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Editorial
Vacúnate
« Con ayuno, limosna y oración »
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Para celebrar la Pascua del Señor necesariamente debemos recorrer el camino de la conversión que se hace aplicando tres dosis de una misma vacuna: el ayuno, la oración y la limosna.
go que no le voy a dar toda la comida y bebida que quisiera, a mi lengua que no la voy a dejar decir todo lo que quiera decir. Vacunarme con la limosna es poner en práctica la manera de ayudar a los que más lo necesitan, y al mismo tiempo, librarnos del apego a lo superfluo. Con esta Quinquenio Salesianos Jóvenes 2021 Cuando Jesús anun- vacuna se nos propone un estilo de amor y de desprenció su pasión, muerte y resu- dimiento agradable a los ojos de Dios, que nos acerca ORACIÓN POR LAS VOCACIONES: rrección a sus discípulos les reveló el a Jesús y al prójimo. Una vacuna que no tiene efecto sentido de su misión y les invitó a estar con cuando lo que damos es la sobra y no lo que nos es a ¡Oh Jesús, Pastor bondadoso de las almas! él para salvar el mundo. nosotros imprescindible para vivir, porque el vacunarse Dígnate mirar con ojos de ternura En este tiempo cuaresmal estamos invitados a seguir un camino de conversión donde renovamos nuestra fe, “La alegría de servir. con la limosna tiene sentido no en el dar, sino en darnos. Este darnos se puede hacer concreto de múltiples fora este pedacito de tu amada Iglesia, a nuestra Inspectoría Salesiana de las Antillas. saciemos nuestra sed con el “agua viva” de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo, como nos exhorta el papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2021: “En la noche de Pascua renovaremos La Iglesia y Don Bosco te esperan” mas: visita a los enfermos, alimentar al hambriento, vestir al desnudo, visitar a los encarcelados, enseñar al que no sabe, aconsejar y corregir al que se equivoca, perdonar al que nos ofende y consolar al triste. Vacunarme con la oración es adquirir los anticuerpos neSeñor, nos sentimos huérfanos, con mucho trabajo y pocas manos: ¡danos vocaciones! Danos sacerdotes santos, danos coadjutores santos, matrimonios santos, cooperadores salesianos y miembros de la Familia Salesiana santos. las promesas de nuestro Bautismo, para renacer como cesarios que nos permiten encontrar fortaleza de espíritu, Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen hombres y mujeres nuevos, gracias a la obra del Espíritu guía, sabiduría, alegría y paz interior. Practicar el ayuno María Auxiliadora, tu dulce y santa madre.
Santo. Sin embargo, el itinerario de la Cuaresma, al igual y la limosna hace que la oración tenga un sentido más ¡Oh Jesús, danos vocaciones santas que todo el camino cristiano, ya está bajo la luz de la profundo en nuestra vida. Esta vacuna nos facilita una según tu sacratísimo corazón!
Resurrección, que anima los sentimientos, las actitudes y comunicación amorosa con Dios, y además, permite que Amén. las decisiones de quien desea seguir a Cristo”. las necesidades espirituales encuentren en él respuestas Para celebrar la Pascua del Señor necesariamente de- a nuestras inquietudes. Esta dosis de vacuna puede ser bemos recorrer el camino de la conversión que se hace Contactos vocacionales larga o corta, sola o en grupo, silenciosa o en voz alta, aplicando tres dosis de una misma vacuna: el ayuno, la Asociación Damas Salesianas- Esperanza Castillo 809-574-4404) pero debe ser siempre una verdadera comunicación con oración y la limosna. Vacunarme con el ayuno es el ejercicio de decirle a mi cuerpo ¡Te daré solo lo que me sirva para la eternidad! Lo hacía continuamente Madre Mazzarello, quien exhortaba a las Hijas de María Auxiliadora: “En todo lo que hagas, piensa: ¿de qué me servirá esto para la eternidad?”. Vacunándome con el ayuno corporal estoy diciendo a mis Dios. Los suministros de esta vacuna son ilimitados, durante todo el tiempo cuaresmal el programa de vacunación estará disponible para todo el que desee vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, donde la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el coraVoluntarias de Don Bosco P. Jesús Baltazar Pérez, SDB. Cel. 829-678-7818 Dolores Acosta, SSCC- 809-797-8753 y 809-478-0521 Misioneras Parroquiales 809-594-3207 Hijas de María Auxiliadora- SorAlcenidia Bussy, FMA Tel.: 849-402-0279 email:soralcenidia@yahoo.com Hijas de los Sgdos. Corazones de Jesús y de María- Sor Carmen A. Sánchez 809-236-3980 Salesianos de Don Bosco- P. David Ramírez, SDB | Tel.: 829 741-8023 email:dbpastoralvocacional@gmail.com ojos que no voy a ver todo lo que quiera ver, a mis oídos zón misericordioso del Padre, nos acompañen en el caque no voy a escuchar todo lo que quieran, a mi estóma- mino hacia la luz pascual.
