ALIMENTACIÓN
trastornos
rosa elena yáñez Especialista en Nutrición, Metabolismo y Diabetes.
Bulimia en la diabetes
Diabulimia Los que la sufren son diabéticos que tienen episodios compulsivos de comer, seguidos por la inducción al vómito, uso de laxantes, ayuno, ejercicio excesivo y abstención del uso de insulina.
A
lgunos estudios controlados recientes sugieren que entre personas con diabetes mellitus tipo 1, existe un aumento del riesgo de padecer trastornos secundarios de la conducta alimentaria. Así como, que algunas chicas jóvenes con diabetes corren un riesgo dos veces y medio mayor de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria que las mujeres de la misma edad sin diabetes. Cuando hablamos de trastorno de la conducta alimentaria nos estamos refiriendo a la
compulsión de comer o de dejar de hacerlo, de un modo que afecte a la salud física y mental. Uno de los más frecuentes y conocidos es la bulimia nerviosa, en la cual las personas se dan un atracón de comida y, después, siguen un comportamiento compensatorio, que se define como “purga”. La purga elegida por cada persona puede ser diferente, puede tomar la forma de vómitos, ayuno, exceso de ejercicio, uso de medicamentos tales como laxantes o, lo que es más grave, en personas con diabetes mellitus tipo 1, restricciones intermitentes de insulina (administrarse dosis reducidas de insulina u omitirlas) con el fin de perder peso.
No juegues con tu cuerpo Los trastornos en la alimentación no solo afectan el estado de nutrición y el estado emocional, sino que imposibilitan el control de la glucosa sanguínea, dando como resultado hospitalizaciones por cetoacidosis diabética y un aumento del riesgo y de la frecuencia de que aparezcan complicaciones diabéticas como amputaciones, ceguera, daño en riñones, nervios, etcétera.
40 dieta sana
unos niveles correctos de glucemia, mejoran el control del peso El primer desafío que afrontan la mayoría de las personas con diabetes mellitus tipo 1 es el aumento de peso asociado al inicio de la insulina. Para evitar problemas, podría resultar de ayuda indicar que el comer demasiados carbohidratos concentrados requerirá mucha insulina y la posibilidad de aumentar de peso. Con el fin de reducir el riesgo, las personas pueden aprender a tratar un episodio de hipoglucemia de forma efectiva y a equilibrar la ingesta de los alimentos con el fin de lograr sus metas glucémicas y para regular su peso. Además, el hecho de tener niveles normales de glucosa en sangre, reduce el riesgo de tener conductas compulsivas, como tener demasiado apetito, ansiedad, etcétera. De todas formas, esto es un trabajo que deberá ser nuestro. Aunque al principio necesitemos ayuda para acostumbrarnos a las nuevas recomendaciones, no habrá que dejar todo el tratamiento ni a padres ni al equipo sanitario (educador en diabetes, médico, nutricionista, enfermera). La persona con diabetes tiene la responsabilidad de “escuchar” a su cuerpo y sus “mensajes” y así sabrá acertar en el automanejo de la glucosa que necesita. Nadie puede conocer el cuerpo y sus requerimientos como la propia persona que vive con su diabetes las 24 horas del día.
¿Por qué lo hacen? El hecho de que las personas con diabetes decidan no administrarse insulina puede derivarse porque, según demostró el Ensayo sobre el Control de la Diabetes y sus Complicaciones, el control diabético intensivo mediante insulina va asociado a un aumento de peso. Para los jóvenes en general, la ganancia de peso y el cambio en su imagen corporal es motivo de insatisfacción, particularmente, en el sexo femenino. Además de los factores individuales, familiares y sociales, algunos problemas específicos de tener diabetes mellitus tipo 1 que contribuyen a la insatisfacción con el propio cuerpo son: l La ganancia de peso en el momento de la aparición de la diabetes. Si el joven es vulnerable, el peso que se gana como respuesta al inicio de la terapia de insulina, podría inducir a una insatisfacción con el propio cuerpo y a una preocupación por el peso. l Un ineficaz asesoramiento nutricional. Si no se logra controlar la glucosa con la alimentación, esto podría derivar en que aumenten los sentimientos de fracaso, impotencia y estrés. Por otro lado, el descontrol de la glucosa podría conllevar ciclos con episodios alternos de ingestión restringida y voraz de alimentos. Ya que es característico de los adolescentes creer que estar delgados los hace más atractivos; cuando se tenga que recomendar un tratamiento intensificado con insulina (lo recomendado en la actualidad para todas las personas con diabetes mellitus tipo 1), habrá que ser cuidadosamente considerado con el posible riesgo de aumentar de peso. peligros asociados Los estudios han demostrado que la restricción repetida de insulina aumenta la posibilidad de desarrollar complicaciones diabéticas discapacitantes y potencialmente letales, debidas al descontrol glucémico generado por el mal uso de la insulina. Un ejemplo de esto es la aparición de la cetoacidosis diabética (pérdida de líquidos, glucosa, electrolitos y energía). Quienes desarrollan este comportamiento tienen unos resultados obviamente elevados e irregulares del parámetro utilizado para valorar el control glucémico (HbA1c). Las consecuencias son el aumento del riesgo de desarrollar infecciones, mayor frecuencia de ingresos hospitalarios de emergencia, un mayor índice de complicaciones y de mortalidad, si lo comparamos con las mujeres que no restringen su insulina para perder peso. k
dieta sana 41