Banco Chinchorro, Patrimonio Cultural Sumergido

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Patrimonio Cultural Sumergido

ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA SAS / INAH

Banco

Chinchorro

Reserva de la Biosfera

...explora tu pasado!


Directorio Rafael Tovar y de Teresa Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes María Teresa Franco González Salas Directora General, INAH César Moheno Secretario Técnico, INAH José Francisco Lujano Secretario Administrativo, INAH Pedro Francisco Sánchez Nava Coordinador Nacional de Arqueología, INAH Morrison Limón Boyce Director de Estudios Arqueológicos, INAH Adriana Velázquez Morlett Directora del Centro INAH Quintana Roo Pilar Luna Erreguerena Subdirectora de Arqueología Subacuática, INAH Agradecimientos A la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, a través de la Dirección de la Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro, Maricarmen García. A los pescadores de las tres cooperativas de Chinchorro, en especial a Obed Durón Gómez “Obi”, Erick Xicum, Chandez, Luis Aurelio Chi, Arnulfo Gutiérrez, Lino P. Cancino, Eduardo Domínguez y “El Matraca”. A los guardaparques Felipe Fonseca, José E. Castro, Guadalupe Guerrero, Enrique Gallegos, Gabriel Muñoz, Leonardo González. A Bárbara Reveles y a Doña Tana. A Laura Carrillo y Octavio del Río, quienes elaboraron esta guía. A Fabián Bojórquez, Vera Moya, Pedro López, Helena Barba, Octavio González, Beatriz Cantera, Juan Carlos González, Rafal Reichert, Jerónimo Avilés y Eugenio Acevez, quienes también participaron en las campañas de mar (SAS/INAH).


Diseñados para transportar personas y cargamentos a través de los océanos, los navíos constituyen una expresión compleja y altamente organizada de la tecnología de cada época.

IN A H


INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA CNA / DEA

Subdirección de Arqueología Subacuática

MÉXICO QUINTANA ROO

Chinchorro Reserva de la Biosfera


PLANO DE UBICACIÓN DE SITIOS Elementos Dispersos del Norte Tiradero del Norte Caldera 40 Cañones Chandez Tres Ruedas Anclas y Artillería S. XVI Ancla José Penélope Timón Langosta Anclas Aleta Perdida Ancla Árbol Gran Curvatón Maceta Tanque Obi Ginger Scout Anclas Malacate Ancla Primo Pernos Escuadras Glenview

Ancla Atorón

Ladrillos Obi Puntas Lingotes I Ancla Fuego Ancla Sospechosa Ancla Boris Pecio Boris Un Ancla Ancla Doblada San Andrés Tres Cañones Ancla Rafal El Vapor de las Anclas Cassel Tres Anclas Emily I y Emily II Tropic Emily Ancla Solitaria El Olvidado Hubba El Mástil Norte El Molocote Far Star Ocho Almas bajo el Mar Anclas Milépora Elaboró; Laura Carrillo, Octavio Del Río y Fabián Bojórquez

Actualización Julio 2012


Arqueología y naufragios Las costas y mares de México contienen una riqueza excepcional compuesta por sitios arqueológicos e históricos tanto terrestres como subacuáticos, cuyo estudio permite reconstruir el pasado marítimo de México desde la época prehispánica hasta la era moderna. Varios aspectos de la historia de nuestro país no se podrían explicar sin considerar su relación con el mar. La arqueología investiga el pasado del hombre, así como distintos procesos sociales que a lo largo del tiempo han moldeado nuestro presente, a través del estudio de diversos objetos creados o modificados por el hombre y que fueron perdidos, desechados o abandonados por distintos motivos, como un naufragio. Estos objetos constituyen parte del patrimonio cultural sumergido de la Nación, cuyo estudio, protección, gestión y conservación corresponde a la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH. Los naufragios o pecios son restos de embarcaciones o de su armamento, carga y otros objetos asociados, cuyo estudio permite entender cómo y por qué se hundieron, a dónde se dirigían, de dónde venían y cuál fue su papel en la historia de la navegación del área. Están sujetos a protección por las leyes mexicanas y por la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la UNESCO, para asegurar su conservación y disfrute por parte de las generaciones presentes y futuras. Quitasueños o Triángulos

Los primeros exploradores llamaban “Quitasueños” o “Triángulos” a la peligrosa zona en la que se encuentra el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM). Estos nombresse usaron hasta finales del siglo XVI para identificar a Banco