PixaBay
Ese humano que es tan capaz de grandes cosas corazón
Mis fieles amigos y amigas lectores del Boletín Salesiano, instrumento de comunicación familiar y de amistad tan valorado por el mismo Don Bosco. Les saludo con toda cordialidad.
Llego a ustedes en esta ocasión con el corazón impresionado por lo que pude vivir en torno a la gran fiesta de San Juan Bosco. Fueron muchas cosas, pero yo hoy me quedo con dos comunicados en los que fui solamente testigo (en un caso) y receptor del mensaje (en el otro). Ambos me han hecho sentir que el corazón humano es también muy capaz de grandes y hermosas cosas.
Les cuento. Me encontraba en la noche del 29 de enero de 2021, en Valdocco, en el interior de la Basílica de María Auxiliadora, participando en medio de los asistentes, entre los bancos de la Basílica, a la oración y Vigilia de los días precedentes a la fiesta de nuestro amado santo, Padre de la Familia Salesiana.
En dicha Vigilia de oración, cuatro jóvenes que habían participado en el encuentro organizado por la Santa Sede bajo el título “Economy of Pope Francis”, como jóvenes emprendedores que ven en la economía no un medio para enriquecerse al precio de hacer más pobres a otros, sino con una mirada de justicia y solidaridad. Pues bien, dos de estos jóvenes dieron un testimonio de vida que iba mucho más allá de la gestión económica. Uno de ellos nos compartió, con gran sensibilidad, que hace dos
años perdió a su padre y su madre viuda quiso darle un sentido grande a su vida en memoria de su amado esposo. Para ello, decidió acoger en su casa, juntos con sus hijos, a dos inmigrantes menores de edad que se encuentran en este país (Italia), sin ningún vinculo afectivo y familiar. Este joven emprendedor nos compartió cómo ellos, los hijos, quedaron profundamente impresionados por la decisión y valentía de su madre en el vivir el Evangelio como ella creía que tenia que ser hoy, con rostro y nombres propios.
El segundo testimonio fue el de una joven que además de ser emprendedora en economía, ha decidido ser Tutora de un joven senegalés menor de edad, para ayudarlo en estos años a abrirse camino, crecer, educarse y prepararse para la vida.
Y yo me quedé fuertemente impresionado, porque esto es “Evangelio al vivo y sin edulcorantes”. Y significa que también hoy se puede vivir así. Y sin duda que tantísimos de ustedes lo viven así, cada uno a su modo, en lo sencillo, en lo concreto.
Y en esto de narrar lo concreto, quiero ofrecerles otro testimonio que confirma lo que llevo muy grabado a fuego en el corazón. Lo he dicho más veces: en un mundo como el nuestro que, sin duda es muy complejo y con tantos poderes facticos y oscuros, también hemos de dar a conocer el bien que se hace. Don Bosco lo hacía a diario.
Pues bien, hace unos días recibí uno de esos pocos mensajes que llegan en los cuales no se reprochaba nada, o no se hablaba mal de ninguna persona (pues saben que son frecuentes las quejas por doquier ). Por el contrario, es el testimonio de una joven que ha vivido por años en un ambiente salesiano y a ella le ha marcado para bien la vida. Leí su mensaje y me esponjó el corazón, y me dije que tenía que compartirlo con ustedes para escuchar alguna vez algo que también acaricia y no que solamente golpea.
