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Diario del Huila F U N D A C I Ó N TIERRA PROMISIÓN www.diariodelhuila.com Neiva, Junio 26 de 2011 Edición Nro. 356

Reynel Salas Vargas

Commemoración del 106 aniversario del Huila.


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Celebración Nació en Acevedo, Huila. Bachiller del Seminario de Garzón. Licenciado en Filosofía de la Universidad de San Buenaventura de Bogotá. Magister en Historia Sociopolítica de América Latina de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Miembro de Número de la Academia Huilense de Historia. Secretario de Cultura durante la administración del gobernador Jaime Bravo Motta. Jefe de la División Técnico Pedagógica de la Secretaría de Educación del Departamento del Huila. Profesor de las universidades Surcolombiana, Cooperativa y CORHUILA. Coordinador de la Maestría en Historia que ofreció la Universidad Surcolombiana en convenio con la Universidad Nacional de Colombia.

REYNEL SALAS VARGAS Una producción de la Fundación Tierra de Promisión GUILLERMO PLAZAS ALCID Director Ejecutivo Coordinador: FÉLIX RAMIRO LOZADA FLÓREZ

Circula con DIARIO DEL HUILA

Toda colaboración se acepta y publica a título gratuito. E-mail: facetas@diariodelhuila.com

Coordinador Operativo del proyecto Historia General del Huila. Asesor del proyecto “Cátedra de la Huilensidad” y de la “Construcción del conocimiento del contexto local” (cartillas para desarrollar la cátedra de la huilensidad). Coordinador Académico del proyecto “Historia Comprehensiva de Neiva, 400 años”. Autor de: Julián Motta Salas, Textos; El Conflicto con el Perú: Participación y Concepción Popular en el Huila; La Guerra con el Perú: Política, Guerra y Diplomacia (Segundo puesto en el concurso nacional organizado por la Academia Colombiana de Historia Militar); Historia Política del Huila; El Descubrimiento del Huila o el Principio de la Invasión; El Poblamiento del Huila; Acevedo: Cien años de Historia; Historia Social de Tarqui; Historia de Villavieja; Cátedra de la Huilensidad: cartillas de aplicación pedagógica; y Aguas del Huila: Historia regional en torno al sector del agua potable y el saneamiento básico


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“HISTORIA DE UN PROCESO CONTRUIDO CON TRABAJO Y DOLOR” INTRODUCCIÓN El presente, es el texto de la conferencia que dictó el historiador Reynel Salas Vargas, Miembro de Número de la Academia Huilense de Historia, durante los actos programados por la Gobernación del Departamento y la Academia con motivo de la celebración de los 106 de la creación del departamento del Huila, en el Centro de Convenciones de esta ciudad, el pasado 15 de los corrientes. Utilizando como estrategia la larga duración, el historiador Salas Vargas recrea la historia de lo que fuera la Provincia de Neiva y luego el Huila a partir del papel que han jugado los bosques en el proceso de poblamiento y de apropiación de la tierra. A lo largo de la conferencia advierte que dicho proceso se ha caracterizado por el esfuerzo del hombre para garantizar su supervivencia y acumular riqueza, así como por la búsqueda de espacios en los que pueda librarse de los recurrentes fenómenos de violencia que han imperado a lo largo de los últimos doscientos años en el territorio nacional. Al final, el conferencista concluye que los bosques se constituyeron, en la segunda mitad del siglo XX, en la tierra prometida para los miles de refugiados que llegaron al Huila huyendo de la violencia partidista; así mismo, que las estribaciones cordilleranas fueron el espacio en el cual se vivió una dinámica integración cultural entre huilenses nativos y colombianos de la región andina, con cuyos descendientes se ha consolidado el desarrollo de la zona rural del Huila. Concluye llamando la atención sobre la necesidad de hacer algo por los bosques que viven en la actualidad una inocultable crisis, cuyas consecuencias atentan contra las posibilidades económicas del departamento que ha fincado su futuro en una serie de actividades relacionadas con el agua.

