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Diario del Huila F U N D A C I Ó N TIERRA PROMISIÓN www.diariodelhuila.com Neiva, enero 15 de 2012 Edición Nro. 383

EMIRO GARZÓN CORREA moldea lo cotidiano.


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JULIÁN POLANÍA PÉREZ - 400 AÑOS DE HISTORIA -

La ciudad de Neiva cumple el próximo 24 de mayo 400 años de su tercera y definitiva fundación a cargo de Don Diego de Ospina y Medinilla. Esta ciudad mágica y asombrosa nos da satisfacciones y nos invita al progreso y sobre todo a que dediquemos nuestros esfuerzos a los niños y jóvenes con amor, respeto y tolerancia. A Neiva la llevamos en el alma desde la entrada por el norte con los quemadores de gases esponjados hasta el cielo, por Trapichito al sur con los árboles balanceándose en la penumbra; la llevamos en el alma desde sus tres históricas fundaciones hasta hoy, desde sus primeras manifestaciones culturales hasta las presentes y, como fuego secreto

agita los corazones de propios y extraños con sus matachines, tamboras, el Malecón, el Cristo de Peñón Redondo y la desnudez de los atardeceres en el parque, donde unas jóvenes con cuerpos de maja, agitan la tensión de viejos que miran con resignación de náufrago aquel bambolear. Por estas y otras razones Facetas rememora aquellos hijos que le han dado renombre, pasión y vigilia entre cigarrillos, tinto, la vociferación política, el paso lento de un anciano o los desafueros de un drogadicto lanzando improperios. Al final, la luz del pensamiento se refleja en el hombre que escribe. Ello nos lleva a recordar al poeta de Palermo Julián Polanía Pérez.

sufrirían más cambios; en ese viaje de creación, adquirían suficiente madurez en su espíritu de poeta, lo que desde luego no es inverosímil.

Por: FÉLIX RAMIRO LOZADA FLÓREZ

A través de esta recopilación y contacto con los familiares del poeta, me he encontrado muchas veces bajo los efectos altamente significativos La obra de Julián Polanía no la podemos apreciar para el Huila de la época que le por la cantidad sino por sus logros y trascendencia, correspondió vivir, al igual que quienes donde están presentes las luces y los valores que de una u otra manera formaron su círculo captan el mensaje del poeta, sin considerar para ello de amistades, especialmente Gustavo los aspectos íntimos de su vida, en razón a que no Andrade Rivera. “Polanía Pérez saltó se puede suponer como frustración el que un hombre -rebelde siempre- las rígidas barreras de no pueda desarrollar por completo la crisálida que la preceptiva en sus creaciones poéticas. lleva consigo y, menos aún, calificar temerariamente Por eso en sus poemas de avanzada no se su obra. observa sujeción alguna ni a la cadencia ni a la rima, ni a la misma métrica. Su Si tenemos en cuenta que “poesía es todo”; lo que placer es mezclar, como en agitada danza importa es la íntima unidad de la obra. De antemano de múltiples timbales, el endecasílabo con sabemos que Julián Polanía, está hecho para minorías, el octosílabo y el alejandrino o tetrásforo para testimonios literarios, eso es precisamente el con el eneasílabo, etc., acorde en un riesgo que corrió al adherir a esta parte del arte, donde muchas veces los celos y despistes de algunos, Dibujo por la plumilla de Rubén todo con su propio sentir: “Escribo poesía sentimental y socialista, y en la forma, hacen que la obra perdure en el silencio. Morale, cuadernos huilenses. mi verso es un verso blanco, lleno de libertad en la expresión.” Julián trabajaba minuciosamente sus poemas, los que no salían a la luz pública hasta tener certeza de que no La poesía de Julián es de gran alcance, belleza y sabiduría y, puede decirse que hay en la misma un gran empeño porque florezcan aspectos humanizantes, resonantes y brumosos con Una producción de la los que nos alimenta y profundiza en los misterios del alma a Fundación Tierra de Promisión GUILLERMO PLAZAS ALCID través de la sensibilidad, las emociones y las evocaciones de Director Ejecutivo las almas que se deslizan entre líneas de manera vigorosa y Circula con enigmática para expresarnos con claridad las premisas de DIARIO DEL HUILA Coordinador: los dioses. Toda colaboración se acepta y publica a título gratuito. FÉLIX RAMIRO LOZADA FLÓREZ E-mail: facetas@diariodelhuila.com

