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Atlético, una institución que nunca se cansa de seguir creciendo En épocas donde los valores de las instituciones deportivas se van perdiendo, el club de barrio Alberdi celebra su 108º aniversario con la saludable intención de darle continuidad a su curva ascendente. CASTELLANOS refleja esta historia de un sentimiento especial que transmite desde hace ya más de un siglo. El 13 de enero de 1907, en una vivienda de calle San Martín, donde hoy se erige la Mutual de la institución, un grupo de jóvenes entusiastas fundaba el Club Atlético Argentino de Rafaela. Allá por el 3 de mayo de 1915 se modi-
ficó la denominación a Club Atlético de Rafaela y el 1 de abril de 1988 se cambió el nombre, definitivamente, a Asociación Mutual Social y Deportiva Atlético de Rafaela, al transformarse en entidad mutualista.
La primera acta.
El acta N° 1 El día trece de enero del año mil novecientos siete, reunidos los al margen nombrados en Asamblea General, con el objetivo de fundar un club Atlético para dedicarse al juego del Foot Ball y bajo la presidencia de Atilio Brambilla, queda abierta la sesión a las cinco de la tarde, y a moción del mismo se pasa a votar para la conformación de la Comisión Directiva que deba presidir dicha sociedad, quedando formada por unanimidad de votos en la forma siguiente: Presidente: Eduardo Ripamonti. Vice Presidente: José Scossirolli. Secretario: Atilio Brambilla. Pro Secretario: Virgilio Fanti. Tesorero: Alberto Santucci. Consejeros vocales: Máximo Ghioni (hijo) y Ramón Febrer.
Las 500 Millas Argentinas.
Presidente Honorario: Antonio Vivanco. Consejero Honorario: Bruno E. Zaballa. Vocales Suplentes: José Dardati y Enrique Riondet. Cuyos cargos fueron aceptados. De común acuerdo se dio poderes amplios a esta Comisión para que llevase a cabo todos aquellos trabajos que fueran convenientes para la buena marcha de la sociedad, como ser: formación del Estatuto y Reglamentos, formación de Field, etc. Conforme a lo expresado, se levanta la sesión siendo las seis y media de la tarde.
Las primeras 500 Millas El 6 de junio de 1926 a las 7 de la mañana, 29 autos hacían tronar el piso de tierra. Más de 40 mil personas esperaban la largada. La carrera se disputaría en un circuito de caminos vecinales, ubicado a 2.000 metros al oeste de la hoy Ruta 34, en la prolongación del bulevar Roca. Un dibujo de aproximadamente 37 Km. que debía ser recorrido en 21 oportunidades y así encontrar una equivalencia gaucha de las 500 Millas Gringas en India-
nápolis. A las 2 horas de carrera se desató un temporal para que la competencia fuera más dramática en la lluvia y el barro. Domingo Bucci, quien figuró como el primer inscripto en la nómina, se había situado en el liderazgo con su automóvil Hudson y ahí permaneció hasta que finalmente llegó la suspensión. El reloj marcaba 2 horas, 15 minutos y 1 segundo de carrera. Los competidores recibieron la bandera a cuadros por lo que no debió considerarse suspensión sino finalización de la competencia, con la victoria de Domingo Bucci con un tiempo de 2hs 15´01". Así concluía la primera parte del espectáculo que fueron a ver miles y miles de personas que se hospedaban en alojamientos especiales, casas, bares, cines, galpones de campo y también bajo los árboles de la plaza y las veredas. El clima les cortó la fiesta, de igual manera para casi todas las experiencias y las sensaciones vividas ya eran únicas e inolvidables. Pasarían semanas para que se retome la prueba deportiva. Se produce una fuerte ruptura de relaciones entre Atlético y el Automóvil Club Argentino. La confusión ganó a muchos y las desprolijidades propias de la inexperiencia hicieron que se cometieran muchos errores al reanudar la prueba después de muchos intentos y postergaciones. Recién el 29 de agosto de (Continúa en pág. 17)
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(Viene de pág. 16) 1926 se largaron nuevamente las 500 Millas Argentinas. Pasaron frente al control, a poco de iniciarse la competencia, solamente 12 coches. Con intervalo de un minuto, los coches fueron puestos en carrera. Pasadas las 13 horas, el piloto del coche Nº 10, Raúl Riganti, cumplió las 21 vueltas del circuito, recorriendo las 500 millas en 6 horas 20´25", con un promedio de 126,925 km/h. De esta manera superó el promedio de 116 km/h alcanzado por Dutruel en 1925. Clasificación final: 1° Raúl Riganti (Hudson) 6hs 20 23"; 2° Ernesto Blanco (R.E.O ) 6hs 46´ 41"; 3° Emilo Karstulovic (Auburn) 9hs 03´ 48".
Nacimiento del Monumental Había que remodelar el campo de deportes, porque para la construcción de las tribunas de cemento, el campo de juego debía cambiar de orientación. Ya no estaría orientado de Norte a Sur. Nació la actual fisonomía del estadio, puesto de Este a Oeste, con un arco sobre calle Urquiza y el otro sobre calle Víctor Manuel, con la figura del frontón cubierto como parte de la escenografía desde ya hacía una década. Ya con el campo de juego se inició la monumental obra: la tribuna de cemento que cubre el lateral norte del estadio y que da espaldas al Colegio Normal. Luego de mucho tiempo de trabajo se concluyó esa enorme tribuna y se realizó también la cancha de básquetbol, orientada de la misma forma que la
El autódromo Ciudad de Rafaela.
de fútbol y ubicada sobre calle Dentesano. Se le construyó además una tribuna de cemento. El 10 de octubre de 1953 la obra se inauguró con actos que se desarrollaron hasta el día 12, cuando luego de la actuación de la banda militar del Liceo General Belgrano de Santa Fe, Atlético enfrentó a Platense. El vibrante partido amistoso que estrenó el Monumental lo ganaron los "Calamares" de Buenos Aires 5 a 3.
Inauguración del Óvalo La inauguración del nuevo circuito tuvo lugar el 2 de agosto de 1953, corrieron en esa jornada coches de la categoría Turismo Carretera, donde otra de las grandes
figuras del deporte nacional vio aclamado su nombre como indiscutido vencedor: Juan Gálvez, a quien le faltaba engarzar esa conquista en su corona de triunfador. Recorridas las 15 vueltas, Juan Gálvez vio asegurada su posición, que podía perder únicamente con un desperfecto mecánico. Blanco, el veterano corredor, puso emoción al salir en busca del segundo puesto, con tenaz persecución. Y fue ganando lugares en la colocación hasta tener lo necesario y ponerse detrás del puntero y finalizar en ese puesto.
