo tímido y alegre. ¿Cómo es tu nombre? Me mira como retándome, se va corriendo y sonríe. Volveré a verte, Søren Dadá. Grita en la distancia mientras se aleja. Quedo petrificado de nuevo, de nuevo. ¡NO! Grito en la angustia… Debe irse y mi llama se apaga. Muero lentamente, pero quizá si voy a no-dormir, la encuentre de nuevo. A pesar de que no habla mucho, sus ojos si lo hacen y yo los entiendo. Yo sé lo que dijeron, yo lo sé… Es nuestro secreto, nadie más penetrará este mundo, nadie más sabrá que existe a mi lado, nadie más la verá en la madrugada paseando a su gato a las 3:33 am. ¡Nadie más! Lo decreto. Lo decreto porque eso es lo que me piden sus ojos.

Pensamientos Dadianos. Voz en off. Cerebro: On. Me encuentro en la cama blanca del prestado-cuarto-blanco y pienso: ¡Qué bueno haber escapado a tan lejanas tierras checos-lovas con ella! ¡Mucho frío, frío indecente que atacó, pero siempre tibio el aire estuvo, no había porque preocuparse! Espero pase tan ácida noche como yo, espero no duerma y sueñe que hablamos, espero despierte y pasee a su gato, espero no llore cuando encuentre su reloj y se dé cuenta que es tarde para volverme a ver, aunque para mí jamás es, ni será tarde: acá no existe el tiempo. *** Sueño de Dadá. Lugar: Innombrabilandia. La veo a Ella de nuevo y sonrío lentamente. ¡Qué feliz me pone verla! Ve que me acerco, y asombrada me observa. ¡Te olvidaron! Dice con voz comprensiva y algo melancólica. Te dijeron que vendrían por ti y no lo hicieron… Pero ya no importa más, ya por otro día no importa, porque el sueño te libera del odioso mundo de los despiertos. Llama otra vez el sueño para arrancarte lo que no quieres dentro, lo que solo quieres olvidar… Como ellos te olvidaron a ti.

12


Cierto, mis padres… dice mi llorosaquebrada-voz mientras limpio mis lágrimas-azules.

Yo tengo una: te la presto cuando llegues.

¡Oh pequeño, no llores! Dice ella abrazándome y posando sus tibias manos en mi cuello. Y el llanto cesa, mis ojos se cierran y simplemente sonrío, sonrío fundiéndome en el momento, en el fugaz momento en el cual al fin siento su tibia aura.

No, solo está amarillo y gris. Digo mientras diviso el cielo cual vigía en la cofa. ¿Allá llueve?

Acá ella no tiene que huir, ni correr, ni dormir. Acá Ella siempre está conmigo. Y no me importa el mundo, no me importa si se mueren todos, no me interesa si mañana no amanece, si todo colapsa, si me abandonan, si se cae el cielo y vuela la tierra. No me interesa, No. ¡Quisiera quedarme acá para siempre…! Me suelta, se enreda la cinta en la casetera, se corta la escena. Debe irse. ¿A qué hora volverás? ¿Volveré? No me voy, O ya voy. ¿No te vas? Excelente. Subo a un árbol. No lo sé, ven y ya. Grito desde la copa del mismo. Iré, pero dime en qué país estás. Te espero acá, en Praga, en 1993. ¿Debo llevar algo? Sí, trae papel y pinturas y trae tu nariz, para que respires un poco. ¡Necesitaré una maleta grande! Grita algo emocionada por la idea de ir a Praga.

¿Llueve allá?

No. Casi, pero aún no. ¿Te gusta que llueva? Me gusta, adentro y afuera. Pero hoy quisiera estar adentro. No traje ropa adecuada y ya salí, no puedo devolverme. Espero vengas caminando, así te mojas más y te presto una toalla morada para que te seques. Siempre voy caminando. ¿Y miras el cielo púrpura? ¿O miras el suelo azul? El suelo. Así logro ser invisible. Caminar me gusta, hoy estoy contenta. ¿Por qué? No sé, la sobriedad. ¿Estás sobria como yo? Sí, muy. Como tú. Dice mientras llega a Praga, a mi árbol favorito. Abrázame y pégame golpes. ¿Con la cabeza? Si, en el pecho. Me gustan los abrazos. A mí también. ¿Y respiras? ¿O solo en la noche?

13


Profundo, mi secreto es respirar para estar bien, para estar mal. Espera, debo prender esta lámpara Coleman a gasolina. ¡Ya está! ¡Ya no sentiremos frío!

Porque estás ahí y te veo, porque me gusta tanto que me asusta.

¿Y qué se siente respirar? Pregunto intrigado, atontado, in-fan-ti-li-za-do.

Miedo, miedo siento. Dice peinando su cabello negro y largo. Dice mirándome preocupada.

A veces duele, a veces alivia. Pero espera. No me dices nada sobre ti y yo quiero saber. ¿Quieres conocerme? Bien, te lo diré. Me llaman Dadá, No soy nada. Tengo 88 años, 22 menos que tú. Me gusta la música, Enloquecí cuando tenía 33. Mi voz es extrañamente grave, Pero puede ser aguda. Me gusta caminar, Volar, Escupir-chicles-en-la-calle-hasta-quemueran-aplastados-por-las-llantasde-un-carro. Me gusta reírme mientras nadie me oye, Soy traslucido de día, pero brillo en la oscuridad de la noche. Mi color se llama azul-cian-rey-cielopetróleo-turquesa-aguamarina, Me gusta pasear a mi pug imaginario. Quisiera ver. Quisiera hablar. Quisiera sentir. Quisiera escuchar.

Eso no lo creo, no te asustes. Que te guste no está mal, mal sería que no te gustara: muy mal. Me pondría triste.

¿De que no exista? ¿O de que exista? ¿De que sea, o de que no sea? ¿Existes? Dice mirando alrededor, como si no pudiera verme, como si tan solo fuera una invención de su ya-tangris-mente… Si y estoy temblando. Vayas-te-quequiero-no, asustes-te-que-quiero-no. Se han crispado mis cabellos. *** 7 días después: Ella espera pacientemente en la esquina verde, tenemos una cita. La observo por la ventana mientras termino de bailar el no-baile que inventé en un sueño que no sucedió. Me tiro por la ventana impulsivamente al verla desde el altillo de mi casa inglesa y ella me mira: solo sonríe. Acá estás Dadá… Cuéntame una historia.

Ya no te creo nada, Da-dá. ¿Por qué no? Tienes que creer en mí y en mis secretos.

14


Un-no amor. Cuento impopular del señor muy formal, Dadá. Soy gris ahora. Todo adquiere un no-sentido, el futuro no-existe pero lo veo, los olores son efímeros pero se quedan pegados a mi nariz, la vida es absurda pero ahora sé que hacer, lo eterno es mentira pero Ella no, Ella es real. Pero yo no, yo no existo. A veces siento, que cuando la recuerdo estoy dormido y que puedo ir a visitarla a un mundo paralelo en escala de… grises. Y no despierto. No quiero. No quiero porque al hacerlo, vuelvo a ser el vil mortal que siempre fui, pero con todos los sentidos descompuestos y el cerebro no-andando. Todo es gris. No hay mundo real ahora, todo es gris, antes podía escapar si tenía un mal viaje, ahora no. Toda mi vida es esto: un mal viaje. Cada día me estoy enamorando más de su no-vida, de su no-cuerpo, de su noamor. Todavía estoy recordando sus no-grises-ojos, todavía me tiembla el corazón porque me no-miró, todavía siento que lo más fugaz es lo que más dura, porque desde ese no-día todo cambió y yo no pude ser el mismo. Ahora soy Ella, Ella siempre, Ella, Ella, Ella. Dentro de mí, Ella. Su mirada me recordó el futuro que no vendrá, el amor que no es amor, el encanto de volar sin ver el suelo, la convulsión de los sentidos, el colapso de la vida, el

reencuentro con lo perdido… Sus ojos generaron en mí más sensaciones de las que conocía y sigo desconociendo el nombre de la mayoría, pero puedo asegurar que se siente: Gris. No conozco nada más ahora. Andy, (el narrador/director/productor/actor.) Descripción: Hombre, blanco, heterosexual, de tendencias políticamente correctas; con gafas gruesas, ojos color café y sonrisa arreglada en la juventud para que encajara con las demás perfectas sonrisas del Jet-Set. Su voz suele ser sarcástica y algo altiva.

Pdta.: El exceso de amor puede causar horribles desengaños que se entenderán y superarán cuando el humano, usado y maltrecho, vuelva en si bajo el efecto de algún poderoso alucinógeno, que lo haga darse cuenta de todas las brutalidades que cometió bajo los nocivos efectos del amor y entienda el porqué de su estancia en esta correccional gris del horror. Silencio, Andy. Estoy intentando contar una historia. Como decía, me he metido en un vórtice en escala de grises. El gris es lindo, está bien. No veo nada más, así que larga vida al gris. Yo… estoy aprendiendo. No sé qué me pasa pero no tengo miedo, tengo curiosidad: quiero seguir descubriendo cosas grises, quiero seguir rebuscando en el fondo de su no-alma a ver si encuentro su no-amor, su no-cariño, su no-deseo, su no-miedo, su nodesorden. 15


Son muchas cosas que en realidad no se preguntan. Quiero ser el manifiesto de su arte, quiero caminar con ella y sin ella, quiero respirar ahogándome, quiero morir viviendo, quiero olerla y destruirme, quiero estallar y caer en ella. Quiero todo, a las 3:33 a.m. porque a esa hora no hay luz. Solo espero. La espero. La noche está tibia, milagrosamente, azarosamente tibia… Estaría sentado a su lado de no ser por los DB Kilómetros que nos separan. Estaría susurrándole al oído cuanto me agrada estar a su lado, estaría mirándola fijamente hasta que no lo resista, hasta que me diga que me detenga… Hasta que tome mis azules manos… Andy, el camaleón que puede ser quienquiera y decir lo que quiera, cuando quiera: ¿AZULES MANOS? Reemplazar por: Grises manos. Y me diga que debemos ir a bailar, a caminar, a comer, a ver el cielo... Ella siempre sabe cómo hacer que yo me vuelva un ave: me mira desafiante y se aleja, huye de mí. Y yo tan afanoso de sentir su color, de oler su alma, de ver sus palabras, de oír sus miradas, la persigo por toda la habitación-Sótano intentando tocarla, intentando revivir, sonriendo porque estoy saboreando sus movimientos, su manera de ser, su rostro.

Søren, el poeta. Toma uno. Acción. Voz: Dulce y por supuesto, poética. (Incluye un arpa, una corona de laurel y algún otro elemento totalmente teatral.)

Azul, todo está azul hoy. Azul, lunes azul es hoy. El primer día y es azul. Sí, busquen referentes culturales de: lunes azul. Cállense. Sigan leyendo.

Dadá, al este del edén: Gris. Todo es gris aquí. Cuando el día sea gris la veré, pero no sé cuándo sea ese día. Solo ella decide qué color tendrá el día en su… decisiva indecisión diaria. Como quien ve unos ojos que quiere tener y los esquiva, como quien oye la música y se aleja… pero discretamente sigue viendo y discretamente sigue escuchando, sin temores, afanes o impaciencias, espera que todo pase para ir a ver qué pasó, espera que todos sigan para detenerse, espera que todos griten para hablar, espera que todos salten y Ella se tira al suelo, como queriendo escuchar al mundo, como si todas las voces del vulgo fueran el más absurdo e inentendible ruido, como si la única voz que escuchara no hablara, no hablara más que en su mente… 16


No hablara más que en las noches frías llenas de niebla y canciones oscuras. Solo Ella puede oírme cuando nohablo, solo Ella puede verme cuando todo está oscuro, Ella puede caminar entre la niebla y abrazarme sin sentir frío, quemándolo todo, congelándolo todo. Ella no me abandona, siempre está ahí. Sin nada, sin todo, sin nada, sin nada. Me aterra, me aterra como puede hacerme feliz con solo mostrarse vagamente, me aterra como logra tanto con solo detenerse ante mí, sin decir nada, sin hacer nada, siendo todo. Andy, el muerto: Parece una vida, una vida para mí. Un muerto, ella: una vida. Tentador, ¿verdad? Tantas canciones, tantas notas, ¡todo eso logra! Y cuando me toca, la explosión es tan enorme que mis sentidos colapsan, mi vida colapsa, ni siquiera puedo respirar, Ella me absorbe, Ella me hace volar en su habitación como un Falco femoralis: Y yo lo rompo todo, yo destrozo sus tesoros, destrozo sus secretos, la miro fijamente y cuando vuelvo a respirar Ella no dice nada, Ella está ahí, atrapándome para contener mis primitivos instintos de volar, de huir con Ella, de no frenar…

Mi sentir es un vaivén, mi vida se tambalea, mis recuerdos se borran, no existen más. Todo cambia de color, todo es tan oscuramente claro… Tan nítido. La melancolía se apodera de mí, de mi rostro, de mi carne, de mi muerte, de mi entre-gris-no-muerte-vida. Todo es un declive rápido, todo sube, baja, acelera, frena… me ahoga. Todo me confunde, la claridad hace mucho que se fue, ya no hay una certeza de nada, ni un futuro, ni una pizca de cordura si quiera… Estoy en otra realidad, donde todo parece igual pero nada es igual, donde todo es tan complejo, donde cada decisión es todo un acertijo de colores que hay que resolver en una caja de cereal… ¡Y encima todo es gris! Donde cada camino debe ser considerado tres veces para luego huir o tomarlo, donde cada vez que respiras te ahogas, te fundes con no sabes que, te enfermas, te multiplicas, te odias, te repudias, te escribes a ver si te respondes, a ver si te encuentras y al otro lado solo hay silencio. Mortal silencio que agobia el alma, las dos que tienes, porque una es oscura y la otra clara… una la puedes cambiar por algo más, una la puedes regalar, vender, alquilar, prestar… Matar. Y estoy sin ella. Solo me queda la gris, la otra la empeñé para comprar una guitarra.

17


3 meses después: Lugar: el sanatorio. Un Dadita jugando en el parque: Voz: melancólica. Ya no la veo y eso me duele. Y ya lo sé, la odiaré cuando crezca porque volvió mi azul magia gris, mi azul mundo gris… ahora hasta yo soy gris. Gris, gris y gris. Ni siquiera me divierto en los columpios que eran lo único que me gustaba de este lugar… ¡Cómo quisiera perder la memoria! Momento… La entrada a su mundo era mi color: ya tiene mi azul-cian-rey-cielopetróleo-turquesa-aguamarina en su colección. ¡Qué triste estoy! Søren se sienta a mi lado y me consuela. Parece que a veces es buena persona y a veces no… Realmente no lo entiendo bien. De repente empieza a hablar, de repente empieza a… ¿masticar un chicle? ¡Dadá, entiéndelo! ha robado tantos colores que ahora ella es la colorida, ahora es Ella quien se ve tan fantástica… Dice enfadado y con un tono de voz arrogante. Es una ladrona de colores y almas, y ahora que tú perdiste lo único que tenías, ya no eres nada para ella. Nada, Da-dá. Me mira algo triste y se va, tratando de decirme con sus ojos que había cometido un grave error. El columpio donde estaba sentado se mueve, se mueve de lado y hacia adelante, se mueve y se mueve… ¿yo lo muevo?

Søren, el poeta. Toma dos. Acción. Quédate acá, siéntate conmigo esta noche a ver las estrellas pasar, morir, huir. Quédate y cantaré una canción, quédate y permíteme mirar tus ojos tan profundos, tan conocidamente-desconocidos para mí. Me llaman, me gritan mil cosas, hacen que corra a mirarlos… Y simplemente me dejan sin aliento, enmudecido por su efecto, como si ya no tuviera que buscar más, correr más, llorar más… como si todo lo guardaran tus ojos color café, como si el universo conspirara y me dijera: Detente a verlos, que nada más existe para ti, detente ya, que todo lo que has buscado está ahí dentro… Pero ya no está… Pondré el disco de Johnny Cash para que vuelva. Andy, el narrador atento que describe mejor a los personajes que cualquier cronista del siglo XVI: Ella: (Ella es un delirio atemporal: al parecer cuando se va sigue ahí. Es una especie de noser-siendo-ser, una alucinación colectiva de una sola mente: La de Dadá, la mía mente, la no mía mente. Alma, no-alma danzante, susurra cosas en las noches, revive cuando hay oscuridad, huye de la luz, huye de mis linternas azules, huye del mundo conocido y se cae en el agujero que hizo el Pug imaginario en mi jardín, desciende hasta mí, hasta mi-no-mundo-no-realmenteimaginario, hasta mis brazos fríos y tibios, hasta mi boca enloquecida por no-besar. En mi cabeza no hay luz, así que suele esconderse ahí, suele ver películas de mí, de mis recuerdos, de mi antigua vida lucida, de 18


cómo era todo cuando Ella no me había visto, de cómo era todo antes de que mis sentidos se descompusieran y mi cerebro se desconectara, puso unos viejos discos de vinilo y conoció la música que yo solía escuchar cuando moría y vivía. También trajo los suyos: Knup tsop. Le encanta casibailar en mi cabeza, le encanta pasear a su gato dentro de mí, le encanta acariciar al pug mientras duerme panza arriba en mi hipotálamo de colores fosforescentes, le gusta mirar mis ojos desde adentro, como nadie más puede, pudo o podrá jamás: Como solo Ella lo sabe hacer.) Abro los ojos. De nuevo el blancolugar-prestado… ¡Otra vez no, no otra vez! Estoy en confinamiento solitario, como raro, como siempre, como de costumbre. A la única persona que quisiera ver es a Ella, a la única persona que quisiera sentir y no-sentir es a Ella, ¿por qué no está acá? Tiende a no-abandonarme cuando sale el sol, tiene a aislarse como yo… Quisiera pasar los no-días a su lado. Solamente a su lado… Volando. La estoy buscando en la pared verde pero no la encuentro, parece que su transparencia ha aumentado y necesito otros anteojos, estos de sol ya no me sirven para verla en la verde oscuridad de mi pared blanca… quiero que vuelva, quiero que vuelva.

dañado está todo en mi cabeza! que la veo y no la veo, que la extraño y la extraño, que la pienso y la pienso, que no la olvido y no la recuerdo… ¡Qué dañado está todo acá adentro! donde llueve en su ausencia y cae nieve en su presencia, donde el frío me corroe, nos corroe, nos obliga a tocarnos sin sentirnos, a juntarnos a lo lejos, a quemarnos con hielo una vez más. Nota del autor: Si puedes (tal vez no) reconocer que “ella” es (no-es) solo una alucinación, (y si, es una persona de carne y hueso. Por eso mismo debería ser tan solo una alucinación, para ser solo lo que uno quiere que sea y no lo que per se es y uno odia con eso que uno ama) que todos los placeres de tu vida no son suficientes en su ausencia, (ni dormir, ni comer, ni la velocidad extrema, ni el dolor si quiera.) y encima hace mucho tiempo no ves colores en tu realidad: ve al dealer de (novidamuerte) más cercano, es probable que hayas dejado de estar (vivonoytambiéndrogadono.) Lloraré eternamente, silenciosamente. No estará. Seguirán pasando varios grises días. Y ya no lloraré eternamente, pero sufriré eternamente.

Cierro los ojos para verificar que el daño sigue ahí, y si: todo en desorden. Abro los ojos, la pared es de color azul y ella está ahí, sonríe y se marcha. ¡Qué 19


*** Søren, el poeta callejero. Toma tres. Obra: Las no-lágrimas de mi no-ser. (Pdta.: Necesito un filósofo decente con el cual debatir el título de esta obra.) Si al menos salieran las lágrimas… Estaría feliz, porque es muestra de que aún queda algo de humanidad en mi interior. Pero ya no lloro, ya no siento nada. Y no es lindo, es terriblementeabsurdamente-trágico. Tanto que ni poesía puede ser. Porque lo siento todo y nada dejo ver. Solo lo que se deja ver puede volverse poesía. Pero lo que uno es, no se ve en el rostro. Lo demás es prosa, vulgar prosa. Prosa, hermosa prosa. SØREN IS DEAD.

Andy, el poeta-literato-filósofo-sofisticadocrítico: Eso es solo “arte” callejero: nada digno de ser leído solo porque está en la calle. Ni lo miren, ni lo lean que pierden el tiempo, gente vulgar que no puede llorar y por eso sufren. Inconcebible.

Solo me siento en este frío suelo a recordar… Mis manos siguen atadas y no puedo hacer absolutamente nada más que. Recordar. Aislamiento, aislamiento. Recuerdo #1: Søren en su cama, lleno de sangre. Fecha: 03/04/1990. Cada vez que ves las puñaladas que te diste, sientes que pudieron haber sido más profundas, que tienes peores cicatrices, que lo que haces ahora es solo una muestra de estupidez y no de valentía, así que tu mente te pide que te apuñales más fuerte, tu mente quiere más sangre, más dolor, más problemas de nuevo, más violencia de nuevo. Se ha vuelto tan resistente que necesitas más, necesitas ir más lejos pero no cruzar la línea, necesitas callar a tu mente, liberarte de ella al menos por unos días, al menos hasta que sane la herida que no sana, al menos hasta que algo peor pase y debas volver a apuñalarte… La mente, apuñálate la mente. Solo falta la estocada final, la puñalada maestra que logre calmarte… Perfecto, ahí está. Nadie puede llamar a la línea contra suicidios porque no existe, porque se ríen, porque gritan, porque eso duele más, porque todo está al revés.

20


Quieres respirar, pero estás tan tranquilo que es imposible: te sacuden, te golpean, intentan que tu corazón vuelva a latir… pero no sucede, tú te ahogas plácidamente, la música da vueltas en ti, la gente intenta revivirte pero nada sucede, solo sientes que te ahogas, vuelas… La música sale de ti, entra al mundo, entra a ti de nuevo… Que bien se siente morir. Todos deberían morir escuchando su disco favorito. ¿Esto tiene lógica?

The Beatles – Strawberry fields forever. *** Recuerdo #2: Dadá y los policías: Corriendo voy, pero me detengo un momento. Aquél chico Fenrisulf grita desesperado. ¡Dadá corre, corre, corre ahora! Nos persigue la policía, nos persiguen los ladrones, nos persigue todo el mundo… ¡Corre rápido! Nos buscan por ser traslucidos, nos atacan porque no tenemos nada, hay que correr sin resbalarse, tenemos que salir no-tal vez-de pronto-con lesiones-pero-vivos, no importa si nos dejan la cara rota, las mentes cerradas y los cráneos abiertos… Debemos tratar de escapar. Dice entre el ahogo y el miedo.

Podemos escondernos en esas casas inglesas y saltar de jardín en jardín viendo como nada cambia dentro de ellas… El tiempo es el mismo desde que alguien las levantó, en los años 30. Digo más bien distraído. Magia. Extraño esa magia de las casas inglesas. Pienso por un momento en las vagas películas de mi memoria y por inercia freno para ver el interior de esa casa… ¡Qué lindas poltronas estilo Luis XV! ¡Dadá, o mueres mirando esa casa inglesa o corres y salvas tu carne! Dice Fenrisulf algo enojado a lo lejos. Fenrisulf corre y yo también corro. ¡Pero nos alcanzan, nos golpean! Fenrisulf no se levanta y yo tampoco. Los policías se van… se van y llega un-a chic-a… no veo bien su rostro, quizá por mi casi-inconsciencia o quizá por su máscara… solo veo sus ojos, sus ojos que me miran con tristeza e impotencia… un-a chic-a llama una ambulancia… un-a chic-a... Solo está ahí, de pie, ahí…

Carta del pasado (futuro) en la casa inglesa, antes (después) de salir y ser correteado por la policía. (Policía: persona común con un uniforme de color verde y con un C.I. notoriamente inferior al de un ser humano normal.) Aplica en cualquiera de los dos casos:

21


¡El mundo me agobia! Quiero-no salir nunca-más, solo lo haría para verla… ¡Ese es el único motivo por el cual saldré, de lo contrario, me rehúso! El mundo es tan hostil, tan cruel, tan siniestro… y se supone que esas tres cosas me agradan, pero no. Hoy no. El mundo es un desastre sin ella.

menos consecuencias, esta muerte no (quizás sí) ha sido experimentada por ningún (algún) otro ser humano. En esta muerte parece que estás vivo, pero el dolor se agudiza y tu cabeza está enredada; nada ni nadie puede salvarte porque no estás en peligro, nadie puede oírte porque no estás gritando, nadie puede amarte porque tu cuerpo está frío y no necesitas calor porque así funciona mejor tu inconsciencia.

Ha sido una noche extraña de un día extraño. No he hablado con ella lo suficiente, parece que cuando eso pasa dejo de entenderlo todo. Todo lo que nunca entiendo. Solo le entiendo a ella. Siento una necesidad impetuosa de verla. Mi alma grita, mi ruidosa mente no se calma y todo dentro de este nocuerpo necesita ver sus no-grises-ojos, necesita sentir sus manos, oír su olor, oler su voz.

Mi peor desgracia y mi mejor recuerdo. En la sala de lectura del sanatorio. Hora: desconocida, aunque hay un poco de sol.

Andy, el preguntón:

Parece que dentro de mí ya no hay certezas. Pero, ¿Qué es una certeza? Las certezas son…

¿Para qué la quieres ver si puedes volar? es lo mismo.

(Según el diccionario-surreal-de-lalengua-Genuina)

Me gusta su compañía, su no compañía. Su silencio, sus ruidos. Ahora mismo descansa en sueños, donde yo no vivo sino muero al verla, descansa en almohadas, que vuelan sobre mí. Duerme, mañana me verás volver a ti.

Certeza: Nombre femenino.

El diario de Søren, el sentimental. Título: Ausencia. Estoy muriendo cada día un poco más. Pero está muerte no es como las demás, no tiene un motivo aparente y mucho

1. Conocimiento seguro y claro que se tiene de algo. Ej.: “Esta segunda selección supone ya, ahora sí, la certeza de haber escogido aquellos datos que nos encaminan hacia la respuesta final creativa" 2. Cualidad de cierto. Ej.: "la certeza de que lo que acabas de vivir será tragado por el tiempo." 1 1

http://www.wordreference.com/definicion/certe za

22


Pdta.: admiro a los que escriben ejemplos para diccionarios, se nota que saben escribir poesía pero que aceptaron un empleo cómodo donde podían ganar dinero y vivir… tranquilamente-drogados, quizá. ¡Pero! sin ellas te conviertes en un ser no-humano perdido en un mar de dudas-inciertas muy ciertas, en un ser lleno de indecisiones, de aporías, de… Materia gris. Vivir sin certezas es vivir sin palabras, y no hay reproches donde las palabras nunca han sido dichas, donde los encuentros nunca sucedieron, donde no hay formalismos ni etiquetas, donde el amor está y no está, donde los cuerpos se tocan pero se olvidan, donde cada palabra de amor es desechada y guardada para siempre… Andy, el filósofo: ¡A guardar silencio, sofista grosero! *** De: Dadá. Para: Ella. Asunto: Una carta de amor. Correcciones por: Søren. No creas tú que esto ha ido rápido, esperé a que el valor suficiente se juntara para hablarte, para buscarte, para perderme en ti: sabía que si te encontraba, ya nunca más iba a poder escapar.

Fue un paso… (Aceptémoslo, no muy, pero no necesariamente por esto malo… ¿No premeditado?) Premeditado. (¿Fue algo que medité y medité?)

Hasta que todo ese coraje y valentía… (Reemplazarse por: El deseo desmedido por ti me hizo asecharte como si fueras una presa y yo estuviera hambriento, soy un salvaje.)

… se unieron y me hicieron llegar hasta ti. No creas tú que esto va muy rápido, no creas… También supe esperar por ti. Con cariño: Dadá, el valiente. Søren, el salvaje. Un silencio. No hay aplausos en el set. Andy, el director enojado: Bien Dadá, bien Søren. Lo han arruinado todo de nuevo. ¡Se ha ido, se ha ido Ella! Corten. (¿Dónde está ella? No la he visto en el set desde hace varios meses… La necesitamos para las próximas grabaciones… Oh, ya no. Ahí no-estás tú.) Pausa para reírse de la vida normal, muchachos. (Ve a tomar algo caliente, te ves pálida y fría.) Estamos de vuelta.

23


Al llegar la noche, y luego de un largo día entre libros y cartas, Dadá se va a la oníria; a su realidad-surreal, narrada lucidamente. Sueño #1. En el tocadiscos: Concierto de piano en D menor, BWV 1052: II. Adagio. Glenn Gould. Estoy solo y todo es gris-negro-grisblanco. Estoy solo al frente de un gran árbol… Gris. ¿Estoy solo? No, no lo estoy: Tras el gris-árbol, es oculta una mirada azul-verde llena de picardía. ¡Hey tú, chica de ojos pardos! ¡Si…Tú! Ven acá. Vuelve, no te vayas, tuviste la osadía de detenerte a escuchar lo que estaba pensando en voz alta… y mirarme a los ojos. Así que ahora quédate. ¿Acaso no habías muerto? Sigues respirando en mi inconsciencia. Júralo, Jura que estás viva. Solo me miras como queriéndome decir algo, pero tu voz no habla; como todos los muertos que no conocí pero me hablan en sueños, como los accidentes que los asesinaron, las sobredosis, los pensamientos radicales… Tengo el gusto de conocer a la gente cuando ya está muerta, cuando ya solo son un recuerdo que camina entre sus amados y no una figura viva con la cual puedes hablar, a la cual puedes tocar, sentir… Aunque a decir verdad si la puedo sentir. A veces creo que la gente nunca muere, solo trasciende a un estado de

materia distinto, quizá se quedan en el plano de los sueños y por eso me los encuentro tanto, o quizá, solo quizá, mientras dormimos estamos muertos. ¿Acaso tienes algo que decirme? He estado tratando de descifrar la verdad de lo que te aconteció y ahora me acontece y adivina: aún nada tiene sentido. Quisiera entender porque decidiste morir y abandonar a tu otro yo, dejarlo tan muerto e inanimado, sin más ganas de vivir que las que le otorga cada miserable día. No deseo incomodarte, solo quiero escucharte. Me gusta escuchar a la gente, me gusta leerlos mientras caminan muertos ante mis ojos cerrados; tu belleza me tiene ciertamente anonadado, si estuvieras viva me gustaría hablar contigo, intentar sonreír con tus palabras, salir a caminar… Pero en este plano no puedes hablar. O quizá sí, pero aún no es tiempo para escucharte, aún no estoy listo para tener respuestas. Encuentro fascinante el hecho de conocer gente muerta, son un misterio mayor, están en un estado supra-sensorial que anhelo alcanzar y entender definitivamente. Quisiera suicidarme, ser asesinado, sufrir una sobredosis accidental… pero por el momento me da más curiosidad seguir vivo, al menos acá “puedo controlar” lo que soy y lo que no… Cuando estás muerto solo eres lo que fuiste vivo, solo eres una sombra, un fantasma, un espejismo que vive en cada memoria de conocidos y extraños ultra sensibles,

24


como yo. Y aún no es mi tiempo, no aún, aún no. Consejo de un muerto para un vivo: Me leíste. Pdta.: hay que dejar algo escrito antes de morirse.

Todo esto me resulta muy gris-frío y hace que mi vida casi-medianamentetal-vez-real se sienta diferente. Quiero encontrarte más seguido en sueños, quiero hablar contigo, quiero que respondas. En una oníria paralela: Carta para su amigo Miguel, el muerto. Sabes, quisiera llorar; pero como siempre, no puedo. Las lágrimas no existen ni en mis sueños, quizá he llorado tanto que simplemente desaparecieron y ya no volverán jamás. Pero mi anhelado-llanto no es de tristeza, es de alegría, alegría de verte ahí, como si vivieras de nuevo… Quisiera que la vida fuera como es en los cuentos: Llamas al diablo, él te muestra la vela de tu vida y si tú quieres, le puedes dar la mitad a otra persona, así te sacrificas y alcanzas estados de consciencia aún más elevados. Yo te daría media vela, sería interesante verte revivir de entre los muertos. Miguel. Me despierto y todo es confuso, su figura se desvanece y yo no. ¡Yo no! Verlos no ha sido un evento aislado, a veces siento que siguen vivos en algún

lugar, en algún momento, en algún espacio… Como si el mal no los tocara, como si hubieran sido perdonados y liberados de todos sus pecados y malas costumbres, se sienten como seres limpios, puros, seres que aprendieron sobre el todo y ahora vuelan, vuelan lejos-cerca de todos nosotros, mundanos seres carnales autodestructivos y fieras. Quizá ese es el poder que se me ha otorgado, hablar con los muertos, ver a los muertos, vivir con ellos. Ser su puente entre ese mundo y este mundo. (?) Puede ser cualquier cosa, puede simplemente ser mi angustioso deseo de huir de la realidad lo que me pone en frente de ellos como un pequeño niño perdido, intentando hablar con alguien para encontrar su hogar, en el que por cierto, jamás ha estado. Me duele como si fueran mías todas esas emociones, como si yo hubiera vivido a su lado también, como si solo estuviera recordándola… Recordando lo que no viví. Siento tan cerca su no respiración, su sonrisa expirada, su corazón que no late… Detesto despertar porque se acaba el encanto y debo aceptar que no está acá. Quisiera llorar, tengo todo el sentimiento del llanto en mi interior pero no puedo, simplemente no hay lágrimas, solo sentimientos diversos que experimento pero no recuerdo… O si recuerdo pero no viví.

25


Miguel no ha vuelto, Miguel se fue. Miguel ya no se aparece en mis sueños… ¿Dónde está? *** Andy, el narrador. Søren Dadá ha estado internado en una clínica mental por más de tres años tiempohumano. Pero para él, esta estadía no ha sido tan larga. Aquí, las horas-humanas son minutos, los meses-humanos son días, y los años-humanos son meses. Hay pasado, hay reminiscencias, pero jamás hay un presente. Aquí todo está al revés, aquí no hay respuestas ni demoras, aquí solo hay vacío y neutralidad, una suerte de mala-suerte que nadie ve, un conjuro que ha caído sobre este innombrable lugar: La basca lo ha invadido. Testimonio de un Søren en el sanatorio: Mi nombre es Søren. Mucho caos y confusión han estado sueltas por ahí, ¿pero nada grave verdad? No, nada, aún estoy vivo. Me han llamado loco y me han encerrado acá sin derecho a una defensa decente en un juicio indecente llevado a cabo hace tres indecentes años, pero la verdad es que no lo estoy. Los criterios de la policía antiarruinadores para enjuiciarme eran que no podía distinguir la fantasía de la realidad y que evadía al mundo mediante “la ceguera del inconformismo”. Pero saben, veo la realidad mejor que todos, veo el dolor en la mirada de la gente, veo la desdicha del pobre y la amargura del rico, veo la ambición tras los ojos de quien vende seguros o comida en la

calle, veo todo muy claramente. Claramente eso le molesta a la policía anti-arruinadores, porque sin duda arruinaría su tan maléfico sistema lleno de seres conformes y fríos como el tempano de hielo que pegué en la cara de ese retrato de esa persona que pinté alguna vez. Quizá si quiero huir, pero no es por un mal motivo. Tanta miseria, desdicha e indiferencia en el mundo de los humanos me ha hecho entender que a ellos no les importa nada y que a mí, todo me afecta el doble. Sí, soy una criatura reacia en un ambiente hostil lleno de humanos apáticos y sumisos, donde ser diferente significa ser nadie. ¿Qué clase de mundo tan ruin exige tanta obediencia y menosprecia tanto a los seres que lo conforman? Søren, realmente estamos acá por causar estragos. Dice Dadá susurrándole al oído-interno. Ah… es verdad Dadá. Causar estragos, ese fue el cargo principal por el cual me encerraron acá. Entiéndase por estragos toda clase de acto que esté en contra del régimen dictador de Innombrabilandia, como por ejemplo: Hacer panfletos donde se muestra al líder como un travesti-fascistacomunista y pegarlos por toda la ciudad, salir desnudo a la calle y amarrarse a un poste con una correa de perro en señal de protesta contra el despotismo que nos impidió volver a montar en bicicleta en público, escribir con tiza en las calles mensajes de amor, leer libros de Rimbaud y Cioran, 26


escuchar música de Warsaw y de The dust brothers… Y sonreír. Hacer estragos. Eso sin duda suena bien, lo haré cuando tenga tiempo de estar vivo. Mientras tanto lo anotaré en mi libreta invisible que revisaré en un futuro igual de invisible. Por ahora necesito tranquilidad para escribir, escribir y escribir. Mi tiempo acá se está agotando y necesito tener las ideas claras cuando salga de este lugar. Me dejarían más tiempo en el sanatorio si fuera gratis, pero vale mucho dinerohumano. Así que esos seres con incómodos trajes, cuya función era ser fanfarrones, darme de comer y fingir que su vida era per-fec-ta, tuvieron que mover sus influencias, fingir que estaba bien y próximamente me sacarán de aquí. Todos los días que he estado acá han sido una especie de mal viaje: Todo tan blanco, tan esquizofrénico, mil voces diciendo mil cosas a la vez, gente intentado escapar de sí mismos, cortándose las entrañas para que sus monstruos salieran... Y yo en la tristeza, solo eso. No estoy tan loco como declararon en el juicio; aquí, el psiquiatra solo me diagnosticó de-presión, Psi-có-sis y trastorno de identidad di-so-cia-ti-vo. Pero los doctores decidieron que toda esa tristeza debía ser disfrazada de risa, gracias a la fluoxetina. No todo es tan malo ahora, la carbamazepina, el valproato y el topiramato me ayudan a no golpearme, a no desesperarme tanto en este encierro, y me siento en paz

cuando gracias a esas drogas no estoy acá. Pero todos los monstruos con caras tristes vuelven magnificados cuando los efectos pasan; quedo en shock, me duele la cabeza y lloro desconsoladamente… Aislamiento. Electroshocks, aislamiento. Eso necesitaba según los doctores, aislamiento, más tiempo conmigo… hasta que Dadá se quedó dormido por tres días y creí que había muerto. Me asusté tanto que me pasmé, y por una semana no mencioné palabra alguna. Los doctores aseguraron que estaba bien y me dejaron salir a jugar al jardín de nuevo. Dadita despertó y bueno… Saben, yo ya estuve acá una vez cuando era más joven, asegura mi madre, a quien por cierto no veo hace mucho tiempo, tanto que si no fuera por la foto que tengo de ella en mi bolsillo, quizá ni la recordaría. Mi madre me contó la última vez que la vi, (en esta segunda estadía acá) que ya había estado acá una primera vez por un fracasadointento-de-suicidio. Estuve seis meses dentro, y cuando volví al salvajeneoliberal-capitalista-automatizadomundo… Yo solo recuerdo que el Knup-tsoP me ayudó con esta tediosa labor de escapar de la cotidianidad-tan-rutinaria, aunque sinceramente todo seguía siendo gris para mí en el mundo “real”. knup tsoP gris, yo gris, Søren gris, Dadá gris. Pensamientos sui-ci-das silenciosos, pensamientos grises silenciosos. Gris. Gris-oscuro-claro-uno-dos-tres. No había pastillas para ser feliz, no había 27


electro-shocks acá para olvidar, no había nada en la realidad, pensaba yo. De repente, deseaba volver al blanco lugar ¿QUIÉN DESEA ESO EN UN ESTADO DE CONCIENCIA NORMAL? Como sea… Volví al sa-nato-rio. Y acá estoy de nuevo, dispuesto a salir. No sé si sea una buena idea, pero lo vamos a intentar, lo vamos a intentar para ir a ver el mar frío, para conocer esos lugares a los que siempre he querido ir, para respirar otro aire… O lo que sea. Momento 45R/M del día. Testimonio de un Dadá en el sanatorio. ¿Quiénes son todos esos hombres que me miran? Se desvanecen si miro sus ojos, se desvanecen porque no tienen alma… Todo se desvanece en mi cabeza y el gato me mira como queriendo escapar. Y puedo ver cómo la sangre corre por mis venas, destruyéndome como lo hace el ácido… ácido en las venas, acido que me quema, me estoy quemando, el humo sale y sale, huele a eucalipto, huele a infancia, huele a todo lo bonito que recuerdo, que conozco… huele a muerte prematura. Me puedo seguir quemando los brazos con cigarrillos mientras recuerdo un montón de escenas de películas, cuyo argumento se basaba en la historia de drogadictos enfermos, Pero…

¡Momento, momento! ¿Debo volver? ¿Hay un mundo real afuera? ¿Todo está tan alterado como yo cuando miro por la ventana? Ah sí, por eso hui, por eso las cerré… por eso, ¡Porque todo está normal! Asqueroso mundo normal, siempre queriendo que vuelva a él. No, hoy no quiero volver. Jamás quiero ver eso de nuevo. La falsa seguridad de estar con alguien no funciona acá. No funciona, no funciona, sabes que estás solo, infinitamente solo, ahogándote solo en un mar lleno de ácidos y colores que cambian con las canciones... Y eso te hace más fuerte. Todo es tan raro y tú estás tan solo… por eso Nadie quiere quedarse solo, ni hacer nada en la vida solo, porque eso da miedo. Se pierden, se pierden. Lo que no saben es que lo mejor de la vida pasa cuando uno está solo, uno aprende más solo porque puede descubrirse y aceptarse mejor en soledad, recapacitando de cada error, de cada acierto, sin nadie sirve de juez, sin ningún freno, sin autoridades, sin normas de cómo ser, actuar o hablar… uno solo se conoce más. Uno siempre está solo en verdad. Suele pasarme que, siento el dolor antes de que llegue. En el pasado, cuando lloraba, lo hacía por días enteros sin una razón aparente; luego, cuando la desgracia se revelaba ante mí, ya no podía sentir absolutamente nada. Lo único que hacía era mirar al vacío intentando escapar de la absurda y trágica situación, intentando no pensar, intentando creer que no lo sabía, que 28


no lo había visto, intentando salir de mi cuerpo maltrecho, deseando que mi alma no estuviera tan atormentada, como quien es perseguido por una enorme fiera y está a punto de ser atrapado… ¡Y es atrapado! Cállate Dadá, déjame terminar esto a mí. La tristeza ha llegado a convertirse en la droga más letal que he probado en la vida, la más adictiva, la más desgarradora, la más brutal. La que me llevó a probar otras drogas... He estado ante las puertas del suicidio ya varias veces, he visto como la muerte me abraza lentamente y me intenta sacar de esta realidad, pero siempre algo se entromete y arruina nuestro encuentro, arruina la oportunidad de descubrir a la muerte y amarla. Siempre que el suicidio empieza a rondar mi cabeza, trato de engañarme diciéndome a mí mismo que quizá es mejor seguir vivo, que quizá la vida sea más interesante… Y sigo vivo. Y nada es interesante. Maldición, ¿Pero qué hice mal? Y… No lloré.