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EL RECUERDO DEL PAISAJE

Herido de canción voy a cantarte, Huila, Pequeña patria lejana, himno sagrado de mis primeras banderas, musical hidrografía de mi río gigante, hogar de mi ley adolescente, ruta y muralla de mis cuitas, patio y altura de mis voces románticas en las noches fecundas de conciertos y amor, exilio gigante del viajero juglar. Herido de amor por tanta lágrima, por tanto cielo y horizonte de alas. por todo lo que hay en tu joven geografía, por la sangre de Avirama, por la mueca y la máscara de todas tus estatuas, por todo lo que brilla en la tarde de tus rutas hidrográficas: desde la piel azul de tus montañas hasta el árido paisaje de tu Norte, todo lo que hay de nato en tu cintura, lo que viene a alimentar mi sed enorme que tengo de vivir en tus llanuras. Cansado de canción y amor yo te dibujo en mi bandera herida. Traigo hasta mí las aguas de tu río navegando en los siglos de tu estancia. El líquido heraldo de la raza que trajo la espada vascongada y el huracán de una estirpe aventurera. Yo nací sobre ti, donde la Patria camina por la sangre, donde la tierra es un abrazo entre los árboles para la piel agraria de los hombres.

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Pitalito con su valle de eucaliptos. Elías, pedagógica heredad Timaná, testigo de epopeyas, Rivera en la patria del soneto, Yaguará iluminada de agraria vocación, Palermo y su ancestro de paisaje, Garzón la diocesana. Neiva en el poema de sus hembras, y Campoalegre en su hogar de las Palmeras! por todo eso y por más te canto pequeña dimensión de patria. porque acabo de andar tu arquitectura he traído conmigo la palabra la voz y la canción con que te hablo para sentirme más en tu paisaje de Tierra Prometida! Bucaramanga, 13 de septiembre de 1957 Tengo la seguridad que nos encontramos siempre y muy a menudo con Julián, a pesar del vinagre y los venenos violentos que corroen por ahí soterradamente, y no por cuestiones del destino o del zodiaco sino, porque tiene un claro desempeño en su oficio de escritor, aunque no se haya entendido en nuestro medio en sentido estricto su valor, podemos apreciar el ordenamiento gradual que hizo de sus textos, lo que es asombroso, especialmente si consideramos sus deslumbrantes giros, en tanto, que trasciende lo meramente local, cotidiano e íntimo para, a través de trasposiciones e imágenes, universalizarse. Obra entera en el cáliz de su autor donde, sin proponérselo, seguramente Julián había recibido el mensaje de Saint – John Perse: “Fiel a su oficio, que es el de profundizar el misterio del hombre, la poesía moderna se interna en una empresa cuya finalidad es perseguir la plena integración del hombre...”

DE TI VENGO UN MUCHO TRISTE alejándome al recuerdo que me espera de la patria pequeña con su lápida de agrarias escrituras. De tardes como términos, de noches como músicas, de llanos como palmas sin gloria ni estatura, de nubes como siglos, de prados como telas, de garzas como arados del aire y de la estela, de rutas como amores, de amores como niñas, de sangres y dulzuras como tardes y praderas, de muchachas como himnos y de novias como cantos, de almas, como Betty, que aprietan la garganta cuando crecen las raíces en el canto. Yo recuerdo en este canto la historia de tus viajes: A San Agustín guardiando el alarido de la raza,

JULIÁN POLANÍA PÉREZ Nació en Palermo, Departamento del Huila el 28 de agosto de 1933 y murió en Neiva el 7 de junio de 1965 publicó el libro Noción de pesadumbre. En 1963 la Secretaría de Educación del Huila publicó en una frustrada colección llamada Hojas de Cultura Huilense en su segundo número, su poema la Narración de los Rostros Vivientes.


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EMIRO GARZÓN CORREA moldea lo cotidiano.

El artista que ha elevado a lo sublime la sencillez de nuestra cotidianidad. Por Fausto Valderrama Rubio.