Las 300 Indy La consigna esa traer Indianápolis a Rafaela, algo que de ninguna manera se veía
El estadio Monumental de barrio Alberdi.
como sencillo de concretar. Sin embargo, al sueño, a la utopía se le sumó trabajo, esfuerzo, perseverancia. Con tratativas comenzadas en 1970, Clarence Kagle, el supervisor del trabajo, dio el visto bueno para que, en el renovado Autódromo de Rafaela se puedan disputar las 300 Indy. El costo de la competencia fue de 90.000 dólares que hubo que depositar en el mes de enero de 1971 en el Banco Nacional de Indianápolis,
más el traslado de la delegación compuesta por 137 personas. El domingo 28 de febrero de 1971, a las 15.25, cuando Tony Ullman, el propietario del legendario autódromo de Indianápolis, tomó el micrófono y en un confuso castellano dio la conocida orden de apenas seis palabras: «señores, pongan en marcha sus motores», de pronto el aire quedó prendido con el rugir de casi 20.000 HP y la escena pareció escapada de la pista de Indiana.
Vibró el cemento y el corazón de los espectadores latió a mil por hora, fue un momento inolvidable para los presentes, una sensación que nunca olvidarán. Transcurrido el tiempo reglamentario la bandera a cuadros cayó sobre el ganador, Al Unser, quien tripulaba un poderoso Colt-Ford, con turbo compresor y 700 HP de potencia. También quedó para Rafa(Continúa en pág. 18)
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(Viene de pág. 17) ela el promedio más alto realizado en cualquier circuito del mundo, la vuelta record a 278,861 km/h, lograda en las pruebas de clasificación por Lloyd Ruby con el MongooseFord N: 12. Finalmente Rafaela había tenido su Indianápolis, atrás quedaron proyectos esperanzas, posibilidades y concreción.
El ascenso al Nacional B Atlético viajó a Jujuy con cierta tranquilidad, la que le daba el 3 a 1 conseguido en Rafaela el 28 de mayo y con una fuerza interior que lo hacía imbatible porque se sabía superior al rival y así lo demostró con un 3 a 0 como para que no queden dudas. Atlético formó con Marino; Fertonani, Querini, Levrino, Berzero; Bernasconi, Alfaro, López; Giordano (Poelman), Fuentes y M. Riberi (R. César).
Una absurda reválida Una campaña muy negati-
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va en el torneo de 1991-92 donde Atlético culminó en el puesto Nº 18 y una absurda decisión reglamentaria obligaron al equipo a tener que revalidar la plaza que tenía en el Nacional "B", frente al último campeón de la liga local, y en este caso no era otro que el clásico rival, 9 de Julio. La tarde del 8 de junio de 1992, en el estadio Monumental, Atlético salió a definir el pleito lo más rápido posible, y así fue. A los 13 minutos, Horacio Rafael Puchetta marcó el único gol que tendría el partido. Fue el clásico más importante en la existencia de "Cremosos" y "Leones" y lo ganó Atlético que con total justicia siguió en el Nacional B.
Ascenso a Primera división El 7 de diciembre de 2002, en el último partido del Torneo Apertura, Atlético le ganó en Rafaela 2 a 0 a San Martín de Mendoza, con goles de Fabricio Sánchez de penal y Rubén Darío Forestello, consagrándose campeón del Apertura 2002- 2003 de la Primera B Nacional.
Y el 21 de junio de 2003, más de 2000 rafaelinos llegaron hasta el estadio de San Martín de Mendoza en busca de un momento histórico único, y fue aquel lugar al pie de la Cordillera de Los Andes donde Atlético escribió su página más gloriosa, porque logró el ascenso a Primera División.
La Fiesta del Centenario El sábado 13 de enero de 2007 Atlético cumplió sus 100 años. La celebración oficial fue por la noche. El clima no quiso asociarse al festejo igualmente el estadio "Monumental" reunió a miles de feligreses de Atlético para ser testigos de un momento histórico. Horas de recuerdos y reconocimientos, discursos, cánticos, marchas, música, artistas, ilustres nombres y más nombres, cientos de jóvenes y viejos deportistas, cientos de jóvenes y viejos dirigentes, todos de alguna manera estuvieron presentes. El momento más explosivo de la noche se escuchó cuando la imagen del inolvidable Lucio Casarín apareció en
El equipo que logró el primer ascenso a Primera División.
El equipo que en 2011 devolvió a la Crema a Primera.
Los héroes de 1989 que llevaron a Atlético al profesionalismo.
las cuatro pantallas gigantes montadas en el estadio. Todas las disciplinas deportivas tuvieron su momento para desfilar por la alfombra roja y caminar hacia el gran escenario para evocar
las pequeñas y grandes conquistas, pero el fútbol y el automovilismo dejaron en claro cuales fueron y son las columnas principales sobre las que se edificó esta enorme y brillante historia de un siglo.
El soñado regreso a Primera El 21 de mayo de 2011, luego de venir realizando una gran temporada de la mano de Carlos Trullet, Atlético vuelve a la Primera División a falta de cuatro fechas, donde su última participación había sido en 2004, al superar en Tucumán por 2- 0 al local Atlético con goles de Oscar Carniello y Alexis Nicolás Castro. Mientras que el sábado 4 de junio se consagró campeón de la temporada 2010/11 de la Primera B Nacional al superar 1-0 con gol de Lucas Bovaglio a Unión de Santa Fe en el estadio "15 de Abril". Hoy, la Crema se prepara para afrontar su quinta temporada consecutiva en la máxima categoría, y aunque siempre le tocó pelear por mantener la categoría, fue dando pasos importantes para definitivamente consolidarse en el fútbol mayor de nuestro país.
