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Yaku y la importancia de la prevención
La región de Huánuco ha sido levemente afectada por la devastación que el ciclón Yaku, mientras que otras partes, sigue causando grandes destrozos y pérdidas de vidas humanas.
Afortunadamente, la región ha sido en gran medida preservada de las peores consecuencias de este fenómeno natural. No obstante, es fundamental aprender de lo ocurrido y entender la importancia de la prevención y la colaboración entre autoridades y ciudadanos para enfrentar los desafíos del cambio climático.
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El calentamiento global y sus efectos en Perú están dejando cicatrices en nuestro territorio y población. Las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra han sido protagonistas en regiones como Lima, Tumbes y Huaraz, mientras que en Huánuco, aunque no se ha registrado la misma magnitud de destrucción, aún existen peligros latentes.
Este riesgo aún se incrementa con la confirmación de la futura presencia de la Corriente del Niño a mediados del año. Recordemos que en el 2017, su presencia fue devastadora para el sur del país.
Recordemos lo ocurrido con la presencia de la COVID en nuestro país, se sabía que iba a llegar 3 a 4 meses antes, sin embargo, el “lagarto Vizcarra” prefirió no tomar las medidas de prevención necesarias, pues el negocio de las vacunas era mucho más atractivo y tentador. Esperemos que similar situación no suceda con el gobierno de Boluarte, y no se espere a que el fenómeno destruya el país para comprar casas prefabricadas.
Importante también tener en cuenta que el Perú es uno de los principales candidatos a nivel mundial a sufrir de abastecimiento de agua a causa del calentamiento global, sin embargo, nuestra conciencia ciudadana de cuidado de este preciado recurso es nula.
Las autoridades regionales y municipales tienen un arduo trabajo de sensibilización a realizar en la población. Como ya lo hemos dicho anteriormente, si queremos que las autoridades solucionen los problemas de la ciudadanía, es fundamental que la misma ciudadanía participe activamente de la solución de los problemas.
La creación de planes de contingencia, tanto a corto como a largo plazo, es imprescindible en la lucha contra los efectos del cambio climático y la protección de nuestras comunidades. Estos planes deben abordar la identificación de áreas de riesgo, el establecimiento de sistemas de alerta temprana y la promoción de programas de capacitación y concientización ciudadana.
En este contexto, es vital que el apoyo prometido a los agricultores, en forma de bonos e insumos como fertilizantes, se materialice. La confianza en las autoridades y su capacidad para ofrecer soluciones concretas es clave para fortalecer la resiliencia de nuestra región.