*** Recuerdos del lejano-pasado. Dadá el ciclista y Søren el patinador. Todo está en neón y pienso a mil por hora, en un día normal, en una casa normal, en una vida normal. El tiempo no existe, todo está temblando y vamos a mil por hora y nadie puede vernos. Es tan denso… debería ser una película… pero es mi vida, es la vida real. Deberíamos ser la tragedia de alguien más al menos para ser dignos de vivir, pero es solo la miserable realidad, solo eso. Realidad. Y es una MI-REALIDAD encima… Mal. Mi realidad que no fue escrita, cosas estúpidas que pasan, desamor, odio, bastardos, disfuncionalidades, cosas tan corrientes. Me haces reflexionar Dadá… ¿Por qué nadie me ha escrito? Søren cállate, ya te escribieron. Ah sí, cierto. Veamos…

Quiero llorar porque no lloro, la novida no me dio lágrimas, solo me moja un poco los ojos y ya. Solo eso, ni una lágrima. Es terrible.

29


Andy, repasando sus apuntes. Nombre del personaje: Søren: Dadá. Nivel educativo: Alguno decente, fue a la universidad. Vestidura: Weird-but-normal-fashionably. Vida: Decente. No es considerado como junkie/loco/algo-raro en su entorno. Buenas notas siempre. Aspiraciones de la vida: Ser Søren nivel Pro, tener dinero y todo eso y un día cualquiera morir, no sin antes haber escrito un libro o haber hecho alguna cosa importante que haga que lo recuerden, de lo contrario todo habría sido en vano. ¿No? No, el autor muere, lo importante es que la obra siempre viva. Amar tal vez, volar, salir de este pequeño lugar, tener una vi-da. En-te-ra. Andy, el escritor. Si Søren… si, en vano. La vida solo tiene sentido si alguien la escribió, de lo contrario no… muy bien, ya estás aprendiendo a razonar, eres la historia de alguien, alguien te escribe y por eso existes… y por eso nunca sabes que sigue. No el artista, la obra… Tú. Debes vivir con la historia, no tratar de ver qué pasa. Tú eres el personaje de algún drama… ¿Drama? ¿Qué carajo? Si Søren, drama somos.

El diario de Søren: La verdad no sé por qué me esfuerzo tanto describiendo lo que siento, si aquí nadie va a leerme… si aquí nadie va a entenderme… pero cuando salga de acá voy a hacer un master en algunahumana-ciencia. Y voy a grabar un disco, y a hacer arte y a escribir… ¡Y me Oirán, oirán mi ruido, porque ruido soy! Discurso de un humano normal: ¿Seguirás estudiando filosofía, Y vas a grabar un disco, y a hacer arte y a escribir? Momento, momento… ¿estás diciendo que te gusta torturarte cada día de tu vida pensando en que todo lo que hacemos tiene un trasfondo y…? (Palabras que desconozco, no puedo describir que tan banal puede llegar a ser un humanonormal, mi lenguaje de programación es muy sofisticado para entender sus primitivos sistemas de “vida”…)

El público se horroriza, al ver a tan narciso personaje enalteciendo su ego. Todo está hecho un caos… ¡Genial, eso es magnífico! Me encanta que se horroricen ante mis actuaciones, un buen actor siempre logra eso, muecas de horror entre el público. Bien sea porque nunca actúa conforme va el libreto, o porque hace cosas que no debería hacer siendo ese personaje… yo hago eso en la vida, parezco una cosa y soy otra, digo algo y resulta que no es lo que pienso, pienso algo y resulta que no es lo que digo, hago estragos y 30


resulta que quiero pasar desapercibido… Rara vez hago algo teniendo claros los motivos; por lo general, los motivos aparecen luego de haber hecho las cosas.

todo el tiempo… Cuidado, que luego ya no soportas tu realidad.

La enfermera me mira preocupada y decide llevarme adentro. No más columpio para mí por hoy. Cuando entro, en mi cuarto hay un grupo de…

Y en medio de los electroshocks…

Doctores Grises con batas color verde pastel. Y el doctor de cabecera comienza a hablar… Acá está señores, él es el famoso Søren Dadá. Últimamente ha estado más desquiciado de lo normal, hablando de filosofía y demás cosas que son peligrosas para la salud mental. Bueno, si es que todavía tiene salud mental. Verán, he llegado a la conclusión de que es hora de probar algo más fuerte con él. Asistentes, vayan por más drogas, preparen la sala de electro-shock y amárrenlo a la camilla, debemos hacer que recupere la cordura antes de que sea dado de alta. ¡Dadá, ven Rápido antes de que te descubran! Solo pon el disco de Joy división y acuéstate en la camilla, no te va a pasar nada malo. Bien. Ya, acá está el disco, podemos seguir hablando. Recuérdame que te estaba diciendo, por favor… Estás pastillas me hacen olvidar todo. Decías que nada tiene sentido, que cada vez quieres más, que esto dura muy poco, que porque no estás así de drogado

No, no funciona Dadá… más, más ruidoso, más, más profundo… Solo pon el disco de New order. Mejor. Playlist para perder o recuperar la cordura: Todos los discos de xxxxxx, Knup tsop, la música más salvaje que encuentres… Si se funde el fusible cerebral, mejor. Sweet dreams are made of this, who am I to disagree? I travel the world and the seven seas, everybody's looking for something… Bien, ya me siento mejor. Sigamos… estaba pensando en Paul Verlaine. Y lo citaré ahora mismo: “Soñé contigo esta noche: te desfallecías de mil maneras y murmurabas tantas cosas… Y yo, así como se saborea una fruta te besaba con toda la boca un poco por todas partes, monte, valle, llanura. Era de una elasticidad, de un resorte verdaderamente admirable: Dios… ¡Qué aliento y qué cintura! Y tú, querida, por tu parte, qué cintura, qué aliento y qué elasticidad de gacela… Al despertar fue, en tus brazos, pero más aguda y más perfecta, ¡exactamente la misma fiesta!”

31


Silencio. Electro-Shocks. Electro-Shocks. Crisis de enamorado.

pánico

Silencio.

tuviera que hacer otra cosa más que estar a mi lado.

haberse

Ella debería ser un corazón, una cicatriz, un pedazo de piel, unos ojos que cambian de color, debería ser parte de mí. Y es parte de mí, es combustible de cohete en el tanque de un automóvil, es gris en un mundo azul, resalta en mi mente por el intrincado crucigrama que lleva todas las mañanas debajo de su brazo, lleno de palabras extrañas que nadie más entiende, solo ella…

por

Está muy frío, está muy… ¿Muerto? ¡Director, el paciente perdió control… ayúdenos por favor!

el

¡Doctores ineptos, revívanlo! Andy, el director: ¡Vamos a una pausa comercial! Toma gaseosa y envenénate dulcemente. Hemos vuelto. Electro-Shocks. Electro-Shocks. Electro-Shocks. Electro-Shocks. Revive, asustado por el hecho de. ¡No quiero olvidar, no quiero olvidar, no quiero olvidar! Søren el enamorado, recuperándose de los electro-shocks. Quisiera que Ella solo viviera en mi imaginación, que solo yo pudiera ver su belleza, que solo yo conociera y desconociera su complicada forma de ser, que solo yo escuchara sus abstractas palabras cubistas que nadie entiende porque vivimos en el siglo XIX… Debería dejar de existir para todos y solo existir para mí. Quisiera no saber su nombre. Quisiera no saber su edad. Quisiera inventármela todas las noches, que durmiera conmigo y que jamás

Mi ideal de “Ella” es un ser con notorias habilidades para curar a mi enfermo y desesperado Dadá, que lo único que hace últimamente es sentarse en un rincón a esperarla cada noche, cada día, cada mañana, a imaginarla mientras come rosas y escupe espinas en su ausencia, en su cariño, en sus besos… mientras recuerda la vivida imagen de su rostro en alta definición: Un rostro que jamás podrá olvidar. Y se sienta en un cuarto donde proyectan una película francesa de la Nouvelle Vague que él ama y melancólico suspira. Dadá solo piensa en Ella, pero Ella no piensa en nada, solo lo mira a lo lejos y se esconde. Luego, Dadá oye un correteo, la escena se corta, la luz se apaga y escucha un grito: ¡Ven Dadá, acaba de ver esta película, al menos esta, ya que no acabas de ver ninguna! Y corre, corre por todos los cuartos de la enorme casa blanca buscando la abstracta voz grisácea, pero se detiene en el corredor: no sabe a dónde ir. 32


Se enciende la luz… Acá estoy Dadá, no te rindas… Grita ella desde otro cuarto. Y Dadá Cuenta el ruido: Tres habitaciones, 6 pasos, 3 segundos. Ahí está ella, viendo una película muda, parece que es de amor… todo en este cuarto es muy rosado. Dadá la mira pero sabe que no es real, no puede existir una persona como Ella: Sin nombre, sin edad, sin aparente sentimiento por algo… Sin él. Porque él no vive sin Ella, no hay dama sin caballero, no hay luna sin ojos que la vean, y no hay espacio sin vacío. Ella lo mira a veces, solo a veces, mientras él no la ve. Y se miran, se miran a veces, cuando nadie más los ve. Ella tiene los ojos más neón del mundo, si la miras bien te darás cuenta que en su interior los colores neón mandan. Su corazón es verde-neón, sus pulmones son azul-neón, su lengua es amarillaneón, y todo es neón dentro de ella. Sus ojos color naranja-neón brillan en la oscuridad del cuarto rosa y justo cuando decido besarla, empuja fuerte a Dadá y lo aparta, vuela por los aires y caigo yo contra el papel tapiz rosa que se rompe. Ella huye. No desea ser besada, ni admirada, ni sentida. Ella no desea nada, Dadá. ¿Pero… puedo imaginarla todos los días, verdad? Sí Dadita, claro que puedes. Pero verás, no es saludable para ti. Corro por todas las habitaciones buscándola y no la veo, creo que debo ponerme mis lentes oscuros para ver su gris color que se vuelve transparente en

todo este blanco espacio… ¡Ven acá! ¡Tienes que besarme! Escucho un ruido, seguro es Ella. Viene del sexto cuarto. Ahí está de nuevo, pero esta vez de pie viendo una película de los años ochenta. El actor vuela y ella también, yo intento volar pero creo que peso demasiado. Ella percibe mi presencia y baja lentamente. Toca el suelo, se acerca lentamente y me besa, deja que la bese… nos besamos. Un beso. Un beso de verdad, esto no lo imaginé. Uno solo. Me ha untado del gris color que tiene en mi imaginación. Y huye volando de nuevo. Y su sombra es gris, como ella. Siempre gris e indecisa. No sé dónde estoy, todo es muy rojo en este cuarto… Y yo tan azul de nuevo, por culpa de esa película que dirigió y produjo Amarilla. Amarilla no está acá, Amarilla está muy lejos, pero me ha pintado de azul. Y Dahlia es tan gris… Que no me pinta, ni yo a Ella, solo se mete en las letras que viven en mi cabeza y se tira por el tobogán que une a mis ojos verdes-amarillos-grises con mi azul corazón: Todo allí es azul menos ella, ella siempre será gris, gris dentro de mí, cicatriz que nadie ve… que solo veo yo cuando decido entrar en mí. La sigo buscando pero no la encuentro, creo que ha cambiado de color. En este cuarto todo es transparente y la película, según la reseña de afuera, se llama: Io la conoscevo bene de 1965.

33


Ella se camufla adaptando el color del ambiente que la rodea, y eso solo dificulta más mi labor de búsqueda. Pero cuando Dadá la imagina mientras está sentado en las escaleras, Ella es de color negro y la puedo ver, sonríe como nunca lo hace y me mira tiernamente, Ella es en la imaginación Dadiana todo lo que no es en el mundoreal.exe, Ella es magia, me besa y me toma de la mano para que vayamos a saltar tejados… y cuando lo hacemos es tan cálida que destruye el hielo del gran lago al que vamos todas las noches, por eso me encanta estar a su lado en mi imaginación, Ella es tan cálida como el magma de un volcán que quema a todos menos a mí, a mí solo me calienta y me hace sentir como en la casa inglesa que dejé para verla más seguido, Ella es el ser más a-perfecto-si-no-si-no que existe en el no-entre-casi-real-mundo que yo inventé aquella noche del veinte más uno del quinto mes de 1993 en Checoslovaquia. Debería vivir en mi imaginación. Debería ser dulce todo el tiempo, debería dejar de ser un ser tan perfecto en un mundo tan imperfecto e instalar su sótano dentro de mi cabeza, donde Ella es el único habitante, donde no tiene vecinos que taladren las paredes a las 7 de la mañana y donde ella viva, viva en negro, en lo oscuro, como más le gusta, sin tiempo ni espacio, sin relojes ni calendarios, sin días de trabajo: Solo Ella y el mundo del cual es heredera absoluta e irrevocablemente la

mandataria: Innombrabilandia. Solo Ella puede hacer que el día se torne azul, gris, verde, rosa, amarillo, naranja, naranja, naranja, más naranja, verde, más verde, si, si… Sube más el indicador en el círculo cromático para que sea más neón. Fondo negro y Paisaje neón. Y este es su no-si-no-porahora-favorito paisaje surrealista en mi mente, en su mundo, en su sótano. Ella es una experta plañidera en mi mente y muy detallista. Todo combina en mi cabeza desde que ella apareció: Cortinas color azul-neón, paredes negras, muebles rosados-neón y la cocina es toda-azul. Y llanto, mucho llanto porque alguien ha muerto. Es mi lugar favorito, allí es donde me siento a escribir sus historias preferidas, ya que Ella ama leer y parece que es la única forma efectiva de no-casicomunicación con ella y sus incertidumbres. En un mundo paralelo, Ella es naranjaclaro y tiene amigos-verdes, y una vida muy naranja-claro. Tiene un taller de creación de emociones artificialmentereales donde inventa, por supuesto, emociones como: Verde-abeto Verde-mayo Verde-reseda Verde-menta Verde-agua de mar.

34


También inventa colores, por cierto. Miles de cajas de colores al día. En realidad ella puede inventar todo lo que el cliente Søren pida. Pidió alguna vez algo que siempre pudiera llevar a todas partes. Ella sabe mezclar bien los componentes no-químicos de blandostejidos para dar con lo que Søren lleva dentro: órganos. Órganos que necesitan de emociones, como el Cora-zón-a-zul y el ce-re-bro-gris. Ella también es recuperadora-primaria los fines de semana. Siempre anda buscando en la basura algo, algo. No sabe que… algo mejor de lo que notiene, supongo. Ella solo busca. Un día me encontró a mí entre un cubo de basura gris: Dahlia creyó que hallaría algo similar a Ella, pero hizo un gesto que desfiguró su rostro al verme: Era azul, yo era azul, jamás había visto a alguien azul. Y cuando vio mis ojos se espantó aún más: cambiaban de color con agua fría o caliente: parecía un muñeco que alguien desechó la navidad pasada, estaba envuelto en papel antiregalo y en mentiras de un día, ella me desenvolvió y me llevó a su casa, me puso encima de su cama y descubrió que podía hablar, tiró de la cuerda que hay en mi espalda y empecé a contarle de que fabrica venía y como había sido mi proceso de no-encaje en el mundo. Como mi historia le pareció interesante, me enseñó a escribir y me regaló un bolígrafo azul para que plasmara mis memorias.

Ella las leía periódicamente y sonreía en silencio. Ella siempre fue muy reservada. En las noches me sacaba de la pequeña habitación que había hecho con la madera de un árbol caído que encontró en la basura y me acostaba a su lado. Me enderezaba las piernas y me acostaba boca abajo, para que soñara, decía ella, para que soñara con ella. Desperté un día a las tres de la mañana porque en un sueño Ella me pedía agua, y como me sentía vivo gracias a sus cuidados, desperté para darle agua en la vida-casi-real y volví a dormir. Ella no me enseñó a soñar pero lo hice gracias a ella tácitamente, supongo que su presencia generaba todo eso en mí. Ella se ha ido ahora, no sé nada de su gris-no-si-vida. Pondré a sonar el disco de Lebanon Hanover en mi tocadiscos morado para que vuelva. Despierto, todos sonríen y se alejan lentamente, todos me miran y se alejan. ¿Por qué me abandonan? Las enfermeras me sueltan las correas y me ayudan a levantarme, pero yo no quiero levantarme… Yo quiero seguir soñando.

35


Un día cualquiera, 9:33 a.m.: ¡Qué espanto! ¡Qué espanto recordar! Deberían borrarme la memoria, deberían esos electroshocks rojos de cada mañana fundirme los lóbulos temporales a ver si dejo de verla cada noche en mis sueños, a ver si deja de ser lo primero que se aparece en mi desquiciado cerebro cada mañana… A ver si yo puedo volver a vivir, a ver si me sacan de este encierro, a ver si al fin puedo soñar despierto encerrado en mi cuarto, el único lugar tranquilo del mundo para mí, a ver si puedo volver a verla algún día… Algún día. Ella no me visita, nunca lo ha hecho. Vive demasiado lejos, allá afuera se funde con el horizonte entre tanta distancia, entre tantos caminos, tantos automóviles, tantas personas… parece que en la vida real se desvanece pero en mi memoria se queda, se queda a dormir cuando se siente desprotegida, cuando ya nadie más está, cuando los demás la aburren y los hecha de su sótano: Ahí estoy yo, para refugiarse por unos segundos, segundos nada más. Luego se marcha como si nada. Y se queda. Y se marcha. Y se queda. Su decisiva indecisión. Quisiera ser el mismo de antes, quisiera ir a caminar al campo y fundirme entre los verdes y los amarillos tonos de la naturaleza, caminar sobre el gris cielo y ver el azul suelo, quisiera que mi cabeza se limpiara de todos sus recuerdos, de toda su locura contagiosa como la lepra, quisiera limpiarme, vivir de nuevo y no

entre-casi-de-pronto-medio-vivir como ahora, quisiera recuperarme del duro golpe que me dieron en la cabeza los policías esa noche mientras tranquilamente caminaba con… Algo. Quisiera hacer algo más que imaginar que estas blancas paredes son de colores y que el cielo aún me ve y yo lo veo, quisiera saber por qué la línea de la vida de mi mano izquierda se ha partido de repente, se ha partido justo a los... nosé-años. ¿Por qué? Aislamiento, aislamiento, aislamiento no es bueno para mí. Tengo tanto tiempo libre que he contado cuantas cicatrices tengo en mis brazos: Izquierdo: 99. Derecho: 36. Y la más grande, que vale por: 135. Es más larga que el río Ni-lo. Espero no se acabe mi cordura contando cuantos kilómetros hay desde la naciente del río Ni-lo hasta su desembocadura en el mar mediterráneo. Espero. 6.853 km. 6.853 km. 6.853 km. ¿Quiénes son esos hombres de blanco que me persiguen todo el tiempo en este mundo blanco? ¿Por qué solo puedo ver sus sombras sin rostro? ¿Por qué me llaman por un nombre innombrable y se ríen de mí? Deberían dejarme en paz, deberían dejar de reírse de mí y de mirarme, quisiera que no intentaran amarrarme todo el tiempo con cuerdas de colores llenas de caritas felices y arcoíris… Deberían dejar de reírse de mí. ¡Ay Dadita, no te enojes tanto! 36


Lugar: Innombrabilandia. Personajes: Los muertos, quizá. ¡Dadá! ¡Qué bueno volver a verte paseando en lo onírico! creímos que hoy no vendrías a visitarnos… Y como cada noche, has traído algo para nosotros, déjanos ver que es. Hoy traigo una caja transparente llena de fotos de Ella, fotos unicolor: Hay una verde, otra amarilla, otra morada, otra azul… 12 fotos. Tres piedras de cuando fuimos al lago-congelado a nadar. Una hoja de un árbol de un parque del lugar donde Ella vive. Una luz blanca que estaba metida en una lámpara negra que, mientras ella dormía yo me robé. Nunca más hubo luz en su sótano. Un labial rojo que tomé de su cajón a las 3:33 a.m. mientras ella dormía. Un papel con seis besos que le robé mientras dormía. Una historia sin terminar sobre un hombre que se enamora de Lucy ahogada en el aire con Alejandritas. Todo mientras dormía lo saqué de su cabeza, por eso no me recuerda. La Alejandrita es una variedad extremadamente rara del mineral crisoberilo. Es tan rara que la mayor parte de las personas nunca han visto una. La característica más sensacional de esa gema, entretanto, es su capacidad sorprendente para cambiar de color. Verde o verde azulado a la luz del día, y roja púrpura o frambuesa roja en luz incandescente. Esa característica óptica única la transforma en

una de las gemas más valiosas entre las demás especialmente en calidades finas. La Alejandrita se obscurece normalmente bajo la luz del sol. También al ser vista bajo varias fuentes de luz diferentes al mismo tiempo, se pueden ver los dos colores cambiando constantemente. El cambio de color no es un fenómeno exclusivo de la Alejandrita; sin embargo, los extremos cambio de color en esta piedra preciosa, sobrepasan a los de las demás piedras. La Alejandrita también puede presentarse en forma de ojo de gato, pero es excepcionalmente raro. La Alejandrita es bastante resistente. Su dureza sólo la superan las piedras preciosas de corindón, como los rubíes, zafiros y claro está los diamantes. Esta gema rara debe su nombre al Zar Alexandre II (1818-1881), los primeros cristales fueron encontrados en abril del 1834 en las minas de esmeralda cerca del Río Tokovaya en los Urales. Además de Alejandrita ser una gema relativamente joven, ella ciertamente tiene una historia noble. Por ser tanto roja cuanto verde, los colores principales de la antigua Rusia Imperial, inevitablemente se transformó en la piedra nacional de la Rusia Zarista. La Alejandrita representa junto con la perla y la piedra de luna, la piedra del nacimiento del mes de junio. 2 *** 2

Cfr: http://www.vikingogems.com/Alejandrita http://www.tripuigems.com/catalogo.php?id=12 &language=es

37


Pondré el disco de la dispute para olvidar-recordando. Mañana al fin me dejarán salir al parque, me columpiaré como si no lo hubiera hecho en tres años, como si fuera así. Es así. Extraño columpiarme. Y el día de columpiarse… Me han roto la nariz hoy, Søren. Dice llorando Dadita. Søren estaba muy feliz columpiándose y Dadá estaba pintando un cuadro amarillo-imaginario, cuando un gigante y grotesco monstruo café me golpeó tirándome del columpio. Caí de espaldas y mi nariz Sangraba, sangraba dramáticamente, como si en vez de haberme golpeado la nariz me hubiera golpeado el corazón. Luego el gigante y grotesco monstruo café me miró fijamente a los ojos mientras yacía en el suelo y se puso a llorar. Me dijo que era una hermosa criatura y que amaba mi sangre. Los hombres de blanco lo golpearon y se lo llevaron a aislamiento. Yo no quería levantarme del cielo, estaba mirando el gran suelo azul y como las nubes llenas de fuego caminaban sobre él, un caballo empezó a formarse entre ellas, pero cabalgaba solitario… como yo, como todos en este siniestro lugar llamado hogar: Hogar, oscuro hogar. Estiré los brazos y sentí el fango en mi piel: Estaba frío. Frío como mi saliva. Frío como mis lágrimas.

Frío como los dedos de mis pies. Frío como mi Cerebro desde que estoy acá. Todo está muy frío. Recuerdo ahora mi apartamento en el centro de la ciudad: Alto, frío, de color beige, lleno de cosas que me hacían sentir especial, lleno de cuadros y libros que me hacían sentir culto, lleno de botellas que me hacían sentir feliz, lleno de drogas que me hacían sentir… Como si no estuviera solo todos los días. Y yo tenía una vida normal hasta que la conocí, sin duda. Ella detonó mi vida, ella hizo que todo cambiara de rumbo, que muchas de mis certezas que eran lo único que me mantenía cuerdo se desvanecieran, como se desvanece el humo de un cigarrillo en el aire, en el oxígeno, el hidrogeno, el nitrógeno, la glicerina, la dinamita… Yo fui ácido nítrico y ella ácido sulfúrico. Y aunque nunca nos juntamos todo fue explosión, desastre, muerte, y destrucción. Anarquía, caos, locura, y muertecerebral-prematura-temporal. Muerte. Ni-tro-gli-ce-ri-na nunca fuimos, nunca. No importa ya lo que no-fuimos, ni lo que no-somos, no importa cuántas vidas no-tuve ni tendré, no importa en cuantas estaciones de tren estuve ni a cuantas maquinas voladoras me subí para viajar a verla, no interesa ya cuantas carreras tenía, ni como era mi ropa, ni mi auto, ni mi frío apartamento, ni las cosas que había en 38


él. Nada importa acá, excepto cuantas personas escuchan mis inútiles discursos en el césped del jardín a las 9:33 a.m. fingiendo interés, fingiendo que pueden oírme, fingiendo todo... Sonrían para la foto. Me levantan unas dulces criaturas con forma de mujer: Vamos innombrable, arriba, necesitamos sanar tu nariz pronto, eres hemofílico. Coagulantes para ti, coagulantes para todos los habitantes de Innombrabilandia, drogas para todos en tu imaginación, hasta para ella… Vamos a la enfermería para que puedas seguir jugando con las nubes y con los soldados de tu batallón imaginario, vamos para que puedas bailar más tarde, mañana es tu primer día libre en mucho tiempo. Y bueno, me curaron y ahora tengo tablas y cintas blancas en mi nariz. Me pesa, está hinchada y duele. Pero no duele más que las cicatrices que no sanan de los cigarrillos que ella apagó en mi brazo esa noche en su tejado, mientras mirábamos las estrellas y las montañas en medio de la cómoda noche de casi-verano, la última noche que vi su rostro iluminado por la luz blanca de la lámpara que más tarde robé, que robé como todo lo que pude-robarle a ella. Hubiera robado todos sus recuerdos de-mí para que solo me dolieran a-mí, pero cuando busqué en su mente ya no estaban: no había nada, nada dolía, nada existía. Nada. Nunca nada. Nada nunca. Quizá tuvo una sobredosis de: Xanax, Librium, clonazepam, diazepam,

Dalmane, lorazepam, midazolam, quazepam, Restoril y triazolam… Como yo. Pero yo aún recuerdo y ella no. Ella no recuerda nada, podría hoy yo salir de este encierro, correr a su sótano, verla a los ojos y no encontrarla, no encontrar nada de lo que vivimos, no encontrar ni las migajas de mi rostro en su memoria, no encontrar nada. Solo verla a ella, muerta, como si fuera solo piel y hueso, como si su cerebro no reconociera emociones ni sensaciones nunca más, como si lo que vive fuera solo información almacenada en un disco duro que no tiene sentido y jamás se relaciona entre sí: como si cada día fueran solo 86.400 segundos que ella respiró, comió y asesinó lentamente. Nada más, no soy nada en su vida, no seré nada si me vuelve a ver: solo alguien que olvidó. Alguien muy fácil de olvidar. Pausa para sentarme en la banca del pequeño parque cercado con grandes árboles y mallas a intentar llorar. No lo logramos. Acá estamos de nuevo. Andy, el suicida. Escuchando a su primo, Miguel el muerto. El suicidio es un llamado del alma a la razón cuando la primera no entiende su entorno y siente que todo este mundo es solo parte de un largo sueño del que debe despertar, así como el subconsciente lo pide cada vez que está viviendo una pesadilla en el mundo de los sueños. En sí, el suicidio no 39


es malo, nada es bueno ni malo: son solo las normas sociales las que definen lo bueno y lo malo, y lo graban en la mente de cada uno de sus miembros desde muy pequeños. El suicidio es solamente una forma desesperada de despertar del alma que no resiste el tiempo tan lento de este mundo, ni lo que la rodea, ni a ninguna criatura terrenal. Es la liberación de un alma profundamente atormentada. Aunque considero que el alma que se siente presa en este mundo debe liberar sus tensiones de alguna manera netamente creativa, como el arte, la literatura o la entrega a la soledad y a la naturaleza… Es un poco extraño leer estas cosas, la mayoría no tienen ningún sentido para mí. Pero así hablaba Miguel y así hablaría si estuviera vivo. Si no se hubiera suicidado. Comentarios de Innombrabilandia:

la

historia,

desde

¡Søren, has vuelto! ¿Dónde estabas? ¡Ah, has traído una historia para nosotros! Bueno, la verdad no la entendemos, pero podemos sentir que la persona que la escribió era muy roja, muy roja y perturbada. A él lo perturbaba esa chica. Esa, esa chica, la que vemos pasar a veces por acá con los ojos cerrados cuando dormimos, a quien tanto amaba él en tanto secreto… Anna tiene el potencial de perturbar a cualquiera, hay mujeres que nacieron con ese fatal-asesino-brutalDon.

Llanto por Miguel y llanto por Anna, que se aparecen en sueños. Pausa comercial. Monsanto te des-alimenta y te asesina lentamente.

Estamos de vuelta. Estaría agradecido si alguien me recordara. Estaría agradecido si dejara de recordar. Estaría bien olvidar quien soy, quien no soy, de qué color soy, que soy, como soy y lo que soy. Podría considerar la salvación si pudiera inventarme otra vida. Søren, pero te acabas de inventar otra vida… Ah, verdad Dadá, verdad. Respondo preocupado. En esta vida puedo poner discos de Grauzone sin sentirme profundamente gris, sin recordar el rostro de ella, sin imaginar que estoy en su sótano sentado en su somier viendo cómo se fuma un cigarrillo de chocolate mientras mira al infinito, quizá tratando de resolver el laberinto que viene en la caja de gelatina mora-azul que le regalé… En esta vida no recuerdo todos los días a su lado, ni las noches que entre-dormía en la almohada voladora que también le regalé. No, en esta vida yo tampoco me acuerdo de nada. Nunca, nada, como ella. Nada, nunca. Su obsesión por predecir el futuro la llevó a hacer cosas inconscientemente que no quería que sucedieran conscientemente. 40


En el tocasdiscos: Blonde Redhead - Hated Because of Great Qualities Ella creía que cuando su gris belleza terminara, yo la iba a dejar de amar. Pero no fue así, cuando se empezó a volver negra, lo único que yo hacía era amarla más y más y más. Ella no era amante de la oscuridad como yo, ella era la oscuridad misma. Negra. La hubiera amado pasara lo que pasara, pero ella no deseaba ser amada. Ya la habían amado y no quería sentir lo mismo de nuevo: Aburrimientoprematuro-tardío-retrasado-gris-grisgris. Odiaba la rutina, odiaba el amor, me odiaba a mí. Me odiaba profundamente, por eso decidí salir de su sótano, salir de su imaginación, de sus recuerdos, y llevarme todo lo que la hiciera recordarme… Los discos de Lebanon Hanover, de Johnny Cash, de Echo and the bunnymen, de Siouxsie and the banshees, de The smiths, de cualquier banda que pudiera recordarle al menos un poco a mí, lo que fui con ella, lo que era a su lado, lo que ya no seré jamás otra vez en su ausencia. Cuando Miro atrás, está. No está. Cuando Miro adelante, no. Está. No. La oscuridad me llama, alucino, todo se desvanece. La oscuridad me llama, salgo de ella y me grita, se desespera sin mí, la oscuridad necesita que yo esté mirándola todo el no-posibleimaginario-día para sentirse especial, para sentirse algo, para que no se pierda

dentro de su misma oscuridad tan oscuramente-oscura. Yo corro pero siempre me alcanzan. Recuerdos siniestros de días siniestros. Quisiera que me hubieran golpeado más veces la cabeza contra el pavimento mojado esa noche del mes octavo del día 7, del día 14, del día 21, del día 28…. Quizá hubiera muerto, quizá no estaría acá, simplemente alucinando con la habilidad de escribir muriendo, con la muerte tan lejos siempre, siempre tan lejos haciéndome desearla. Ella es como la muerte, como la mejor alucinación, eso que ves a lo lejos pero jamás alcanzas, un simple mortal caminando que tu mente convierte en una especie de deidad digna de adoración, pero que en verdad eso solo eso: Un mortal, un mortal que deja que todo el vulgar-mundo imagine lo que quiera de su-mortal-ser, porque sumortal-ser no quiere ser nadie: sumortal-ser quiere ser todo lo que muchas mentes quieran hacer de; sumortal-ser está tan decidido a cambiar la vida de todo el mundo, que no se conforma con ser un-solo-mortal, porque quiere ser todos-los mortales, todxs. A mí solo me usa, me usa, me usa y me hace partícipe de su desastre: la instauración del totalitarismo en Innombrabilandia.

41


Ella es un millón de cosas totalmente diferentes que se colisionan en su rostro y su cuerpo. Parece que alguien la hubiera escrito precisamente para eso, para conmover de todas las maneras posibles, conmover como solo ella puede, como solo esa naturaleza oscura-clara-perfecta-imperfectahumana-no-humana-lo-que-sea-todono-nada-si-más-o-menos-ella puede ser.

Quisiera no estar muriéndome en una calle de una ciudad normal, un día normal, que ni siquiera es tres, a una hora normal, que ni siquiera es tres. Once. Y estoy mojado, y tengo frio, y me golpearon, y no reacciono. ¿Y dónde está la clínica? ¿Y dónde está mi cordura? ¿Y dónde están las drogas? ¿Nadie lo golpeaba? ¿Esa chica lo encontró, o lo golpeó? ¿O todo?

Siempre ha sido una deidad alabada con ácido lisérgico. Alucinante. Oscura, la destrucción misma, la desesperanza de días grises, el no llanto-tal-vez-siimaginario de un universitario en un bus, solo, mojado, miserable y sin dinero. Lo más cercano a mí norealidad. Lo que veo venir. Lo que fue. Lo que no fue también, lo que veo. Lo que no veo y no me pasa. Sigo acá, tirado en el piso recordando a otras personas, mientras me golpean y es de noche. Oscura como ella. ¡Casas inglesas otra vez! ¡Estoy en casa!

Y aquí van de nuevo los hombres de blanco…

Intento entrar pero cambiaron las guardas. Quisiera vivir de nuevo en esa casa inglesa, quisiera salir a pasear todos los días disfrazado de humano entre todas esas buenas y malas y graciosas y tal vez personas que tal-vez-si-no-a veces-solo cuando estaba de buen genio, conocía. Quisiera ver más pugsde-amor paseando humanos con correas de divertidos no-des-motivantes motivos de animaciones antiguas.

Estoy acostado en una camilla mientras me llevan al pabellón de urgencias, luego de haber sido brutalmente golpeado por la policía que creyó que yo estaba quemando cosas. Los doctores me interrogan y me interrogan, supuestamente para que yo no pierda mi in-conciencia. ¿Me puede ver? ¿Qué le pasó? Dígame su nombre, dígame de donde viene, dígame su edad… Me siento bruscamente en la camilla y empiezo a discutir con ellos. Me alteran sus preguntas. ¡Ay! ¡Shh! Si-len-cio. No sé mi nombre, no sé de dónde vengo, no sé nada de mí, no he hablado en meses y… ¿es eso lo que me pregunta? ¿Es eso lo más importante sobre mí? ¿Por qué no me pregunta cuántas reencarnaciones he tenido, o cuántas veces he muerto en vida por culpa del amor o alguna droga? ¿Por qué no me pregunta cuántas veces me he quedado 42


metido en una tienda mientras llovía y conocía al amor de mi vida, mojada, por ahí, saltando entre charcos: roja, sola y mojada? En el futuro. En la pasado. Pues le voy a contar lo que yo considero que es importante sobre esa chica, no sobre mí: La perseguí y me sonrió. Nos mojamos juntos toda la tarde hasta que la fría lluvia se detuvo y ella me pidió que camináramos hacía su químico mundo lleno de químicas aplicaciones donde ella se convertía en otra persona lentamente, donde mi ideal iba cambiando, donde algo real se hacía no-real, o al revés, ya no sabía en ese punto que era o no real, todo era tan extraño que cualquier cosa podía ocurrir, y no-vi su rostro. Ojos color café, piel blanca, sonrisa dulce y despiadada al mismo tiempo. En el futuro. En el pasado. Señor, tranquilícese, está usted muy alterado. La enfermera gorda me aplicó un calmante y… No recuerdo nada más. Al otro día Dadita despertó un poco aturdido, mi amiga Amarilla me sacó del hospital y todo volvió a la normalidad, creo. Pero yo seguí pensando en esa chica que vi mientras estaba tirado en el asfalto, golpeado y roto. ¿Era ella real? ¿Era ella alguien que yo conocería en el futuro? ¿Dónde está que tarda tanto?

