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ANTONIO PAUCAR Y MAMÁ RAYGUANA
Por Israel Tolentino
Un día, que Antonio Paucar caminaba entre los eucaliptos y alisos de Aza, se encontró con un nido de pichusa (gorrión), se hincó y lo recogió, caminó mirando sus formas, se diría que acariciaba ese objeto tejido por el pico del ave, pensaba en el árbol matado, talado. Sus ojos se abrieron grandes y se encaminó de regreso a casa.
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La lluvia, cotidiana en esa temporada inició su caída, las primeras gotas salpicaron sus sandalias hasta mojarlas y el camino se fue volviendo un barral, el nido, que llevaba en una mano, lo acercó a su pecho y protegió con su casaca, cuidaba que las gotas no lo humedezcan.
Continuó su caminar, cierto día del 2021 vino a Huánuco, exactamente Tomaykichwa, conoció la casa de don Víctor Domínguez Condezo (Vedoco) intelectual quechua hablante, sobre todo un hombre de comunidad y poeta. Con él conversaron, conversaron mucho, en esas palabras que iban y retornaban resonó el mito de Mamá Rayguana. Cuenta sobre la hambruna y el origen de los alimentos. Le mostró una corona rodeada de pájaros tallados en una madera local, quedó cautivado. Días después, Vedoco narró el mito en el lugar Pozo – Pozo, donde don Edmundo Palacios cosechaba cerca de 600 variedades de papas nativas.
Cuando el ave y el nido se juntaron en su pecho, el tiempo transcurrido perdió su distancia; la individual, “Hacer toser mi alma” comenzó a tener cuerpo completo.
La exposición en Ginsberg Galería, espléndidamente curada por Miguel López, es una hermosa página en su recorrido artístico; aire fresco, profusas raíces expuestas a flor de piel.
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Mamá Rayguana, es la instalación en torno a la cual gira toda la exposición. Una leyenda del centro del país, cuando
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Huánuco, Pasco y Ancash desconocían de las divisiones republicanas. Mamá Rayguana, baja como forma de nube, de rayo, de pentecostés, de maná, de curación; los alimentos son devueltos a su sacralidad, a la mesa tierra en su devota ritualidad. Cuenta el curador: Las aves están talladas en pedazos de maguey encontrados. Los ojos son semillas de maíz, alverjas, frejoles, calabaza y huayruro. En algunos casos, las alas son de maguey y, en otros, son hojas secas de eucalipto, capulí, chilca, cantuta, tankish, quishuar, chachacomo, colle, huaranhuay y aliso.
Huánuco, tiene esta danza ancestral relegada, subsistiendo en las zonas altas, en pequeñas comunidades, con danzantes en extinción. Hay una responsabilidad en todos, volver a quererla será querernos.
Levanto mi cabeza y en lo alto / Veo descender el humo luminoso de la vía láctea / Lo inhalo profundamente hasta hacer toser mi alma (Antonio Paucar).
La obra de Antonio se ubica en la continuidad milenaria; en sus procesos, obra y vida se mezclan en la imagen de artista franco, observador, metódico… En cada imagen, la palabra oculta, va sumándose a su labor como necesidad reflexiva, pedido por su entorno, por el barro, las tejas, el maguey y el aliso amaestrados por el abuelo Abilio. En este tiempo, a los insumos de Aza se suman los de Pachitea y otros pueblos donde se danza Mamá Rayguana. El resultado, un relato híbrido en términos actuales.
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Antonio, lleva dentro de sí, en sus pies y bolsillos, la sensibilidad del hombre andino, facultado de asombrarse en cada instante de la vida; un sombrero oscuro de fieltro le da la caída y ritmo propios de una montaña. Los pies descalzos tienen la tierra, el suelo de donde brota su historia como una montaña, la misma que con el sombrero le transmutan en chamán, el ser que sana. Paucar, es en sí mismo, el nombre de un ave y ha logrado hacer oír su propio canto. En su obra se lee un alto contenido social reflexivo. El recato de Abilio Gonzáles tiene continuidad en las cavilaciones de Antonio Paucar.
