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TURISMO

SÁBADO 11 DE ENERO DE 2014

GRECIA MEDITERRÁNEA

Isla Santorini

Atardecer en la isla griega de las dos caras, bahía misteriosa, isla de calma y aguas azules.

Es la azul y blanca, es la isla seca donde crecen las vides, la isla tranquila donde duerme el volcán de Thera. Calma y tranquilidad en hoteles con encanto. Un paraíso para enamorarse. Es de origen volcánico localizada en el sur del Mar Egeo, dentro del grupo de las Islas Cícladas de Grecia. Su configuración geológica le da esa distinción salvaje y única. Se trata de un lugar de espectacular belleza natural, con una caldera volcánica inundada que forma una gran laguna de 12 kilómetros de largo y rodeada de acantilados de hasta 300 metros de altura. Al oeste es escarpada y rocosa, destacando su gran precipicio sobre el mar, mientras que al sur va descendiendo lentamente hasta el mar donde las playas de arena oscura enamoran las sensaciones del viajero. Fira, la capital, se sitúa en lo alto del borde del antiguo volcán al que se accede por una de las carreteras más singulares y pintorescas de toda Europa. Se caracteriza principalmente por las casitas de cal blanca y por sus privilegiadas vistas. Debido a su maravilloso paisaje y una vida nocturna muy animada, actualmente es uno de los destinos turísticos más importantes de Europa. También la isla es conocida como Thera, Santorín y

Thira. Santorini es un nombre de origen italiano otorgado por los mercaderes venecianos a Thera, nombre griego de esta isla cargada de historia. Es posiblemente uno de los lugares más fotogénicos del Mediterráneo, con sus características casas e iglesias de color azul y blanco, construidas de forma escalonada sobre el escarpado terreno y con impresionantes vistas al mar. Hoy, la isla es un santuario de paz, calma, un rincón idílico donde los turistas de todo el mundo pasan unos días alejados del mundanal ruido. Las playas volcánicas de Santorini no son las más conocidas de Grecia, pero destacan por su diversidad, su encanto particular y el color cambiante de la arena o las piedras que las tapizan. Algunas de las más importantes son: Perivolos, la playa Blanca, la playa Roja, Baxedes, y Pori con su puerto y sus casitas de colores. Pero la tranquila Santorini es, al mismo tiempo, uno de los lugares con más ambiente, fiesta y diversión de Grecia. Las mismas playas se transforman a la caída del sol en

lugares donde la música electrónica suena hasta el amanecer. Discotecas, pubs, clubs privados proporcionan al visitante con ganas de fiesta oportunidades para disfrutar de sus vacaciones sin descanso. La plaza del centro de Fira y las playas de Kamari, Perivolos y Perissa son los lugares más animados y de moda. La multitud de visitantes de todo el mundo ha desarrollado un ambiente libre e internacional. Muchos extranjeros se han instalado en la isla y han creado pequeños comercios de artesanía, joyas, platería y arte. También los bares y restaurantes son numerosos, proporcionando a la noche de Santorini una agitación semejante al del Mediterráneo español.

Rutas, paisajes y naturaleza, ¿qué hacer en Santorini? En primer lugar es obligatorio recorrer la capital y visitar sus dos Iglesia de la isla.

Mapa de la Isla Santorini.

catedrales de cúpula azul, y su museo arqueológico. El relieve escarpado y crudo proporciona a los más animados recorridos espectaculares al pie de los acantilados. Uno de los más recomendables es la ruta de Imerovigli a Oia. Para los menos activos, existen autobuses y es posible alquilar autos, motos o incluso quads.

Para los que disfrutan el mar les recomendamos un pequeño crucero en goleta por la Caldera saliendo de la isla de Thirassia, Palea Kameni o Nea Kameni, o sumergirse en el mar gracias al alquiler de material de submarinismo, otra opción para los más deportistas. Sin necesidad de material, el pue(Continúa en pág. 3)


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Las casitas escalonadas azules y blancas con vistas al mar Egeo, son la postal típica de Fira, la capital de la isla Santorini.