Antecedentes La Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con la importante colaboración de los pescadores de Chinchorro, lleva a cabo el inventario de recursos culturales sumergidos en Banco Chinchorro desde el año 2006. Actualmente hay 69 sitios registrados con restos materiales cuyas temporalidades fluctúan entre los siglos XVI y XX. Constituyen evidencias tanto del desarrollo de la tecnología naval, como del uso continuo de rutas de navegación por más de 500 años. Entre los vestigios localizados se tienen embarcaciones completas o desarticuladas, tanto varadas como encalladas sobre la barrera arrecifal; de otras sólo quedan restos del casco o de sus componentes (propelas, ejes, calderas, tuberías, timones, escuadras o curvatones), y de las más antiguas se conservan piedras de lastre, artillería, anclas y distintos tipos de herrajes, ya que es más difícil que las estructuras de madera, las velas y otros materiales orgánicos se conserven a través del tiempo. La mayor parte de estos vestigios se halla distribuida a lo largo de la barrera Este del Banco, que es por donde han pasado durante cinco siglos las rutas de navegación que iban de América central y del sur hacia Cuba, Estados Unidos y Europa. Por lo que no es de extrañar que los navegantes, viéndose en situación de peligro por huracanes u otro tipo de tormentas, o simplemente para descansar o hacer reparaciones menores, buscaran refugio en la laguna arrecifal o cerca de la misma barrera, y se hayan accidentado al errar los cálculos de su posición o al ser impactados por fuertes vientos y corrientes. Entre estos sitios está el “Anclas y Artillería Siglo XVI”, en el que únicamente se conservan las anclas y cañones. Ello puede obedecer a que el barco, al haber estado construido básicamente de madera, se haya desarticulado al chocar con los arrecifes y desintegrado con el paso del tiempo, o que para evitar un posible accidente, los marineros hayan tomado la decisión de alijar la nave, es decir, aligerar el peso de la embarcación arrojando al mar los objetos más pesados para que la nave flotara un poco más y lograra sortear la barrera arrecifal.


El pecio más más conocido es el de “40 Cañones”, descubierto por Manuel Polanco entre 1960 y 1970. Los sitios “Lingotes I” y “Lingotes II”, en los que se hallaron barras de hierro del tipo “pig iron bar” o “Kentledge” utilizadas por los ingleses para lastrar sus embarcaciones y para comerciar, representan el periodo de ocupación inglesa en el área, la cual inicia en el siglo XVII y se extiende hasta principios del siglo XIX. Los ingleses explotaban maderas preciosas de la Península de Yucatán, así como el famoso palo de tinte, que servía para teñir textiles europeos y sedas orientales. Ta m b i é n h a y r e s t o s d e embarcaciones de vapor, como los pecios “Caldera”, “Glenview”, “Ginger Scout” o “Soul” y “El vapor de las anclas”. La máquina de vapor en poco tiempo se convirtió en el sistema de propulsión que suplantó a los barcos a vela, aunque los buques continuaron combinando el uso de las máquinas de vapor con paletas o ruedas y velamen. Hacia el siglo XX se da uno de los principales cambios en la tecnología naval con la sustitución de las máquinas de vapor por las de diesel con turbinas, dobles propelas, cascos de acero, sistemas de posicionamiento como radares y, más tarde, con sistemas de posicionamiento global. Los pecios que representan esta etapa son el “Penélope”, “San Andrés”, “Cassel”, “Tropic”, “Hubba” y “Far Star”.


MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO Pecio “40 Cañones”

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Restos de una embarcación a vela posiblemente de origen inglés o español cuya temporalidad fluctúa entre los siglos XVII y XVIII. Los restos están dispersos en un área de 37 x 20 m2, a una profundidad máxima de 6 metros. Es uno de los arrecifes artificiales más antiguos de Chinchorro, hogar y sustento de una gran variedad de organismos marinos, incluyendo corales, esponjas, invertebrados y peces que habitan entre los cañones y sobre las piedras de lastre. lastre

.

Conserva 36 cañones de hierro fundido; algunos se hallan sobre los montículos de piedras de lastre. Bajo éstas se preservan restos de madera de la parte inferior del casco y, dispersos en el sitio, se encontraron fragmentos de botijas, platos, balas, municiones, herrajes y aparejos del barco, así como un ancla del tipo almirantazgo del siglo XVII. Fue dinamitado por buscadores de tesoros quienes, además, extrajeron varios objetos, llevándose con ello la oportunidad de reconstruir la historia de este navío.



MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO Pecio“El Ángel”

Foto. Octavio Del Río / Archivo técnico SAS .

A 12 metros de profundidad, hundidos dentro de la laguna arrecifal, se observan los restos de una embarcación a vela con forro de metal de finales del siglo XIX o principios del XX. Se logra distinguir su silueta dibujada por las planchas metálicas del recubrimiento del casco de madera, las cuales aún conservan clavos de alguna aleación de cobre. En la sección de proa se halla la llamada “ancla de la esperanza” y hacia la popa se aprecian un par de contenedores de hierro y piedras de lastre. Conserva los tablones del piso de cubierta; sobre ellos se encontraron ladrillos y marcas de éstos encima de una placa de metal, que probablemente funcionaron como soporte para el fogón, indicando el lugar en el que se ubicaba la cocina de la embarcación.