Quien vea a Emiro andando por cualquier calle de Colombia con esa elemental y sencilla pinta, que pone en evidencia su raigambre campesina, no se podrá imaginar qué existe en el fondo de este personaje tan sencillo en su discurrir como profundo en su pensar y aquilatado en la capacidad de asombrarse ante lo más sublime que nos acompaña, que es la vivencia intensa de lo cotidiano, y su inagotable capacidad poética traducida en su muy particular y original manera de convertirla en lo que más ama como oficio: la escultura. Como persona comencé a conocerlo hace tres décadas, cuando también era un hombre joven portador de una melena nada discreta, que hablaba hasta la saciedad de las tragedias a que estaban sometidos sus coterráneos, por ese actuar absurdo de una parte de la humanidad, pero también discernía de una firme esperanza de hacer algo para tratar de remediarlas, en medio de las enormes posibilidades que a los colombianos nos asiste. Desde entonces se podía sospechar que dentro del personaje bullían de manera arrolladora una gran capacidad de asombro, una fina sensibilidad humana y social y una capacidad de trabajo enorme que se asomaba casi de manera permanente no solo a través de su piel, sino también a través de su sencillo ropaje. Su talante de incansable lector de temas literarios, de arte y de política, le permitía compartir de las animadas tertulias de un grupo de artistas e intelectuales y hacer valiosos aportes dentro de una organización social que para la época no se ocupaba del la agenda obligada y excluyente de la sociedad de ese entonces, que centraba toda su atención en solo dos temas: arroceras y ganaderías, sino del derecho y el deber del pueblo huilense de consolidar un movimiento cultural fuerte en su hacer y con decidido sabor a identidad. Me refiero a la Casa de la Cultura, Sociedad Cooperativa, que si bien es cierto hoy no existe, es digno mencionar que en esos años de sueños, proyecciones y realizaciones; desde allí se trabajó para ayudar a fortalecer a la naciente Universidad Surcolombiana en su proyección cultural, al nacimiento de la Institución Educativa Ceinar, único colegio artístico del departamento del Huila y al impulso y reconocimiento de artistas como Filomeno Hernández y Emiro Garzón entre otros.

En este oasis cultural, único abrevadero colectivo del disfrute por lo estético y lo trascendental para la naturaleza humana, comenzó a proyectarse y a tener reconocimiento público, el artista Emiro Garzón. Unos meses después y con el respaldo y aval de miembros de Casa de la Cultura, Emiro pudo lanzarse con sus dos primeras obras: El Obrero, que continúa “laborando” a la entrada del barrio Cámbulos y El Comunero, que fue desterrado del Parque Santander a los barrios surorientales por el poder político de turno, y posteriormente “condenado a muerte” por sus “hermanos de clase” que usualmente veneran a sus opresores y eliminan a quienes los representa a cabalidad, como una muestra más del teatro del absurdo, al que cotidiana y gustosamente asistimos. LA LAVANDERA Nada más sincero y sabio que lo que sale de lo profundo del corazón… Y nadie más talentoso que Nicanor Velásquez Ortiz para adentrarse en el corazón de las antiguas lavanderas, y descifrar desde allí, el significado más íntimo de su oficio: “Sentadas junto a la orilla de la límpida quebrada, ya terminan la jornada porque la ropa les brilla; son las pobres lavanderas que lavan del mundo a solas, los pecados que las olas extienden por la ribera”. Y ese es el reconocimiento que Emiro Garzón hace a ellas a través de su escultura. Ya no en aquel encantador escenario natural de la límpida quebrada, porque hasta lo que otrora fueron sus cristalinas aguas, ha llegado con mucha fuerza el impacto de la ignorancia y la torpeza con la que como humanidad las agredimos y contaminamos, para finalmente hacernos mucho daño a nosotros mismos, al tener que consumir los tóxicos y podredumbres que de una u otra forma a ellas vertemos. Esta lavandera se encuentra en la instancia intermedia que describe la canción de nuestro compositor, y la brevedad y facilidad que nos ofrece la modernidad a través de las máquinas lavadoras, para cumplir con el propósito primario de asear la ropa. Está en el lugar en el que la mayoría del pueblo hace tan importante actividad: el lavadero, con sus herramientas propias y sus complementos insustituibles: jabón, la jarra o la totuma, la vasija para el remojo y enjabonada previa de las prendas percudidas, y las indispensables cuerdas del extendedero, que para este contexto generalmente se apoyan sobre dos guaduas debidamente enterradas. El camino a la quebrada para lavar la ropa y otros menesteres vitales, se sustituyó por el tubo del acueducto que curiosamente invirtió la trayectoria y el rol: hoy la quebrada en buena y muy cómoda parte


