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exportaciones

Opinión

Alejandro Vicchi

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Licenciado en Comercio Exterior y Magister en Relaciones y Negociaciones Internacionales, profesor universitario, actualmente director para Federalización de la Innovación Productiva del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.

En su discurso al Congreso por la apertura de sesiones ordinarias el presidente Alberto Fernández

anunció nueve “misiones industrializadoras”, y una de ellas es duplicar para 2030 las exportaciones de 25 sectores alcanzando la cifra de 170 mil millones de dólares. La exportación, ya sea cómo verbo o sustantivo, fue mencionada 24 veces durante su mensaje, incluyendo cuando dijo que “necesitamos aumentar las exportaciones por la vía de una mayor producción, no con menos consumo interno” -una referencia implícita al dilema que planteó la exportación de carnes. Un dato a destacar es que la meta aludida para 2030 toma como punto de comparación exportaciones por 85 mil millones en 2021, lo que significa incluir en la base a los servicios basados en conocimiento (SBC), en lugar de centrarse en el indicador que sólo toma la exportación de bienes y que es la cifra más difundida, proveniente del tradicional informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA) del

La exportación cómo misión nacional, en el discurso presidencial

INDEC.

Si bien es inevitable que las exportaciones de bienes y las de servicios se midan con diferentes metodologías, sería conveniente que el organismo comience a consolidar ambas magnitudes en los boletines del ICA, para que la parte intangible de nuestra oferta exportable sea más tenida en cuenta cómo se lo merece. Hay que recordar que la exportación de servicios en su totalidad (incorporando finanzas, telecomunicaciones, transportes y viajes a los SBC) equivale al 20-25% de las exportaciones de bienes. En su conjunto, las palabras del mandatario ratifican la importancia que este equipo económico asigna a la inserción comercial externa. En contraste los discursos inaugurales del presidente Mauricio Macri se refirieron a las exportaciones tres veces en 2016, cinco en 2017, dos en 2018 y 16 veces en 2019. Las primeras menciones de Fernández se refirieron a la cifra de exportaciones de bienes de 2021, récord desde 2021, advirtiendo que fueron “impulsados por los precios y las cantidades”, con hitos históricos cómo la marca alcanzada por las ventas al exterior de vino fraccionado. Cabe apuntar otro indicador positivo no incluido en el discurso presidencial: las MiPyMEs alcanzaron su nivel más alto de exportaciones en seis años. Cuánto de estos logros es mérito de las políticas económicas es difícil de determinar, cómo siempre. El discurso presidencial recordó, como medidas ya tomadas y apuntadas expresamente para promover las exportaciones, la reducción o eliminación (según el producto) del derecho de exportación para la gran mayoría de los productos de las economías regionales. Podría haber mencionado también la extinción, a partir del 1° de enero pasado,

de los derechos de exportación para los servicios. En rigor, sobre 35 propuestas que recopilé en el libro “Estrategia Exportadora para el Desarrollo de Argentina” (2019), este gobierno adoptó hasta el momento siete de ellas:

• Reducción a cero de los derechos de exportación para los bienes industriales finales y productos de economías regionales, reducción al 3% para los bienes intermedios (Decretos 410/2020 y 789/2020). • Reducción a cero de los derechos de exportación para las PYMES que exportan hasta usd 500 mil anuales, y a la mitad de la alícuota vigente para las que exportan entre usd 500 mil y un millón al año (Decreto 302/2021). • Aumento de los reintegros a la exportación industrial al 7% para los bienes finales y 5% para los intermedios (Decreto 789/2020). • Reducción a cero de los derechos de exportación de servicio a partir del 01/01/2022. • Implementación del Plan Federal de Asistencia Técnica, un programa nacional (Agencia Argentina de Inversión y Comercio Internacional) instrumentado en conjunto con las agencias provinciales de promoción, por el cual además de asistir en forma individual y personalizada a 600 PYMES de todo el país en la primera edición y 1.000 en la que está en curso, se impartió una diplomatura universitaria específicamente diseñada, de 120 horas, a 500 profesionales generando así en cada provincia capacidades de asistencia técnica en internacionalización. • Implementación mediante e-learning de un Curso Introductorio en Comercio Exterior para PYMES, de 16 horas, con módulos segmentados según fueran productoras de bienes o de servicios, con la participación de 12 instituciones públicas y privadas, ya en su 5° edición (organizado por la Secretaría de PYME y Emprendedores). • Otorgamiento de subvenciones a PYMES para acciones de apertura de mercados mediante el programa PAC y el programa Fortalecer, ambos implementados por el Ministerio de Desarrollo Productivo. Entre las cuentas pendientes, más allá de aspectos que exceden la política productiva (como la operatoria cambiaria, o la inflación), se encuentra en estudio la reforma del régimen de zonas francas de manera que sirvan para exportar, como ocurre en la mayoría de los países del mundo, y no sólo para facilitar importaciones. El discurso presidencial repasó tres proyectos ya en tratamiento legislativo y anunció otras dos iniciativas que, se espera, contribuirán al crecimiento sostenido y la diversificación de las exportaciones:

u ley agro- bio- industrial, ya en debate en la Cámara de Diputados, ofrece incentivos fiscales para inversiones que agreguen valor en el mayor complejo exportador del país; u ley de electromovilidad, también ya enviado al Congreso, estimula la producción de vehículos eléctricos y la industrialización local del litio; cabe destacar que Argentina hoy es el cuarto productor mundial de ese mineral, y ya hay fábricas nacionales de autos eléctricos en Buenos Aires, Córdoba, Misiones y San Luis; u ley de combustibles, que otorga previsibilidad cambiaria y aduanera a estas exportaciones, a la vez que da beneficios fiscales a la inversión; u ley de desarrollo de energía a partir de hidrógeno, relacionado con el proyecto australiano que se radicaría en Río Negro -”la inversión privado más importante en lo que va del siglo XXI”, 8.400 millones de dólares, lógicamente dirigido en su mayoría a la exportación; u ley del Sistema Nacional de Calidad “que permita evitar los frecuentes casos en que Argentina no puede exportar productos de clase mundial”, es decir que se enfoca en los estándares técnicos o barreras para-arancelarias requeridos para el acceso a otros mercados.

A las propuestas que debe tratar el Congreso se debe agregar en el análisis el plan ganadero, que ofrece créditos a tasa bonificada para aumentar la producción a la vez que instaura finalmente la comercialización por cortes en lugar de la media res, lo que facilitará distinguir las carnes reservadas para consumo local de las que tienen demanda internacional. Por último, el tramo sobre exportación del discurso en el Congreso ya plantea un horizonte positivo augurando que ya 2022 podríamos alcanzar los USD 100 mil millones de ventas al exterior, con los ingresos por servicios incluidos, lo que sería un alza de 5 a 13% respecto del año anterior. Desde ya, en un escenario mundial volátil cómo el que representa la escalada bélica europea, muchas proyecciones se verán alteradas, pero por el momento los planes oficiales permiten trabajar con un pronóstico favorable para el desempeño exportador.

Informe

Las exportaciones crecieron 21% con respecto a enero de 2019

Acumulan trece meses consecutivos de crecimiento mientras que el total exportado durante el mes de enero constituye el segundo mayor valor histórico para este periodo del año.

Las exportaciones argentinas del mes de enero totalizaron US$ 5.547 millones, 21% respecto a los valores exportados prepandemia de enero de 2019 y 2020, y 12,9% superior a los valores de enero de 2021. Con este incremento, las exportaciones acumulan trece meses consecutivos de crecimiento mientras que el total exportado durante el mes de enero constituye el segundo mayor valor histórico para este periodo del año, solo superado por el mes de enero del 2008. A través del trabajo que desarrolla la Cancillería, a través de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales a cargo de Cecilia Todesca Bocco, el incremento de las exportaciones fue impulsado por un aumento de 20,5% en los precios que más que compensó la caída de 6,3% en las cantidades, afectadas por menores ventas de MOA. Por el contrario, las cantidades de MOI tuvieron un crecimiento de 3,6%, acumulando 11 meses consecutivos de expansión interanual. Este crecimiento se debió principalmente a las mayores ventas de productos químicos y conexos. También se destacó la suba significativa en las cantidades exportadas de productos primarios (43,5% respecto a enero del 2021). Aumentaron los valores exportados de Productos primarios (79,6%), MOI (32,2%) y Combustibles y energía (12,5%). En el caso de las MOI ya superaron los valores pre pandemia de enero 2019 (+16%) y enero 2020 (+29%). Entre los productos MOI de mayor incremento en el valor exportado respecto a enero 2021 se encuentran el biodiesel, los automóviles de más de 2.500 cc de cilindrada y algunos medicamentos, entre otros. El sal-