Un telegrama para la chica sin rostro ni nombre del futuro: Pondré el disco que más te guste, pero por favor aparece pronto. Ven, ven y haz que mi vida cambie, haz que Ella desaparezca y finge que no te importa ser mil personas, finge que no eres especial, finge que yo soy la primera persona que te escribe, finge, finge, finges tan bien. Te amaría si pudiera amarte, pero no, no puedo, solo te escribo. Te amaría si ya te hubiera visto, te amaría si lloviera y yo estuviera ahí, juro que te amaría si salieras de estas letras y te hicieras linda, perfecta y real: te amaría, para siempre. En el mes ocho, viendo mi futuro estoy. Tú, tres. Mis canciones favoritas son tus canciones favoritas. El niño que perdimos en 1963. Ah, qué bueno que tú también lo hayas perdido. Ah, lo perdimos juntos. Maravilloso. Debería tener un nombre, debería llamarse de alguna manera, debería llamarse Sky, flama, Dona, verdosa, fluorescente rosa. Necesito encontrarla. ¿Dónde está? ¿Es que no siente que me desespero en su ausencia? ¿Por qué la vida no nos encuentra? La vida nos encontrará en el mes diez. ¿Y qué hago mientras tanto Søren? Aún faltan varios días…

43


En el tocadiscos: Placebo - Without You I'm Nothing. Mi querido Dadá, mientras tanto puedes hablar sobre una chica que va siete horas más adelantada que tú y solo un par de años luz. Nachtkühle está haciendo su doctorado en este momento, un doctorado sobre cómo ganar más dinero y trabajar menos utilizando sabiamente el lenguaje y las habilidades que una carrera universitaria pueden “darle” aunque se sobreentiende que ella ya las poseía. Magnifico. Eso es Nachtkühle en la vida casi-presuntamente-tal-vez-real. Ahora: Nachtkühle es magnífica, su habilidad especial es hacer música con la maderamojada que se encuentra en el parque. Hace poco, inventó un instrumento llamado: Guitar-monik. Vive en Prusia, aunque a veces parece que vivimos a dos casas, a veces también parece que nos sentamos a conversar por un buen rato y pone música en su lindo tocadiscos y se nos eriza la piel oyendo los mismos No-discos que tanto nos casi-mucho-locamente gustan. Nachtkühle sonríe y me cuenta sobre sus días en el soleado valle donde vivió, dándome esperanza. Somos tan parecidos que quizá, en medio de todo, alguien como yo pueda seguir muybien-viviendo si se lo propone. Nachtkühle es un ser que no necesita una idealización literaria o poética para ser descrita, Nachtkühle parece que se escribe sola. A veces golpea en mi

ventana y me invita a salir a jugar, a columpiarnos, a hablar un poco sobre los 9.430,97 monstruos que viven en nuestras mentes, sobre mujeres y hombres, poetas, cantantes, actores y Actrices... Sobre todos aquellos que fueron, son y serán. Cuando me desespero, Nachtkühle me tranquiliza, parece que sabe cómo lograrlo. Me hace reír y a su lado las noches parecen ser azules otra vez. De repente, parece que estuviera respirando otra vez. Sabe mucho del no-mundo, es como una biblioteca andante, mil cosas dentro de ella, mil frases, mil palabras, mil idiomas, mil países desconocidos, mil, mil y mil. Cada noche, Nachtkühle tira discos debajo de mi puerta. Ahora, tengo una nueva selección musical que con suerte me ayudará a recuperarme más rápido del duro golpe que sufrí y que Innombrabilandia sufrió. La fría-música de Nachtkühle solo me recuerda su No-casi-presencia, lo cual es bueno. Estoy empezando a sonreír de nuevo, estoy saliendo del brutal letargo casi-auto-infligido y Nachtkühle me ayuda demasiado. Genera en mí nuevos recuerdos, como si yo fuera un lienzo en blanco y simplemente tomara unos oleos de colores y decidiera pintarlo todo. Es fabuloso. Estoy en paz de nuevo. Ya no me golpean en el sucio asfalto, ya no estoy mojado, ya no me oculto de nadie y ya nada está mal. Estoy a salvo cuando estoy al lado de Nachtkühle; es como la 44


hermana mayor que siempre quise tener y nunca tuve, hasta ahora.

Unas cuantas horas después de una larga terapia de electroshocks…

Es irónico, pero Nachtkühle irradia tanta alegría en mi casi-mundo, que ahora parece que es un-mundo de nuevo. Y sonrío. Últimamente solo he visto personas que llegan a hacer estragos aquí, pero veo que Nachtkühle ha hecho todo bien, sin duda. Sin duda merece ser nombrada más veces en la corta-pero-dura-historia-deInnombrabilandia.

He dormido un poco, la angustia naranja ha desparecido y todo está moderadamente bien. Nachtkühle ya está despierta y camina por el jardín persiguiendo una cobaya que seguramente se escapó de la jaula esta mañana.

Nachtkühle huele al perfume con extractos de madera y libros viejos que venden en las perfumerías de Prusia. Es la primera vez que siento un aroma tan exquisito. A veces Nachtkühle debe irse a dormir y es triste. Yo nunca duermo y siempre tengo 9.430,97 monstruos atormentándome y pidiéndome a gritos saciarlos. Y solo su presencia los sacia, los sacia por un rato, los neutraliza siempre. Dadita, el niño abandonado. No quiero estar solo de nuevo, no, no… ¡Auxilio! ¡No quiero olvidar las cosas, no quiero olvidar la vida, retiro lo dicho, no quiero olvidar, no quiero olvidar! Necesito recordar ciertas cosas… Voy a llorar si no dejan de hacer eso, voy a llorar…

Saludo a Nachtkühle desde mi ventana llena de fractales y Nachtkühle me sonríe a mí, a un Dadá en una ventana con cara de Dadá. Dadá soy. Cantarín soy, pájaro pequeño soy también. Vuelo. Luego de un rato decido bajar a jugar con Nachtkühle y descubro que sus ojos no cambian de color: siempre son color Marrón-señales. Sus ojos siempre han sido amables conmigo, es de las pocas personas que tiene ojos color Marrónseñales-amables. La mayoría de ojos de personas suelen mirarme con desdén, como si fuera yo un No-casi-humano-medio-normal, lo cual no soy, porque yo-no-soy-nada. Soy nada y a pesar de todo, Nachtkühle me mira: Soy Dadá y Nachtkühle lo sabe. Dadá. En el tocadiscos: Slowdive - Changes

45


Quiero jugar a rellenar sudokus, pero Nachtkühle no sabe contar con números. Afirma que siempre cuenta con letras y me explica su sistema Nonumérico. a+a=b / b+b=d / Nos separan tan solo C pasos. Nachtkühle tiene, BC años. En su forma de contar, yo tendría BA años. No somos tan diferentes a fin de cuentas, solo me lleva B años de casimal-llamada-por-darle-un-nombreventaja. Pero yo no lo veo así, somos parecidas, somos muy jóvenes aún. Nachtkühle es pacifista, valora el artehumano y fue amiga de Nick Cave en 1988, antes de que La URSS se cayera encima de mí y me partiera rodilla en 333 pedazos. También conoció a David Lynch y jugaba con él al póker en la Cafetería de Nighthawks, cuyo propietario es Edward Hopper y caminaba con T.C. Boyle hacia La terraza del Café de la plaza Forum, donde Vincent van Gogh los retrató de lejos. Nos subimos al pino más alto que hay en este frío lugar, y descubrimos que detrás de la cerca eléctrica y del gran muro que rodea este blanco lugar, hay un campo de amapolas: Yo jamás había visto una amapola en mi vida, pero Nachtkühle afirmó que en Prusia y en El imperio Romano existen muchas de estas flores y Nachtkühle se sintió

fascinada por el color casi-digamos-querojo de sus pétalos. Cuando salgamos de este extrañoinexplicable-perturbador-encierro, nosotros vamos a ir a jugar y a correr entre el campo de amapolas y nos treparemos a los pinos-libres-comonosotros-en-el-por-ahora-futuro para ver el atardecer con más claridad. Está lloviendo y Nachtkühle corre hacia el pasillo para no mojarse. Yo amo la lluvia así que me quedo un momento viendo cómo se forma un pequeño charco al lado de mis pies. Pero no quiero dejar a Nachtkühle sola, así que corro hasta alcanzarla y tomo su brazo para que corramos juntos. Llegamos al pasillo, y sorpresivamente Nachtkühle me confiesa que ama el sol. Yo no entiendo bien porque, pero dice que es cálido y amarillo. Yo nunca he visto el sol porque acá todo es gris, pero amarillo es algo que me suena familiar: lastimosamente no recuerdo nada de mi otra vida, absolutamente nada. Nachtkühle me pregunta cuál es mi color favorito. Yo Pienso: ¿el de Søren, o el de Dadá? El de Søren es el gris, él no conoce de colores, y el de Dadá es el color azulcian-rey-cielo-petróleo-turquesaaguamarina. Le digo los dos para que no conozca solo una cosa sobre mí, así si algún día Nachtkühle quiere regalarme un Jersey, nos gustará a los dos y no solo a uno. Porque escoger es muy difícil, y más

46


entre tanta variedad. Pero es más difícil que a quien le regalas el Jersey le guste. Y le hago yo la misma pregunta y curiosamente Nachtkühle también tiene dos opciones para mí: Negro señales Y azul lejanía-acero. Colores muy similares a los míos, realmente las diferencias son minúsculas: El negro señales es un color tan profundo, que no le ves el fondo; y el azul lejaníaacero es muy similar al azul-petróleo, y además, es uno de mis seis azules favoritos. Entramos a su No-cuarto. ¡Al fin puedo ver el lugar seguro de Nachtkühle! Tiene muchas fotos de su pasado, creo yo… Hay hombres y mujeres de otra época, quizá sus amigos de otra vida, o quizá simplemente era fotógrafa de estrellas o de gente normal y ha decidido guardar las evidencias de que antes de nosotros, hubo alguien más. En una repisa puedo ver que tiene 49 vinilos de diferentes artistas que siento muy familiares. Recuerdo tres: 1. From the lion's mouth - The sound. 2. Over the edge - The wipers. 3. Transference - spoon. A Nachtkühle no le gusta la guerra, así que evito hablar de mi vida como soldado en la batalla de Waterloo en 1815. Me dice que es pacifista y que no cree en el nacionalismo, y la verdad nacionalista-no-soy, ni-me-interesaserlo. Mi única patria es

Innombrabilandia pero ya sabemos que fue invadida. Ahora debo hacer un ejército de letras y filósofos que me ayuden a derrocar a tan cruel régimen que ha sido impuesto allí. Extraño la libertad de Innombrabilandia. Quizá Nachtkühle sepa cómo recuperar la cordura de los habitantes de Innombrabilandia y me ayude a lograrlo, para que el país vuelva a la Libertocracia. Nachtkühle dice que quizá el arte y la buena música ayuden. En la noche: Hoy vimos una gris puesta de luna. Nachtkühle me habló sobre sus días en el imperio romano en 1991. Me contó sobre su amigo Jean-Nicolás-Arthur R. Él tenía AI años y Nachtkühle también. Generalmente a esa edad uno no tiene dinero, dinero-no-hay. Pero uno tiene deseos impetuosos por devorar libros y memorias de otras personas, uno tiene deseos de conocerlo todo: todas las historias posibles y no posibles que el paralelo-adictivo-interminable-mundode-la-literatura tiene para seres tan letrados como Jean-Nicolás-Arthur R. y Nachtkühle. Así que tomaban prestados para siempre libros de librerías llenas de libros. Libros y más libros. Fascinante. Jean-Nicolás-Arthur R. los ponía debajo de su brazo y fingía que había dejado billetes de colores en las manos de alguna mortal chica con cortas aspiraciones en la vida, pero no era así: Él jamás pagaba nada, nunca nada. 47


Pero ahora Nachtkühle decide que debe dormir, ya que su cuerpo pequeño y sus reservas de energía se han terminado. Debe soñar que se conecta a un tomacorriente para recibir la energía que necesita para seguir Bien-viviendo. Se marcha por la ventana diciendo: Buonanotte! Y yo cierro mis ojos para no ver la oscuridad que Nachtkühle deja al irse a dormir. En las noches siempre me siento triste. Nachtkühle no está y amargos posiblescasi-borrados-recuerdos se apoderan de mí. Hay cosas que duelen. Duelen mucho. Afortunadamente no me pasaron a mí, afortunadamente yo no siento, ni padezco ningún dolor, ni ninguna ausencia me toca o me hace daño. No, eso no me pasa a mí… La ausencia de Ella me destruye, no sé cómo sigo viviendo acá en Checoslovaquia. Si hubiera un televisor, si hubiera un canal de música para gente como yo, quizá pondrían todas esas canciones que oía a su lado y quizá me dolería. El dolor es amor, el amor es dolor, pero no existe, nada existe; yo no siento, yo no existo, yo no estoy aquí nunca. Si tuviera un lápiz escribiría como me siento. Si tuviera una hoja escribiría como me siento. Si tuviera una pared la rayaría, escribiría mil veces su desconocido nombre: Dahlia. Dahlia no me puede leer más, Dahlia No está. Nunca estará, se ha ido. La extraño. Dadá, ve a poner un disco: I could live in hope, de Low.

¡No, Søren! durmiendo.

Nachtkühle

está

Pero… ¡No quiero ir a comerciales Dadá! ¡No quiero hablar de las cosas de este in-feliz mundo! ¡No quiero eso, la quiero a ella! ¡La necesito a ella! Y tú sabes que no es ella ni ella, ellas solo se parecen a Ella. Ella es la número tres. Vamos en la número dos. Cerramos el telón ocultando a la señorita número dos y esperamos la aparición de la señorita ella-número-tres, con las mejoras requeridas por el escritor. Lugar: Sanatorio. Velocidad: 45R/M. Aparece, aparece, aparece, aparece, hazte real. Ven a mí, ven acá, conmigo, ven. Acá estoy. Recuérdame, recuérdame. No he muerto. Mientras tanto puedo intentar dibujar mándalas en la ventana, intentar descubrir el misterio de la vida, intentar salir de acá, intentar no desesperarme esperando que por mi buena conducta me dejen al menos sentar en el pasillo a ver si alguien llega a visitarme… o a ver si llega un alma que se parezca a la mía y quiera compañía... Puede ser. Andy, El doctor-guionista estrella. ¡Seguridad! saquen a este loco de mi oficina, necesito seguir escribiendo. Si fuera el guion de mi vida, dejaría de ser tan holgazán y haría algo, escribiría algo, haría que por fin Yo conociera al 48


amor de mi vida, en algún lugar en el mes diez, oyendo un disco de la dispute, el que sea, no seamos tan supersticiosos… Solo un disco de la dispute. Entero. Sentados en un parque. Sonrisa. Mirada. Acercamiento. La dispute. Cantar: Such Small Hands con un suspiro al mismo tiempo. Buen síntoma. Alma destrozada esperando ser salvada, como yo. Y es cierto, creo que la vi en mis sueños. Lo bueno que es ver el futuro, lo bueno que es oír canciones cuando no hay personas ligadas a ellas. Lo bueno. Ha de ser. Lo escribiría pero ya está escrito. Esa canción. Sentir algo. Para esta escena no habrá necesidad de drogar a estos dos personajes: se drogaron solos al mirarse. Se encontraron llorando en el parque, se encontraron cantando la misma canción, sintiéndose igual de desesperados. La canción de su comienzo y la canción de su No-final: Su amor será eterno. Pero Director Andy, el pobre Søren está muriendo en verdad, tenemos que hacer algo para salvarlo… Y ya ves Dadá como me quieren, los doctores lo intentan “todo” para salvarme: Electro shocks – morfina, Electro shocks – morfina, Electro shocks – morfina. Respiro. Miro a mi alrededor, voces blancas se miran y dicen: “La terapia ha sido un éxito, podrá salir en una nosemana de acá.” Dadá saldrá. Søren… Saldrá.

Reflexiones de un Søren tembloroso: Los psiquiatras comen cerebros. Consideraban que me golpeaba muy fuerte las piernas solo porque una vez me rompí el Fémur de un puñetazo, pero lo que no sabían era que mi mente estaba mucho más rota de lo que la pierna estaba y con menos esfuerzo: una mirada siniestra, en el momento más siniestro, en el lugar menos apropiado. Y de repente, escucho la voz de un-a chic-a diciendo: “Es como irse de viaje y volver inexplicablemente con un pavo real. Eso es morirse. Vengo por mi hermano Fisch” ¿Cómo lo sabe? Luego de mi terapia matutina, salgo caminando-volando-olvidando por el pasillo y veo su rostro: Es beige, como el vestido que usaba mi abuela en los días lluviosos de verano, sus ojos son cafeína, su cabello color madera y sus dientes se esconden entre unos labios carmesí del Kermes, del Quercus coccifera. Genial. No puedo evitar mirar sus ojos cafeínicos, o sonreírle… Los pavos reales están real-mente muertos. Asolación, asolación. No escuché su nombre, porque Fisch gritaba de alegría por verla. Pero si le pudiera hablar, le diría: mi nombre es Dadá, el valiente. Va-lien-te. Valiente eres, no necesitas presentarte. Me habla con la mirada, me habla sin usar su voz. Mis ojos te están hablando… Y nunca le hablan a los cobardes. Mírame, mírame, me verás siempre, por muchos años me verás. Pero te lo advierto, mi boca no 49


habla, jamás oirás mi voz, ni podrás imaginar que te canto al oído todas las noches. No, eso no soy yo. Yo no soy. No importa, la voz de tus ojos es exquisita para los míos. Debo ir a esconderme del sol, debo llevar a Fisch a casa. Nos vemos lue-go, Da-dá. Se fue, se despidió antes de irse… con la mirada. Es… Auch. Quisiera saber su nombre. Espero que los electro-shocks no la borren de mi mente, no recuerdo nada de lo que ha pasado en los últimos tres años de mi vida. ¿Por suerte? ¿Con suerte? ¿Recordaré? *** Recuerdos de la vida en libertad: Anoche perdí mis sentimientos. Me encontré con Fenrisulf y hablamos toda la noche, bebimos vod-ka y el lloró. Yo solo lo miré. Sus demonios tristesllorones se fueron volando. Anoche mis sentimientos huyeron detrás de sus demonios tristes-llorones. Ayer sonreía, hoy no puedo sentir absolutamente nada, ni azul, ni gris, ni negro, ni blanco. Nada. Amarillo. Anoche llegó la policía… Yo solo estaba con Fenrisulf hablando y bebiendo un poco, yo no he quemado nada, dije, no me golpeen, no golpeen a Fenrisulf que nosotros no hemos hecho nada…

Oh Morrissey, los dos sabemos que esto se acabó. Quizá afuera haya una clínica donde reparen corazones, donde reparen sentimientos, donde los vendan o los alquilen por anti-horas… Para sentir al menos por unas cuantas antihoras que el corazón late, baila, brinca como un Knup en un ogop. Hay historias-mentales-que-unomismo-se-narra que no se pueden reparar. Oh Fenrisulf, historias mentales perdidas, como nosotros en calles conocidas, desconociéndolas, olvidando, volando. Caminando. Olvidándola a ella. Recordándola a Ella. Has perdido la memoria debido a los brutales golpes policiales, pero yo siempre te recordaré Fenrisulf, siempre te recordaré. Tu madre te ha llevado de nuevo a la península escandinava porque me consideraba una malainfluencia-fluida. Tú me has olvidado… pero amigo, siempre te recordaré, donde quiera que estés. ¡Auch! Telegrama de Ella, desde el sótano en Checoslovaquia. 1993 de nuevo. Dadá, ¿por qué huiste? ¿Por qué no te quedaste?

Oh Morrissey, tu viste como se rompía mi corazón en 1990, como se volvió a romper en 1993 y viste su muerte. Ya no late. No respira, no vive. 50


Telegrama para ella, en el sótano checoslovaco. 1993, al parecer. Querida, querida Dahlia… En serio quería, quería, quería remar hasta tu isla. Pero cada vez que sentía que me acercaba, te alejabas... Te perdías en el horizonte y yo me perdía también. Mi brújula se enloquecía, el mar se volvía un monstruo y el rumbo se desdibujaba, como mis ganas de seguir remando. Y en alta mar desparecí y en alta mar me encuentras. Solo tú me encuentras. ¿Acaso qué? ¿Iba a ser feliz? Tienes que saber que en los paralelismos, vives entre mi garganta y mi diafragma, como si fueras corazón y dueles cada noche de luna y no llena-nueva-luna. Quisiera darte algo que tengo guardado, se llama evol. Evol viene en un empaque hermético e irrompible, no se oxida, no se pudre, nada lo corroe y tiene garantía de por vida. ¿Lo quieres? Dime que te quedarás, dime que vas a mirar al fin mis ojos verdecafé-amarillo-otro-color, dilo, dilo. Quédate conmigo, por favor. Ella nunca responde. Lloraría, pero las terapias con Electro-shocks han secado mis lágrimas. Por las noches me asusto, Nachtkühle duerme y yo solo respiro, respiro y algo duele, como si los recuerdos se alojaran en el pecho y no en el cosmos, como debería ser. Duele. Duele la vida, duele la no-muerte, duele-s. Tú duele-s, insisto.

Quisiera no respirar más. Ojalá me pueda ir pronto. No quiero respirar más. Es una tragedia. Yo solo quiero contar una historia y mi No-ahora-tanvacía-destrozada-vida no me deja. Quisiera contar una historia hoy, una historia donde yo no sea el personaje principal y víctima de tantas desgracias, una historia donde yo sea libre. Telegrama escrito por Søren para Ella, olvidado en el fondo de la cartera de un Travesti. Año: 1994. Corro, pero te cargo a todos lados dentro de mi mochila negra y te recuerdo siempre. Y duele. El camino para verte, ya no es el camino para verte, es el camino para recordar las canciones… que ya no son canciones, que son todos nuestros momentos metiéndose en mis oídos, golpeando mi cabeza... Ma-tán-do-me. Quisiera encontrarte y no te encuentro, quisiera llevarte de la mano a todos lados, correr bajo la gris lluvia, gris como tú. Sonreír-te, que sonrieras como en mis sueños que no son reales, que todo fuera… Entre tú y yo, hay un montón de palabras. Pero en verdad, solo hay una conjunción. Entre tú y yo hay un montón de cadáveres, memorias, horas y mentiras. Entre tú y yo, un precipicio. Y después de todo, después de lo No-terriblemente-vivido, sigo 51


cayendo. No veo el fin, no toco el suelo, no veo el cielo, el pa-sa-do no muere, no llega, no acaba. Duele, duele y no he caído, duele, duele porque estamos hechos de viejas miradas, y las miradas siempre duelen. Entre tú y yo, solo tu ausencia, el deseo, tú presencia, tu silencio, tú. Entre tú y yo.

Abro los ojos. No puedo dormir, no puedo verla. Acá el sol nunca se va, acá el sol nunca se queda. No puedo vivir, ojalá me pueda ir pronto.

*** A veces, cuando Nachtkühle no está, y Søren está en la URSS durmiendo, yo simplemente empiezo a di-va-gar. Me imagino volando dentro de la casa de Ella, buscando su voz, su pálido-rostro. A veces, cuando tengo suerte, recuerdo su boca diciendo: Por favor, quédate esta noche, abrázame, ven. Aquí estoy, duerme conmigo. Quédate, mis sueños me están matando, me ahogo cada noche y no puedo disfrutar ni mucho menos vivir cuando es de día. Quédate. Me gusta pasear por su casa cuando tengo tiempo. Llegar a su sótano y sentir que el performance comienza, ver el lugar y sentirlo frío, azul, gris… sentirla, sentir su presencia. Me ve, la veo. Y empiezo a soñar. ¡Háblame Da-dá! ¿Dónde habías estado, por qué no habías vuelto, por qué no respondías mis telegramas? ¡Háblame Da-dá, háblame!

Hospital Municipal José Tiburcio Borda. Buenos Aires, Argentina.

Necesito respirar el frío viento de Checoslovaquia, necesito oír los pájaros cantando mientras no-vuelan-ydescansan en los hilos-llenos-deelectricidad. Acá estoy másirónicamente-perdido. Extraño su sutilcasi-invisible-sonrisa. Necesito mis cosas, mis unicornios, mis libros, mis memorias… Necesito la luz de su lámpara negra para poder re-leer el libro de mi antiguaolvidada-vida y así poder entenderlo todo de nuevo. Y, ¿por qué no? Nuevamente desvariar, querer olvidar, volver… Querer salir. Olvidar de nuevo. Recordar de nuevo. No puedo dormir. 3:33 a.m. esta noche saldré. Ya ha pasado una se-ma-na. Que corto es el tiempo. Corto es. Fugaz telegrama para Ella. 1993. de nuevo.

52


Soy libre, soy libre. Son las 6:33 P.M. y soy libre. Libre para verte, para perseguirte, para buscarte. Libre para ver los pinos, libre para ver de nuevo la montaña… Libre. Deseo verte. Dadá. Fugaz Telegrama para Dadá. 1993, siempre. Dadá. Ven. Te espero esta noche. Ya sabes dónde encontrarme. Checoslovaquia. Dirección: 01100001 01110010.

01101101

01101111

Pero tú sabes cómo llegar. *** Corrí. Corrí a verla: El camino de nuevo, los árboles de nuevo, las hojas-no-de-nuevo-nunca, pero las hojas. Los nervios, el estómago acelerado, el corazón brincando de acá para allá, como un niño inquieto, como yo. Las canciones, los discos que hace tanto no escucho, todo un ritual ir a verla. Y corro. Estaba ahí, de pie ante mí, ante mi cara pálida y azul, y ella tan gris, y yo tan azul, y ella tan ella y yo tan azul. Que crispados estaban mis cabellos al verla de nuevo, luego de tres, tres, tres años

de algo ausencia.

parecido

a-casi-forzada-

*** Lugar: Una calle. Dosis: Exagerada. Velocidad: 45 R/M. (Si, por los tocadiscos.) Se ve igual de increíblementemágicamente-hermosa que todos los años, días, meses, con su her-mo-sa mirada, sus her-mo-sos cabellos, sus her-mo-sos colores… gris, negro, gris, melocotón helado, azul Alicia, gainsboro, gris 63, ambrosía 3, marfil 3, nieve 3, humo blanco. Y yo con mi cian oscuro y mi gris pizarra… solo puedo sonreír al verla. Su presencia es importante, sus miradas son importantes. Su boca es importante, su voz es importante, Ella es im-por-tan-te. Sin ella, Innombrabilandia no es nada, sin ella, el viento frío del mes ocho, que me inspira y aspiro, es solo viento frío. Sin ella, mi realidad es aburrida, no hay nada real en ella, no hay sentimientos, ni cactus, ni olor a vainilla, ni sótanos, ni discos de Blouse, ni recuerdos, ni, ni, ni, no. Nada. Me gustas, me atraes, le digo. Parece magia, mentira, algo extraño, algo impo-si-ble, azul, azul, parece un hoyo negro en el siglo XIX, parece la redonda tierra en el siglo X, parece un eltaeb en el siglo XVIII, pero es real. Me gustas Dahlia, me gustas.

53


Y tú a mí Da-dá. Silencio. Mírame. No, no me mires. Mírame. Por favor. ¿Qué quieres hacer hoy? Hace tanto no te veía, deberíamos ir al tejado a cazar polillas, y luego sentarnos a ver el anochecer mientras fumamos Romero y laurel de vainilla en una pipa. ¡Oh, Dadá! no sabes cuánto te extrañé, no volví a pasear a mi gato porque sabía que no estabas ahí. ¡Oh, Da-dá! no te marches más, quédate a mi lado y dime cosas horriblemente-lindas. ¡Oh, oh! nadie me hace sentir tan felizmente-azul como tú lo haces. Siempre me viene bien verte. ¡Oh Dahlia! Tu sonrisa vive, tus mejillas viven, tu voz vive. Amo que vivas cuando estoy. Abrázame, por favor. Abrázame fuerte-mente, te dejo mis discos, los dejo todos en tu sótano… míralos, míralos con la luz de tu lámpara roja, mira estos discos, mira mis ojos, mírate a ti. Huyes, huyes y yo te sigo, a donde sea yo te sigo. Detente. Sácame un ojo, te lo regalo. Es para ti. Tienes un agujero negro, yo también. Los podemos llenar con otro agujero. Ya que más da. Poesía, poesía es lo que contiene la carta que dejo en su mano. Ella aún no la abre. Al alba te amo, tengo toda la noche en las venas, Toda la noche te he contemplado. Tengo que adivinarlo todo, me siento seguro en las tinieblas: Ellas me conceden el poder De envolverte, De sacudirte deseo de vivir

En el seno de mi inmovilidad, El poder de revelarte De liberarte, de perderte Llama invisible de día. Si te vas la puerta se abre hacia el día. Si te vas la puerta se abre hacia mí mismo.3

Especialidades, poesía. Para Ella. Para. Ella. Debo ir a mi casa en Innombrabilandia a dormir. Espero verte pronto, Dahlia. Da-dá, prométeme que prométeme que estarás prométeme que volverás.

correrás, bien, y

Volveré. Correré, estaré bien. Sonrío. Sonríe. Espero no lo arruines, de veras espero no lo arruines, dice. Y temerosa abre la carta que he dejado en su mano. La lee. ¿Poemas? ¿Amor? ¿Sentimientos? Lo arruinaste de nuevo. Suéltame. Vete. Calle de las hojas, Dadá el muerto. Me caí. (Me empujó) Me raspé mis rodillas, me raspé la cara, me raspé el hígado y el corazón. Me odio. El aire es tibio en el suelo, el aire es denso, el aire es abrumadoramente-destructivo para mí. Voy a dejar de respirar hoy. No quiero levantarme, lo arruiné. ¡El guardia me patea, el guardia me patea! Las casas inglesas están llenas de 3

Paul Eluard. De "L'amour la poesie" Versión de Aldo Pellegrini.

54


sangre… no veo mi cara, no veo su cara… me grita y no entiendo, pues no hablo su idioma. La nación ha muerto, ha muerto como yo. ¡Lo arruinaste! Grita el guardia sangriento, ¡siempre lo arruinas! Vete, vete o te llevaré a la correccional para gente que lo arruina todo-siemprefrecuentemente. ¡Corre! Lloro y corro. ¿Llorar? Había olvidado lo que era eso. Que tibias son las lágrimas azules-moradas que salen de mis ojos. Que tibia es la culpa de no haber hecho nada, la culpa de haber dicho: “te amo.” La culpa de sentir... Sintiendo. Quisiera no sentir, necesito más electro-shocks… pero acá no hay electro shocks, acá no hay nada, nada nunca, nunca nada. Un viaje ayudaría, un viaje dentro de un viaje ayudaría más, un viaje dentro de un viaje de un viaje suicida ayudaría. Ayúdame. Ayúdame a morir. ¡Dadá, estamos muriendo! Dice algo ebrio. Ahora si ponte un disco: Porter – Donde los ponys pastan. Me río de mi dolor. Hay sangre, camino y hay sangre, corro y hay sangre, no pienso y hay sangre. Pienso y es peor. San-gre. Paso por la farmacia y escucho que cualquier-chica pide un montón de pastillas para dormir. Creo yo que quiere suicidarse, o vivir, o morir. Entre toda la sangre que hay encima de

mí, me detengo y la miro. La miro fijamente. Me mira. No me mira, no me ve: hay mucha sangre. Desatiende al pseudo-farmacéutico-alcahueta y me mira. Corre hacia mí, hacia mí viene. ¡Oh pobre, oh pobre! Dice con un tono lastimero y un poco maternal. ¿Te has caído, te han empujado? déjame ayudarte, déjame limpiarte. ¡Oh pobre, oh pobre chiquillo! Deme agua hombre de bata blanca, deme agua para limpiarlo. Mire, mire como lo han golpeado, mire como se ha raspado. ¡Oh pobre, pobre! ¿Quién eres, pequeño niño? ¿Te has intentado suicidar? ¿Es divertido, verdad? Sí, soy una maleducada. Me presento, soy La doctora Juno Almendra, la que no se calla. Soy Juno la no-suicida. Oh pobre, que sucio estás, que roto estás. Tengo 26 años… BF años, bla, bla, bla. Bla. Bla. Bla. No entiendo nada de lo que dice. Bla, bla, bla. Habla demasiado rápido y no hace pausas entre las frases… Me aturde. Juno, cállate de una buena vez y escúchame. Me enamoré de una psicópata-no-medio-persona. ¿Hablas mi idioma? Oh, espero que sí. Necesito olvidar, necesito olvidar-la. ¿Puedes ayudarme? Sí, eso es sencillo. Vamos a mi mansión en mi limosina… vamos, vamos… tengo una gran máquina-de-olvidopermanente.

55


En una limosina-muy-dandy: ¡Oh, mira cómo te han vuelto! ¿Quién te hizo esto? Dice mientras me acaricia la cara en-san-gren-ta-da. De Da-dá. Los policías anti-arruinadores. Respondo enojado y triste, como un niño pequeño que ha sido… abandonado. Ah, bastardos, quieren que todo sea perfecto, quieren que nadie arruine nada… ¡Ah, bastardos! ¿Cuál es tu nombre, hombre arruinado?

hoy. Vuelve a hablar con voz maternal… ¡Oh, pobre, cómo sufres! necesitas un abrazo. (Y sus abrazos me reconfortan.) Ven, ven. Ya pasó, ya pasará, ya está pasando, ya llegamos. ¡Ea! Te gusta la música, lo leo en tus ojos verdes como el café de las hojas que se caen en el otoño-primaveral. Tengo unos discos que te gustarán: Sacó de un secreto cajón de su limosina, cinco discos de zzaj.

Søren, Dadá. Ah, Dadá, no eres nada. Te diré Nadadoren. Estás muy pálido, el sol no te ha tocado en años, en años, en años, mil años. Deja, tengo un maletín especial para estos casos. Deja te limpio esas heridas con Tiomersal, con Nitrato de plata, con Cloruro de benzalconio, con Clorhexidina y con Povidona yodada. Ya verás cómo te pones de guapo otra vez.

- Miles Davis - Kind of Blue.

Ahora, cuéntame más sobre la psicópata. ¿Quieres olvidarla? Pues bueno, necesitamos que la recuerdes todo el camino. No estamos lejos así que no desesperes si duele mucho, en serio no desesperes. Solo recuerda.

una servilleta)

¿Ya? Sigue, sigue, todo lo que vivieron, todos los discos que escucharon, todos los besos que se dieron, todo eso lo necesito en la memoria primaria para eliminarlo fácilmente cuando lleguemos a la mansión en la limosina.

-John Coltrane - Blue Train - Art Blakey & The Jazz Messengers – Moanin’ - Monk's Dream - Thelonious Monk -Paul Desmond - Blues In Time Y una frase de Emil Cioran: (escrita en

1827 (Pág. 215 – 13) “Esta angustia que se nutre a sí misma. Cualquier pretexto le vale para inflarse, para exasperarse. Saber que no obedece a ninguna “razón”, y que por tanto hay que someterse y seguir sufriéndola. No puedo dominarla, emana de todos mis desfallecimientos, de una debilidad que habría que calificar de ontológica…”

¿Ya? Perfecto. ¡Oh, no llores! no llores Nada-doren, toda esta pesadilla termina 56


¿Ves? No eres el único viviendo en la angustia. Ya se irá, tengo el remedio para eso. Ven, pasa, la mansión es grande y cabemos los dos. Vamos al estudio-laboratorio-fabrica-tallercreativo-salón-de-encuentros-conmigomisma… todo está ahí, ya verás, ya verás.

Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.jpg Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.mp4 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3 Ella.Mp3

***

Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt Ella.txt

Robotona-Fabrica 3.0 parlante:

Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc Ella.doc

(unapantallagiganteenunsalóngiganteconvoz dementirasverdaderas.)

Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif Ella.gif

Bienvenidos, Søren Dadá y Doctora Juno Almendra infinito-Parlante, ¿Qué desea eliminar hoy?

Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd Ella.psd

Un mal amor. Digo yo con una voz malhumorada y con dolor de cabeza. Me sangra la nariz. Oh, escanearemos el cerebro del Señor formal Søren Dadá para buscar los archivos que deben ser eliminados. Le advierto Señor formal, que este procedimiento es irreversible y arriesgado, usted es el segundo sujeto de prueba y los daños colaterales aún no están establecidos. Duración: 30 segundos. Escaneo terminado. Recuerdos dolorosos encontrados: 90. Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.exe Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar Ella.rar

Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai Ella.ai *** ¿Está seguro que desea eliminar estos recuerdos dolorosos? Guardo silencio. Silencio guardo. Señor formal, estamos esperando su respuesta. Tiene 3 minutos para pensarlo. Yo pienso y pienso. Luego de un rato… Respondo. ¿Podríamos poner recuerdos falsos? Estaría mejor si en vez de borrar todo, borraran solo el final y pusieran otra cosa… una especie de continuación ficticia, una película en una película, un drama con final-feliz, o una muerte… 57


¿Y si mejor me extirpan el Lóbulo frontal? Así no sentiría yo más gris dolor, o gris alegría, o gris tristeza, o cualquier humana-no-coloridaemoción. No, ya sé, mejor inyéctenme cianuro en las venas ácidas de sur-Dadá, o algo así… A callar, dijo Juno, los dos a callar. He encontrado la solución: Suero placidacalma-contra-dolores-grandes. Encontré un montón de dosis en el viejo armario de mi padre… Quizá haya sido el primer medicamento que inventó, allá en mil novecientos… La etiqueta dice que puede ayudar en el tratamiento de pacientes tan susceptibles a su entorno. Efectos colaterales-principales: disminuye la sociabilidad, la imaginación y bloquea los recuerdos que generan dolor, evita futuros encuentros calificados como nocivos con sujetos previamente identificados y genera insensibilidad temporal en las noches. Efectos secundarios-que no se deben nombrar: Agresividad, posible adicción al medicamento, abuso de sustancias psicoactivas, pérdida de memoria, lejanía, asolación del alma y la moral, sentimiento de vacío e incapacidad de mirar a los ojos a otros seres humanos permanente. ¡Eso suena mejor que todas tus drásticas medidas, fabrica! Dice algo enojada.