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ENTREVISTA A EMIRO Una mañana neivana, inusualmente acompañada por la frescura derivada de la abundante lluvia de la noche anterior, pero aromatizada y calentada por la magia de una taza de café, el artista en actitud piadosa se dispuso a “confesarse”, como es costumbre para todo cristiano, frente a otro “pecador”. De este ejercicio de una animada confesión laica, puedo compartir con usted amable lector, estas estampas de la vida y obra del artista: Fausto Valderrama R: En qué momento de su vida, Emiro Garzón sospecha que dentro de sí existe un escultor? Emiro Garzón Correa: Fue por el año 1.966 cuando después de arduas jornadas de vaquería, en la que mis manos quedaban como principales damnificadas de esa lucha incesante y decidida entre un toro y un niño vaquero, a través de esa conexión alámbrica y casi telegráfica del rejo, que mis manos solicitaban algún bálsamo para refrescar las quemaduras y ampollas que rubricaba esa soga en la humanidad de mis manos. Se dio el hecho afortunado que muy cerca de la casa había una veta de arcilla, que ejerció por algún tiempo como la más prodigiosa crema para aliviar mis foguiadas, pero pronto descubrí que mi temperamento hiperactivo y mi propósito creativo hicieron de ella otro brioso potro, ya no para que cabalgara mi cuerpo persiguiendo a un novillo arisco para enlazarlo; sino para que mi espíritu comenzara a cabalgar y a volar sobre la posibilidad de constituirme en un jinete de las formas, de los volúmenes, de los movimientos, del vuelo del espíritu, de la plástica. LA LAVANDERA

llega a nosotros a través de la acción benéfica y mágica del acueducto. Y frente al lavadero y a la montaña de ropa sucia LA LAVANDERA, con una bellísima y sensual anatomía, que en el fondo representa ante todo la grandeza de la misión de su oficio; con un cuerpo que además de bello es tan vigoroso, y que en comunión de su férreo propósito; al final de la jornada, logra derrotar de las prendas encomendadas toda suciedad y toda mancha. Pero así como LA LAVANDERA muestra en su rostro una expresión de satisfacción, por los resultados de su propósito y su acción, también subyace en ella una profunda tristeza, al ser consciente de lo que plasma el compositor de la canción que nos ocupa, a manera de sentencia implacable: “Sigue lavando, lavando oh lavandera ignorada Sigue lavando y lavando hasta entrar la oscuridad, Que por más agua en la quebrada No limpiarás estas manchas, No limpiarás estas manchas de la triste humanidad”. Y es comprensible este designio en la percepción profunda del artista cuando manifiesta que LA LAVANDERA representa una buena parte de la realidad nacional: la belleza, la generosidad y la ternura de sus mujeres; el lugar donde se encuentran muchos lugares de una casa no tugurial, porque es allí donde además de lavar las ropas, se baña a los niños sentados sobre el fregadero y consagrando a la totuma o a la olleta como imprescindibles “duchas”; pero por allí desfilan la olla y el menaje de la cocina cuando los ingresos del trabajo temporal o del rebusque permiten preparar algo de comer; pero además pegada al lavadero se encuentra “la cocina” que para el caso se reduce a la estufa a gasolina o cocinol, responsable en asocio con el descuido, de que tantos niños se hayan quemado y tantos ranchos se hayan incendiado, en estas infalibles y muy grandes urbanizaciones de “desinterés social”, que no pueden faltar en ciudades y pueblos de Colombia.

Posteriormente la vida me ofrece la fortuna de conocer en Pereira a un señor ecuatoriano, que tiene la generosidad de compartir parte de su tiempo y de su sabiduría, para adentrarme más sobre esa habilidad del manejo de las formas, que siempre ha bullido en mí. Mi madre no aprobaba mi dedicación a este oficio, afirmando incesantemente que el arte era una actividad exclusiva para las personas adineradas, y que por fuera de ese privilegio del dinero, nadie podría tener ni siquiera un asomo al éxito. Tuve que asumir con mucha paciencia esta postura de mi madre, y hacer un esfuerzo muy grande para vencer este y muchos otros obstáculos y poder dar los primeros pasos en este camino. Fausto Valderrama R: Cuándo o en qué otro momento confirma esa sospecha? Emiro Garzón Correa: A pesar de todos los augurios casi trágicos de lo que podría ser mi porvenir como artista, y por supuesto en medio de profundas limitaciones económicas con las implicaciones correspondientes, mi obstinación, mi trabajo y mi búsqueda no tenían pausa. En algún momento representé con papel maché el rostro de Paulo VI, el papa del momento y mis vecinos además de aprobarlo lo elogiaron, hice lo propio con el rostro de Bolívar y mis vecinos quedaron fascinados. Por algún tiempo ellos fueron los compañeros de lectura, de reflexiones, de trabajo, de bostezos y de insomnio. Una noche triste y de vacío existencial, me reuní con estos “compañeros inseparables” y pregunté a cada uno sobre mi propósito de vida y mis sueños de escultor; para que me respondieran sobre la claridad que dicen tener quienes van al más allá, donde todo es luz y claridad, si era sensato continuar en la búsqueda, en la lucha y en el tortuoso camino del artista. Después de una breve pausa Bolívar me miró, arrugó un poco más su arrugada frente y me manifestó en medio de una sonrisa, pero con su acento veneco y su atronadora voz de comandante en jefe: Adelante Chamo, adelante….y con paso de vencedores. Mi cuerpo tembló consternado de profunda emoción. Y el papa sin mediar pausa, con voz trémula, timbre delicadísimo y acento italiano acotó: querido y amadísimo hermano Emiro: avanti, chiempre avanti. En ese instante Pasa Pág 6