Dice así esta joven:
“Querido Padre Ángel: desde que encontré el modo de poder escribir tuve muchos deseos de poder contarte algunas cosas. Acá, donde vivo, los salesianos son tremendos: amparan ante el desconsuelo, cobijan soledades, siempre encuentran tiempo para la escucha, nos exhortan a creer, a confiar, a esperar contra toda esperanza. Alivian el alma en las horas más amargas y celebran las alegrías como si fueran propias. Créeme padre, no te miento. Toda mi vida estuvo “alumbrada” por el carisma. En una ciudad pequeña (donde se abrió la primera casa salesiana de América), y desde hace unos años, En Rosario, una ciudad grande y bella. Ahí, en la casa San José, trabajo en la escuela y participo en las actividades parroquiales. Sé lo que te digo. Nuestro director, el P. X, se conoce a cada alumno por su nombre. Ha sabido acompañar el dolor de cada uno. Muchos de nuestros chicos están atravesados por historias dolorosas y duras: alumno con leucemia, padres que fallecen, violencia familiar y tantas desgracias. Él se las sabe, y los abraza con el corazón y la palabra. Otro salesiano, X. hace vibrar la Iglesia en cada Eucaristía. El P. X, aunque viejito, se mezcla entre los muchachos contando historias de otros tiempos. En la otra casa salesiana, con el P. X buscamos incansablemente el mejor método para enseñar a los chiquitos de primer grado a iniciarse en la lectoescritura. Son tantos y tantos nombres…
El sábado viajé 1.500 kilómetros en el día para ver al Padre X que está en la casa de salud Zatti para recordarle cuanto se le quiere y retribuir un poquito todo lo que trabajó por nosotros. Sólo para compartir el almuerzo con él. Y emocionado, entendió que todo había valido la pena. Hay tanta vida puesta al servicio de otros. Salesiano es sinónimo de vivir para los demás. Así los conocemos acá. Así son. Así viven. “Estamos en el mundo para los demás” nos dice siempre el Padre X. parafraseando a Don Bosco. Y sí, será por eso que en los patios de nuestros colegios hay algo en el aire, en la atmósfera de lo invisible que tiene que ver con la alegría, con la esperanza, con la santidad.
Feliz fiesta de Don Bosco querido Rector Mayor. Rezo por vos y en vos por cada salesiano que nos hace sentir que Don Bosco vive, que siempre estuvo y sigue estando. Feliz fiesta de Don Bosco y bendiciones para todos”.
Hasta aquí este precioso testimonio lleno de vida. No digo su nombre para no sonrojarla pero aunque quizá pudiera haber personas que al leerme piensen que estoy haciendo ‘publicidad’, ustedes saben mis amigos que no pretendo nada de esto. Pero por qué silenciar lo que también suena bien, tiene frescura y es la verdad de algunas personas que viven de todo corazón lo que nos han escrito.
Sencillamente les digo: el Valdocco con Don Bosco tenía mucho de lo que esta joven nos cuenta. Qué alegría me da sentir que hay muchas casas que tienen ‘sabor a Valdocco’.
Les deseo todo bien. Que sus corazones estén también ‘esponjados’ y abiertos a la esperanza.
P. JoSé PaStor ramírez, SDb rjosepastor@gmail.com
Fe, esperanza, amor y salud mental
Apreciados amigos y amigas de la Familia Salesiana de las Antillas. La esperanza es un componente constitutivo del ser humano. La falta de ella cierra el camino hacia la felicidad. Es aquella virtud humilde, que corre bajo el agua de la vida, pero que nos sostiene para que podamos encontrar a Dios en medio de las tempestades. No se puede concebir la esperanza sin la fe y el amor. Esperamos porque creemos y amamos. La infelicidad es ausencia de esperanza en la vida de la persona.
La esperanza no decepciona, es humilde y fuerte. Es mucho más que ser optimista; no es una actitud positiva ante las cosas, es una postura arriesgada. Como dice San Pablo: es una virtud, de una ardiente expectación hacia la revelación del Hijo de Dios. El fundamento de la esperanza está en la omnipotencia de Dios, en su bondad y en sus promesas.
La sociedad está sedienta de esperanza. Hoy se pueden identificar personas desesperanzadas: sin metas ni referencias, sin esencia ni base, hedonista, espectadora pasiva, individualista e insolidaria, simple buscadores de seguridad. En definitiva, les falta el medicamento que se llama esperanza.
