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La odisea al alcance de un viaje
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dor del mediodía, y debíamos aguardar hasta las 15:30 para continuar el viaje a Córdoba en otro micro. Pero la salida fue alrededor de las 16:30.
Viajar es lindo, placentero, más si lo hacemos para visitar seres queridos, como mi caso que recientemente realicé un viaje a Córdoba de 2.100 kilómetros, pero con un servicio pésimo e inhumano de “Vía Tac”. Es inconcebible que una empresa de larga distancia someta a sus pasajeros a un trato que no tiene antecedentes, sin agua, sin alimentos, sin permitir bajar de la unidad, madres sin poder preparar la leche para sus niños, y restricciones para el uso del baño.
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El pasado 10 de enero abordé un micro de la mencionada “Vía Tac” en la terminal de ómnibus de Esquel, con partida a las 06:30 horas hacia San Carlos de Bariloche. Arribamos a la terminal de esa ciudad de Río Negro alrede-
Antes de iniciar la marcha, un chofer subió y depositó en el dispenser no más de 1 (uno) litro de agua para 30 personas aproximadamente que estaban a bordo. Sin parar nos trasladaron a Cipolletti, en cuya terminal no pudimos bajar a comprar una botella de agua o un sándwich que no brindaba la empresa.
Allí hicieron recambio de choferes, y uno de ellos subió para darnos un fuerte sermón, casi “sacado”, por el uso del baño, y advirtiendo que no habría paradas para bajar hasta Córdoba. Obviamente sin agua y sin alimentos, merecedor de un repudio total. Recién en Río Cuarto rogamos nos dejaran bajar un minuto al baño, que permitieron de muy mal humor.
Así arribamos a Córdoba el 11 de enero a las 15 horas más o menos tras más de 14 horas arriba de un micro, cansados, con sed, sin habernos alimentado; niños a los que sus padres no pudieron prepararles la mamadera con la leche, y habiendo sido maltratados por una empresa que no merece ninguna consideración.
El 18 de enero emprendí el regreso a Esquel desde la terminal de ómnibus de Córdoba, con partida a las 22 horas, y llegada a esta ciudad cordillerana el día 20 de enero a las 6 horas, casi con las mismas condiciones, sólo que en General Conesa (Río Negro) pudimos bajar del micro, ir al baño y comprar alimentos y agua.
Entiendo, y seguramente muchos entienden, que queda claro cómo fueron estos viajes. Los comentarios indican que con la pandemia dejaron de servir comida, por protocolo. Pero la pandemia prácticamente pasó y “Vía Tac” no se enteró, pero eso sí: no se olvidó de seguir aumentando el precio de los boletos.#