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NIRAM ART FUNDADOR: ROMEO NIRAM
AÑO VI, Nº 3 - 4, 2011 4,80€
TUDOR SERBANESCU
ANTONIO CALDERÓN DE JESÚS ONIK SAHAKIAN MARA ATHANASIOS
NIRAM ART
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Director: Fabianni Belemuski Redactores:
En este numero
Yana Klotchkov Kuznetsova Thomas Abraham Javier de la Fuente Teresa Carvalho Ángeles Rodriguez Sofia D’Addezio
Héctor Martínez Sanz Diego Vadillo López María Tereza Domingo Florin Rogneanu Dan Caragea Lorenzo Mijares
Fotógrafo: R. Victor Darolti Maquetación: White Family S.R.L. Web design: Defeses Fine Arts, PR Agency Graphic Adviser: N. Anu Public Relations: Sanda Elena Darolti Dirección: Indepenendencia nº2, 28013, Madrid Email: revistaniramart@espacioniram.com Revista NIRAM ART online en: http://www.niramart.espacioniram.com
Editor: Rubén Darío Propriedad: Jornal Diáspora Impresión y acabamiento: Copri Tiraje: 12 000 (1000 en colores, 11 000 en blanco y negro) Periodicidad: bimestral (6 números al año) Registro: I.C.S. 124441 Depósito Legal 210277/04 Propietario: Rubén Darío Publicación fundada por : Romeo Niram
Para Sara Lavan
Portada: Tudor Serbanescu
El PĂşgil en rep (escultura en b
Mara Athanasios
4-39
39-43
44-51
52-57
Que el arte contemporáneo recupere la figura del hombre como protagonista de da expresión artística, indiferentemente del medio utilizado por la creación, es siempre una buena noticia. Es signo de vuelta y esta vez se trata de una vuelta al hombre más sosegada, más sincera. El arte actual es, igual que la filosofía, la música y la literatura, consecuencia de un siglo XX espasmódico, sumiso a los mayores cambios en la historia de la humanidad. Durante las últimas décadas Occidente ha pasado por su época más convulsa. Nunca antes se habían sucedido los cambios en su corazón a una velocidad tan desorbitada, ocurriendo metamorfosis, cambios
ALVARO LOBATO DE FARIA Y
de signo, negaciones, desvelamientos, encubrimientos y descubrimientos de su propia identidad, hoy
LA VANGUARDIA HUMANOIDE
tan desprovista de sentido y desnuda, pero enteramente por construir.
FABIANNI BELEMUSKI
Los signos de una identidad renaciente son, entre otros, los de la recuperación del protagonismo humano en el arte. Una vuelta al hombre, después de la muerte del hombre. En todo caso, una vuelta más sincera porque, de momento es todo lo que tenemos. El hombre en toda su desnudez teórica, ideológica, vuelve a afirmarse, esta vez como agujero negro que se derrumba sobre sí mismo, que se hunde sobre su propio peso: y el arte lo siente y lo expresa así. La figura humana, desposeída, empobrecida, desfigurada, como un recién salido del hospital, convaleciente. La galería Movimiento del Arte Contemporáneo de Lisboa, presente en el nacimiento de esta nueva Vanguardia Humanoide, pero no de corte humanista, exhibe al hombre como proceso, siempre cambiante, en medio de un torbellino que es la tecnología, el desarrollo científico y el progreso insostenible en una sociedad cada vez más global. ¿En qué reside el merito principal de una galería de arte? En saber describir, interpretar, mediante las obras de los artistas por los que apuesta, la circunstancia cultu-
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ral-histórica que se vive. Así, artistas co-
de los filósofos de la Deconstrucción, Jacques
mo Roberto Chichorro, Santos Lopes,
Derrida o Jean Luc Nancy. Los cuerpos de
Ricardo Paula, Joao Duarte o Fernando
Duarte ya no son hombres pensativos en cuya
Pereira, representados por MAC, han
mirada se puede leer la preocupación, la pre-
encontrado el espacio idóneo para expre-
gunta, el júbilo o la melancolía, sino que son
sar sus ideas artísticas. Gracias al traba-
ellos mismos convulsos: cuerpos preocupados,
jo de su fundador y director, Álvaro Lo-
en su totalidad, cuerpos del gozo o de la nostal-
bato de Faria y a sus colaboradores, la
gia, se transforman y se expresan a través de la
galería MAC promueve incansablemente,
piel. Joao Duarte muestra al hombre al límite
desde el año 1994 a los artistas que re-
de su piel, existiendo ahí, en la imagen que
presentan
el
verdadero
Tudor Serbanescu
proyecta. Siempre vemos cuer-
art nouveau, del alba de
pos hablando, manifestándose,
este tercer milenio y su
pensando y Duarte nos los en-
relevancia ha adquirido
seña así: son los cuerpos que
peso internacional desde
al límite de su propia existen-
sus primeros momentos.
cia se personifican, se mues-
Al hombre
parecer, nuevo,
tran:
este
pensado,
actuando,
siendo.
actor
principal de su propia obra, es un cuerpo, es su
Excelente ha sido la selección
cuerpo, es el lugar donde
de los artistas por parte de
nace, en la piel: así lo ex-
MAC, que mantiene sus senti-
presaba el MAC en su
dos abiertos para captar las
exposición de noviembre
señales de vida que el mundo
de 2010, Isto é selvagem como a gramáti-
transmite, revelando un arte que se erige sobre
ca da pele. El filósofo francés, Jean Luc
su propio paso, sobre su propia huella, danto
Nancy, ya había predicho la venida del
paso mucho más que antes a la aparición de su
cuerpo como una liberación que le hacía
propia ruina, de su vestigio, que es el signo del
falta al hombre para seguir su evolución
paso del hombre. Las exposiciones colectivas de
histórica. Para ello hacen falta
una
la MAC en su sede de Lisboa, son un modelo
nueva filosofía de la creación: el mundo
relevante para situarse en el mundo artístico
que está por construir necesita otro tipo
actual, para encontrar las claves que definen
de profetas, o por el contrario, el redes-
nuestra circunstancia cultural, en la que el
cubrimiento de los antiguos. Joao Duar-
hombre gana terreno nuevamente, esta vez sin
te,
MAC,
tantos complejos, sin las ataduras ideológico-
muestra en sus trabajos precisamente al
religiosas del pasado, listo para reconstruirse a
cuerpo: cuerpo que viene al encuentro
sí mismo sobre sus cenizas, en un mundo
con el mundo que se había olvidado de
todavía por descubrir.
escultor
representado
por
él, mundo que lo redescubre de la mano 5
Con look asandokanado aparece don Antonio Calderón, como escrutando un horizonte interior de angostas paredes laterales infestadas de beldades artísticas. Don Antonio es un falso despistado; ocurre que está aquejado del síndrome de la mirada plástica. Él transita por un duplicado del mundo trivial; por otro universo que ha confeccionado a la medida de su sensibilidad humanística. Madura y discrimina Antonio propuestas con ponderado proceder. Cada consideración la emite como desperezándose de un letargo pictórico, tras dormir cierto plácido sueño (suavemente cromático). Rompe siempre el silencio, susurrante, en un expresionismo inverso. Parecen estar constituidas sus intervenciones conversacionales por la seda de su archipresente fular. Tam-
DON ANTONIO CALDERÓN DE JESÚS EL HOMBRE QUE SUSURRABA A LOS ARTISTAS DIEGO VADILLO LÓPEZ
bién suele llevar sombrero en invierno, él dice que por el frío, aunque yo creo que es para quitárselo, también en sentido figurado, cuando una obra lo mereciere. Tiene a veces don Antonio aspecto de cazador. Y es que lo es: es un cazatalentos que se mueve con soltura por entre las jaras y sedales sitos en las pinacotecas y demás reductos de exhibición artística. Es un Indiana Jones en busca del templo perdido de las bellas artes más insospechadas. Igual que muchos de los cuadros objeto de sus desvelos, Antonio parece avanzar por un espacio enmarcado, acotado hasta el punto de no poder escapar. Es lo que suele pasar con las pasiones de hoja perenne. Don Antonio siempre está reñido con el desaliño (tiene un punto dandi); lo único que en ocasiones se le alborota es el cabello, y debe ser porque queda situado justo encima de su cerebro, emplazamiento donde se asienta una fábrica de conjeturas que nunca cesa en su actividad, y tan e nfebrecido movimiento es posible que conmueva, al tiempo, sus filamentos capilares, ya argentados, que hacen de él un Einstein del trazo certero, un Papá Noel del lienzo dignificado. Don Antonio estuvo en el ruedo pictórico. Pude contemplar algún que otro cuadro suyo de carácter hondamente telúrico, donde muestra el arraigo/ desarraigo del hombre con el terruño. Los ojos de Antonio están asolados de hondura, así como sus creaciones pictóricas, que parecieran sopladas por el viento de un estremecido misterio, que es el mismo que nos hace preguntarnos el por qué de su retirada al tendido siete de la intermediación. Mas Antonio no es un habitante típico
6
Tudor Serbanescu
del siete; lejos de resultar hiriente, él, meramente, se entrega de manera constructiva a la promoción de lo soterrado-genial, sin por ello molturar lo modrego. Apila nuestro animoso galerista montañas pictóricas en su almacén de inexpugnable esperanza, aguardando la oferta más estimable en aras a dignificar el trabajo del artista, lo que sorprende en tiempos de turbios agiotistas y especulación desmelenada. Antonio es un extrovertido-tímido que se la juega en todo momento por el Arte, y solo... por Amor al Arte. Gracias Antonio.
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Tudor Serbanescu habla un poco de español, no demasiado, lo suficiente para entendernos. Va de aquí para allá por la sala, viene y va, sonríe, se muestra muy amigable… lo que en España venimos a llamar un hombre campechano, es decir, según los diccionarios, llano y cordial, sin formulismos ni ceremonias, franco y sencillo. Fue Martín Cid quien me dijo que Tudor había fundado una sala de exposición en una tahona en su tierra natal de Teleorman (Rumanía). Es algo insólito, sí, pero nada alejado de la campechanía con la que le describo. Pan y Arte, que no falten, podría ser el lema que, a buen seguro, Tudor firmaría al momento.