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Homero Ingaramo: "Queremos construir un Atlético de Rafaela para América" La Institución cumple 108 años de vida y en diálogo con Diario CASTELLANOS, el actual presidente de la entidad, realizó un balance de lo que fue su gestión hasta aquí. Las obras que se efectuaron, los objetivos cumplidos, aquellos que restan por alcanzar, y las metas para este 2015 en lo institucional y deportivo. También aportó su mirada sobre la conducción de la AFA y dónde está parado Atlético económicamente hoy en día. Nicolás Domenella - La historia dice que el 13 de enero de 1907 un grupo de jóvenes, en una vivienda de calle San Martín, donde hoy se erige la Mutual, fundaron el Club Atlético de Rafaela. Desde entonces mucha agua ha corrido debajo del puente. Momentos inolvidables que marcaron los días de la institución y de la ciudad misma, y otros que se preferirían no recordar, también forman parte del rico historial cremoso; porque en definitiva, tanto las buenas como las malas decisiones son las que nos forman en lo que somos. Y vaya si Atlético aprendió de eso. Hoy, la realidad lo muestra consolidado entre los grandes del fútbol argentino, convirtiendo en realidad los sueños de aquellos pioneros de antaño. Pero como fecha especial que es, en Diario CASTELLANOS aprovechamos la ocasión para charlar con el presidente de la entidad, el ingeniero Homero Ingaramo, para realizar una lectura de este momento histórico que atraviesa el club de barrio Alberdi donde, además de encontrarlo jugando un año más en Primera División, cuenta cómo fue el 2014 de Atlético en el marco institucional y lo que se viene pensando en los objetivos dispuestos. ¿Qué balance puede hacer de su gestión hasta aquí? Creo que ha sido positiva. Siempre aspiramos a mante-
G. Conti
El presidente de Atlético de Rafaela, ing. Homero Ingaramo.
ner al club como lo venimos haciendo, sin cometer errores gruesos que impliquen problemas serios tratando de cuidar la economía, buscando mejorar también la organización interna, tratando de potenciar las 17 disciplinas con las que contamos tanto deportivas como culturales incluyendo el jardín de infantes. Hemos hecho una reunión con los responsables de todos los sectores que hacen al club, por lo menos para conocernos entre todos, porque aunque no parezca, había mucha gente li-
gada a la institución que trabaja día a día en su disciplina que no se conoce con las otras. Con eso no sólo logramos un vínculo personal más asiduo sino que también creamos la posibilidad de que entre las distintas actividades se complementen y se ayuden mutuamente. ¿Cuáles son los logros más importantes que restacan de lo hecho? La repavimentación del autódromo fue una obra que se ha pensado y se ha imaginado durante bastante tiempo en la presidencia anterior
del Dr. Ricardo Tettamantti donde incluso Eros Borgogno, a cargo de la Subcomisión de Automovilismo, lo tenía como su objetivo principal. Por suerte se pudo concretar con el apoyo de Vialidad Provincial y de la Municipalidad de Rafaela. Es una obra que permite darle continuidad a las actividades automovilísticas permitiéndonos seguir estando en el calendario de las carreras importantes como es el Turismo Carretera. También pudimos recibir a la categoría experimental (Desafío
Eco) con los autos eléctricos donde participaron casi 80 escuelas técnicas de todo el país. ¿Qué otras obras realizadas en el 2014 resalta? Una de ellas fue la del Fútbol Infantil donde se han he-
cho los cercos de las canchas, instalaciones nuevas de vestuarios y baños y las instalaciones y dependencias de un pequeño quincho para usarlo de esparcimiento. Se (Continúa en pág. 20)
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(Viene de pág. 19) está terminando el cierre y la preparación de una de las canchas del Fútbol de Inferiores (denominada internamente Morumbí por tener dimensiones similares a los más grandes campos de juego). Además de que se está trabajando en la parte de infraestructura en la terminación de los vestuarios, una obra que hace tiempo que tenemos inconclusa porque teníamos un problema con los desagües cloacales que ya ha sido solucionado. También se actualizaron las instalaciones de los gimnasios de la sede social como el "Lucio Casarín" y el gimnasio Nº 2, con trabajos de pintura sobre todo en la fachada por primera vez. Se pintaron las tribunas del Estadio de Fútbol y se refaccionaron las zonas de plateas. ¿Para el 2015 qué hay planeado en este segmento? Por un lado la continuidad de la obra de los vestuarios con la idea de llevar la lavandería al autódromo, siendoquehoyfunciona en la parte baja de la platea techada. También tenemos en el Estadio que completar el sistema contra incendios, cosa que está pendiente; y después está pensado un proyecto para unir los 2 gimnasios, el Casarín con el Nº 2. Donde estaba antiguamente el escenario sería el canal de conducción con el otro para cuando albergamos acontecimientos de mayor envergadura bajo techo en un solo espacio físico conectado. Hoy Atlético nuevamente está en Uruguay, ¿cómo ve a la institución con respecto a estas relaciones internacionales? Como decía el ingeniero Báscolo, que fue un visionario y prócer del club, "Atlético de Rafaela para América", ese era
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su lema. A mí me parece que es muy importante porque Atlético y la ciudad tienen una proyección hacia países vecinos hacia instituciones de prestigio. Que una empresa como Tenfield, nos invite por tercer año consecutivo a un torneo internacional con los gastos pagos es algo sin duda para destacar, porque de otro modo sería muy difícil de hacer. Desde el punto de vista deportivo es muy importante porque hasta se pueden dar intercambios de jugadores o tejer relaciones con los demás clubes por préstamos o ventas, además de poder medir nuestros propios valores en otro tipo de roce. ¿Cuáles son los demás objetivos para este año? Estamos encarando una etapa en cuanto a la comunicación digital, que es un proyecto que hace tiempo veníamos pensando y ya está en vías de desarrollo, que tiene que ver con mantener la página web del Club dinámica y actualizada, como así también hacerlo con las redes sociales como Facebook y Twitter para aportar información oficial al instante. ¿Hay planeada realizar alguna campaña societaria? Es algo que nos interesa mucho. Según nuestros registros, en el 2014 se aumentó la cantidad de espectadores en promedio que concurrieron a la cancha. En el período 2013/ 14 tuvimos un promedio de 3.300 personas, y en el 2014 se fue a 4.024 contando sólo el último semestre, marcando un 23% de incremento. Evidentemente nos ha afectado muchísimo la prohibición del público visitante. Considerábamos al menos en 10 partidos recibir entre 2.500 y 4.000 personas de visitante en esos partidos. Eso a la economía del Club le afectó. A los clubes grandes no tanto porque la
ocupan con su propio público. Con relación a eso, tenemos pensado realizar una campaña de socios bastante intensa con importantes beneficios y descuentos para aquellos que se acerquen. Durante el año seguramente lo vamos a implementar. Es una de las deudas pendientes.
