Telúrica

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TELÚRICA 1

El libro póstumo de Wilms Montt  Crítica de libros: El Sur El Rey de la Cumbia


Editorial

Sección Crítica de libros

“Si, todo lo que existe debe perecer, el destino de todos los seres es la nada. Las causas de destrucción no son fáciles de enumerar: terremotos, huracanes y sobre todo el tiempo. Vivimos rodeados de cosas que perecerán, como nosotros mismos”.

El ojo de Huracán

Seneca – Cartas a Lucilo. Fragmento

Telúrica nace desde una concepción basada en la importancia que ha adquirido el lector como configurador de los textos literarios. El desarrollo de la capacidad crítica e interpretativa será el centro de nuestro trabajo de escritura, por lo cual nos encaminamos a despertar las capacidades de la conciencia intelectual y emocional, que se activan en el contacto de la lectura de literatura. No queremos caer en el cientificismo que guía toda tarea investigativa, pero consideraremos estos parámetros que complementarán nuestro desarrollo de escritura crítica. Nos preocupa como investigadores el descuido de las autoridades encargadas de diseñar los planes de estudio de la educación primaria y secundaria, en tanto se apoyan en reforzamiento de los estudios que los niños y jóvenes puedan encontrar en sus hogares. Si este apoyo no encuentra un suelo fértil, un entorno social y cultural propicio, se perderán los esfuerzos y los recursos invertidos vanamente en una tarea incumplida. Si el periodismo puede funcionar como puente entre los lectores y el poder que emana de ellos y de autoridades competentes, una sociedad democrática basará sus pilares en esfuerzos bien encaminados. Por último, Telúrica desea actuar como centro de acopio de las últimas publicaciones del entrono cultural nacional y latinoamericano. De esta manera, queremos incluir a los países vecinos en nuestra concepción de sociedad cultural, ya que las fronteras territoriales actúan de forma advenediza, ante lo cual se enarbolan los elementos convergentes por sobre los divergentes, siendo en aquellos donde se conforma precisamente la unidad transamericana.

El Sur de Daniel Villalobos Los libros que leo (2012) Por Isis Vidal

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Tenemos algunos datos del autor de El sur, Daniel Villalobos. Es crítico de cine de La Tercera, nace en Temuco en los setentas. Esta novela autobiográfica nos ayudará a conocer algo más de su identidad, pero por sobre todo, supone una conmemoración de una generación culturalmente reconocible pero que aún pareciera seguir oculta. Los sucesos que recorren estas páginas, se instalan desde la perspectiva de la niñez y adolescencia de Daniel, su autor y protagonista. Los hechos son narrados a modo de retazos, guiados por un eje temático que acompaña a cada capítulo. Este recurso, no estrictamente lineal de los sucesos, alcanza a dibujar un contexto social más amplio que sirve de unión y telón de fondo: el paso en nuestro país de la dictadura a la democracia. Podemos decir que la novela de Villalobos explora las variantes de la novela realista, aportando la precisión del observador y protagonista de los hechos del relato autobiográfico. Gracias a su formación periodística, los matices estéticos de la tradición clásica desparecen, en pro de una descripción cruda, sin maquillaje. La pobreza, su estadía en el internado, la separación de sus padres, todo esto aparece impreso cual registro fotográfico, sin mediar sensibilidades en su estrecha comunicación con el lector. El espacio geográfico, además del contexto social, rinden tributo a la idiosincrasia sureña. Tomando distancia de toda perspectiva costumbrista, el sur viene a configurar la fuente