ENTRE UNICORNIOS Y MARIPOSAS
Disfrutamos de su obra a primeros de este octubre pasado. Asistí como público en la presentación y esto me permitió recrearme, más que otras veces, en las obras expuestas. Por ejemplo, en la pureza de sus
HÉCTOR MARTÍNEZ SANZ
vírgenes a lomos de blancos unicornios sobre un azul inconmensurable e impoluto, surrealista. Efectivamente, estas obras nos aproximan a los mundos de fantasía, de hadas, y nos sumergen bajo el embrujo de los Oneiros como frágiles pompas. Tudor aprovecha la fuerza expresiva del mitológico animal para transmitir cargas emocionales sacando la mirada del niño que en cada uno de nosotros habita y contempla. Así, el Unicornio cabizbajo, triste, del acrílico El silencio del unicornio, como su potencia rampante en La guerra o en La lucha del unicornio –contra lo que creo un Hipogrifo, enemigo mitológico natural de los caballos-, pinturas que nos recuerdan a Palas Atenea o el mito de San Jorge contra el Dragón. Las vírgenes funden medio cuerpo con el Unicornio, símbolo precisamente de la virginidad, creando una armonía perfecta de lo puro y femenino. Ejemplo de lo último lo tenemos en el óleo La virgen unicornio, en el que las melenas caen simétricas y los rostros de mujer y animal se asemejan dentro de la fusión corporal.
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Tudor Serbanescu
9
Tudor Serbanescu
10
La serie “Unicornios”, combinando óleo y acrílico,
es
narrativa.
Estamos
ante
“Cuentos de hadas” –título de la exposición-, y observamos cabalgadas, avisos, mensajes y luchas. Sin dificultad podemos imaginar al Unicornio trotando o cabalgando a gran velocidad de un cuadro a otro, como portador de un mensaje al mundo, en planos medios, sin necesidad de tener todo el porte del animal a la vista. Son los ojos, los ollares, la cerviz, la melena, el tupé, los que sirven de
heridos y anchos”, y terminaba con la estrofa “Te has ganado la tierra con la tierra/ no quiere verte viejo en la labranza/ te abre los brazos bella por el surco/ échate en ella, labrador, descansa”. El hombre de campo se encorva hacia la tierra que tanto ha trabajado, y también en ella ha de encontrar su descanso, su lecho, como tantas otras semillas que sembró a lo largo de la vida. Se entrega, se vuelve simiente, se fusiona con la naturaleza y nunca abandona sus raíces. Es un tema uni-
indicativo del movimiento, como en El casti-
versal de la vida rural, una alegoría mítica y
llo fantasma y en El mensajero.
poética que nos devuelve a la humildad y esfuerzo del campesino, a su sabiduría ancestral
El motivo del caballo es fundamental en es-
y su culto a la Diosa Madre.
tas y otras obras de Tudor Serbanescu. Caballo I y Caballo II, acrílico y óleo, respectivamente, son buena muestra de ello, junto a varias de las obras pertenecientes a la serie “Dibujos”, donde aparecen el caballo alado Pegaso, o escenas costumbristas de monta en las que la figura del animal ha sido trabajada con esmero para entregarnos un magnífico ejemplar.
Aún más llama mi atención la tinta china en las creaciones de Tudor Serbanescu. De líneas curvas y manchas emergen abstractas representaciones, sinuosas y sugerentes, deformadas y separadas de la figuración. Destaca de entre ellas una bella Mariposa en movimiento, de ondulados y líricos trazos, de la que pareciera surgir, plegando sus alas, otra de las tintas, la folklórica Bailarina. O, quizás, al con-
Hay en Tudor Serbanescu una reverencia a la ancianidad rural, o, mejor dicho, a la robusta experiencia vital y sus raíces naturales. Rostros de vejez como fruto que pende de las débiles ramas de secos árboles, los cuales dejan intuir un fuerte arraigo en la tierra a través de sus hercúleos troncos. Al contemplar estas imágenes, recordaba un extraordinario poema de Gloria fuertes titulado
Labrador
que
empezaba
diciendo:
“Labrador/ ya eres más de la tierra que del pueblo/ ya barruntas la lluvia y te esponjas,/ ya eres casi de barro./ De tanto arar,
trario, del baile se despliegan las alas para elevar el vuelo con ligereza y fragilidad. Como sea, ambas tintas monocromas expresan la gracilidad del movimiento con fineza y soltura en los gestos, conjuntando complejos trazos ascendentes y descendentes en un perfecto equilibrio vertical. De similar estilo, aunque en líneas más sencillas es El violonchelo, donde, al igual que vimos que ocurría entre la virgen y el unicornio, el instrumentista y el instrumento se fusionan en una sola figura musical, al son del cual bien pudieran danzar la bailarina y la mariposa.
ya tienes dos raíces/ debajo de tus pies 11
Verse retratado es siempre una experiencia naturaleza,
extraña. Y para el artista es un riesgo
nostalgias y armonía del movimiento son las
cuando se trata de amigos. Se somete a su
claves que se esconden bajo la piel de Tudor y
juicio y, lo que es más grave, sobre la ima-
también sobre cada soporte y textura en los
gen pictórica que el artista tiene de ellos.
que él deposita, por medio del color o la tinta,
Además, el retrato en pintura es una de las
la peculiar mirada afable y animosa, sonrien-
cimas del arte. Sin embargo, Tudor creó
te, que tiene del mundo que le rodea, de su
algo aún más maravilloso: no fue el retra-
pasado y su presente, de una vida que cami-
tarme, sino el volverme unicornio. Me con-
na ente mariposas y unicornios, entre Pan y
virtió en uno de los personajes mitológicos
Arte.
más importantes para él en su obra y me
Pureza
y
fantasía,
raíces,
dotó de su significación como símbolo del II
conocimiento, la ilusión y la libertad, de la pureza, la fuerza y la nobleza, y como el
… Y ME VOLVÍ UNICORNIO
portador de un mensaje junto a uno de mis libros: Pentágono (Ed. Niram Art 2010). Sí, verse retratado es una experiencia extraña,
Dos años hace que contemplé por primera vez
pero más extraño todavía es verse hecho
las obras de Tudor Serbanescu. Fue también
símbolo dentro del universo pictórico de
cuando lo conocí. Desde entonces, él ha mejo-
Tudor. Él me ve de ese modo en su pintura
rado su español, mientras que yo no he
y no soy quien para discutírselo.
mejorado mucho en su lengua. Mea culpa. Esto no ha impedido que hayamos estrechado
Ya desde el arte medieval, pasando por Ra-
nuestra amistad, tanto como para haber ter-
fael, Moreau y llegando a Dalí, el Unicornio
minado en uno de sus cuadros, convertido en
ha sido motivo de representación tanto
unicornio por un comentario dicho al aire.
artística como literaria, inspiración de un
Tiempo después de la exposición “Cuentos y
mundo totalmente otro y opuesto al que
hadas” (2009), hablando con él, se me ocurrió
vivimos cotidianamente, un guía para la
decirle: si algún día me retratas, por favor,
evasión hacia la fantasía de un lugar donde
hazme unicornio. Tampoco pensé que fuera a
las pompas de jabón no explotan sino que
hacerlo. Pero, como ocurre con los genios de
flotan infinitamente por el aire. En los Uni-
las lámparas maravillosas, hay que tener
cornios de Tudor Serbanescu leo lo que es-
cuidado con lo que se desea; y aún más si se
cribiría Lorca: «El unicornio quiere lo que la
desea en voz alta y al lado de uno está el ge-
rosa olvida», contrastando
nio, porque podría hacerse realidad. Así
efímera y limitada con la belleza, sabiduría
sucedió conmigo. Pasados unos meses, un
y elegancia del mitológico animal. No es un
naciente cuerno sobresalía de mi frente en
mero símbolo, como la rosa, sino que el
uno de los cuadros de Tudor.
Unicornio
12
pertenece
al
una belleza
diccionario
Tudor Serbanescu
13
iconográfico creación
del
hombre
imaginaria.
El
como
una
Unicornio
quizás no exista en nuestro mundo más
III EL NACIMIENTO DEL UNICORNIO (SILVA HÍBRIDA)
que dentro de nosotros mismos, como lo más nuestro que hay, mientras que la
A Tudor Serbanescu
rosa y su misterio no están en nuestras manos. Ayer fue; te dije: hazme Unicornio Ver un Unicornio es un hecho excepcio-
Para la mujer pura,
nal y Tudor Serbanescu lo sabe. Acari-
Haz de mí la montura
ciarlo es más complicado aún. Tan sólo
Para el secreto y misterio del Todo,
la virginal doncella puede acercarse a él.
Vuélveme –si puedes- ser mitológico.
Acaso sea por esto que sea el unicornio
Fue ayer; yo quería ser de tu mundo,
el protagonista de la escena y el artista
Figura, sobre el azul de tus fondos,
escatime en otros recursos que no sean
Blanca por el oscuro
el color y el fondo. Con la limpieza del
Universo de locos.
color
realza
la
pureza
blanca
del
Sí, había otro lugar en tus ojos
unicornio y con los fondos lo dota de
El país que en tus sienes
profundidad. Del mismo modo, Tudor
Se habita de pompas, de hadas y seres
hizo de mi cabello unas crines y de mi
Que el hombre de hoy olvidó poco a poco.
camisa blanca el albo cuerpo del caba-
Y así te dije ayer:
llo, representó un pentágono con mi
¡Pintor, hazme Unicornio
cuerpo y me colocó, dividido, sobre un
Con tu lienzo y pincel!
fondo dual que acrecienta el misterio
Y me diste el cuerno majestuoso
del Unicornio: por un lado el misterioso
Debajo del tupé,
azul donde el unicornio rebrinca y por
y el albo color que pinta al corcel.
otro el mundo donde habito, trazando
Fue ayer; para que sólo tu oído me oyera
un paralelismo entre los elementos del
te lo pedí con grito sordo;
fantástico universo que él pinta y aque-
y es hoy cuando recibo la respuesta: Poeta…
llos otros que a mí me rodean.
… tú ya eres Unicornio. Ahora soy un personaje más de la narración
legendaria
de
Tudor
Serbanescu, encomendada la misión de trasladar un mensaje. Quise volverme Unicornio. El genio me lo concedió… y ahora debo asumir las consecuencias.
14
Tudor Serbanescu
15
IV
DIBUJO Y TINTAS
Dibujar con tinta tiene un sabor oriental a paciencia y sensibilidad. Exige una búsqueda de la esencial belleza de las formas en su máxima simplicidad de líneas y puntos o en la pureza de los trazos. La delicadeza de la fina línea en perfecto equilibrio con la gruesa para lograr un volumen y un movimiento suaves junto a la transmisión de la ligereza de la figura. Y sobre todo, el hecho de depositar a esta última en un
fondo vacío y blanco que la sostenga,
creando la sensación de serenidad y trascendencia del conjunto.
Es así como surgen las tintas de la mano de Tudor Serbanescu, con precisión y espontaneidad, sugerentemente onduladas y sin excesos. Se aleja aquí de lo figurativo iconográfico que se podía observar, por ejemplo, en sus series de unicornios, y pisa el terreno de una abstracción espiritual Tudor Serbanescu
más que conceptual. Se disuelve la figura en sus formas, reducida a lo elemental y la idea, acaso
como sucedía en la escultura Pájaro en el
espacio de Brancusi, mientras se sublima su belleza.