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orden real significó para el gobierno colonial la administración de un latifundio que tenía más de 20.000 hectáreas, y que contaba con cerca de 150 esclavos, 10.000 cabezas de ganado mayor, 1.000 bestias y otro tanto de ovejas. Sobre el mapa, la hacienda ocupaba la tierra plana y cálida que se alindera entre los ríos Fortalecillas, Cabrera y Venado y entre el río Magdalena y los primeros contrafuertes de la cordillera Oriental. En estas circunstancias, el manejo de la hacienda más grande y rica de la provincia de Neiva se convirtió en un cargo tan codiciado que, por ejemplo, el gobernador José Antonio del Lago renunció al puesto para asumir la rentable tarea de administrar los 24 hatos en que se dividía la extensa propiedad. El manejo por parte del Estado duró 9 años, tiempo durante el cual se hicieron los inventarios, se replanteó la estructura territorial de los hatos, se levantaron los avalúos y se promulgaron los bandos respectivos, requisito para la venta. Al cabo de ese tiempo, don Joaquín de Arce y Piedrahita compró, al fiado, los 16 hatos en que Lagos había dividido la hacienda, y como quiera que su propósito no era otro que la venta, procedió a hacerlo inmediatamente. La distribución entre varias familias de lo que antes había sido una sola unidad económica favoreció la creación de la parroquia de Villavieja, reconocida a finales del siglo del siglo XVIII, en vista de que el número de habitantes había aumentado en la zona y estaban en capacidad de pagar los servicios de un cura permanente. Luego, en la primera mitad del siglo siguiente, surgió el municipio de Tello a expensas de las vegas cacaoteras que se generalizaron a lo largo del río Villavieja. Posteriormente, en la segunda mitad del mismo siglo fue creado Baraya, en la medida en que se poblaron las estribaciones de la cordillera, proceso que resultó favorecido por el interés que despertó el camino hacia los Llanos y la riqueza que en ese territorio se podía encontrar. Por último, algunos sectores correspondientes a las tierras planas y mecanizables, aquellos que tenían posibilidades de irrigación, fueron intervenidos por el INCORA en la década del 70 del siglo XX.

REYNEL SALAS VARGAS

Señoras y Señores: Seguramente, durante los doscientos años de vida colonial, la Provincia de Neiva no tuvo un periodo más intenso en sucesos sociales y económicos como el que experimentó en la segunda mitad del siglo XVIII. Dichos sucesos fueron, básicamente, la expropiación de la hacienda de los Aposentos de Villavieja y la generalización del cultivo del cacao. El 3 de agosto de 1767, en cumplimiento de una orden de Carlos III, quien decidió expulsar a los jesuitas del territorio del reino e incautarles todos sus bienes, la Audiencia de Santafe inició el proceso de expropiación de la hacienda de Los Aposentos de Villavieja, de propiedad de la Compañía de Jesús por espacio de cien años, la cual se había convertido en el mayor centro esclavista del Alto Magdalena. Poner en práctica la

Las apropiadas condiciones agroecológicas de la provincia de Neiva contribuyeron para que la hacienda ganadera, que había imperado casi exclusivamente durante más de una centuria, cediera un lugar al cultivo del cacao. Este, fortalecido por el impacto que tuvieron en la sociedad colonial las reformas borbónicas, particularmente en lo relativo al comercio, se constituyó en un renglón secundario, pero fundamental, en la economía de las ciudades de Neiva, Timaná y La Plata, los únicos cascos urbanos que existían en su territorio hasta mediados del siglo XVIII, descontando los pueblos de indios, como Teruel, Iquira, Hobo, El Caguán, Otás, Nátaga, El Pital, La Jagua, Naranjal y San Agustín. Pasa Pág 4


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De izquierda a derecha: Coronel Fernando López, Presbítero Jairo Trujillo, Amelia Monroy, Javier Alberto Collazos, Camilo Francisco Salas Ortiz, Luis Jorge García Sánchez, Sandra Marcela Rubio, Emma Constanza Sastoque, General José Vicente Segura y Coronel Julio César Alvarado.

