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Milei y nuestro Presidente
JUEVES
JULIO PATÁN
@juliopatan09
Los ciudadanos del común tenemos problemas para entender en dónde está parado Milei, el individuo que ganó la elección en Argentina el otro día y que podría convertirse en Presidente en unos meses, y es normal: visto así, a la distancia, es como una cruza de Milton Friedman y Maradona en coca.
Lo que me preocupa es que incluso una mente prodigiosa como la de nuestro líder podría tener problemas para eso, para entenderlo, y que esa incomprensión nos pone en un lugar diplomática, geopolítica y hasta bolivarianamente delicado: ya saben que aquí el subdesarrollo nos encanta, siempre que sea inducido, como Dios manda, por la izquierda. ¿Qué va a ser de nuestra relación con el pueblo hermano de Argentina?
Imaginen al Presidente con el prodigioso equipo de internacionalistas que seguramente lo rodea. E imaginen el cortocircuito mental. Milei se torció al kirchnerismo: mal. Pero no tan mal. El pinche Fernández había caído de mi gracia.
Es antiabortista: bien. Lo felicitó Trump: súper bien. Dice que el cambio climático no existe. No sé qué es eso, pero creo que eso quiere decir que le gusta el combustóleo. Perfecto. Le gusta muchísimo el libre mercado. Agh: pésimo. Quiere liberar el uso de armas: mal. Aquí somos de fraternidad universal. Que las armas las usen los narcos. Cree en la despenalización de las drogas: nefasto. Quiere desbaratar no sé cuántas secretarías de Estado: genial. El mundo empieza a copiar mi modelo. Gritó “¡Viva la libertad, carajo!”. Bien. Prohibido prohibir, salvo por las drogas, la venta de vacunas, la entrada a las mañaneras, las grasas trans, el fentanilo de uso médico porque se ponen muy locos, y algún detallito más. Hay valores. Anda todo fachoso: increíble. Vamos a salir súper bien en la foto. Quiere dolarizar la economía: imperdonable. No le puedes abrir las puertas al imperialismo. Quiere cerrar las empresas del Estado: ¡nooooooo! ¿Qué va a pasar con los generales sandovales de Argentina? Quiere liberar el mercado de órganos, ¿hay un mercado de órganos?
Sí, un cortocircuito. Bueno, pues ya sabemos lo que hace nuestro líder con las cosas que le provocan un cortocircuito, si están demasiado lejos como para mandarles a la Unidad de Inteligencia Financiera, aventarles a Gertz o quitarles los recursos públicos: ignorarlas.
Dejarle el asunto a alguna persona de su gabinete, terminar La Mañanera, echarse una siesta reparadora e irse a jugar beisbol, un deporte que, a fin de cuentas, a los pinches argentinos incivilizados no les interesa.
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