"Único club sin adelantos de AFA" En este tiempo de mercado de pases, Atlético ha marcado otro hito en su historia personal recientemente con la venta del 80% del pase de un producto genuino de su cantera como Lucas Albertengo a Independiente. Sin duda que la economía de la entidad de barrio Alberdi respira profundo por este importante ingreso, pero eso no quita el foco de la discusión central tan en boga por estos días de cómo o de dónde sacan recursos algunos clubes que están en bancarrota. Al respecto consultamos al presidente Homero Ingaramo sobre cómo hace Atlético para competir contra pesos pesados cuando uno no debe nada: "Es dificil. Sabemos por otro lado que son las reglas del juego que imperan, lamentablemente. Atlético es el único club de 89 que no tiene adelantos de la AFA y el único entre 4 que no tiene deuda con la AFA. Contrariamente, tenemos un crédito con esa institución, el cual somos acreedores, y este mes está previsto poder hacerlo efectivo. ¿Genera una competencia desleal esta situación? Por supuesto. Cuando fuimos a disputar el desempate con Colón de Santa Fe, ellos tenían (tienen) una deuda muy importante y sin embargo tuvimos que estar en el mismo lugar jugando de igual a igual. Dentrodeltorneotenemosque lidiar en desigualdad de condi-
ciones y con un reglamento que no se aplica en su totalidad. Hay un artículo del reglamento de AFA que establece penas deportivas para transgresiones económicas y eso no se aplica. Si realmente se respetara ese ítem la cosa sería muy diferente. No habría tantas instituciones mal, o por lo menos se cuidarían más a la hora de tomar decisiones y realizar inversiones sobre todo. A la hora del debate entre dirigentes, ¿estos puntos se ponen sobre la mesa? Podemos buscar un ejemplo para graficar la situación. Los pagos mensuales que la AFA efectúa a los clubes, cheques del programa Fútbol para Todos, en un momento llegaron a tener fecha a 120 días, lo que genera un verdadero problema para poder negociarlos en el mercado. Juntamente con Belgrano de Córdoba hemos logrado exigir que tanto a Atlético como al propio Belgrano en su condición de cumplidores no deudores, se les pague en el transcurso del mes, cosa que en este mes de enero ya se cumplió. Consideramos que es un principio de justicia mínimo. No nos consideramos los mejores, posiblemente seamos mas bien del montón, pero sí estamos tranquilos de que hacemos los deberes. No debemos y no sacamos plata a cuenta. Otros clubes, Olimpo por ejemplo, que es un club equiparable con nosotros deportivamente, sacando de lado que la ciudad de Bahía Blanca es mucho más grande, está cuarto en el ranking de los clubes que tienen adelantos. De ese modo sí se entiende porque algunos llevan los jugadores que llevan y cierra el círculo, después que los puedan pagar es otra cosa, pero ya sabemos cómo termina.
Con esta realidad, y siendo de que no hay nada que haga pensar que puede cambiar, clubes como el nuestro sólo pueden buscar jugadores con cierto roce en Primera en los países limítrofes, pero por sobre todas las cosas, seguir haciendo hincapié en la formación de jugadores propios. Justamente apuntalando ese aspecto, es que recientemente hemos sumado a Gustavo Tognarelli como coordinador general de las divisiones inferiores, pensando en ese proyecto con miras a mejorar y generar mayor cantidad de jugadores de la cantera propia. Con ésto, sabemos que la inversión en las formativas luego redunde en una posibilidad de tener un buen capital de futbolistas que le den sustento a la expansión económica de la entidad. ¿Se observa un panorama alentador en la conducción afista, sobre todo para los clubes del interior? Considero que se ve un panorama distinto, por empezar, porque AFA está en el límite de su economía; es decir, que no hay más margen para que algunos vayan a hacer cola a pedir dinero adelantado. Creo que eso por un tiempo se terminó. Creo que desde nuestra parte no nos vamos a dar cuenta porque no somos de esos, pero en el sistema sí creo que puede llegar a equiparar un poco las posibilidades de cada uno. Aquellos acostumbrados a esas prácticas tendrán que medirse y saber acomodarse también en sus números que manejan en el fútbol. Pero insisto, que por ejemplo, más allá del dinero que pueda ingresar todos los años del Fútbol para Todos, si no se implementa un régimen de premios y castigos ésto va a seguir igual. ¿Cómo lo ven a Atlético
en AFA? Saliendo de Rafaela, vemos que Atlético está muy bien considerado, con una imagen muy buena desde la estética de la cancha sumado al atractivo de jugar en Primera División y de poseer automovilismo de Primera siendo la única institución, al menos en esta parte del mundo que tiene el lujo de poseerlo. Personalmente aspiro a que Atlético tenga el apoyo que genera incluso en la gente que viene a la cancha y más. El dato más relevante es que los sponsor más importantes no son de la ciudad. Creo que tenemos que dar un vuelco a esa tendencia porque es necesario ver que es un beneficio para toda la ciudad lo que representa Atlético fuera de Rafaela. ¿Ve factible la vuelta del público visitante? Sinceramente me parece que no. Y por unos años más vamos a seguir así. Evidentemente pasa por una decisión política. Se considera que prohibiendo que no se vaya afuera se termina con el problema pero los barras y los conflictos siguen, sin embargo la cuestión de la vuelta del visitante no se modifica y afecta a los clubes como el nuestro. Es un tema muy complicado. Nosotros mismos tuvimos problemas con la barra y en estos días, antes de que arranque el torneo, vamos a decidir si continuamos con el derecho de admisión para aquellos en los cuales recae. Por lo pronto estamos gestionando la apertura de la tribuna de calle Urquiza, sobre otro en el verano porque a la tarde da sombra para los espectadores. Estamos hablando con los órganos provinciales para que no nos implique un mayor gasto por adicionales de policías; si lo logramos, seguramente la abriremos para el público local, claro.
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COLUMNA DE OPINIÓN
En el Libro de las Hazañas Fotos: Castellanos
Por Oscar Martínez Dice Ariel Scher que "el Libro de las Hazañas está entre la cuarta piedra y el segundo hueco de un camino que casi nadie encuentra. Allí se cuentan algunas de las mayores proezas del fútbol. Para llegar hasta él no hace falta un mapa ni una guía, pero es indispensable tener otra manera de mirar al mundo. Hacerlo, por ejemplo, desde la pasión". Es probable que en ese libro se relaten con lujo de detalles dos partidos de fútbol que mantuvieron a un equipo vestido con los colores del cielo en la elite de los torneos argentinos. Se habla de Atlético, claro. Y también de la Reválida y de aquella victoria de mayo del año pasado ante Colón de Santa Fe en el estadio de Rosario Central. Ahora bien,
¿Por qué se eligen estos dos encuentros como los distintivos del club de barrio Alberdi, cuando son determinantes aquellos otros que valieron los ascensos? Porque cuando se está en el borde del abismo, con la garganta oprimida por la angustia, la victoria se valora más que aquella que se logra cuando se golpea a las puertas de la gloria. Y, fundamentalmente, porque esos dos triunfos se consiguieron ante rivales con ribetes de clásicos, aunque muy distintos entre sí. La Reválida, aquel engendro digno de una AFA que a principios de los noventa se mostraba tan delirante como ahora, puso a la Crema cara a cara con su clásico rival, cuando la antinomia con 9 de Julio aún le daba calor y color a la Liga. La carrera que ambos disputaron para ver quién llegaba a la elite del fútbol argentino se había decidido tiempo antes a favor de un Atlético que parecía estar en desventaja. El regla-
Albertengo. La joya de Atlético.