Históricamente se ha identificado la relación que existe entre la falta de fe, la desesperanza y la falta de amor con el concepto de disfunción psicológica, pero no aparece formalmente en la literatura de la psicología científica. Sin embargo, se puede afirmar que “la personalidad disfuncional es aquella que ha perdido la confianza en sí misma y en el mundo que le rodea; es aquella que percibe el futuro lleno de desesperanza y que siente que no es querido o que ha perdido su capacidad de amar”.
En otras palabras, un individuo con falta de fe en sí mismo y en el mundo circundante, desesperado y desamparado, esencialmente, sería lo opuesto a un ser humano con salud mental.
La disfuncionalidad se muestra en el rostro de la desesperanza: se percibe insensibilidad, falta de empuje y entusiasmo; se hace más o menos lo que se tiene que hacer, pero la vida no le llena, el individuo vive insatisfecho, se contenta con pequeñas cosas. No espera gran cosa de la vida, ni de sí mismo ni de los demás. Se percibe en la persona una ausencia de alegría, no se siente a gusto en nada, vive en la indiferencia y se comprueba en la persona un vacío. El individuo se vuelve cada vez más frívolo y superficial, muestra resistencia al esfuerzo o sacrificio, y envejece interiormente. El pecado se convierte en costumbre y la vida en rutina; se ve a sí misma sin proyecto y sin metas. Le falta fuerza para correr nuevos riesgos.
La esperanza, hoy como siempre, no es virtud de un instante, tampoco reacción de un momento. Es una actitud permanente, un estilo de vida. La esperanza cristiana es el estilo de vida de quienes se enfrentan a la realidad “enraizados y edificados en Jesucristo” (Col 2,6). La primera tarea para recuperar la esperanza ha de ser “enraizar” la vida en Cristo resucitado. La esperanza introduce siempre perspectiva de futuro; genera una nueva manera de estar en mundo y de ver la vida.
El pecado contra la esperanza no necesita manifestarse como desesperación. Basta vivir sin horizonte y sin futuro. Decía, el teólogo protestante, J. Moltmann, en su obra Teología de la esperanza, que el “desesperar”, “puede ser también la simple y silenciosa ausencia de sentido, de perspectiva, de futuro y de objetivos”. La fe, la esperanza y el amor son condiciones estrechamente asociadas con la salud mental; a la dirección en la vida. Un ejemplo de esperanza es Job, a pesar de todo lo que le sucedió seguía creyendo en Dios. Su esperanza nunca se perdió, por más que le decían, él seguía siendo fiel. Que el furor del COVID-19 nunca extinga la fuerza transformadora y estimulante de la fe, la esperanza y el amor. Que podamos curar las heridas de los que sufren con el “aceite del consuelo y el vino de la esperanza”.
ConSulta naCional De Familia SaleSiana raFael inoa, SaleSiano CooPeraDor JenniFer almÁnzar, FunDaCión SaleSiana Don boSCo
La Familia Salesiana de Don Bosco
“La Familia Salesiana en la Iglesia al servicio de los jóvenes”. Papa Francisco
Don Bosco, por iniciativa de Dios y la intermediación de nuestra madre María, comenzó en la iglesia una experiencia única y original de vida evangélica, con un espíritu de amor a los adolescentes y jóvenes más vulnerables.
Por su espíritu de “hombre carismático”, Don Bosco se sitúa entre los fundadores de institutos de vida consagrada, religiosos y seculares, como de asociaciones laicales de la iglesia. Esa semilla que plantó en sus inicios, ha crecido hasta convertirse hoy en un árbol frondoso: La Familia Salesiana.
A través de estas líneas queremos dar a conocer la edición escrita por el Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime del libro “La Familia Salesiana de Don Bosco”, donde vemos que Don Ángel hace una descripción pura y simple de cómo está constituida la Congregación, cuáles son sus objetivos, ideales y metas.
El Rector Mayor en esta edición realiza una serie de señalamientos sobre cuál debe ser siempre el norte de nuestra Familia Salesiana, partiendo de su particular estilo sencillo y explícito sin utilizar términos muy rebuscados, sino más bien, aclarando cualquier duda a través de sus palabras llanas.
Fernández Artime exhorta a los miembros de la congregación a mantenerse siempre cerca de los jóvenes y a establecer vínculos fuertes y sólidos. También recuerda, que el fundamento de la Familia Salesiana es, además del carisma común y la misma misión, el conocimiento y el aprecio de los diferentes Grupos que la componen.