Ven Søren. ¡Oh Søren Dadá, Formal Señor, Señor formal! te aplicaré este suero. Puedes quedarte a dormir esta noche conmigo. Te cuidaré bien, no os preocupéis, soy Doctora-enfermerapaciente-sujeto-de-experimentación y amiga. Duerme, deja que el Éter entre en tus pulmoncitos de niño bueno. Ve con el pug imaginario, ve y conquista de nuevo Innombrabilandia, ve, ve. Te he estado observando desde hace años, ¡Oh Søren, como quería yo que llegaras al fin a mí! ¡Oh Søren, cuanto te amo! ¡Oh! Ahora duerme. De pronto, aparezco dentro de mí, en Innombrabilandia, en duermevela… Sueño. Doctora, ¡estoy soñando con usted! Estoy soñando. Hace tantos años no soñaba… ¡Mire doctora! un pug, otro pug, otro y otro pug. Los corretearé por todo este basto jardín lleno de amapolas, margaritas, azucenas, rosas, crisantemos, tulipanes, lirios, claveles, narcisos y violetas. Usted, doctora Juno Almendra la que no se calla… ¿Puede seguirme? La estoy viendo, su cara es del color de un lirio, su boca es del color de un narciso, usted es toda blanca, excepto sus ojos. Sus ojos son color arce real, como los míos, como los de su madre, quizá, como los de la mía, también. Deténgase, usted se me hace muy parecida a alguien que no recuerdo. ¿Acaso no nos conocemos de antes? ¿Estuvo usted en esa convención de aficionados a las-auto-lesiones del año 1992? Me parece que usted dio una 58


conferencia luego se salvarme la vida, ¿verdad? Responda, doctora, ¿por qué me salvó? ¿No ve usted en los líos que me he metido? Si usted me hubiera dejado morir en 1992, yo no hubiera vivido en 1993 y no tendría todo este problema mental. ¡Ay Søren Dadá! Dice con voz preocupada, cansada, culpable. Ahora ya sé lo de los efectos secundarios y sí, me faltó mencionar uno: la imposibilidad de soñar. Pero lo hice por su bien, hay sueños que molestan y perturban el alma, la mente, el todo en usted. Pero… estoy soñando. Ahora mismo estoy soñando.

decirle que la amaba. Por suerte has llegado tú. ¡Ay, Dadá! Vamos por un café, vamos por un naranja jugo de café exprimido y tostado. Vamos, vamos, tengo mucho que contarte… Tantos años sin verte Dadá… Mira, nuestro café favorito no ha cambiado nada. Tu silla sigue intacta, no he dejado que nadie más se siente ahí desde que… Eh sí, sí. Siéntate mi querido Søren Dadá, todo estará bien. ¡Mesero, mesero! tráigame una ronda de naranja-café-jugoso-tostado y exprimido por favor. Con miel y tabaco, por favor.

***

Como te decía Dadá, tengo tanto que contarte… Ahora trabajo vendiéndole camellos a gente de Suecia por telégrafo. Tú sabes, soy tan amarilla que los convenzo.

Un Dadita aturdido:

Bla, bla, bla.

¡Despierta, Dadá! ¡Despierta!

¡Ay Dadá, dime algo! bla palabra que signifique algo, bla tampoco. Cuéntame aprendido últimamente, sé dejas de aprender.

Y al tomar consciencia del sueño, todo se empieza a desvanecer. Como siempre, como raro.

Escucho entre mi inconciencia y mi consciencia una voz familiar… Una voz suave y… ¡Amarilla! Abro los ojos lentamente y trato de girar mi cabeza para verla… Amarilla está acá. Hey, ¿Qué haces ahí tirado en el andén Dadá? Mírate, todo raspado… ¡Pobrecito Dadita! Se agacha y me ayuda a ponerme de pie. Hola J-amarilla, todo ha sido un desastre esta noche. Tuve un extraño sueño, me golpeó un policía antiarruinadores y Ella me detesta por

no es una y bla, bla, que has que nunca

Está bien, en la biblioteca del sanatorio había un libro de curiosidades sobre el Mun-do y me aprendí unas cuantas: – Los egipcios fueron los primeros en medir con relativa exactitud la duración del año: 365 días y ¼. – Si una estatua en el parque de una persona a caballo tiene dos patas en el aire, la persona murió en combate, si el caballo tiene una de las patas frontales en el aire, la 59


persona murió por heridas recibidas en combate, si el caballo tiene las cuatro patas en el suelo, la persona murió de causas naturales. – El hombre tardó 22 siglos en calcular la distancia entre la Tierra y el Sol (149.400.000 Km.). Lo hubiésemos sabido muchísimo antes si a alguien se le hubiese ocurrido multiplicar por 1.000.000.000 la altura de la pirámide de Keops en Giza, construida 30 siglos antes de Cristo. – La palabra “cementerio” proviene del griego koimetirion que significa: dormitorio. – A lo largo de la historia, 36 papas han sido asesinados y 13 encarcelados o desterrados. – En 1694 los jueces se vistieron de negro para llorar la muerte de la reina María II y han permanecido así desde entonces. – Los antiguos egipcios dormían en almohadas hechas de piedra. – En Inglaterra en el siglo diecinueve la palabra pantalones era considerada obscena. – La longitud de las alas de un Boeing 747 es más larga que la distancia del primer vuelo de los hermanos Wright. - Cada rey de las cartas representa a un gran rey de la historia: Espadas: El rey David. Tréboles: Alejandro Magno. Corazones: Carlomagno. Diamantes: Julio César. ¡Ea, Dadá! Me crispas los cabellos. Abrázame, abrázame que la noche es joven y larga como ese chicle que estiras con los dedos mientras me miras como queriendo descubrir que tengo en

el bolso. ¿Quieres ver? Son dulces, dulces para ti, dulces de colores. Azulcian, Azul-cielo, Azul-rey, Azulaguamarina, Azul-petróleo, Azul-Dadá, Azul-Tu y yo sentados en un café a las 8:08 P.M. Azules para ti. A ver si dejas de estar tan pálido y grisoso-azulado, soso. Ven acá, sácalos todos, no producen sobredosis así que puedes comerlos todos de un solo golpe si quieres. ¡Oh, pero qué azules están tus mejillas Dadá! Adoro ese Azul-Dadá, adoro que estés de nuevo a mi lado. Me iré a vivir al Principado Moldavo, es acá cerca, solo a unos cuantos siglos de distancia en máquina del tiempo corriente. Sería estupendo que vinieras conmigo un tiempo y después volvieras, solo para que conozcas Transilvania y Valaquia. ¡Vamos, vamos! El tren sale a las 9:07 P.M. Si, iré… luego de limpiarme la cara y de tomar esta extraña bebida, Amarilla. Me siento tan cansado… Pero no puedo dormir. Me siento tan ahogado… no puedo respirar. Me siento tan muerto… que ya no puedo ni vivir. Si, vamos. Vamos allá, a ver si olvido, a ver si vivo, a ver si logro entender… Pasa el tiempo, el tiempo pasa. Llegamos a la estación y siento que estoy en una película de los años 20. Siento que todo va muy rápido, que todos se tambalean como pingüinos hasta los trenes, que todos se suben a los vagones con esperanzas de olvidar la 60


depresión… que todos huyen como yo. Que todos huyen de todo, de nada, de siempre, como de costumbre. ¡Mira, mira que bellos paisajes hay acá! Tantas moradas flores… Dice amarilla cuando ya vamos en los campos de violetas, luego de haber estado callada todo el camino. Yo no quiero hablar, yo no quiero escuchar… yo solo quiero dormir. Y no puedo. Nunca puedo. ¡No son moradas! ¡Son rosadas, son púrpuras, son salmón! Digo enojado y con sueño. Ciclamen, Violeta de Persia, Violetas de los Alpes, Cyclamen persicum. Cállate J-amarilla, necesito leer este libro sobre plantas que acabo de encontrar, necesito memorizar cada fotografía con mi cámara de 8mm mental, necesito silencio. Duerme, duerme ya que yo no puedo hacerlo. Mañana todos estaremos bien, mañana el tren ya habrá llegado a Transilvania y todos sonreiremos como idiotas. Por ahora, calla y duerme. Y no soy Dadá, soy Søren. Bueno Søren. Responde con su suave voz, a pesar de que la grité y le hablé de una manera totalmente descortés y horrible. Pero no quiero, prosigue con su argumento de por qué no quiere dormir, quiero que me cuentes una historia para dormir. Una de amor. Dice en voz baja y mirándome como miran los niños-enamorados. ¿Amor?

Déjame pensar… Está bien, creo que recuerdo una muy vieja. Pdta.: Le cuento la historia porque me siento mal y quiero compensar el haberla gritado y el haberle hablado tan horrible-mente. Historia de no-amor, por Søren. En las noches no hay precipicios ni vacíos. En las noches la distancia se acorta y la vida se alarga, las afirmaciones niegan las contradicciones diarias y dejan ver una luz en medio de la infinita oscuridad. Esa, la de tus ojos, la de tu alma indomable, perdida entre las dudas. Y la luz la llevo yo en mi pecho, la luz no se apaga nunca… ya no hay precipicios, ni vacíos, ni mucho menos un final. Solo estoy yo, solo estás tú y la luz. La luz en mi pecho. Le temen tus ojos a la luz, le temen porque nunca han visto nada. Me temen a mí, porque nunca han visto un mortal. Y te acercas, porque a pesar de que temes, anhelas. Pero nunca llegas, solo contemplas, y yo te contemplo mientras te alejas sagazmente; quiero descubrirte y tú, tal vez no quieres ser descubierta por mí. Y te persigo como si fueras tú la más sublime luz, y tú huyes de mí como si fuera yo la oscuridad misma. En las noches no hay precipicios ni vacíos, en las noches la luna te alumbra y te admiro con el interminable deseo, con el profundo anhelo de encontrarte en tu verdad, en tu paz, en tu compleja sencillez.

Silencio, silencio.

61


J-amarilla duerme, J-amarilla debe dormir. Yo no puedo, yo no debo, yo solo debo escribir-le a Ella. Telegrama # 1 para Ella. Desde un tren rumbo al Principado Moldavo. 1993 cada vez que te recuerdo. Me estás mirando. Mis ojos sonríen y mis mejillas se sonrojan. Me estás descifrando. Mi boca dice cosas que solo tú entiendes. Te estoy pensando. Tu rostro se llena de colores y salta tu corazón. Te extraño. Soñaría contigo, pero tu ausencia me quita el sueño. Quédate hoy, hoy tal vez. Tu presencia se construye en tu ausencia. Quédate a mi lado. No sé de nada si huyes, no sé de nada. Me estás mirando, y mi alma te mira. Me estás rozando la vida, como el sol roza el lucero matutino. Y te estoy guardando, dentro de palabras jamás dichas.

Telegrama # 2 Para Ella. 1993 en mí y en ti. La noche es demasiado larga aquí Y aún así, no me alcanza para escribirlo todo. La noche es eterna, como mi deseo por ti. Y tú eres el deseo mismo. La luna me mira con sus múltiples ojos y me habla de ti. Ella puede verte, saltando por todos los tejados, intentando atrapar las estrellas que dejaste ir. Las mismas que te regalé una noche ahora tan lejana, envueltas en polvo de alma inocente, que da sin esperar nada. Aquí no hay días, solo oscuridad. Oscuridad donde sueño despierto que sueño contigo. Oscuridad donde tu olor me persigue y me domina. Oscuridad donde nadie más nos ve, donde tú me ves y yo te veo. Aquí no hay olvido ni hastío. Aquí no hay odio ni silencio. Aquí tus palabras me abrigan y tu sonrisa me alivia. Aquí solo hay fuego, aire y devoción.

62


¿Dónde está ella? ¿Por qué desaparece? ¿Por qué no viene a tomar el té conmigo? Oh dios como duele su ausencia tan gris, quiero hundirme en el negro mar de su mente, quiero desvanecerme en el negro de sus ojos tan-no-tan-negros… ¡Ayuda, ayuda, necesito olvidar de nuevo, necesito ser asesinado por otros ojos, necesito ser asesinado por otros besos, por otros abrazos, por otras noches sin luna o con luna, por otros momentos más lúcidos que los que viví con ella! ¿Se puede? No, no se puede, quiero verla. Debería aparecer bajo mi árbol… Telegrama para ella. Desde: “El olvido” Deberías aparecer debajo de un árbol común y corriente y simplemente sentarte a tomar rayos de palabras azul cian. Hace muchos siglos no veo tus gafas negras por las calles de Checoslovaquia. Ven un día, te esperamos con té y galletitas intocables de días que jamás volverán. Iría a visitarte, pero es que ya no puedo salir de acá, no me dejan ir a 1983… Me tienen amarrado y me obligan a vestirme como humano, vieras que atrocidad… Espero recibas este telegrama y no sea interceptado por algún Søren maniaco.

Discurso de Ella. (Repetir 36912151821 veces) Hedesaparecidocomotodo,comonada,comosie mpre.Debesseguircaminando,debesvolar,debe siraotrosmundos,debesbotartuvidaalabasuray empezardenuevo,denuevo,nuevotodo,empeza r.Lejos.Estás.Novuelvas,novuelvasquetusform asnoencajanacá,novuelvas,corre,corre,libreer esalfindetantascosas,libreeres.Corre,corre,que libreeresdetantascosas...Ahora,sonríe,hasperd idolamemoria,eltratamientosurtióefecto.Yoer aladoctora,yonoerareal,soloeraundeliriodeD adáelloco,deDadáellibre,DeDadáelvaliente. ¡Oh, pero si supiera que dolor me causa entender que nunca volverá! que nunca volveré a tener momentos tan lúcidos como los que tenía a su lado hablando de colores, de canciones, de humanos como yo, como ella, como nadie… Es terrible, terrible, terrible entender que el único ser humano que alguna vez te entendió se desvanece poco a poco en una especie de materia gris antracita llena de negro señales, es terrible no poder sacar de la oscuridad a quien amas ver bajo la luz de alguna vela azul, o quizá bajo la luz de alguna lámpara con forma de gusano delgado y negro… ¡Silencio, extrañar aquí está prohibido, recordar está prohibido, sentir está prohibido, morir está prohibido! Grita Søren enojado y fastidiado de todo esto…

Te quiero, con nula-lucidez y sialucinación.

63


Y entre tanta prohibición, solo queda decir que hablar sobre Ella está prohibido y que si te oigo pronunciar su nombre, o el pronombre por el cual la llamas a menudo, voy a tener que llevarte de nuevo al sanatorio, pequeño Dadá. *** 6:33 A.M. Sigo despierto, pero hemos llegado al fin al Principado Moldavo. JAmarilla abre los ojos y empieza a hablar de nuevo, parece que me ha escuchado. Pero Dadá, este no es el fin del viaje. Debemos llegar a Hvannadalshnjúkur, allí está Ingólfur Arnarson, mi querido amigo de la vida toda-casi. Él tiene contactos, me ayudará a vender unos camellos en Rusia, ¡Camellos en Rusia, camellos en todo el mundo! Vamos a Islandia, allí podrás dormir todos los días si quieres, mientras yo me ocupo de los Camellezcos negocios. Ah… iremos en avión, no te preocupes… en una hora estaremos allá. No puedo dormir, no sabes cómo extraño soñar con Ella, no sabes tú, no sabes. Creo que si lo sé Dadá, solo que tú no recuerdas, tú no recuerdas nada por culpa de los electroshocks… La miro desafiante, pidiéndole que me diga qué es lo que no sé; hay tantas cosas que no sé… Pero no me dice nada, nada me dice. Saca un papel y lo pone en mi

mano, rozando mis dedos, rozando mis muñecas, mis cortadas muñecas… Mira, ve a esta dirección cuando lleguemos a Islandia, mientras yo voy al volcán. Callejón dandy 33 # 66 – 99. Es el lujoso hotel de una amiga donde puedes quedarte, nadar en la tibia piscina en las noches heladas, comer paletas al lado de la chimenea y aprender latín en su biblioteca. Ve, anda, di que vas de parte mía. Sueña Dadá, nos vemos mañana. 9:33 A.M. Amarilla se fue a arreglar sus Camellezcos asuntos y yo he llegado al lujoso hotel. Toc, toc, toc. La puerta está muy fría. Me abre la mucama. Vengo de parte de J- Amarilla, me dijo que acá podía yo encontrar un cuarto para dormir. ¿Es usted don Søren Dadá? Afirmo con la cabeza. Oh… pase usted señor formal, pase usted. La mucama es delgada y no muy guapa, pero muy atenta. Tiene el cabello castaño y la piel muy blanca, como si aquí el sol solo se viera cada seis meses y desapareciera por otros seis. Su voz es algo gruesa, pero muy cordial. No sonríe, parece ser muy tímida y siempre mira hacia abajo, como queriendo ocultar el color de sus ojos… Pero yo los vi, yo recuerdo ese color: Es azul celeste.

64


A paso rápido, me lleva al cuarto más cercano. Me da la llave y me desea un buen día. Entro y… Blanco, blanco, blanco… Todo es tan blanco que me abrumo, que me aburro, que me pongo blanco yo también. Al fin siento el sueño, al fin Morfeo se apiada de mí y me abofetea para poder dormir. Caigo en el somier y ni respiro el tibio aire… Solo quiero soñar con ella. Sueño de una mañana eterna. Lugar: El imaginario Dadiano Checoslovaquia.

de

Ámame Dadá, ámame. Dice Dahlia en la oníria. Oh querida, lo hago cada día; lo hago cada noche, cada madrugada y cada instante. Lo hago cuando acaricio lentamente tu rostro, cuando te abrazo, cuando estás a mi lado y cuando no, cuando sonríes, cuando huyes, cuando te sueño y cuando despierto. Lo hago, lo haré. Toda esta cadena de sucesos a la cual se le puede llamar vida, no tendría el menor sentido si no hubieras aparecido tú. Apareces y te siento. Cada latido, cada suspiro, cada respiración de tus grandes pulmones, cada palabra que sale de tu boca tan roja, tan roja, tan suave, tan tibia a mi tacto… Siento todo, todo. Tu piel como ambrosía para mí. Ambrosía para mí eres, el deleite excelso eres, la vida misma eres, el medio y el fin eres. Tanto eres, tanto soy por ti, tanto quiero decir, tanto que el silencio me

acorrala, pero el pálpito de mi corazón habla, dice más, grita amor, grita alegría, alegría, alegría por estar a tu lado. Alegría. Ay Da-dá, deberíamos salir a mojarnos. Mira como llueve, mira que divertido es. Mírame a mí, a nadie más, quiéreme a mí, a nadie más. Júrame que estarás bien, quédate hoy, quédate a mi lado. No te destruyas, no me destruyas, no sabes cuánto, cuanto, cuanto deseo que vayamos al lago de nuevo a nadar, deberíamos volar hoy y ver todas las luces blancas debajo de nuestros pies. Vamos, vamos Dadá, abrázame y volemos, volemos lejos de esta cueva, volemos a Islandia y durmamos al lado del volcán Snæfellsjökull, no sabes cuánto frío tengo. Abrázame, ocúltame de la tormenta de arena que viene, ¡me quiere empolvar la vida, me quiere quitar mi sonrisa! No lo permitas. ¡Oh! déjame enroscarme en tu pecho como un puerco espín, déjame dormir un poco más. Oh Da-dá, me encanta verte de nuevo. *** Hora: 12:09 M. Golpea la mucama. ¿Por qué no me deja dormir? Abro la puerta con cara de molestia y manos de sueño. Disculpe, señor formal Don Dadá, Søren Dadá. El almuerzo y el periódico de hoy para usted. Supongo que no ha comido nada en el día, y la Señorita J-Amarilla pidió 65


encarecidamente que cuidara bien de usted. Está bien. Gracias. Digo de mala gana… odio que me despierten, pero amo que me alimenten. Sonrío al cerrar la puerta: El almuerzo es pasta con papas a la francesa. Delicioso.

se te empiecen a caer los dientes. Tus padres te tuvieron. Que tus padres te alimenten siempre, y págales con mala moneda. A mí qué. Jamás ahorres. Nunca te vuelvas una persona seria. Haz de la irreflexión y de la contradicción tu norma de conducta. Elimina las treguas, recoge tu hogar en el daño, el exceso y la tembladera.”4

Acá, el periódico es muy… Cósmico. Periódico “El agujero negro” Para los amantes del ocio. Encabezado: El futuro según el doctor Stephen Hawking, es que no hay futuro, nunca lo hubo y nunca lo habrá. ¡Qué bueno, ya me estaba preocupando! Creí que era el único talvez-condenado-a-ser-mortal que no lo tenía. Recuerdo a mi amigo A. Caicedo diciéndome que había que morir joven y dejar obra. Obra negra, obra gris… Obra. Algo, de algún color. Creo que seguiré sus pasos, dejaré una obra por ahí, botada en un asiento de un avión y saldré corriendo, correré tanto que mi corazón se detendrá y moriré fatalmente cuando cumpla BC años. BC años siempre tendré, a los BC años será mi fin, BC años de. “Que nadie sepa tu nombre y que nadie amparo te dé. Que no accedas a los tejamnes de la celebridad. Si dejas obra, muere tranquilo, confiando en unos pocos amigos. Nunca permitas que te vuelvan persona mayor, hombre respetable. Nunca dejes de ser niño, aunque tengas los ojos en la nuca y

Recordé mi angustia en mi cordura temporal. ¡Oh cordura! ¿Por qué haces esto conmigo? Yo solo quiero-intentotrato-de-vivir, yo solo quiero pensar, pensar y pensar, yo no quiero trabajar, ni dormir, ni estar en sociedad, ni nada. Nada quiero. Escribir quiero, volar quiero, morir quiero, quedarme quiero, irme quiero. Helado de… El que escoja Juno quiero. Como le extraño. Extrañar es una total condición de la cordura, que total no es, condición tampoco, pero cordura es. Locura es. Extraño la locura matutina, extraño la extraña insensibilidad de la música de los Rolling Stones, que insensibles eran aquellos, que insensible era yo al oírlos… ni los extraño, ni los recuerdo. No sé cómo suenan. No conozco ese tal Beat del que tanto hablan. Juno si sabía del Beat, Juno debería vivir. Juno tiene BF años para siempre. Yo solo tengo BA, tal vez… Ya ni lo recuerdo. Juno admiraba a A. Caicedo, admiraba a R. Chaparro, admiraba a A. Ginsberg. A todos. Debió haber sido literata, 4

¡Qué viva la música! Andrés Caicedo. 1977.

66


debió haber sido una gran Escritora, una gran narcisista… Debió haber sido ella, y no yo. Aunque yo no lo soy, tampoco. Polanski si, Polanski lo es. ¡Oh, no! Tampoco. Acabo de enterarmerecordar-entender que él era Cine-asta que se volvió guio-nista. Este periódico me ha hecho recordar demasiadas cosas. Leeré el horóscopo y lo tiraré por el retrete de agua negra que está en ese cuarto de vidrio donde todo el mundo, mundo todo ve, bueno… Página 658954333. Horoscopus-matutinus. (Los editores de este periódico no saben latín.) Y yo tampoco.

pero yo sí. Silencio, silencio escucho, silencio no escucho. ¿Cómo escucho el silencio? Nada tiene sentido, sentido. Eco. Plop. En la sección de poetas olvidados, tenemos a Søren Dadá con su Poema: Quiangustiasiento. ¡Qué angustia siento! ¡Oh, pero en qué clase de drama vivo! ¡Oh, no quiero salir de este cuarto! ¡Oh, pero que gris está todo! ¡Oh! Al retrete. Que horrible es el mundo y sus periódicos. ***

Aries: Tu vida es un bodrio. Mercurio en el segundo sol negro que aparecerá pronto, nos dice que eres un inadaptado social que no se entiende-ni entiende a nadie-ni entiende nada. Deberías invocar a los muertos conocidos y desconocidos y parcialmente conocidos y hablar con ellos sobre los problemas de tu nada-no-existe-esto-dehabitual-vida. Escucha un disco de The Animals y recuerda tus días de juventud. Color del día: Gris 3, lloverá donde tú vives. Número de la desdicha: 5. ¡Oh, pero que acertado es este horoscopus! En la sección de caricaturas tenemos a Juno, porque Mafalda está enferma hoy. Juno, Juno… Ven y hablamos sobre la vida. Yo sé que no tienes mucho que contarme,

Telegrama para J-Amarilla Estado: ¿Despierto? Año: 1993. Gracias por regalarme el atlas universal planeta azul del año 1983 y tu colección de almanaques mundiales. Son indispensables para mí. Estás tan lejos, que es bueno por un instante ubicarme en el espacio y ubicarte a ti también. En mi cuarto todo está igual, las paredes azul cian oscuro llenas de carteles artísticos de mis amigos los artistas siguen ahí. Todo sigue igual menos yo. Quisiera que volvieras pronto, pero eso es imposible. Tu voz nada-pero-que-tucrees-tartamuda hace falta cada día. Todos están muertos, Miguel está muerto, Anna está muerta y yo morí hace unos años. Oh amiga mía, espero

67


tengas un buen viaje y pronto vuelvas de tan lejos. Un abrazo-escrito para ti. Dadá. Y Yo sigo perdido. ¡Ayúdame, ayúdame a salir Dadá! ¿Dadá? ¿Dónde estás? En Checoslovaquia de nuevo, muy lejos de todo, de todos. En mi cuarto, en el tuyo. Ya son las 4:36 P.M. *** Toc, toc. ¿Debo abrir la puerta, Søren? Deja… ¿Quién es? Hola Da-dá. Suena una voz, una voz al otro lado de la puerta… ¡Es Ella! Abre, Dadá… Vengo a tomar el té. Soy yo. Ya puedes decir mi nombre, eterno niño enamorado. No sé cómo te llamas, perdí la memoria. ¿Podrías decirme? No, tengo un nombre importante, no te lo diré… ¿Puedo entrar? Søren se enoja pero yo abro la puerta… ¿Por qué no hacerlo? ¿Cómo te fue de camino a casa anoche? Vine a verte porque no contestabas… Telegramas. Te mandé dos. Oh Da-dá, que dulce eres. Los leí. Valien-te eres. Ven, siéntate acá a mi lado. Necesito abrazarte. Søren se resiste. Søren se enoja. ¡No me abraces si vas a huir de nuevo y a decirme que soy un arruina-dor! Está bien, no huiré… Me mira asustada. Pero dime por favor, ¿Cómo te fue anoche?

Si supieras… No sabes. Abrázame, abrázame. Luego, abre ese cuaderno de hojas rayadas que me robé en 1973 y lee todo lo que he escrito para ti. Voy a irme con tu cuaderno, te lo robaré hasta que termine de leerlo. ¡Y huye de nuevo, Dadá! ¡No se puede confiar en ella, siempre está desapareciendo, siempre está robando memorias, siempre está…! ¡No, no está! ¡No le vuelvas a abrir la puerta, no lo hagas más! Grita Søren enojado mientras camina de lado a lado por todo el cuarto… Yo solo lo miro algo confundido… ¿Acaso Dahlia no volverá? Mi inconsciencia ha hablado. *** Toc, toc. De nuevo golpean. ¿Es ella? Espero sea ella, necesito mi cuaderno, necesito mis recuerdos… ¿Quién es? Dice Søren alteradísimo, loquísimo, aturdidísimo… My friend! ¡Nachtkühle está aquí! Péinate Dadá, a ella si hay que dejarla entrar. Abro la puerta y me abraza. Sonríe y dice algo en alemán que no entiendo… y sonríe. ¡Dadá que bueno verte! Y el manicomio queda muy lejos de tu casa, Søren. Al fin he salido, somos libres para ir al campo de amapolas en la noche… Su español es incompleto pero entiendo. Al fin entiendo. Su voz es feliz, su voz es azul, azul como sus guantes para el frío y su bufanda larga… Para el frío, también.

68


Alístate, alístate que ya nos vamos… La noche es joven, pero no para siempre, ¡así que date prisa! ¡Llegas como caída del cielo, eres tú la salvación entre el absurdo-vivir-diario! Vamos, quiero comer masmelos mientras miramos el mar desde el acantilado. Le digo mientras me pongo mi parca-verde-perfecta-para-el-frío. Vamos, prendamos una fogata y quememos nuestras manos mientras los masmelos nos comen. Vamos, ¡Que feliz me siento porque has venido! ¡Por fin alguien me sonríe mientras le digo tonterías! ¡Oh! Viva, viva, vive tú, amiga mía, my dear friend. Salimos y mientras caminamos bajo la nieve fría de días fríos de este frío lugar, me empieza a mirar. Parece estar descifrándome, parece estar descubriéndome, navegándome, pertur-ban-do-me. ¿Por qué me miras tanto, Nachtkülhe? Tú Tienes cara que querer olvidar, mi niño Dadá, pero no sé… No sé de qué estás huyendo. Si, Nachtkühle amica mia, estoy huyendo de Ella… Ella es una carnicera, una innombrable. Ella ha huido de mi vida con mi cuaderno de memorias y ahora ya no sé quién soy… Ahora ya no tengo nada. Ella me engañó, me utilizó cruelmente para sus maléficos fines de conquistar Innombrabilandia y ahora yo estoy acá, totalmente-tristemente-grismente-

vacío. Quisiera olvidarlo todo, como en un sueño que tuve, donde una doctora borraba de mi memoria todo lo que había vivido a su lado… Ese raro dolor de estómago cuando la veía, esas ganas de besar-sus-labiosrojos, ese deseo de que fuera mi amante romántica para siempre… Creo que en los años 60 el amor era más profundo, ahora es solo una banalidad cotidiana. Ah, Søren, deberíamos irnos en mi máquina del tiempo a ver si encontramos eso que tú llamas amor y lo podemos meter en un tarro, o en tu maleta y traerlo a estos tiempos de guerra. ¡Ah Søren! vamos a caminar, déjame darte un abrazo y calentar tus fríos cabellos crispados de tristeza. Vamos, vamos, todo estará bien mañana, tengo un remedio para olvidar. ¿Ah sí? Quiero verlo, déjame verlo, déjame verlo. Digo con voz llena de esperanza, regordeta de deseo de sonreír… Ansiosa. Espera, espera. Son las 12:30 apenas, el cielo no está prendido… el cielo aún está apagado. Déjame contarte una historia mientras llega el amanecer, mientras llegan los dos soles negros. Y empieza a narrar una historia, donde el personaje soy yo. Divertidísimo, divertidísimo es. Me gusta que Nachtkühle me cuente historias, porque hace voces graciosas y me siento como en casa de nuevo, me siento como 69


cuando la mía mamá me leía cuentos, como cuando yo era un pedazo de criatura sin tantos… recuerdos. ¡Qué feliz era y que feliz soy de recordarlo! Un pequeño Søren. Un pequeño Søren iba caminando entre amapolas con una pequeña Nachtkühle. Nachtkühle decía que Søren era nombre de filósofo, y Søren decía que Nachtkühle era nombre de Escritora. Pasaron varios años viviendo en el mismo grande y blanco lugar, pasaron varios años sin ver a nadie más aparte del sequito regular que se reunía a oírlos hablar de grandes escritores, artistas y filósofos de otros tiempos, pasaron muchos años queriendo encontrarse y se encontraron el uno al otro en el reflejo de un charco. Nachtkühle sufría porque Søren sufría. Y Søren sufría porque quería. Hablaba todo el tiempo de una Ella que le había roto el corazón, no salía de su letargo, de su ensimismamiento, de su dolor. Nachtkühle lo miraba a los ojos intentando encontrar la manera de sacarlo de ahí, y funcionó cuando cantó ciertas canciones de jazz. Søren la miró a los ojos al fin: estaba vivo. Esa melodía indicaba que el presagio se había cumplido, no como él pensaba, pero se había cumplido. 3:33 a.m., 3:33 de nuevo, pasa un gato corriendo delante de ellos, pasa un gato, pasan dos, pasan tres… Søren sonríe, Nachtkühle sonríe también. Nachtkühle toma su mano y lo lleva al borde del acantilado, lo mira y le dice:

Te quiero, deberíamos esperar a que amanezca y ver como salen los dos soles hoy. Tan, tan negros… hoy es el día. Último telegrama para quien lo encuentre: Año: 1994. Kurt-Cobain está muerto. Nachtkühle me abraza y sonrío.

Pero

Siempre he dicho que uno debe morir cantando su canción favorita, contemplando los ojos de alguien importante y viendo amanecer. Los dos soles han sido la muestra más sublime de grandeza de la mente de Dadá, de la imaginación de un loco, del gran trabajo que ha hecho un gran pintor como V. van Gogh aquí. Hola Vincent, hermoso amanecer el de hoy. Nos tiramos del acantilado, volamos como pájaros y nos ahogamos como ellos. Mientras muero, Nachtkühle me abraza. Mientras muero, me aprieta fuerte la espalda. Tantos golpes contra tantas rocas me hacen olvidarla a ella, me hacen sangrar la nariz, los ojos, los labios, la vida misma y para terminar me hacen sangrar por dentro. Se estalla mi corazón azul. Y Nachtkühle sigue sonriendo, como si supiera de ante mano que nos vamos a ir al plano donde los muertos no son muertos porque les llevan flores, como si supiera que el momento de volar juntos ha llegado, el momento de volar fundidos en una estela de aire densa y llena de oñirac, oñirac que ninguno de 70


los dos conocía hasta hoy, Como si supiera de antemano que la muerte nos liberaría de tan banales cuerpos en los que vivimos. Nota mental: Acá podemos hacer lo que queremos, acá puedo hablar con Miguel, con Juno, con Anna y cuando quiero, conmigo mismo. Nachtkühle está muy feliz acá, los columpios son bastante cómodos y le encanta flotar entre nubes grises llenas de relámpagos. Ah, la gente debería morirse más seguido, la gente debería morirse siempre, cada día. La gente debería soñar, soñar que sueña que muere, soñar que viaja en un viaje, soñar que se ahoga en un mar de tormentos, en un mar frío, en un mar pesado y enojado. Solo fui un fracaso de persona terrenal. No hay nada mejor que estar muerto. Søren Dadá. 25/08/1994.

71


(Neurosis obsesiva.) En la dimensión de-los-no-muertos: Ojos abiertos, mente abierta: Todo blanco. ¿Y después qué? El fin. Cuando vemos todos los sueños culminados solo queda el fin, el fin de todo. El sueño ya no es sueño, es realidad. Es el fin de su función. Y es otra cosa, es todo menos sueño.

72


¿Dónde estoy? El mareo me rompe los pensamientos, el mareo no me deja ni respirar. ¿Respiro? ¿Acaso no había muerto? Momento, momento… Necesito recordar. Estoy en mi cuarto y mi cuarto es verde. Estoy en mi casa y mi casa es… Soy Søren Dadá y tengo… no-sécuantos-años. Me gusta la música clásica y aprecio muchísimo a mi amigo Robert Schumann. Sé caminar, tocar el piano y cantar. No sé nadar, ni bailar. Bien. Pero… Flashbacks llegan. Convulsiones llegan, tics llegan… Gritos llegan. ¡Wagner llega también! Bitácora de la memoria número 963: Se enamoró de mí hoy. La semana pasada, la próxima semana. Siempre… Me dice: Yo no cumplo años. No puedes darme un regalo nunca… Nada puedes planear y la gente como tú gusta de planear cosas todo el tiempo… Pausa… Dadá, Regalos in-tan-gi-bles hay también. Digo, como el tiempo, las miradas, los pájaros Knup del cielo, las anfetaminas… ¿Anfetaminas? ***

Posibles regalos in-tan-gi-bles: Una colección de: -Recuerdos (tratar con cuidado, no exponer demasiado a la luz del sol, mantener fuera del alcance de las drogas, el alcohol y los electroshocks.) -Nombres: (Un nombre distinto para cada ocasión. Robados, para mejores resultados.) -Colores de cabello: (Ya nos podemos casar en un país de gente con cabello de colores. Si, en un país donde casarse teniendo distinto color de cabello sea legalmente-ilegal.) ¡Bang! La película de mis recuerdos se reproduce, aunque al parecer algunos pedazos no sirven. No recuerdo que números hay antes del veintinueve, venti… Venti… Bitácora con fecha exacta: 21/09/1990. Archivos de la Da-dá-te-ca-nacional. Canciones: Tengo una caja de madera. La estoy llenando de canciones. La estoy llenando de llaves. Ella se llama… Estaba hoy, ocupado pintando. Pintando-la, tratando de captar sus rasgos, tratando de reproducir su mirada tan llena de electricidad que me hizo mover: a ver si me muevo, a ver si 73


voy a buscarla, a ver si ella también se mueve si me mira, a ver si también yo puedo lograr conmover-la. Estoy ocupado divagando, debería pintar. La atrapé, me atrapó. Y no estábamos escondiéndonos, pero nos encontramos. Llegamos al mismo lugar en el momento preciso, destino que llaman algunos. Las manos me sudan, el corazón brinca, los ojos se embelesen porque la cabeza se concentra en su recuerdo, recuerdo que debe convertirse en realidad en unas horas… Ella ama la noche y el frío como yo, así que la pintaré de color azul noche, negro noche, naranja noche, morado noche. Hojas amarillas con letras desordenadas, letras desordenadas, desorden en mi cabeza, piernas temblando, manos temblando: ¿Qué me hace, que cuando la tengo al lado me hago tan blando, tan frágil, tan sonriente? ¿Qué me hace, gente del privado-publico-de-una-persona, qué me hace? Su olor a perfumedesconocido-fascinante hace que mi corazón se desespere, a él le gustaría vivir en mi nariz para poder acomodarse discretamente en su cuello y olerla, olerla hasta que le den cosquillas y se resista, se resista a entrar en mí, pero al final entre, entre y me descubra viendo fotos Blancas-negras de ella riendo, de ella mirándome, de ella contando historias, de ella pensando, de ella en silencio. Silencio.

Silencio Dadá, silencio. Estamos intentando dormir para soñar con… 06/06/1990. Me encantan sus besos, son como chispazos de energía que recorren todo mi cuerpo, mi blando cuerpo de espuma color piel. Y cuando me toca, remolinos se abalanzan sobre mí, es como un guion, todo parece perfecto, coherente, maravilloso… Una película de Dadá. Dadá el cineasta, Dadá el artista, el maravilloso Dadá y... Tantos besos causaron una azul sobredosis, sobredosis azul cian. Sus caricias, sus canciones, su sonrisa tan tierna que me llena el alma, las palabras que solo en su voz se oyen bien, que solo cuando salen de su boca las puedo sentir… Sus ojos color amor, color noche, color para el mío, la noche al frío, el frío a ella, el frío a mí. Y calor, se genera calor. ¿Llueve? No nos damos cuenta, nos fumamos un puro, nos miramos, nos abrazamos, nos tocamos, toca todo mi cuerpo como queriéndolo grabar y guardar en disquetes, y su olor impregnado en mis manos, en mi boca, en mi nariz, en mi mente, en mi vida. Su olor a dulce, a ella, solo ella. Siento como si estuviera nadando, pero solo es la secuela de haberla visto. Aún me tiemblan las piernas, aún me tiembla el alma, aún me tiembla todo.