mento decía que los equipos que no estuvieran directamente afiliados a la entidad de calle Viamonte y se ubicaran detrás del décimo puesto en el torneo Nacional B, deberían revalidar su lugar en el certamen jugando un partido en condición de local ante el último campeón de su liga. Y este era justamente el 9. Entonces se vivió el clásico más importante de la historia. Un encuentro que se jugó desde varios días antes de ese 8 de junio de 1982, con dos estados de ánimo absolutamente contrapuestos. La ansiedad y expectativa del equipo que podía lograr un ascenso de una manera casi impensada. Y el nerviosismo nacido del temor a perder un lugar en el Nacional B que Atlético había ganado en la cancha tras formar un equipo con aires místicos, que cada día que pasa juega mejor, y había realizado una campaña sensacional. Esa angustia que sufría el hincha se trasladó a los jugadores, que habían esperado en Villa Carlos Paz, lejos de una ciudad que hervía. Tal vez por ello costó tanto ganar un partido que siempre fue favorable en el marcador gracias al gol de Puchetta cuando la pelota recién había comenzado a rodar. Aquel conjunto dirigido por Francisco Calabrese, un entrenador al que solo se lo recuerda por este logro, formaba con Tognarelli; Berzero, Levrino, Querini y Dalmasso; Alfaro, Martínez y Bernasconi; Vera; Puchetta y Grillo. Nunca antes el simpatizante cremoso, que tal vez en ese partido se recibió
de hincha, sufrió tanto. Seguramente por esta razón el festejo se pareció a un enorme alivio. Y fue el comienzo de la muerte del clásico, que se fue apagando con el correr de los años, por la diferencia de torneos en los que una y otra institución juegan. Lo del año anterior tuvo otro contexto. Pero la carga de expectativa y angustia fue parecida. La rivalidad con Colón tiene un condicionante que aceleró su nacimiento: la rivalidad entre ciudades. Lo real es que nos visitamos seguidos y que en ambos lugares habitan familiares y amigos. Pero rafaelinos y santafesinos no nos queremos como deberíamos. Y el fútbol, que es el sitio donde se exacerban las pasiones, elimina las hipocresías y pone sobre la mesa las cartas con la cara hacia arriba. Lo cierto es que Atlético ya había estado al borde del descenso las temporadas anteriores y llegaba al último partido, ante Arsenal en Sarandí, en caída libre. Sin embargo ese equipo de Jorge Burruchaga terminaría sumando 49 puntos. Pero ocurre que los 43 de la temporada anterior, también con responsabilidad de ese cuerpo técnico, fueron absolutamente condicionantes. Con jugadores que dieron mucho más de lo que de ellos se esperaba, pero que había caído en su rendimiento, se ganó un partido lleno de suspicacias. Algo similar a lo que hizo Colón en Santa Fe. Ese mismo Colón, golpeado por un desmanejo institucional que habría dejado dirigentes presos en cualquier otro lu-
El festejo tras la hazaña.
gar del mundo, sufrió descuentos de puntos que lo puso al borde del descenso Pero una AFA injusta en sus decisiones le permitió llegar en igualdad de condiciones que Atlético al partido de desempate en el Gigante de Arroyito. Si se hubiesen respetado los reglamentos, Colón hubiese descendido en los escritorios. Sin embargo hubo que jugar. Con los chicos del club siendo fundamentales, con un Lucas Albertengo incontenible y un Rodrigo Depetris goleador, se ganó 1 a 0 y no solo se mantuvo la categoría sino que, además, se mandó al sabalero al descenso. Seguir en Primera no fue obra de la casualidad o de un milagro sino un acto de estricta justicia. Alguna vez fue Sugus o Mu Mu, Billiken o Anteojito, Unitarios o Federales. Desde aquella primera antinomia entre Moreno o Saavedra, pasando por la civilización o barbarie, Ford o Chevrolet y terminando en River o Boca, los argentinos acumulamos una larga lista de opuestos.
Nos gusta tomar partido desde la opinión y ubicarnos en una vereda que está al sol o a la sombra, nunca en el medio. No en vano el chiste asegura que si hay dos argentinos, ya hay una interna declarada. Y también Atlético tiene sus antinomias futbolísticas. Según Immanuel Kant, antinomia significa que hay dos posiciones contrapuestas sobre una misma cuestión, y que estas posiciones pueden sustentarse con fundamentos válidos de ambos lados. Es decir que cada opuesto tiene sus razones para justificar sus prevalencias sobre el otro. Por eso, mantener el lugar en la elite del fútbol, legítimamente ganado, después de vivir un tiempo al borde del abismo, justifica cualquier festejo. Pero si, además, esa victoria transforma en derrotado al rival clásico, marcando que teníamos razón en la antinómia, la alegría, como dice la publicidad, no tiene precio. Y, claramente, se puede escribir con letras de oro en el Libro de las Hazañas.
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El día a día de las 300 Indy de Rafaela El viejo sueño finalmente se convirtió en realidad y nuestra ciudad vio en acción en su óvalo a los grandes de Indianápolis. Fue superado el promedio de velocidad de la famosísima pista norteamericana y se pudo observar una carrera de características interesantes. Al Unser, múltiple ganador en USA y campeón 1970, ganó las 300 Millas con las cuales quedó inaugurado, además, el campeonato 1971 de la USAC. Pero hasta la caída final de la bandera a cuadros, delante del Colt Ford ganador, se vivió una semana febril, cuya actividad figura descripta aquí día por día, hora por hora, con todos sus diversos matices. Cuando Al Unser puso freno a su marcha bestial, recibiendo por segunda vez en el día la bandera a cuadros, cosechó un buen toco de dólares, 600 puntos para el recién iniciado campeonato de la USAC y una carrada de aplausos. En ese mismo momento, Rafaela cosechaba mucho más, en gran parte
gracias a él. Todos los deseos estaban cumplidos y había aprobado con un sobresaliente. Vinieron mejores corredores de los que en un primer momento se habían anotado, debido a la inclusión de las 300 en el Campeonato del USAC. La pista se mostró segurísima y construida con
Al Unser, el ganador de la carrera.