(Viene de pág. 2) blo de Armeni posee unos fondos marinos accesibles sólo con gafas de buceo. Ideal para el snorkel. Una de las actividades más típicamente espectaculares de Santorini es ver el atardecer en el pueblo de Oia. Esta zona de la isla está llena de atractivos como hemos visto. De hecho el puerto de Armeni se sitúa al pie de Oia. Para los gourmets, les recomendamos degustar la gastronomía local, ejemplo de las virtudes de la comida griega, en una amorosa cena frente a la caldera o en el pueblo pesquero de Armeni. Y también la ruta del vino de Santorini, con sus blancos achampanados y el famoso Vinsanto, uno de los vinos con más solera del mundo. Finalmente, para los amantes de la historia, el arte y la cultura, la visita de los yacimientos arqueológicos puede ser un contrapunto

ideal entre la fiesta, la gastronomía y las playas de Santorini. Acrotiri, un pueblito que quedó sepultado baja la lava del volcán en 1.627 y que ahora ha sido desenterrado, es el principal, pero existen otros como Vlihada, Arhea Thira, Pyrgos, Profitis Elias y Thermi.

nueva erupción es baja, desde 2011 se han registrado varios movimientos sísmicos y peque-

ños temblores. Existe una teoría, según la cual en Santorini pudo encontrarse la

perdida Atlántida, numerosos científicos así lo afirman. A los griegos al menos así les gusta creerlo. Playa Roja.

Un poco de historia Se cree que Santorini estuvo habitada al menos desde el 3000 a. de C. por los fenicios. Sin embargo, tiene su auge con la instalación de los Dorios entre el 2000 al 1550 a. de C., año que interrumpió su desarrollo debido a la tremenda y apocalíptica explosión del volcán. Hoy, la isla y sus islotes contiguos, son el resto de la caldera de este volcán. Los efectos de su erupción provocaron un desastre ecológico, climático y cultural en todo el Mediterráneo oriental. La última erupción sucedió en 1950 y aunque la probabilidad de una

Datos útiles ¿Cómo llegar?: la isla cuenta con un aeropuerto nacional localizado al norte de Kamari y con vuelos regulares desde Atenas de 30 minutos de duración. En verano también se puede volar desde otras islas como Creta, Rodas y Mikonos. Se puede llegar por mar hasta el puerto Acinios de Fira, por medio de un ferry desde Piraeus, Paros o Naxos. ¿Dónde dormir?: la parte oeste es donde se encuentran los hoteles más espectaculares, Pinturas murales encontradas en el yacimiento arqueológico de Acrotiri.

construidos sobre acantilados, con vistas a la caldera volcánica y por eso más caros. Los de la parte este son menos vistosos pero con mejor precio. La temporada alta es en julio, agosto y setiembre. ¿Cómo moverse?: hay un servicio de autobús público, taxi y autos y motos de alquiler. Dispone de varias rutas de senderismo o trekking, como la que va desde Fira a Oia (bordeando espectaculares acantilados) o la de Pyrgos (alcanzando el punto más alto de la isla).

¿Cuándo viajar?: otoño puede ser el momento ideal para viajar a Santorini si se quiere evitar el turismo masivo. Excursiones cercanas: es posible combinar su visita con un recorrido a algunas de estas maravillosas islas: Mikonos es la más conocida, pero también se puede visitar Anafi, Ios, Amorgos, Naxos o Paros. Al sur de Santorini se halla Creta, la gran isla griega que ofrece al viajero innumerables atracciones.


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El lago y el oasis, en medio del desierto.

CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA

El desierto y el oasis

Por Natalia Bainotti. Con Joanna, mi compañera de viajes uruguaya de las últimas semanas, fuimos a Huacachina una tarde, un rato antes de que el sol se precipite detrás de las dunas. Habíamos ido para fin de año pero como esa vez llegamos de noche, no habíamos podido apreciar mucho. No nos di cuenta, por ejemplo, que alrededor del lago había una playa (minúscula, pero playa al fin) donde uno podía descansar debajo de una palmera. Tampoco habíamos sido capaces de divisar la variedad, la cantidad y la altura de las dunas de arena. No nos habíamos percatado del color del lago, ni de la temperatura de la arena, ni de qué dimensión ocupaba el oasis en el desierto. Por eso,

esa tarde, cuando empezamos a rodear el lago, caminando por una playa con palmeras, nos preguntamos por qué no habíamos ido antes. El sol en Ica es fuerte, al mediodía es abrasador, pero seguramente la laguna de Huacachina, estando a la sombra de alguna palmera, la perspectiva es diferente. Empezamos a subir por una cuesta no tan empinada y después de unos metros, ante nuestros ojos se abrió un paisaje que no me había imaginado: dunas enormes, mucha arena, mucho desierto, incontables dunas que se sucedían una detrás de la otra hasta chocar con la línea del horizonte. Dunas más y menos grandes, con filos más y menos marcados, algunas más amarillas, otras con trazos de

Subiendo por el filo de una de las dunas.

arena negra. Empezamos a subir la duna que estaba a nuestra derecha, alta, pero no tanto como la de la izquierda, donde se divisaban tres personas, como apenas unas líneas, paradas arriba de todo. No faltaba mucho para el atardecer, y queríamos asegurarnos buenos asientos para el espectáculo. Subir la duna era una lucha contra la arena. Con cada paso que hacía, sentía que me iba un poco para atrás. La arena era tan blanda, tan volátil, tan fina, que los pies se me hundían, y sentía que la duna se desarmaba mientras intentaba avanzar. Mejor no pensar, y sólo seguir subiendo. Cuando llegamos, estábamos, literalmente, en el filo de la duna. Apenas una huella de

veinte centímetros donde quedarnos sentadas. La tranquilidad del paisaje era sólo interrumpida por una cosa: los buggies. Me hizo acordar a esos pueblos donde el único ruido son las motos. Los buggies son unos vehículos poco comunes, algo así como una base alta con diez asientos sobre cuatro ruedas, protegidos sólo por una jaula. Son los vehículos que, por poco más de diez dólares, te llevan a dar un paseo por las dunas, te alcanzan hasta donde uno los pierde de vista desde las "cumbres" más cercanas, te pasean ida y vuelta por lugares donde uno terminaría agotadísimo seguramente de recorrerlos a pie. Para nosotras fue suficiente con subir-

Cae el sol detrás de las dunas.

nos a ver el atardecer. Un espectáculo que no tiene precio pero sí mucho valor. El atardecer lo sentí eterno, más lento que lo fugaz que suele ser. Los colores quedaron impregnados en el cielo y en las nubes, y una vez que el sol ya no estaba más, el cielo siguió mutando. Los pies los teníamos enterrados en la arena, y una vez que llegó la noche, éramos las únicas que todavía estábamos ahí. No daban ganas de irse. ¿Para qué? La arena estaba tibia, no corría viento, el cielo negro cubría todo a nuestro alrededor y las luces del oasis y de Ica, un poco más atrás, creaban una sensación extraña. Parecía que teníamos un desierto sólo para nosotras.


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CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA

Frente al mar Por Natalia Bainotti. A veces cuesta imaginarse la definición de nada. Sin embargo, eso fue lo que hicimos durante los tres días que estuvimos en Paracas. De hecho, ni siquiera llegamos a Paracas. Silvio, el señor de 70 años que nos hospedó vivía con su mamá, una abuela de casi 90 años, en un complejo de unas pocas viviendas frente al mar, unos 15 minutos en auto antes del pueblo pesquero. Llegamos a su casa un sábado a las tres de la tarde, después de casualmente encontrárnoslo en el minibus que nos llevaba de Pisco a Paracas. Olga, su mamá, lo estaba esperando con la mesa lista para almorzar. Al verlo llegar con nosotras, enseguida agregó dos platos a la mesa, y compartimos entre todos el almuerzo: sopa de entrada (infaltable en las mesas peruanas) y tallarines salteados de segundo. Esa tarde fuimos a Paracas, al pueblito, a dar una vuelta. Llegamos y nos topamos con una playa más sucia de lo que nos esperábamos (afortunadamente, había gente limpiando), pero con un atardecer como hacía mucho no veía: brillante. El sol no lo veíamos caer, pero los rayos se reflejaban en las nubes y el cielo iba de naranja a amarillo a rosado a violeta. Y el agua se encargaba de duplicar el reflejo. Los dos días siguientes se escurrieron sin darnos cuenta. Me cuesta encontrar palabras para describir esos días. Suelo ser muy inquieta e hiperactiva, y me suele costar relajarme y disfrutar el hecho de estar tranquila, sin hacer algo en particular, y no sentirme a la vez que no estoy haciendo nada. Pero después freno, y pienso: ¿Cómo es

