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SÁBADO 28 DE FEBRERO DE 2015
RINCONCITOS ITALIANOS
Manarola, antigua y de color pastel Al borde del abismo se halla esta pintoresca población costera italiana. Los colores de sus edificios añaden un encanto especial a este pueblo pescador rodeado de montañas, barrancos y acantilados que caen en picado al mar… El pueblo de Manarola pertenece al municipio de Riomaggiore, en la provincia de La Spezia (región de Liguria, noroeste de Italia) sobre el Mar de Liguria. Situado sobre un escarpado promontorio de roca oscura, es el penúltimo poblado que conforma las Cinque Terre, andando de norte a sur, después de haber conocido Monterosso, Vernazza y Corniglia, el último de los cinco pueblos es Riomaggiore. Además, Manarola es el pueblo más viejo, dato grabado en una piedra angular de la iglesia de San Lorenzo que data de 1160; el más tranquilo, quizás porque fue descubierto más tarde por el turismo; y el segundo más pequeño después de Corniglia. Manarola está estructurado alrededor del curso, ahora cubierto del arroyo Groppo. Tiene orígenes muy antiguos, fundados por los habitantes del asentamiento, quizás romano, de Volastra. Su nombre deriva del latino "Manium arula", es decir "templete dedicado a las Manos, dioses romanos de la casa". Su historia es poco conocida por falta de informaciones precisas. Lo que caracteriza a este pueblito es su vivacidad, sus muchos barcos, sus fantásticos restaurantes y su belleza arquitectónica: tantas casas de colores pasteles enclavadas en la piedra que el poeta Lino Crovara muy bien describe como: "una colmena en la roca, un nido de gaviotas alto sobre las olas, un pueblo donde el leve susurro de
las olas acaricia las orejas atentas del alma". Palabras que realmente tocan nuestros sentidos al encontrarnos allí. Llegando en tren, se debe atravesar una pequeña galería que conecta la estación con el pueblo. El dialecto local es el manarolese, ligeramente diferente de los dialectos de la zona. Su principal atracción son sus calles, perderse caminando entre sus callejuelas coloridas es muy agradable y relajante, además, de que son poco difíciles de caminar, al alcance de todos. El pueblo contiene una calle principal, llamada "Via di Mezzo" (o vía del medio) donde hay numerosos restaurantes, bares, y negocios de artesanos y artistas locales donde se venden y muestran hermosísimos objetos tan coloridos y simpáticos como la misma villa. La villa además, cuenta con una hermosa piscina natural de piedras, con un color azul que invita a dar un chapuzón. Bañarse aquí es un placer de dioses en el período estival. Un paseo imperdible es la famosa senda llamada "Via dell’ amore" (Camino del amor) que une, por la costa, a Manarola con el pueblo Riomaggiore. Se tarda aproximadamente 20 minutos para recorrer este pasaje y hay un pequeño bar en el camino donde se puede parar para tomar una copa y disfrutar de las vistas hacia Manarola. Otras atracciones turísticas de la región son las diferentes rutas por
Manarola florecida.
las colinas; la iglesia parroquial del 1338 en estilo gótico, el oratorio y la torre campanario; y viñedos que rodean el pueblo. Curiosa es la pirámide blanca de cemento que brota entre las casas, señal trigonométrica para los marineros. Visitar esta villa durante la Navidad es un verdadero espectáculo.
"Sciacchetrà", es especialmente renombrado. Vale la pena probar en este pueblito una típica "focaccia ligure": es un pan suave y esponjoso, realizado con especias y aceite de oliva. Uno de los mejores lugares para degustar esta comida es la focacceria "La Cambusa", ubicada en
la Via di Mezzo.