74


10/11/1973. La boca me sabe a risa. Los oídos me saben a knup, el frío sabe a cariño, sabe a me voy de viaje, me voy a conocer el viejo mundo, vamos a ir a Vietnam, a la URSS, a todos lados, vamos a tomar un avión al parque de diversiones más cercano. Vamos a la guerra, espérame amada mía, mira estas hermosas estampitas que te mando, te harán revivir mientras estoy lejos. Quizá nunca vuelva, pero por favor nunca me olvides. Siempre tuyo, Dadá el Valiente. 29/03/1980. Miedo. Cumple-muerto. Un casete lleno de la voz de mi madre, lleno de regaños, lleno de infancia Søren-iana. Una torta de vainilla, olor a maquillaje… Jardín, niños, no niños, yo solo. Imaginación. Mi primo Dorian el adolescente me mira… Se ríe. Vuelve acá Søren, que te has hecho marañas allá afuera en el jardín, jugando con tus otros yo. Ven acá Søren, ¡Qué enojada estoy contigo, eres un niño muy malo! Mira como ensuciaste a tus otros yo con defectos tan mundanos como la mentira, pérfido Søren, de quinta. Mira al pobre Dadá como llora, míralo, le dices mentiroso y él no ha hecho nada, el solo te mira con ojos de amor todo el día… Søren malo, eso no se hace. Aparte, tienes los

cabellos todos peinados y naturales, ven acá te despeino un poco, que estás muy normal. Escupe todo, mira Søren, deja de comerte tus muñecos caramba, que ya no tienes 33 años, mira tú, mira eso Dadá… Mírate al espejo ahora, Søren. Mira cómo te desvaneces niño malo, ese es tu castigo por ensuciar a los demás con mentiras. Niño malo, desvanécete niño malo, ya no podrás ver tu rostro nunca más. Mira, mira que feo eres ahora que tu rostro solo se desvanece cada vez que te miras al espejo. ¿Acaso quieres ser como tu primo Dorian Gray? Søren, no mientas, no mientas que te vas a volver viejo antes de tiempo, más bien ama, ama y verás como nunca envejeces. *** 1983. Día: Desconocido. Canción para recordar: Sex Noll Två – KSMB. ¡Oh pero si estamos en Suecia! ¡Qué frío hace aquí! Recuerdo: ¿Qué será? ¿Qué será lo que tienen tus ojos? ¡Que cuando se chocan con los míos, generan tantas chispas! Shh, shh. Calla y bésame despacio, así como solo tú me besas. Aprovechemos que la vida nos juntó, pudo nunca haber sido y es.

75


Telegrama para Dadá. De: Søren en el inframundo. Alguien tiene que escribirme, voy a buscar un lacayo. Soy un personaje ejemplar para una historia. Ten cuidado. ¿De qué? ya nada me da miedo. Hoy vi lo peor de mí, la realidad haciéndose polvo, ya nada me da miedo porque todo viene de mi interior. Nada. Si volviera, todo sería diferente, pero no creo volver de esto. He perdido mi cordura, mi reflejo en el espejo es feo y está distorsionado, mi madre me condenó a no poder ver mi verdadero rostro y ahora solo veo horribles rostros: No uno, ni dos, tal vez tres, cuatro o cinco. ***

mudo, para que el ruido del mundo se aleje, para que todo sea magia, al menos por un instante. Bang! Se quema el Proyector de películas FH99-35/70 del teatro de los recuerdos Dadianos. Andy, el director vagabundo que estuvo ebrio mucho tiempo, pero al fin reaparece en el set para dirigir… este caos. Creo que necesitamos cambiar la máquina muchachos… Søren, trae a la chica que mató a Hilter y dile que vaya y busque un Proyector mejor en el Bunker. Sonido molesto del coo-coo. Todo desaparece y de nuevo estoy en… ¿Dónde estoy?

23/09/1990. Me siento completo. Siento que hay alguna especie de sentimiento que me invade, me absorbe, me deleita. Los momentos a su lado son los más delirantes y sensatos que he tenido en mi vida, parece que toca mi corazón cuando toca mi mano, parece que besa mi alma cuando besa mis labios, y cuando mira mis ojos… ¡Ay su mirada, ay la mía! es como si nos conectáramos, como si entráramos en la misma frecuencia, como si de la nada empezáramos a volar, a fantasear en silencio, a soñar con los ojos bien abiertos… A decir todo sonriendo. Y la beso, la beso para que el silencio quede 76


*** La revolución del fuego es hoy. Provocación absoluta. Voy caminando por una fría calle, pero la calle no está fría, quien se enfría soy yo. La luna está roja, y yo camino. El cigarrillo hace música, el viento hace música. Nada pasa en el cielo desde la última lluvia de estrellas, donde por cierto, perecieron mis únicas amigas al chocarse contra la enorme montaña que me ve caminar todos los días. Bang, bang, se oyeron disparos. Bang, bang, era la policía. Golpes, golpes… Como aquella noche, quizás… Yo solo me agacho y cierro los ojos, los ojos cierro como si esto evitara que me encontraran, que me golpearan de nuevo, que me hicieran olvidar de nuevo lo que hoy recuerdo… Abro los ojos. Me cercioro de que se hayan ido, me levanto lentamente y camino. Yo camino. Pero… he olvidado todo. Me sangra la nariz y nofumo un cigarrillo. Ya nada me duele, ni la vida me duele, porque yo he olvidado todo. Olviden-me también. Pero, volvamos a la revolución del fuego. Me desperté y todo estaba oscuro, me encontraba en mi hogarcuarto-verde. Lo único que me permitía distinguir el color, eran las luces de los postes de la calle-fría. ¿Cómo aparecí allí? No sé, quizá la teletransportación ya existe y no lo sé. Nada sé.

Soy un ser totalmente atemporal, inmaterial, no-espacial (porque no soy astronauta) y no-casi-si-no-mediohumano. Entonces decidí levantarme del somier. Cuando lo hice, sentí que me descongelaba, que mis atrofiados músculos podían moverse y que tenía frío. Tempestivamente, como siempre, decidí salir a comer masmelos y a hacer una fogata. Mientras camino por una calle vacía, de una ciudad vacía, de una vida vacía, me encuentro a un-a chic-a. Ella viene corriendo como si huyera, como si temiera… Como yo. Aunque yo no corro, yo me ahogo solamente, yo huyo lentamente, yo camino. Está cerca, cerca está y se detiene, se detiene y me observa, me observa por uno, dos, tres segundos. Sigue acercándose, pero ya no corre, solo camina, como si algo en su interior le dijera que conmigo no corre peligro. Y en parte es cierto, lo único peligroso que le puede ocurrir al acercarse, es que la olvide. Mira hacia atrás y se acerca lentamente con prevención, como si fuera media noche y estuviera sola, aproximándose hacia un chico no muy alto, de piel pálida y ojos de extraños colores, de cabello negro muy muy corto, con gafas al estilo beat y ropa oscura, como de escritor. ¡Oh rayos, creo que no puede sentir miedo! Al ver que ella ya está cerca, muy muy cerca, decido detenerme. Ella sigue, como si nada, como si todo, como si si, como si siempre, como si… 77


Y al fin pasa por mi lado, pero… ¿Una máscara? ¿Por qué alguien usa una máscara? ¿No le basta con el traje de humano que debemos llevar? Se detiene. Se detiene como yo y me mira, me mira y me mira. No habla, no se mueve. Yo tampoco. Hasta que… ¡Bang, bang! Sonríe. Lo sé porque aunque no veo su boca, sus ojos se ríen, se ríen con cierta picardía, con cierto atino, con cierta… belleza que puede llegar a… hip-no-ti-zar… Le pregunto su nombre y no habla, pero saca una agenda pequeña. Veo que tiene muchos dibujos y muchas letras… Veo que es azul. Y empieza a escribir, pero se detiene para cerciorarse de que sigo ahí, para mirarme, quizá. Yo la miro intrigado, y de repente me muestra lo que escribe. Tiene nombre de piedra. Ópalo se llama, Ópalo es mi nombre, dice el papel. ¿Quién eres? Pregunto insistente. Me resultas familiar… Sigue escribiendo para responderme: La pregunta correcta es ¿Quién no soy? ¿Quién no eres, Ópalo? Pregunto de nuevo, pero esta vez con un tono de voz menos rígido, más confiado y menos tímido. No soy una princesa, no soy agua y no soy viento. Responde el papel, responde ella.

¿Puedes hablar? Y si es así… ¿Qué debo hacer para oír tu voz? Llora conmigo ahora. Escribe en toda la hoja, con letra muy grande. Por lo visto ella si aprendió a llorar, pero yo no. ¿Cómo se llora? Ella llora como en las tele-novelas de los años 80 que yo veía con la mía mamá. ¿En qué piensas para llorar? Le pregunto algo avergonzado… Yo no sé llorar, añado. Habló al fin. ¡Qué triste es que no sepas llorar! Para llorar, yo recuerdo. Recuerdo como me conmueve el arte fotográfico que se ve exhibido en una ventana de lo que fue alguna vez una casa inglesa… Pero eso es otra historia. Ahora, extraño chico, chico extraño… Tengo frío y quiero ver lo que Heráclito llama: Lo divino, lo que todas las cosas fueron alguna vez. ¡Oh, oh! yo amo lo divino, y me parece increíble que sepas del viejo amigo mío Heráclito. Así que… ¿Por qué no vamos a buscar lo divino? Acá está lo divino. Dice mientras saca de su bolsillo un rectángulo pequeño de color verde, lleno de… ¿Agua? No, agua no, dice Ópalo. Es gasolina, ga-soli-na. Bang, bang, suena el… encendedor, como le llama ella. Bang, bang. Decide que debemos irnos de esa calle, porque acaba de salir de un bar cercano 78


y teme que sus amigos la encuentren. Ya no quiere estar más con ellos por hoy, me dice que se aburre muy fácil de la gente y que prefiere devolverse caminando sola antes que pasar un minuto más con ellos.

De un sanatorio. Digo algo asustado. Oh… Entonces creo que debes seguir escuchándome, niño-desquiciado, soy un arlequín. Dice sonriendo mientras se pone su máscara y derrama la gasolina en la silla para prenderle fuego.

Caminando por otra-calle, nos encontramos una Poltrona Luis XV que servía para sentarse, hasta que alguien decidió abandonarla en la calle una noche y la pobre se perdió; jamás pudo volver a su casa. Yo nunca he tenido sillas, nunca me he sentado en una y por supuesto, jamás abandonaría una.

Manifiesto Arlequinista-Ópalistanadarquistico. Por: Ópalo-rojo-arlequín-de-las-tierrasmás-lejanas-de-ojos-café-azul-celeste. Velocidad: 45 R/M.

Ópalo la mira con ilusión, se sienta y me mira, me mira fijamente, como queriendo intimidarme. Y yo sonrío, y yo me sonrojo… hace mucho tiempo nadie me miraba así. Yo la miro también, y veo que sus ojos tienen el color del cielo cuando yo sonrío: CaféAzul-celeste. Y se quita la máscara, y veo su cabello color madera, madera, madera. Tres veces madera. Y veo su piel blanca, blanca como el color perla del cuerno de un unicornio azul. Y veo sus labios… ¡Oh, sus labios tan rojos! Me dice que quiere hacer de la poltrona algo divino, que quiere untarla de lo divino. Yo sonrío y me alejo un poco. Ópalo saca de su gabán largo y verdearlequín una botella de agua. ¿Agua? No, agua no… Gasolina. Ga-so-li-na. Dice sonriendo. ¿De dónde has salido tú, que no conoces la gasolina, pequeño muchacho?

¡Nadarquía en lo divino, nadarquía en el desván, esto es un sueño, anarquía del Déjàvu! nadarquía de Ópalo y… ¿cómo te llamas? Dadá. ¡Nadarquía de Ópalo y Dadá, nadarquía, nadarquía, muerte a los policías, muerte a todo lo que reprima a otros, muerte al odio, odio a la muerte, muerte a la cordura, muerte a todo lo que no esté mirando yo! ¡Dadá, mírame! ¡Tú no puedes morir, gira, gira, baila conmigo alrededor de lo divino, el sillón es divino, fuego, fuego! ¡Mírame, mírame, que todo se muera menos tú, que todo se apague menos lo divino! ¡Adiós frío, adiós mundo, fuego, fuego! Andy, el narrador ausente y enfermo de cirrosis: Recomiendo escuchar el disco Goo de Sonic youth justo en este momento. Completito completito, sin saltarse ni una pista. Mientras damos vueltas alrededor de la poltrona, Ópalo empieza a bailar. Yo me detengo bruscamente y me congelo, me congelo como si no supiera bailar. 79


¿Qué pasa, Da-dá? ¿No bailas? No, no sé bailar. Digo apenado y sonro-ja-do. ¡Oh, no importa, te enseñaré el nobaile! Ven acá… Toma mi mano muy amablemente y me enseña los no-movimientos del nobaile. Son brinquitos y no-movimientos como los del beat, como los de los bailes indígenas, como los del rock n’ roll. Ya todos esos bailes tan muertos… Todos tan muertos que ya no son bailes, que ya no son movimientos…. Son solo-bailes, son solo-movimientos. Así que al fin no-solo-bailamos y me siento muy feliz. La luna tan enorme y roja me incita a aullar, la felicidad me incita a aullar, su presencia me incita a. ¡Aúllo, aúllo y aúllo! Ópalo se ríe y también empieza a aullar, como si fuera un lobo, como si fuera un Dadá, como si… ¡Me entendiera! Todo iba tan bien… Hasta que alguien llamó a la policía. Alguien corre, y nosotros por cierto, corremos. Ópalo ríe, Ópalo ríe, Ópalo… Me obliga a saltar un muro y nos escondemos en un jardín, pero un po-li-cia nos ve y nos golpea. Bang, bang, ella forcejea con él y le roba la pistola, bang, bang, se echa a correr y yo la sigo, bang, bang, el policía nos sigue y ella le dispara, bang,

bang, el policía cae, bang, bang, logramos escapar, bang, bang y nadie, nadie nos vio. Ópalo se detiene y yo también por consiguiente. Estoy agitado, estoy ahogado, estoy… un poco asustado. Ópalo me mira y se ríe. Por lo visto le encanta reírse de todo, hasta de lo más negro y siniestro. Estamos en un pequeño parque y Ópalo ubica rápidamente una caneca para botar el arma. Luego, solo sonríe. Lo de la muerte era muy en serio… Le digo algo enojado y asustado… No pasa nada, Da-dá… Le disparé en una pierna para que no pudiera correr, pero no lo maté. La miro confundido, pero satisfecho con su respuesta. Yo solo quería hacer una fogata y quemar masmelos esta noche, digo jugueteando con mis dedos. Una fogata… ¿Eso quieres? Entonces ven, vamos a mi casa, en el jardín trasero podemos hacer una fogata. Por lo visto vive cerca de aquí, porque parece conocer muy bien cada calle. Me dice sus nombres y todo lo que pasa de día, las personas que viven en cada casa y cada cuanto los ve. Parece que son sus solo-amigos… O solo-algo así.

80


Yo la escucho, yo vivo escuchándola, yo siento sus palabras y su voz; aunque también siento húmeda mi nariz y mi mejilla derecha. Al ponerme la mano para quitarme lo que creía que era soloagua o solo-cualquier-otra-cosa, me di cuenta que era sangre. Me sangra la nariz, me sangra mucho. Parece que el policía la rompió hace un rato, parece que me duele, me duele un montón de repente, montones me duele… Me pongo a llorar. Nos detenemos. Ópalo me mira y se asusta, pero saca rápidamente de su maleta, (que no había visto hasta el momento) un pañuelito y una botella llena de agua para limpiarme la nariz, y la cara, y la vida. Nos sentamos en unos ladrillos de una casa de una calle solitaria, de una solitaria calle, nos sentamos. Mientras me limpia y me cura, ella sonríe. Parece muy feliz. Te pondrás bien, Dadá, te pondrás bien. Yo te cuidaré y te pondré… Esta curita-de-muñequitos-retro que cargo en mi maleta-llena-de-cosas-de-chicas. Yo sonrío y le doy las gracias mientras me limpio las lágrimas. Luego de que mi nariz deja de sangrar, me ofrece un cigarrillo, pero yo no fumo, solo-fumaella. Saca su encendedor de nuevo y… Fuego. Tiene una obsesión con el fuego, tengo una obsesión con el fuego… y con la música, tengo yo también una obsesión con la música… Ella sabe tocar el bajo y el xilófono; yo sé tocar el piano y a

veces, canto. Le gustan los masmelos como a mí, y a mí me gustan los masmelos como a ella. Y, y, y. Solo Y. Saca un… un… Walkman Dadá, un walkman, dice ella y pone un casete de un-tal Juan-son. La canción que suena ahora se llama Nada. Me gusta cómo suena, parece que ese hombre se ha metido en mi cabeza y ha sacado mis más absurdos pensamientos para hacer canciones. Ella dice que se sabe toda la canción en piano, pero considera que sus dedos están demasiado fríos para intentar tocar elpiano en medio de la calle y sin-piano a la vista. Seguimos caminando pero yo tirito, tirito de frío, mucho frío hace aquí. Ópalo se acerca a mí lentamente y me da la mano, tiene frío también, tirita la pobre; sus ojos tiritan, sus her-mo-sos ojos café-azul celeste tiritan, yo tirito… Pero le presto mi chaqueta, mi chaqueta que dice HATE en el espaldar. hate? Hate? Pero si tienes ojos de amor… Debe ser robada tu chaqueta, dice Ópalo mientras se envuelve en mi chaqueta que no-es-robada, dice mientras me mira tiernamente, suavemente, profundamente… Como si ya me hubiera visto, como si ya nos hubiéramos visto antes… Se detiene y por ende, me detengo. Me mira de reojo y se para frente a mí; sin decir ni media-sola-palabra, me agarra la cara y mirándome a los ojos me dice: Que lindo eres. Me peina y me despeina, juega con mis ojos, me agarra de las manos y damos vueltas en la 81


mitad de una calle-fría-solitaria-oscuracomo-siempre. Damos vueltas, me mira, se ríe… Dice que está viva otra vez. Me cuenta que se despertó en una cama de un hospital de una ciudad, supongo que ésta, y huyó. Al parecer, había sufrido una sobredosis de alguna-cosa que no recuerda, porque ella también perdió la memoria. Eso de la sobredosis lo leyó en la inventada-no-real-historia-clínicade-su-esto-no-es-una-camilla. De tantas vueltas que damos, nos caemos al piso y miramos el cielo, mareados. Le gusta la oscuridad, me confiesa. En la oscuridad puede ver mejor, afirma. Ópalo de-ojos-café-azulceleste ve mejor en la oscuridad, se ve mejor en la oscuridad y en la oscuridad me ve mejor, porque ve lo que realmente soy: Un Dadá. ¿Bailamos? Me dice levantándose repentinamente del suelo… Yo la miro prevenido. El No-solo-baile, dice ella con voz de quien dice una obviedad. Yo sonrío y me pongo en-pie-también. Mira Søren, mira… Dice Arlequín, ¡Dadá no-solo-baila con Ópalo! ¿Quieres tú también no-solo-bailar conmigo, Søren? Nunca me habían invitado a no-solobailar… Pero si Arlequín, acepto. Digo con voz colorida, con voz radiante, con voz azul. Ópalo pone una Canción: I Hope You Die, de Molly Nilsson. Dice emocionada cuando le pregunto cómo

se llama. Sus audífonos son gigantes y eso me agrada porque se oye mejor, pone uno en mi oreja y empezamos a no-solo-bailar. Es divertido. Yo no digo nada, yo solo-tímidomedio-bailo, medio-bailo tímido porque yo no sé bailar. Pero este es un No-solo-baile, así que es probable que pueda yo sin-ser-tímido-bailar. ¿Acaso estuviste en un sanatorio? Me pregunta con una voz algo burlona y sarcástica. Parece por tu forma de nosolo-bailar… estás como tullido. Suelta la carcajada y yo la miro muy tímido. Se detiene y se para frente a mí, como retándome y empieza a hablar despacio. Se acerca y me abraza, y al oído susurra-me ella a mí.… Mira, mira a tu alrededor… estamos en una calle desierta, es media noche y tú puedes hacer lo que quieras porque nadie nos está mirando, e igual, si lo estuvieran haciendo no me importaría, y creo que a ti tampoco. Nosotros sabemos bailar, el resto del mundo no. Si-len-cio hay. Mis ojos tienen susto pero no gritan, solo la miran. Sabe todo de mí, todo lo que sé de mí, porque es probable que yo sea más, pero no lo sepa por ahora. La abrazo también y mi obsesión por mirar la hora se incrementa. Miro el reloj, miro el reloj: media noche es… 12:00, tres. ¡Tres, tres!

82


¿Por qué dices tres, tres veces? Dice mirando mi reloj. ¡Ah, debes ser un tres también, como yo! Yo soy Un tres, tu otro tres, y con el tres, ya somos tres. Tras, tres, tras. Mira la luna Dadá, está roja, aunque debería un día también ponerse azul. Mi color favorito es el rojo arlequín, pero… Me gustan las personas azules, tú pareces ser una persona azul… Soy azul-cian-rey-cielo-petróleo-turquesaaguamarina…. Celeste como tus ojos. Digo con voz de infante. Soy tres, efectivamente y soy gris también, algo gris. Mira, acá en la nuca tengo una mancha gris, y en mi pecho también tengo una. No sé bien que pasó, pero me desteñí hace un tiempo, seguro me lavaron con griseado-r. Ahora déjame a mí adivinar… Tú eres un Arlecchino, porque tu traje está lleno de remiendos, y tu corazón también. Veo a través de tus huesos de arlequín, que eres un camaleón-gato-mono, que le gusta saltar, ser humano y sobrevivir. Sin decirme nada, sale a correr. Yo la sigo y ella agitada me dice con la voz entre-cortada que tiene unos discos en su casa… y que ya casi llegamos. Masmelos. Fogata. Estamos en su casa: es verde arlequín, como lo sospechaba. Es grande, es alta y es guapa. Tiene tres pisos y tres cuartos. Me invita a subir y conozco su habitación: Es mediana y blanca, blanca es, tiene un tocadiscos muy bello, parece que es de los originales de 1925,

estoy fascinado. Tiene en su pared muchas fotos, fotos de gente viva y de gente muerta, de arte y de artistas, de sueños y de pseudo-sueños… De ella. Luego saca sus discos, como si supiera que amo la música. knup, knup, knup, está bien, me gusta le knup. Hasta que… ¿The Buzzcocks? ¿Echo and the bunnymen? Esa música hace que algo duela en mi interior, no sé qué es pero está en el pecho y duele, duele. Ella quita los discos y me toca el pecho como buscando lo que me aqueja, y encuentra un corazón azul y frío. Decide que la solución a mis problemas car-día-cos se encuentra en un disco que ella tiene guardado para ocasiones especiales: The Dø – Miracles. Me gusta ese disco, me gusta. Es otoño y siento que la muerte me ha rozado, me ha tomado de la mano y hemos tenido un baile siniestro. O quizá no bailó conmigo, quizá bailó con alguien que… ¿me importaba? ¿Existe alguien que importe? Oh… Ópalo Arlequín grita que ha visto cucarachas cantando knup y olvido lo que siento, las cucarachas knup me animan demasiado. Søren y la guerra. Episodio: Memorias-de-un-pasado-quepasó-hace-muchos-pasos-pasados. En otra vida elegí ser un soldado poeta. Fui a la guerra a escribir, escribí cartas, escribí memorias, escribí la guerra misma. Yo hice la guerra y la guerra me hizo a mí, el fuego ardió en mis ojos y en mis manos las cenizas de mi vida se deshicieron para rehacerse en mí, en este cuerpo Dadiano, en esta risa tan 83


atípica, en cada letra que elegí en el futuro, cuando decidí volver al pasado. Porque ya se sabe que todo pasado fue mejor y todo futuro también lo es. Un futuro, dos futuros, tres futuros… Me he perdido de nuevo. No sé a dónde voy, ni quien soy, ni que estoy buscando (si es que busco algo) pero sé que me he perdido, he perdido algo importante, algo que es indispensable para que yo pueda saber… Cosas. Ahora, esto es muy extraño. Dadá parece ser mi nombre, parece que acabé de llegar, parece que estoy azul… Tengo océanos mentales. Lagunas Dadá, lagunas mentales. No, lagunas no Søren, ni siquiera sé si estoy vivo. Y luego de mis divagaciones en Innombrabilandia… Pregunto en voz alta: ¿Estoy vivo, Ópalo? Si lo estás, dice sonriendo, dice mirándome, dice acercándose, dice entre-cerrando sus tan-bonitos-ojoscafé-celeste. Necesito una prueba de que siento, de que vivo… No, no… si lo estoy, no, si, si quiero. ¿Quieres que te lo demuestre? No te entiendo, no te entiendo Ópalo… ¿Puedes demostrármelo?

No dice nada, solo se acerca lentamente a mí. Y Bang, bang. Posa sus labios en los míos y lentamente los abre, y los abro… Juega con la mía lengua y yo juego con la de ella, siente mi carne y yo siento la suya. Me da de su aliento vital, siento su olor, huelo su calor, agarro su alma. Nuestras almas se agarran. Tibia, tibia es Ópalo, y descubro besándola que su nombre completo es Ópalo-rojo-arlequín-delas-tierras-más-lejanas-de-ojos-caféazul-celeste, aunque creo que dentro de ella hay algo más… Quizá una galaxia entera llena de estrellas y de piedritas, cada una tan bella como ella misma, cada una tan perfectamente moldeada que realmente me siento afortuna-do al recibir su aliento vital, todos sus latidos… Todas sus miradas. Por un momento siento que soy un Ónix. Precioso pero oscuro, silencioso en el universo porque soy el sueño de algún dios, soy un agujero negro que se traga todas las cajas de pandora, nadie me comprende porque en mí hay vida y muerte al mismo tiempo, y eso “nopuede-nunca-ni-no-ser” Pero lo que sucede, es que estoy más allá de todo esto. Me he tragado todos los colores y esto es lo que ha pasado, he conocido todos los misterios de cada color y toda su sabiduría. Ahora guardo silencio, hay muchas cosas que jamás podré revelar de mí y de todos los colores. Cuidado, que si te acercas a mi oscuridad no saldrás jamás; es mejor que te acerques a mi luz, allí encontrarás mi verdad, mi

84


oscura verdad sumergida entre la luz de lo desconocido. Guardamos silencio por minutos, por minutos guardamos silencio mientras en su cuarto vemos fotos de antes y nos miramos, y hablamos sin hablar, y nos tocamos sin tocarnos. ¡Qué extrañísimo es todo esto! Rompo el silencio cuando las fotos se acaban. Sabes Ópalo, a veces creo que ya he muerto. Toda la gente que conozco está muerta, y todos los muertos están acá, conmigo… ¿Será que no me percaté de mi muerte? Quizá morí en un trágico accidente de automóvil, y la emoción de morir me cegó tanto, que sigo haciendo las mismas cosas que hacía en vida… ¿Estás viva, Ópalo? Pues yo no estoy muerta, dice algo indignada. El fuego me mantiene viva. Ónix, Dadá, como te llames… ahora la que se pregunta si tú estás vivo-o-no soy yo, porque cuando nos besamos yo también sentí tu aliento vital… quizá eso quiere decir que estamos vivos-losdos. Mira, Da-dá, a veces el corazón quiere romperse y a veces el alma quiere morir o pensar que murió, pero yo no lo permito, pero yo no los dejo. Tienen que ser fuertes, tienen que seguir caminando, tienen que volver a amar, aunque jamás he amado. Y eso está bien. Pero sabes… Deberías ayudar-me a encontrar-me, a encontrar

lo que he perdido y todo eso que no recuerdo. Tengo pistas Ópalo, te mostraré los pocos recuerdos y sonidos que tengo de mi otra vida a ver si logramos descifrar de dónde vengo y que hago aquí. Ay Dadá-Ónix, suenas como un científico loco buscando aliens debajo del agua de los ríos más oscuros. Pero está bien, está bien, te ayudaré a buscar lo que te falta, aunque quizá ya lo encontramos y como no recuerdas, ni sabemos. Pero luego, debemos hacer una fogata y comer masmelos. Mañana en la mañana, antes de las 3:33 a.m., iremos en un tranvía a algún-lugar que te parezca familiar a buscar pistas. Está bien Ópalo, dejaré de pensar en todo eso. ¡Si, deja… deja de pensar! Vamos abajo, vamos a buscar los masmelos y vamos a hacer una fogata. Abajo estamos, en su patio estamos. ¡Y vaya que es grande! Parece que es otro país al que hemos llegado, al que esa pequeña puerta nos ha traído… ¿tendrá nombre? Ópalo, dime tú, ¿Cómo se llama tu patio? Es un país pequeño donde el fuego es sagrado y todo es perfectamente inflamable. Pero no tiene nombre, no tiene nombre porque solo es real en mi imaginación, solo es real en mí. Pero te 85


lo presto, te lo presto el tiempo que quieras… Si quieres hasta puedes ponerle un nombre.

¡Oh Søren! Creo que aún no conoces a mi nueva amiga. Mira, ella es Ópaloojos-celeste.

Podría llamarse… Danzig. Igual, creo que la he invadido. Pero no haré daño ni romperé nada, lo juro. Palabra de Da-dá.

Gusto mucho conocer de. Gusto mucho.

Ella sonríe y pone más canciones en su walkman, le gusta una banda que se llama Death Cab For Cutie y la escuchamos todo el rato, hasta que Ópalo decide que es hora de dormir y abre la carpa-de-muchos-colores que guarda en un-mueble que tiene en esta nueva ciudad-estado que he bautizado hoy. Entramos a la carpa y me abraza, me abraza para que no tengamos frío, me abraza para que los monstruos no vuelvan nunca más. Duerme, duerme y yo también duermo. Dormimos. Estoy a salvo.

Ahora ya conoces a Søren, querida Ópalo, él es un yo también. Oh… un yo… Me mira confundida. ¿Y él recuerda? No lo sé… Creo que no. Pero pregúntale. ¿Søren, recuerdas? No, pero su bello rostro color blancomarfil de cuerno de unicornio-azul me es muy familiar… ¿Acaso tiene usted una hermana gemela? No que yo sepa.

*** Lugar: Un tranvía. Hora: 1:20 A.M. Ópalo y Dadá y Søren y todos en oníricos momentos. psycho killer qu'est-ce que c'est fa fa fa fa, fa fa fa fa fa far better run run, run run run away… Rayos Dadá, ¿Qué hace esa criatura cantando psycho-killer con los pulmones y el corazón?

¡Oh, qué vergüenza! Debo estar confundido, debo estar delirando, debo haber-no-dormido-por-varios-días… En dado caso querida dama, déjeme decirle a usted que es bella-muy y que voy a tomar su mano ahora mismo para darle un merecido beso de presentación. Soy Søren Dohrn, de Noruega y de acá también. Le dejaré mi tarjeta para que me llame cuando me necesite, soy músico-artista-cocineroplomero-traductor-pony, y en realidad puedo ser lo que usted desee, bella dama.

86


Ópalo se sonroja y luego Dadá dice que hay un camino que le recuerda muchas cosas, que deben tomar otro tranvía y seguir aquél camino. Ópalo dice que es el camino al psiquiátrico, así que tiene sentido aquello, sentido tiene. *** Recuerdos de Dadá de la fogata que tuvo con Ópalo de noche, anoche, noche. Hora: 1:33 A.M. Oye Ópalo, hay un hombre silbando en ese gran árbol. Ah, es mi primohermano-amigo. Seguro quiere que vaya con él y su lobo domesticado a jugar un rato al parque. Pero no lo haré porque hoy tú eres mi invitado y me agrada tanto tu presencia que no iré a acariciar al lobo domesticado solo por ver tus ojos tan extraños. ¿Qué es lo que usas, que siempre tienes esos ojos tan bonitos? ¿Qué te aplicas que me gustas tanto Da-dá? Deja de hacer eso Da-dá, a veces parece que estoy viva cuando te miro, a veces parece que sonríes cuando me miras, a veces parece que me quieres cuando caminamos por la calle quemando cosas… Dadá, pero no te quedes callado… ¡Dime algo! Estoy boquiabierto. Nadie nunca me había dicho eso, nadie nunca había descubierto mis secretos... Solo-sisiempre ella, nadie más. Sonrío. Solo sonrío y la abrazo, me pierdo en su cuello, me pierdo en sus brazos, me pierdo en su pecho…

*** Doctores color verde pastel. Lugar: Innombrabilandia. Si doctor, últimamente no lo veo bien. Sus niveles de ácido aumentan demasiado y su corazón gris empieza a volverse azul, ¡azul, doctor!… No sabemos que lo produce, es un fenómeno que desconcierta a todos los médicos de Innombrabilandia, incluyéndome. Eso azul que se mueve…. Palpita y el paciente grita azul, azul, azul… debe ser que algo de otro mundo lo aqueja, pero sus recuerdos están bloqueados. Aunque sabe, Doctor… yo lo he oído hablar de ella, una ella. ¿Sabemos su nombre? Si, al parecer es Ópalo… ¡Mire que azul está doctor! Está reviviendo… Nunca hemos visto alguien azul, todo es tan gris acá… La luz que emite su corazón no nos deja ver Doctor… la luz nos ciega. No hemos aprendido nada sobre la luz, solo que nos deja ver todo-y-nada. En la oscuridad aprendemos más, en la oscuridad tenemos que re inventarnos, tenemos que descubrir qué hacer con nosotros, tenemos que darnos cuenta que no es tan importante lo de afuera, sino lo de adentro… Pero doctor, no entiendo la luz. Y esto no tiene sentido, ¿Ahora es poeta, enfermero? Cállese y siga analizando el corazón azul del Señor muy formal Søren Dadá. 87


¡Bang, bang! Lugar: La calle. Hora: 12:03 A.M. Todos, aún en la onírica situación. Resulta que Ópalo tiene varios colores favoritos, y entre esos está el color noche de sá-ba-do. Estamos caminando a través de la larga calle fría para llegar al sanatorio, ya que el tranvía nos ha dejado demasiado lejos. De repente, se detiene abruptamente, tempestivamente, como yo. Respira hondo y exhala lento. Este es mi color favorito, ¿Ves Dadá? Que linda es la noche con estas gafas que me permiten ver todos los colores que existen en el universo. ¿Quieres ver? Y veo. ¡Qué lindos colores! Azul violeta Azul verdoso, Azul ultramar, Azul zafiro, Azul negruzco, Azul señales, Azul brillante, Azul grisáceo, Azul azur, Azul genciana, Azul acero, Azul luminoso, Azul cobalto, Azul colombino, Azul celeste, Azul tráfico, Azul turquesa, Azul capri, Azul océano, Azul agua, Azul noche, Azul lejanía, Azul pastel, Gencian perlado y Azul noche perlado. Me quito las gafas y ella sigue ahí, va piloteando una avioneta cuyo ex-pi-loto saltó al vacío dejándola a la deriva, y su misión es no dejarla caer. Nos sentamos en un parque que queda por el camino y ella saca un libro de su maleta: Ra-yue-la, dice en la portada. Ella empieza a leer y me deja atónito,

su voz es preciosa. Vemos un sillón viejo y ajado… ¿Quieres fumar? ¿Quieres quemarlo? ¿Quieres? ¿Quieres? No digo nada, pero sonrío. Ella Saca el encendedor, prende un cigarrillo, prende sus ojos, prende los míos. Bang, bang, su mirada me asesina, bang, bang, pero ella dice que yo la maté primero, bang, bang… Todo en cámara lenta mental. Bang, bang, me vuelve a besar y yo vuelvo a cantar. Summersong de the decemberists. Andy, el hombre-enfermo con alas, débil y maltrecho: "El Fuego es la reflexión más perfecta y no adulterada, tanto en los Cielos como en la Tierra, de la Llama Una. Es la Vida y la Muerte, el origen y el fin de todas las cosas materiales. Es Substancia divina" 5 Son las 2:30 Dadá, necesitas un saco y una bufanda. ¿O no? Puedes abrazarme, puedes sentarte en esta silla que arde y yo puedo, realmente puedo acercarme y besarte mientras te quemas. Bang. Ven acá, ven acá, necesitas un abrazo. Yo necesito cigarrillos, muchos cigarrillos. Tu saca los masmelos… ¡Qué empiece lo divino de nuevo!

5

La doctrina secreta, Helena Petrovna Blavatsky. I título, espiritualidad. 2005.

88


3:33 A.M. el frío me despierta y veo a Ópalo a mi lado. Su lindo y dormido rostro me hace imaginar mil cosas… Si ópalo y yo viviéramos en un piso gigante en lo más alto de un edificio, quizá ese lugar estaría lleno de arte, de sus dibujos colgados en las paredes, de historias fabulosas en las mesas de noche, de marionetas y cámaras… Estaría lleno de historias, de amigos, de gente curiosa que sin hablar se quedaría mirando cada espacio, de ella y de mí. Lleno de Bang, bang y secretos, lleno de… Frühjahrsmüdigkeit6 en mi cumpleaños número BÖ que se aproxima. Frühjahrsmüdigkeit para todos, el día de mi cumpleaños. Ópalo abre los ojos, como si se hubiera percatado de que contemplaba su sueño. Ella sonríe y me abraza, me abraza y sonríe. De-ja-vú.

jamás los masmelos deliciosamente asados. La miro fijamente. No Ópalo, dice Dadá. Cuando me gusta mucho alguien pasan cosas extrañas dentro de mi cuerpo, mi Lóbulo frontal se enloquece y empieza a golpear mi hipotálamo repetidas veces, hasta que se riega toda la colecistoquinina azulina neón. En resumen, no me da hambre: Puedo durar días sin comer. Mi mente está tan concentrada pensando (te), que sin querer, se me olvida que a veces soy un-casi-humano-normal. Pero puedo escribir, y realmente no puedo parar… Mira esta libreta negra. Acá tengo todos los poemas que he escrito estos días. Y el último es el que he escrito en el breve lapso de tiempo que llevo mirándote.

También entre Ópalo y yo ocurre algo misterioso que no me había ocurrido con tanta intensidad antes, de llama Mamihlapinatapei.7 Ese Mamihlapinatapei nos asesina, pero ciertamente hace todo mucho más interesante.

Poema No-haiku del día: Ópalo de la luna. Por: Dadita.

Dadá, yo sé que esta pregunta es un poco extraña pero… ¿No tienes hambre? Desde que nos conocemos no te he visto comer nada… Y no probaste

Sus manos: Mi calor favorito.

6

Se traduce al español como “Letargo de primavera.” 7 “Es la mirada cargada de significado que comparten dos personas que desean iniciar algo, pero que son reacias a dar el primer paso para comenzar.”

La noche: Su color favorito. Ella: mi locura, mi delirio. El frío, su dolor preferido.