En este ejercicio de abstracción con la línea curva podemos reconocer ecos del cubismo picassiano de Guernica, donde la geometría se vuelve ondulatoria, o formas dalinianas, aunque la concepción de las figuras de Tudor Serbanescu es más próxima a las pinturas, o quizás más las esculturas, de Miró.
16
La línea se retuerce y se dobla sobre sí misma
dad del dibujo de las tintas, tan herméti-
hasta dar una forma pura y acabada, sencilla y
co, decíamos, en un comienzo. Y es que
clara. Estamos ante un ejercicio de metamorfo-
las tintas tienen su fecha en 2007, y es a
sis en el que el ojo espectador es protagonista en
lo largo de 2008 cuando se crean si-
la contemplación de la composición, siguiendo,
multáneamente a la serie de los árboles.
como en un problema laberíntico, las idas y venidas de las líneas de tinta, sin hallar una sa-
Muy importante es observar como en los
lida o solución más
árboles, los tron-
que la perpetuidad de
cos y ramas se
la figura ante él y la
comportan
liberación del artista
las líneas de las
al trazarlas. Probable-
tintas,
mente sean las tintas
direcciones
en
donde Tudor Serba-
tensión
ar-
nescu
monizadas
siente
mayor
como
marcando
pero
simé-
explosión de libertad
tricamente y equi-
técnica
libradas
y
material,
en Por
su
dejando correr su ma-
grosor.
otro
no sobre el papel has-
lado, el simbolis-
ta acertar en el aca-
mo del árbol en
bamiento del dibujo,
Tudor Serbanescu
al mismo tiempo que
llega de modo in-
desafían al público a
mediato al espec-
una difícil interpreta-
tador: la robustez,
ción. El hermetismo
la edad, la expe-
de algunas de ellas es
riencia y las raíces
manifiesto
mientras
junto a la natura-
que en otras, la remi-
leza. Dicho de otro
niscencia figurativa permite el reconocimiento de
modo, la esencia de la vida. Pero además,
la idea base.
su verticalidad actúa como eje de trascendencia, como axis mundi, como co-
El capricho de estas formas se reproduce y tras-
lumna que une tierra y cielo, y resuelve
lada en una serie de dibujos dedicada a los
el ciclo vida y muerte siendo su prolonga-
árboles, donde podemos reconocer la combina-
da vida una continuación de nuestro li-
ción de abstracción y simbolismo. Las arbóreas
mitado tiempo junto a ellos en este mun-
formas se retuercen igual que las líneas de las
do. En lugar de usar el tópico del mar y
tintas, lo que nos lleva a pensar en la naturali-
su infinitud
poética, Tudor recurre al
17
Tudor Serbanescu
longevo árbol como hogar eterno para los que se marcharon, fusionados ahora con la naturaleza que los alimentó. Por tanto, comprobamos como la serie de los árboles también está impregnada del halo metafísico y trascendente que emanaban sus tintas.
Como vemos, Tudor Serbanescu pone, en sus dibujos y tintas, la misma sensibilidad y lirismo que en los óleos, reverenciando a la imaginación, la fantasía y la vida como categorías sobre las que orbita la felicidad suya y de todo ser humano. Ciertamente siempre es una alegría, siempre se esboza una sonrisa, ante su obra.
18
Su mirada plácida azul celeste pareciera trasladada al lienzo de sus creaciones pictóricas. Una brisa de apacible cromatismo impregna las telas de sus cuadros. Tudor es un pictórico limador de asperezas. Sus escenas más rudas quedan acolchadas con la gomaespuma de un temperamento sereno. Su mirada sosegada, de mar en perenne calma, nos traslada un universo de guateado candor.
Sus escenas fantásticas encierran un poso de verismo; las reales son sublimadas por la sensibilidad tudoriana, lo que posibilita una exhalación de ternura y honda verdad que, envueltas por un tornado de suave cromatismo, obran la creación de un universo muy personal.
Su pincel sacrifica la más impecable exactitud a favor de
TUDOR SERBANESCU, EL PINTOR EDULCORADO
una entrada en el alma de los seres y las cosas. Con suma delicadeza muestra en carne viva las esencias. Con la misma timidez que posee en el trato personal elabora sus creaciones; nos hace delicados guiños pictóricos. Siendo un artista de la sugestión que habla de manera paladina
DIEGO VADILLO LÓPEZ
haciendo uso de pocas palabras, con pocos y acertados trazos consigue cuadros de alto poder sugestivo.
Pero Tudor es más un ilustrador de lo intangible; un sublimador de lo trivial. Portador de un espíritu evocativo, nos otorga las huellas más certeras que deja la vida, en su devenir, a su paso por el contexto donde él se hallara en cada momento, o en los parajes imaginativos por donde vuela su mente de creador plástico que quisiera ser escritor.
Tudor siempre porta la red de su sensibilidad para cazar la mariposa más inaudita en el momento más insospechado. Tudor hace causa personal de un cierto glamour de lo austero; dignifica, pincel y paleta en manos, un mundo en eternal declive. Él parece captar esos escasos momentos en que el mundo hace un alto en la ignominia, preso 19
Tudor Serbanescu
de esa luz que no requiere de las energías
tiene la cualidad de saber atemperar la aspe-
convencionales, por generar el propio Tudor
reza para que nos llegue con paulatino aticis-
una pictórica energía, alternativa, incluso,
mo.
a las alternativas.
Tudor ha conseguido el estilo personal. No es uno de los múltiples copistas de las artes que
Tudor es Botero en el trazo, pero un Botero
pululan por las trochas de la creatividad. A
cuida la dieta de sus personajes, salvo que
Tudor se le adivina el trayecto asimilativo en
sean los propios personajes quienes la
el que, metabolizados determinados antece-
hubieren descuidado. Es Dalí en el color;
dentes, se adquiere el temperamento artístico
Goya en la expresión del alma a través de
propio.
los rasgos faciales de sus retratados. Es un anti-Solana: igual que Gutierrez Solana
Tudor, con su forma de hacer, nos salva del
cubría de penumbras sus obras, Tudor lle-
estupor que nos podría crear una obra des-
va implícito el antídoto contra la sordidez
concertante, por lo onírica y particularísima,
pictórica, quizá producto de su tempera-
si no quedara esta asida a un fondo de atrac-
mento
suavemente
tiva sonoridad colorista y a una mágica reve-
nostálgico. Y es que incluso sus dibujos
lación metafísica, y es que solo los artistas,
vinculados con el agro, portadores de un
en sentido exacto, consiguen tan sinestésicas
tono algo más bronco, mirados con deteni-
sensaciones en su público.
tierno,
evocativo
y
miento, tal rudeza es solo aparente. Tudor
20
Partamos de la base de que no soy especialista en arte. La obra pictórica o bien me toca el sentimiento o me deja indiferente -¡malo!, no me ha sugerido nada. No es este el caso, como intentaré mostrar. Desde este punto de partida, me acerco a algunas obras de Tudor Serbanescu. Las relativas a La Dama y el Unicornio muestran un tema tradicional que vemos magníficamente representado en los tapices flamencos, datados en el siglo XV, expuestos en el Museo de Cluny. Todos ellos poseen una inmensa riqueza de colorido y de detalles.
CON LOS PIES EN LA TIERRA Y LOS OJOS EN LO INFINITO MARÍA TEREZA DOMINGO Y BENITO
De los seis sentidos que se admiten como representados allí, sólo el sexto, a mi entender, “À mon seul désir”, es decir, el amor o la comprensión, domina en los lienzos de Tudor, donde hay una compenetración aún mayor. No hay ningún elemento ajeno al tema, sino, antes bien destaca la sencillez y la tendencia a ir a lo básico y elemental. Por supuesto, también lo elemental en una obra plástica: la vista. Si observamos los componentes de la serie, por un lado nos hallaremos ante un cielo azul, límpido y muy puro, -meridional, en su esplendor, diría yo-. En segundo lugar, la Dama que cabalga a lomos del Unicornio. Se trata de una dama morena, en modo alguno idealizada, que podría ser cualquier mujer mediterránea o de su tierra –si no se trata un retrato- carente de toda apariencia de debilidad. Frente a La dama de Cluny, que representa la mujer ideal de la época, la mujer de Tudor Serbanescu se presenta a nuestra mirada como una mujer fuerte y decidida. En tercer lugar, un caballo que, comparado con la fragilidad del caballo que protagoniza los tapices, aquí nos sale al paso como un animal poderoso. ¡Cuán distinto el cuerno de Cluny con el de nuestro Unicornio! Éste es hasta discreto, mesurado. Un caballo blanco, como corresponde a la naturaleza del Unicornio 21
que, salvadas las distancias, coincide con el caballo del escudo del distrito del artista: Teleorman. Esto es, nos movemos en un mundo real. Con Tudor Serbanescu, pues, partimos de la leyenda y fundimos, en palabras de Cernuda, “la realidad y el deseo”. ¿Cuál es, para mí, la interpretación del artista? Dos seres legendarios, pero símbolos de lo masculino y lo femenino, que se buscan y se encuentran, que se unen. En la serie ha vencido el tesón, la aspiración a lo más alto. Todo ello con un dominio, entre la crin y la melena femenina, de la línea curva que incita a percibir cierta sensualidad en la escena. Añadamos a ello que, si novedosa resulta la reinterpretación de la leyenda frente a los tapices flamenco, no lo es menos la técnica empleada: el acrílico, muy de la pintura de nuestros días. Otra de las series relevantes de Tudor Serbanescu la conforman los dibujos dedicados a los árboles, monocromos y en tinta china. Se trata de árboles milenarios, bien enraizados en la tierra, que han visto mucho de la vida. Es decir, nos encontramos nuevamente ante el respeto al pasado y a la cultura ancestral. ¡Si pudieran hablar…! Y nos hablan. Tienen hundidas profundamente sus raíces, pero crecen hacia lo alto: el aire –fundamental para su vida- y el cielo, es decir, el sol, la lluvia, la vida diaria. Ellos, como nosotros, convivimos con el clima que nos proporciona placer y melancolía, pero que representa la fuente de vida. Algunos son olivos, árbol emblemático que no sólo nos da de comer, sino que también nos alegra la vista y es, a mi entender, un 22
árbol de medida humana. Desde La Biblia hasta hoy, el olivo es un árbol al que se nombra con denodado respeto. Pero aquí los trazos son recios y vigorosos, bien marcados, subrayando lo elemental. De nuevo se evita el exorno. Lo importante son los árboles, olivos, y la relación que nosotros establecemos con ellos. El hombre no nació urbano, vivió y se sirvió mucho tiempo del campo, era su medio y su fuente de vida. Y tan es así que algunos árboles rematan en cabezas humanas. De nuevo, fusión de elementos, como veíamos en el tema anterior de La Dama y el Unicornio. Si allí se fundían fémina y caballo, aquí se produce la fusión del hombre y la naturaleza. Recordemos que la Dacia fue un país boscoso, como de Hispania decía Estrabón: se podía atravesar de rama en rama; es decir, como hacía el más famoso Tarzán –Weissmüller-. Ése fue nuestro mundo primigenio. Nuestros orígenes, nuestras raíces están ahí y no en el asfalto urbanita al que hemos derivado. El maestro Serbanescu dirige su espíritu a la base, al comienzo, y se identifica con ellos. Su pintura es una reverencia a los inicios y al origen. En tinta china son también los dibujos de mariposas y otras figuras monocromas. Sutiles y, en general, de pequeño formato, traen una novedad a la obra de Tudor Serbanescu: en estas otras tintas no estamos ante dibujos figurativos, sino abstractos; y en ellos la libre imaginación del artista juega un papel absoluto y decisivo, aunque no sólo, pues la libertad absoluta se traslada también a los ojos del espectador. Volvemos a encontrar un claro predominio de la línea curva, que se suceden simétricas o asimétricas. Cada composición guarda algo en su interior, destacado en negro. Esa podría ser la clave, lo escondido y protegido, lo que queda oculto y a resguardo entre las líneas curvas. Ése espacio oscuro,
fugaz obliga al espectador a preguntarse qué secreto pueda estarse velando a sus ojos. Y precisamente es ése es el reto al espectador y su espacio de libertad. En conclusión, en este análisis he creído advertir una serie de fusiones. La primera de ellas, la que acontecía entre hombre y la mujer, en la serie del Unicornio, llena de complicidad – compenetración, lo llamé antes- y pureza. Una búsqueda y, todavía más, un encuentro del ideal. De este modo, representarían el origen de la vida y el primer núcleo fundamental: la familia. A ella añadimos la fusión del hombre –en sentido genérico- y la naturaleza, como vimos en la serie de los Árboles, donde existe una identificación y respeto por esos seres vivos que nos acompañan siempre y guardan en su memoria toda nuestra historia. Una tercera fusión sería la búsqueda de la complicidad entre el artista y el espectador. Si no hay comunicación entre ambos la obra es vana, aunque siempre ha de haber un espacio de libertad en cada uno para hacer efectiva tal complicidad y comunicación. Se trata de sugerir y hacer participar. Por último, el deseo de unión de lo clásico y lo actual, enlazando con la tradición histórica y cultural europea. El mismo lazo que durante tantos siglos unió la Dacia e Hispania límites de la Romania. Juntos Realismo y simbolismo, humanidad y Humanismo, con un halo de cierta melancolía muy mediterránea, pero sin el pesimismo característico de Cioran o Ionesco. Definitivamente, la obra de Serbanescu puede ser descrita como vitalista, dotada de una sencillez –en el mejor sentido de la palabra- en la expresión artística, tanto temática como técnicamente. Un disfrute para el espectador. Gracias, maestro.
