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Futuro complicado

Richard Leslie Ramsay

Editor | Director Revista Desafío Exportar

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En millones de argentinos anidaba el deseo de dejar atrás el 2022 como si el cambio de fecha traería aparejado un cambio inmediato en nuestra calidad de vida. Mirando hacia atrás es difícil encontrar hechos de los cuales alegrarnos, a excepción del mundial de fútbol en el que el equipo de la selección argentina obtuvo el título de “Campeón del mundo”, dándonos una alegría que carecíamos desde hace mucho.

El año 2022 se destacó por hechos rimbombantes como el supuesto o fallido atentado a la vicepresidente de la Nación, Cristina Fernández viuda de Kirchner. La duda que no se disipó es si estaba armado para influir en los jueces que tenían que juzgarla por los delitos de corrupción o fue un hecho aislado de un par de delirantes intentando un atentado sin conocer el manejo de armas, munidos de dos armas inútiles; una de gas y la otra una Bersa vieja cal .380 sin municiones preparada para disparar.

Lamentable espectáculo para quienes nos siguen del exterior.

El presidente Alberto Fernández no deja oportunidad

de desalentar cualquier proyecto de inversión nacional o extranjera. Desconocer el fallo de la Suprema Corte de Justicia puso en evidencia que Argentina no tiene seguridad jurídica, y a menos que sean inversores dementes se atreverían a invertir aquí frente al temor que mañana al mejor estilo chavista sentencien “exprópiese”…

No sería éste solamente lo que inspiraría temor a cualquier inversión. El viejo sindicalismo que ve en las empresas a un enemigo y no un hacedor de trabajo y las organizaciones sociales de claro corte social-comunista, algunas independientes y otras que forman parte del mismo gobierno son un tembladeral permanente sin que ninguna autoridad ponga límites a esta anarquía. Un presidente que carece de confianza y credibilidad por un lado, y por otro manifiestamente hermanado con gobiernos antidemocráticos siguiendo los lineamientos que la fija la vicepresidente.

La mafia sindical camionera con Hugo y Pablo Moyano a la cabeza, aprovechando la impunidad que le ofrece el gobierno extorsiona a empresas bajo la pantalla de la inflación para poner de rodillas a empresas pymes que debaten como mantenerse sin tener que cerrar.

Las únicas inversiones que soportarían cualquier tipo de riesgo son las petroleras, que no dudan en invertir en países en guerra, aunque aún así se visualizan pocas empresas ansiosas por invertir en nuestro país. Faltan pocos meses para que comiencen las campañas electorales por lo que se frenan aún más todo intento de expansión de empresas locales a la espera de quienes podrían ganar las elecciones. La continuación de este gobierno sería un freno a cualquier idea de inversión ya que va de suyo que no se frenará la inflación ni la carrera del dólar, entre otros males en démicos conocidos a los que nos tiene acostumbrado el populismo. Entendemos que los próximos meses no serían transitados en un clima de paz y concordia, toda vez que la necesidad de mantenerse el oficialismo en el poder utilizará todo tipo de artimañas, y la oposición preocupada en atajar los golpes que los debilite frente al electorado. -

Nos hubiera gustado escribir este editorial pleno de optimismo, pero la realidad nos supera, y prevemos los próximos meses no carentes de conflictos e incertidumbre alentados por la vicepresidente que desespera por su futuro.

richardleslieramsay@gmail.com

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