Aunque el documento no es nuevo, si tiene modificaciones que lo hacen novedoso, como la presentación de los Grupos de la Familia Salesiana, que para la edición de 1988 no eran reconocidos oficialmente. Ahora de 20 Grupos hemos pasado con gran alegría a tener 32, distribuidos en 5 continentes.
Don Ángel a través de esta edición aprovecha también para reflexionar sobre el gran regalo que Dios nos ha dado al permitirnos ser parte de esta hermosa familia. Da gracias a María por su protección materna y también agradece al Espíritu Santo por darnos a Don Bosco, afirmando que la Familia Salesiana no ha nacido como fruto de un proyecto humano, sino de la iniciativa de Dios. Encomienda al Espíritu Santo, por medio de su oración, la misión de seguir buscando sin cansancio el bien de todos los jóvenes, pero sobre todo de aquellos más pobres, necesitados y marginados de este mundo.
Motivamos a todos a poder leer esta interesante edición de “La Familia Salesiana de Don Bosco”, escrita por nuestro Rector Mayor, para que puedan nutrirse y conocer todo lo que ofrece Don Bosco a través de su carisma y la Familia Salesiana.
luiS guillermo gómez batiSta, SDb
Predicciones: “Ciertamente, él es mi segundo”
Queridos lectores del Boletín Salesiano, en el anterior artículo presentaba de manera resumida sobre la vida de Don Pablo Albera, “el pequeño Don Bosco”. En este segundo artículo quiero hablarles sobre un hecho que está registrado en las fuentes primarias salesianas, una profecía de Don Bosco que no podemos conocer a menos que busquemos en las Memorias Biográficas de San Juan Bosco.
Dios iluminó muchas veces al Siervo de Dios en el momento de decir quiénes serían los primeros en cosechar su herencia espiritual. En el año 1877, Don Bosco con 62 años, mostrando ya signos de cansancio por todo el trabajo pastoral realizado, vuelve a prometer que “hasta su último aliento será por sus pobres jóvenes”.
Don Bosco se encuentra aproximadamente a 115 km de Turín en el colegio San Carlos del pueblito Borgo San Martino para celebrar la fiesta de san Carlos Borromeo. Los miembros del plantel educativo trasladaron la fiesta muchos días después para que el Santo asistiera a la importante celebración, y en ese año la fiesta fue el 22 de noviembre. En la mesa de honor estaba monseñor Ferré, Obispo de Casale, y cercano a Don Bosco, el joven Felipe Rinaldi, aún seglar. En medio de las agradables palabras, entra en la conversación del señor Obispo y el respetable Sacerdote el otro joven salesiano, Don Pablo Albera. Hablan de las dificultades que tiene el clero con el Arzobispo Riccardi. Monseñor Ferré quería disuadirlo de que se quedara con Don Bosco después del bachillerato y le había preguntado que si el joven Albera había vencido las dificultades.
La respuesta de Don Bosco sobre su fiel discípulo fueron las siguientes: ¡CIERTAMENTE!, ÉL ES MI SEGUNDO (MBe XIII, 382)
Al suceder esto, Don Bosco se pasa la mano sobre la frente, por la trascendental respuesta que dijo al señor Obispo. Los demás comensales no entendieron el gesto del sacerdote turinés, pero ya Pablito que estaba dotado del espíritu salesiano, iba examinando para sus adentros.
En el siguiente párrafo, quiero citar textualmente lo que significa esta predicción de Don Bosco sobre Pablo Albera.
“Don Pablo Albera, no fue el segundo en entrar en la Congregación; no es el segundo en dignidad, pues ni siquiera es del Capítulo Superior, tampoco fue el segundo en ser nombrado director ¿No llegará a ser quizá el segundo sucesor de don Bosco?” (MBe XIII, 382)
Queridos amigos, ya Don Bosco supo que Pablito sería uno de los primeros en cosechar su herencia espiritual. Sigamos interesándonos por la vida de Pablo Albera en su primer centenario del paso a la casa del Padre para seguir conociendo la belleza de nuestra historia y seguir profundizando el carisma salesiano. En el tercer artículo, estaré hablando sobre un hecho de su vida ya como Rector Mayor. Quédense con la curiosidad de qué será.
Dios les bendiga.
Artículo basado en las Memorias Biográficas de san Juan Bosco, Tomo XIII, página 382.