23
Tudor Serbanescu
24
Tudor Serbanescu
25
Acabada
ya
la
historia
del
siglo
XX,
acabada, o a punto de acabarse, tal como lo había predicho Fukuyama, la historia de la humanidad, el hombre ha entrado en una pendiente cuyo punto final es – paradójicamente – su completa deshumanización. El fin del hombre, dijo Foucault, el fin del hombre histórico, me atrevería a pronunciar yo, el fin del hombre que cuenta, que memoriza, que acontece en el mundo de un modo digno de contar, mágico, y el paso al homo natura, una creación tecnológica artificial, consecuencia horrorosa pero inevitable del desarrollo económicotecnológico:
bienvenido
cuerpo
sin
órganos1.
Consecuencia del capital, de este sistema bonda-
NOSTALGIA SENSATA
doso cuyo saber principal ha sido excitar el deseo en vista del consumo posterior, invirtiendo el ac-
Y ARTE DE VESTIGIOS
tuar existencial en producción: producción desenfrenada y consumo, creación de necesidad y consumo, producción de producción, producción y consumo esquizoides. Nos hemos vuelto locos y no lo sabemos. No podemos ver la locura disfrazada
FABIANNI BELEMUSKI
en el bienestar, porque el capital golpea en nuestro punto más débil: el deseo. Por fin un sistema invencible que ha conseguido adaptarse y readaptarse, indiferentemente de las penurias, crisis que ha tenido que vencer, produciendo más, legislando más, adaptando más aquellos códigos que se salían de sus esquemas, engullendo, en fin, como una bestia insaciable. En el capital todo cabe, incluso aquello que lo desprecia y lo critica. Es magnífico, magnífico en su horror indescriptible y su trasfondo es sutil, invisible pero innegable. El mercado no es el enemigo y el mercado no es ningún “diabólico gobierno” que rige al mundo desde la sombra. El mercado es un cáncer del que siempre el hombre ha padecido, porque estaba inscrito en su código genético: el mercado, por muy complejo que sea y enredado, tiene como base algo tan simple como el deseo. Por aquí todos
26
estamos en competición directa y quere-
responderán, – condenándome a la vez – por-
mos ganar, vencer, lograr, tener, poseer,
que siempre mueren para dejar paso a la evolu-
ser
maximizar
ción venidera. Y yo estoy de acuerdo: por fin el
beneficios. Una vez liberado el deseo se ha
hombre se está haciendo mayor. Atrás quedan
desencadenado la crisis final, crisis de cri-
las travesuras, incluso los nihilismos infantiles.
sis. Una crisis es un problema del que se
Ahora, la humanidad deshumanizada, el homo
sale, siempre hay una salida, un camino
natura reducido a una cuestión bioquímica se
que tomar, aun cuando no estamos del
ha hecho mayor. Ningún milagro por vivir, nin-
todo convencidos, pero se intenta y final-
guna leyenda que contar, en nombre de un
mente tras análisis, investigaciones e in-
cientifismo que no nos salvará. El olvido que
terpretaciones se encuentra una solución.
nos afecta de tristeza, como diría Spinoza, se
Puede que la solución no resuelva la
está instalando hasta que encontremos nueva-
crisis, pero el parche tapará el agujero de
mente la alegría de vivir: ¿será suficiente la vi-
sentido por el que el orden ha estallado.
da por la vida? ¿Es suficiente su sentido
Pero la crisis de crisis es el abandono del
inmanente? El olvido de Om mani padne, de
sentido, no ya la búsqueda insaciable del
nuestro Allah ill`allah, de nuestro Schema Is-
sentido
las
raël, un terremoto, una sacudida de la que
generaciones anteriores: ¿todavía se pue-
pronto despertaremos, desnudos, entendiendo
den imaginar jóvenes militantes por una
por primera vez cómo se sintió Adán.
reconocidos,
infinito
queremos
que
dominaba
a
ideología? ¿Hay algo nuevo después de las Un arte de vestigios
crisis socialistas y liberales? ¿Cuántos están comprometidos con el ecologismo y
En este contexto la comprensión del arte
por qué nos importa tan poco si de verdad
se nos revela con más precisión que nunca.
sabemos que este planeta que habitamos,
Adán, desnudo, echado otra vez del Edén mun-
y no otro, se va a la deriva? Es el abando-
dano que Dios le había dado. Este Edén co-
no
como
rrupto que ha perdido la huella divina ya no es
consecuencia infame, no predicha, no an-
el lugar que Adán pueda habitar, no lo es,
tes vislumbrada, imposible de anticipar,
porque la ropa que le cubría no quiere más
del bienestar, del mercado, en pleno
cumplir su función de tapar la desnudez, por-
proceso de mundialización.
que ninguna prenda del mundo puede ya tapar
del
sentido,
la
apatía
No hay culpables en esta crisis de crisis.
la
desnudez
que
llega,
la
venida
de
la
desolación de la nada con todo su poderío de No
hay
que
emborracharse
de
nada. Dios envolvió al hombre en leyendas y
interpretosis, mi visión no es profética ni
mitos y ahora, desmitificado, el hombre se
apocalíptica. Es más bien una nostalgia
redescubre, ahora cuando ya no queda nada
que mana de la situación que nos ha
que descubrir. Desnudez, una desnudez no
tocado vivir. ¿Dónde están la poesía, el
estática, una desnudez que se ausenta pero
romanticismo, la fe en la vida, la alegría,
que es, una desnudez que ha perdido el pudor
la lucha de clases? Han muerto, me
y se muestra en toda su vulgaridad de desnu27
dez miserable y en cuanto nos acercamos a
infinitamente mejor que las palabras a lo
ella para comprenderla, se nos escapa. No por-
que podemos pensar que es la verdad. El
que quiera evadirse a ninguna parte sino por-
vestigio es la huella de un paso que se da:
que simplemente no es. ¿Con qué ropa vestirá
nunca sabemos cuándo ocurre el paso,
Dios al hombre a partir de ahora? ¿Qué tipo de
porque apenas lo damos y es pasado, pero
ropa puede vestir al hombre que ha dejado de
no podemos dudar de que lo hemos dado.
ser hombre, mito, milagro, trueno y relámpago
No podemos decir que el paso tenga
celestial, substancia divina? Doloroso abrir de
gar, el paso es su propio vestigio. El arte
ojos para ver infinitamente mejor ahora que
es siempre su propio vestigio. Es lo que
antes, para conocer el bien y el mal. La ser-
queda después del paso, del paso de la
piente tenía razón: ahora y solamente ahora
idea, de la influencia, del anhelo.
lu-
como Dios, conocemos el bien y el
Cuando Romeo Niram inunda la ca-
mal y el mal de males, el mal espantoso es el
beza de Saramago, o de José Preto, cuan-
corazón vacío del hombre, su ser construido
do presenta un mundo en ruinas de Dos-
sobre andamios, una falta, ausencias sobre
toievski, simplemente da rienda
ausencias, la nada pensante, impersonal com-
la expresión vestigial del alma, el hombre
plejo, ya nunca mito, ya nunca héroe ni leyen-
arruinado – siempre ha sido así – el hom-
da.
bre que se había erigido sobre la nada, so-
somos
El arte, tan cambiante, tan adaptativo a
bre una estructura ausente,
suelta a
sobre una
su época, siempre quiso lo mismo. Hay algo
falta anímica que acusaba. En el cuadro
común en su mensaje, algo que se presenta y
expuesto ¡la nada se expresa a través del
que se escapa al mismo tiempo, indecible pero
arte y llega a la tela en forma de llanto! –
imposible de negar: el arte siempre presentaba
nuevamente, siempre ha sido así. Lo au-
algo impresentable, el arte expresaba algo in-
sente que se expresa, mostrándose como
expresable, decía algo indecible y lo pronuncia-
vestigio de su propio paso, de su falta. En
ba desde el anhelo de la nada y eso es un mila-
el arte se presenta lo que generalmente se
gro. El arte hablaba del anhelo de ser divino,
sustrae al saber. En el arte hay alma, aun
eterno, sempiterno, del deseo infinito de senti-
cuando el alma no existe: ¡milagro! ¿Pero
do y no lo supimos asimilar. Ahora el arte
cómo puede ser?