posible decir que no hicimos nada si salimos a caminar por la orilla recolectando erizos de mar, ostras y caracoles, ayudamos a la abuela en la cocina, nos dedicamos a ver el mar y el sol desaparecer detrás de los barcos y la neblina? ¿Por qué pensar que compartir desayuno, almuerzo y lonche hablando con la abuela es hacer nada? ¿Cómo catalogar como "nada" un día, si hice yoga en la playa en la mañana, leí y escribí en las tardes, y me despedí del mar en la noche antes de irme a acostar relajada? Y además, el mar hipnotiza: uno puede ser capaz de quedarse mirándolo y mirándolo, con las olas ir y venir, sintiendo la brisa golpear en la cara, viendo las gaviotas cruzar el cielo, oliendo a agua y a sal. El mar, junto con los paisajes que pasan por la ventanilla de un bus o de un auto, son las únicas cosas que me hacen sentir así, hipnotizada, que me hacen meterme para adentro y pensar. O ni siquiera pensar, y sólo dejarme atrapar por el paisaje y su vaivén silencioso. Además, en un lugar donde sólo hay mar, el efecto es casi somnífero: aunque me haya despertado sola y sin sueño, después del desayuno puedo volver a caer dormida tirada en la hamaca paraguaya, y después del almuerzo me vuelven a pesar los párpados leyendo un libro. A la noche, las diez es ya la hora ideal para irse a descansar. Y al final del día, cada noche me fui a acostar pensando que el día fue largo, que quedaron historias para contar, cosas por hacer y más por compartir. No hacer nada no significa precisamente que nada haya pasado.

Caparazones de erizos de mar, en la playa frente a la casa.

Detalles, en la ventana de una casa frente al mar.

Atardecer en Paracas.

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TESOROS MARROQUÍES

La laberíntica ciudad de Fez

Panorámica de la ciudad de Fez, la capital del Islam en Marruecos.

Caótica, medieval, misteriosa, antigua y sorprendente, son muchos los adjetivos que pueden describir una ciudad como Fez, un lugar distinto, inmemorable, que cada año gana importancia como destino turístico. Durante los últimos años, Fez se ha convertido en el segundo destino turístico del norte de Marruecos, en el Continente Africano. No son pocos los viajeros que, después de visitar Marrakech y enamorarse de la ciudad, deciden conocer Fez, la más antigua, rica y misteriosa, de las cuatro Ciudades Imperiales, junto a Mequinez y Rabat. Considerada capital cultural, religiosa y espiritual de Marruecos, es una ciudad que no ha sufrido el paso del tiempo. Fue fundada a finales del siglo VIII. Fez está claramente dividida en tres zonas: Fez el-Bali, la medina antigua, Fez el-Jdid, la medina nueva, y la Ville Nouvelle, la ciudad nueva en el noroeste. Fez el-Bali es la zona más antigua y donde se encuentra el mayor número de puntos de interés turístico de esta ciudad. Aquí se puede sentir el ambiente añejo del país con sus calles estrechas que tienen a sus lados edificaciones típicas de la región. Este lugar fue originalmente hecho como la ca-

pital de la Dinastía Idrisid entre los años 789 y 808 d.C., y allí se encuentra la universidad más antigua de todo el mundo. La medina es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1981 y es considerada, con sus más de 150.000 habitantes, el área urbana peatonal más grande de todo el mundo, por lo que es muy fácil recorrerla sin peligro. Una buena forma de conocer Fez el-Bali es contratando a uno de los guías en cualquiera de los hoteles locales o en la misma Medina, quienes llevan a los visitantes por los pequeños callejones locales (hay alrededor de 9.000, gran parte de ellos sin salida) en donde se pueden ver varios talleres de artesanos haciendo su trabajo, algunos burros caminando y bebiendo agua en las fuentes, los sitios para teñir telas y pieles, y hasta se puede visitar algún Hammam o baño árabe. En esta parte de la ciudad hay dos callejones que son los más importantes: el Talaa Kbira (la gran cuesta) y el Talaa Sghira (la pequeña