Ópalo sonríe y me mira como siempre, como solo ella sabe, como si, como sisolo-siempre. Rompo el silencio… Por dentro soy solo ruido yo. 89


Ópalo tiene una máscara y su máscara tiene nombre, se llama Rtio-Pssuy. Yo no he visto su cara, yo no he visto sus mejillas quizá coloreadas de ro-jo arlequín y tampoco he visto sus orejas pequeñas llenas de aretes, pero la puedo imaginar sin su máscara. Oye Ópalo… ¿por qué usas una máscara? Ella dice que la utiliza para que los demás arlequines que se encuentra de vez en cuando en la calle la reconozcan, ya que cada uno lleva un distintivo que se acordó en una reunión que tuvo lugar en la República Democrática Federal de Transcaucasia, cerca al mar. El frío mar. Son seis arlequines diferentes: Arlequín sin nombre número uno: Cinta de casete de Betamax en la cara. De. Arlequín sin nombre número dos: Cinta aislante en el cuello. Ahogado va. Arlequín sin nombre número tres: Una chaqueta que dice Saudade. Si, Saudade. Arlequín sin nombre número cuatro: Tres pines en la chaqueta de cuero. Pines de rosas rojas. Arlequín sin nombre número cinco: un bigote falso rosa, como Faul. Arlequín sin nombre número seis: seis cerillas pegadas en la frente. Siempre seis. Cuando se encuentran, cuenta Arlequín que queman cosas. Como son siete, deben quemar siete cosas cada noche y como deben rendir homenaje al tres,

deben romper tres vidrios. Por eso dice también Ópalo, que su color favorito es el color de la noche: Puede ver mejor el fuego y la lluvia que lo apaga a veces, puede oler mejor el frío que tanto ama, puede usar su máscara y fundirse con el color del cemento mientras camina, puede hacer lo que quiere y luego irse sin despedirse, llegar sin saludar, sonreír sin que nadie diga nada, volar sin alas, querer sin pena, quemar, quemar, quemar, fumar, fumar, fumar… Montar en bicicleta y llegar a su casa a las 3:33 de la mañana sin que absolutamente ningún gato que vive en el balcón del patio de su casa se dé cuenta que ella estuvo ausente desde las 12:00pm del día anterior. Ella es libre cuando su color favorito se adueña del mundo, de todo lo que tiene dueño de día, de todo lo que tiene nombre y es pisado por todos tantas veces… Ella es libre cuando los demás son presos del sueño o de un trabajo con turnos realmente extraños. Como el de contestar llamadas en otro idioma para ayudarle a resolver a la gente sus problemas maritales, limpiar pisos en las noches en una empresa que dice hacer comida para la gente que se sube en los aviones de vez en cuando y viaja muy muy lejos (como a la República de Uzice); cuidar casas de gente extraña que dice tener mil tesoros dentro de ellas, pero que no tienen ni un libro; tener una guardería nocturna para perros extraños cuyos dueños deben salir en las noches a “intentar ser felices” y sonreír por obligación; cuidar tejados para que ningún molesto conejo 90


drogadicto entre y se robe todas las pastillas que guarda la señora W. en su altillo… y barrer las hojas secas que se caen de los árboles morados solo en las noches, en las noches solas, solas las hojas se caen. Estos son los trabajos que tienen cada uno de los demás arlequines innombrables, pero el trabajo de Ópalo es diurno: Ella le dibuja la vida a la gente. Si, dibuja sueños, ideas, conceptos, comidas, olores, lugares, historias… Dibuja todo lo que no existe. Hace que exista todo lo que no creó el arquitecto de Innombrabilandia, hace que las personas sonrían. Y ella sonríe, y ella luego quema cosas delante de las casas de cada uno de sus clientes: siete por día. ¿Rompe sus vidrios? No, los de ellos no. Solo rompe los vidrios de quienes al pagarle, no le sonríen. Ella les da una razón para que al otro día no sonrían, y no sonrían, y no sonrían no. Ja. Ópalo sonríe contándomelo. ¿Vamos al cuarto? Tengo mucho frío, Da-dá. Asiento con la cabeza y subimos de nuevo. Su cuarto es de cristal y está lleno de muchos libros, libros por allí, libros por allá, libros debajo de la cama, en el armario, encima del televisor, dentro del cajón del armario donde guarda su ropa de arlequín, encima de otros libros… Libros. Tiene una planta llamada pez que hace fotosíntesis en las mañanas mientras ella aún duerme, nunca se queja y sonríe cuando Ópalo le dice cosas lindas y toca sus hojas tan

llenas de colores neones. Guarda debajo de un montón de cromos de un álbum de animales que jamás compró, explosivos hechos a base de ni-tro-glice-ri-na: C3H5N3O9, ácido nítrico concentrado, ácido sulfúrico y glicerina. (Pdta.: Yo le di la fórmula química, y ella una noche fue a comprar los químicos a la farmacia.) Tiene Pétalos en el techo, pétalos en el techo tiene, en su pecho caen, caen lentamente. Quisiera besarlos. Se caen cada vez que salta, ya que en su techo ella dibujó Rosas, Margaritas y Amapolas. Los pétalos caen pero las flores jamás mueren. Jamás. Como ella, que es inmortal y está llena de letras, me hace sonreír porque me las presta por las noches y puedo escribir al fin. ¡Ay Ópalo, al fin puedo volar yo también, y aunque no soy arlequín, te puedo acompañar en tus travesuras nocturnas! *** 7:33 A.M. En el cuarto de Ópalo. En la ventana del cuarto de Ópalo. Despertando. Ese hombrecito que silva también hace burbujas dentro de su boca y las deja volar. Sigue sentado en el árbol y aunque sonríe, yo sé que está triste: sus ojos me lo dicen. Demasiada curiosidad me da, hablar con él yo necesito, necesito yo. Abro la ventana y le hablo, al fin. 91


Tu lobo es lindo. Le digo con voz sonriente de 7 A.M. ¡Oh gracias! está domesticado. Salen burbujas de su boca y sonríe. Estás triste. Digo yo con seria voz, seria. No sonrías. Él Guarda silencio por un rato, luego se asombra y pronuncia lo esperado. ¿Cómo sabes eso? Tus ojos hablan y yo los escucho. ¿Puedo saber qué pasa? La curiosidad me está matando. Bueno, eres un completo extraño, será más sencillo contarte mis pesares. De seguro no me juzgarás. Espera, espera entro a la casa… Corre rápidamente y yo salgo del cuarto de Ópalo y me siento en una pequeña sala de estar que queda en el segundo piso a esperarlo. Hay un cuadro muy hogareño tejido en croché que dice: este es el cuarto de dios. El hombrecito llega y empieza a contarme su historia. Bien extraño, estoy triste porque mi novia… digo, ex-novia se ha ido lejos con otro hombre y me ha dejado acá solo, con este lobo domesticado llamado Tony y mil recuerdos tristes y pesados. Llevaba una semana entera en cama cantando Azul, pero ya ves que he salido a respirar, a silbar, a vivir de nuevo. Sabes, siento que ya te he visto antes… sigue hablando el hombrecito y yo, escuchándolo atentamente.

¿Eres tú amigo de Ópalo? Yo soy su primo, Fenrisulf de la península escandinava. Gusto mucho conocer de. Gusto mucho. ¿Tienes frío? Tengo té en mi cuarto verde y unos discos de The Smiths, quizá tú quizá quieras tú venir, conmigo ir. Vivo cerca y puedo prestarte una mantita. Tengo frío, pero aún camino. Vamos, me gusta The Smiths. Qué amable eres. ¿No se enoja Ópalo? ¡Oh Dadá, ni se dará cuenta! Ella despierta casi al medio día, podemos ir un rato y volver. Fantástico, te prestaré mis discos entonces. Llegamos a mi cuarto verde y resulta que Søren cambió todo de lugar mientras yo no estaba. Bueno, ya era hora de que trajera una silla para sentar a los invitados. Le ofrezco a Fenrisulf una tacita de Té y su lobo domesticado se acuesta encima de mi armario, encima de mis cobijas, encima de mis libros, encima de, encima. Mientras Fenrisulf se toma su Té, me cuenta más sobre su Ex-no-via. Resulta que era una chica negra que se volvió roja por efectos de alguna rara sustancia llamada Rubilinis, tenía BD años, le gustaba arrastrar cometas y comercomida-comestible-comible-deliciosa. ¿Qué era lo que más te gustaba de ella? Aprovechemos que J. Marr y P. Morrissey nos acompañan esta mañana… Tengo un Déjà-vu. 92


Ah Søren, ella siempre estaba buscando algo diferente. Cuando nos conocimos, parecía yo un sujeto muy raro y peculiar, con mis anteojos gigantes y mi cabello revuelto por los vientos huracanados de octubre, de noviembre, de diciembre… entonces me seguía la corriente, me dejaba llevarla a lugares fabulosos, escuchaba todas mis historias y jugaba con mi lobo. Ella entendía a los locos, ella me entendía a mí, ella quería conocer mis secretos y yo quería conocer los suyos. Hacíamos todo juntos, arrastrábamos cometas en los parques, vivíamos en un lugar donde la neblina creaba castillos y donde los monstruos solo éramos nosotros mismos. Pero Luego llegó el temblor, y con él, el sol que destruyó nuestro mundo perfecto de oscuridad llena de auroras boreales… Y acá estoy. Intentando vivir de nuevo. Aparte no recuerdo nada más, no recuerdo mi infancia, no recuerdo mi vejez, no recuerdo donde nací, y no recuerdo a nadie más. Mi madre dice que perdí la memoria en un trágico accidente de… No sé qué cosa, y me muestra fotos de mi anterior vida donde estoy muy feliz. Yo no recuerdo nada, yo no recuerdo nada que no sea su cara, no recuerdo a mis amigos, ni mis noches de juventud, ni el frío viento de la noche soplando en mi cara mientras siento como mi corazón se rompe en mil pedazos a causa de un abandono prematuro… No, no recuerdo absolutamente nada Dadá.

No, no soy Dadá, soy Søren. Bueno, Søren… ¿Ahora somos amigos, verdad? Espero no te moleste mi verborrea, hace mucho tiempo no hablo con nadie y Ópalo duerme ahora. Lo miro conmovido y respondo. No me molesta, también he olvidado todo. Al parecer nos parecemos, y pareciéndonos parece que nos entendemos. Sabes, es mi primera navidad fuera del sanatorio en tres años y todo ha cambiado demasiado en mí, en nosotros y en mi cuarto verde. Tal vez sea conveniente que usemos la terapia de electro-shocks contigo para que olvides a esa ella de la que tanto hablas. En mi caso me ayudó a olvidar cosas que… no recuerdo, pero al parecer dolían. Electro-shocks… es algo que podemos probar. Responde Fenrisulf con voz pícara. Mi padre, el médico-soldadovaliente tiene un desfibrilador muy bonito que nos puede servir, si quieres vamos más tarde a mi casa y me das electro-shocks en la cabeza para que olvide y olvide y olvide y solo olvide. Aunque espero no olvidarte, ahora tú eres mi amigo. Está bien, pero por ahora estaría bien poner mis discos, hace mucho tiempo no los escucho más que en mi cabeza. Yo quiero leer el poema que escribí ayer en la noche antes de que pongas tus discos… ¿Quieres tú escucharlo? Sí, hace mucho no sé nada de poemas.

93


Poema: El amor puede morir. Autor: Fenrisulf el lobo solitario. El amor puede morir entre las prisas, El amor puede morir entre la ausencia, El amor puede morir entre la rutina, El amor puede morir entre las hojas secas. El amor puede morir y muere. Muere si faltas cuando el invierno está latente, Y los pesares de otros tiempos reviven en la mente. Muere si en medio de un beso, desapareces de repente. Muere. Lentamente muere. Como el ocaso mientras estás ausente. Como el suspiro cuando en la realidad desaparece. Muere. Dolorosamente muere. Como mis ganas de seguir caminando entre los puentes. Como mis ganas de seguir respirando el aire tenue. Muere. Como muero yo en las noches de neblina y luna creciente. Como mueren las flores en invierno, y el sol al occidente. Como muere el futuro, el pasado y el presente. Muere, muero, morimos. Y de piedras está hecho el final del abismo, De espinas las paredes del castillo Y de piedra las murallas del cinismo. Continúa hablando Fenrisulf. Mañana es solsticio de invierno.

¡Si! Mañana a media noche es solsticio de invierno. Sabes Fenrisulf, deberíamos salir a ver morir el sol y a ver cómo podríamos nosotros también morir con él, nosotros también. Perfecto Dadá, recuerda que perderé la memoria por segunda vez, así que debemos hacer que el día de mañana valga la pena. Serán mis primeros recuerdos sin la pesadez de los anteriores. Será mi primer solsticio en libertad, así que sí. Hagamos que valga la pena. Respondo más bien austeramente. Todo este lugar se me hace tan familiar… ¡Oh Fenrisulf! Tarto de recordar pero no puedo, no sé dónde están mis recuerdos, no sé dónde está mi abuela con su reloj de oro levantándome todas las mañanas, haciéndome el desayuno y esperando por mí en la puerta de la escuela. No sé dónde están mis recuerdos, no sé dónde está mi abuela. No sé dónde estoy, no sé quién soy, ya no recuerdo nada. Pero algo si está claro: las navidades y los solsticios de invierno, acompañados de su vago recuerdo me hacen llorar. ¡Oh, llanto! ¡Qué bueno tenerte de vuelta, me estabas ahogando las entrañas! Ya no sé ni cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que la vi con vida. Quizá 4 años… o tal vez más, tal vez más, quizá unas cinco navidades, unos cinco solsticios, unos cinco miserables años o más. Quizá siempre han sido 94


más, o menos, o más. Ya no sé, ya no recuerdo cuánto tiempo ha pasado. Oh… creo que debemos ir a casa. Trae tú esos discos y los ponemos a sonar en el cuarto de Ópalo… Vamos, ya no trates de recordar más, recordar hace daño. Hemos vuelto a la casa de Ópalo, pero ella no está. Pasa un instante y llega un telegrama. *** Telegrama 699 639 639. Para: Dadá. De: Ópalo F. Dadá, Tuve que venir con prisa a Yugoslavia a ayudar a mi padre con algunas tareas. También he comprado otras dos plantas en mi recorrido habitual por estas calles tan estrechas. Uno de ellos es un Helecho Lengua de ciervo (Phyllitis scolopendrium) y es guapísimo, su nombre es Sol. El otro es un musgo Sphagnopsida y se llama Blu. Blu como tú anoche, fría noche de joven invierno, cuando me abrazabas tan fuerte que podía sentir tu corazón latir al compás del mío. Quisiera que estuvieras aquí en mi otro hogar, en la casa de mi padre… Ya ves tú que aunque Checoslovaquia y Yugoslavia no están tan lejos, hoy no vamos a poder vernos… Pero volveré mañana, lo prometo. Mi e-v-o-l por ti permanece intacto. Recordándote días enteros. Ópalo F. Arlequín.Pdta.: ¿De qué color será hoy la noche allá?

*** Al leer el telegrama, Fenrisulf y yo decidimos poner música a todo volumen y discutir sobre la vida. Almorzamos y luego… Su padre llegó y con él, su desfibrilador. ¡Vamos a borrar mi memoria, Dadá! Mira… cuando mi padre esté tomando su siesta-post-almuerzo, vamos y sacamos de su gran maletín el desfibrilador y hacemos la operación en mi cuarto… será una gran tarde. Dice con voz extraña, tal vez triste, tal vez, feliz, tal vez melancólico, tal vez expectante. Yo sonrío y lo sigo. ¡Fenrisulf, ven acá un momento! Grita el padre. Yo me quedo sentado esperándolo en el cuarto de dios y el corre al cuarto del padre. Pasan 1, 2, 3, 4, 5… Minutos. ¡Dadá, cambio de planes! La recepcionista del consultorio de mi padre se resbaló saliendo de un automercado-chino y rompió la bolsa de hielo que llevaba en la mano, se puso a llorar y nadie pudo evitar que el hielo se hiciera agua… Pobrecilla. Ahora tengo que ir a cuidar la recepción del consultorio así que mejor hagamos mañana la lobotomía-eléctrica. Hay un espejo enorme en la pared. Veo a Fenrisulf y luego veo su reflejo, me encantaría saber si son la misma persona o es alguien más haciendo pantomimas de él, pantomimas de mí, pantomimas de mi rostro, engañándonos a todos, metiéndose en espejos y haciendo que creamos que 95


tenemos reflejo, o algo parecido a un reflejo, algo parecido a nosotros mismos, a no-so-tros-mis-mos… Fenrisulf es alto, no más que yo, pero es alto. Fenrisulf es pálido y tiene barba, ojos pequeños y oscuros como los de un lobo salvaje, tiene todo el cabello revuelto y acá adentro no hay viento si quiera… Y su reflejo es igual, la única diferencia que encuentro es que se ríe mucho más que él y siempre está haciendo gestos raros con las manos, como si intentara jugar son sombras que solo él puede ver, juega a hacer barcos de papel y a hacer que las palomas que viven entre sus dedos vuelen… como los cabellos que se le caen a Fenrisulf de la cabeza, como las lágrimas de los recuerdos del pasado de este pequeño hombrecito que está acá de pie frente a mí… ¿Qué pasa, tienes miedo? Dice el reflejo pálido y asustadizo mientras me sangra la nariz; escucho el sonido del fin de la emisión del canal Dadiano y caigo en el frío tapete blanco que se llena de sangre tornándose tan parecido a la bandera de Japón que ya no sé ni quien soy ni en donde estoy. Andy, el narrador que hace que las dudas se disipen, a pesar de que cada día se le ve más delgado: Bien, lo más in-no-casi-coherente es que Dadá vuelva a su anterior sueño, así que hagan realidad todos mis caprichos y póngalo en la próxima escena. ¡Acción!

Mira Dadá, llegamos al sanatorio. Dice Ópalo muy alegre. Pero no se ve nada… Esfuerza su vista y el gesto que hace me parece hermoso. Quizá desde ese gran árbol que está allá detrás de los grandes muros logremos divisar el interior del lugar. Si Ópalo, es el gran Roble llamado Quercus-robur, es muy útil para labores de exploración y hasta podríamos construir un observatorioportable allí. Cuando haya luz, buscaré a mi amiga Nachtkühle y de alguna manera hablaremos con ella. Corremos hacia el gran árbol y para mi grata sorpresa, sigue ahí el campo de amapolas. Ópalo ama las amapolas así que antes de subirnos al árbol, corremos entre ellas y las contemplamos como si fuera un sueño remoto almacenado en una vieja cinta que creímos que jamás podría ser reproducida en la aparente-realidad… pues bien, tal parece que todo puede suceder aquí. ¡Qué gran sonrisa la de Ópalo, que gran sonrisa tiene! Corre y corre como si no hubiera estado en un campo de amapolas antes-jamás. Y tengo yo razón, es su primera vez con un Dadá en un campo de amapolas. Me dice que quiere ver el mar pero que no alcanza a agarrarse del cielo para lograrlo, así que le propongo que se suba a mis hombros para que tome las cuerdas hechas de nubes que el cielo muy amablemente ha dejado caer para ella y vea el mar. Lamer.

96


¡Pero qué lindo es el mar Dadá! ¡Tiene el mismo color que tiene tu cuarto, tiene el mismo color que a veces tienen tus ojos, tiene el mismo color que tiene tu alma! Grita emocionadí-si-ma desde las alturas de una de las cuerdas hechas de nubes. Yo sonrío y miro vagamente el horizonte, recordando aquél nefasto sueño donde mi pobre amiga Nachtkühle moría y yo también. Pero fue solo un sueño, ella aún sigue en el sanatorio, ella aún no es libre como yo. Ella aún imagina los discos de vinilo en su habitación y quizá con suerte me recuerde y aún me imagine a su lado en las noches de tempestades. Ópalo se baja y cae en el frío pasto, pero se levanta rápido, ya que es alérgica y si pasa más de tres segundos atrapada entre las espesas manos de los pastos sorgo de Alepo, o de la hierba de primavera dulce, o del pasto azul de Kentucky, o del fleo de los prados, o del pasto bermuda, o del pasto Redtop, puede sufrir violentos ataques de piquiña en todo su cuerpo y estornudos terribles, terribles estornudos que me asustan, como los de todo el mundo. Vamos al árbol Dadá, ya estuvo bien de diversión-ocular-aguamarina, debemos resolver lo de tus recuerdos. Dice Ópalo algo seria pero sonriente. Nos subimos al árbol y ella saca sus binóculos y unos lentes negros que le permiten ver a través de las ventanas del hospital. Y podemos ver el jardín del sanatorio, el parque del sanatorio, los cuartos del edificio del sanatorio, el

blanco color del sanatorio… Y no recuerdo nada. Ópalo tiene sueño, sueño tiene, el sueño la tiene. Para no dormirse, saca de su bolso transparente que nunca veo, uno de sus cigarrillos y una cámara polaroid de 1947, primera edición. Dadá, creo que no hay nada interesante a esta hora ahí dentro, mejor nos bajamos de este guapo árbol, tengo mucho frío y es probable que muera de hipertermia aquí si no prendes una fogata que me enfríe. Sí, es conveniente una fogata, quizá una de esas cosas que ayude a recordar, me ayude a fundirme con mis pensamientos de nuevo, con mis recuerdos de nuevo, conmigo de nuevo, con lo divino de nuevo… Así que mientras enciendo la fogata cerca al roble, ella toma fotos de mí, fotos del fuego, fotos del roble y fotos del mar que no se ve. Se ve en su lente, se ve en su rostro, se ve en el cielo. Su reflejo en el cielo se ve. La fogata al fin está lista y empieza a arder con fuerza, debe ser por la ga-soli-na que Ópalo regó sobre el pasto seco que puse en el centro de-lamisma. Se sienta y sigue tomando fotos, quizá tiene un álbum muy guapo donde pone todos sus recuerdos juntos para que no se le olvide de donde viene y quien es, como… Arlequín. Tengo dos preguntas para ti, Ópalo. Digo-como-queriendo-provocarla.

97


Hazlas Da-dá, quizá tenga dos o más respuestas para ti. Dice retándome con la mirada, con su dulce mirada que está llena de caramelo y café, de sueño y lluvia, de vida y solo-vida…

¡Vienes de muy lejos! Yo también, pero sinceramente no recuerdo bien donde estará mi lugar seguro, donde estarán mis recuerdos de infancia… Y todo lo demás.

1. ¿Tienes un diario donde guardas en un estricto orden que solo tú conoces y todas las fotos que tomas? 2. ¿Tienes hermanos, Ópalo?

Quizá vienes de Hvannadalshnjúkur, o de algún otro frío lugar del norte. ¿Cómo saberlo? No digo nada, me refundo en mis vagos recuerdos, en mis vagas imágenes, en mis vacías pupilas que no veo…

Ópalo lo piensa, Ópalo me mira algo triste, Ópalo se acuerda… Sí, Da-dá, tengo un hermano. Estuvo allá adentro, en el sanatorio. Se llama Fisch y tiene BG años. Hace poco fui por él… Y ahora está en casa, a salvo. ¿Verdad? Y no, no tengo un diario, pero si tengo un libro rojo donde guardo muchas fotos, no precisamente en un estricto orden, pero ahí están, por si necesito recordar a quienes conozco y por si algún día olvido los lugares que he visitado. Verdad es. El hogar… Seguro… me cuesta relacionar esas dos palabras en mi mente… No puede haber otro lugar más seguro que el hogar Dadá, ¿Cuál es tu lugar seguro? Tú. Y al salir del sanatorio, es lo único que uno necesita, un lugar seguro. Es cierto, es cierto Dadá. Pero sabes, no he podido ver a mi hermano desde hace meses; está lejos el hogar, está lejos. Odense es el lugar seguro de mi hermano, de mi madre, de mis recuerdos de infancia… De mí misma.

Aunque sabes Dadá, es probable que en el pasado, tú tuvieras un diario donde anotaras todo, todo anotaras… Yo vi algo el día en el que… No estoy más, no estoy acá. Digo con voz débil y ahogada, con voz de malherido en una guerra… Tranquilo Dadá, recuéstate en mis piernas. Podríamos dormir mientras lo averiguamos, podríamos soñar con las estrellas muertas-vivas-del-cielo, podríamos saltar entre las nubes y entre las olas, podríamos… ¡Volar, volar! Ópalo empieza a volar por los aires con su cojín mágico, toca el mar con sus dedos y asegura que el agua-tan-azul está muy fría. Me pide que le cuente una historia mientras ella me lleva sobre su cojín mágico a sobrevolar este bello lugar. No recuerdo ninguna, así que tendré que inventarla…

98


*** 6:03 A.M. Casi-despiertos están. ¡Dadá, despierta! ¡Qué narcoléptico eres! Ven acá, ven acá. Dice Ópalo muy enérgica mientras yo intento abrir mis ojos sin que el sol me ciegue, sin que la vida me ciegue, sin que el olvido me ciegue… ¡Sube, Dadá! Dice ansiosa. Toma, toma los binoculares y cuéntame… ¿Puedes ver a Nachtkühle? ¿Puedes ver algo allá adentro, ahora que ha amanecido? Sacudo mi cabeza e intento reconocer algo… Nada. Suelto los binoculares y la miro algo abrumado. Anoche me estabas diciendo algo y me quedé dormido… ¿Qué era? Dímelo por favor, intriga comer Dadá, a Dadá se lo come la intriga. Ópalo me mira desafiante y no me dice nada. Saca su libreta llena de dibujos y empieza a escribir. 699-639-639 Telegrama para Dadá. Por: Ópalo. He traído cigarrillos, he traído mi cámara Polaroid que fue un regalo de mi padre, he traído algunos Bang, bang y algunos fósforos, pero he perdido mi voz y mi memoria. ¡Juega! Ayúdame a encontrar mis recuerdos y así encontrarás mi voz y aquello que tienes que saber.

Y juego. Empiezo a dibujar escenas de la noche en que la conocí, empiezo a recitar el Manifiesto ArlequinistaÓpalista-nadarquistico a una velocidad de 45 R/M, empiezo a cantar Miracles… Hago mímicas, y con trozos de madera que el señor roble me prestó, hago un teatro de títeres muy pequeñito y empiezo a crear todo un mundo ti-ti-ri-tia-no para ella con nuestras mágicas historias, le empiezo a contar mi sueño sobre el cojín mágico… Y luego de un rato largo, al ver que pierdo yo el aire y que caigo fatigado entre sus brazos… Ópalo sonríe y habla. Está bien Dadá, ganaste. Lo que te estaba diciendo en la noche era que quizás tengas un diario donde anotabas los sucesos más importantes de tus días. Quizá siga allá adentro, así que sería buena idea entrometernos en el sanatorio de alguna manera y buscarlo con ayuda de tu amiga… ¿Cómo se llama? Nachtkühle, Nachtkühle. Si Ópalo, puede ser. Hay unos bloques algo blandos que quizá podamos remover y así entrar al sanatorio, pero tendríamos que disfrazarnos de enfermeros, así que vamos primero a buscar unos trajes… Espera Dadá, podríamos cegar a algún guardia-enfermero con el flash de mi cámara y pedir prestada su ropa por un momento… ¿no te parece?

¡Juega, Da-dá! 99


Me gusta su idea, sonrío y nos bajamos rápidamente del árbol. Corremos hacia la pared y con ayuda de una espátula que Ópalo sacó de su bolso, logramos zafar totalmente los bloques y entramos al jardín del sanatorio. Bang, bang! Se oye el flash, Bang, bang! Los guardias caen, Bang, bang! Tomamos sus trajes y… Bang, bang! Escondemos sus inconscientes-cuerpos detrás de los arbustos llenos de ardillas. Ópalo se voltea y me mira extrañada y un poco risueña. ¿Por qué siempre cantas esa canción de Nancy Sinatra y empiezas a hacer todo en cámara lenta cuando hago una de mis travesuras? Dice anonadada. No sé, creo que ya es un ritual. Me gustan los rituales. En el tocadiscos: Mozart - Symphony No. 40 in G minor, K. 550. Se ríe. Entramos al edificio y llegamos al cuarto de Nachtkühle, 302. En este piso los cuartos no están con llave, ya que a los tristes no los consideran peligrosos y pueden andar libremente por el lugar. Abro la puerta y Nachtkühle está jugando con un una flor. Nachtkühle se alegra de verme. Nachtkühle me abraza, Nachtkühle sonríe para mí. Me interroga, me despeina, me agarra las mejillas y juega conmigo un rato. Luego, le pregunto sobre el-posible-diario que quizápudiera-yo-tener y este a su vez con-tener mis recuerdos. Nachtkühle afirma

que existe y Ópalo algo ansiosa le pide que revele la ubicación del ar-te-fac-to, Nachtkühle dice que lo tiene la chica que está en el jardín y la señala por la ventana. Las miro confundido… ¡yo no conozco a esa chica del jardín! Salgo del cuarto alterado e intento recordar… Nada. Nachtkühle se queda hablando con Ópalo en la habitación, y algo tenso escucho lo que dicen desde el pasillo blanco. Primero habla Nachtkühle en voz baja pero contundente… El tono adecuado para decir un importante secreto… Ten cuidado al quitarle la libreta a la chica, ella no habla con nadie y no la ha soltado desde que Dadá se la dio hace ya un buen tiempo. Él te dirá que ella se la robó, pero no fue así, él se la dio por voluntad propia para que ella la leyera, pero yo la he espiado todo este tiempo y no la ha abierto ni una sola vez, al menos no en el día. ¡Pobre Dadá! Estaba tan entusiasmado con la idea de que quizá ella pudiera hablar de nuevo… ¿No habla? Dice Ópalo con voz detectivesca… No, no habla. ¿No te lo dijo? Responde asombrada Nachtkühle… Él no recuerda nada. Dice Ópalo entredientes y en voz bajísima, tal vez porque no quiere ser escuchada por mí.

100


¡Oh, quizá los electroshocks borraron su memoria! Bueno, ese era el objetivo, él no podía… Nachtkühle se ve interrumpida por los gestos de Ópalo y huye. Ópalo corre, Ópalo me agarra de la mano y con una suerte de miedo en su rostro me casi-arrastra-corriendo por las escaleras y me lleva hacia el jardín. No hay guardias, no hay guardias cerca, todos están viendo la televisión en el salón de juegos, donde hay un piano, unos cuantos juguetes y unas sillas muy cómodas para pensar. No hay guardias aquí afuera… Y sigo sin recordar nada. Mira Dadá, es ella. Ahí está. Dice Ópalo agarrándome esta vez los hombros y empujándome algo enojada hacia la chica del jardín. Debes hablarle y pedirle muy amablemente tu libreta, si tú se la diste, quizá a ti te la devuelva fácilmente. Tú no la recuerdas, pero es probable que ella a ti sí, así que hazlo. Recuerda que eres va-lien-te, va-lien-te eres. ¡Vamos, hazlo! Le pido que se quede muy cerca, le pido que no me deje solo. Tengo nervios, nervios tengo, se me crispan mis cabellos, me suda la voz, me tiemblan las manos… Uno, dos, tres pasos doy. Ella juega con una cucaracha de plástico y está de espaldas. ¿Hey, tú… podrías devolverme mi libreta? Digo con temblorosa voz, muy al estilo Dadá-llenito-de-miedo.

Ella voltea queriendo mirarme y se asusta, se asusta de tal manera que puedo ver yo que sus ojos son del color del café que no-tomo en las mañanas. Ella no dice nada, ella no habla. Nachtkühle llega corriendo y me rapta, me rapta y me aleja de todos. Hasta de Søren. Espera Dadá, dice afanadí-sima tumbándome entre los arbustos… Me agarra de los brazos y me mira fijamente, empieza a hablar de nuevo en voz baja y… eso me da miedo, no me gusta que la gente hable en voz baja, me recuerda las voces que… que… ¡Rayos! Ya sabes tú que soy muy obsesiva, continúa hablando algo agitada, y cuando te fuiste me refugié en lo único que me quedaba de ti. Sí, ella. Dice señalando con los ojos su blanca y casino-presencia. Empecé a averiguar todo sobre ella y encontré cosas realmente extrañas… Leí en su historia clínica que se llama Dahlia, que tiene esquizofrenia y que no habla desde que perdió a su hermana en un accidente de auto… entonces, ¿Cómo es que sostuviste tantas conversaciones con ella? Søren está enojado y es él quien responde esta vez. ¡Suéltame! ¡Quédate ahí, necesito mi diario y no me interesa si no habla, si vive en otro mundo o si su hermana está muerta! ¡Necesito recuperar mis recuerdos ahora mismo!

101


Decidido me zafo de las manos de Nachtkühle y me acerco a la chica, Dadá es un inútil. ¿Me puedes dar mi libreta? Digo desafiante, con toda la intención de hacer que me hable de nuevo. ¡Yo sé que es mentira eso de que no hablas!

gana. Un pájaro azul se posa en los arbustos, un pájaro azul quiere que lo mire, no puedo perder, Dadá quiere mirarlo y no podemos perder, debemos ganar, es una batalla a muerte, muerte, muerte a todo, quiero mis recuerdos de vuelta y como buen caballero muy formal, muy valiente y muy señor, no miraré el pájaro azul. No por ahora.

No. Responde con la mirada. No lo preguntaré de nuevo. Digo aún más enojado y fastidiado, destrozándola con la mirada. No-Entender, Olvidar, nunca, no. Dice en lenguaje de señas… Que sé, por extraños motivos que no recuerdo. Devuélvemela ahora o tendré que usar la fuerza. Sé que escuchas y sé que hablas. Haz lo que quieras. Responde groseramente-silenciosamenteretándome. Tomo su brazo y hago que se ponga de pie. La miro desafiante y con la otra mano intento quitarle la libreta, pero ella no cede, ella la aprieta fuerte y sin duda tiene mucha fuerza. Ya déjala Dadá, no te está respondiendo, grita Nachtkühle algo angustiada. Ella se zafa de mí y me mira vacíamente, me mira fijamente, me mira devastadoramente. Yo también la miro de la manera más grotesca que conozco, y entre los dos hay una guerra de miradas: El que destruya la mirada del otro primero,

No encuentro nada en su interior, no encuentro su alma, no tiene alma esta mujer, no tiene emociones, no tiene nada. No, nada nunca, no, nada nunca, no, nada, nunca, resuena en mi cabeza, no, nada, nunca, no, nada, nunca, no, nada, nunca. Un ejército comandado por ella intenta invadir Innombrabilandia pero no lo logra. El no, nada, nunca ha perdido, ha sido cruelmente derrotado por el Sí, todo, siempre, sí, todo, siempre, sí, todo, siempre comandado por Ópalo desde la cima del monte más alto de Innombrabilandia. Sí, todo, siempre. Hemos ganado esta guerra a muerte, Ella ha muerto. Me devuelve el diario sin refutar, Søren ha ganado. Hemos ganado. Sonrío y me volteo indiferente, abrazo a Ópalo y nos alejamos con Nachtkühle hacia la pared-de-los-ladrillos-flojos para salir, para leer, para saber, para recordar. Gracias Nachtkühle, gracias por ayudarme a recuperar “La vieja libreta perdida llena de frases sin sentido esperando a ser escritas fuera de mi mente.” Espero verte pronto allá afuera, amica mia. 102


¡Mi pequeño amigo! Es todo un gusto ayudarte. ¡Ti voglio bene, Godetevi la giornata! Nos quitamos los disfraces y salimos del lugar, dejamos todo como estaba y nos sentamos en la orilla del acantilado a mirar el mar, que lindo se ve el sol cuando lo están tapando tantas nubes blancas, blancas nubes tapan el sol las nubes blancas, blancas. Por un momento me detengo y pienso en mí, en lo que no-sé-que-soy, en lo que tanto anhelé y quise…Y ahora ya no quiero leer esa libreta, no quiero abrirla si quiera, no quiero saber lo que pensaba, lo que quería, lo que anhelaba. Ópalo, lee todo tú primero y si consideras que algo es importante, puedes leerlo en voz alta para mí. No responde. Me mira dubitativamente y luego de un largo rato, accede. Abre la libreta y lo primero que encuentra es un dibujo mío, de cuando tenía… AF años quizá, quizá. Páginas más adelante: un recuerdo. Primer recuerdo de Søren. Fecha: 03/02/1979 Hoy papá puso un disco de Joy division. Encontré el sobre genérico de papel al lado del tocadiscos Estereo Sony modelo HMK419. Me encanta memorizar modelos de aparatos.