de donde emanan las esperanzas y los deseos incumplidos, el calor de los sentimientos humanos y la crueldad de quienes ejercen el poder, pues en los caminos entre Temuco, Puerto Saavedra y los pueblos aledaños, aún persiste la soledad de las comunidades tanto como la ley del más fuerte. Digamos que la perspectiva de Villalobos supone aquel salto a la capital, sin el cual quizás no podría dar cuenta de su cercanía al origen, pues El sur para su autor, es la conjunción de sentimientos contradictorios. La precisión formal de esta obra es la base de su expresión estética. Sin dejar pasar el estrecho margen entre realidad y ficción propia de la novela autobiográfica, podemos decir que la incomodidad frente a valores como la rudeza y la fealdad propias del registro popular, sólo se ven retratadas, y prescinde sin más a una interpretación anexa; nos hace presente su testimonio real y directo, libre de divagaciones, que a pesar de la precisión de las ideas, no alcanza a componer los matices, descartados por el exceso de luz y la exposición del relato periodístico. Los elementos que configuran esta novela testimonial autobiográfica, no dejan atrás el ejercicio de la memoria que persiste y actualiza la nueva vida de Daniel en la capital. Todo el relato transcurre en el sur. Las alusiones a Santiago como vía de escape son el contrapunto de una realidad social que se sostiene en la tenacidad de su gente y la porfía de los elementos en pugna, en la mixtura del indio. Como si en El Sur todos los elementos permanecieran separados e intocables, de lo cual da cuenta también la estructura temática de la obra: El sur y los libros, El sur y la música cebolla, etc. Es difícil establecer una distinción entre ficción y realidad, por ello no podemos exigir a su autor que dé cuenta de algo que no pretende constatar: escribir una novela clásica o más bien literaria. Las referencias de El Sur se hacen patentes en el carácter de su gente, en los sentimientos humanos, en la rabia y la auténtica felicidad cuando esta llega o cuando se va, y cuando se quiere volver a encontrarla. Por eso, estimamos que la novela de Villalobos al encontrar su fuente de creación en la propia experiencia vital, se asemeja a las grandes obras de la literatura no pretendiendo serlo.

La exasperante manía de pensar de Pablo Vásquez Editorial Forja (2008) Por María José Vargas

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Pablo Vásquez nació en Santiago en 1976. Como escritor autodidacta debutó en el mundo de las letras con un premio en el concurso “Neruda cien años”. En el que ganó con su cuento “Maestro”, incluido en esta compilación de relatos titulada La exasperante manía de pensar, publicada por Editorial Forja el año 2008. Vásquez nos presenta en cada uno de sus cuentos un estilo de narración rápido y simple, pero no por ello menos profundo. Su humor irónico nos hace identificarnos con los personajes decadentes y marginados por sus limitaciones intelectuales o psicológicas. En la generalidad de los cuentos nos vemos ante sujetos incapacitados para satisfacer las metas reclamadas por una sociedad demasiado exitista. “Frutilla”, cuento que abre la serie, es el mejor representante de un conjunto de relatos que mantiene una continuidad en su temática. El `Frutilla’, es un sujeto con alguna deficiencia mental, un niño en cuerpo de hombre discriminado y apartado por su apariencia física de los submundos a los que debiera pertenecer. Sólo cuando conoce la literatura aparece ante él un horizonte nuevo y positivo que le da las herramientas para defenderse. Quizás, éste también es uno de los relatos más débiles en cuanto a la manera de narración. Al estar relatado en forma de diario de vida se vuelve un poco monótono y opaco al principio, pero en su desarrollo nos atrae por las críticas a las instituciones educacionales, de salud e incluso a la base familiar. La literatura y la cultura se muestran como objetos que llevan a los sujetos a una liberación mental, o bien, a la locura. Lo que hace interesante a este libro es que trata la dualidad en las emociones de los personajes, pues los coloca en una dicotomía en su relación con la literatura. Sentimiento que se


traspasa al lector, quien puede quedar con una sensación de optimismo o de desesperanza total. Por otro lado, este abatimiento se aminora con creatividad en dos de sus cuentos relacionados con la cultura popular. Reconstruye la historia del Chavo del 8 y nos entrega una interesante anécdota del encuentro de uno de sus personajes con John Lennon. De este modo pintoresco equilibra las sensaciones de angustia que surgen por lo directo de su prosa.