do comercial fue superavitario en US$ 296 millones y lleva 13 meses consecutivos de saldo positivo. En tanto, las importaciones sumaron US$ 5.251 millones con un aumento del 36,6% interanual, explicado por incrementos del 20,5% en las cantidades y de 13,0% en los precios. De este modo, enero mantiene un sostenido crecimiento de los precios de las importaciones, que desde mayo experimentan una aceleración con tasas de dos dígitos fruto del alza en el precio de los combustibles y problemas de funcionamiento de las cadenas globales de valor. Esta dinámica trajo aparejados problemas de desabastecimiento y aumentos importantes en el costo del transporte. El valor del flete internacional en enero superó en 125,2% al valor del mismo mes de 2020. Este incremento incidió en casi 8 puntos sobre el ascenso del precio de las importaciones valuadas CIF. El crecimiento de las importaciones estuvo impulsado por los bienes intermedios, los bienes de capital y sus piezas y accesorios. En conjunto, estos bienes explicaron más del 80% del incremento de enero. Sobresalen las mayores compras de gasóleo; vacunas para medicina humana; unidades de máquinas automáticas para procesamiento de datos y glifosato, entre otras. Los cinco principales destinos de las exportaciones argentinas fueron Brasil, China, Chile, Países Bajos e India. En enero se destacó el crecimiento de las exportaciones a Chile (48,1%), China (30,4%) y Países Bajos (122,2%), el cual incluye el puerto de Rotterdam con tránsito hacia otros países. En tanto los cinco principales países de origen de nuestras importaciones fueron China, Brasil, Estados Unidos, Alemania y Tailandia. En todos ellos se registraron incrementos de las importaciones respecto a enero 2021. Los superávits más altos correspondieron al comercio con Chile (US$ 298 millones), Países Bajos (US$ 285 millones), Indonesia (US$ 170 millones), Argelia (US$ 168 millones), Perú (US$ 137 millones), Marruecos (US$ 128 millones) e India (US$ 126 millones). Mientras que los déficits más elevados se registraron con China (-US$ 1.135 millones), Brasil (-US$ 308 millones), Alemania (-US$ 127 millones), Tailandia (-US$ 125 millones), Estados Unidos (-US$ 104 millones), Italia (-US$ 66 millones) y Japón (-US$ 57 millones).

Brasil

Nuevo certificado analítico exclusivo para Brasil agiliza las exportaciones argentinas de vino

Como resultado de gestiones realizadas por el INV ante el gobierno de Brasil se aprobó un certificado analítico exclusivo para los vinos argentinos que les facilita el ingreso a ese país.

El organismo argentino INV, Instituto Nacional de Vitivinicultura, informó que de acuerdo a la Instrucción Normativa 67/2018 del MAPA (Ministério da Agricultura, Pecuária e Abastecimento) de Brasil las importaciones de vinos deben ingresar a ese país acompañadas por el Certificado de Análisis, Certificado de Origen y, de corresponder, Certificado de Tipicidad, todos ellos emitidos por la autoridad competente del país de origen. En cuanto al Certificado de Análisis, si bien no existe un modelo específicamente adoptado por el MAPA, éste exige que se incluyan el Número de Lote y Marca. Para cumplir con ello, a partir del 01/01/2021 todos los Análisis tramitados con destino a Brasil debían incluir dicha información. Atento que los Certificados de Análisis se tramitan por volúmenes que pueden amparar a más de una partida, variando, en consecuencia, los lotes y marcas, se genera una gran cantidad de solicitudes de copias de Certificados de Análisis por parte de los exportadores. El presidente del INV, Martín Hinojosa, comentó que “por esta situación realizamos gestiones ante el MAPA a fin de superar estos inconveniente en las exportaciones de nuestros vinos a Brasil. Como resultado de esas diligencias se acordó con el Ministerio la emisión de un nuevo Certificado de Análisis, de uso exclusivo para Brasil, el cual será generado y emitido automáticamente junto con los Certificados de Origen y Tipicidad al momento de aprobarse la Exportación” El certificado será emitido por el volumen de la partida a exportar, completando los campos Lote y Marca, con información declarada en la Exportación. Hinojosa anunció que “las determinaciones y valores analíticos se tomarán del Certificado de Análisis de Exportación correspondiente, por lo tanto, para las exportaciones que se tramiten a partir del día 10 de febrero de 2022 no será necesario declarar marcas y lotes en Análisis de Exportación, ni solicitar copias firmadas de los mismos. El Certificado de Análisis a presentar ante el MAPA será bajo el nuevo formato, no siendo necesario presentar el Análisis de Exportación, el cual podrá tramitarse por el volumen que el exportador estime pertinente”. “Para exportaciones que se hayan tramitado antes del 10 de febrero de 2022 podrán presentar el Análisis de Exportación que disponen, ya que el MAPA ha informado que no se producirán inconvenientes durante el período en el cual ambos documentos pudieran ser presentados: el Certificado de Análisis de Exportación para los casos de exportaciones ya en trámite, o el nuevo Certificado de Análisis para Brasil generado automáticamente para las nuevas exportaciones” explicó Hinojosa.