Proa Estructura metálica

Ancla Norte

Aparejos

Clavazón de cobre Contenedores

Láminas de cobre

Lastre Macizo arrecifal Coral

170°

Popa

ESCALA GRÁFICA


MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO

Pecio “Caldera”

Se trata del naufragio de un buque de vapor con casco de metal que data de finales del siglo XIX o principios del XX, que se impactó contra la barrera arrecifal y terminó varado en los bajos de la laguna arrecifal al noroeste de Banco Chinchorro. Los restos están dispersos en un área de 2 60 x 100 m , a una profundidad máxima de 3 metros. El elemento representativo de este pecio es la caldera cilíndrica (generador de vapor) del tipo escocés. También se aprecian el cuarto de máquinas (donde se transformaba la energía térmica que movía el buque); la sala de válvulas, pistones y bielas que regulaban la presión; la sección de popa con el timón y diversas partes del casco, todo ello cubierto por una gran variedad de organismos como abanicos, esponjas y corales cerebro. Los primeros vapores fueron movidos por grandes ruedas o paletas, las cuales se sustituyeron por las hélices o propelas al ser más fáciles de operar. Las calderas también sufrieron modificaciones, ya que se buscaba generar mayor presión, menos consumo de carbón y más velocidad.

Proa

Caldera


Timテウn

Estructura

Popa

Eje

Caldera

Bita

Maquinaria

Winche ESCALA GRテ:ICA


MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO Pecio “Ginger Scout” Restos de un buque carguero de vapor con casco de metal que navegó hacia finales del siglo XIX o principios del XX. Encalló en la barrera arrecifal al sureste de Banco Chinchorro hace más de cincuenta años, desarticulándose, aparentemente, por una explosión premeditada. Los restos están dispersos en un área de 50 x 20 m2, a una profundidad máxima de 7 metros. Hacia el norte se aprecian la popa y parte de la maquinaria, compuesta por bielas, rótulas sin pistones y engranes. El buque era impulsado por dos calderas cilíndricas del tipo escocés con un sistema de tubería interno a modo de serpentín. Estas calderas generaban la energía necesaria para mover sus dos propelas de bronce. Parte del cargamento consistía en tubos de hierro de unos 6 m de extensión y diámetro aproximado de 20 centímetros. Este tipo de embarcaciones provocó que se dejaran de emplear las velas para los grandes buques de carga, después de haber sido utilizadas durante miles de años.

Tubería Propelas

Flecha o eje

Borda

ESCALA GRÁFICA


Tubería

Grúas Calderas

Casco Tubería

Ancla


MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBACUÁTICO Pecio “Far Star” Restos de un buque mercante de la segunda mitad del siglo XX, de por lo menos 30 m de eslora, con casco de metal y un sistema de propulsión diésel-eléctrico. Encalló en la barrera arrecifal hace más de cincuenta años, al parecer por un error humano. Se distinguen el cuarto de máquinas con el motor a diésel, bobinas y cables eléctricos, así como el generador que movía la propela de bronce, el winche, partes del casco de acero, dos anclas ―la principal del tipo Hall y otra menor del tipo Almirantazgo―, una escalera y varios componentes de las máquinas del navío. El desarrollo tecnológico no se detiene y el motor de combustión interna, inventado por Diésel, suple a las máquinas de vapor. La combustión se realiza en el interior de los cilindros para impulsar un pistón, que es el que produce la energía necesaria para el movimiento. El uso de estos motores permitió disponer de más espacio en los buques para transporte de mercancías y pasajeros, al quitar las calderas y carboneras.


Bobinas

Winche Ancla tipo “Hall”

Propela Casco

Detalles Ancla tipo "Hall". Como la mayoría de las anclas de patente tenían brazos movibles en lugar de rígidos y no tenían cepo, se manufacturaron a mediados del siglo XX.

Monoblock Tanque Ancla

Monoblock Diesel de 10 pistones

0

5

10

20 mts


1. 2. 3. 4. 5. 6.

7.

Recomendaciones para proteger el Patrimonio Cultural Subacuático Asegúrate de bucear sólo con guías certificados como guías de pecios. Controla tu flotabilidad y evita remover el fondo. El sedimento ayuda a preservar el naufragio, y alterarlo o removerlo puede exponer al sitio y a los artefactos a un deterioro mayor. Mantente por lo menos a un metro de distancia de los restos materiales Observa, pero no toques. Utiliza las boyas colocadas para el fondeo de embarcaciones. El daño que causa anclar en un naufragio es una de las acciones que más lo destruyen. Nunca debe arrojarse o engancharse un ancla a un naufragio para utilizarse como sitio de amarre de una embarcación de buceo. Promueve y protege nuestro patrimonio marino. Los buzos constituyen un grupo privilegiado. La mayoría de la gente no tiene acceso a sitios arqueológicos subacuáticos, como los naufragios que descansan bajo la superficie de los océanos, ríos y lagos del mundo. Comunica a los demás tu respeto y tu preocupación por estos recursos y usa tu conocimiento y tu experiencia para enseñarles lo emocionante y únicos que son estos sitios.

Estos vestigios culturales están protegidos por las leyes mexicanas y por la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que prohíben tocar, remover, o extraer los restos materiales. Disfruta de estos sitios y por favor ayúdanos a mantenerlos intactos para preservar esta herencia cultural de todos los mexicanos.

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Reserva de la Biosfera

Señales

Ok

Ok

Emergencia

Fuera de aire

Peligro

X

Ok en superficie

Problema en el oído

Compañeros

Algo anda mal

Tengo frío

Ascender

X

Alto

Ok un brazo

Mareo

Descender Embarcación

X

X



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