mismo pero desde el dolor ruino-
Un cuadro expuesto nunca es un
so de haber descubierto y empezado a asimilar
cuadro acabado y los artistas lo saben,
que el hombre y la cosa, la vida y la no vida,
siempre le falta algo para que sea perfecto,
son lo mismo, átomos organizados de distintas
o, aun cuando es perfecto, pasado el tiem-
maneras para dar distintas apariencias. ¡No
po vuelve a acusar una falta, pero lo que
hay sustancia en la conciencia y el arte lo sab-
no saben los artistas es que al cuadro no
ía y lo gritaba!
le faltaba color o una pincelada aquí y allá
habla de lo
El arte siempre ha sido humo sin fuego,
sino que siempre, al cuadro le falta la per-
vestigio, ruina, huella de algo que nunca exis-
fección estática, cuando en realidad, la
tió. El arte que venía de dentro aproximándose
perfección ha sido siempre, movimiento. El
28
arte está en movimiento y es un paso, un suspiro, una sombra
presente sin objeto que la pro-
yecte mediante la luz. De nuevo, ¿cómo puede ser posible? La comprensión estética que utilizamos para adentrarnos en la obra de arte debiera ser la prevaleciente en todos los ámbitos de actuación. Al activar la comprensión estética activamos en
nosotros mediante la imagina-
ción el sentimiento de lo sublime. Estar delante de la obra de arte es asomarse a lo sublime. El cuadro expuesto es materia, es lo sublime, el verbo hecho carne y al verlo así, aun constituido sobre su propia falta, no nos asusta: porque el cuadro también nos produce placer y excita el gusto. Así encubre el arte su procedencia de otro mundo. Al
acariciar
lo
sublime
con
el
pensamiento nos asomamos a la grandeza que, por no poder abarcarla nos da nauseas. Frente a frente con la grandeza incomprensible e inabarcable tenemos miedo a perdernos, a unirnos con el todo y al mismo tiempo dejar de decir: yo soy, yo pienso. Es el horror sublime. Al hombre,
a
este
universo
impersonal
en
miniatura que se piensa a sí mismo, “el gusto le promete una vida bella, lo sublime le amenaza de desaparición”2.
———————————————————————-1
Cuerpo sin órganos – metáfora utilizada por
Deleuze y Guattari en El Antiedipo para designar el cuerpo que corta el flujo de la producción. 2
Lyotard – Leçons sur l´analitique du sublime,
Galilée, Paris, 1991. 29
Si decimos: “Evaristo Páramos”, la gran mayoría se preguntará: “¿Quién es?”. Pero si abundamos: “Evaristo, el cantante de La Polla”, entonces muchos serán los que sepan de quien estamos hablando. Y es que el bueno de Evaristo lleva a sus espaldas tres décadas de vida artística y combativa. Muy conocidas son sus canciones irreverentes, instaladas ya gran parte de ellas en el acervo popular.
Puede resultar a priori extraño el presentar las letras de este iconoclasta como materia objeto de atención desde el análisis lírico o estético, por recrearse, precisamente, el interfecto, en lo procaz e irreverente. Pero lo cierto es que ese realismo crítico en que habitualmente se ejercita, lejos de ser trivial, y pese a hacer frecuente uso (y abuso) del
EL LIRISMO BRONCO DE EVARISTO PÁRAMOS
exabrupto (lo que encierra una actitud con un fin y un fondo subyacentes nada gratuitos), llega un momento en el que tal realismo acaba por resultar lírico. Y el lirismo residirá en el estilo, diáfano y certero hasta el punto de lograr trascender lo meramente real, alcanzando otro ámbito.
DIEGO VADILLO LÓPEZ El de Evaristo es un lirismo de la lucidez, si bien una lucidez tosca, desapacible. Pese a ser la suya una poesía bronca y ácrata, concebida para la confrontación, de tal radicalidad brota, de repente, en un momento dado, una tímida capacidad de sugestión que, aprovechada, nos puede conducir por pasajes de cierto hondo lirismo, germinado en un tiesto casual, sin el abono de la voluntad de estilo. Si nos fijamos, en los pedruscos que arroja Evaristo
contra
el
Sistema
habitan
preciosas
incrustaciones de rubí.
Leyendo la letra de “Un rayo de sol” (que nada tiene que ver con la estival melodía interpretada en su momento por Los Diablos) podremos darnos cuenta de lo fino que hila Evaristo: 30
Un rayo de sol pasa a duras penas
Sí hay futuro, sí hay futuro, sí hay futuro...
por entre el aire contaminado alumbrando el mar azul, lleno de ful.
Políticos locos guían a las masas
Los verdes campos son basureros del plástico
que les dan sus ojos pa' no ver qué pasa.
sobrante;
Aun con tu ceguera verás a los listos
los frondosos árboles, pelados de lluvia ácida.
contar su dinero; listos, ¡pero muertos!
La pálida luna está ocupada por rusos y americanos.
Sí hay futuro, sí hay futuro, sí hay futuro...
¿Qué puedo hacer? Creo en el banco de Santander:
Es la anterior letra, en términos generales,
“Estamos con la gente, con toda la gente, la
un juego paradójico sustentado, a su vez,
buena gente”.
en varios paradójicos hilvanes. Y junto con las paradojas, una serie de imágenes: el
Toda la letra está cubierta por un lirismo
mundo
que
se
quema
(prosopopeya)
anticlimático que da la vuelta a muchos de
haciendo pomadas para aliviar tales que-
los tópicos más manidos de la poesía univer-
maduras; el árbol que arde proporcionando
sal. Presenta un locus amoenus inverso,
un papel que servirá para que algunos
devastado, imposible ya.
escriban que ardió; la equiparación metafórica de las ciudades con las tumbas (en
Desde tal presupuesto surge un nuevo (otro)
este caso para vivos). También hace una
lirismo, lúcido, áspero, y no menos profundo
paradójica proyección temporal hacia ade-
que el que idealiza sublimando.
lante cuando escribe: “Vivos del futuro, muertos en ciudades...”.
Ironiza Evaristo al introducir la publicidad de un banco como solución a la destrucción del
En la segunda estrofa, equipara, metafóri-
planeta.
camente, los votos con los ojos, coligiéndose la supuesta poca vista de quienes votan
Otra canción enjundiosa es “Sí hay futuro”:
a los que van a malversar el patrimonio común.
Un mundo entero se quema a sí mismo al hacer pomadas pa' sus quemaduras.
El título de la canción, dechado de ironía,
Un árbol que arde, de él sale papel
nos puede servir para afirmar, en este caso
para que se escriba: "El árbol ardió".
sin tal ironía, que en las letras de Evaristo
Los hombres trabajan pa' poder vivir
sí hay lirismo. Y es que en toda excelsa so-
en fábricas de armas que los matarán.
nata habita, de algún modo, el esperpento;
Ciudades del futuro, tumbas de los vivos.
como en todo esperpento habita un cisne
Vivos del futuro, muertos en ciudades.
inaudito e insospechado.
31
Aquello que decía aquel acerca de si Madrid era un poblachón manchego, que si tralarí, que si tralará... tiene su plasmación en las instantáneas incluso más urbanitas de Antonio López: el paisaje descarnado se muestra
expandido en un gris perla, a su vez per-
lado de neones sobre un asfalto espiritual que remite, con la mediación del de
Tomelloso, al espíritu de
un tiempo que fue y que aún aflora en los más recónditos parajes del foro.
Madrid se ha ido haciendo con las aportaciones de quienes, como Antonio López, en uno u otro momento, arribaron a ella, porque siempre ha sido una ciudad acogedora y sincrética.
LOS ÁUREOS SILENCIOS DE
La visión pictórica de Antonio López nos ofrece una
ANTONIO LÓPEZ
ciudad cuyo movimiento se vuelve plácido; cadencioso. Antonio López desestresa la urbe: refleja los poros de una realidad sin zozobra ni fatiga.
DIEGO VADILLO LÓPEZ. La mirada de pintor es idiosincrásica (como el brazo de tenista), y la de Antonio López conjuga el tormento de querer conciliar la premisa con el resultado y con la campechanía del hombre sabio de campo al que siempre queda un dejo de melancolía y un algo de insatisfacción.
Antonio López convida a Madrid a un slow en cada obra que le dedica. Hace de su día a día febril una postal de lenta deglución. Es imposible que un cuadro de Antonio López se nos atragante.
Dueño de esa elegancia (la real) no trabajada, la que aflora de lo sencillo-austero sin pedirle permiso a su inquilino, ofrece en cada pincelada trazos de aseo (sin maquillaje) y minuciosidad.
Pese a presentar algunas escenas crudas, estas no van
32
cubiertas por el manto de ninguna sordidez, al contrario, suscitan en nosotros una ternura sobria, que es la suya. La cadencia reposada de sus réplicas y disquisiciones nos sitúan ante una de esas personas más ubicadas en ese otro universo (paralelo), el de la creatividad, mediando el talento.
La pintura es una de las
artes que más ensimisma
al creador. Antonio López es un ensimismado extrínseco,
así
como
hay
impostores
de
la
extroversión.
Antonio López es hombre de pocas y estremecidas palabras, no porque busque una subida en la cotización de las mismas, sino porque con seguridad conoce y posee muchos silencios que pueden ser fácilmente convertibles al patrón-oro.
33
El Festival Internacional Hemoficción, fue creado por mi, Lorenzo Mijares. Comenzó a gestarse en Barcelona, luego de más de ocho años de labor incansable con la Hemoficción, iniciando en México con Déjame que te mate para ver si te extraño, Mamá es loca o está poseída, Carne y tripas de gusano, entre otras y luego de confirmar el impacto internacional llevando la ópera de Hemoficción, DeCachetitoRaspado de Juan Trigos R. a países como Croacia y Rusia.