Informe

Qué pasará con las exportaciones argentinas a la zona en guerra

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca la relación comercial vinculada al agro de la Argentina con Rusia y Ucrania, países estos últimos en guerra.

El pasado 24 de febrero el mundo se vio conmocionado por la escalada bélica en el conflicto que venían manteniendo Rusia y Ucrania. Luego de autoproclamarse independientes las regiones de Donetsk y Luhansk, territorios que pertenecían a Ucrania, Rusia anunció su intención de llevar a cabo una “operación militar especial” en la región de Donbás, al este de Ucrania. Según palabras del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, esta acción respondía a la petición de los líderes de los territorios bajo conflicto. Sin embargo, la zona de conflicto se ha extendido a otras regiones de Ucrania incrementando aún más, la tensión. El rol preponderante de la economía de la región del Mar Negro sacudió a los mercados globales una vez conocidas las noticias. Tanto como abastecedores de energía como de alimentos, la importancia de Rusia y Ucrania para la estabilidad económica global exacerbó la volatilidad de estos mercados, condicionando las proyecciones de inflación, crecimiento y comercio global a mediano plazo, en principio. Argentina mantuvo en los últimos años un superávit comercial con Rusia, morigerado en el año 2021 por la importante importación de vacunas desde ese origen, por un monto total de US$ 223 millones, lo que representó el 34% de las importaciones de Argentina desde ese país. Argentina suele vender al país del hemisferio norte principalmente productos del complejo cárnico, frutas, lácteos y otros productos de los complejos agroindustriales. A cambio, el mercado importador desde Rusia esta signado principalmente por la industria de petróleo y fertilizantes. Aproximadamente el 50% de las importaciones fueron de petróleo refinado en 2019, por una cifra cercana a los US$ 155 millones. Por otro lado, aproximadamente un 35% de las importaciones estuvieron compuestos por fertilizantes y otros productos de la industria química, por unos US$ 100 millones de dólares. El año pasado nuestro país vendió productos del agro a esos mercados por más de U$S400 millones. Según los datos proporcionados por la Bolsa de Comercio de Rosario durante el 2019, el último año de «normalidad» antes de la pandemia, la Argentina mantuvo un superávit comercial con ambos países. Con el gigante ruso, el superávit comercial fue cercano a los U$S359 millones en medio de exportaciones que rondaron los U$S652 millones mientras relación bilateral con Ucrania es mucho más limitada comparativamente registrandose un superávit comercial cercano a los US$ 30 millones en 2019. Argentina realizó importaciones por cerca de US$ 6 millones de dólares, principalmente focalizada en productos del sector electrónico. Por el lado de las exportaciones, se imponen también los productos de los complejos agroindustriales, que re-