Cinco Tierras soñadas…. Las Cinque Terre, muy frecuentadas por turistas durante el vera(Continúa en pág. 3)
De sabores y algo más… Hay muchos lugares encantadores para comer y beber en Manarola. Entre ellos se distinguen: la Cantina Dello Zio Bramante, aquí se sirven anchoas frescas del mar, con limón, aceite de oliva y pan crujiente; y Aristide Café, popular por tener el más barato espressi macchiatti (70 centavos). Las industrias primarias de Manarola han sido tradicionalmente la pesca y la vitinicultura. Hay referencias en fuentes romanas a la gran calidad del vino producido en la región. El vino local, llamado
Barcos en Manarola.
Mapa de las Cinco Tierras, Italia.
Estación de tren.
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Via di Mezzo, la calle principal de Manarola.
Típicas cantinas en Manarola.
(Viene de pág. 2) no, son una de las áreas mediterráneas más incontaminadas de la Liguria. Por su historia y su posición, este grupo de poblaciones costeras no han padecido una expansión constructora masiva, razón por la cual fueron nombradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1997. En 1999 se creó también el Parque Nacional de las Cinco Tierras. Esta zona abarca desde Punta Mesco hasta Punta di Montenero, y comprende los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. El punto de partida para acceder a esos pueblos puede ser La Spezia, una localidad mas bien anodina, desde cuya estación parten frecuentes trenes que van parando en cada una de esas joyas. Se trata de un trayecto breve que atraviesa túneles incesantes, con intermitentes apariciones del mar de Liguria, con un sol brillante y deslumbrador en su superficie. Además del mar, las calas y la playa, estos pueblitos ofrecen senderos practicables a pies, paseos en los cascos antiguos y los barrios medievales, excursiones en barco, visitas a santuarios, una cocina y vinos de primeras calidad.
Postales del pueblo de Vernazza.
Monterosso al Mare, situada en el centro de un pequeño golfo natural protegido por una modesta escollera artificial, es la más occidental y la más poblada de las Cinco Tierras. En ella se encuentran también las playas más extensas de la región, compuestas por grava fina. Al oeste del pueblo se encuentra Fegina, una expansión turística y de balnearios del pequeño pueblo originario. Aquí se ubica la estación de tren, y se accede a través de un túnel de pocas decenas de metros. El segundo pueblo más occidental de las Cinque Terre es Vernazza, fundado alrededor del año 1000. Se sitúa sobre un pequeño promontorio, y es solamente accesible por una carretera que desciende desde la ruta provincial. Se cree que el nombre deriva del adjetivo latino "verna" que significa "local, indígena", pero también es posible que provenga del producto más conocido del pueblo, "la vernaccia", una modalidad autóctona de vino. Su pequeño puerto garantiza un lugar seguro, en una ensenada natural que permite el atraque de barcos pequeños y medianos. Aún conserva preciosos elementos arquitectónicos como logias, soportales y portales. Vale la pena visitar el castillo de los Doria, símbolo de la importancia económica que tuvo el pue-
La famosa Via dell ‘Amore, el camino que conecta Manarola con Riomaggiore.
blo en la antigüedad. El poblado más pequeño de las Cinque Terre es Corniglia, ubicado en el centro. Su origen se remonta a la época romana, como lo demuestra el nombre de "Gens Cornelia", familia romana dueña del lugar. Se diferencia del resto de los pueblos por ser el único que no se conecta directamente con el mar, sino que se sitúa sobre un promontorio de unos cien metros, circun-
dado por viñedos distribuidos en las características terrazas en el lado que mira hacia el mar. El casco antiguo se desarrolla a lo largo de Via Fieschi, con las casas asomadas sobre la calle de un lado y del otro mirando el mar. Quedan las ruinas de un peñón del siglo XVI. La iglesia parroquial de San Pietro es un bello testimonio gótico-ligur de las Cinco Tierras, construida en el 1334 sobre los restos de una capilla del
siglo XI. Para acceder a esta villa es necesario subir una larga escalinata de ladrillos conocida como "Lardarina", compuesta por 33 tramos y un total de 377 escalones o bien recorrer la carretera que la conecta con la estación de tren. Además, Corniglia está unida a Vernazza por un sugerente paseo a medio camino (Continúa en pág. 4)
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Playa de Monterosso al Mare
Piazza Garibaldi, Monterosso al Mare. Callecitas de Riomaggiore.