La generalización del cultivo del cacao en la región del Alto Magdalena trajo cambios en la vida social de la colonia provincial. Su siembra, cuidado, cosecha y comercialización demandó la presencia permanente de los propietarios frente a los cultivos, al tiempo que requirió mano de obra para su explotación y transporte. En consecuencia, los dueños, muchos de los cuales vivían en las ciudades antes mencionadas, motivados por la necesidad de cumplir con las obligaciones religiosas, encontraron en su nueva actividad económica la posibilidad de permanecer en las casas de sus haciendas, cerca a las cuales se levantaron las poblazones o agrupación de viviendas de los trabajadores. Para unos y otros, el mayor recurso económico obtenido de la renta cacaotera facilitó los medios con los cuales podían garantizar al cura lo que requería para ejercer su misión en el campo y ofrecer ahí el anhelado pasto espiritual. Este fenómeno dio origen al rápido surgimiento de un grupo de parroquias o municipios que resultaron hermanos en el proceso y en el tiempo. En efecto, prácticamente en los últimos veinte años del siglo XVIII, se consolidaron las comunidades humanas que dieron origen a las parroquias de Aipe, Palermo, Yaguará y Villavieja, como ya se dijo, las cuales se desprendieron de la de Neiva; Tesalia y Paicol, cuyos territorios pertenecían a la de La Plata; y Gigante, Garzón, Agrado, Tarqui, El Boquerón, Guadalupe y Suaza, correspondientes a la órbita de Timaná. Así, en un tiempo corto de cerca de un cuarto de siglo, surgieron 13 de los 37 municipios del actual departamento del Huila. No sobra advertir que este movimiento contó, como era de esperarse, con la férrea oposición de los párrocos de Neiva, Timaná y La Plata, quienes veían reducidos los ingresos provenientes de diezmos y limosnas. La Independencia fue el primero de los movimientos que trajo cambios sustanciales en la vida económica y social de la provincia en el siglo XIX. La guerra minó la población y empobreció la economía. Al tiempo que la anhelada libertad se consolidaba, la provincia debió empeñarse, durante los años siguientes a la disolución de la Gran Colombia, en la tarea de asimilar la libertad, el imperio de la ley y el valor del ciudadano frente a la

misma, en el campo político. Respecto a la producción, el imperativo fue reconstruir la economía y a fe que después de las reformas liberales impulsadas desde la administración de José Hilario López el crecimiento y la riqueza fueron evidentes. Como había sucedido en el siglo anterior, la segunda mitad del siglo XIX experimentó una fuerte tendencia hacia la recuperación de la economía. Durante tres décadas la provincia vivió un extraordinario auge, impulsado por la exportación de quina, caucho, añil y tabaco, productos que se originaban, en su mayoría, en las estribaciones de la cordillera Oriental. De igual modo, este periodo registró el renacimiento del interés por las minas de oro de la región occidental de la ciudad de Neiva, concretamente en la zona de San Luis, así como de las estribaciones de la Serranía de Las Minas, en los actuales municipios de Tarqui, La Argentina y El Pital. Finalmente, respondiendo al interés nacional por dar a conocer la riqueza natural del país para exportarla como bienes primarios o para procesarla en las incipientes industrias, la Provincia de Neiva, integrante del Estado Soberano del Tolima, envió muestras de sus productos a las ferias que con tal fin se organizaron en Bogotá en la década del 70, en donde, además del petróleo de Yaguará, se expusieron piedras y minerales, al igual que maderas y plantas. El auge que vivió la región a partir de la segunda mitad del siglo XIX le permitió a Neiva ser el centro del comercio regional que se desarrolló con fines de exportación; además, fue una de las condiciones que influyó para que llegara a ser la primera capital del Estado Soberano del Tolima. Finalmente, esta fue la época en que la Provincia de Neiva se convirtió en la tierra nutricia de destacados políticos, de hombres de leyes y de letras, en fin, de una influyente generación de calentanos que hizo oír su voz en el contexto nacional. Mas la riqueza alcanzada durante esos años de esplendor y de abundancia económica no modificó la estructura socioeconómica sobre la cual estaba fundamentada la