Hombre rezando en una de las mezquitas de la ciudad.

cuesta) que terminan en la puerta principal de la muralla de la ciudad, que es llamada Bab Bou Jeloud. Por ellos se pueden comprar varios recuerdos de la visita a este sitio, y al llegar a la puerta es recomendable visitar los restaurantes

que tienen terrazas en sus techos y que tienen unas vistas espectaculares de los alrededores. Los principales puntos de interés en esta zona son: el zoco de los curtidores, las plazas Nejjarine y Seffarine, las antiguas escuelas coránicas Bou

Mercados típicos de la Medina de Fez el-Bali.

Inania y Attarine (también llamadas medersas o madrazas, en ellas a veces residían los estudiantes), los grandes mercados de las dos calles centrales, y el Mausoleo de Mulay Idrís. El Barrio Andaluz se encuentra situado en esta Medina y nació a principios del siglo IX debido a la fuerte emigración de miles de familias de religión musulmana que residían en el sur de España. Fez el-Jdid fue fundada siglos más tarde bajo el nombre de «ElMedinet el-Beida» (La Ciudad Blanca) y se convirtió rápidamente en la sede del poder real. En la Nueva Medina se pueden destacar dos lugares de especial interés: el Palacio Real, que por desgracia no se puede visitar, y el Barrio Judío (Mellah), donde la arquitectura y sus mercados determinan la zona. Lo más interesante de Fez el-Jdid es recorrer las calles principales del Barrio Judío (especialmente el Boulevard Bou Ksissat) observando los balcones con vistas hacia la calle, algo impensable en las construcciones musulmanas tradicionales. También vale la pena destacar el mercado árabe, asentado en la calle Grande Rue de Fes el Jdid, y el mercado cubierto, al inicio de la misma calle. Del Palacio Real sólo se puede contemplar sus enormes puertas de latón, rodeadas de azulejos y madera de cedro tallada. La Ville Nouvelle es la parte más nueva de la ciudad y data del siglo XX. Se creó con el proteccionismo francés y está habitada por extranjeros asentados en Fez y por (Continúa en pág. 7)


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(Viene de pág. 6) la gente local con mayor nivel económico, ya que el precio de los alquileres es de hasta 3 y 4 veces más que en las medinas de Fez elBali y Fez el-Jdid. La calle principal es la Avenida Hassan II y su punto más importante es el cruce con el Boulevard Mohammed V, donde están las oficinas del Banco de Marruecos y la Plaza de Florencia. Ambos lados de la Avenida Hassan II están repletos de bares, terrazas, heladerías y pastelerías, siendo la zona preferida por los locales para tomar un té con menta a media tarde o un café por la noche. En el centro de la avenida hay jardines, fuentes y dos estatuas de leones. Desde el punto de vista gastronómico, en la Ville Nouvelle encontrará restaurantes tanto marroquíes como internacionales, especialmente italianos. Para recorrer Fez el-Bali y Fez el-Jdid hay que caminar. Las calles de ambas medinas son estrechas, sinuosas y desiguales, siendo los burros los únicos encargados del transporte. La Ville Nouvelle no tiene las limitaciones de las medinas y por sus calles es posible encontrar autobuses y taxis. Además de las tres zonas principales, alrededor de las medinas y en las colinas cercanas han ido apareciendo nuevos barrios residenciales que, en su mayor parte, acogen a la población más desfavorecida. Fez no es una ciudad que se destaque por sus museos, pero algunos como el Museo Dar Batha, ubicado en un palacio hispanoárabe de finales del siglo XIX, son una excelente opción para disfrutar del arte marroquí en un entorno incomparable. Otros son: el Museo de las Armas, situado en el Borj Nord, la fortaleza con las mejores vistas de Fez; y el Museo de Arte y Artesanía de la Madera. Además de los lugares "con nombre propio", la visita a Fez no termina hasta que uno decide tomar un callejón al azar y se deja llevar por su instinto. Si se encuentra muy perdido, cualquier perso-