(Viene de pág. 3) entre el mar y la montaña. Sus calles son estrechas y empinadas, con multitud de tiendecitas pintorescas y elegantes. Su plaza principal se llena de las sombras hospitalarias de las pérgolas, hábitat natural de las terrazas veraniegas. Por último, Riomaggiore, el poblado más oriental de las Cinco Tierras, el primero con el que uno se topa llegando de La Spezia. Su historia se remonta según la tradición al siglo VIII, fue fundado por un grupo de prófugos griegos de la persecución iconoclasta de Leone III el Isaurico. El centro histórico, cuyo núcleo original data del siglo XIII, se sitúa en el valle del río Maggiore, el antiguo Rivus Major del cual toma su nombre. Las viviendas, pintadas con los típicos colores ligures, siguen el esquema de las casas torre, desarrolladas en altura sobre tres o cuatro plantas. El acceso es posible en la entrada principal
y por atrás a la altura de pisos superiores. En la parte alta del pueblo se encuentra la iglesia parroquial de San Giovanni Battista, construida en el 1340 por orden del obispo de Luni. El oratorio de los Disciplinados es del siglo XVI, mientras en la parte opuesta, en posición elevada, se encuentran los restos del castillo
del siglo XV-XVI. El nuevo barrio de la Stazione, llamado así por haberse desarrollado en el siglo XIX tras la llegada de la línea férrea, se sitúa en cambio en el valle formado por el Río Finale (Rufinàu), así denominado por señalar, en una época, los límites de las tierras de Riomaggiore y los de Manarola. Uno de los vinos tradicionales de Cinque Terre.
Viñedos en los alrededores de Corniglia.
Datos útiles ¿Cómo llegar?: como no se permite ir en auto, la única forma de acceder a las Cinco Tierras es a través de los trenes locales, por ferry o caminando por las espectaculares rutas de senderismo que enlazan estas cinco poblaciones que están conectadas entre sí como perlas de un collar. Colorido mural en el poblado de Riomaggiore.
Más información… * El clima de las Cinco Tierras
es templado, favorecido por la cadena montañosa que ofrece amparo de los vientos septentrionales. El Mar Ligure mitiga de invierno el frío, dando así lugar a oscilaciones climatológicas algo importantes. La temperatura promedio en verano alcanza los 30 grados. Las lluvias generalmente son de breve duración, pero frecuentes en la estación otoñal y primaveral. Los vientos meridionales mueven masas de aire
caliente cargados de humedad en dirección de la cadena de los Apeninos, provocando el fenómeno de la condensación, que da origen a repentinas e inesperadas precipitaciones. * Vale la pena visitar los cinco pueblos entre finales de mayo y agosto, ya que se celebran las fiestas populares y ceremonias religiosas en honor a la patrona.
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CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA
Cruce de los Andes a pie Por Natalia Bainotti. Cuando el viernes llegué a Valparaíso y me preguntaron de dónde venía, responder "de Santiago" era poco preciso. Tenía que explicar que, en realidad, venía de cinco días en la montaña, de cinco días sin luz ni señal ni camas, de cinco días caminando literalmente a través de los Andes. En el medio del viaje en bicicleta, volví a Argentina unos meses, meses donde igualmente habrá viajes. Y el primero de ellos fue éste: cruzar los Andes a pie. Dos sábados atrás estaba llegando a Tunuyán para, dos días después, comenzar el trekking.