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hubo una claridad absoluta en mi propósito. El trabajo no tenía pausa, continué trabajando con papel maché y cemento. Un señor Jaime Monje tuvo la generosidad de regalarme unos cinceles para trabajar en piedra, trabajé con madera, el movimiento cultural se movía permanentemente y yo con él, se da la afortunada presencia del escultor Rodrigo Arenas Betancur en Neiva, surge la escuela de bellas artes, continúo con mi devoción a las lecturas dominicales de los grandes periódicos y mis sueños por volar alto en el oficio. En una conversación con uno de mis maestros de arte, mi interlocutor, dijo algo que retumbó en mi cabeza y hasta me revolvió el estómago: Una cosa es la facilidad para hacer algo y otra es ser artista, el artesano hace cosas bonitas, el artista hace obras bellas pero con un sentido profundo de lo humano y en sintonía con el momento histórico y la proyección de la humanidad. Fausto Valderrama R: Quiénes fueron sus grandes animadores en ese difícil tránsito de un joven provinciano y campesino a la ruta cierta de reconocerse, pero ante todo de ser reconocido como escultor? Emiro Garzón Correa: En 1976 por iniciativa de una gran mujer: María Ruth Arboleda se organiza una muestra retrospectiva de mi obra con varias técnicas y materiales. En este momento hay en mí una profunda influencia del dirigente aborigen Manuel Quintín Lame. Algunas obras las compran profesores de la USCO y tres de ellas el arquitecto Alfonso Carrillo, quien me paga con algo que para la época es mucho dinero para mí, condenado hasta el momento a mantener mi Anatomía y mis bolsillos vacíos. Son de muy grata recordación en esta etapa de mi vida Ricardo Castaño, Carlos Gutiérrez Cancino, Reinaldo Polanía, Humberto Tafur Charry, Enrique Díaz Escandón, Olmo Guillermo Liévano , Jorge Alirio Ríos, Delimiro Moreno, William Fernando Torres, Alvaro Falla Alvira, María Helena Vesga y Guillermo Plazas Alcid con quien trabajando cada uno desde su rol, logramos liberar a Cristo de la tortuosa Cruz, retirar de su humanidad los clavos con el óxido acumulado en 2.000 años , para que levantando su fuerte y valeroso brazo y con la felicidad reflejada en su rostro, se lanzara integralmente por primera vez al cosmos con toda su fuerza y su majestuoso grito de liberación, desde el cerro de Peñón Redondo en Neiva, para unirse al espíritu libertario de La Gaitana. Emiro, vestido de coraje, traje con el que nació, y que ha tenido y mantenido vivo y lustroso siempre se va para Bogotá a jugarse con su pobreza y anonimato a una atmósfera que cala hasta los huesos de cualquier mortal y peor aún si de calentano se trata, pero esa fue otra de sus grandes decisiones. Se presenta al sacerdote Rafael García Herreros a manifestarle su intención de desarrollar un gran proyecto escultórico. El prelado, abanderado de los pobres, según los medios de comunicación ni atención le presta, porque su vestimenta nada le significa y la chequera para ofrecer alguna donación, como pasaporte de entrada inmediata le resultaba tan extraña como el agua en Plutón. Después de muchas esperas y demasiada insistencia, por fin lo remite para que hable del proyecto con el $acerdote encargado de las finanzas, un cura banquero, entendido solamente en el cuidado de las alma$, que después de maltratarlo como le dio la gana, y amenazarlo con la cárcel y el fuego eterno, por si en algo se descachaba o intentaba siquiera sustraer un kilo de cemento de esa obra, de la que él por encargo de dios estaba obligado a cuidar, por encima de cualquier humana y cristiana consideración. La mezcla de ilusión y voluntad de surgir lo llevó a someterse a este tipo de imposturas, para