Paseo en burro por la plaza Seffarine, en la antigua Medina Fez el-Bali.

na lo llevará de nuevo al flujo turístico por una moneda. La situación de Fez hace que la ciudad sirva como punto de salida para conocer otros lugares de in-

terés en el norte de Marruecos. Ciudades como Meknes, Volubilis, Ifrane y Azrou son destinos muy interesantes a muy poca distancia. En Fez podrá vivir su propia

El zoco de los curtidores, en la Medina Fez el-Bali.

historia de "Las Mil y Una Noches", envuelto en un mundo de fantasía, lejos de todo lo que consideramos normal. Sobre un esce-

nario compuesto por chilabas, alfombras y lámparas maravillosas, esta ciudad ofrece una aventura especial y diferente.

Fachada del Palacio Real, en la Medina Fez el-Jdid.

Artesanías en cerámica.

Callejones estrechos repletos de puestos de artesanías.

Datos útiles ¿Qué comer?: algunos de los platos tradicionales son: Harira (la sopa marroquí por excelencia); la ensalada marroquí (berenjenas, pimientos, tomates y aceitunas son un clásico); Cuscús (se compone de granos de sémola de trigo acompañados de diversos ingredientes, es el plato más ancestral de la cocina marroquí); Pastilla (hojaldre relleno de carne, cebolla, perejil y almendras, se sirve rociado con azúcar glas); y Brochetas (de diversas carnes, aunque lo más habitual es el cordero). Los dos postres más habituales son la fruta o los pasteles hechos a base de miel, almendras, y otros Hombres bebiendo agua en las fuentes de la Medina Fez el-Bali.

frutos secos. Después del postre se suele tomar un café o un té con menta. ¿Qué comprar?: la mayor parte de los productos típicos tienen un origen artesanal y el regateo están presentes en todas las zonas de Fez. Es posible ver todos los procesos de fabricación en los distintos zocos, gremios y cooperativas. También hay muchas herboristerías y farmacias tradicionales.

Más información: Clima: continental con variaciones extremas entre las distintas estaciones. Los veranos son secos y muy calurosos y los inviernos son fríos con bastantes lluvias. Las

mejores épocas para viajar son primavera y otoño, cuando la temperatura es más agradable y los días son más largos que durante el invierno. Idioma: coexisten dos lenguas oficiales: árabe y francés. Además, más de la mitad de la población del país conoce la lengua bereber, utilizada en Marruecos hasta la expansión del Islam en el siglo VIII. Debido al incipiente turismo se habla el inglés y el español, especialmente en los bares, restaurantes y mercados. Es curioso ver cómo mucha gente habla castellano con acento italiano, ya que Fez es una ciudad muy visitada por los italianos.


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RINCONCITOS SOÑADOS

Las Montañas de Huangshan en China La Montaña Amarilla es una de las más originales formaciones naturales del este de China, una región caracterizada por la monotonía de sus interminables arrozales, sus infinitas llanuras y sus abundantes vías de agua. Realmente es un paisaje único en nuestro planeta. Los Montes Huang o Huangshan, es una cadena montañosa situada al sur de la provincia china de Anhui, que se extiende a lo largo de 154 kilómetros cuadrados. Es una de las montañas sagradas de China y, a la vez, la más misteriosa de las veneradas por este pueblo. Resulta un paisaje espectacular con sus picos de granito que se pueden ver entre las nubes y sus profundos bosques de coníferas, y los siempre cambiantes reflejos de la luz, especialmente visibles al amanecer. Esta serie de colinas rocosas casi inaccesibles, forman riscos impresionantes, precipicios insondables, picos de formas originales y, en medio de ellos, una curiosa variedad de elementos vegetales. Sobre esta montaña mágica, impenetrable a lo largo de siglos, la fe y la perseverancia de los peregrinos chinos promovió la excavación de un primitivo sistema de escalones que comunica sus lugares más accesibles. Sus formas extrañas, y su no menos curiosa localización, hizo

