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La FED alerta de mayores riesgos para la inflación
La bolsa de Nueva York cerró a la baja tras recibir ayer el resumen de las actas de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal estadounidense, que muestran a un banco central muy firme contra la inflación.
El índice Dow Jones cedió 0.52% a 34 mil 765.74 puntos, el tecnológico Nasdaq 1.15% a 13 mil 474.63 unidades, y el S&P 500 0.76% a 4 mil 404.33 puntos, en tanto las tasas de los bonos del Tesoro aumentaron.
El mercado de obligaciones quedó bajo tensión tras la publicación de las actas de la reunión de política monetaria de la FED del 26 de julio. Las tasas de los bonos a 10 años subieron a 4.26%, su nivel más alto desde 2008.
En este extracto de lo discutido en ese encuentro, en el cual la FED resolvió un nuevo incremento de tasas de interés, “la mayoría de los participantes reconoció que existen todavía riesgos” de que la inflación persista y que podría ser “necesario ajustar aún más la política monetaria”.
Esta información “pesó en Wall Street”, resumió Peter Cardillo, de Spartan Capital.
Además, los economistas de la Fed siguen pensando que el crecimiento económico de Estados Unidos cederá y que el desempleo aumentará un poco en 2024, destacó Chris Low, economista de FNH Financial.
“Las minutas fueron más estrictas de lo que pensábamos”, añadió Art Hogan de B. Riley Wealth Management.
“Se diría que hay un pequeño grupo que considera que necesitaremos aumentar más las tasas este año. Es suficiente para que los inversores tomaron ganancias” sobre las acciones, explicó.
Se conoció además que la producción industrial en Estados Unidos volvió a subir en julio, superando las expectativas del mercado, según datos publicados el miércoles por la Fed.
El mes pasado la producción industrial aumentó 1%, tras caer 0.8% en junio, según los datos actualizados./ AFP cantidad y la calidad del suministro eléctrico por parte de la Comisión Federal de Electricidad.
Pero resulta que el mayor desaprovechamiento que tiene nuestro país en su privilegiada relación con los dos países del norte es en materia energética.
Durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que dio como resultado el acuerdo que llamamos T-MEC, se abrió una oportunidad única para establecer una alianza energética entre los tres países.
Pero fue justamente cuando el carisma asaltó las preferencias electorales mexicanas y llegó al poder Andrés Manuel López Obrador con aquellas ideas de mediados del Siglo XX de regresar al país a un esquema de monopolios estatales en el sector energético.
La corta visión de apropiarse de este componente industrial se convirtió de inmediato en un cuello de botella para el crecimiento económico.
Primero, porque de manera arbitraria y hasta tramposa el régimen lopezobradorista echó para atrás partes esenciales de la reforma constitucio- nal en materia energética del sexenio anterior que había sido bien aceptada en la industria energética como viable para potenciar a ese sector.
Los efectos en la confianza de los inversionistas fueron evidentes, por lo absurdo de la reestatización y por las formas violatorias de la Constitución de hacer cumplir la voluntad presidencial.
Estados Unidos y Canadá sí consolidaron una alianza energética que México rechazó y como en muchas otras decisiones de este gobierno, las consecuencias se han visto con el tiempo.
China resulta insostenible para muchas empresas estadounidenses como destino manufacturero, pero México resulta cuestionable como dirección de sus inversiones, entre otras cosas, por la falta de garantías de contar con energéticos suficientes.
Las empresas se habían encadenado muy bien con los esquemas de autogeneración de energía eléctrica pero el régimen de López Obrador vino a estropearlo todo y hoy no existe garantía de la
Con decretos y trampas legales esta administración ha bloqueado inversiones privadas en el sector extractivo y Pemex, quebrado y obsesionado con Dos Bocas, no ha sido capaz de garantizar el suministro de gas a muchas regiones a las que no hay manera de atraer inversiones si no tienen energéticos, como en la zona del istmo de Tehuantepec.
Si México hoy fuera parte del acuerdo energético de Norteamérica y se diera la misma libertad comercial y de inversión que se da a otros sectores productivos, es un hecho que la calidad del crecimiento económico hoy sería otro en el país.
Pero no, el régimen todavía cree que el petróleo es un símbolo patrio y peor que eso, cree que la electricidad es un emblema nacional, cuando es un simple producto industrial.
Por eso, el acuerdo más desaprovechado que México tiene con el mundo es el de América del Norte, porque está lastrado por el pensamiento anacrónico y autoritario de quien lo gobierna.
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