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realidad social altomagdalenense. La riqueza tenía como base la explotación irracional capital a escala social, en el espacio geográfico de la provincia causó una nueva de los recursos naturales y de la fuerza del hombre. Nuestra riqueza era producto transformación. La antigua frontera espacial, inmóvil desde finales del siglo XVIII de la expoliación de nuestros bosques y no resultado de la obra cuando la vocación económica de la provincia quedó circunscrita creadora del hombre. Como lo plantea Salomón Kalmanovitz: a la ganadería, la cacaocultura y la agricultura de subsistencia, El abuelo de Euclides “Durante el siglo XIX y en especial en su primera mitad, las comenzó a sufrir constantes transformaciones. exportaciones colombianas se caracterizaron por el estancamiento. Chala, quien es Toda actividad emprendida vivía una fase de expansión que hacía La explotación de la quina, principalmente, y el transporte del respirar optimismo alrededor de ella, para después culminar en caucho desde las vegas del actual departamento del Caquetá, un destacado líder fracasos. Las disímiles y cortas empresas que procuraron ingresos así como el interés por las minas de oro, trajeron al Alto externos al país, ya fuera la minería, el algodón, el añil, el palo campesino del occidente Magdalena centenares de hacheros y cargueros venidos de del Brasil, el caucho, el tabaco, las pieles y finalmente el café, y Boyacá, así como comerciantes, arrieros y de Neiva, llegó a la Cundinamarca se llevaron a cabo en un marco social precapitalista que se erigió mineros procedentes de Antioquia, muchos de los cuales se como un importante obstáculo para el éxito de aquéllas. Aun con región de San Luis como afincaron en estas tierras. Algunos ejemplos resultan apropiados su carácter precapitalista, la economía exportadora cubrió varias para ilustrar la afirmación. Los Moyano, por ejemplo, llegaron minero, procedente de de Tuta, Boyacá, para establecerse a finales del siglo XIX en formas de producción en las que había un cierto grado de libertad e iniciativa individual para los productores directos. En algunos casos, la zona de San Antonio de Anaconia, en donde constituyeron Rionegro, Antioquia. tal actividad alcanzó una organización capitalista del trabajo, como la familia Vargas Moyano. “La familia de Francisco Romero, en la minería antioqueña, pero en el resto se adelantó con base en bisabuelo de Edilson Zúñiga Romero, edil de la ciudad de Neiva, agregatura y en aparcerías bastante opresivas. En el campo de la recolección de frutos era de Cundinamarca y llegó al Huila como mano de obra de la explotación de la silvestres- añil, palo del Brasil, caucho- las precarias aventuras capitalistas terminaron quina y el caucho y en tal circunstancia se desplazó hacia el valle de Balsillas. en la medida en que se expoliaba la fuente natural de la riqueza o se derrumbaba su demanda en el mercado mundial, sin dejar a lo largo de su salvaje desarrollo obras e Finalmente, Francisco se asentó en la región que hoy corresponde a las veredas instituciones que favorecieran la acumulación de capital a escala social”. de Pueblo Nuevo, Tuquila y Motilón”. Igual sucedió con otras familias que después de haber trabajado como cargueros, transportando quina por el viejo y empinado Si bien, desde la perspectiva capitalista este periodo no favoreció la acumulación de camino que unía al Caguán, Neiva, con Balsillas y El Pato, pasando por Los Piscos y

Reina Departamental del Bambuco, Candidata del Huila al Reinado Nacional de la Belleza, Miembros de la Academia Huilense de Historia: Leo Cabrera, Jairo Ramírez, Luis Eduardo Cortés, Delimiro Moreno, Orlando Mosquera, entre otros. Pasa Pág 6


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Cerro Neiva, hicieron sus abiertos a lo largo de la cuenca del río las Ceibas, entre Motilón y Balsillas. El abuelo de Euclides Chala, quien es un destacado líder campesino del occidente de Neiva, llegó a la región de San Luis como minero, procedente de Rionegro, Antioquia. De igual modo, el abuelo de Ernesto Cruz, reconocido comerciante de esta ciudad, después de dejar San Bernardo, en el Tolima, se asentó en San Luis, Neiva, en donde, además de actividades agrícolas desarrolló tareas comerciales destinadas a surtir a los trabajadores de las minas, de la misma manera como lo siguieron haciendo a lo largo del siglo XX algunos de sus hijos y nietos.

acumulación de capital, como lo analiza Kalmanovitz, impidió que la riqueza alcanzada transformara las estructuras productivas de la región del Alto Magdalena. Las montañas quedaron exhaustas, la paga que recibieron los trabajadores tan solo alcanzó para cubrir los gastos mínimos de su subsistencia, y los líderes con vocación nacional, partidarios del liberalismo y el federalismo, fueron silenciados por el triunfo de los centralistas y conservadores en la guerra del 85 y posteriormente en la de los Mil Días. Además, el territorio quedó aislado de la dinámica nacional porque los cambios que vivió el país en su geopolítica durante los últimos 15 años del siglo XIX y primer lustro del XX, hicieron que el camino real, que durante 300 años había unido a Santafé con Popayán pasando por la provincia Neiva, entrara en desuso, causando grave daño a la comunicación de esta región con los centros de poder político y administrativo.