Día I Esa mañana el amanecer me despertó, colándose por la puerta del refugio y por mi bolsa de dormir. Me puse las zapatillas y salí a verlo: el cielo estaba rosado y amarillo, y el sol recién estaba asomando entre las montañas. Después de desayunar y acomodar todo, comenzamos el trekking, que atraviesa la Cordillera de los Andes Centrales a través de la Cordillera Frontal (donde se encuentra el Portillo argentino, que cruzaríamos ese día) y de la Cordillera Principal (donde se encuentra el Portillo de los Piuquenes, por el cual pasaríamos el último día de caminata). A pesar del día previo de aclimatación a más de 3.000 msnm en el Refugio Scaravelli, la altura se sentía: llegar a las 4.300 msnm hacen más pesada la respiración y el paso más lento. El Portillo argentino es uno de los puntos más altos del sendero, desde donde se pueden ver las montañas que envuelven el paisaje y el sendero que baja en zig zag. Desde allí la bajada por las morenas dura varias horas con un cielo turquesa de techo, montañas rojas y amarillas de paredes, y guanacos
y perdices de acompañantes casuales, hasta llegar primero al río donde pudimos reponer agua y luego al arroyo de la Olla para cruzarlo y encontrar un espacio donde acampar. Mientras el sol iba cayendo armamos las carpas, para más tarde cenar. Esa noche, a diferencia de la primera, el cielo estuvo completamente estrellado. Tener la posibilidad de estar allí, en medio de la montaña, volviendo sobre los pasos de huarpes, de San Martín y parte de su Ejercito Libertador en su retorno a Argentina en 1823, de Charles Darwin como parte de su vuelta al mundo y de baquianos, me hizo pensar algo tan sencillo como cierto: si una imagen vale más que mil palabras, la experiencia vale más que mil imágenes. Ni el álbum más completo ni las mejores fotos se comparan con la experiencia de vivir ese momento.
Día II Ya martes, el camino recorrido fue poco: a menos de dos horas de donde acampamos se encontraba el Refugio Real de la Cruz, cuidado por el Ejército Argentino. Tener la posibilidad de bañarse luego de dos días era algo que todos queríamos disfrutar. No era mi primera ni siquiera segunda o tercera- vez que hacía un trekking en la montaña, pero creo que nunca había estado en un lugar así de seco: el sol quemaba, el viento azotaba y la tierra se impregnaba en la ropa y en la piel. Almorzamos y cada uno aprovechó la tarde libre a su manera: así como yo me senté a escribir, las parejas se pusieron románticas, a algunos les dio ganas de compartir unos mates y una charla, y para otros fue su momento de introspección. Sea lo que sea, todo es efecto de la misma causa: la montaña no deja indiferente a nadie; su magnitud e imponencia inspira respeto y
Camping en Vallecito, última noche antes de cruzar a Chile.
reflexión.
Día III Si los días previos podían clasificarse como de aclimataciónde comienzo-de descanso, este podría titularlo como imponente: caminamos con los cerros Mesón San Juan -y su glaciar- y Marmolejo de fondo, cruzamos ríos caudalosos como el Tunuyán (encargado de regar viñedos y chacras de gran parte del Valle de Uco y del este mendocino), ascendimos por el Valle de Palomares y caminamos al lado de su cerro hasta llegar a Vallecito, donde acampamos. Ese día hubo mucho viento y al
Refugio Real de la Cruz, en el Alto Valle del río Tunuyán.
caer la noche el frío se intensificaba a cada rato, pero el atardecer merecía unos segundos de contemplación: el tiempo no vuelve atrás, y hay momentos que no se repiten.
Día IV El día más -e irónicamente- y menos esperado: llegar hasta ese punto en la montaña que días antes se veía tan lejano y tan alto significaba cruzar la línea imaginaria que separa Argentina de Chile, pero también significaba el final de esos días en la montaña. Después de desarmar el campamento, ascendimos por el valle de la Oveja hasta el Portillo de Piuquenes, donde un
cartel marca el hito fronterizo a los 4.040 msnm. Desde allí, todas las mochilas las teníamos que llevar nosotros: los caballos que nos acompañaban ya no podían seguir a Chile. Comenzamos a descender durante tres horas entre montañas nevadas, cerros marmolados en verde y montañas rayadas rojas y amarillas hasta cruzar el río del Yeso y descansar en las Termas del Plomo, con las montañas de fondo. El agua tibia hacía olvidar cualquier cansancio y posible dolor, tanto, que hacía pensar si esos últimos días caminando más de cincuenta kilómetros a través de los Andes habían sido reales o sólo un sueño demasiado vívido.