Hoy papá se ahorcó en la cocina, mamá me contó llorando y me llevó a la funeraria. Le pregunté a donde iban los muertos y respondió que iban al cielo. Quisiera ir al cielo a visitar a papá, pero mamá dice que no se puede, porque no soy astronauta. Hoy también fue mi primer día de clases y conocí a Miguel, creo que seremos mejores amigos para siempre. *** Fecha: 21/08/1981. El buen colegio. Los buenos niños, la buenavida. Alguien toma prestada la maquinilla de mamá, alguien lleva la maquinilla al buen colegio, alguien le hace crestas a todos sus compañeros en el descanso, alguien se sienta en medio de la cancha a esperar. ¿A esperar que? A esperar el gran caos, a esperar el regaño, a esperar la respuesta de los… Profesores. Pero alguien se ríe en voz baja y se levanta: decide cambiar su sitio de espera, ahora será la biblioteca. Cuando encuentran a alguien sentado al lado de la ventana de la biblioteca leyendo El lobo estepario de Hermann Hesse, no sospechan nada. ¿Quién no sospecha? Los que mandan en el buen colegio, los que no saben mandar. Nadie dice nada, nadie sabe quién hizo tan radical travesura, nadie nunca volverá a hacerlo, porque a ese alguien lo expulsarán de la escuela. Todos fueron castigados, todos fueron obligados a hacer ejercicio por horas, todos. Todos, pero nadie dijo nada, nadie delató a alguien, nadie delató a Søren. Sí, todo, siempre; sí, todo, siempre; sí, todo, y siempre fueron sus amigos. Hasta que… 103


Continúa en la siguiente página. Ópalo con cara de intriga, sigue leyendo. Fecha: 12/03/1988 Ha pasado mucho tiempo, mucho tiempo ha pasado y ya era un poco extraño para mí que Miguel siguiera vivo, pero es aún más extraño para mí que ahora esté muerto. Él está muerto, y con el murió nuestra amistad de eveun años, nuestros momentos, nuestras risas, nuestros… Si tuviera que escribirle una carta, no le diría nada. Si tuviera que decirle algo, no le escribiría una carta. ¿Dónde estará ahora Miguel? ¿Dónde estará ahora? Quizá me mira, quizá no. Quizá está ciego, porque solo los ciegos se suicidan. O quizá yo esté ciego, o quizá yo esté muerto, o quizá yo sea el suicida… Solo quizá. Ya no hay certezas, se desvanecen como mi memoria, como mi vida, como todo lo que nunca tuve, como cada lágrima que derramaron mis ojos por él, por ella, por todos. Quizá deba unirme al club H y terminar con mi vida, pero juré a la mía mamá ir a la… Universidad. Al menos eso, eso al menos. Quiero verla sonreír. No me uniré al club, al club H no me uniré. Pero quizá me una a otros, a otros clubs me una, quizá al club de las Anf… ***

Fecha: 29/03/1988 Hoy es mi cumpleaños y hoy Anna se ahorcó en su cuarto. Hoy es mi cumpleaños y no hay mucho que decir. La mía mamá se ha ido lejos y ya no ve novelas conmigo, las ve con mi medio-casihermano que es mucho más joven que yo y lo soporta muy bien. Mi perro se ha muerto y las cosas sencillamente no van bien. Bien no van las cosas, pero debo seguir… Leyendo. Ya no tengo más tiempo para cumplir años, ni para llevar un diario, ni para salir si quiera. Ya no tengo tiempo para nada, el tiempo ya no me tiene, soy tan anacrónico y atemporal que ya ni sé si soy real, irreal o surreal. Hoy es mi último cumpleaños, ya no quiero cumplir más. Fecha: 03/06/1989 Hoy conocí a Juno Almendra. Ella dice que le gusto pero yo no entiendo nada. ¿Cómo una estudiante de medicina puede sentirse atraída por un estudiante de Filosofía? Parece ser imposible que tanta racionalidad y método científico se doblegue ante tanta racionalidad y tanto método… ¿Podría Juno Almendra no suicidarse? Últimamente el abandono ha sido la constante y sinceramente no me ayudaría perder a otra persona, ganar a otra persona, personas como trofeos son, ¿Trofeos son las personas, que se ganan y se pierden? Lo que quiero decir es que no deseo ser abandonado de nuevo. No deseo querer de nuevo, no 104


deseo sentirme solo de nuevo, aunque ya bastante solo me siento. He tomado la decisión de ignorar a Juno, a Juno ignorar. Es guapa, guapa es muy, pero sinceramente soy un cobarde y no quiero arriesgarme a… ¿Nada, quizá? Fecha: 24/08/1989 Juno es mi amiga. Eso de ignorarla no funcionó porque nuestros gustos musicales son realmente parecidos. Somos buenos amigos, ella entiende que ya no puedo, no quiero y no me interesa querer a nadie, pero sabe que la quiero, como amiga la quiero. Me trae discos nuevos de música nueva, me trajo un disco del futuro, Donde los ponys pastan se llama, y el grupo Porter se llama. ¡Ya quiero ir al futuro, qué buena música hacen! Juno es mi amiga y es feliz. Me comprende y se ríe de mis tan-malos-chistes, se queda en las noches de tormenta y me abraza cuando tengo frío. Juno es mi mejor amiga y no pude evitar empezar a quererla. Espero ella no pertenezca al club H, espero no. No, no parece. Faltan hojas Dadá, faltan hojas. Si Ópalo, algunas perecieron en la guerra y otras simplemente volaron con el viento, el viento las hizo volar, el viento se las llevó. Pero ahora entiendo… algo de ti, algo. Me mira algo asustada pero me abraza, parece que no le ha agradado lo que leyó…

Crees ver, entender, crees. ¿Ahora me ves? Digo perdido, de nuevo, perdido. Fecha desconocida. Hoy acabé mi carrera, hoy soy filósofo. Quisiera ir al futuro a ver si en el-futuro todavía soy filósofo. Me aburro mucho acá. Juno se ha ido al viejo continente a hacer su… Pos-gra-do. He sido abandonado, aunque de una manera muy linda y por una buena causa, espero Juno vuelva pronto, espero, la espero. Y ojalá me pueda ir pronto yo también. Ópalo pasa las hojas de afán, como queriendo saber si falta mucho para el final. Pero… ¿Acaso hay un final? ¿Acaso las cosas tienen que tenerlo? Quizá sencillamente algunas historias no lo tienen porque sus personajes son eternos, eternos como las noches en Yugoslavia, eternos como cada día al lado de Ópalo, a quien encontré por casualidad, ¿O la casualidad nos encontró? Quizá ella no está buscando el final, quizá solo busca palabras, palabras importantes, recuerdos… Quizá ella solo quiere saberlo todo, entenderlo todo, entender-me, armarme, conocer-me, me quiere, quiereme. Se detiene por un momento y observa el mar. Bello el mar dice, guapo el mar es, guapo. Tiene el color de tus ojos en invierno y en otoño. Quiero saber de qué color son en verano y en 105


primavera, quiero saber cómo se ven bajo la luz fluorescente y bajo la luz de tungsteno, bajo la luz roja de mi rojo… corazón rojo. ¡Pero dime algo Dadá, no te quedes callado! Callo porque siento el irrefrenable deseo de besar-su-boca-roja. Y lo hago, lo hago sin más. Siento como su alma entra en mi cuerpo en una bocanada de aire, como baila con la mía el No-baile inventado por nosotros en algún sueño, en algún utópico presente-pasado, en algún encuentro nocturno en algún parque lejano… Siento todo de nuevo, vivo de nuevo, hasta es probable que pueda recordar si ella sigue besándome, si seguimos besándonos, si la sigo besando. ¿Qué sentirá ella? ¿Acaso también querrá desmayarse? ¿Acaso cierra los ojos porque quiere irse conmigo a otro lugar, aún más bello que este? Quizá quiere volar muy alto, muy muy alto como Ícaro pero sin que se le quemen las alas… ¿Querrá ella volar conmigo? Lo pensé yo pero Dadá lo dijo en voz alta. Ópalo abre los ojos y se detiene. Se detiene solo para responderme. ¡Sí, sí quiero volar! Me mira dulcemente por un momento y luego agacha la mirada, como si fuera muy tímida, como si muy tímida fuera ella. Quiero hacer muchas cosas Da-dá, quiero dibujar un mundo entero para que podamos vivir en él, quiero escribir

lo interminable a tu lado, quiero que nos quememos, como solo tú y yo sabemos hacerlo. Y volar. Sueño de una mañana al lado de la bellísima Ópalo. Día: Desconocido. Lugar: Un juzgado-hospital. ¿Recuerdo nuevo, o sueño nuevo? Doctores y jueces de Innombrabilandia: Hacerme entender no es realmente mi objetivo. No sé hacia donde se ha encauzado esta historia en mi larga y no-realmente-placentera ausencia, pero espero aún entenderla. Si supieran ustedes lo que en realidad ocurre… Si supieran ustedes que mis vacaciones han sido forzadas y que realmente me cuesta dejar de escribir, quizá ustedes y las personas que me cruzo por la calle me regalarían una máquina de escribir en cada esquina, en cada parque, en cada estación del tren. Deberían ustedes saber cómo extraño esas épocas en donde a uno le regalaban una máquina de escribir en cada esquina, en donde uno se tomaba un café con la esperanza de tranquilizar a los demonios que habitaban este traje corpóreo… Cuando reinaba la ansiedad, al darse cuenta que era imposible que Søren y Dadá se hicieran entender en un mundo de ciegos, de sordos, de mudos, de totales… Silencio. Escribir para mí ha sido el equivalente de hablar para un humano normal. La gente a veces cree que porque un Søren 106


y un Dadá no son buenos articuladores de palabras… ni son un buen estereotipo de persona, ni tienen nada adentro. Pero lamento decirles a esas personas que están equivocadas. (Quizá ustedes, doctores y jueces.) Las deidades lisérgicas no me dotaron con el don de hablar ni con el de expresarme hábilmente con mi cuerpo, por ende no sé bailar, ni coser, ni tejer, ni recortar, ni dibujar, y muchísimas otras cosas… pero sé escribir. Tal parece que mi naturaleza me condena un poco. Tal parece que mis maneras se ven un poco insensatas cuando se ven salpicadas por tanta…. ¿Realidad? Pero nada puedo hacer. Afortunadamente o desafortunadamente, (aún no lo sé) fui dotado con un traje corpóreo más o menos bello y adecuado para convencer hasta la gente más reacia con una linda mirada, aunque también para enloquecer a cualquiera con mi indiferencia. ¿Cómo algo tan bello no se puede fijar en mí? Repiten los egos de quienes ignoro, repiten las bocas de quienes no beso, repiten las miradas de quienes no miro… ¿Cómo alguien tan bello puede ser tan cruel? Todo un enigma, hasta para mí. En verdad eso es lo que piensa la gente, pero uno no es cruel ni despiadado. Solo aprendió a no-comportarse. A des-comportarse en ambientes hostiles, en ambientes normales, en ambientes trágicos y en ambientes cómicos. Realmente eso de gustarle a todo el mundo nunca fue un objetivo en mi

mal-llamada-vida, como el de tantos otros. Y aunque esto suene algo inverosímil, es cierto. No siempre quiero agradar y sé que puedo de-sagra-dar en cualquier momento, a pesar de mi belleza. Mucha perfección se convierte en error, en carga, en karma. Y yo no acepto la belleza, no acepto el error, no acepto la perfección. ¡Oh! ¿Pero acaso la gente quiere que yo sea agradable? También puedo ser un don Søren-súper-educado y aparentemente-realista si desean… Pero no ahora, ahora estamos resolviendo un conflicto mental agudo con Dadá. ¿Verdad Dadá? ¡Dadá, pero no te quedes callado, di algo! Respetados jueces, Dadá no desea hablar en este momento, está aterrado. Cree que estoy arruinándolo todo una vez más pero no. No lo hago. Verán, sé que ya soy libre y sé que la policía ya no me persigue; es por eso que deseo infinitamente que me sean devueltos los recuerdos que incautaron de mi mente cuando entré al sanatorio. Sé que es mucho pedir, pero si no es mucho pedir, lo pido. ¿Pueden por favor devolverme mis recuerdos? J amarilla está sentada en el tribunal, pero de repente huye. El juez lo nota y grita algo ofuscado: ¡DETÉNGASE, J. AMARAILLA! Usted posee información valiosa. Deténgase señorita, deténgase. Usted sabe perfectamente que estamos intentando solucionar el misterioso caso de la falta de memoria de Dadá y usted tiene bajo 107


su custodia material que podría ayudar a resolver este misterio, pues nosotros no poseemos los recuerdos incautados en el sanatorio. Usted los guardó, ya que era usted quien se hacía cargo de Dadá por aquél entonces… J. Amarilla mira silenciosamente a los guardias. J. Amarilla no quiere detenerse, ella huye horrorizada y llorando, ella huye. Huye de no sabemos quién… Quizá huye de Dadá, o quizá huye de mí. ¿Qué le habremos hecho? ¿Por qué ahora está huyendo? ¿Søren y Dadá? Dice el juez, algo confundido. ¿Acaso no eran una sola cosa-persona-ente? No, no lo son señor juez, dice… Algún testigo de este juicio. ¿O sí? Como sea… ¡Guardias, detengan a esa mujer! ¡Quítenle las películas ahora mismo! *** 9:30 A.M. ¡Dadá, despierta! Se hace tarde para volver a la ciudad y debo trabajar, debo dibujar, debo dormir, debo… ¡Tantas cosas debo! Vieras, no he pagado los recibos… Ópalo sonríe al ver que abro los ojos, pero yo me siento confundido. ¿J. Amarilla? Quisiera saber quién es y si en verdad tiene mis recuerdos. Me pierdo en los ojos de Ópalo, me pierdo porque no hay, ni habrá mejor lugar para estar mientras estás

despierto. Yo no veo nada más a veces, a veces nada más veo. Decido que es conveniente preguntarle a Ópalo si conoce a esa persona. Tú, Ópalo, que tienes un vínculo tan fuerte con… Alguna parte de mí, quizá mi alma, quizás mi ser, quizás, quizás… Quizás, dilo Dadá, dilo. ¿Sabes quién es J. amarilla? He soñado hace un momento que estaba en un juzgado, y que ella huía con mis recuerdos. No vi bien su rostro, pero su onírica presencia se me hizo muy familiar. Yo… yo lo sé. Pero es azar, es azar. Ella es una ar-tis-ta conceptual de la URSS, ella… Ella fue conmigo a la academia. Expuso hace poco en el Volgograd Museum and Exhibition Center su obra: LO QUE DADÁ ME QUITÓ. Eran cortos, cortos que se repetían y se repetían en un gran salón oscuro. Una y otra vez, una y otra vez… Películas grabadas en 8 MM donde salía Amarilla-mitad-gris y un Dadá-mitad gris también, un Dadá idéntico a ti, idéntico a… ¡Eras tú! Y esas películas deben ser tus recuerdos… ¡Arte eres tú! Dice emocionada, pero yo me enojo, me enojo demasiado. ¡Yo no quiero ser arte! Yo quiero mis recuerdos de vuelta, para reproducirlos en la soledad del teatro Dadiano, abandonado por la llegada del Betamax a Innombrabilandia!

108


Yo quiero ver esas películas de nuevo en el teatro Dadiano… ahora a tu lado, ahora contigo. Debe haber una manera de recuperarlas… De seguro la hay, pero ni siquiera sé dónde está J. Amarilla ahora, no sé ni siquiera si pueda hablarle… creo que el título de su obra es algo hostil conmigo. Digo algo trsite. Ópalo gesticula un poco con intenciones de hablar, pero yo no la dejo. Si-len-cio Ópalo, necesito pensar un momento. No te vayas, solo… ve y corta una amapola si quieres, o corre en el campo si quieres, o mira el mar conmigo si quieres. Digo desganado y aburrido, muy triste muy, de repente. Ópalo, algo resignada se sienta justo en el borde del acantilado y con sus ojos me dice que esperará sentada pacientemente, sutilmente, voluntariamente. Guardo silencio y miro el mar. ¡Qué confundido me siento! Cumplo lo que digo, ahora nada digo, ahora solo pienso, pienso por un momento, por un momento… Quisiera saber que le quité a Amarillamitad-gris, quisiera saber a qué nivel de lo-cu-ra ha llegado, quisiera tantas cosas saber… Esto me pone algo triste, siento que soy solo una obsesión, una obsesión por encontrar mis recuerdos, pero… ¿Para qué los quiero? Si me los robaron, si los perdí, si los encontraron, si son arte… ¿Para qué los quiero? Si el silencio de mi memoria

es mi obsesión, mi vida entera ahora… ¿Para qué quiero yo mi vida de antes? Para qué quiero yo esas películas, esos momentos, esos… Esos. ¿Para guardarlos en cajas cada vez que me mude, para ordenarlos por colores, por tamaño, por forma, por cantidad de dolor, por cantidad de felicidad, por duración, por fugacidad, por…? Hay tanto que hacer con los recuerdos, que ni sé ya que hacer con ellos. Quizá J-amarilla me quitó mis recuerdos en venganza por haberle quitado… Eso. Eso que le quité… ¿Qué será? ¿Quién será J. Amarilla? Me recuerda a Yoko Ono, me recuerda unas canciones que no recuerdo, me recuerda el absurdo de vivir, el absurdo de vivir sin electroshocks, de vivir cayendo, de vivir mu-rien-do, como todos. ¡Qué angustia siento! ¡Qué triste me siento de repente! de repente, como siempre todo de repente… No me he curado, no me curaron, no me curo yo, no me curó el sanatorio, por lo visto. Triste, de repente. Espero Ópalo no se dé cuenta de mi tristeza, ya que es momentánea, como mis momentos de lucidez. Ópalo decide levantarse y empieza a dar vueltas a mí alrededor, sacando chispas con un encendedor… Bang, bang, bang, bang… una y otra vez, y mientras corre a mi alrededor, como si fuera yo una especie de sol y ella una especie de planeta, grita cosas al azar, o al no azar…

109


Sabes Dadá, J. Amarilla les quitó el color a las películas, las convirtió al formato: Gris.

para anotar las que faltan y por qué no… ir a buscarlas a ver si encontramos el baúl con tus recuerdos en tecnicolor.

Todo es tan gris… Recuerdo una de las películas muy bien: Estaban caminando en un pueblo desconocido y lejano, había niebla pero a lo lejos se veían unas estatuas de indígenas gigantes y luego llegaban a una casa también-gigante y muy antigua. Dentro de esa casa había discos de acetato colgados en las paredes… Había cuadros, había un jardín. Y estabas tú, Dadá, estabas tú paseando por aquél jardín donde nadie nunca pasaba, estabas tú, con tu cara seria, como queriendo huir de todo, de todos, de tus recuerdos, de ella, de ti… de lo que eras.

Las coordenadas eran las siguientes, las anotaré en tu diario para que no las olvides:

Puedo apostar que era Søren, yo no tengo cara de serio. O estoy triste o estoy sonriendo… Solamente, solamente. Me faltan emociones y a él también. ¡Ay! Como quisiera recordar. Cuando estudiábamos en la academia, a Amarilla le gustaba enterrar cosas… Dice alegremente-nostálgicamentetristemente. ¡Ópalo! Quizá aún existan las películas originales a color de mis recuerdos en algún baúl enterrado en algún lugar de la URSS, junto a viejos libros y viejas cartas de casi-pero-nunca-amor. Ópalo se detiene y se sienta en frente mío, muy sería me dice: Ahora que lo recuerdo, en cada reseña había un código… Unas coordenadas, tal vez. Recuerdo muy bien una, pero tendríamos que ir a ver la exposición

16°01′14″N - 24°05′15″N ¿Qué habrá allí? Quizá un aeropuerto, quizá un cementerio… ¿Dónde estará? ¿No dirá nada tu diario sobre J. Amarilla? Voy a ojear página por página a ver que encuentro… Ópalo se detiene. Encuentra algo, encuentra una pista… Pero la página está incompleta. Fecha: 02/02/1990 J. Amarilla cumplió BÖ años, pero odió el pastel que le regalé. Lo tiró por la ventana y Salió corriendo a tomarle mil fotos, para recordar lo Mi-se-ra-ble que es este día para siempre. Yo lloro ahora y ella ríe. Detesto que… Incompleto. ¿Qué detesto? ¿Acaso fui el amante de una Ar-tis-ta conceptual que odia los pasteles y odia a los Dadás y Daditas y por eso robó mis recuerdos? O quizá Amarilla es cleptómana, solamente. Dice Ópalo con su voz detectivesca. Cleptómana como los gorilas de la película que reproduce 1.600 veces al día en una galería semiabandonada del centro de San Petersburgo… Lo sé porque le he 110


seguido la pista. También tiene una exposición de pavos reales muertos en Moscú. Lo sé, porque la seguí por toda Rusia el año pasado. Quería saber si tenía más exposiciones donde pudiera yo ver tu rostro, quería saber cómo encontrarte, quería conocerte. Bang, bang, prende un cigarrillo mientras yo atónito la miró, como queriendo decirlo todo, pero no digo nada, nada digo, nada me dice. Nada. Bang, bang. Bang, bang. Todo en cámara lenta.

También había unos porcentajes que indicaban con claridad, cuáles eran los colores que vivían en tus ojos y en qué cantidad se expresaban. Los recuerdo bien: Verde musgo: 33% Amarillo narciso: 33% Rojo coral: 33% Rojo Oxido: 1% Son colores realmente extraños e inusuales los que viven en tus ojos.

¿Y tiene más exposiciones donde la gente pueda ver mi rostro? Le pregunto con los recuerdos en la punta de la lengua… ¿Quizá? Sí, hay otra en Kiev. Dice mientras bota el humo del cigarrillo lentamente, musicalmente… Y sonríe. Esa exposición se llama: LA OBSESIÓN EN SUS OJOS. (Particulares, particulares son.) Decía la reseña que tú nunca te habías visto en un espejo y que por eso no sabías que tus ojos eran como las hojas del otoño Islandés que tanto recordaba Amarilla.

111


¿Quién soy? Vivo en un Deja-vú constante, En un junio, en un agosto que no terminan… En mil momentos que parecen uno solo, el mismo… el inmutable uno. ¿Y qué? No voy a hablar de ello, no voy a pensar en ello. Mejor pienso en mí, mejor me veo; me veo en un recuerdo donde comprendo que vivo en un Deja-vú, donde los sucesos no cambian mientras devienen ante mis ojos, donde las prisas no me dejan respirar, donde el aire se hace pesado, el presente se hace recuerdo y el futuro… el futuro es solo el mismo Deja-vú inevitable, otro recuerdo que está a punto de acontecer en cada segundo, en cada respiración, en cada acorde…

112


En el tocadiscos: Mozart - Requiem in D minor. Silencio hay, silencio hay. Andy, en cama y muy amarillo: Lo del bosque está bien, pero es hora de que termine. Lo de vivir está bien, pero hoy sé que estoy muriendo. Lo de soñar está bien, pero la narcolepsia no. Me duele, me duele la vida, me duele la voz, me duelen las letras… Miren como ha terminado, tan roto y frágil… ¡Yo! Un gran director de cine, un gran personaje del Jet-set, un gran, gran, gran hombre… Merezco un gran final, merece mi obra un gran final. Ópalo, Andy está muriendo… Afirmo con voz melancólica y de color azulreal. ¿Ópalo? ¿Dónde estás? No la veo, quizá se hizo arena, quizá se hizo melancolía, quizá se fundió con Saudade y sus secuaces... No está. Mi piel se eriza sin ningún motivo, como cuando era pequeño y mis traviesas manos rompían cosas, rompían personas, rompían sueños… ¡No recuerdes Dadá, no recuerdes más! ¡Si recuerdas algo más, me veré obligado a golpearte! Søren se enoja y me tapa la boca para que no hable más, pero no funciona por mucho tiempo, porque le muerdo la mano y desesperado se intenta zafar, le está doliendo, le está doliendo tanto como a mí el no tener certezas, le está doliendo tanto como a mí el no poder soñar, y le duele a él también, en igual medida, el

que Ópalo haya desaparecido y solo haya quedado en mis manos arena, fría y roja arena... Como si Ópalo se hubiera pulverizado entre mis dedos, como toda mi vida, mis recuerdos, mis personas favoritas, mis encuentros furtivos, mis sentimientos, mis cosas, mis certezas… ¡Y ahora el bosque! Caigo rendido entre las amapolas y contemplo el bosque, miro entre los árboles, sospechando presencias, alimentando tulpas, sintiendo miedo, miedo siento yo. Y Søren… Søren angustia siente. Abro bien los ojos y así se quedan hasta que el frío me hace cerrarlos por un momento. Uno, dos, tres. Tres, dos, uno. Mil imágenes se congregan en mi memoria para ser recordadas, mil películas de 8mm esperan pacientemente en una fila india frente a mis rosados parpados para entrar al cine Dadiano y colocarse en el Proyector de películas FH99-35/70 recientemente cambiado por la chica del… Abro los ojos temerosos. Temerosos se abren los árboles. ¿Buscan en mí respuestas? ¿Respuestas busco yo? Escucho pasos, escucho ruidos, escucho un canto, un canto gregoriano tal vez, o un canto de los… Los otros, los “ellos”… Miro petrificado el bosque, y mi atenta mirada se pierde, se pierde pero observa, observa cómo se aproximan lentamente unos hombres vestidos con túnicas de color blanco y máscaras inexpresivas (blancas también) 113


cantando melodías nefastamente satánicas, molestas, perversas…

linces de montaña hambrientos, hambrientos y feroces…

Un, dos, tres,

Mis músculos se entumecen aterrorizados y yo solo anhelo desaparecer, no quiero ser quemado como mis hermosos robles, no quiero perecer en lo divino, no quiero ser cenizas también…

Un, dos, tres, Un, dos, tres. Marchan delirantes y extasiados los hombres, y sostienen en sus manos antorchas que desprenden lo divino, pero lo pervierten… ¡Ellos pervierten lo divino porque están quemando el bosque, están quemando mis preciados robles! ¡Mis tristes robles, mis melancólicos robles que lloran, lloran deseando la lluvia, lloran deseando no arder! Y los gritos resuenan en mi mente, en el cielo, en la tierra… Grito, grito en el miedo, grito en la desesperación, grito en el nefasto evento que acontece… Están quemando mi lugar seguro, están destruyendo lo que se veía tan sólido, tan fuerte, tan sublime… y de paso, me están destruyendo a mí también. Y uno por uno los robles lloran lágrimas de sangre blanca mientras arden, y yo impotente me hundo, me hundo entre las amapolas que me ven llorar, desvanecerme, transformarme en una roja criatura, roja, temerosa y triste criatura. Seis de los tal vez treinta hombres extraños, se acercan a mí lentamente. Y si tuvieran ojos, me mirarían fijamente, como si fuera yo un venado y ellos unos

Yo sigo de rodillas, con mis manos llenas de arena y mi rostro lleno de lágrimas. Uno, de los seis, de los treinta hombres se pone frente a mí y con una suavidad casi calculada, levanta con su mano derecha mi cabeza y con la otra se quita la máscara inexpresiva y blanca. ¿Me recuerdas? Dice susurrando. Al ver su rostro, me percato de que es una mujer. Sus ojos son tan negros como los pozos que había en la vieja casa donde vivía cuando era muy joven, su cabello es rojo como la sangre de un toro y su piel es de porcelana. Temo responder su pregunta, porque siento que la conozco pero la desconozco, y es probable que sí la conozca, pero no la recuerde, por lo tanto no la conozco. Y puede, y asumo por sus palabras, que ella si me conoce a mí, entonces podría yo estar en peligro si digo que no, pero también si digo que sí… Mejor no digo nada. ¡Pero no te quedes callado, muchacho! ¡Di algo! La miro temeroso y es probable que mis ojos hayan respondido su pregunta.

114


¡No temas, muchacho! Solo quiero entregarte algo. Dice con un tono de voz sospechosamente amable. No me fio de ella, no me fio de nadie aquí. Corro mi cabeza bruscamente para zafarme de su mano y retrocedo. La miro confundido y al fin pregunto. ¿Quién eres? Ella sonríe como si fuera esta la pregunta más obvia e inocente del mundo, y me mira con bondad, sospechosa bondad que parece ser más la antesala de una desgracia, que una autentica muestra de piedad. Soy Amarilla, Amarilla Ruina. Y no se me hace extraño que no me recuerdes… por lo visto nunca te importé. Pero sabes, yo no puedo olvidarte, yo no puedo dejar de hacerte arte, no puedo dejar de ver todas las cintas llenas de tus recuerdos… ¡Ah, querido! Si vieras los lindos recuerdos que tengo de tu vida, si supieras lo bien que te conozco y los instantes de tu vida que tengo bajo mi poder… Suspira enloquecida recordando y al escuchar esto, Søren se muerde las mejillas y como un Lobo enojado se lanza hacia ella, buscando venganza. ¡Devuélveme mis recuerdos! Dice Søren casi aullando y lleno de ira. ¡Devuélveme tú lo que me quitaste, Da-dá! Responde Amarilla enojada. Søren la tumba al suelo y en su enojo empieza a manotear y a golpear a amarilla, yo veo toda esta escena en cámara lenta y pienso…

¿Qué le quité a Amarilla? Pienso, pienso, pienso… miro a Amarilla a los ojos y llora, llora de dolor, de amor, de impotencia… Ella llora. Me conmueve y retiro mis manos de su cuello. ¿Qué te quité? Pregunto arrepentido y temeroso. No lo recuerdo Amarilla, no recuerdo nada. Dime que es, dime y te lo devuelvo, lo juro. En una astuta maniobra, Amarilla me somete contra el suelo y amarra mis manos llenas de roja arena, amarra mis piernas y junto a los cinco me arrastran hasta el borde del acantilado. Así estás mejor, Da-dá. Dice sonriendo. Hay cosas que no se ven, pero se sienten. Hay cosas que no se compran, pero se ganan. Hay cosas que no se pueden tocar, pero se pueden sentir. Y hay cosas que puedes perder, pero jamás recuperar. Aun así, estoy aquí para que me devuelvas lo que con tanto amor te di. ¿Quieres saber qué es? No digo nada. ¡Responde o te golpeo! Grita uno de los cinco enmascarados enojado. No-digo-nada. Se acerca a mí y me patea, me patea varias veces en el estómago y en la nariz, mi pobre nariz… ¡Responde! Grita aún más enojado y amenazando con patearme de nuevo. No-digo-nada.

115


El hombre se agacha, y con un puño me destroza la boca.

están todos mis recuerdos y unas cartas…

¡Habla! ¡Habla o te mato a golpes! Dice desesperado el hombre.

¡Dame mis recuerdos, dame mis recuerdos! Suplico impaciente y temeroso.

Ya desganado y triste, respondo que sí, que si quiero saber. Amarilla sonríe y llora, pero responde. Devuélveme mi primer beso. Necesito enmarcarlo y volverlo arte, necesito que todo el mundo se dé cuenta de lo miserable y crédula que fui al darte lo más valioso que tenía. ¡Devuélveme la inocencia y la fe, devuélveme la vida! Es imposible devolver un primer beso, tendría que devolver el tiempo y mi maquina no tiene combustible, ya que funcionaba con mis recuerdos, que por cierto, no tengo. Sí, si puedes devolvérmelo. Hay dos cosas que debes hacer para lograrlo. Me mira con esperanza, se acerca a mí y me besa, besa mi ensangrentada y rota boca, saborea mi sangre, toca mi rostro, toca mis manos frías y las desata, las desata para ponerlas en su cuello y vuelve a poner sus manos en mi rostro, mi dolido y rojo rostro. Todo es rojo ahora.

Nunca hicimos ese trato… Aparte, eso fue solo la primera parte. La segunda es un poco más compleja. Cierra el baúl y le toma muchas fotos, muchas fotos toma. Y luego lo abre, lo abre y estira la túnica llena de sangre y le toma muchas fotos, muchas fotos le toma. Y luego, y luego cierra el baúl con todos mis recuerdos. Los cinco me retienen, los cinco me agarran con fuerza de los brazos, las piernas y el torso. No puedo hacer mucho así… Amarilla arrastra el baúl hacía la orilla del acantilado y lo tira, lo tira sin reparo, como si estuviera botando basura, como si estuviera botando algo que le pesaba y que ahora ya no será nunca más para ella una carga. Luego…

Y siento como sale aquél primer beso por mi boca y se vuelve a fundir en su interior, vuelve a darle vida y se vuelve uno con los latidos de su pequeño corazón Amarillo. ¿Soy libre, verdad? ¿Soy libre, Søren? ¿Søren? Al terminar el proceso, se limpia toda mi sangre con su blanca túnica y se la quita para guardarla en un baúl donde 116


Miro su boca pálida y ya sin ganas de nada, leo sus labios que dicen… D-é-j-e-n-l-oC-a-e-ra- É-l-

Y quizá recuerde, o quizá no. Y entre mi desespero al verme ahogado y mi valentía de querer permanecer vivo, solo hay una frase:

T-a-m-b-i-é-nJ-u-n-t-oC-o-n-

¡Cómo quisiera recordar!

S-u-sP-r-e-s-u-m-i-d-o-sR-e-c-u-e-r-d-o-s. Y sin más, me dejan caer. Y voy cayendo, lentamente, silencio, en llanto, en dolor.

como se dice que los muertos recuerdan: Todo en una microcinta que se reproduce tan rápido, que uno solo tiene tiempo de sentir algo de nostalgia e impotencia.

en

Y caigo, caigo sin más. Como si mi cuerpo fuera solo un costal lleno de piedras, de espinas, de rosas, de… Y el mar tan frío me abraza, pero yo no siento repulsión; por el contrario, lo siento tibio, lo siento tranquilo, lo siento ameno. Y la vida ya no me abraza. Pero no es de mi preocupación aquello, porque tal vez jamás fui abrazado por ella. No, quizá jamás viví por ser solamente el vestigio de un deseo que se desvaneció… Quizá soy solamente el hijo no deseado de la vida, el castigo de un Demiurgo cruel… Y recuerdo. Al ver como el choque de las corrientes del mar abre el baúl, dejando salir todas las cintas y las fotos de mi vida… yo recuerdo. Recuerdo

Y ya no lucho, si me desespero por salvar mi vida, quizá mi muerte sea aún más horrible; es evidente que no podré sobrevivir a esto. Pero a pesar de todo, es horrible sentir como mi cuerpo deja de respirar, como se entumece cada músculo y como el agua se hace cada vez más pesada, o yo me hago más débil… Cierro los ojos, para morir en calma. Pero no sucede, no sucede y siento una presión extraña en el cuello; dos manos, dos manos me ahogan, dos manos me hunden, me impiden sentir la calma que tanto anhelo… ¡Recuérdala! ¡Recuérdala! ¡Dahlia! ¡Dahlia! ¡Dahlia! Grita una voz tan parecida a la mía, grita Søren, grita Dadá, ¡grito yo! Y en un último esfuerzo por permanecer con vida, trato de poner en mis manos esas viejas-fotos-unicolor que guardé hace tanto tiempo… y es Ella. Ahí está, ahí está sentada, y veo su rostro, y veo el parque y los árboles, y su sonrisa, su linda sonrisa… ¿Y dónde está? Debo buscarla, debo vivir, debo nadar, debo 117


desatarme, debo correr, correr como antes, correr entre las hojas secas para ir a verla… Debo…

Andy, el narrador. Pdta: No ha muerto de cirrosis, está en el hospital sometiéndose a un largo tratamiento a base de Yogur-sodaespinaca-manzana.

*** Sueño aleatorio cercano a la muerte: ¡Qué horrible es sentirse embargado por el sentimiento del abandono de nuevo! Parece que todo esto se está repitiendo pero no recuerdo bien que ha pasado… ¿Mamá, papá? Estoy solo de nuevo y solo soy un niño, ¿Por qué me han abandonado? Esta chimenea es demasiado estrecha para huir, pero creo que mi cuerpo cabe, no quiero quedarme ni un segundo más en esta horrible casa llena de fanfarrones que dicen ser mi familia pero que lo único que quieren es el dinero que dejó mi padre… ¡Adiós ambiciosos, adiós! Sin mí, no tendrán el dinero. ¿Mamá, papá? ¿Acaso alguna vez los volveré a ver? ¿Tengo diez años o han pasado diez años desde que no los veo? El miedo y la ira me invaden, las calles son grandes y solitarias, la policía las patrulla y yo no sé hacia donde debo dirigirme… ¿Dónde están todos? Tengo tanto miedo que no quisiera estar muerto…

¿Qué está pasando aquí? No puedo ir al baño por un periodo prolongado y considerable de tiempo porque en mi ausencia ustedes solo desean asesinar al chico…. Y ahora, usaré una voz dramática para decir esto: ¡Diablos! ¡Dadá no puede morir…! ¡Rápido, rápido, traigan una tina llena de agua y coloquen al chico dentro de ella! ¡Pero rápido, lo veo tan azul, tan morado, tan moribundo…! Señor director, ya está. ¿Cuál es el plan ahora? Ahora, hagamos que abra los ojos y se dé cuenta que está vivo. Luego… ya veremos. ¡Acción! *** Y al abrir los ojos, me doy cuenta de que efectivamente es Søren quien me está ahorcando. Y antes de intentar liberarme, me concentro en sus ojos que me miran con rabia, haciéndome saber que me desprecia; me desprecia tanto por no recordar, que proyecta todos sus defectos en mí para no tener que aceptar nunca sus errores, me desprecia tanto que cree que soy un monstruo egoísta, narcisista y odioso, sin darse cuenta que solamente está mirándose al espejo, sin darse cuenta que a quien ahorca con tanto fervor es a él mismo. 118


Quisiera que se detuviera, quisiera hacerle saber que ahora recuerdo, quisiera vivir, un poco más aquí… ¡qué cálido me siento! Y de repente… Un rostro pálido y temeroso intenta de múltiples maneras sacarme del agua, intenta que respire, intenta que mi cabeza tan mareada y mi piel tan morada vuelvan a la normalidad, al mundo tan lleno de… Bruscamente salgo del agua y respiro. El agua está tibia… Tibia el agua está. ¡Cuánto ruido hace mi cuerpo mientras sale de la… tina! ¡Cuánto aire hay en este cuarto, solo para permitirme vivir un poco más! ¡Respiro desesperadotranquilo-adormecido, respiro de nuevo! Y recuerdo… ¡Y grito! ¡Dahlia! ¡Dahlia! ¡Dahlia! Y estoy en sus brazos. Y hay Silencio. Si-len-cio hay de nuevo. Inconsciencia. Inconsciencia. Inconsciencia. Si existiera una máquina que pudiera medir la actividad de mi Yo-consciente, quizá estaría muy distraída intentando descifrar los garabatos que ha dejado a su paso mi Yo-inconsciente. *** Recuerdo alojado en la sub-memoriaDadiana. Fecha: Desconocida. Recuerdo la primera vez que fui al circo. Tenía 5 años y mi padre se había ausentado por un viaje de negocios, así

que mamá y yo decidimos aprovechar que el “großen deutschen Zirkus” estaba en la ciudad para ir a verlo. Había varias máquinas de algodón de azúcar, muchos perros acróbatas, unos payasos enanos muy simpáticos; un contorsionista, tres magos, un escapista, no sé cuántos equilibristas, unos malabaristas hippiesknup, un hombre viejo con un muñeco que hablaba… (Luego mamá me contó que le llamaban ventrílocuo y yo pensé… ¡Qué horrible nombre para un niño!) Y siete-hombres-traga-fuegos. Recuerdo que el director del circo estaba de pie ante nosotros saludando en alemán… Guten tag! Decía muy alegre, Guten tag! Decía jocosamente… y recuerdo haber visto todos los actos hasta que se cayó de mi bolsillo la moneda que me había traído papá de su último viaje al país del sol Naciente. Como siempre llegaba de noche y salía muy temprano a trabajar, antes de marcharse la dejó sobre mi mesa de noche con una nota de despedida. Al sentir que la había perdido, se formó en mi garganta un nudo horrible y un pavoroso afán de encontrarla. Entonces me agaché y me sumergí entre un millón de pies grandes-pequeñossucios-limpios… Y cuando estaba a punto de darme por vencido, la encontré entre la arena tibia, al lado de una tapa de refresco y una cajetilla vacía de chicles, que recogí con ilusión también, pero que deseché al ver que no tenía nada dentro. Luego, quise volver con mi madre, pero me había 119


sumergido tanto entre los pies-deotros, que me fue imposible encontrarla de nuevo. Me levanté supremamente angustiado del suelo, intentando encontrarla, pero no la podía ver por ningún lado, a fin de cuentas, yo era solo un pequeño en un mundo de gigantes. ¡Quisiera tener unos binoculares que encontraran a las personas! Pensé un tanto enojado; pero luego dejé de lamentarme y me dije: debe haber una forma de llamar la atención entre tanta algarabía… Contemplé el gritar, pero odiaba hacerlo… Eso era para niños llenos de caprichos y necedades. Al final decidí que lo más sensato era meterme en la arena del escenario, mover los brazos de arriba a abajo como quien pide ayuda desde una isla desierta a un barco en alta-mar y esperar a que mamá me viera. Así que cuando escuché a los payasos pedir un voluntario para sus actos, decidí correr hasta ellos y hacer que me alzaran para entrar al plató. Lo que no sabía es que los payasos me iban a alzar en sus hombros y a jugar conmigo como si fuera un muñeco de trapo… Por fortuna eso no duró tanto, porque mi madre me vio y fue a rescatarme. Aún recuerdo su rostro lleno de alivio al encontrarme de nuevo y mi inmensa alegría al verla correr hacia el escenario… Aún recuerdo su figura delgada y mediana, su blanco rostro adornado con pequeñas manchas en las mejillas, sus ojos verdes tan particulares que siempre me miraban con bondad, su sonrisa de actriz de cine de los años

20… su cabello rizado, castaño y largo que parecía no tener fin, y sus orejas llenas de candongas con las que yo amaba jugar… ¿Mamá, estás ahí? *** Y de nuevo en la realidad... Algo ahogado, mareado y confundido. ¿Cómo te encuentras hoy, dadá? Dice una linda enfermera que con esmero pone pañitos de agua tibia en mi frente. Tengo fiebre, pero al parecer el cariño con el que me cuida, hace que me sienta mejor. Me hace beber mucha agua fría y lentamente recupero un poco la con-cien-cia. Mejor, mejor estoy, por preguntar gracias a ti de doy. Respondo con voz débil y confundida. ¿Dónde estoy? En el sanatorio, pequeñín. Si mejoras, podrás ir a ver al psiquiatra hoy; tu chequeo se ha pospuesto varios días debido a tus terribles fiebres… ¿De nuevo en el sanatorio? Parece que sí, parece que no, parece que nunca salgo, parece que he salido mil veces, parece que es el hogar que tanto anhelo, que no recuerdo, que desprecio, que olvidé… ¿Fiebres…? He perdido la noción del tiempo… ¿Tiempo…? susurro para mis adentros.