Mas las transformaciones sociales resultado de la explotación de los bosques no se expresaron solamente en la llegada de colombianos procedentes de otras regiones del país. También hubo una dinámica movilización de ciudadanos al interior de la misma región del Alto Magdalena. La necesidad de producir alimentos para abastecer al cada vez más numeroso ejército de trabajadores que desbrozaba “Cuanto a mineralogía Paicol es los bosques, necesidad que contrastaba con el interés de mantener intactas sus propiedades por parte de los la región fosilífera más rica del terratenientes, condujo a los propietarios a expulsar a Huila, donde puede el geólogo los viejos arrendatarios o partijeros de los latifundios existentes a finales del siglo XIX. Por ejemplo, cuando los hallar repetidas sorpresas en administradores de la hacienda de Laboyos, en Pitalito, impidieron que sus agregados ampliaran las áreas de cultivo punto de paleontología: son de que habían sido tradicionales, los obligaron a salir. En estas circunstancias, emigraron numerosas familias que se contemplar muchos y extensos ubicaron en los límites más extremos del enorme latifundio; bancos de caliza, en los cuales ellos, más los comerciantes que también dejaron sus antiguas residencias en procura de nuevos mercados, dieron origen a domina el crag conchiliano nuevos pueblos.

¡Una vez más la guerra había dejado empobrecido el campo y dividida la sociedad!. La ganadería y la cacaocultura estaban postradas por falta de brazos que atendieran su desarrollo, la minería era cosa del pasado porque la inseguridad había hecho cerrar los socavones y el comercio se reducía a lo básico. Así las cosas, los primeros años de vida independiente fueron para el Huila, una vez más, la búsqueda de alternativas para salir adelante.

Por esta época, Don Gabino Charry publicó su obra “Frutos de mi Tierra”, el primer compendio histórico geográfico de que dispuso el Huila en toda su historia. Al observar el escrito llama la atención que el autor, además de una descripción de la geografía de cada municipio margoso, compuesto de ostras hacer y hacer una breve reseña histórica de su pasado y de los Este es el caso de Acevedo, poblado que, después de ser un personajes más destacados, principalmente relacionados y otros acéfalos; abunda resguardo indígena por más de un siglo, pasó a ser municipio con el proceso de la Independencia, dedica un espacio para gracias al concurso de Mottas, González, Peñas, Rojas y asimismo en núcleos de ocre de registrar los productos que en su criterio se constituyen en Achuris, entre otros, quienes se dedicaron al comercio los la riqueza natural de cada una de las localidades. Inspirado primeros y a la agricultura y ganadería los demás. Igual colores rojo y amarillo, que se en los ideales que movieron la actividad económica de sucedió con los primeros pobladores de Saladoblanco y mediados del siglo XIX, el autor se esfuerza por mostrar los Oporapa, y con quienes establecieron las bases de otros explotan. Tiene igualmente oro bienes animales, vegetales y minerales de los pueblos del agrupamientos humanos que vieron la vida institucional en aluvión, plata, hierro, hulla, naciente departamento, al igual que la cantidad de tierras en el siglo pasado, como Isnos y Palestina. En el occidente baldías que poseen. Así, por ejemplo, al referirse a Baraya, del Departamento, también por razones similares, comenzó asfalto, brea mineral, cristal afirma que tiene diez mil hectáreas de tierras baldías. De la formación de La Argentina y más al norte de Santa dice: “Producciones naturales. Minerales: hulla, de roca, mármol, cal y yeso. Garzón, María. Finalmente, durante ésta época los pasos de la asfalto y Creta. Vegetales: Palomara, granadillo y boj; cordillera hacia el vecino Caquetá y los Llanos se dominaron tinte: jaguo, achiote, dividivi, moló doncello y pelá; Goza de buenas aguas termales, demuchas con propiedad, y dejaron su huella en Colombia, Baraya, de construcción y las principales: pindo, guadua, Algeciras y Acevedo, como centros de acopio de provisiones, justamente recomendadas”. dinde y amarillo de peña; de carpintería: cedro blanco, armas y mercancías necesarias para el desarrollo de la negro y mondey, roble, nogal, balsero, etc; textiles: pita, explotación de la naturaleza y del hombre. A este mismo fique, piñuela, chicható, algodón, e innumerables plantas proceso correspondió, también, el surgimiento de Vegalarga medicinales….. Los terrenos baldíos comprenden una y el inicio de la explotación de Balsillas, en la jurisdicción de Neiva. extensión de unas ciento cincuenta mil hectáreas, incultas en su mayor parte”. Sobre Paicol, escribe: “Cuanto a mineralogía Paicol es la región fosilífera más A pesar de la riqueza que experimentó durante esta época lo que hoy es el departamento rica del Huila, donde puede el geólogo hallar repetidas sorpresas en punto de del Huila, y de la influencia que tuvieron sus líderes políticos a nivel nacional, una vez paleontología: son de contemplar muchos y extensos bancos de caliza, en los cuales que el comercio exterior perdió interés en este tipo de productos, la pobreza y el atraso domina el crag conchiliano margoso, compuesto de ostras y otros acéfalos; abunda fueron de nuevo las características propias del pueblo huilense. La ausencia de una asimismo en núcleos de ocre de colores rojo y amarillo, que se explotan. Tiene Pasa Pág 7


