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De familias ejemplares
Hoy volvemos a encontrarnos con una página dedicada a la reflexión y opinión de Pepa Kostianovsky. Su aguda mirada sobre un tema que está entre los temas más abordados por lectores, opinólogos y analistas de todo pelaje, así como de quienes a través de las redes se expresan sobre los problemas de las familias en la sociedad de hoy.
eso era un deshonor. Hablamos de familias donde era natural y apropiado que el hijo varón ensayara sus primeros contactos sexuales con la criada de la casa. Y, además, la propia chica lo consentía asumiendo que era parte de sus obligaciones domésticas.
Estamos hablando de gente en la que era habitual que el padre o la madre usaran un tejuruguái, o un cinto, para castigar a niños, que después iban a la escuela luciendo vergonzantes las marcas de los golpes. Y esos rastros eran considerados merecidos.
Los cintarazos hogareños eran a veces también repartidos a la esposa. Y cuando hablamos de esposas, nos referimos a mujeres que pasaban de ser propiedad del padre a ser cosa del marido. Un traspaso que por lo general nada tenía que ver con la voluntad de los hijos, el gusto o el amor.
Dice Carmen Soler, en su sentido poema, que son desgracias sumadas eso de ser mujer y ser pobre. No dejo de considerar que la pobreza haya y sigue siendo una pesada carga. Pero cuando considero que en las clases altas las mujeres también eran golpeadas y humilladas por arrogantes caballeros que, terminada la cena familiar, sin siquiera cepillarse los dientes perfumaban el pañuelo y salían campantes de recorrida.
Mientras las esposas eran ninguneadas o, de lo contrario, condenadas a vivir preñadas. Mujeres que se morían al parir el noveno o décimo hijo. Unas de debilidad, otras de tuberculosis y otras de sífilis gentilmente traída por el señor de la casa.
De esas familias y ese honor podríamos contar cientos de historias, que si hoy se siguen dando ya no son aplaudidas por una sociedad en la que por lo menos podemos denunciar un abuso, elegir con quién vamos a despertarnos cada mañana. Y bailar el diabólico rock and roll.
Paulo César López paulo.lopez@nacionmedia.com
Fotos: AFP y gentileza
Lo que más ha llamado la atención, en primer lugar, fue la magnitud de los daños y la cantidad de víctimas que ha dejado el sismo en Turquía y Siria, que se convirtió en la mayor catástrofe que ha afectado a esa región en casi un siglo. Respecto a por qué este terremoto ha causado tantos estragos, el especialista explicó que “el terremoto de Turquía fue devastador porque fue a poca profundidad, es decir, llegó con bastante energía a la superficie”.
Con relación a este punto, los especialistas refieren que el temblor se ha producido a “tan solo” 18 kilómetros de profundidad de la corteza terrestre. Por ello, “las vibraciones que salieron del terremoto no perdieron la suficiente energía antes de llegar a la superficie y eso provocó una agitación extrema en la zona que muchos edificios, especialmente los tradicionales de Medio Oriente, no estaban preparados para soportar”, dijo a la BBC Mundo Stephen Hicks, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra del Imperial College London.
Además de ello, a esto cabe agregar que se han sumado factores sociodemográficos como el hecho de que el país euroasiático es el que alberga mayor cantidad de refugiados en el mundo, más de tres millones, a raíz sobre todo del largo conflicto que azota a su vecina Siria, que también fue alcanzada por el terremoto y que se debate en una cruenta guerra civil desde el 2011 tras el estallido de la llamada Primavera Árabe.
Observadores internacionales también han apuntado al hecho de que la cantidad tan elevada de víctimas se debe a un factor tan fortuito como que el sismo se produjo en horas de la madrugada, cuando la mayor parte de las personas se encontraban durmiendo en sus hogares, por lo que no fue posible realizar una rápida evacuación ante las primeras señales de alarma.
Con relación a por qué se producen este tipo de movimientos en la tierra, Caballero indicó que “las placas tectónicas o zonas de fallas