Edge. Edge. Edge. Escuchanos ahora, Edge. El tiempo nos corrompe, las cadenas agarran nuestros tobillos, lo que una vez comenz贸 vuelve hoy para destruirnos.
r hale
«Gaël I por la gracia de los Antiguos soberano de las tierras del norte, a todos los presentes vieren y entendieren, sabed: que en unión y de acuerdo con el Concilio actualmente reunido, nos hallamos en disposición de decretar y sancionar la siguiente Legislación I de la soberanía de Rhale Determinando así
TÍTULO I DE LOS RHALEÑOS Y SUS DERECHOS»
LA FAMILIA REGENTE
elaware fue el apellido acuñado para estos vástagos peliazules alumbrados en sangre fría, soberbia, ambición, venidos al mundo con un arma debajo del brazo y un perenne hambre insatisfecho de destrucción. No nacieron para reinar, nacieron con el fin de devastar cualquier clase de estructura levantada por el hombre. Se han mantenido en el poder en contra de las circunstancias durante nueve siglos, peleando por mantener Rhale inquebrantable aún a pesar de la presión de las huestes nórdicas y de los intereses imperiales en la ciudad portuaria. Son muchas las veces que fueron despreciados, desterrados, castigados, pero y aún con todo, han conseguido mantenerse sentados en sus tronos de piedra todos esos años. El secreto de su fuerza radica en la unión familiar: un Delaware puede ser un aliado provechoso o un enemigo terrible dada la tendencia de todos a lo visceral,
pero será increíblemente más peligroso si cuenta con el respaldo familiar. Desde Los Cinco, los fundadores, esa compenetración ha sido volcada de generación en generación casi adherido a los genes, pocos son los Delaware que han emprendido el camino en solitario, y en su mayoría tachados del árbol familiar porque tamaña traición no puede ser considerada, no puede siquiera existir. Sin embargo, el peor enemigo de un Delaware es sí mismo, en la familia radica el poder y la debilidad, una afilada arma de doble filo. Viven sentados en huesos de insidia, en puñaladas asestadas directamente a las entrañas, en ruina y podredumbre de las peores caras de la humanidad, la que ellos mismos representan.
ROLAND DELAWARE Primer hijo de Szâbin Delaware, hermano mayor de Blues y Enalhya Delaware. Con diez años presenció la muerte de su progenitora y el nacimiento de su hermana y su hermano. Desde niño ha sido Roland Delaware quién los ha criado y educado en todos los aspectos. Incluso a pesar de las institutrices y profesores, los dos niños aprendieron a leer por obra y gracia de Roland, aprendieron a defenderse en todas las connotaciones del término y, en el caso de Enalhya, enseñada a ser gobernante. A pesar de sus sacrificios, el destino le reservó una violenta muerte a la temprana edad de veintiséis años. Un niño que dejó de ser niño exactamente cuando perdió a su madre y vivió una adolescencia y juventud breve y desgarrada por las responsabilidades y la regencia.
Roland a la edad de diez años con su hermana recién nacida Enalhya.
Diez años antes....
Diez años después....
ENALHYA DELAWARE
Hermana melliza de Blues Delaware, última heredera en la línea sucesoria de la primera Enalhya, Enalhya la Frígida. En esta rama de la familia sólo tienen voz las mujeres, de manera que desde su nacimiento, estuvo destinada a gobernar. Tuvo como guía y apoyo indispensable a Roland a lo largo de toda su adolescencia hasta la muerte del mismo y la desaparición de Blues, de manera que el linaje familiar recayó sobre sus hombros a la temprana edad de dieciséis y se vio obligada a regentar Rhale no sólo contra los intereses de los propios de su familia, sino con los complots políticos de la oposición política a los Delaware en el norte del imperio. No tuvo una infancia fácil, aunque sí una preadolescencia feliz y a los diecisiete el Concilio decidió casarla con el heredero de Ivror El Primero, el líder de la oposición: Niall.
Szâbin y roland reciÊn nacido
Szâbin Delaware, a sus veintún años.
BLUES DELAWARE Hermano mellizo de Enalhya Delaware, desaparecido a los dieciséis porque se enroló en El Eleanor y luego fue apresado por el capitán pirata Dagonet, que lo acogió en La Victoria y le enseñó el arte de la piratería desde la peor concepción del mismo: con latigazos y con hambre. Blues pasó de ser un niño a ser un hombre en todas sus dimensiones, castigado por el vandalismo y por las actividades navales. Roland lo enseñó a manejar la espada, pero fue Dagonet quién de verdad le enseñó a sobrevivir gracias a sus armas. El camino le llevará inevitablemente a Ille’Rosso, en busca de un barco (aunque ya se denomina a sí mismo capitán) y se tropezará con la caótica y profundamente terrenal Reira Abaddon. Es así como se embarcará en Réquiem, desafiando la propia autoridad de la capitana que lo gobierna y en pos de riquezas, a la persecución de antiguas leyendas y a dar coba a la rabia que lo consume ahogándose en la crueldad, la caza en su aspecto más primitivo, el sadismo, el sexo y la absoluta ambición de siempre conseguir más. Más.
BLUES A LA EDAD DE QUINCE Aテ前S
Maria ivrov y blues.