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igualmente oro en aluvión, plata, hierro, hulla, asfalto, brea mineral, cristal de roca, mármol, cal y yeso. Goza de buenas aguas termales, justamente recomendadas”.

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cantidad de maderas que se venden en el Huila y Cauca”. De Pitalito comenta que “produce buena cantidad de maderas de excelente calidad”. Según el autor, Tarqui también produce buena cantidad de maderas aserradas. Finalmente, al hablar del Departamento y específicamente de la que llama la cuarta región, esto es, la que corresponde a la Cordillera Oriental, afirma: “ esta región está todavía sin explotar en su totalidad y es rica en maderas finas.” Así mismo, advierte que en la sexta región, que corresponde al Sumapaz, hay bosques maderables.

Precisamente es esta riqueza en bosques, o como lo dice don Gabino Charry en tierras baldías, y que corresponden a las estribaciones cordilleranas que acunan el territorio departamental por el Oriente y el Occidente, así como a las serranías de las Minas y La Ceja o Peñas Blancas, la que se abre como tierra prometida para los miles de migrantes que comenzaron a llegar al Huila desde Cundinamarca y los Santanderes, a mediados La información que transmite el doctor Vargas Motta sobre las riquezas del Huila, y específicamente sobre sus bosques, no era ya una posibilidad de la década del 30, y desde el Tolima, Antioquia, Boyacá, como lo planteara Charry hacia 1920. Según este educador, Viejo Caldas y Valle, incluso de los Llanos, después de los años la riqueza de los bosques era en ese momento ya un hecho 40 y principalmente en los 50. El caso de Acevedo, ilustrativo “El Huila. Reseña Histórico real y concreto, pues contribuía efectivamente al sustento de los hechos, es común a todos los pueblos del Huila. Don Luis Rodríguez, el viejo boticario del pueblo, llegó en 1935 Geográfico”, el autor, al referirse a de los habitantes del Huila y dinamizaba en la práctica procedente de Pacho, Cundinamarca. Después de él lo hicieron los productos y riqueza de algunos la economía regional. Las gentes del campo, básicamente aquellas que habitaban las zonas de colonización, vivían de la don Luis Hernández, don Agustín Garzón, don Nemesio Paiva, municipios dice, por ejemplo: para no citar sino unos pocos, también venidos de la misma Iquira “es rico en oro y plata. La explotación de la madera,- tala, aserrío y transporte- como un recurso disponible, inmediato. Esta actividad, que se derivaba región centro occidental de Cundinamarca. Estos se ocuparon mina de El Oso tiene fama por del desplazamiento por efectos de la violencia que se arreció de actividades agrícolas, las cuales comenzaban siempre con la tala del bosque, el aserrío y venta de las maderas, la siembra su riqueza argentífera”. Sobre La a partir del 9 de abril de 1948, generalizó en los caminos de plátano, yuca, maíz y fríjol, y concluían con la plantación de Plata, afirma: “de sus montañas de las cordilleras las recuas de mulas, las fondas de los arrieros y a partir de los intentos de pacificación promovidos café arábigo, como actividad económica de gran novedad para se aprovecha una gran cantidad desde el gobierno dictatorial de Rojas Pinilla, las carreteras los nativos. En una tercera oleada de migrantes, llegaron de la de maderas que se venden en de penetración, consideradas medio para asentar la paz, misma zona de Cundinamarca, entre otros, don Evelio Pulido, ya que tenían como fin mejorar las condiciones de vida de reconocido carpintero, y Eduardo Guaneme, quien estableció el Huila y Cauca”. De Pitalito campesinos y colonos. un taller para alquilar bicicletas y arreglar la escasa maquinaria comenta que “produce buena agrícola existente, básicamente, despulpadoras de café. cantidad de maderas de excelente Por la época en que el doctor Gilberto Vargas Motta publicó calidad”. Según el autor, Tarqui su síntesis histórica y geográfica, el plan vial, aprobado En consecuencia, una vez más los bosques del Huila fueron el sustento de las gentes que llegaban, esta vez atraídas no sólo también produce buena cantidad por la Asamblea Departamental en 1928, y cuyo propósito era unir con carretera todas las cabeceas municipales del por la riqueza de la tierra sino por la esperanza de librarse de la violencia partidista que azotaba sin piedad sus lugares de origen de maderas aserradas. Finalmente, Huila, ya