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Laeducaciónrelegada

En el inicio de otro ciclo lectivo, sólo 12 de 24 distritos comenzaron normalmente las clases por distintos conflictos y problemas, mientras en los discursos de apertura de sesiones legislativas a nivel nacional y provincial el tema mereció un lugar marginal, otra muestra de la subestimación del drama educativo en la dirigencia política.

En medio de las diatribas contra la Justicia, los medios y la oposición, el presidente Alberto Fernández hizo en su mensaje a la Asamblea Legislativa un breve lugar al tema educativo. Tras enumerar "logros" de su gestión, su principal propuesta fue un proyecto de Ley de Expansión de la Inversión Educativa que "tiene como objeto establecer las bases para la expansión de la inversión educativa en un plazo de 10 años, pasando del 6% al 8% del Producto Interno Bruto para el 2032". Muy ambicioso, ya que en 2008 se fijó como política de Estado un piso de inversión educativa del 6% del PIB, pero de 15 años sólo se logró en 3: 2009, 2013 y 2015, según un estudio de Argentinos por la Educación. Menos de la mitad de los dos períodos de Cristina Fernández y en ningún año de las gestiones de Mauricio Macri y del Frente de Todos. Como en el debate sobre el narcotráfico, el dato abona el eterno discurso de "quién lo hizo peor", pero sin proponer soluciones concretas.

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Recientes estudios de Argentinos por la Educación muestran datos inquietantes sobre el año que se inicia. El primero, que sólo 6 provincias planificaron 190 días de clase (entre ellas Neuquén), un compromiso asumido en el Consejo Federal de Educación para recuperar aprendizajes perdidos en la pandemia. El promedio para las jurisdicciones será de 185. Conflictos salariales y problemas edilicios, sumados a feriados, vacaciones y jornadas institucionales, reducirán aún más esta cifra. Aunque más días de clases no garantizan mayor aprendizaje, sí amplían oportunidades y dan mayor contención a los alumnos más vulnerables en las escuelas.

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