materiales de primera agua desde asfalto hasta los guardrail. No hubo accidentes de importancia hasta el ocurrido en la segunda serie que demoró en cincuenta minutos la continuación de la misma. Y cuando este sobrevino, los dispositivos de seguridad funcionaron lo suficientemente rápido y bien como para que nadie tenga de que quejarse. El récord de vuelta, viejo berretín de todo rafaelino superó con holgura el mejor registro logrado hasta el momento en Indianápolis y se puso muy a tiro de sobrepasar en una oportunidad próxima a la marca tope del Ontario Motor Speedway, único lugar en el mundo donde un monoposto corre más rápido que en Rafaela. La carrera, en cambio, arrojó un promedio tan alto que convierte actualmente a la carrera santafesina en la más rápida de las que se corran en el mundo, cualquiera sea la especialidad. Semejante logro convierte a la empresa de estos gringos cabeza dura, en una de las hazañas más grandes que se haya alcanzado hasta el momento en el automovilismo deportivo de nuestro país y de comienzos a miras con metas aún más altas, a una era de importantísima trayectoria del Club Atlético Rafaela. La organización de la carrera fue un modelo en lo que concier-
ne a la parte de la carrera en sí, en la distribución de alojamientos dentro de los muy precarios medios que actualmente ofrece la ciudad y en la canalización del público hacia el circuito y dentro de él, evitándose aglomeraciones y permitiendo un fluido transitar de vehículos que en ningún momento -salvo en la salida- tuvieron problema alguno en su andar. Lástima que según nuestro juicio la cantidad de público que tendría que haberse volcado a disfrutar de este impresionante espectáculo no fue tanta como para poder decir que se notaba un lleno completo, posiblemente porque el precio de las entradas era un poco elevado para la posibilidad de la gente, que hubiera deseado ir, pero le resultaba bastante oneroso. Escollo insalvable para la entidad organizadora que en otra oportunidad acaso pueda ofrecer una rebajita a cambio del rotundo apoyo que a pesar de los pequeños claros le dio su pueblo. La parte deportiva del asunto no pudo ser mejor dentro de las condiciones que permitieron algunas ausencias muy importantes y algunos vicios que arrastra la categoría desde su lugar de origen. Los monopostos del USAC no son como los F1 con los que más o menos cualquiera, hasta los que se comen las uñas, puede apre-
El primero en marcar un tiempo notable fue Bobby Unser con su Eagle Offy. 278 y pico. Los relojes comenzaban a temblar.
ciar las diferencias de calidad que se encuentran en detalles muy finos, que permiten suplirse con manejo. Acá la cosa viene barajada muy diferente. Hay que manejar como la gran siete, eso sí, pero las reglas del juego slipstreaming (vulgo chuparse) obligan a cambiar fineza por contundencia, pericia por coraje y valentía por temeridad. El espectáculo es fabuloso, salvajemente impresionante y especialmente en Rafaela donde las rectas son tan largas que el acelerador no baja ni un milímetro más. Verlos deschuparse para tirarse a pasar cuando están entrando en las clotoides para entrar antes en las cabeceras es escalofriante. La presencia en pista de una punta de ñatos (como ocho o nueve) que desentonaban los buenos evitaba -pasada cierta cantidad de vueltas- llevar un orden muy claro de las accio-
nes, pero para el buen observador ver los pelotones de punta en constante cambio de posiciones, era un espectáculo de lujo para la vista.
Miércoles 24 ...»Mercoledi, es mitad de semana, sería una macana no empezar a apurar...» Con bastante viento que sería mayor a la tarde comenzó el segundo día de entrenamientos. Alrededor de las 9.30 Mike Mosley estableció un nuevo record con su Watson Offenhauser a un promedio de 255.338 Km/ h. Joe Leonard también superó el registro de Pairetti, con su Colt Ford marcó 1m05s4/ 10 a un promedio de 254.557 Km/h. Por la mañana no sucedieron muchas cosas más y a las once se dieron por terminados los entrenamientos hasta las tres de la tarde. Con un poco más de calor los autos salieron a pista. Así vimos a los dos Unser, Simpson, Mosley, Leonard, Rick Muther con la única turbina la cual deja mucho que desear tanto en lo que a chasis se refiere como a su rendimiento sobre la pista. Poco a poco los tiempos fueron bajando, pero antes de que se lograran los mejores, el auto número 28, el Eagle Offenhauser de Bill Simpson pasó frente a boxes con pequeñas llamaradas en el motor lo que movilizó rápidamente a toda la gente de seguridad. Todo no pasó de un susto ya que el auto se detuvo rumbo a la curva Bernardin, pero se comprobó que el cigüeñal estaba totalmente destrozado y la pista con varios pedazos del block que sirvieron de souvenirs para los que (Continúa en pág. 23)
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(Viene de pág. 22) estaban cerca. Para compensar un auto menos, comenzó el baile grande. Los hermanitos Unser se llevaron los tiempos del día: Bobby con el Eagle Offenhauser del nunca bien ponderado Dan Gurney giró a 271.138 Km/h lo que en tiempo sería 1m01s4/10; este tiempo está a la par del más veloz de Indianápolis para motores a pistón faltándole aún dos kilómetros y monedas para igualar el tiempo de las turbinas que es de 274.077 Km/h. Por su parte Al, con el Colt Ford logró el segundo registro a un promedio de 269.385 Km/h empleando un tiempo de 1m 01s8/10. Pairetti dio sólo dos vueltas y Salatino no pudo siquiera cambiarse porque estaban arreglando su auto al cual se le había roto una manguera de aceite. Con la misma puntualidad a la que ya nos tienen acostumbrados, a las 18 horas se dio él no va más y todo el mundo de vuelta a casa.
Jueves 25 El jueves, como día previo a la clasificación, la actividad fue mayor que en el resto de la semana. Desde temprano la mayoría de los mecánicos ya estaban en los pits trabajando en los autos. A las 9 Hs se abrió la pista dando comienzo a los ensayos del día.