Bonsái de Alejandro Zambra Editorial Anagrama (2006) Por Isis Vidal

describir el vértigo de aquel límite entre ilusión y realidad, por cual transitan sus personajes. En diálogo permanente con su escritura, la novela alcanza momentos notables, configurando una especie de memoria interna: los personajes se intercalan, revelándose conscientes de sí mismos en el proceso que les va dando forma. Aunque vemos la referencia a tópicos clásicos, como el arte a imitación de la naturaleza, la forma sencilla y accesible de narración hace que Bonsái pueda ser leída no sólo por especialistas. En menos de cien páginas Zambra pudo configurar un artefacto hecho de materia orgánica, pero también de prolijidad y belleza. Sección literatura femenina El ciervo herido

“Vuélvete paloma, Que el ciervo vulnerado Por el otero se asoma, Al aire de tu vuelo, y fresco toma”.

San Juan de la Cruz, Cántico espiritual

Lo que no se ha dicho de Teresa Wilms Montt Editorial Nascimento (1922) Por Javiera González Cáceres

Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) es reconocido en el medio nacional como un escritor emergente. Ha escrito sobre literatura en Las últimas noticias, “Revista de libros” de El Mercurio y The Clinic. También ha publicado los libros de poesía Bahía inútil (1998) y Mudanza (2003), siendo Bonsái (2006) su primera novela. Los avatares de la escritura son reunidos en Bonsái, tal como se constituyen en materia prima las historias a su interior. Pese a que el narrador detente una cierta falta de carácter –que aceptamos como simulada-, los méritos literarios de Zambra se basan en los trazos que arman una historia delicada, elegante sin excluir las oscilaciones dubitativas, como quién tantea en el vacío al desconocer la ruta. Los personajes se corresponden en la descripción de sus actos, desde los cuales cada uno trasciende en el otro conectados emocionalmente. Julio, su protagonista, se esmera en el cuidado del bonsái, cuya actividad se ha tornado dedicación, luego de la separación de su novia, y metáfora de la actividad literaria. El término de la relación entre Julio y Emilia, pues “ella muere y él se queda solo”, detona la ruptura del ensueño en plena juventud, en tanto se afronta una vida desprovista de sentido. Estamos ante un escritor que se afana por

Teresa Wilms Montt es una escritora chilena, nacida en la ciudad de Viña del mar a fines del siglo XIX (1893). Fue la segunda de siete hermanas nacidas del matrimonio de Federico Wilms y Brieba y Luz Montt y Montt, quienes desde pequeña le inculcaron los valores propios de la sociedad aristocrática a la que pertenecía, pero que, sin embargo, engendró sólo rechazo por parte de la joven escritora. Su vida tanto como su obra estuvo rodeada de dolor; le quitaron el derecho a ejercer su maternidad, la encerraron en un convento y, finalmente, en la navidad de 1921 se quita la vida, a la edad de 28 años. Su poesía, siempre en prosa, habla de la muerte, el dolor y la soledad en la que estuvo inmersa hasta el día de su muerte.