Descendiendo desde Portillo de Piuquenes.
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JOYAS ARQUITECTÓNICAS
La imponente Tumba de Humayun Visitamos este gran complejo de edificios de arquitectura mogol en la ciudad india de Delhi. Comprende la tumba principal del emperador Humayun, así como otras tumbas, mezquitas y otras construcciones asombrosas… Humayun fue el segundo emperador del Imperio mogol que cubría los territorios de Pakistán, Bangladesh e India, y gobernó entre los años 1530 y 1540. En el año 1556, este emperador encontró la muerte al caerse por unas escaleras, y su esposa decidió honrarlo con la construcción de un mausoleo que seguramente le recordará al más grande del mundo, el Taj Mahal. La llamada Tumba de Humayun fue diseñada por Mirak Mirza Ghuya, quien era un arquitecto persa que fue escogido directamente por la esposa del emperador, Bega Begum. Esta fue la primera tumba tan elaborada y rodeada de jardines que existió en todo el subcontinente indio. Está emplazado en Nizamuddin Oriental, en la ciudad de Nueva Delhi, cerca de la orilla del río Yamuna, y al lado de un santuario dedicado a un santo de la orden Sufi Chistiyya, muy venerado por los mogoles. El complejo está considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde el año 1993, ya que es una de las primeras muestras del arte arquitectónico mogol. Además, es uno de los que mejor se han conservado. La tumba como tal de este emperador se encuentra en el centro de un jardín de forma cuadrada que
está en frente de la edificación y que tiene varios canales de agua superficiales que la decoran que simbolizan probablemente el paraíso. Su estructura, situada encima de una plataforma, es octogonal y los techos están decorados con pinturas. La sala central, con una altura de dos pisos, está flanqueada por cuatro salas, también octogonales. El conjunto total del edificio es simétrico, así como todas sus fachadas. Todo este lugar es el reflejo de la mezcla de estilos arquitectónicos del centro de Asia y de Persia. La edificación principal de la Tumba de Humayun tiene unos 47 metros de alto y unos 91 de ancho, y fue la primera en todo el país que utilizó un domo doble que tiene 42.5 metros y que tiene acabados de bronce que terminan en forma de media luna, como era habitual en las tumbas de la época. La parte más exterior de este domo está hecha de mármol blanco y el resto de la edificación está hecho de piedra roja, lo que causa un hermoso contraste. Los trabajos de restauración que iniciaron en 1999, fueron realizados por el Programa de Apoyo a Ciudades Históricas de la Aga Khan Trust for Culture (AKTC) en colaboración con la Archaeological Survey of India (ASI) y terminaron en 2003.
Tumba de Humayun.
Otras visitas obligadas… En este complejo también hay otras edificaciones que valen la pena visitar a las que se accede a través del jardín en el que está enclavado todo el conjunto. Entre estas construcciones sobresalen las diversas mezquitas; el resto del jardín Char Bagh que es en donde está la tumba real del emperador; y otras tumbas de personajes de importancia que son poste-
riores y anteriores a la construcción del edificio principal. Una de ellas es la tumba del Barbero, se cree que pertenece al barbero real y data de finales del siglo XVI, está situada al sudeste de la tumba principal. Se trata de un edificio octogonal en el exterior pero con un interior de planta cuadrada. Se estima que se construyó en el año 1625. Otra tumba interesante es la de Isa Khan, situada en el centro de un jardín, aquí reposan
los restos de uno de los subalternos de Humayun. Se trata también de una sala central de forma octogonal rodeada por tres arcos. En uno de sus laterales se puede ver un minarete. Por último, merece un recorrido la tumba de Nili Chhatri, aquí reposan los restos de un servidor de la corte del emperador Akbar, el hijo de Humayun. La fachada original tenía decoraciones que en la actualidad han desaparecido por completo.