A las 9.50 Hs el coche número 77, el Ford Morris de Salt Walter, salía de la curva norte con una notable oscilación del tren delantero; cuando llegó el momento de acelerar para encarar la recta, momento en que la fuerza centrífuga empuja el auto hacia el guardrail, la oscilación pareció desaparecer. Por la tarde sucedió lo que todo el mundo esperaba. El equipo de Dan Gurney estaba listo para salir a la pista. Bobby Unser dio a Dan su mayor satisfacción desde que llegó a Rafaela; luego de haber girado ocho vueltas de las cuales cinco fueron muy lentas logró "EL TIEMPO" record total hasta ese momento: 59s6/10 a un promedio de 279.105 Km/h con lo cual a nuestra usanza acabó con todas las farsas: la de Indy para motores a pistón: la de Indy para turbinas y la de Rafaela para cuanto vehículo haya girado alguna vez en ella, sulkyciclos, prototipos, bicicletas, karts y carreras pedestres. Los rafaelinos no cabían dentro de su alegría. Se había bajado el minuto y ya eran más veloces que Indianápolis. Todo quedó ese día en las manos del zorro Dan, ya que Swede Savage logró el segundo mejor tiempo de 1m00s6/10 a una media de 274.720 Km/h. La mamá de los Unser que había estado filmando la pasada de sus «chicos» desde la tribuna de
Pairetti fue de los primeros en entrenarse.
periodistas estaba muy contenta y lo estuvo mucho más cuando Al logró el tercer tiempo para el bueno de Parnelli Jones, Mike Mosley giró pocas vueltas pero demostró que con un poco más de tiempo ese muchacho se viene a valor, logrando el cuarto tiempo del dia con 1m01s a 272.918 Km/h. Carlos Pairetti giró varias vueltas pero insistía en que su auto tenía muy mala tenida; Dick Simon, el propietario se subió en él, dio algunas vueltas y confirmó que Carlitos tenía razón. Luego de lograr el tiempo, Al Unser decidió que cambiaría el motor de su Colt Ford para el día de la clasificación ya que no estaba conforme con el rendimiento del que tenía puesto (¡menos mal!). Ya caída la tarde, la actividad fue decreciendo y los pits se fueron despoblando de gente que se retiraba esperando que al día siguiente se bajara el tiempo de Unser. La última novedad del día fue la modificación que sufrió la distancia de la pista ya que para dar más exactitud a los promedios se volvió a medir la pista y la distancia fue de 4.618,826 m, diferente de la anterior que era de 4.624,26m.
Viernes 26 La clasificación: Dentro de las difíciles condiciones en que se podía trabajar el viernes a la tarde en la exageradamente "organizada" zona de boxes del autódromo de Rafaela, pudimos presenciar bastante de cerca -gracias a la mediación de nuestro ya "gomia" Dan Gurney- una de las más características ceremonias de toda carrera fiscalizada por el USAC: el sorteo del orden de salida para tentativas (trails) de clasificación.
Pasando por alto la generalidad para subrayar los momentos más excitantes, hay que consignar las actuaciones más llamativas de la tarde: CARLOS PAIRETTI: Demostró que con un auto un poco mejor que la batata que le tiraron en Indy podía andar perfectamente bien. Es la segunda vez que se sube a un auto de la categoría y nos parece que no se puede quejar de la atención que le dispensó Dick Simon y su equipo. Obtuvo un 17º tiempo que es bueno para su poca experiencia, contando además que por lo menos esta en los tiempos que hay que estar para poder cosechar algo en la carrera. Detrás de él hay tipos que han corrido mucho más y que andan muy por debajo. En las curvas parecería que volantea más de lo conveniente, pero no faltarán oportunidades para que logre un desplazamiento más sereno. En lo que a velocidad se refiere, pisa sin escrúpulos. MIKE MOSLEY: Fue el penúltimo en salir luego de su intento fallido cuando era su turno. No pudo sin embargo bajar el minuto a causa de problemas con una válvula. SWEDE SAVAGE: Parecía un acomodado con Dan Gurney, pero parece que no lo es al divino botón. Anda una barbaridad abordando
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Emoción y muchos km/h a la salida de una de las curvas de Rafaela.
las curvas es salvaje como su apellido y llegó a hacer temblar el primado de su compañero de equipo con un tiempo de 59s75/100 haciendo levantar en vilo a la gente de la tribuna que lo aplaudió a rabiar. AL UNSER: No se sabrá nunca si él no quiso apurar o si el auto no daba para más. Largar tercero podía ser poco handicap si es que se traía el cuchillo bajo el poncho. Evidentemente lo traía... BOBBY UNSER: Una falla en la admisión del turbocompresor evitó que el impresionante andar del Eagle Offy anduviera tanto como se esperaba. Para la carrera estará solucionado pero eso no evitará que tenga que salir a pelear desde la quinta posición conseguida con 1m 01s05 a pesar del problemita. LLOYD RUBY: Para terminar, el viejo zorro de Indy fue el último en girar y el que a la postre figuró primero en
la lista. No batió el record del circuito por la misma razón que caso no pudieron los otros; la pista fue cruzada constantemente por vientos laterales de considerable intensidad que aparte de no permitir un rodar normal de los coches, ensuciaron la pista con tierra, lo que no permitía un normal «agarre» de las gomas. De todos modos, lo hecho por el tío Lloyd es sensacional, y fue mucha la gente que se puso contenta por él, ya que sin conocerlo, saben que es un mufado del año uno.