poder mostrarse en este ambiente bogotano, en donde inicialmente era difícil determinar qué era más duro, si el frío del clima del altiplano que calaba hasta los huesos, o el frío humano que calaba hasta el alma; pero la suerte estaba echada y había que soportar esa “estampida de novillo cerrero”, para lo cual de alguna manera lo habían templado todas sus experiencias en las vaquerías de la vida. Pasados unos meses el sacerdote García Herreros, fue adentrándose en el corazón de su obra, fue conociendo el espíritu del artista y acrecentando su aprecio por él. Emiro culminó su proyecto, se dió a conocer en la gran ciudad y ganar el respeto y aprecio de la familia del arte y de los escultores de la capital. Nunca logró aunque siempre lo intentó, contagiar un poco de Emiro humanidad al cura banquero, de quien recuerda hasta los próceres que aparecen estampados Garzón que en los billetes le tenían miedo, porque cuando Correa: hacía algún pago era tan duro que los apretaba que era usual verlos sacando la lengua cuando la estrujada y apretón pasaba a la altura de sus gargantas. OTRAS ESTAMPAS: Fueron tan grandes sus ingresos en Bogotá, que al momento de regresar a Neiva, se vio obligado a dejar empeñado todo su trasteo como prenda de pago por los meses de arrendamiento que debía en el momento, y veinticinco años después, aún no sabe si sus enseres sobrevivan o se hayan enrolado con algún grupo de los que protagonizan el conflicto, o hayan muerto por inanición, porque del abandono si existe certeza, dada la endémica precariedad económica que padecen los artistas en vía de reconocimiento. Retorna a su natal Caquetá con una propuesta escultórica innovadora, pero se encuentra con dos constantes dignas de la mejor caricatura: para sus paisanos interlocutores la escultura propuesta es solo un muñeco, porque en la tradición de los pueblos de su tierra natal, solo tenían ciudadanía como esculturas la imagen de Bolívar en los pueblos de dominio conservador, y la de Santander en los predominantes liberales, y eran ellas y solo ellas las que engalanaban sus parques principales. Sin embargo por el afán de mostrar algo nuevo en la visita presidencial que se avecinaba, el intendente hizo otra oferta “generosa” a las que Emiro estaba acostumbrado a escuchar: trescientos cincuenta mil pesos como pago total y veinte días para entregar la obra. Y de la mezcla de la “grandeza” de la oferta del gobernante y la generosidad de Emiro, en solo tres semanas se gesta y se da a la luz EL COLONO, como testigo perenne del desarrollo de ese departamento y de la valoración que el poder político le da las manifestaciones del arte en Colombia. Sin embargo dejó sembrada la semilla de su obra y rompió los esquemas imperantes y gracias a ello, hoy varias de sus esculturas son testigos del acontecer del Caquetá. Regresa a Bogotá en el año 1988 para rescatar toda su trayectoria y jugarse una segunda partida, como buen tahúr que ha sido en las apuestas de la vida. En medio de las crisis existenciales, compañeras inseparables de los artistas. Esta vez organiza un poco mejor su trabajo y corre con mejor suerte. Se encuentra con un frío más manejable en lo que a clima físico se trata, pero además en su dura estadía anterior ha podido romper muchos témpanos de ese hielo humano que es el que cala más duro y se encuentra con dos circunstancias afortunadas: una mayor aceptación de su obra y la idea de innovar en cuanto a las Pasa Pág 7