Entrada al complejo de Humayun.
Tumba de Isa Khan.
Trabajos de restauración.
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RECORRIENDO NUESTRO PAÍS
Caminando por la Luna en San Juan Un lugar mágico y a la vez hostil, convertido en un rincón mitológico con alucinantes imágenes talladas en las rocas. Todo se conjura en el popular Valle de la Luna para alejarnos de la rutina diaria y retroceder en el tiempo repasando el comienzo del mundo y la era de los dinosaurios. Una forma diferente de conocer la Luna sin subirse a un cohete. Todo se torna extraño y desafiante en el Parque Provincial Ischigualasto, también conocido como "Valle de la Luna", por eso es la principal atracción turística que llena de orgullo a los sanjuaninos. Se encuentra en el departamento Valle Fértil, a 330 kilómetros de la ciudad de San Juan y a 80 kilómetros de Villa San Agustín, pegado al riojano Parque de Talampaya. El Valle es un área protegida de 275.369 hectáreas, que ofrece un insólito paisaje, donde la escasez de vegetación, la variada gama de colores de sus suelos y las extrañas formas de los montes, lo convierten en un lugar predilecto para turistas, tanto nacionales como extranjeros. La brutal aridez hace casi imposible imaginarlo, pero hace 200 millones de años este punto del planeta era pantanoso, tropical, sembrado de coníferas, helechos y lianas, recorrido por reptiles carnívoros y herbívoros. Es célebre por sus formaciones geológicas que tienen una antigüedad entre 180 y 230 millones de años. Los milenios, los fuertes vien-
tos y el agua tallaron extrañas esculturas de piedra, entre ellas: el submarino, el hongo, la esfinge, el gato, el loro, el gusano. También se destaca la cancha de bochas, que se creó porque la erosión de los agentes climáticos modeló esferas de distintos tamaños sobre una superficie plana. El Valle Pintado es una de las formaciones más famosas, es la que se parece a la superficie de la luna: tiene pequeñas lomadas como si fuesen conos redondeados. Por eso el parque recibió su nombre más conocido. El Parque además, es una importante reserva paleontológica y arqueológica porque allí yacen restos fósiles de los dinosaurios más antiguos del mundo (datan de 248 millones de años), permitiendo reconstruir la historia de su origen. Bellezas inigualables, sensaciones indescriptibles, experiencias inolvidables, el atemporal Valle de la Luna resiste constantes mutaciones que lo tornan un espacio único siempre válido de volver a visitar. Por todo esto fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad
Postal del Parque Nacional Ischigualasto, más conocido como Valle de la Luna.
por la UNESCO, el 29 de noviembre de 2000.
Un poco de historia…
acompañados por un guía del parque que realiza estaciones o paradas. La excursión dura aproximadamente 3 horas y también se ofrecen recorridos en bicicleta.
Dentro del Parque se sitúa el Cerro Morado, antigua chimenea de un volcán ya extinto, a la que se (Continúa en pág. 8)
El nombre de "Valle de la Luna" fue dado por Victorino de Jesús Herrera, la familia dueña de la gran "estancia Ischigualasto", en 1940. El lugar comenzó a ser conocido y visitado cuando en marzo de 1967 el fotógrafo Antonio Legarreta y el periodista Federico B. Kirbus publicaron un artículo ilustrado en La Prensa con el título "Riqueza y belleza natural del Valle de la Luna".
Excursiones clásicas… Si bien es un lugar científico, se puede recorrer en forma de visita guiada en vehículos particulares
El submarino, Parque Nacional Ischigualasto.
El Valle Pintado, la formación más famosa del parque.
La popular cancha de bochas del Valle de la Luna.
El hongo, Parque Nacional Ischigualasto.