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Lo que no se ha dicho es un libro póstumo, publicado a un año de su muerte en 1922, en el que se sintetiza parte de su obra y que a su vez, se integra su diario de vida como una obra inédita. El discurso que pronunciado, sigue la línea del dolor, la muerte y la soledad. Su correlación está siempre en primera persona, se trata de un lenguaje directo que apela a la sensibilidad del lector, que tiene aires de vanguardia y un carácter autobiográfico que narra el dolor de la pérdida del amante, de sus hijas y la soledad en la que se ve envuelta en las grandes ciudades del viejo continente. Si lo que se busca es encontrar a la Teresa feminista y sindicalista, no es esta la obra indicada, pues se nutre de la introspección del hablante lírico, que se cuestiona, se pregunta y se responde respecto a su existencia, a su dolor, a su pena y cuyas respuestas conllevan siempre la figura de la muerte. La obra de Wilms Montt, se encuentra actualmente olvidada y no es posible encontrarla en los grandes comercios y librerías, sin embargo, y gracias a la tecnología se encuentra disponible en medios digitales como memoriachilena.cl. En términos simples, Lo que no se ha dicho es una obra fundamental que no debería estar ausente ni del currículum escolar, ni mucho menos académico, pues se trata de una obra rica en historia, en visiones de la realidad alternada, pues no solo se trata de una mujer del siglo XX que escribe al amor y a la muerte, sino que suma a lo anterior, una perspectiva enriquecida respecto a la evolución, no tan clara, en relación al rol de la mujer en la sociedad contemporánea.

Mi cabeza es un abismo de dolor donde mis pensamientos ruedan, sin detenerse, como dgiles piedras. Trato de meditar y mis cogitaciones se ahogan y ruedan como cuentas osciiras en cl despefiadero de la nada. Solo existe una verdad tan grande como el sol: la muerte. (Wilms 117)

Sección de literatura latinoamericana Transamérica

El Rey de la cumbia de Washington Cucúrto Editorial Elisa Cartonera (2010) Por Javiera Noemí González Cáceres

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Santiago Vega, también conocido como Washington Cucúrto, su pseudónimo literario, es un escritor argentino nacido en Buenos Aires y pese a no ser un autor conocido, es un referente de activismo social y crítica sistémica dura y pura. Su prosa – y también su poesía- es cruel y narra, de manera muy detallista y auténtica, historias de barrio, de bares y de vida que en muchos casos los críticos han intentado homologar al mundo del intelectual porteño. Argumento que resulta erróneo y que se debe al desconocimiento del autor, sumado a las co-referencias de su entorno, pero que de todas maneras se aleja de su vida íntima, la cual ha procurado mantener al margen de su carrera. Su formación, a diferencia de lo que podría pensarse, es la de un dependiente de supermercado. Si bien no tiene estudios universitarios su crítica viene de dentro del conflicto, y apunta a lo que él conoce, una realidad más cruda y no maquillada por el literato. La narración de El rey de la cumbia (2010) está contada en primera persona y en tiempo presente. El personaje habla de un mundo que él frecuenta, de su realidad y de sus experiencias, todo esto abarcado a partir de un narrador protagonista. Los demás actores que rodean a Vega sólo ayudan a entablar la discusión que intenta plasmar el trasandino; la de los personajes marginados, no sólo en la sociedad, sino que también de los cuentos, las novelas, la poesía, esos que por no representar una minoría pareciera que a ningún novelista les cautiva retratarlos, ya sea por su simpleza o porque no despiertan el interés del lector, algo que Cucúrto se encarga de desmentir en sus