se había concretado. La nueva meta consistía en al hablar del Departamento y llegar con vías carreteables hasta las poblaciones menores, desde comienzos de la tercera década del siglo XX. Y una vez más, también, la incursión en los bosques traía consecuencias específicamente de la que llama aquellas que se habían convertido en centros de acopio y administración local por efecto de la rápida expansión para la vida social y económica del Departamento. En primer la cuarta región, esto es, la que de de los colonos hacia las partes altas de la cordillera. El caso lugar, se ampliaba la frontera agrícola que a partir de ese momento alcanzó, en promedio, una cota superior a los 1300 corresponde a la Cordillera Oriental, de San Adolfo, un corregimiento de Acevedo, es diciente. metros sobre el nivel del mar. En segundo término, aquellos afirma: “ esta región está todavía Situado al sur del municipio, en esa época producía abundante bosques inexplotados de que hablara Gabino Charry entraron sin explotar en su totalidad y es madera y era una incipiente zona cafetera. La mayor parte de sus colonos provenía de Palo Cabildo y en general de al circuito económico, dinamizándolo, pues era el único ingreso rica en maderas finas.” las montañas occidentales del Tolima. El transporte de zinc, inmediato con que contaban los recién llegados. Finalmente, comida, maderas y café, que inicialmente se hacía en mulas, la población nativa recibió el influjo de otras culturas, lo que comenzó a modificarse a partir de 1956 cuando se inició se manifestó en formas diferentes de trabajar la tierra, en novedosos hábitos alimenticios, en maneras de vestir y de divertirse distintas, y en la carretera hacia la naciente y próspera población, antesala de la Cueva de Los estrategias particulares de unirse para conseguir objetivos comunes. Estos fenómenos Guácharos. Por esa misma época se abrieron muchas más carreteras, como las de se acentuaron y se hicieron más notorios a partir de la década del 50, porque el origen El Carmen, Palermo, y San Luis, en Neiva, zonas ricas en maderas y luego en café. Así recuerda el proceso experimentado por un sector del occidente del Huila, don de los migrantes fue mucho más diverso. Ernesto Cruz: “La carretera en esa época iba hasta un punto llamado El Carmen y A mediados de la década del 50 Gilberto Vargas Motta publicó una obra que tiene cuando la amnistía, la siguieron construyendo hasta Gaitania y Planadas. En esa características similares a la Gabino Charry. En el libro “El Huila. Reseña Histórico época yo fui al Carmen a acompañar a quienes estaban promoviendo un reinado Geográfico”, el autor, al referirse a los productos y riqueza de algunos municipios en San Luis con ocasión de la inauguración de la carretera. Recuerdo que había dice, por ejemplo: Iquira “es rico en oro y plata. La mina de El Oso tiene fama por su como doscientos arrieros. Allí llegaban los arrieros de Gaitania y Planadas. Usted riqueza argentífera”. Sobre La Plata, afirma: “de sus montañas se aprovecha una gran iba un lunes o un martes al Carmen, a la cinco de la tarde, y había doscientos Pasa Pág 8


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básicos que hacen más digna y cómoda la vida del campesino. La caficultura, hacia donde se ha dirigido la mayor parte del trabajo de los campesinos ubicados en las tierras de ladera no mecanizabales, hoy ocupa una posición destacada en el concierto nacional, con tendencia al mejoramiento de la productividad y la calidad. Empero, el futuro del campo e incluso de otras actividades económicas no es cierto. Lejos estamos de la riqueza forestal que llenaba de orgullo a don Gabino Charry y de esperanza a Gilberto Vargas Motta. Medio siglo después de la publicación de la obra de Vargas Motta, las circunstancias son diferentes. Lo que ayer era una fortaleza, hoy es una debilidad. Al comenzar el milenio fincamos buena parte de nuestras apuestas productivas en actividades que giran en torno al agua y a la naturaleza: La producción de energía eléctrica, la producción piscícola, la irrigación para conservar en un mínimo aceptable el área de tierras mecanizables, la producción de café, particularmente, de cafés especiales; y el turismo ecológico y cultural con fundamento en la riquezas naturales, principalmente. Sin embargo, las zonas productoras de agua registran un franco deterioro. Don Reynel Salas Vargas – Orador.