IV EDICIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE HEMOFICCIÓN LORENZO MIJARES, DIR. TEATRO DE HEMOFICCIÓN
Entonces decidí emigrar a España para continuar la labor. Acumulaba entonces puestas en escena de ópera y de teatro, participación en diversos festivales internacionales, el número de adeptos crecía y crecía entre seguidores, colaboradores y público general. Crecía también la prolífica y grandiosa invención musical de Juan Trigos R; la poesía dramática del genio Juan Trigos S; la alucinante obra plástica de Luciano Trigos; y mi trabajo era cada vez mayor: crear un Festival que pudiese conjuntar toda esta labor descomunal me pareció natural. La periodicidad del mismo confirma año con año la solidez del trabajo, de las propuestas artísticas, el crecimiento de la escuela de Hemoficción en el mundo y naturalmente, la enorme, e inagotable riqueza poética y dramática de la obra de Juan Trigos quien aún ahora, con más de cien grandes obras en su haber, sigue creando y creando y creando más y más obras maestras a la espera de ser mostradas y compartidas al mundo a través de nuestro trabajo y el de todos aquellos que, felizmente se van sumando año con año a esta poderosa aventura vanguardista. Por otro lado, la estructura novedosa de este festival hace que cada año, a medida que cunde esta vanguardia y crece la repercusión, más gente se suma a nosotros agregando esfuerzos, trabajo, talentos, ciudades, paises, espacios escénicos y por lo mismo más y mas potencial de derrame cultural que finalmente, es para lo que este festival ha sido creado: compartir y llevar el
34
arte de Hemoficción a todos los públicos, en todos los rincones del mundo. Me complace como nada en la vida ver consolidados mis ahnelos más profundos con esta cuarta edición, abriendo más y más espacios, más países, nuevas lenguas. Este año además de mucho teatro, presentaremos exposiciones plásticas en U.S.A y España, cortos cinematográficos en todas
las ciudades que participan en esta ocasión y que naturalmente nos abren puertas a nuevos horizontes. Seguimos apuntando a más, por supuesto, ópera en vivo, música, cine…pero dado el enorme crecimiento que esta gran fiesta va cobrando estamos deseosos de seguir y seguir, convencidos de que esto apenas comienza y hay mucho porvenir.
35
Si hay un intérprete que nos pueda sugerir a priori frivolidad, ese es Julio Iglesias, pero, a su vez, ha sido este quien nos ha ofrecido también una de las piezas musicales de mayor calado y profundidad, y todo desde la sencillez.
En las siguientes líneas trataremos de desentrañar una hipótesis que pareciera asida a lo paradójico.
Resulta cercana en algunos aspectos ‘La vida sigue igual’ a las famosas Coplas de Jorge Manrique, por abordar la canción de Julio Iglesias universales
EN TORNO A ‘LA VIDA SIGUE IGUAL’
como el tempus fugit y la reversibilidad de todo exceptuando la muerte, que, por otra parte, acaba con todas las vanidades mundanas.
DE JULIO IGLESIAS También alude Julio a la otredad: esas personas que verdaderamente merecen la pena, visto el
DIEGO VADILLO LÓPEZ
periplo con cierta perspectiva para poder incluir éxitos y fracasos (con objeto de cotejar, claro está). Enarbola un guiño de fraternidad pero, a la vez, emplaza a ser selectivo, sobre todo cuando las vacas son gordas.
Desconozco si alguna vez alguien preguntó a Julio Iglesias si su canción es, de algún modo, tributaria de Manrique, pero, en cualquier caso, se da un giro estético a los ríos manriqueños, dado que un río sin cauce refleja muy bien lo que quiere referir si retiramos la capa metafórica, así como los ríos sin mar.
A partir de lo palmario; de las evidencias, incluso biológicas, más terribles, apunta nuestro célebre cantante una serie de duplicidades antagónicas entre sí aparejadas a todo trayecto vital: nacimiento -muerte,
risa-llanto,
guerra-paz,
etc.,
que
en
definitiva constituyen la vida, con sus anversos y reversos. 36
LA VIDA SIGUE IGUAL Julio Iglesias
Unos que nacen, otros morirán; unos que ríen, otros llorarán. Aguas sin cauce, ríos sin mar, penas y glorias, guerras y paz. Siempre hay por qué vivir, por qué luchar. Siempre hay por quién sufrir y a quien amar. Al final las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán... ¡La vida sigue igual! Pocos amigos que son de verdad; cuántos te alagan si triunfando estás; y si fracasas, bien comprenderás: los buenos quedan, los demás se van.
Pero no conforme Julio con revisar artísticamente
ciertas
certidumbres
consustanciales a la vida humana, incluye un mensaje de fondo. En esa terrible radicalidad que es la avocación humana al fenecimiento, sugiere la importancia de la obra: ‘Las obras quedan, las gentes se van’, que entroncaría con la vida de la fama (tan manriqueña también).
El término obra adquiere en la canción que nos ocupa un amplio espectro de materializaciones. De hecho, tampoco está mal
contemplar
una
vida,
con
sus
venturas y desventuras, como una obra cual las artísticas, que, por cierto, brotan a su vez de vidas concretas.
Julio Iglesias ha sido un río revuelto, de
Siempre hay por qué vivir, por qué luchar. Siempre hay por quién sufrir y a quien amar. Al final las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán... ¡La vida sigue igual!
esos que, según el refranero, otorgan ganancias
a
los
múltiples
y
aviesos
pescadores de lo que sea que habitan hoy (y siempre, ay) el espacio común, pero nunca un Julio Iglesias tan hondo y lúcido como en ‘La vida sigue igual’.
Al final las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán... ¡La vida sigue igual!
37
If my memory doesn’t fail me, I do not know, in all art history, of an artist in whose genesis did not lay the fertile kernel of another artist, like seed of inspiration and interior aesthetical blossom. The beginning of any creator is partly epigonic, partly a gesture of breaking away from his teacher. One cannot renew anything without having experienced the nuisance of “the exercises of admiration” and whoever thinks otherwise is either blind or lying to himself. Mara Athanasios’ universe of ideas originates from Romeo Niram’s Humanography. She assumes this openly as two of her photographies are proposed as explicit links to the painter’s work. Apart from these “replicas”, she opens a door in which the feminine mystery, the accentuated shadows, the lingerie, the hidden face, the intimacy closed in ephemeral gestures, the black and the red, the photographic instance are elements that allow us comparative reflections.
MARA ATHANASIOS’ FEMININE UNIVERSE DAN CARAGEA
Traducción por J. de la Fuente
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Firstly, let us take a closer look at what inevitably separates them. I would say that, definitely, the sexuality of the way they look at women. The feminine body has been, in art, a creation of manhood. In modern times, the artists who tackled the most dazzling artistic theme (I would call it an arch-theme) had to answer to many cultural, aesthetical, psychological demands altogether. As there are no ingenuity and neither naturalism in modern times, the artist premeditated on what he would choose to hide and to reveal, the seduction and the limitations of decency, the canon and the anti-canon, the intimacy and the psychological conventions of his times. A woman’s view of the feminine body (a perfect metaphor for the mirror) is recent and maybe this is why it deserves to be dwelt upon. Mara Athanasios chooses 2 models (one of them being a “selfmodel”) who ingeniously melt into a unique vision: the young, almost teen-like body, and the skin of the colour of ripe whey, mostly exposing the back, shoulders, arms and knees. Other times, we see bendings of “The Wisdom of the
Mara Athanasios
39
Mara 40 Athanasios
Earth” in which the body folds itself, in a fetal manner, towards the center. Her bodies, often dynamic, reveal themselves like a promise outside of the space of the photographic instance. Why is that? I think there is a deliberate desire to avoid revealing too much, something that has become so abundant in our days. The collective imaginary is confronted today with a proliferation of the nude, from the anorexic bodies on the catwalks to the models who publicize, in a game of seductive transactions, cosmetic products and perfumes, to the silicon-injected ones who saturate the media with erotic exposures and up to pornography. The myth of feminine beauty as a target of the masculine desire is today dispersed, anti-canonic and profoundly sexualized. This is why I think that the message of the exhibition is the rejection of this universe of objectual and exciting transformation of the body. Mara Athanasios gives back to us the tenderness of the naturalist view, of juvenile harmony, of the sublimation of desire into aesthetic pleasure. Despite some inherent technical awkwardness, I cannot leave unnoticed another one of her qualities: the resistance to the temptation of electronic forgery. It is important, for an artist, at least at the debut, to have the courage of the “poor” exposure before creating with clarity his or her path. A path that I wish it to be perseverant, ambitious and creating, that she may always pay attention to the great “shadow of” painting, with which photography, more than anything else, has been measuring against, consciously or unconsciously, for more than a century.
Mara Athanasios
41
BUTTERFLIES In the morgue dead butterflies are lying. Their eyes, black and open. I will bury them in boxes of fine silk. They were my butterflies, some time ago, And they used to live inside my lungs. Completely alone, I am indifferent to my pain. Outside myself, It is floating like an almost perfect sphere. There, where dead wings are beating, Underneath the soul.
DUŠICA NIKOLIê DANN Poems form the book: ANOTHER WAY OF SADNESS
Nocturnal birds With obsidian nails… And one could hear the growing of the plant That would cure My broken heart.
HOPES
Ill misgivings Finished hope. The opulence and the brightness are of no use now. Bells coming from my green pillow. Empty fingers. Only at dusk A tender trembling keeps on repeating itself. Still without a touch Everything reminds me of it.
OTRO MODO DE TRISTEZA TUGA NA DRUGI NAČIN (Editorial Alfalfa – 2010),
Translated by J. de la Fuente 42
THE ENGRAVING
Mara Athanasios
Somewhere, towards the end of the world, The big eyes of a lonely boy Are floating between feathers. Indifferent, in front of a door: a little dog. I am sleeping below the frozen canal The night is caressing me with its terrifying hand. Horsemen in the metallic horizon. The Towers of Turgun on top of a hill Are putting out the candles of their windows. The wind is browsing through an old book, I dream of strange letters. Bare-footed saints are walking without a voice, The halos behind them like floating chains. A ray breaks the sky into pieces for someone Alone. I am sleeping beside the stone wall. Within me, crystal-like, the silence.
43
Arta românească a fost direct influenŃată de-a lungul timpului de evoluŃia destinului istoric care, prin aşezarea celor trei provincii româneşti – Transilvania, Moldova şi łara Românească, între graniŃele a trei mari imperii : Imperiul turcesc, Imperiul Ńarist şi AustroUngar, a trebuit să supravieŃuiască şi să depăşească vicisitudinile vremurilor.
Apărută la sfârşitul secolului al XIV-lea, arta cultă românească s-a manifestat ca o continuatoare a artei tradiŃionale bizantine, cu deosebire prin pictura monumentală religioasă, pictura religioasă de şevalet, în tempera (icoane), sculptură decorativă şi ceramică decorativă. Sfârşitul secolului al XVII-lea şi începutul
ARTA ROMÂNEASCĂ
secolului al XVIII-lea a marcat apariŃia primului stil de artă cultă românească, stilul cantacuzin-brâncovenesc, care
FLORIN ROGNEANU
s-a
arhitecturii,
manifestat picturii
cu
deosebire
monumentale
în
domeniul
religioase
şi
în
domeniul artelor decorative (metal, Ńesături, lemn). Critic de artă şi Director
CondiŃiile impuse de Imperiul turcesc celor trei provincii
al Muzeului de Artă
româneşti au făcut ca abia la sfârşitul secolului al XVIII
Craiova
-lea şi începutul secolului al XIX-lea să apară în România pictura şi grafica laică de şevalet, această perioadă fiind cunoscută şi sub denumirea de perioada artiştilor primitivi, adică acei artişti cu studii de specialitate
făcute
în
străinătate,
în
special
la
Academiile de Artă de la Viena şi Roma.
