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Bolsonaro anunció retorno a Brasil

El ex presidente de Brasil

Jair Bolsonaro ha afirmado ayer durante un evento de la iglesia evangélica Church of All Nations en Boca Raton, Florida, Estados Unidos, que su “misión no ha terminado” y que tiene planeado volver a Brasil “en las próximas semanas”. “Todos tenemos una misión aquí en la tierra. Y mi misión aún no ha terminado”, ha afirmado durante su intervención el ex presidente, según ha recogido el diario O Globo.

COMENTARIO

También, Bolsonaro ha subrayado que no existe en este momento en Brasil un liderazgo que agrupe al electorado del ala derechista a nivel nacional, sino que estos jefes van emergiendo a nivel regional, mientras afirma también su interés por colaborar con estos líderes: “Nos haremos más fuertes. Volveremos”, ha asegurado.

Jair Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde finales del mes de diciembre del 2022, eludiendo así la toma de poder del actual presidente de Brasil, mientras se suceden las investigaciones sobre su responsabilidad en el asalto a los edificios del gobierno el pasado 8 de enero.

Durante su estancia en Estados Unidos, el ex presidente ha acudido a varios eventos de ideología conservadora donde ha aprovechado para avivar su política y elogiar los éxitos de su mandato. Respecto a la derrota en los pasados comicios, afirmó: “No sé por qué perdí”.

RICARDO RIVAS

Corresponsal en Argentina

Twitter: @RtrivasRivas

Como lo adelantamos el lunes pasado, ayer -12 de febrero- en la provincia argentina de La Pampa se inició el año electoral en este país. Se desarrollaron las elecciones que allí se denominan internas abiertas simultáneas y obligatorias (IASO) para definir quiénes serán candidatas y candidatos a gobernador y legisladores provinciales el próximo 14 de mayo. Allí –donde habita el 1% del total de las electoras y electores habilitados para sufragar en el orden nacional– gobierna un sector del peronismo que adhiere al oficialista Frente de Todos (FDT). Sin embargo, Sergio Ziliotto, el gobernador pampeano más allá o más acá de esa adhesión, separa los comicios provinciales de los nacionales porque, según dos fuentes cercanas al gobierno nacional, “quiere evitar el riesgo de ser arrastrado por una eventual mala elección del FDT el venidero 22 de octubre”, cuando en todo el país se elija quiénes habrán de relevar o no al presidente Alberto Fer- nández y a la vicepresidenta Cristina Fernández. De todas formas, en La Pampa hoy se sabrá no solo quién enfrentará a Ziliotto, que irá por su reelección, sino si ese adversario tendrá o no posibilidades para triunfar por sobre el Frente Justicialista Pampeano. En las IASO, el mandatario provincial se medirá con Martín Maquieyra del Partido PRO (Propuesta Republicana) que fundara y lidera el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) y, con Martín Berhongaray de la Unión Cívica Radical (UCR). Tanto el PRO como el radicalismo son las bases más relevantes de la coalición opositora Juntos. Por lo tanto, hay analistas que estiman que “aunque Ziliotto se impusiera hoy, la suma de los votos que este día consigan Maquieyra y Berhonagaray lo superara, no sería un buen augurio para el gobernador ni para Alberto F. y Cristina F.”.

Sin embargo, habrá que aguardar los resultados –que para el cierre de la presente columna se desconocen– no solo por la even- tual situación futura de Ziliotto como gobernador de la provincia de La Pampa, sino también porque entre el precandidato del PRO y el de la UCR también se proyectará un triunfador en la situación interna que se plantea, en el orden nacional, entre el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, el macrismo y el ucerreísmo, con varios aspirantes de cara a los comicios porteños y nacionales. Interesante, por cierto. Aunque, vale reiterarlo, el padrón pampeano contiene apenas el 1% del total nacional.