120


La enfermera sigue con su trabajo y para no dormirme o ausentarme de la realidad, me concentro en su traje blanco; en su cuerpo, en sus senos medianos y su cuello adornado por una pequeña cadena de plata que tiene una medalla con su nombre. Dahlia es su nombre. Es joven, pero al parecer, yo soy más joven que ella. Su mirada es serena, pero parece un poco perdida, como si alguien que quisiera mucho se hubiera ido lejos. Quizá a otro país, quizá a otra dimensión, quizá a otro plano astral… Y sonríe, sonríe cuando nuestros ojos se encuentran.

sus manos como si buscaran ellas las mías. Aquí estoy, dice su voz calmada y arrulladora, como si supiera que todo lo que necesito, es una pizca de aliento para seguir viviendo.

Eres muy curioso, pequeño Dadá. Dice casi-riendo, casi-alegre, casi-aquí. También sonrío algo apenado, e intento preguntarle por qué su mirada parece querer ir a otro lugar, pero mis labios solo tiemblan. M, m, m… mi boca no puede pronunciar otra cosa.

Olvidé quién era. Olvidé a mis amigos, olvidé a los viejos-amores-gastados… Olvidé hasta tu rostro. No entiendo bien por qué, quizá estaba en la parte oscura de Innombrabilandia tratando de armar rompecabezas descoloridos y de revivir a mis amigos muertos a través de rituales de escritura automática... Tú sabes, la cotidianidad.

Quizá no sea prudente hacer preguntas, quizá ni siquiera hablar sea una acción prudente en este momento. Gris, todo es gris… Dice mi boca sin que yo se lo ordene. Así es todo aquí siempre, Da-dá. Así es todo en el pabellón de los tristes, en el gris, gris pabellón de los tristes… Y cierro los ojos por un momento, pero no para huir, sino para ver el rojonaranja-púrpura de mis párpados, para ver mi interior, para intentar hacer real el rojo… Tan familiar el rojo… ¡Mírame, mírame! Dice Dahlia mientras me seca con una toalla. ¡No te vayas! Recuerda, aquí estoy. Y estira

¡Dahlia! ¿Dahlia, de Innombrabilandia? Digo a media voz emocionado. Sí, soy yo. Ahora recuerdas. Responde con voz tranquila y más bien maternal. ¿Dónde has estado, pequeñín? Llevo meses sin verte en el jardín, ni en el piano, ni en la ventana de mi cuarto… Llevo meses esperando escuchar tu canto de pájaro-gato-Da-dia-no.

Silencio hay. Dahlia mira la ventana, la mojada ventana que la lluvia acaricia. Y lentamente clava su mirada en mí, su mirada que ahora recuerdo… Me desconcierta. Te extrañé. Dice su voz con aires de indignación y enojo. Vístete Da-dá, te vas a resfriar. Luego podemos ir a jugar al jardín y a sembrar flores, si quieres. La lluvia ayudará a que crezcan más rápido. Rápidamente tomo la ropa y me visto. Ella está de espaldas porque no desea ver mi desnudo-morado-y-frío-cuerpo, y yo no deseo que nadie, ni el espejo 121


me vea así, tan casi-muerto-casi-vivocasi-todo-casi-nada-casi-preterito-casipresente. Me visto rápido, y las blancas ropas cubren mis brazos pálidos y llenos de cicatrices, cubren mis hombros algo huesudos y también, llenos de cicatrices. También cubre la ropa mis moretones y demás hematomas, parece que tuve un largo viaje lleno de heridas y tribulaciones. Pero quiero ser optimista hoy e imaginar que ha terminado, que estoy en casa, que estoy a salvo. Y no sé bien cuál sea mi hogar, pero he recordado que mientras mi corazón esté cálido, todos los lugares pueden ser un hogar para mí. ¡Listo, vestido estoy! Anuncio feliz. Dahlia voltea y me mira. Me alegra que estés aquí. Dice con voz pausada y sonriente. Me viene bien verte. Caminemos, pequeño. Dice mientras me sostiene del brazo. Hagamos que tus músculos revivían, a ver si vuelves a escribir como antes, como cuando me dejabas debajo de la puerta una carta por día, o a veces más. Vamos, quiero que vuelvas a ser el mismo que eras aquél verano… Pero antes de salir de este gris cuarto, abrázame; necesitas calor, necesitas que mi voz llame a la tuya para que vuelva a cantar… Ven acá, yo puedo prestarte mi pecho y mi cuello un rato para que revivas… ¡Vamos, vamos Da-dá! Dice con una voz tan cálida, que siento que los fuertes rayos de los dos soles de Innombrabilandia calientan mis fríosnostálgicos-blancos-huesos.

*** Al salir del gris cuarto, al gris pasillo del gris pabellón, me siento diferente. Parece que casi-ahogarme, me ayudó a entender que estar vivo no está tan mal, y que recordar parece ser lo que nos mantiene en este mundo. Ya no quiero olvidar ni que me olviden, ya no quiero que me sangre la nariz, ya no quiero estar más en este encierro, ya no quiero perderme más películas francesas que estrenan en cine cada semana, y tampoco quiero morir. Da-dá, estás pensando en voz alta de nuevo, dice Dahlia sonriendo. Hace mucho no lo hacías. ¿Quieres ir a ver al psiquiatra ahora? Ya no tienes fiebre y te ves muy guapo, muy lúcido, muy tranquilo. La miro agradecido y respondo afirmativamente. Entonces la ruta habitual cambia, y me encanta poder recordar que hay una ruta. Ya no giramos a la derecha para ir al jardín, en cambio seguimos derecho, y caminamos hasta el fondo del pasillo. Recuerdo que solo he estado aquí unas tres veces: La primera, cuando me interné voluntariamente en 1993, la segunda vez, cuando dejé de hablar por días en 1996, y la tercera… hoy. 1999. ¿1999, verdad Dahlia? Si Da-dá, como la canción. Hoy es 21 de mayo de 1999. Suavemente, Dahlia golpea la puerta y luego de un rato, el psiquiatra abre. Y todo en orden: sus gafas redondas y 122


delgadas, su corbata a cuadros, su cara larga y blanca, su nariz de Águila, sus dientes algo amarillos, sus ojos grandes y azules… Su cabello casi-blanco-casinegro… y su bata de Doctor, de gran señor. Sí, todo en orden: Es el Doctor Van Daalen. ¿Ya no tienes fiebre? Dice sonriendo el Doc. Yo niego con la cabeza y sonrío, y es probable que hasta mis ojeras sonrían hoy. Gracias Dahlia, la llamaré cuando hayamos terminado. Ella se va sonriendo y todo tiene un aire grisagradable-tranquilo, como si el Demiurgo hubiera puesto todos mis discos de Post-rock y se hubiera quedado dormido… Y en lo onírico hubiera empezado a soñar con un acantilado en Irlanda y una cabaña de madera, con el vasto mar y el tan lejano-cercano horizonte que nos cuida, que nos permite sentir que vemos el fin, aunque no exista el fin. ¡Qué buenos son los discos de Postrock que tengo en mi apartamento! Doc, ¿Ha escuchado usted alguna vez Post-rock? Si, en mi juventud… hacia el año 2001. Confieso que me agrada mucho esa música, ha dado usted en el blanco Señorito Søren Dadá. Pero cuénteme… ¿Cómo se encuentra usted hoy? Lo veo tan sonriente, como nunca, como antes, como siempre… Ha pasado usted por tanto… Narcolepsia, fiebre, depresión… Lo miro confundido… ¿Narcolepsia?

¿Narcolepsia, Doc? No recuerdo eso… Mientras mira mi historia clínica, trata de resumirla, para mí, resumir. Sí, ha estado usted más dormido que despierto aquí. La depresión le generó una grave forma de narcolepsia que lo hacía dormir 18 horas al día… Tenía sueños dentro de los sueños… Probablemente llegaba a estados de (in) consciencia tan profundos, que descubrió sus peores temores y traumas sin ayuda de nosotros… Catalepsia, alucinaciones, parálisis del sueño… desde que llegó aquí, su caso me ha mantenido intrigado, fascinado… todos creíamos que era esquizofrenia o trastorno de múltiple personalidad, pero quizá erramos… Es usted un sujeto con un cuadro mental excepcional… Su depresión ha desencadenado en usted cosas muy buenas, sus diarios son una fiel muestra de lo que digo… Es probable que si publica todo lo que tiene escrito, vuelva a ser un gran escritor y pueda regresar a su vida norm… Bueno, quizá a una mejor vida. Atónito estoy. No recuerdo haber llevado un diario… ¿Una mejor vida? Cuando llegó… Continua el Doc, traía con usted un cuaderno, un cuaderno lleno de garabatos que aún tengo. Mire, me gustaría que lo leyera. Creíamos que nada tenía sentido, pues lo escribió usted casi moribundo luego de su intento de suicidio, pero luego nos dimos cuenta que en su casi(in)consciencia, había logrado usted 123


ahondar en problemas muy graves de su vida.

Tres poetas. Tres poetas. Realidad, desesperación, frustración… Muerte, muerte, muerte.

¿Problemas?

Muerte como generadora de vida. La muerte le da vida a muchos poemas.

*** Mientras tanto en Innombrabilandia: Al abrir los ojos, me encuentro con una blancura espeluznante. No sé dónde termina y tampoco sé dónde empiezo yo. Diarios Dadianos escritos en un casi-lechode-muerte. Año: 1992. Ojalá me pueda ir pronto, pues resultó que nunca me fui, resultó que sigo aquí esperando a que algo pase, y como raro, nada pasó. Pero si pasó, el volvió, miguel está aquí, de repente está vivo, o yo estoy muerto… lo veo, me salva de mi no-casi-retorcida-muerte llena de fractales y demás invenciones surrealistas de alguna mente enferma del siglo… ¿en qué siglo estamos? Hubiéramos sido tres… Somos tres. Anna, tú y yo. Pero solo tú quedas vivo… por eso estás tan viejo y tan lleno de cosas que tu joven cuerpo no ha vivido… somos tres. Se ha hecho muy difícil seguir el hilo así… Miguel, hubiéramos sido tres.

Dada el poeta, dada el niño que supera la pérdida de su mejor amigo con poesía… Lo horrible, es que para un país tan horrible, eso no es tan horrible. El suicidio no es algo tan horrible. Y el casi-suicidio se convierte en un acto insignificante. Sangre, dolor, muerte… todo lo que evades se materializa… ¿Por qué las cortadas en mis brazos nunca son lo suficientemente notorias…? ¿Por qué otras cosas si…? Por eso olvido, porque nunca nada fue suficiente hasta que de mis cenizas surgió algo…. Todo fue una pésima noticia desde el principio y así será en mi muerte. Un niño que nació por accidente en un país tan confundido como sus padres… ¿Qué puede ser? ¿Qué puede hacer? ¿Dónde encaja mejor…? en ningún lado. ¿Para qué vives después de que te quitan a tus padres? Que por cierto nunca tuviste, y que ahora lo poco que te queda de ellos se desvanece cada día más y más… se desvanece. ¿Por qué naces? 124


La vida es tan horrible aquí que solo tienes padre en tu temprana niñez, y cuando creces tu madre no es tu madre… nunca sabes quién es nadie realmente… en esta familia donde no hay padres, ni hijos, ni nadie. Disfuncionalidades cotidianas, desordenes cotidianos en un país donde el rey es el desorden… Libertad y desorden… Y no solo sufro yo, de hecho yo soy quien menos sufre. Al menos la suerte se apiadó de mí y me dio un techo, comida, ropa y educación… Pero, ¿A cuántos niños se les ha negado aquello tan básico e indispensable para sobrevivir en este horrible país? Yo no sufro tanto como ellos, pero sufro. Y no existe una escala de dolor valida, pues cada uno tiene una resiliencia diferente, y cada uno vive sus problemas de forma diferente… ¿Depresión? En un entorno amable se llama depresión, en otros más hostiles se llama estupidez, se llama pereza, se llama inutilidad… Desprecio es lo que tenemos. Desprecio es lo que nos dan, solo eso… solo eso a los bastardos como yo, que empezamos siendo un accidente, tuvimos una vida llena de accidentes, y luego… Terminamos como empezamos. Con un fatídico accidente llamado suicidio. Søren Dadá. 1992.

*** Atónito vuelvo a quedar, pero esta vez, recuerdo. Pero con el pasar del tiempo, usted siguió escribiendo, y sus diarios se volvieron más sofisticados… Continúa el Doc, al ver que he terminado de leer aquélla carta… Como puede ver, también tengo aquí su diario, Dahlia me lo ha facilitado hace unos días, pues creyó que había vuelto usted a escribir maravillosamente y quería que yo confirmara sus sospechas. Espero no le incomode que yo lo haya leído… Es algo netamente profesional… Mi rostro se pasma, como se pasma mi capacidad de procesar la información, información extraña, información estridente, información que llega tarde, temprano, a tiempo… que llega, finalmente. No me molesta Doc, respondo luego de mirar durante un buen rato el mueble café en el que guarda expedientes y demás papeles que de seguro nunca revisa. Pero sinceramente no recuerdo ni media palabra de ese diario. ¿Puedo llevármelo para leerlo con calma en mi habitación luego de nuestra charla? Sí, señorito. Claro que puede. Es más, lo considero necesario. Por ahora, tome estas mentas y cómase una a las 3:30 P.M. y desde ahí, cuente 6 horas para comerse la próxima. Le ayudarán a no dormirse y a permanecer alegre. 125


Está bien, Doc. Digo algo confundido, pero alegre por tener en qué ocupar mi mente. Ah… y vuelva mañana en la mañana, tengo algo importante que decirle. Dice ojeando un libro titulado: “locura y creatividad, el camino del genio excéntrico Ypres Klein”

que me había robado alguien, que había olvidado yo debajo de algún árbol en algún día de algún mes que ya no recuerdo… Bang!

Me despido y me marcho. Si fuera una película, probablemente todo iría en cámara lenta, e imagino la escena: Yo, sonriendo, caminando muy tranquilo con un cuaderno lleno de recuerdos… Mis recuerdos. Y Dahlia dirigiéndose hacia mí, para llevarme al parque a jugar… Ya no llueve, y aunque no hay sol, estoy feliz de salir un rato a leer. Bang. Bang. Bang. Podría desmayarme aquí mismo de la emoción, podría intentar recordar, podría irme a Innombrabilandia y fundar un nuevo-moderno-gigantesurreal-mágico-místico-indecenteauditorio-Dadiano lleno de nuevas películas en Blue-ray para que absolutamente todos los habitantes de mi adorado lugar seguro se deleiten con las maravillas que el séptimo arte ha puesto al alcance de todos los que pueden habitar dentro de la imaginación de un Dadá. De hecho… podría yo hacerlo más tarde, luego de leer los diarios que había yo perdido, 126


¿Cuántos años han pasado? ¿Cuántas noches he dormido? ¿De cuántos inviernos he salido vivo? Y… ¿En cuántas calles me he perdido? Tres, al parecer han sido tres. Tres, siempre tres.

127


Lugar: Innombrabilandia. Fecha: 1996. Importancia de los hechos: Alta.

forma, este lugar figuraba en los mapas, este lugar era mi hogar, es, será… ¿Será que sigue siendo mi hogar?

Estaba en el patio del sanatorio y de repente, como cosa ya habitual, me encuentro en Innombrabilandia. Pero algo anda mal… no veo a ninguno de sus habitantes y tampoco puedo distinguir bien qué es qué aquí y ahora. Intento abrir los ojos, pues puede que haya dibujado yo en alguna noche de pesadilla un mundo deformado en mis párpados, pero no es así; mis ojos están abiertos y nada tiene sentido.

Trato de distinguir sus rostros, trato de ponerles un nombre, de recordar quienes son, quienes fueron, quienes pudieron haber sido… Al menos para mí, al menos desde mi subjetivoextraño-y-confuso-punto-de-vista… al menos para mi alma, para mi corazón.

Las calles parecen ser fractales, las paredes de las tiendas de libros y discos también están hechas de fractales que se mueven sin cesar como si los arrastrara una corriente fluvial muy fuerte, como si mis ojos quisieran salirse de sus órbitas y adentrarse en mi cerebro, tratando de ver más allá de mi nariz, más allá de mis manos, más allá de mi cordura-razón-sensatez-sentido-no-tancomún… Trato de caminar pero mis piernas pesan demasiado. Trato de correr pero mi cuerpo parece estar entumecido por alguna extraña fuerza que al parecer, no es la gravedad. ¿Más fuerte? Sí, quizá sea más fuerte que. Entonces veo pasar un autobús, un autobús lleno de gente, de habitantes de Innombrabilandia que hace mucho tiempo no veo con los ojos abiertos, que hace mucho se han marchado de este des-fi-gu-ra-do lugar… Porque si, este lugar tenía

¿Significan algo sus ojos para los míos? Al parecer si, al parecer las miradas de cada uno de aquellos seres es reproducida en cámara lenta por mi mente; al parecer las leyes-quizá-físicas de este lugar me permiten detener el tiempo, acelerarlo, desvanecerlo y vivirlo a mi antojo; y al parecer es importante que yo utilice bien mi poder para descifrar los nombres de cada uno de los viajeros de ese bus. De repente llueve, llueve pero el agua que cae es tibia, tanto que me abriga y me permite concentrarme mejor para unir las piezas de este rompecabezas hecho de fractales que al parecer, contiene mis memorias. El bus se detiene, el semáforo está en rojo… Pero debo apurarme, debo pensar rápido, pues cuando el semáforo cambie a morado, el conductor moverá los cambios, y cuando esté en azul, hará que el bus arranque de nuevo y perderé para siempre la oportunidad de des-cubrir-me.

128


Miro algo desesperado el bus, miro algo desesperado sus caras y también algo desesperado, paso mis manos por mi cabeza, tratando de tranquilizarme, de pensar, de peinarme, de salir de esta con-fu-sión-auto-pro-vo-ca-da… ¿Auto-provocada? ¿Quién eres tú?

¡Chicles! quizá no quieren pisar todos los chicles que he botado a la calle durante toda mi vida con la excusa de que se descompondrán más rápido con los pisotones que les dan las llantas de los carros todos los días… tantos carros pasan por esta avenida desconocida que parece que mi idea si tenía sentido, tiene, tuvo… Pudo haber sido así.

Y sin que yo pueda prever absolutamente nada, todos los pasajeros se empiezan a bajar del bus lentamente.

Al fin pisan la calle, al fin suben al andén, al fin caminan más rápido y al fin decido contar cuántos son.

Y llueve. ¿Quiénes son, quién soy?

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.

Parece que cuentan los pasos, parece que sus parpadeos duran segundos, parece que no envejecen nunca y sus manos tiemblan tan despacio, que parece que estuvieran danzando entre el agua tibia que ahora también los moja, que ahora también los abriga, que ahora también los resguarda del olvido de mi mente enferma. Bajan en un orden desconocido, quizá ni siquiera lo tenga y aun así yo me empeño en descubrirlo, bajan cabizbajos, pensativos, taciturnos, como si fueran para un funeral o para un suicidio asistido, pisan los escalones del bus con un cuidado meticuloso, quizá porque corren el riesgo de resbalarse y morir… si es que ya no están muertos, o yo ya no estoy muerto, o simplemente la muerte no existe… pero de ser así, ¿Entonces por qué sus pisadas son tan cuidadosas?

Cinco recuerdos, cinco formas quizáreales-quizá-imaginarias de personas que conocí. Mente, mente que hace que ideas se solidifiquen en personas, personas que son lo que necesitamos, personas que alguna vez estuvieron tan cerca satisfaciendo caprichos, escuchando lamentos, sonriendo con nosotros, intentando hacernos respirar. Respirar, respirar… Soren y Dadá recuerdan, recuerdan uno por uno esos rostros, esos ojos, esos nombres que al parecer el viento y los agresivos fármacos se habían llevado… Todos vuelven, todos han vuelto, todos, dentro de un bus blanco, tan blanco como sus ropas, tan blanco como cada cosa en este lugar, excepto por el cielo que se ha tornado tan gris, que parece que en cualquier momento se lo tragará el negro.

129


Con la mayor rapidez que puedo alcanzar en este lugar, saco mi libretaimaginaria-de-apuntes-fugaces y escribo todo lo que pueda sobre cada uno de los personajes que han bajado de aquél bus. El primero es papá. Alto, de piel más bien bronceada, ojos rasgados y oscuros como el mar de noche, boca mediana, con una barba como la de uno de esos ilustres hombres del siglo XIX… cejas robustas, pero no asesinas. ¿Por qué te suicidaste papá? ¿Por qué nos dejaste solos? ¿Por qué elegiste el olvido y no el amor? ¿Cuántas botellas de vodka se necesitan para hacerte feliz? ¿Me amaste, o al menos amaste a mi madre? ¿Qué es lo que ocultan tus ojos, que esquivan a los míos entre lágrimas moradas? ¿Cuántos golpes crees que hacen falta para que puedas perdonar a tu padre que también te abandonó? ¿Cuántas palabras necesitas para responder a mis preguntas? Me mira de reojo y sigue caminando. Y entre lágrimas escucho que su voz entre-cortada murmura: “si pudiera suicidarme otra vez, lo haría. ¡Como odio ser yo!” La segunda es mi abuela. Su rostro lleno de arrugas sigue tan sereno como cuando murió, sus ojos almendrados y cafés siguen sonriendo como cuando me enseñaba cosas nuevas sobre el mundo. 1981. Su cabello corto y con canas sigue encrespado cayendo en su frente y cubriendo un poco sus

orejas. Su piel blanca con tres lunares me hace recordar el dulce de leche que me preparaba con tanto amor, y su saco color arequipe, las tardes esperando el tren en la ventana. ¿Cuánto tiempo ha pasado, abuela? ¿Recuerdas lo felices que éramos cuando era tan solo un niño? ¿Cómo es el paraíso? ¿Cuándo te volveré a ver viva? ¿En la próxima vida te veré, o también planeas no regresar? ¿Por qué no dejaste unos cuantos abrazos entre mis cobijas de niño antes de marcharte al más allá? No sabes lo triste que ha sido mi media vida sin ti. Me mira fijamente pero debe seguir caminando. Me dice moviendo los labios y sin hacer ningún ruido: No sufras, a la hora correcta, nos volveremos a encontrar. Sus ojos lloran, y los míos también. Sigue, sigue caminando. El tercero, como siempre tres, es Miguel. Sus ojos grandes y profundos me arrastran siempre hacia un estado de trance que no puedo explicar. El hueco en su pecho y su corazón que late (con, sin) motivos, me hace estremecer. Mi mejor amigo, tanto nos queremos… Aún después de la muerte. Su piel bronceada y los rayones en sus brazos, me recuerdan los diferentes que éramos de todos y lo bien que encajábamos estando juntos. Su voz siempre tan familiar… hace tres años que no puede hablar pero yo aún lo escucho. ¿Por qué no me esperaste, Miguel? ¿Por qué te 130


fuiste antes que yo al más allá? ¿Qué tengo que hacer para sacar tu alma del limbo? ¿Qué tengo que hacer para que vuelvas a caminar a mi lado como cuerpo y no como espíritu? ¿Por qué no me respondes de una buena vez por qué te suicidaste? ¿Cuántos torpes juegos Dadaístas tengo que hacer para poder sentirte a mi lado? ¿Volverás? Por lo visto ninguno puede detenerse, por lo visto ninguno quiere responder. Solo un año más, espérame solo un año más. No dejes que muera mi recuerdo, no dejes que muera lo que soy. Yo no he muerto, mi corazón late tan fuerte en este abismo que hasta tú lo oyes, en esa otra dimensión. Tú y yo somos el tres. Dice mientras sigue el camino. En el cuarto lugar, y tratando de tomar la mano de Miguel (sin resultado alguno…) Anna. Deja, deja yo describo a Anna. Andy, el asexual enamorado: Anna… si la fatalidad existe, ella es su perfecta representación. Ojos azules, piel blanca, cabello castaño claro y boca de fresa. Su descripción es de cliché, pero de cliché no tiene nada. Asesinó a cuantos quiso y se enamoró del más destructivo ser de todos. No, no de mí, de Miguel. Fanáticos de Baal, decidieron suicidarse y no decir por qué. Aunque Miguel no la amaba, no la abandonó cuando llegó al limbo, de hecho, la cuidó de varios secuaces de Baal e intentó que reencarnara pronto, sin éxito alguno.

Anna era (es) la hermana melliza de Dahlia, y esta, al saber muerta a su hermana, decidió no volver a hablar de nada que tuviera que ver con la realidad y crear un mundo de fantasía. Empezó a trabajar como enfermera voluntaria en un hospital mental a cambio de comida y estadía, conociendo allí a Dadá, quien como ya sabemos, cayó perdidamente enamorado de ella. Sin embargo, Dahlia no estaba enamorada de él, sino de su locura, de su mundo de fantasía en el cual logró introducirse y por lo visto, quedarse. No tengo nada que decirle a Anna; a pesar de que estuvo cerca, nunca supe quién era. Ella tampoco intenta decir nada, solo camina cabizbaja como todos y me mira de reojo con tristeza. Y de últimas, intentando sonreír y mirándome fijamente… Juno. Juno siempre ha sido tierna. Ojos color verde claro, blanca como mi abuela, anteojos redondos, cabello oscuro y largo… Y siempre pensé que el lunar en su mejilla la hacía ver muy guapa. ¿Por qué la química te mató? ¿Por qué decidiste irte sin decirme que me amabas? ¿Por qué nunca me mostraste tus escritos? ¿Por qué deseaste esperar a la muerte para confesar tu amor por mí? ¿Acaso fui tu Hughes y tu mi Plath? Juno solo sonríe tristemente y sigue caminando. Si estuviera viva y tuviera un cuerpo más sólido, quizá se hubiera tropezado… Era algo común en ella.

131


¿A dónde van? Trato de seguirlos, pero me pesan los pies. Trato de divisar el horizonte para quizá ver hacia donde van… y a-lo-notan-lejos se forma un abismo, y por lo visto, todos van hacia él. ¿Cuántas veces tengo ver morir a quienes tanto quise? Voy a contar hasta diez, voy a contar hasta tres, voy a contar hasta que despierte, voy a huir, voy a volar, voy a dejar de ser yo, voy a olvidar, voy a despertar, voy a… Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Aprieto mis ojos, aprieto mis labios, Uno, dos, tres, quiero irme de acá. Ojalá me pueda ir pronto, repito sin cesar. Lugar: Un cuarto blanco, más bien pequeño. Año: 1996 Intenciones: extrañas. Quisiera saber cuál es la realidad, quisiera no dormir tanto, quisiera conocer los misterios de la humanidad, de la existencia, de los unicornios voladores y de los pegasos que comen pasto con los minotauros en los laberintos que algún dios pagano inventó…

Ya me he preguntado eso muchas veces durante los últimos tres años… y no, no obtengo una respuesta contundente. Podría estar el Islandia, en Noruega, en Dinamarca, en una isla perdida del océano pacifico, en Nueva Zelanda escuchando el sonido de Dunedin… pero al parecer, solo estoy en un cuarto blanco. Hay un televisor aquí, un VHS y unas películas caseras de 1993; no hay sillas, no hay mesas, pero quiero ver qué contienen esas cintas. Orden del minuto para poder ver las películas. Por: Dadá. 1. Prender el TV. 2. Prender el VHS. 3. Colocar una de las películas, esa que dice primer testimonio está bien. 4. Oprimir el botón que dice PLAY. 5. Sentarse cómodamente a ver la cinta. ¡Oh… es mi psiquiatra! Lo han metido en una cinta, en una pantallita, en una… ¿Historia clínica del paciente 396?

¿Dónde estoy? 132


Andy, el personaje del cual se sabe poco, pero que por lo visto, todo lo sabe. Ah, en esta parte de la novela descubrimos un montón de cosas. ¡Asistente, haga reproducir la cinta ahora!

“hoy, por ejemplo, ha venido a verlo una de sus más cercanas amigas, su nombre es Juana de Lorenzo y quizá su testimonio puede ayudarme…” ¿Juana de Lorenzo? ***

*** Cinta #1 Pantalla azul. PLAY. “Hoy es 13 de junio del año 2006 y un nuevo paciente ha llegado a esta unidad psiquiátrica de la cual soy director. Su nombre es Daniel Sandoval, tiene 20 años y su diagnóstico principal es esquizofrenia paranoide, pero sinceramente hay muchos indicios que me hacen creer que este diagnóstico es errado, ya que según leí en su historia clínica, presenta diversos síntomas de otras patologías que no concuerdan con el perfil de la enfermedad mencionada a cabalidad. He decidido registrar la información más importante de este caso en cintas de video, (como por ejemplo, mis descubrimientos y algunos testimonios) para poder reexaminar las diferentes versiones de la historia y así llegar a una conclusión más certera de lo que le está sucediendo a este joven…” La cinta se corta. La cinta vuelve a dar imagen. Y aquí vamos otra vez.

Juana habla. Su voz está triste y hace muchas pausas, pero habla. “Conocí a Daniel en 1992. Es decir, en el año 2002… él tenía esa curiosa manía de restarle 10 años al calendario; no sé si me entienden… bueno, el caso. Cuando lo conocí él había recién terminado su carrera, era un chico muy inteligente que se graduó antes del colegio porque saltó un curso… Pero yo lo notaba muy triste. Con el tiempo descubrí que su mejor amigo se había suicidado y que su mejor amiga se había ido a Francia a hacer una especialización… ella era doctora, y si mal no recuerdo se habían graduado el mismo año. Tuvimos un corto noviazgo que terminó porque él tenía muchas crisis depresivas y luego seguimos siendo amigos; sin embargo su salud empeoró. Yo atribuía su extraño comportamiento al consumo de anfetaminas y de alcohol, pero luego de unos meses me di cuenta que era algo grave, algo serio… Le dije que escribiera para que canalizara todo lo que sentía y así lo hizo, empezó una novela y su salud mental permaneció estable por un tiempo. Pero en 1993 (o sea, 2003) tuvo una crisis depresiva e 133


intentó suicidarse, cuando lo volví a ver ya estaba aquí y la poca cordura que le quedaba había desaparecido, empezó a confundir la realidad con la novela que estaba escribiendo y hasta me había cambiado el nombre, me llamaba Jamarilla todo el tiempo y hablaba de una tal Ópalo… Yo le traje un altas universal de 1983 que tenía en mi casa porque me dijo que lo necesitaba… Luego leí los fragmentos de su novela y empecé a entender de qué iba toda su historia. Nunca pude entender exactamente qué tenía, pero siempre lo querré. Es un ser maravilloso.” *** Pausa para aceptar la realidad que tanto tiempo llevaba evadiendo. Mirada perdida, mirada perdida, mente perdida, mente no-tan-perdida. Mente recuerda, mente entiende, mente se recuerda a sí misma en cordura. ¿Cordura? Mis manos tiemblan y mi mente recuerda, mis manos tiemblan y estoy a punto de llorar, pero quiero ver las demás cintas. *** Cinta #2 Pantalla negra. PLAY. ¡Fenrisulf! Su voz es seria y habla pausadamente, su voz parece que contiene muchas verdades.

“Mi nombre es Felipe y conocí a Daniel en la universidad. Veíamos varias clases juntos y trabamos una amistad solida con el tiempo, íbamos a beber vodka en los parques y consumíamos anfetaminas frecuentemente. Lo que sé de él quizá ayude en este proceso, y también me ayude a mí a sobrellevar mejor su ausencia en la cotidianidad. Supe lo de Miguel, quizá ese fue el punto de quiebre en su vida. Fueron mejores amigos durante nueve años y entiendo que haya caído en depresión cuando él se suicidó… Apenas tenía 15 años y Miguel tenía 18. ¿Por qué se suicidó? Nadie lo sabe doctor, nadie lo sabe, ni el mismo Daniel… Probablemente eso hizo el duelo más doloroso, probablemente eso lo rompió más. Sí, si noté conductas extrañas pero yo también era muy alocado en aquél entonces… mi papá es cirujano y casi nunca estaba en casa, así que hacíamos bastantes reuniones nocturnas para beber, drogarnos y escuchar música. Recuerdo que una vez salimos muy ebrios en la madrugada con mi prima Daniela y ella quemó un montón de basura; la policía nos descubrió y nos golpeó brutalmente… Daniel sufrió un Traumatismo craneoencefálico y es posible que eso, las drogas y los acontecimientos fuertes de su vida lo tengan aquí. Recuerdo que después de eso estuve en Noruega de vacaciones y al volver… él ya no era el mismo. A veces me siento culpable, pero lo que pasó fue simplemente una cadena de causalidades y yo solo fui un actor, una ficha más en el tablero del destino. 134


Ah si, Daniela. A él le gustaba mi prima, y le decía Ópalo porque esa es su piedra favorita…pero jamás le dijo lo que sentía por ella, jamás las conversaciones pasaron del saludo y jamás supe si ella gustaba de él. Creo que no tengo nada más que decir por ahora…” Se corta la cinta. Disforia siento. No pienso, no pienso. Pongo la otra cinta rápidamente, ansiosamente, tristemente. *** Cinta #3 Pantalla azul, de nuevo. PLAY. ¡Es Nachtkühle! Ha venido desde Prusia a verme, ha venido desde Prusia a hablar con el Doc… “Soy Barbara, tengo 30 años y soy amiga de Daniel. Lo conocí cuando vine a este país en el año 2000, (1990 para él) a una conferencia sobre Hermenéutica. Soy literata y me interesa mucho la filosofía, así que al ver a Daniel presentar su ponencia, me entusiasme tanto que le hablé y logramos conectar de maravilla. Me quedé en su casa un mes y todo fluyó tranquilamente, vi en él a un chico que sabía demasiado sobre música, literatura y arte. Hablar con él era un total deleite para mí y se convirtió en uno de mis mejores amigos.

En el año 2002 (1992) se fue a Republica checa de intercambio y quedó fascinado por la historia de aquél país; recuerdo haberlo visitado allá y haber cantado con él el himno del país… Kde domov můj? Que traduce: ¿Dónde está mi hogar? ¿Dónde está mi hogar, dónde está mi hogar? El agua susurra en las praderas, los pinares murmuran por las laderas en el huerto brilla la flor primaveral como deleite del paraíso terrenal, ésa es la preciosa tierra, tierra checa, mi hogar, tierra checa, mi hogar. La noticia de su intento de suicidio y de su estadía en este lugar me tomó por sorpresa, ya que las dos veces que nos vimos lo noté sano y muy feliz. Aun no entiendo bien por qué está aquí… y sinceramente me pone muy triste el verlo así, tan ensimismado, tan alejado de todos… hasta de mí. Ahora me llama Nachtkühle y aunque me abraza todo el tiempo, su mirada está muy lejos, su mirada antes tan brillante se ha perdido en una densa niebla, niebla que no puedo ni siquiera intentar disipar… la niebla de la locura.” Se corta la cinta. Vuelve la cinta. Mi madre, mi madre en la cinta. Sonrío. Su voz se entrecorta, sus ojos se empañan por las lágrimas… pero habla. 135


“Mi nombre es Claudette y tengo 43 años. Soy la madre de Daniel… y me apena toda esta situación. Quizá su inestabilidad se deba a las muertes que tuvo que presenciar de cerca desde tan chico; su padre se suicidó cuando él tenía 6 años, su mejor amigo cuando tenía 15 y ese mismo año murió mi madre. Nunca pensé que lo internarían en uno de estos lugares, nunca creí que mi niño, tan inteligente y feliz pudiera desarrollar semejante estado de locura tan… Perdón, no puedo con esto.” La película cae en pausa, pero mi madre vuelve. “Como decía, no pude estar a su lado porque tuve que irme a otra ciudad luego de la muerte de mi madre, pues al ser hija única, heredé la empresa de hilos que había fundado en 1955 y debía hacerme cargo. Daniel se quedó estudiando y yo le mandaba dinero mensualmente, confiaba en que estaría bien en una residencia de estudiantes e hice lo posible para mantenerme al tanto de todo lo que pasaba con él. Por lo visto se me escaparon detalles, como que bebía demasiado y que consumía drogas… Pero él siempre estaba tan sereno y alegre en nuestros encuentros anuales, que era casi imposible sospecharlo. Tuve otro hijo cuando él tenía 13 años y eso lo afectó un poco… pero siempre fue muy tierno con su hermano. Cuando volvió de Europa y se graduó de la universidad, lo noté diferente, ya veía yo en sus ojos una

tristeza muy fuerte y le pagué unas terapias psicológicas. Creí que eso lo había ayudado y… no puedo entender aún todo esto…” Su llanto se hace más grande, su llanto se torna terriblemente conmovedor. Madre, no llores por mí, no llores por mí… “La muerte de Miguel lo llevó a interesarse por la literatura, y a veces me dejaba leer sus poemas y me habló sobre su novela… pero jamás la leí hasta ahora. Veo que es una gran obra, pero no puedo evitar sentirme mal al leerla, se oye tan cansado y destruido, que no puedo entender como no me di cuenta antes de la situación, de su tristeza, de sus ganas de morir… Quisiera haber estado ahí, haber sido una mejor madre, haber tenido más tiempo para él… Ahora ya es tarde, ahora todo es gris, como dice él en su novela… ahora todo es gris para mí también.” Y ahora el doc. ¿Qué más por decir? ¿Qué más por revelar? “Me he enterado que Juno murió en Europa hace tres años debido a una fuerte sobredosis de barbitúricos; lo que no he llegado a saber es si Daniel se enteró de aquél suceso…” El doc entra en pausa. Vuelve en otra escena.

136


“Daniel dice que puede hablar con los muertos y que una chica a la cuál llama Ella todo el tiempo es su novia. Al parecer es Dahlia, la enfermera voluntaria que por lo que he visto, también sufre de algún trastorno… Ella está enamorada de su mundo de magia… Su novela puede ser un rotundo éxito si logra escribir un final… ¿Volverá Daniel, o Dadá a tener lucidez algún día?... La cinta se entrecorta demasiado. La cinta se acaba. ¿Y dónde estoy?

Yo ya estoy muerto.

137


Me pierdo en el horizonte Intentando recordar, Lo que con tanto fervor Anhelé olvidar. Pero, ¿Para qué anhelar? ¿Y por qué intentar? ¿Para qué soñar con un ideal? ¿Y cómo podría esto no ser solo azar? El deseo no es la muerte… Pues ya estoy muerto. Me ha llevado al fin, Y yo ya no soy mi dueño. Ahora solo soy un fantasma Hecho de carne y hueso, Que no puede sentir, esperar o padecer… Solo soy un ente insípidamente muerto. Muerto, muerto, muerto. Y no puedo soñar Sin llorar al despertar, Y solo quiero gritar Lo horrible que es no poder estar.

138


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.