Iată de ce putem vorbi cu adevărat de arta plastică cultă românească abia începând cu perioada modernă, adică din deceniul al VI-lea al secolului al XIX -lea, după deschiderea cursurilor primelor Academii de Artă de la Bucureşti şi Iaşi şi constituirea primelor mari pinacoteci ale statului în cele două oraşe amintite mai devreme.
Aşadar, până la perioada contemporană – dacă considerăm acest moment după cel de-al doilea război mondial –, arta românească a trebuit să recupereze 44
Dincolo de expoziŃiile organizate în
întreg parcursul istoric european numai într-
o sută de ani: de la clasicism, romantism, spaŃii muzeale, galerii de artă particulare, preimpresionism, postimpresionism,
şi promovarea prin intermediul internetului
impresionism până
la
simbolism
şi care are însă un mare dezavantaj înlăturând
constructivism, cubismul şi expresionismul contactul
direct
cu
opera
originală
al
de la începutul secolului al XX-lea. MulŃi receptorului, ş. a., există şi alte formule dintre pictorii, sculptorii şi graficienii români diverse de promovare a artei contemporane din perioada interbelică au fost iniŃiatorii sau româneşti pe plan european. au făcut parte din mişcările avangardiste Una dintre acestea ar fi aceea de
europene în domeniul literaturii şi artelor
plastice şi am aminti aici numai câŃiva dintre prezentare a artiştilor în propriul spaŃiu de aceştia: Tristan Tzara, Mattis Teutsch, creaŃie, atelierul în care se petrec marile şi Corneliu
Mihăilescu,
Cecilia
CuŃescu interesantele
Storck, Victor Brauner, M. H. Maxy sau interviurile Samuel
Mutzner.
premisele
Ei
apariŃiei
au
artei
creat
experimente cu
artiştii
artistice,
despre
idealurile
astfel propriului demers creator. Aceasta ar fi una
contemporane dintre modalităŃile unui contact direct operă
româneşti, o artă cu o dinamică evolutivă -artist, document peste timp şi o bază de extrem de accentuată, dar şi cu specificităŃi cercetare
viitoare
asupra
evoluŃiei
artei
legate de arta tradiŃională populară, de româneşti contemporane. redescoperire şi reinterpretarea unor semne Ea poate să conducă direct la nişte
şi simboluri ale artei arhaice româneşti. relaŃii
interumane
şi
artistice
la
nivel
Modernismul şi postmodernismul de european şi să pregătească publicul din alte la sfârşitul secolului al XX-lea şi începutul Ńări
pentru
o
mai
bună
receptare
a
secolului al XXI-lea, mişcări artistice fără o mesajului artei contemporane româneşti. coerenŃă
aparte,
ele
fiind
rezultatul
accentuării unui mesaj artistic unic, specific fiecărui creator în parte. De aici necesitatea promovării fiecărui demers artistic individual ca o entitate aproape unică ce trebuie cunoscută şi analizată prin idealul propriu fiecărui artist. Modul extrem de divers şi dinamic prin care se face legătura astăzi între demersul artistic individual şi marele public, impune găsirea unor formule asociative de prezentare
şi
promovare
a
artei
contemporane româneşti atât în Ńară cât şi în străinătate.
45
Atât cât memoria nu mă înșeală, nu cunosc în istoria artelor vreun artist în a cărui geneză să nu se afle sâmburele zămislitor al unui alt artist, ca sămânță de inspirație și mugur estetic interior. Începutul oricărui creator este în parte epigonic, în parte gest al desprinderii de maestru. Nu putem fi înnoitori, fără să trecem prin cazna „exercițiilor de admirație”, iar cine crede altminteri, este orb sau se minte pe sine. Universul ideatic al Marei Athanasios își are originea în Umanografia lui Romeo Niram. În chip asumat, două din fotografiile sale sunt propuse ca verigi explicite de legătură cu opera pictorului. Dincolo de aceste „replici”, se deschide o lume în care misterul feminin, umbra accentuată, lenjeria,
ascunderea
chipului,
intimitatea
închisă
în
gestualități efemere, negrul și roșul, instantaneul fotografic
Universul feminin al fotografei
sunt elemente care ne permit reflecții comparative. Să privim însă mai cu atenție ceea ce, inevitabil, îi desparte. Aș spune ca, în mod hotărât, sexualitatea privirii.
MARA ATHANASIOS
Corpul feminin a fost, în arte, o creație a masculinității. În vremurile moderne, artiștii care s-au apropiat de cea mai tulburătoare temă plastică (i-aș zice arhitemă) au avut
DAN CARAGEA
de răspuns multor exigențe culturale, estetice și psihologice deopotrivă. Cum nu există ingenuitate și nici naturalism în modernitate,
artistul
dezvăluirea,
seducția
și-a și
premeditat limita
ascunderea
pudorii,
anticanonul, intimitatea și convențiile
canonul
și și
psihologice ale
vremurilor. Privirea femeii asupra corpului feminin (metaforă perfectă a oglinzii) este recentă și, poate de aceea, ar merita să stăruim asupra ei. Mara Athanasios își alege două modele (dintre care unul este automodel) care se topesc abil
într-o
viziune
unică:
corpul
tânăr,
aproape
adolescentin, cu pielea de culoarea grâului copt, expunând cu predilecție spatele, umerii, brațele, genunchii. Alteori, privim ghemuiri de „cumințenii ale pământului”, în care trupul se adună, fetal, înspre sine. Corpurile ei, adesea dinamice, se dezvăluie ca promisiune în afara spațiului instantaneului fotografic. Oare de ce ? Cred ca avem de-a face aici cu evitarea deliberată a 46
Mara Athanasios47
dezvăluirii de care timpul nostru abundă. Imaginarul colectiv se confruntă azi cu o proliferare a nudului, de la anorexicele corpuri care
defilează
pe
pasarelele
de
modă,
la
modelele care publicitează, într-un joc de tranzacții al seducției, produse cosmetice și parfumuri, la cele siliconate, care saturează media de la apariții erotice până la pornografie. Mitul frumuseții feminine, ca țintă a dorinței masculine,
este
astăzi
dispers,
deformat,
anticanonic și profund sexualizat. De aceea, bănuiesc
că
mesajul
expoziției
constă
în
respingerea acestui univers de transformare obiectuală,
excitantă,
Athanasios
ne
a
readuce
corpului. blândețea
Mara privirii
naturaliste, a armoniei juvenile, a sublimării dorinței în plăcere estetică. În pofida unor inerente stângăcii tehnice, nu pot să trec neobservată o altă calitatea fotografei:
rezistența
la
ispita
contrafacerii
electronice. Este important, măcar la debut, ca un artist să aibă curajul expunerii „sărace”, înainte poate de a-și croi, cu deplină limpezime, Mara Athanasios
drumul. Un drum pe care i-l doresc tenace, ambițios și creator, mereu atentă la marea „umbră” a picturii, cu care fotografia, ca nimeni alta, se măsoară, conștient sau inconștient, de mai bine de un veac încoace.
48
FLUTURI Mara Athanasios
La morgă, zac fluturi morți Ochii lor sunt negri și deschiși. Ii voi îngropa în cutii de mătase fină. Erau fluturii mei, odinioară Și locuiau în plămânii mei.
Complet singură Sunt indiferentă la durerea mea. In afara mea, Plutește ca o sferă Aproape perfectă Acolo, unde se zbat aripi moarte Sub suflet.
Păsări nocturne Cu unghii de obsidiană… Și se auzea crescând planta Care îmi va vindeca Inima zdrobită.
DUŠICA NIKOLIê DANN Poeme SPERANȚ ȚE GRAVURA Presentimente bolnave Speranță sfârșită. Fără să mai aibă importanță fastul și strălucirea, Clopoței veniți din perna mea verde. Degetele sunt goale Doar la asfințituri Se repetă Un tremurat tandru. Si încă fără vreo atingere Totul mi-l aduce aminte.
Tradus de Nina Popovici
Undeva, către sfârșitul lumii, Ochii mari ai unui baiat singuratic Plutesc printre pene Indiferent în fața unei porți: un cățel. Dorm sub canalul înghețat Noaptea mă mângâie cu mana sa îngrozitoare Călăreți în orizontul metalic. Turnurile din Turgun în varful colinei Iși sting lumânările din geamuri Vântul răsfoiește o carte veche Visez litere ciudate Sfinți desculți umblă fără voce Cu aurelolele după ei ca niște lanțuri plutitoare Un fulger împarte cerul în bucăți pentru cineva Singură Dorm lângă peretele de piatră Inăuntrul meu, cristalină, tăcerea 49
În toamna anului 2004, am făcut o călătorie, cu autocarul, de la Lisabona la Santiago de Compostela. Am obiceiul ca, ori de câte ori călătoresc, să-mi iau cu mine o carte pentru a rezista monotoniei, orelor moarte și insomniilor hoteliere. Am ales atunci GAURA. APA VIE, APA MOARTA, al doilea roman al lui Ștefan Mitroi, și care apăruse la București în urmă cu câteva luni. Mărturisesc că nu mi se întâmplă des ca, atunci când încep o lectură, să nu mai pot lăsa cartea din mănă până nu ajung la capăt. Este confirmarea supremă, pentru mine, fără a-mi purta gândurile prin alambicate retorte analitice, că acea carte este
LUMEA DE SUB MORMINTE DAN CARAGEA
o carte bună. Seducția a dăinuit mult timp și m-am pomenit traducând-o în portugheză, fără să-mi vâr nasul în verdictele criticii. Și iată că acum, în anul 2011, GAURA apare și pe piața literară spaniolă. Nu știu să vă explic, în chip satisfăcător, de ce unele cărți încep, prin voințe umane conjugate, să călătorească. Am pomenit în paragraful anterior de mai multe ori cuvântul călătorie, și acest fapt nu este deloc întâmplător. Un foarte inteligent om de litere român, Marian Popa, a spus cândva că formula epicului s-ar reduce la „cineva care vine sau la cineva care pleacă”. Astfel, arhitema narațiunii din totdeauna a fost călătoria. Romanul lui Ștefan Mitroi nu dezminte această lapidară exprimare. GAURA este, înainte
de
toate, romanul unei
călătorii ad inferos, în căutarea lumii de dincolo, zisă ireală sau fantastică, dar, despre acest adevăr, Ștefan Mitroi are „ingenua” înțelepciune de a se îndoi. Lumile sale sunt deopotrivă reale, căci imaginarul romancierului se țese din memoriile colectivității natale, din visele și basmele pe care și le plăsmuiește pentru copilul din el, din jocul manierist al „lumii pe dos”, din meșteșugiri poetice și din scenete dramatice răscroite din eternul teatru al vieții. Mitroi scrie într-un fel sincretic, urzind abil epicul, liricul și dramaticul. Aceasta particularitate a scriiturii sale romanești m-a făcut să-l iau tot mai serios în seamă în acești ultimi ani. GAURA (un cuvânt „adânc”, care ne vine din 50
substratul traco-iliric) este, deopotrivă, și romanul unui călător care își împlinește destinul. Anghel Preducel, fântânarul, pleacă dintr-un sat din sudul românesc în lumea de dedesubt, hălăduind, după spusele autorului, vreo douăzeci și cinci de ani pe acolo. Indigenței vieții materiale cotidiene de la țară, i se opune apetența oamenilor pentru filozofare, pentru iscodirea adevărurile existențiale. Iată de ce, cred eu, la Ștefan Mitroi, maniera clasică de a trata ruralul nu este nici pitorească, nici realistă, nici magică. Țăranul său este un om pur și simplu aidoma tuturor pământenilor, dar care viețuiește într-un spațiu mental al memoriei colective în care sacrul, în sensul lui Eliade, încă nu a căzut în profan. În GAURA, narațiunea se sprijină pe un triunghi discursiv: profețiile Tămâiței, care vorbește de soartă și de blestem în chip aproape antic, povestea țigăncii Caterina și scrisorile lui Anghel protagonistul. Ca în orice mare călătorie transgresivă, important nu este dobândirea tainei ultime, ci drumul inițiatic în abisurile ființei eroului ‒ un visător, un nebun, un damnat. Nu știm prea bine ce este și nici nu e musai să știm, căci povestea unui om nu este cu adevărat exemplară decât dacă își păstrează nedezvăluit misterul. Astfel, cartea lui Ștefan Mitroi se întregește cu o alta, speculară, în sufletul nostru eratic, carte despre care nu știm decât că începe să se „scrie” din clipa în care, extaziați, revoltați sau buimăciți, am terminat ultimul rând și închidem coperta acestui foarte ingenios roman. 51
A obra de ONIK transporta um sentido. Este sentido é o próprio movimento da energia, núcleo central da vida. A união entre o positivo e o negativo, entre o homem e o animal, entre a noite e o dia, a mulher, a água, as estrelas, metamorfoses de luz brilhando na noite. O espanto do não saber, conjugado com o conhecimento da realidade friamente rasgada, para deixar passar o espírito dos seres e dos objectos, cujos valores são atributo do conhecimento dos deuses.
