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La situación Argentina
Consultado sobre la posición argentina, el Subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, DR. CARLOS LIBERMAN declaró “En la Argentina estamos transitando el mismo camino, de hecho, fuimos impulsores del acuerdo alcanzado en la OMC. Estamos convencidos de la importancia del acuerdo y lo consideramos una herramienta que traerá ecuanimidad en un mercado que está amenazado por la injusta disparidad que genera la convivencia entre oferentes que, en un caso, como es el nuestro, producen sin la intermediación de subsidios y de conformidad a estrictas regulaciones ambientales, en aras de la sostenibilidad de los recursos y de un modelo productivo sustentable en el tiempo. Mientras existen otros, de distintas nacionalidades, que extraen recursos de forma subsidiada y gracias a ello operan sobre cardúmenes oprimidos, sujetos a una muy fuerte presión pesquera, desmedida a la luz de nuestro estándar. Esa inequidad que impacta en los mercados, afectando los precios a la baja, pero también en los caladeros, pues los somete a grandes esfuerzos pesqueros debe ceder en aras de una pesca más equitativa, razonable, sostenible y coherente”
Cabe destacar que el país no necesita de la firma de este acuerdo para defender los recursos pesqueros como así tampoco para proteger los fondos marinos en la Plataforma Continental Argentina -PCA-. Simplemente dotando de recursos a la Prefectura Nacional, ésta podría ejercer su función como organismo de contralor verificando, por ejemplo, si alguna de esas embarcaciones está realizando pesca de arrastre sobre la plataforma continental argentina más allá de la milla 201, destruyendo el ecosistema bentónico en búsqueda de especies como los cangrejos. Actividad totalmente prohibida. Quizás resulte difícil para muchos comprender lo que sucede cuando Argentina se queda mirando pasivamente esas “manchitas” sobre las aguas de nuestra extensa plataforma continental. Imaginemos una selva grande como el Amazonas llena de especies animales y vegetales, y supongamos que alguien quiere recoger un fruto que crece a ras del suelo, para conseguirlo desmonta toda la selva y así se hace de su preciado fruto.
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De allí que resulte incomprensible la postura sosegada de Argentina ante semejante depredación por parte de buques chinos, japoneses, taiwaneses, coreanos y españoles; algunos enviados por sus gobiernos y otros con su anuencia.