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técnicas escultóricas. Una breve visita en Neiva a su pequeño hijo y a su primera compañera sentimental a quien encuentra al frente del lavadero en plena acción, le inspiran en ese nuevo tema y lo obligan a aprender y a manejar al bronce como su nuevo aliado, en su quehacer escultórico. En este momento artista y bronce nacen el uno para el otro, y esta afortunada y hermosa hermandad se ha mantenido y seguramente permanecerá por el resto de la existencia de Emiro. La reciente Bogotá amable y su incansable y talentoso trabajo, le permiten consolidar no solo el reconocimiento como artista que siempre se ha merecido, sino también establecer un excelente taller escultórico en las proximidades de Suba. Vive una etapa amable en su agitada vida. Pero algunas circunstancias del devenir nacional y su talante de colono andariego propio de su estirpe, lo empujan nuevamente al Huila, al que duda en afirmar si es su primer o segundo hogar por la acogida que siempre le ha dado y el calor de los afectos que siempre le ha prodigado; y en esa búsqueda incesante por arrancarle a su hermano el bronce todos los secretos de la magia del color, un buen amigo le sugirió que el único lugar del mundo donde podría lograrlo sería en la Jagua, un poblado pintoresco del sur del Huila, donde con la ayuda de la planta sagrada del yagé y del conocimiento profundo sobre los secretos de la madre natura que poseen las afamadas brujas lugareñas, podría desentrañar todas las posibilidades expresivas de esa noble aleación. Emiro se traslada a la Jagua y desde entonces lo han visto algunas noches de plenilunio y otras de solsticios, participando animadamente en los más importantes aquelarres, como otrora en las tertulias de Casa de la Cultura. Como consecuencia de esta inusual metodología de la investigación, el bronce le ha ofrecido toda la coloratura que ha necesitado, toda la filigrana que ha deseado, toda la belleza, el erotismo, plasticidad y liviandad que ha deseado expresar a través de él, y que en el campo de la arquitectura, algunos de estos conceptos de la estética se puede admirar y disfrutar en la hermosísima torre del templo del lugar, a donde fieles y profanos acuden a elevar sus ofrendas y sus plegarias. Y la vida del artista continúa su incesante marcha con su creatividad imparable, su incesante actividad, y su permanente búsqueda. Reconoce que el arquitecto Alfonso Carrillo Lozano tenía sobrado conocimiento, cuando le sentenció tres largas décadas atrás que el artista no se podía casar con mujer alguna, porque su matrimonio con el arte era tan vital, que ninguna mujer aceptaba sentirse desplazada y desatendida por la dedicación y consagración que le debía a su oficio, aún después de reconocer “su pecado” ha caído en esa falta las mismas veces que Cristo cargando la cruz. Hoy mostrando las cicatrices en sus rodillas reconoce que su único matrimonio estable es con el arte y que las mujeres representadas en sus esculturas, simbolizan la presencia, la ausencia, la admiración, el respeto, el culto a la belleza, el calor, el fuego, la pasión, la tenacidad,

FAUSTO VALDERRAMA RUBIO.

la ternura, la solidaridad y ese cúmulo de encantos femeninos, al que él solo puede acceder de manera permanente, a través del lenguaje escultórico con la embrujada complicidad de los profundos secretos develados del bronce. Como persona se reconoce afortunado, porque después de librar las más duras batallas frente a la pobreza y la adversidad, hoy ha triunfado en su propósito artístico, es reconocido como escultor con los mejores calificativos, y su obra que representa a la gente que trabaja, que sufre, que lucha a brazo partido contra toda adversidad para culminar la jornada de su vida con la frente en alto y sin claudicar ante las manipulaciones del falso poder, ha logrado reivindicar la dignidad de lo sencillo, enaltecer los profundos valores de los desfavorecidos de la fortuna económica y de alguna manera ha mostrado una ruta digna de transitar a sus hermanos de clase. Se reconoce como una persona muy afortunada porque tiene gente que lo quiere, que le prodiga su amistad y sus afectos, es la persona más desprendida del dinero y las riquezas, todo lo comparte especialmente con sus hijos y personas cercanas a sus afecto, es un convencido de que no existirá en el mundo ningún entierro con trasteo de riquezas para el más allá. En otra faceta de su vida logró superar una afectación severa de cáncer y otra de alcoholismo con el apoyo inicial de los apóstoles y los ángeles guardianes de carne y hueso, representados en quienes trabajan como Alcohólicos Anónimos, y hoy desde la orilla de esa otra superación los admira entrañablemente, no se declara enemigo de las bebidas alcohólicas, pero sí del alcoholismo como la enfermedad que tanto daño hace a las familias colombianas y que mata tanta gente como el cáncer u otras enfermedades catastróficas. Es un devoto admirador de Gabriel García Márquez, de William Ospina, que recientemente lo visitó en su taller en la Jagua y de Joan Manuel Serrat. Desde ya está soñando con plasmar en un gigantesco tronco de dinde, otra víctima silenciosa del ecocidio del proyecto del Quimbo, la figura descollante de una GAITANA, valerosa y heróica mujer, a quien le seguimos debiendo reconocimientos y honores. Para Emiro, esa GAITANA libertaria, representa la esencia del coraje del pueblo latinoamericano en defensa de su territorio y dignidad, y será una impronta histórica, ante la continuidad del avasallamiento de los bárbaros capitales extranjeros, para desplazar a los moradores esta vez pobres y también ricos, de aquellos territorios a donde como águilas arpías pongan sus ojos insaciables de ambición y codicia, en nombre de un supuesto desarrollo que no aceptamos, porque no lo entendemos, no nos pertenece y solo nos trae miserias y desgracias.