TIME FOR WINE AND ROSES Onik Sahakian ÁLVARO LOBATO DE FARIA Director Coordenador MAC
ONIK lança como que uma escada entre os mundos do real e do irreal, palmilhando a estrada dos homens, onde caminhos perdidos, enfrentam uma beleza intraduzivel. Em “Time for wine and roses” verificamos uma vez mais que ONIK utiliza habilmente as suas imagens visionárias.
Onik Sahakian pintura Time for wine and roses 2 a 22 de Junho/2011 MAC _ Av. Álvares Cabral, 58/60, 1250-018 Lisboa 52
O seu desenho exacto e nítido dá-nos paisagens desérticas, visões harmoniosas e cruéis pintadas com cores vibrantes, oferecendo-nos incontáveis e aliciantes leituras. A técnica pictórica de ONIK caracteriza-se por este desenho meticuloso, numa minuciosidade quase fotográfica no tratamento dos detalhes, com um colorido muito brilhante e luminoso.
ONIK objectiva os seus sonhos metafísicos, acreditando que o essencial é sentir e que qual que r e xplicaç ão inútil po deri a perigosamente enfraquecer a sensação que temos ao presenciar a sua obra fantástica. A mensagem profundamente artística, com a autonomia qualitativa que ONIK nos transmite, volta a colocar o problema que é a arte de viver, onde a arte simplesmente encontra com normalidade uma hierarquia aceite naturalmente, um lugar digno de si. Para além do que revela, da integração e descobrimento do mundo das artes plásticas
ONIK dá-nos, na invenção da forma e nas configurações cromáticas, a consciencialização e mensagem de angústia e de esperança, que simultaneamente interferem e participam no horizonte do nosso tempo. ONIK é essencialmente um emotivo, uma personalidade de um requintado mundo sensível, para quem a Arte é o seu principal lenitivo. O MAC - Movimento Arte Contemporânea, muito se congratula com esta nova exposição, de grande nível artístico, dotada de uma técnica rigorosa e surpreendente, de observação muito enriquecedora.
MAC - Movimento Arte Contemporânea
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A 4 de Dezembro de 1936, nasceu na capital do então Império Persa, Onik Sahakian. Filho de uma família de origem russo-arménia que se refugiara em Teerão após a revolução bolchevista, desde cedo revelou uma clara aptidão para as acividades artísticas. Aos sete anos já concebia e construía os seus brinquedos e por essa idade teve início a sua educação artística na área da música e dança, sendo-lhe também concedida uma bolsa de estudo para a frequência do Curso de Pintura de Miniaturas Persas, no afamado Honarestan Zibaé Keshwar (Instituto de Belas Artes de Teerão). Jovem adulto, parte em 1956 para os Estados Unidos com o fim de estudar Ciências Políticas, mas preferiu enveredar definitivamente por uma carreira artística, ingressando no Chouniard Arts School de Los Angeles, concluindo o seu Master em 1964. Sob orientação de reconhecidos Mestres, estudou as técnicas dos pintores
BIOGRAFIA ONIK SAHAKIAN
clássicos, sendo influenciado pelas escolas francesa, holandesa e italiana, embora numa fase posterior, viesse a interessar-se pelos impressionistas franceses. Conheceu Salvador Dali em 1958 e essa amizade perduraria até ao fim da vida do pintor espanhol, inevitavelmente sendo também atraído por uma certa visão do mundo, plasmada no irresistível apelo do Surrealismo Daliniano. Em 1969 passou a residir em Nova Iorque, onde funda a sua empresa de consultoria de arte e concepção de jóias, a Onik Designs Ltd. Em 1971 apresentou a Exposição de Joalharia e Pintura no Rockefeller Center, sob o o tema “O Quadro e a Jóia do Mês”, um excepcional evento que se alongaria por um 54
ano e que lhe valeu o reconhecimento do público e das páginas centrais dos mais relevantes jornais e revistas novaiorquinos. Em 1987, Onik estabeleceu-se em Portugal e em 1990 aqui realiza sua primeira exposição, onde o seu multifacetado talento proporciona trabalhos de pintura, joalharia – algumas das joías de Gala, são de sua autoria -, escultura, cenografia e guarda-roupa para ballet. Tem exposto na América e na Europa, sendo mencionado em centenas de revistas, jornais e livros de renome mundial. EXPOSIÇÕES 2011: MI –Galeria de Arte, Lisboa. 2010: Paula Cabral, Galeria de Arte, Lisboa. 2009: Central Exibition Hall Manezh International Art Center de Moscovo, recebendo o Prémio de Melhor Artista Surrealista do Ano e respectivo Diploma. Centro Cultural Municipal de Bragança, sob patrocínio da Fundação Gulbenkian. 2006: Gevorgyan Gallery, Ierevan, Arménia. EPAL, Museu da Água, Lisboa. 2005: Centro de Cultural e Congressos, Porto. 2004: Galeria MAC, Lisboa. Museum of European Culture, Berlim, Alemanha. 2003: Museum of World Culture, Gotemburgo, Suécia. The National Museum, Copenhaga, Dinamarca. 2002: Museum of Popular Culture, Áustria. EPAL, Museu da Água, Lisboa. Museu da Cerâmica, Loures. 2001: Council of Europe Museums, Bruxelas. Galeria Boavista, Elvas. Galeria MAC,
Lisboa. Galeria Inter-Atrium, Porto. Embaixada dos Estados Unidos da América, Lisboa. 1999: Galeria MAC, Lisboa. Galeria Ipanema Park, Porto. Galeria Inter-Atrium, Porto. Culturgest, Lisboa. Embaixada dos Estados Unidos da América, Lisboa. 1998: Galeria Conventual, Alcobaça. 1997: Galeria Euroamerica, Barcelona. 1996: Galeria Arte Vária, Coimbra. Salon d’Automne, Grand Palais, Paris. Museum of Contemporary Art, Moscovo. 1994: Museu Nacional do Traje, Lisboa. 1993: Centro Cultural de Belém, Lisboa. 1992: Galeria António Clara – Clube dos Empresários, Lisboa. Galeria S. Mamede, Lisboa. Galeria Carvalho Araújo, Braga. Dyansen Gallery, Trump Tower, Nova Iorque. Rockefeller Center, Nova Iorque. 1991: Galeria S. Mamede, Lisboa. Galeria Arte Vária, Coimbra. Galeria Escada Quatro, Cascais.
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MARIPOSAS Na morgue, jazem mariposas mortas. Os seus olhos pretos e abertos. Enterrarei-as nas caixas de seda fina. Eram as minhas mariposas, há algúm tempo atrás E habitavam nos meus pulmões.
DUŠICA NIKOLIê DANN
Totalmente sozinha Estou indiferente à minha dôr. Fora de mim, Flota como esfera Quase perfeita Aí, aonde batem asas mortas, Debaixo da alma.
POESÍAS Pássaros nocturnos Com unhas de obsidiana… E ouvia-se como crescia a planta Que curraria O meu coração desgarrado.
AS ESPERANÇAS
Do livro OUTRO MODO DE TRISTEZA - TUGA NA DRUGI NAČIN (Editorial Alfalfa – 2010), Espanha
Traduzido por: Teresa Carvalho 56
Doentes os presságios Acabada a esperança. Sem importar agora o fasto e o brilho, Sinos surgidos da minha almohada verde. Vazios os dedos. Somente nos pôres-de-sol Repite-se Um tremor amoroso. E ainda sem tacto, Todo faz-mo recordar.
O GRAVADO
Em alguma parte, no fim do mundo, Os olhos grandes de um rapaz solitario Flotam por entre as plumas. Indiferente frente à uma porta: um cão pequeno. Dormo debaixo do canal gélido A noite acaricia-me com a sua mão assustadora. Os cavaleiros no horizonte metálico. As torres de Turgun sobre a colina Apagaram as velas nas suas janelas. O vento folheia um libro antiguo, Sonho com letras estranhas. Os santos descalzos andam sem voz, As auréolas tras deles como cadeia flotante. Um raio parte o céu em pedaços para alguiém Sozinha. Estou a dormir ao lado da pared de pedra. Dentro de mim, acristalado, o silêncio.
Mara Athanasios
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™
NIRAM ART FUNDADOR: ROMEO NIRAM