presentan cerca del 60% de nuestras exportaciones, con importante participación del sector frutícola. En 2019, la Argentina realizó ventas a Rusia por cerca de U$S190 millones de productos de los complejos cárnicos, principalmente carnes y menudencias por U$S68 millones, aproximadamente el 10% del total exportado a este país, sumado a unas U$S45 millones en carne congelada. A su vez, se exportaron cerca de U$S125 millones de los complejos frutícolas. Ucrania y Rusia son competidores directos de nuestro país en varios de los productos de los complejos cerealeros y oleaginosos que exportamos. Los precios en el mercado de Chicago presentaron una gran volatilidad en las últimas jornadas por la incertidumbre que el conflicto genera en torno a la fluidez en las cadenas de suministro. En estos días se conoció la noticia de que el ejército ucraniano suspendió las actividades comerciales en los puertos del país, mientras que Rusia limitó los movimientos de buques en el Mar de Azov, aunque mantiene a sus puertos del Mar Negro abiertos. En conjunto, estos países representan más de un cuarto de las exportaciones de trigo en el mundo, y el temor a un ajuste en las cadenas de suministro producto de la potencial imposibilidad del mundo de contar con el trigo de estos orígenes se ve claramente reflejada en el precio internacional del grano. Si bien Argentina de acuerdo con el volumen de exportaciones de equilibrio fijado por las autoridades nacionales podría exportar 14,5 millones de toneladas en la campaña 2021/22, el impacto de esta suba de precios tiene un efecto limitado, dado que el trigo de la actual campaña ya está prácticamente vendido. Actualmente se llevan comercializadas externamente 13,8 millones de toneladas de trigo, un 95% del cupo exportable. Por el lado del maíz, Ucrania es un gran jugador en los mercados mundiales, representando cerca del 16% de las exportaciones mundiales del cereal. La proporción del saldo exportable nacional de maíz que resta por fijar precio es también limitada. Sobre el final del año pasado vimos un importante adelantamiento en la comercialización de la nueva campaña comercial, llevándose vendidas a la fecha cerca del 70% de los 33,5 millones de toneladas de saldo exportable que podrían llegar a quedar para el país, todavía restando para conocer los rendimientos efectivos de una campaña afectada fuertemente por la seca. Las DJVE re-

presentan ya el 90% del volumen de equilibrio, por lo que no se pueden seguir anotando ventas al exterior a menos que falten menos de 90 días para el embarque. Por otro lado, estos países también tienen alto impacto en el mercado de aceites vegetales. Entre Ucrania y Rusia se originaría cerca del 80% de lo que se espera se exporte en la campaña 2021/22 a nivel global de aceite de girasol. Si bien las exportaciones de nuestro país de aceite de girasol son menos representativas, destinándose gran parte de los productos de esta industria al mercado interno, este es un producto que compite directamente contra el aceite de soja. Una suba en los precios del aceite de girasol tracciona los precios del aceite de soja, generando también un efecto sobre los precios del poroto. Además, la suba de precios de la energía también se contagia a la soja vía demanda de biocombustibles.

Expos e Impos

En 2020 la Argentina exportó a Rusia productos por U$S455,2 millones. Unos U$S109,3 millones fueron de carne y cueros bovinos, U$S97,8 millones de lácteos, U$S70,8 millones del complejo pesquero y U$S65,1 millones de peras y manzanas, entre otros productos. En 2021 la Argentina le vendió a Rusia productos por U$S414,5 millones. De eso, entre otros rubros, U$S94,1 millones fue de lácteos, 84,4 millones de dólares fue de carne y cueros bovinos, U$S68,7 millones del complejo pesquero y U$S50,6 millones del maní, entre otros. A cambio en 2019 desde Rusia vinieron principalmente petróleo y derivados y fertilizantes. Aproximadamente el 50% de las importaciones desde esa nación fue-

Ucrania y Rusia son competidores directos “ de nuestro país en varios de los productos de los complejos cerealeros y oleaginosos que ”exportamos

ron de petróleo refinado, por una cifra cercana a los U$S155 millones. Por otro lado, aproximadamente un 35% de las importaciones estuvieron compuestas por fertilizantes y otros productos de la industria química, por unos U$S100 millones de dólares. Las importaciones totales desde Rusia se ubicaron en U$S166,2 millones en 2020 y saltaron a U$S650,7 millones en 2021 (aquí, además de las vacunas influyó el encarecimiento de los fertilizantes, rubro que registró compras por U$S249,7 millones). En tanto, con Ucrania en 2019 la Argentina realizó importaciones por cerca de U$S6 millones. En 2020, la Argentina importó de allí en total por U$S17,5 millones y luego lo hizo por U$S20,4 millones en 2021. Respecto de las exportaciones, el país envió a Ucrania productos del agro por U$S16,3 millones en 2020 y le vendió por U$S24,4 millones en 2021.

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