Licenciado en Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, 1.980.Se desempeñó como docente de algunas instituciones educativas en Bogotá inicialmente y Neiva en sus últimos treinta años de ejercicio profesional. Su relación con el arte desde su adolescencia ha estado mediada por su compañera inseparable: la cámara fotográfica, que le ha permitido compartir su punto de vista creativo y estético con sus congéneres. Sus imágenes se caracterizan por combinar dos conceptos aparentemente antagónicos: una enorme fuerza expresiva y a la vez un toque de exquisita sutileza. Ha presentado varias exposiciones individuales en Neiva, en otras ciudades colombianas y una en Moscú, en la época en que el Dr. Guillermo Plazas Alcid ejerció como embajador. Algunas de sus fotografías han formado parte de las más importantes publicaciones del Huila en los últimos años como “Estampas del Huila”, “Huila Centenario” y de la edición especial de las estampillas conmemorativas a los cien años del departamento. De sus correrías por la geografía local y nacional posee un archivo de más de diez mil bellas fotografías. Para esta publicación de Facetas, ha decidido centrar su aguda mirada y su lente, sobre la vida y obra del escultor Emiro Garzón Correa, y hacer su primer intento para traducir en palabras, las miles de imágenes del artista que su mente evoca y compartirlas con los entusiastas lectores, de esta admirable y meritoria publicación cultural.


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Rincón Poético

EL ARTE DE AMAR

Es una trilogía poética de Ovidio de carácter didáctico sobre el Arte de amar. Los dos primeros tomos están dirigidos a los hombres y son consejos de dónde y cómo mantener el amor de la mujer amada. El libro tercero está dedicado a las mujeres e inicia con el siguiente epígrafe: Consejos para que las mujeres puedan seducir un varón. Publio Ovidio Nasón, poeta romano, nació en el 43 a.c. Facetas entrega a sus lectores esta selección de textos, verdaderas joyas de la poesía.

I

En un principio, lo que quieras amar debes esforzarte en encontrarlo, ya que eres un soldado que maneja armas nuevas. El siguiente paso, es implorar a la muchacha que agrada, luego buscar que el amor que le juras sea duradero.

II

Mientras te sea permitido y puedas marchar con libertad, elige a la que digas “tú eres la única que me agrada”. No caerá a tus pies como del cielo; hay que buscarla con inquietos ojos. Sabe bien el cazador dónde tiende sus redes al venado; el valle en el que mora el rugiente jabalí; los árboles conocidos por los cazadores; quien tira el anzuelo conoce las aguas en que abundan los peces. Así, cuando tu buscas un amor, debes aprender el lugar donde se reúnen las muchachas.

III Dedícate a cazar en los curvos teatros, son éstos los lugares más adecuados para tus deseos. Allí encontrarás a quien amar, con quien puedas jugar, a la que enamores por una vez y a la que puedas tiernamente amar por largo tiempo.

IV El vino prepara el alma y la hace receptiva a la pasión amorosa; las preocupaciones huyen y pareciera que se diluyen en el vino. Vienen las risas, el pobre se siente rico; el dolor, las preocupaciones y las arrugas de la frente se desvanecen; aparece la sinceridad, virtud tan rara en nuestros tiempos. El amor con vino es fuego dentro del fuego y hace que el corazón de los jóvenes sea raptado por sus amigos.

V Durante la noche los defectos y los vicios no se ven; toda mujer es bella en la penumbra. Aprovecha el día para ver el valor de las joyas, si la lana está bien teñida con el múrice, si una mujer tiene una cara agradable y un cuerpo grácil.

VI Eha, vamos, no dudes en abordar a todas las chicas; entre muchas, habrá quizás una que no acceda a tus deseos; ya sea que se entreguen o no, ten la seguridad de que gozarán con tu solicitación. Si fracasas una vez, no te inquietes; además, no fracasarás, pues todo placer novedoso es agradable, lo ajeno seduce más al corazón que lo propio. Siempre las cosechas se ven más fértiles en los ajenos campos, las vacas del vecino tienen sus ubres más henchidas de leche.


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