Mientras, en el orden nacional, las dirigencias mantienen fuertes diferencias, tanto en el oficialista FDT como en el opositor Juntos. ¿Es malo? Definitivamente no, cuando los debates son genuinos. Y es deseable en el Estado Democrático de Derecho que así suceda. Sin embargo, no parece que eso sea lo que pasa. El presidente Alberto F. –una de las tres patas sobre las que se sustenta el FDT junto con la vicepresidenta Cristina F., lideresa del partido Unidad Ciudadana; y, el ministro de Economía Sergio Massa, conductor del Frente Renovador– desde el vamos se opuso (e impuso) con firmeza a que se suspendieran las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), como lo propuso el kirchnerismo alineado detrás de la vicemandataria. De la misma forma en que, con decisión –algunos veteranos peronistas en el anonimato dicen que “se opuso en defensa propia"– rechazó constituir una suerte de “mesa chica” junto con sus socios otrora más cercanos para decidir “la marcha del gobierno” y, ante esa exigencia, sí concedió armar un foro más amplio en el que todos los sectores involucrados con el oficialismo, organizaciones de trabajadores y sociales puedan expresarse. Entre tanto, a través de sus más cercanos y cercanas colaboradoras, Alberto F. mantiene la idea de ir por su reelección. Esa intención que, al parecer, complejiza la situación interna del FDT profundiza aún más las diferencias entre el mandatario, Massa y Cristina porque esta última, luego de ser condenada judicialmente en primera instancia, pero sin sentencia firma por presuntos hechos de corrupción estructural a seis años de cárcel, públicamente decidió “no” ser candidata a nada y “no” estar en ninguna boleta, aunque nada se lo impide.

“Si Alberto no se corre y Cristina no participa, especialmente por ella, el peronismo no tiene candidaturas competitivas”, expresaron dos fuentes justicialistas a este corresponsal con el compromiso de no revelar sus identidades. Así están las cosas y aunque ningún dato serio lo indique claramente, no son pocos las y los que, en el FDT, comienzan a creer que, hacia adelante en los presidenciales, una vez, encontrarán la derrota. ¿Se apresuran?

Esas situaciones internas son rechazadas, entre otros, por el secretario general adjunto del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, quien en una reciente entrevista periodística aseguró que habla "con todos. Con Alberto, Cristina, Máximo, Sergio (porque) todos queremos lo mismo. Pero (...) llegó el momento de que se dejen de joder (con las diferencias internas y), se junten, hablen y empecemos a dar respuesta a muchos de los problemas que tienen los argentinos”. ¿Lo escucharán? En ese contexto, Pablo expresó que “desde mi humilde lugar de militante vamos a hacer lo imposible para que haya una fórmula del peronismo en la que estemos todos juntos. (Porque) no nos podemos dar el lujo de pelearnos. Porque (si) llega a volver la derecha, a la mierda con todos los derechos de los laburantes”. Asegura también que, pese a las tensiones, “vamos a bancar a nuestro gobierno. Porque este (el de Alberto y Cristina) es mi gobierno hasta el último día. (Y, por esa razón) estamos militando para concientizar a los laburantes. (Y) si (con las elecciones) vuelven los otros, después no lloremos”. Al referirse a la oposición, Moyano (h) advirtió: “Señor

Macri (Mauricio), señora Bullrich (Patricia, presidente del PRO), si vuelven y llegan a tocar un derecho de los laburantes, vamos a ser los primeros que estemos en la calle”. ¿Manifestaciones y protestas a futuro cuando hoy la pobreza supera el 42% –según el papa Francisco, 52%– y la indigencia está por encima del 9%?

En la misma línea de mirar el hoy y proyectar un futuro posible, los economistas Eduardo Levy Yeyati (UCR), Matías Surt (de la Coalición Cívica que lidera Elisa Carrió), Luciano Laspina y Hernán Lacunza (ambos del PRO) alertaron sobre las que denominaron como “inconsistencias” del programa económico que aplica el ministro Massa y, desde esa perspectiva, aludieron a una eventual situación de “extrema vulnerabilidad” que podría tener la Argentina desde el 10 de diciembre venidero cuando comience a gestionar un nuevo gobierno porque el actual dejará un “delicado escenario de fragilidad financiera que eleva el riesgo de una salida caótica” descripta como una “bomba económica”.

Llamativo, por cierto. Cuando faltan 300 días para el inicio de un nuevo gobierno y mucha agua pasará hasta entonces debajo del puente, no son pocos ni pocas los que en la Argentina se expresan como si nada pudiera cambiar.

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