arrieros y por ahí mil mulas. Allá se movía mucho la de Neiva, en donde la deforestación había alcanzado mayores proporciones porque el bosque fue más agresivamente explotado en procura de la quina y luego para instalar famosas haciendas como Balsillas, Palacio, El Cedral y Municiones, la producción de maderas aserradas fue reemplazada por el cultivo de frijol, arveja y café, favorecidas ambas actividades porque la carretera por fin abandonó San Antonio de Anaconia y después de llegar a Vegalarga siguió hacia la cordillera en la jurisdicción de Neiva, Tello y Baraya hasta Río Blanco. Humberto Alvarez, experimentado transportador de la zona, recuerda que durante las décadas de los sesenta y setenta, cuando los migrantes, básicamente cundinamarqueses, se habían arraigado en la zona, un fin de semana se sacaban de Vegalarga y sus alrededores 4.000 y hasta 5.000 bultos de frijol, sin contar los otros productos. Frecuentemente, dice el señor Alvarez, quien manejaba un mixto de siete bancas, tenía que hacer dos viajes el mismo día para poder cumplirle a los campesinos que vendían sus productos los martes y los viernes a la madrugada en la galería central. Eso era en la época en que “podíamos andar de día y de noche por esas carreteras”.

Nuestros bosques, aquellos bosques que produjeron el agua para regar las vegas cacaoteras desde mediados del siglo XVIII; aquellos bosques en donde abundaba la quina que sustentó el auge económico de la segunda mitad del siglo XIX; aquellos madera.” En el sector oriental bosques que dieron refugio a los miles de desplazados de la violencia partidista que ensangrentó buena parte del siglo pasado; aquellos bosques que garantizaron la subsistencia de miles de colonos y arrieros con “La carretera en esa época iba hasta quienes este Departamento se convirtió en uno de los principales un punto llamado El Carmen y cuando productores de café del país y con cuyos descendientes se han las obras de desarrollo básico como electrificación, la amnistía, la siguieron construyendo impulsado educación, vías , acueductos y alcantarillados; aquellos bosques hasta Gaitania y Planadas. En esa que le dan valor y sentido a los parques naturales nacionales, época yo fui al Carmen a acompañar regionales y municipales; esos bosques, digo, están debilitados. Sus áreas se han reducido hasta límites insospechados, el daño que a quienes estaban promoviendo un les causó el narcotráfico al emplearlos para sembrar amapola no ha sido reparado, la tala irracional e indiscriminada sigue siendo reinado en San Luis con ocasión un hecho evidente, las carreteras veredales o privadas que buscan de la inauguración de la carretera. la cúspide de las cordilleras no se detienen, cada carretera que se Recuerdo que había como doscientos amplía y se pavimenta para mejorar la comunicación con los vecinos los grandes mercados es una oportunidad para continuar la arrieros. Allí llegaban los arrieros de ytalacondesenfrenada de la cubierta de nuestras cordilleras; en fin, los Gaitania y Planadas. Usted iba un bosques del Huila, en donde se produce el agua que necesitamos lunes o un martes al Carmen, a la para garantizar el éxito de nuestras apuestas productivas, están en crisis y demandan su sostenibilidad.

cinco de la tarde, y había doscientos arrieros y por ahí mil mulas. Allá se movía mucho la madera.”

Con excepción de los efectos que produjo en la propiedad de la tierra la reforma agraria oficial, que comenzó en la década del 60 del siglo pasado, no ha habido en el campo huilense otro fenómeno que haya arrojado nuevos cambios estructurales en lo social y económico, al menos desde la perspectiva de la larga duración. La zona rural se ha consolidado en los últimos cincuenta años, respecto a los servicios

El riesgo consiste en que podemos perder buena parte de lo que hemos construido con dolor y esfuerzo en los últimos doscientos cincuenta años de vida como pueblo, incluyendo la posibilidad que nos brinda la abundante cantidad de tierra plana que aún no ha entrado a la agricultura comercial por falta de riego y algunas de nuestras más caras riquezas y manifestaciones culturales. Neiva. 15 de junio de 2011 RSV


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