que durante mucho tiempo fuera considerada morada de los dioses. Por eso no es extraño que la mitología eligiera precisamente esta montaña como el lugar donde el legendario Emperador Amarillo se retiró a fabricar «píldoras de la inmortalidad», y desde donde posteriormente ascendió a los cielos, mítica hazaña recordada para siempre en el siglo VII, cuando la inaccesible montaña que despertaba la imaginación de las poblaciones locales fue renombrada en honor al padre del pueblo chino. También han servido de modelo a numerosos pintores y artistas. Para esculpir con su mano maestra esta maravilla, la naturaleza se tomó su tiempo, ya que los geólogos aseguran que todo este conjunto montañoso emergió de los mares hace cien millones de años, adquiriendo las caprichosas formas que ahora conocemos gracias a la acción continuada del viento y el agua. Su pico más alto, Flor de Loto (Lian Hua Feng), alcanza los 1.864 metros de altura, le siguen el Pico de la Puesta del sol en Huangshan.

Postal de los Montes Huang o Huangshan.

Cumbre Brillante (Guang Ming Ding) de 1.840 metros y del Pico celestial (Tian Du Feng) de 1.829 metros. Es un auténtico santuario de la naturaleza, donde habitan 552 especies de animales diferentes y 1.452 variedades de plantas. La vegetación depende de la altitud de la zona: por debajo de los 1.100 metros se encuentran bosques húmedos; desde ahí hasta los 1.800, bosques de hoja caduca; y por encima de esa altura, la vegetación es alpina. La más característica es el "Pino de Huangshan", un árbol que se caracteriza por su lento crecimiento en la roca y su longevidad. Esta especie singular termina convirtiéndose en autén-

ticos bonsáis naturales debido a la escasez de nutrientes en las grietas rocosas donde nacen, viéndose condenados a un desarrollo casi

imperceptible. En 1990, Huangshan fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El famoso pino de Huangshan.

Datos curiosos Datos útiles ¿Dónde dormir?: dadas las dificultades de construcción implícitas en tan salvaje elemento natural, y la imposibilidad de subir determinados materiales, los alojamientos no alcanzan allí la calidad que podrían esperar los viajeros más exigentes. Entre los hoteles que mejor han encontrado un equilibrio entre la

comodidad y la accesibilidad están el Hotel Baiyun y el Hotel Beihai, ambos situados apenas a 10 minutos de algunos de los picos más famosos para la observación del amanecer en Huangshan. El acceso debe realizarse por una telesilla o pasarse varias horas de ascensión por la montaña hasta alcanzar el hotel.

* La zona tiene numerosas fuentes de aguas termales situadas sobre todo en la base del Pico de la nube púrpura. El agua mantiene una temperatura de 45º C durante todo el año. * Los montes Aleluya de la película AVATAR están basados en estas montañas. * Es famoso el té de Huangshan, popularmente conocido como «Pelo del Pico» debido a los finos filamentos que recubren sus hojas.

* Huangshan es también una montaña budista, con una serie de pequeños templos de salones humildes, ignorados por peregrinos y viajeros, construidos en los picos más accesibles. * Uno de los fenómenos más curiosos de Huangshan es el llamado Halo de Buda, una curiosa combinación de la luz del amanecer sobre las primeras nieblas de la mañana que crea en el firmamento un reflejo muy especial y que los budistas consideran motivo de suprema felicidad.

Claro que el Halo de Buda no se puede ver todos los días sino sólo cuando la combinación de luz y de neblina tiene unas propiedades determinadas, aproximadamente dos días cada mes. Tampoco es un fenómeno único de la montaña de Huangshan, produciéndose también en otras montañas donde luz, temperatura y humedad se combinan de forma semejante, como el Monte Emei, otra montaña budista en la provincia de Sichuan, China.


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