Domingo 28 La carrera: Primera serie. A las 15.26 del domingo 28, el largador oficial del USAC dio la ya clásica orden para que los pilotos pusieran en marcha sus motores a los efectos de comenzar a disputar la primera serie. (Continúa en pág. 24)
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(Viene de pág. 23) Sin embargo y contrastando con la clásica eficiencia de Indy, hubo tres autos que no pudieron arrancar y quedaron parados en la pista. Entre esos tres autos estaba el de Carlos Pairetti al cual sus mecánicos inmediatamente le prestaron atención mecánica. Cuando la caravana ya había cumplido una vuelta detrás del coche guía, Pairetti pudo salir a la pista y aproximarse al pelotón de largada. Luego de tres vueltas detrás del Fiat Spider que oficiaba de guía, y mientras todos los autos iban buscando ubicación en la caravana, desde el comisariato se dio la orden para que el auto guía se abriera y dejara en libertad de acción a los competidores. Eran las 15h 31m 50s cuando los autos comenzaron a girar ya en tren de carrera. La primera vuelta encolumnó a Lloyd Ruby, Swede Savage, Al y Bobby Unser, Bettenhausen y Max Mosley. Pero la permanencia de Bobby Unser en la cuarta posición duró una vuelta, ya que en la segunda debió detenerse para no salir más a la pista, y con el motor humeando a todo tren. El liderazgo de Lloyd Ruby duró hasta la quinta vuelta, donde Al Unser pudo colocarse a la cabeza de la carrera, mientras Savage,
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Bettenhausen y Mosley completaban el pelotón de punta. En esta vuelta, Pairetti se colocaba 14. La diferencia en la pista entre Unser y Ruby, era de 2 metros escasos. La punta quedó en manos de Al Unser hasta la 24 vuelta, ocasión en que debió detenerse para cumplir el requisito de una carga -por lo menosen cada serie. Lloyd Ruby, entonces, pasó a comandar la carrera, seguido de Savage. Al Unser demoró 16 segundos en la operación de carga de combustible y cuando retornó a la pista se ubicaba en la posición 16. En la vuelta 30, Max Mosley y Al Unser, haciendo un trencito muy veloz desplazaron a Savage de la segunda posición, mientras Larry Cannon abandonaba definitivamente la carrera. En la vuelta 36, Lloyd Ruby se detiene para cargar combustible y Max Mosley pasa inesperadamente a la punta de la carrera seguido por Unser y Savage. En esta vuelta también pararon McCluskey y Gary Bettenhausen que marchaban en el segundo pelotón. El tren que venían imponiendo Al Unser y Lloyd Ruby era vertiginoso y Max Mosley no lo pudo soportar en la punta, dejándosela en la vuelta 45 a Al Unser. Si bien pareció por un momento que la carrera había
definido ya sus primeros puestos, fue Max Mosley el que dio la novedad al colocarse segundo en la vuelta 48 superando a Ruby. Pero faltando tres vueltas para el final, Ruby volvió a la segunda posición superando a Mosley. Carlos Pairetti se mantenía 14. A las 16h 29m la enorme bandera a cuadros cayó sobre el auto ganador de Al Unser. Ruby entró segundo, pero el hasta el momento tercero, Max Mosley, pasó lentamente perdiendo la tercera posición y quedando relegado a la cuarta superado por Johnny Rutherford. En los puestos siguientes se encolumnaron Savage, Leonard, McCluskey, Yarborough, Johncock, Bentley, Bettenhausen, Simon y Pairetti. Segunda serie: A las 17.45 Hs veintiséis coches alineados en fila de dos, mostraban a las claras que la carrera daba comienzo a su segunda batería ya que sería raro que fueran en esa disposición a cualquier otra parte. Y eran 26 y no 27, ya que Bobby Unser no largó. Luego de una largada un tanto confusa y despareja, el viejo Ruby picó adelante seguido de Al Unser y Mike Mosley, pero aunque pasó primero en la vuelta inicial en seguida fue desalojado por Unser, quedando segundo. En la tercera vuelta el trencito se iba formando definitivamente
con Unser, Ruby, Mosley, Leonard, Simon, mientras que Pairetti se ubicaba 11. Los relojes marcaban claramente que se estaba andando más fuerte que en la manga inicial y en la cuarta vuelta el tiempo de Unser daba un promedio de 278 Km/h. Unser comenzó a tomarse el vapor y ya en la quinta vuelta se anotaba el repunte de Dick Simon que subía al quinto puesto. Unser en la séptima vuelta hacia 59s 8/10 y estaba distanciado ya unos tres segundos de Ruby. En la vuelta 9 comienzan a pasar cosas: Mike Mosley tercero a la sazón- para en los boxes y canta "it doesn’t go more" ("no va más"). Como en la perinola, todos los que siguen "toman uno". En la vuelta 10 Ruby hace un medio trompo y a marcha reducida ingresa en boxes y simultáneamente Bentley Warren, luego de pegar con su coche en el guard rail interno de la curva norte, debe ver como su coche comienza a incendiarse por lo que decide, muy criteriosamente, abandonarlo sin consultar a nadie. A los segundos de sucedido el accidente -del que Warren sale ileso- se encienden las luces amarillas y todo el mundo comienza a aminorar la marcha, para detenerse luego en boxes. El operativo de seguridad funcionó a la perfección y los pilotos dieron un claro ejemplo de profesionalismo y disciplina. Faltaban 43 vueltas. Segunda serie (bis): Desde la interrupción de la carrera, hasta la reiniciación pasaron exactamente 59 minutos. Sirvieron para limpiar la pista en la cabecera norte, para que algunos cargaran nafta (no todos), para que el público se impacientara, para que los organizadores se asustaran con los primeros envíos
Tapa de la revista El Gráfico.
pluviales de San Pedro -afortunadamente solo unas gotasy para que Al meditar en la afortunada circunstancia de largar la definitiva con una vuelta de ventaja ante el atraso de Ruby y la defección de Mosley. Sólo 22 coches se alinearon en Indian - fila; se notaban las ausencias de Larry Cannon, Rick Muther y logicamente las de Warren y Mosley. Luego de varios intentos fallidos, que siguieron impacientando a la concurrencia, a las 18.55 se encendió la luz verde dando piedra libre a la caballada. Pica en punta Unser, seguido de Savage y Leonard y la tribuna se enfervoriza ante la maniobra de Pairetti que deja parados a tres coches y se coloca 11. Cumplido el primer circuito Leonard pasaba a ser segundo. En la tercera vuelta la cosa estaba asi: Unser, Savage (que volvía a ganar ese puesto), Leonard, McCluskey, en gran atropellada, Ruby, Simon,
Johncock, Rutherford (haciendo señas raras) y el resto entre los que andaba el amigo Pairetti firme en el dos palitos. Febo asomaba. En la octava vuelta Lloyd "Rommel" Ruby se sacudía las pulgas y se colocaba segundo en importante apilada de simios, y en la 13 el buque tomado por el puntero se llamaba nada menos que 10s 5/10. En esa vuelta Jim Malluy para en boxes para siempre, y Simon lo hace unas vueltas más tarde con problemas de rodado. Entre los giros 18 y 21 Pairetti remonta tres puestos y demuestra estarle sacando jugo al máximo a su aceptable Vollstedt. Entretanto, ya por la vuelta 24 comenzaron a detenerse la mayoría de los pilotos para tomar nafta. Entre ellos el puntero Unser que quedó momentáneamente cuarto para luego volver a retomar el liderazgo de la cosa. En la vuelta 26 el orden era este: Leonard, McCluskey, Savage, Unser, Ruby, Bettenhauser, Simpson y Pairetti. Pero diez vueltas más tarde -en la 36Unser conseguía nuevamente la punta y lo seguían Ruby, Leonard, el Mc don Swede y Bettenhausen. La visibilidad disminuía alarmantemente y hacia poniente se vislumbraba la tormenta eléctrica. Por eso no sorprendió mucho que se diera por terminada la carrera cuando faltaban tres vueltas para lo estipulado. Al Unser lógicamente- al ganar las tres partes en que se dividió el asunto fue el ganador. Segundo en la segunda batería fue Ruby y tercero, luego de luchar toda la carrera con Savage y McCluskey, fue el recordman de Indianapolis, Joe Leonard. Fuente: Historia de hombres y máquinas (Por Gustavo Ernesto López)