En esta exposición, en un video realizado en su última residencia en Finlandia, se pone un cetro y silbando como un ave, realiza una danza ritual sanadora para ese espacio ruinoso, una defensa militar con un radar que aún gira. El penacho, tejido con las plumas de cisnes recogidas en sus andares a orillas de la playa de la isla, son cada una, un poco de vida. El silbido une los extremos del orbe como las aves con su vuelo. La danza ritual curadora, con giros opuestos a los del radar es Mamá Rayguana, subvertida en ese espacio erigido para la muerte, que ahora, con la acción ritual del artista, es limpiada y devuelta a la vida, como la vida que demanda la patria hoy día.
Marzo, es un mes especial, construye desde el corazón macizo de su andinidad algo contundente para el arte peruano (Pozuzo, marzo 2023).
¿CÓMO FORTALECER LA DEMOCRACIA EN EL HOGAR Y LA ESCUELA?
No es conveniente que se perpetúe el autoritarismo, la imposición egoísta, irracional e instintiva que no admite la opinión divergente u otra razón. La democracia requiere de una práctica constante, un aprendizaje, un ejercicio de las mejores facultades del ser humano que perdure en el tiempo y en cauce el progreso de una nación.
La visión de futuro e intensión es que:
Se afiance la democracia en la conciencia de los pobladores, en un esfuerzo de todas las instancias: autoridades, maestros, padres de familia, juventud, niñez, líderes.
Haya nuevas “reglas de juego” inspiradas en la equidad, claras y accesibles a todos.
• Existe una comunicación sincera, fluida, sin recelos entre las personas del pueblo que contribuya al afianzamiento de la democracia.
Lo importante es practicar la democracia, mucho más que “predicar” o escuchar sabias argumentaciones en su favor.
Así como el autoritarismo -que supone cálculo egoístaes muchas veces conducta inadvertida y casi justificada por quien la ejerce a costa de enturbiar y enajenar las normales relaciones cotidianas en el hogar y la escuela, as también la democracia -que supone equidad- debe ser una práctica diferente de convivencia superior, cuyo efecto sea la eficiencia, el efecto y la transparencia en la escuela y en el hogar. La práctica democrática crea progresivamente el “clima” favorable de igualdad en un vivir con los demás, en equilibrio espontáneo de derechos y deberes.
La educación en democracia debe consistir, pues, en la práctica de actos democráticos, como “reacción” automática, en todas las situaciones de relación humana.
Fortalecer la democracia en el hogar y la escuela es, básicamente, hacer tres cosas:
Someter todo acto personal a la única medida de la equidad.
• Someter todo acto colectivo a una “regla de juego” como producto de esa apreciación personal de la respuesta equitativa.
• Garantizar a cada miembro la capacidad de controlar el cumplimiento de la decisión adoptada.
Llegar a la equidad en la conducta personal es fortalecer la democracia, en el hogar y la escuela cada uno “siembra” equidad con el ejemplo de sus propios actos equitativos, se crean actos equitativos como resultado del esfuerzo voluntario por equilibrar derechos y deberes según las capacidades de cada miembro de la familia, los padres y la maestra llegarán aún más allá, sometiendo la decisión lógica (solo afianzando por criterios racionales de lo justo y lo legal) a la dimensión del amor para medir la equidad, los hijos deberán agregar a la equidad el componente de su propia donación, él considera que los derechos ajenos son más valiosos que los propios, aprendiendo a ser equitativos y a la vez solidarios. El tomar decisiones colectivas es fortalecer la democracia. Si todos los miembros de la escuela o el hogar, miden su propia conducta por la equidad, estarán listos para tomar una decisión colectiva, una “regla de juego” a través de la cual se reconocen, el uno con el otro, en la raíz de su alta condición humana.
Esta “regla de juego” será más eficiente y dará mayor ganancia cuanto mayor sea su contenido de equidad. Uno se adhiere a las decisiones colectivas normalmente por la tácita aceptación de la norma vigente, es decir, el reconocer que ella tiene dosis suficiente de equidad. Por ello es fundamental la responsabilidad de los padres y maestros al establecer normas de alta equidad, “reglas de juego” que aseguren un camino esforzado, pero gozoso, hacia el éxito visualizado. Las nuevas decisiones de importancia en el hogar y la escuela deberán ser fruto de un análisis objetivo sobre los pro y los contra de su utilidad para la mayoría, de su forma, oportunidad y trascendencia.