relatos, y principalmente en El rey de la cumbia contra los fucking Estados Unidos, ya que nos envuelve con una prosa grosera, que en palabras del propio autor, en una entrevista a un diario trasandino, retratan sus “"[. . .]personajes [que] dicen barbaridades como las que escuchás en la calle". Es por todo lo anterior que este crítico social nos conquista con sus letras y nos transporta a los bajos mundos del barrio porteño de Constitución. Con respecto a la función de la novela de Santiago Vega, lo que busca es generar controversia y polemizar respecto a la otredad excluida de los relatos literarios, pero que de igual forma se suprime de la propia sociedad, es decir, que intenta retratar lo ignorado de esos otros, que son la masa, y que no representan un panorama interesante, a simple vista, para lo que, en palabras de Baudelaire, podríamos llamar el flâneur del libro, el paseante que inmortaliza todo en una pasada, y que a la vez no cuestiona sino que vive y se mueve con la realidad. En un sentido general, podríamos decir que Cucúrto cumple con eficacia lo que intenta transmitir al lector, pues no sólo nos traspasa esa intensidad de los barrios bajos del gran Buenos aires, sino que le suma angustia y precariedad sórdida a la historia. Si lo que el trasandino quería era contagiarnos de su crítica, lo logra y de manera extraordinaria porque juega con nosotros –lectores- a que esa cotidianidad espantosa nos cubra y nos haga cuestionarnos nuestros propios valores. Siguiendo esta lógica, es posible entender el juego narrativo(tiempo presente y un narrador protagonista), ya que logra contarnos lo que ocurre en este mundo con naturalidad, haciéndonos parte de él, incorporándonos como testigos de algo que le paso a uno otro cercano, utiliza en lenguaje corriente, sin adornos, es como que un amigo nos contara una historia. Todo el relato, en suma aporta a que a partir de la subjetividad del lector, este pueda sacar sus propias conclusiones críticas respecto sociedad en la que estamos inmersos. No obstante, el escritor nos deja ver su propia lectura; la vida de Norberto es una pequeña odisea cumbianchera, un camino lleno de obstáculos que parecen insignificantes, pero que son los que generan el desenlace del protagonista, y que además, nos permite entender por qué lo que nos parece a simple vista un delito (ser narcotraficante) podría incluso justificarse y tener una connotación positiva y leer en él valores sociales ¿Es esa la apuesta de Washington Cucúrto? En el plano de la formas de narración, el relato es más bien plano, y con esto me refiero a que hay un sólo narrador, nadie más habla, ni hay una conjunción de opiniones que

nos puedan mostrar otra óptica, sólo se limita a los hechos, el hablante jamás habla con una voz interior, pese a que el narrador es protagonista, no da atisbos de lo que pasa por su mente y se limita a contar lo que está viviendo y lo que ve. La única crítica que podríamos hacer al texto es que se hace un poco engorroso debido al lenguaje. Vega podría haber implementado una locución menos nacionalista para facilitar la comprensión a un lector extranjero, de esa manera la narrativa hubiera resultado más dinámica. No obstante, el porteño implementa su propia forma de suplir esta carencia a partir de un glosario en el que incluye las palabras más repetidas e indispensables del relato, lo que ayuda bastante a simplificar la complejidad del texto. Si caracterizamos al protagonista Norberto Santiago Vega, es un dependiente de supermercado que cada noche se embarca en aventuras de bar, conoce mujeres, las seduce y se divierte con ellas, y dentro de lo mismo, experimenta una serie de vivencias fortuitas que van desde experiencias homosexuales hasta tratos con el narcotráfico. Norberto es un antihéroe sumido en el viaje del héroe, deambula por distintas aventuras que pronto lo llevarán a un desenlace inesperado, pero que lo sitúa en un lugar de respeto dentro de este mundo desenfadado y torcido por el que transita. De los demás personajes, como lo mencionaba sólo aportarán a enriquecer al protagonista, sin que ninguno trascienda en el cuento, de hecho son mencionados esporádicamente y muy rara vez veremos que un personaje secundario aparezca en dos escenas, quizás el único personaje que acompaña a la maduración de Vega sea Don Rosalino, el amigo del padre de Norberto. En síntesis, la motivación o hilo conductor que mueve la narración es la experiencia crítica del autor frente a la otredad, pero no se trata de una mirada al pobre y desvalido, típico de las novelas latinoamericanas que relatan tan solo las tristes soledades de los individuos hispanoamericanos, Norberto no es uno de ellos, sino que es el verdadero otro, el que se oculta entre la masa, al que nadie retrata en los libros, y de los que pese a ello nos invaden, nos rodean y componen de manera concisa la cotidianidad del panorama social de las capitales latinas. El rey de la cumbia contra los fucking Estados Unidos se instala entonces como un libro interesante y necesario para cualquier lector que desee conocer otra mirada de la cultura latinoamericana, más crítica, real y, por sobre todo cercana.

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