3 minute read

Abriendo el paracaídas

Richard Leslie Ramsay

Editor | Director Revista Desafío Exportar

Advertisement

El próximo día 14 los argentinos tenemos la oportunidad de abrir el paracaídas para frenar la caída libre de nuestro país al infinito. De repetirse los resultados de las P.A.S.O. y si los nuevos elegidos para la cámara de Senadores y cámara de Diputados están a la altura de las circunstancias, la caída podría atenuarse y darse las condiciones para empezar a ordenar un poco el país, y ponerle freno al desenfreno de los Fernández que en su desesperación por temor a las consecuencias que podrían tener la pérdida de senadores y diputados adictos, nos han sumido en un laberinto de oscuro en muchos órdenes: economía, educación, seguridad, narcotráfico, institucionalidad, justicias, pobreza, indigencia, inflación, aislados del mundo, salud, corrupción, y como corolario el desprecio total hacia los jubilados que perciben la mínima frente a los haberes conocidos de Cristina Fernández equivalente a 96 jubilaciones mínimas. Un desprecio por la gente que de buena fe los votó, y muchos volverán a hacerlo por comprarles el voto mediante el regalo de heladeras, bicicletas o dinero en la papeleta del voto y un choripán. Una ilegalidad manifiesta por parte de gobernadores e intendentes, y una inmoralidad de los electores que venden el país a los corruptos más grandes de nuestra historia.

Alberto Fernández, como presidente de la Nación, es lo menos confiable y creíble del gobierno, y sus presencias en actos armados con llaneros juntados para las fotos, pero cero militancias convencidas de las bondades del presidente, que carece de todo tipo de plan para sacar al país de la crisis en la que estamos sumidos. Incapacidad manifiesta, una dependencia total a los jefes del partido: Cristina, Máximo y Axel Kicillof. Su palabra tiene menos peso que una pluma. Los únicos planes que tienen son profundizar con recetas fracasadas repetidamente, como si aplicando las mismas medidas podrían esperarse resultados diferentes.

El rejunte de gente para formar un gobierno con diferentes ideologías, no pueden tener un resultado favorable, ya que el gobierno está conformado por compartimentos estancos y dónde la cordura y el buen criterio es el gran ausente. El año que viene empiezan a vencer compromisos de pago con el Fondo Monetario Internacional, y todo atisbo de acordar se diluye al hacerse públicas las diferentes opiniones, con diferencia de una semana Cristina dice que no pueden pagar, Alberto que sí quieren acordar, Guzmán se disfraza en Halloween para caer simpático con los funcionarios del fondo, y en el término de una semana todos opinan “públicamente” distinto. Arman una bomba de muy difícil desactivación.

En el medio nosotros, sufrido pueblo argentino castigado con gobernantes de segunda, economistas de tercera, y una justicia de cuarta. Me preocupa no las dádivas para comprar el voto por parte del peronismo-kirchnerismo, signo político que no duda en acudir a todo tipo de fraude para no perder el poder, sino el pueblo desinformado e indiferente a la corrupción, el robo, el enriquecimiento de una pequeña clase política a costa de un pueblo pobre y miserable, que les permite seguir medrando con la pobreza, planes y desempleo. El kirchnerismo ama los pobres por eso los multiplica.

Año 1900 Argentina era la sexta potencia económica mundial, hoy Argentina un país devaluado de los más pobres del mundo, gracias exclusivamente a la clase política que casi nunca pensó como estadistas qué país queríamos ser a años vista, oólo en administrar la emergencia. El país “granero del mundo”, con 50% de gente pobre, muchos indigentes y chicos con hambre, incapaces de desarrollarse frente a la mirada indiferente de la casta política que son millonarios a su costa.

La burla política es pública, desembozadamente.

Mientras que la clase jubilada orilla el hambre con un haber de 25.000 pesos, los políticos apenas habiendo pasado por la administración pública por breves períodos cobran millones. Cristina Kirchner vetó la ley del 82 % vital y móvil para los jubilados, y ella hoy cobra lo mismo que 96 jubilados con mínimos haberes.

La desvergüenza con la luz encendida.

El próximo domingo 14 dependerá de nosotros el corregir el rumbo de este gobierno que sólo nos lleva al borde del acantilado y con un pie levantado para apoyarlo en el vacío.

This article is from: